La abuela ha llamado muy temprano a casa. - "Prepara café bien cargado que voy para allá" - ¿No puedes venir un poco más tarde? - Ni siquiera me contestó. Ya había colgado.
Entró en casa como un elefante en una cacharrería. - "¡Saca el chinchón!" - ¿A éstas horas? - "¡¿Pero es que le tienes que poner pegas a todo lo que digo?!" - ¡Chisssst! no grites que los vecinos duermen. - Se acercó, decidida, al acuario psicodélico y cogió bruscamente a Pascualita que dormía plácidamente bajo las algas. - Pero, abuela... - "La sirena tiene que saber lo que me ha pasado para que pueda juzgar si tengo razón o no. Después, cuando vuelva a su hábitat, si se encuentra con un problema como el mío, sabrá qué hacer" - Y sin más preámbulos, se sentó en la mesa de la cocina y se tomó un café bien cargado con un chorrito de chinchón.
Mientras saboreaba el segundo y Pascualita comía un plátano que la abuela le puso en la boca cuando sacó la dentadura de tiburón a pasear, cabreadísima por el brusco madrugón, nos contó que estaba muy enfadada con Andresito. - "¡Lo tengo a pan y agua porque es un rajado!" - Menos mal que le has dejado el agua porque con éste calor que hace... - "¡No eres más tonta porque no te entrenas! ¡A pan y agua sexual!" - ¿Para que corra más en los Sanfermines? - "¡Ese es el problema. No quiere correr!" - Ya te dije que tenía muchos años... - "¡Somos de la misma quinta y yo correría!" - Sí, sí, de la misma quinta jajajajajaja ¡De la de su madre! ¡¡¡Aaaaaaayyyyyyyy!!! - Me tiró el azucarero a la cabeza .
- "Tiene miedo el muy cagón. Se ha rajado. Ahora que ya se lo he dicho a todo el mundo y estarán pendientes de la tele para verle. Debía correr el último día con los enormes toros de Miura. Sería algo de lo que se hablaría durante generaciones y no de la Corrupción." - Es normal que tenga miedo. - "¡Se debe a su público! ¿Te imaginas lo que dirán de él en El Funeral? Será el hazmerreir de todos" - Mira las cosas desde el lado bueno. Si lo pilla un toro te quedarías sin él. - "¡Sería la viuda desconsolada de un héroe! Ahora será la viuda de un Juanlanas" - ¿Cómo que AHORA? - "Tengo mis planes... "
La botella de chinchón iba ya por la mitad y a Pascualita se le había olvidado el enfado. En cambio yo no podía olvidar la amenaza velada de la abuela. - ¿En serio vas a matar al abuelito? - Claro, en serio. ¿O prefieres que lo mate de risa?"
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Así que tu marido se ha rajado? - "¿Cómo lo sabes?" - Soy la Cotilla, querida... Que pena de hombre. Menos mal que no me casé con él. - "¿Acaso te lo pidió?" - No. Y ahora me alegro... ¿Te divorciarás? - "Algo peor" - Creo que iré a ver a tu suegra. Me conviene ser su amiga si quiero que la Torre del Paseo Marítimo sea mía. - "Puede que tu también entres en mis planessssss... Cotilla"
jueves, 7 de julio de 2016
miércoles, 6 de julio de 2016
Acallar rumores.
- "¡He visto el chupinazo en la televisión, nena!" - Pues vale, pues bueno, pues me alegro... - "¿Es todo lo que se te ocurre decir, pavisosa"? - Todos los años, el día 6 de julio, suena el chupinazo en Pamplona ¿Dónde ves la novedad? - "!Ah!... ¿no te lo he contado? Pues que Andresito correra uno de los encierros de San Fermín" - ¿Estás de broma? - "¡Noooo! de broma, nada, monada. Dijo que haría algo espectacular que acallara los rumores de corrupción en su partido. Así que correrá en San Fermín con luz y taquígrafos" - ¿Rumores? ¡Certezas! - "Ya lo sé pero si él es feliz diciendo ésta tontería, no cuesta nada seguirle la corriente."
- Los guardias no le dejarán correr... por la edad que tiene, digo. - "Tu siempre con la puñetera cantinela de la edad. Como si eso fuera impedimento para hacer cosas extraordinarias... Mira Vargas Llosa o Richard Gere... La edad no les impide cumplir con sus novias" - ¡Tu qué sabes, abuela! - "A mi no se me escapa nada y sé, positivamente, si usan viagra o no... Por cierto, a Andresito habrá que subirle la dosis porque el palo de la bandera le queda un poco torcido. Le diré a su hijo, el Médico, que nos la recete y nos saldrá más barato" - ¡Pero si os sale el dinero por las orejas! (protesté airada) - "Porque solo lo gastamos cuando no nos queda más remedio, boba de Coria"
- ¿Ya se entrena el abuelito? - "¿Para tomar viagra? No le hace falta, ya tiene experiencia" - Para correr el encierro. - "El y unos cuantos más. Entre ellos un cámara y un locutor de IB3 que darán la noticia, en vivo y en directo. No les ha echo ninguna gracia, ni doblándoles el sueldo, porque les da miedo. Y a los pinochos elegidos, también. Al final se han repartido unos sobres a cada uno y parece que han quedado contentos porque han aceptado participar en la aventura de acallar rumores. Mientras se hable de las vicisitudes de ellos, no se hablará de Rodríguez y compañía" - ¿Y si los pilla un toro? - "¡Mejor que mejor, alma cándida!. Sería todo un éxito porque nadie hablaría de otra cosa" - ¡Yo no quiero que cornéen al abuelito! (lloriquée)
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿No me digas que le has puesto los cuernos a Pascual con tu marido? jajajajajajajaja ¡Eres única, amiga mía! - La abuela cogió el bolso y se fue, mientras decía: - "Lo que hay que aguantar"
- Los guardias no le dejarán correr... por la edad que tiene, digo. - "Tu siempre con la puñetera cantinela de la edad. Como si eso fuera impedimento para hacer cosas extraordinarias... Mira Vargas Llosa o Richard Gere... La edad no les impide cumplir con sus novias" - ¡Tu qué sabes, abuela! - "A mi no se me escapa nada y sé, positivamente, si usan viagra o no... Por cierto, a Andresito habrá que subirle la dosis porque el palo de la bandera le queda un poco torcido. Le diré a su hijo, el Médico, que nos la recete y nos saldrá más barato" - ¡Pero si os sale el dinero por las orejas! (protesté airada) - "Porque solo lo gastamos cuando no nos queda más remedio, boba de Coria"
- ¿Ya se entrena el abuelito? - "¿Para tomar viagra? No le hace falta, ya tiene experiencia" - Para correr el encierro. - "El y unos cuantos más. Entre ellos un cámara y un locutor de IB3 que darán la noticia, en vivo y en directo. No les ha echo ninguna gracia, ni doblándoles el sueldo, porque les da miedo. Y a los pinochos elegidos, también. Al final se han repartido unos sobres a cada uno y parece que han quedado contentos porque han aceptado participar en la aventura de acallar rumores. Mientras se hable de las vicisitudes de ellos, no se hablará de Rodríguez y compañía" - ¿Y si los pilla un toro? - "¡Mejor que mejor, alma cándida!. Sería todo un éxito porque nadie hablaría de otra cosa" - ¡Yo no quiero que cornéen al abuelito! (lloriquée)
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿No me digas que le has puesto los cuernos a Pascual con tu marido? jajajajajajajaja ¡Eres única, amiga mía! - La abuela cogió el bolso y se fue, mientras decía: - "Lo que hay que aguantar"
martes, 5 de julio de 2016
El famoso Rodríguez
- "Andresito no levanta cabeza, nena. El pobre, si monta un circo, le crecen los enanos. Ya sabes lo recto que es para sus cosas y cuando pensaba que en su partido ya no podía ocurrir nada más ¡se destapa la trama corrupta de la policía que implica a Rodríguez" - ¿Rodríguez? - "El jefe del PP de Palma. Y tiene un disgusto el hombre que arrastra su autoestima por los suelos de la Torre del Paseo Marítimo" - ¿Rodríguez? - "¡Andresito!"
- ¿Tú le llamas Rodríguez? - "¿Cómo voy a llamar Rodríguez a Andresito, boba de Coria?" - No, a él no, al otro... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Quién es "el otro"? ... ¿No estaréis hablando de Pascual? ¡¿Está por aquí?! - Hablamos de Rodríguez, Cotilla. - ¿Es un futuro candidato a padre del biznieto? - No, no. No tengo nada que ver con él. - Entonces es un nuevo ligue de tu abuela ¿Es que no puedes controlar tu líbido cuando ves unos pantalones? - "Es un amigo de Andresito" - ¿Un amigo o un... a.m.i.g.o especial?
Se entabló una discusión entre ambas viejas que no llevaba a ninguna parte porque ambas tenían una idea preconcebida y nada la hacía cambiar. Como la cosa iba para largo me fui a la compra, estuve en la playa nadando y llenando un montón de garrafas de agua de mar para el acuario de Pascualita. Al llegar a casa seguía la discusión y aproveché para merendar junto a la sirena, en la cocina. El bicho, al escuchar la voz alterada de la abuela se puso en guardia por si tenía que defenderla y sacó la dentadura de tiburón a pasear, así que me parapeté tras las gafas de sol por si me escupia. Le enseñé una magdalena de las que trae la Cotilla, más seca que una momia y conseguí que desviara la atención hacia su estómago.
Quedé traspuesta en la silla de la cocina hasta que el silencio del comedor me despertó. Me asomé, feliz, pensando que se habían ido pero estaban en la salita brindando con chinchón, una y otra vez. - Podríais avisar (me quejé)... Y esa foto recortada del periódico... ¿No es Rodríguez? ¡Le habéis hecho un altar! - "Ha sido la Cotilla. A mi no me mires" - ¿Y qué tiene de bueno éste hombre? - Enseñarnos el arte del amiguismo de conveniencias y a salir indemne de todos los chanchullos donde se metió. Me será muy útil para poder llegar a fin de mes. - La abuela, queriendo separa la paja del trigo y quedar como una señora... bebida, eso sí, se decantó por Bedulio. - "Brindo por él porque es un municipal raro pero honrado" - Entonces yo también levanté la copa las veces que hizo falta, por Bedulio.
- ¿Tú le llamas Rodríguez? - "¿Cómo voy a llamar Rodríguez a Andresito, boba de Coria?" - No, a él no, al otro... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Quién es "el otro"? ... ¿No estaréis hablando de Pascual? ¡¿Está por aquí?! - Hablamos de Rodríguez, Cotilla. - ¿Es un futuro candidato a padre del biznieto? - No, no. No tengo nada que ver con él. - Entonces es un nuevo ligue de tu abuela ¿Es que no puedes controlar tu líbido cuando ves unos pantalones? - "Es un amigo de Andresito" - ¿Un amigo o un... a.m.i.g.o especial?
Se entabló una discusión entre ambas viejas que no llevaba a ninguna parte porque ambas tenían una idea preconcebida y nada la hacía cambiar. Como la cosa iba para largo me fui a la compra, estuve en la playa nadando y llenando un montón de garrafas de agua de mar para el acuario de Pascualita. Al llegar a casa seguía la discusión y aproveché para merendar junto a la sirena, en la cocina. El bicho, al escuchar la voz alterada de la abuela se puso en guardia por si tenía que defenderla y sacó la dentadura de tiburón a pasear, así que me parapeté tras las gafas de sol por si me escupia. Le enseñé una magdalena de las que trae la Cotilla, más seca que una momia y conseguí que desviara la atención hacia su estómago.
Quedé traspuesta en la silla de la cocina hasta que el silencio del comedor me despertó. Me asomé, feliz, pensando que se habían ido pero estaban en la salita brindando con chinchón, una y otra vez. - Podríais avisar (me quejé)... Y esa foto recortada del periódico... ¿No es Rodríguez? ¡Le habéis hecho un altar! - "Ha sido la Cotilla. A mi no me mires" - ¿Y qué tiene de bueno éste hombre? - Enseñarnos el arte del amiguismo de conveniencias y a salir indemne de todos los chanchullos donde se metió. Me será muy útil para poder llegar a fin de mes. - La abuela, queriendo separa la paja del trigo y quedar como una señora... bebida, eso sí, se decantó por Bedulio. - "Brindo por él porque es un municipal raro pero honrado" - Entonces yo también levanté la copa las veces que hizo falta, por Bedulio.
lunes, 4 de julio de 2016
Fotos Antíguas de Mallorca.
- "Nena, prepara algo de comer que sea comestible que vendremos a mediodía" - ¿Pan con aceite, por ejemplo? - "Vale, pero con acompañamiento... Dice la Cotilla que ella lo traerá porque ha cogido bastante paquetes de embutidos del contenedor del súper" - ¿No será peligroso? - "¡Ya salió doña Remilgos! ¿No sabes el refrán que dice que lo que no mata, engorda? Pues eso" - Pero no quiero engordar... - "¡Que cruz tengo contigo!"
A la hora de la comida se presentaron los abuelitos y la vecina. Venían acalorados y tomamos gazpacho de tetrabrik con un buen chorrito de chinchón. - Hay que ver lo que realzan el sabor de los tomates y los pimientos unas gotitas de licor (dijo la Cotilla, relamiéndose) - ¿Gotitas? ¡Media botella le ha echado! A mi me parece que ha realzado la cebolla, el pimiento y los tomates no los noto. (me quejé) - "¡Tenéis el paladar enladrillado!"
Me contaron que habían estado en la comisaría a denunciar una exposición de fotos de Palma Antigua que habían ido a ver. - ¿Tan mala es la exposición? - "No se trata de eso. Sino de que hay una foto que atenta contra nuestra intimidad... De la Cotilla y mía" - ¿Eso quiere decir que salís en una de ellas cuando érais niñas? ¡Que chuli! - De chuli nada. En los paneles están juntas una foto actual con una antigua... - "¿Era necesario por Fotos ANTIGUAS de Palma? - ¿Preferíais que dijera VIEJAS? -!!!Eso sería mucho peor!!! - "¡Le pego fuego a la exposición!"
Andresito comía y callaba. - ¿De qué va ésto, abuelito? - Pues que aparecen en una foto de 1909, jugando en la calle. - ¿En serio?... Así que tienen cient... ¡Aaaaaayyyyyyyyy! - ¡Menudo pescozón me dio la abuela! Cuando me repuse sentí pena por el abuelito - ¿Te sientes engañado? (le dije al oído) - Tu abuela tiene la edad de mi madre, más o menos. Otra faena que sumar a las muchas que me ha hecho ya. - No será para tanto (quise quitarle hierro al desánimo que sentía el pobre) - Ya lo creo que lo es. Ayer mismo sin ir más lejos, me convenció de que todos nuestros amigos llevaban tanga rojo. Y me lo puse. Después en El Funeral me pidió que hiciera un striptis junto a los demás ¡y lo hice, pensando que, al quedarnos en calzoncillos sería una risa viendo tanto culo rojo ¡Y vaya si se rieron todos, pero de mi que era el único que lo llevaba. Los demás eran clásicos! - ¡Oh, vaya! - Y encima, me hizo una foto y la mandó a los periódicos con un título: "Así celebra la 3ª Edad el triunfo de los Pinochos"
- ¿En serio?... ¡Cotilla, prepare las copas que hay que brindar por la nueva estrella erotico-festivo de Palma! - Lo último que escuché al salir corriendo de casa para ir a por los periódicos, fue - ¡¡¡... y te quedas sin la Torre del Paseo Marítimo!!!
domingo, 3 de julio de 2016
El Tour.
El Tour de Francia es una bendición, sobre todo las tardes de domingo en que la sobremesa se alarga. Cuando se acaban los temas de conversación nos sentamos frente al televisior, el tótem doméstico al que adoramos diariamente. De repente aparece la serpiente multicolor pedaleando por estrechas y polvorientas carreteras y piensas ¡Aleluya, ya están aquí!
Es el momento en que los cuerpos se relajan, los ojos se cierran de manera casi imperceptible. Todos a la vez, como un ballet bien ensayado, un segundo después, toda la familia ronca al unísono desparramada por sofás, sillones y butacas. Ya lo dice el refrán: la familia que ve el ciclismo unida, duerme unida.
Eso sí, hay que despertarse cuando solo faltan 20 kilómetros para llegar a la meta. Y ese reflejo, ese arte, se tiene o no se tiene. Es innato. Nosotros lo tenemos y disfrutamos de las últimas caídas, los últimos esfuerzos, los arreones, el ataque del pelotón y el apoteósico sprint final. En cuanto la rueda toca la línea de meta, saltamos de nuestros asientos, nos abrazamos en un delirio de alegría y nos disponemos a ver la entrega de los maillots a los campeones y los besos que dan las chicas del podio a pesar de los sudores de los ciclistas. Duro trabajo el de ellas.
Después brindamos con chinchón y comentamos la jugada. Por ejemplo, la siguiente etapa: - "¿Dónde nos despertaremos mañana?"
Pascualita, que es muy lista, también le ha cogido el tranquillo a las carreras y comparte siesta con nosotras. Si no hay moros en la costa, celebra el triunfo tomando traguitos de nuestras copas. Si tiene que quedarse en el acuario, le bendecimos el agua con un chorrito de chinchón.
Andresito, que está ultimamente de los nervios, nos ha hecho compañía con la esperanza de relajarse y parece que lo ha conseguido... hasta poco antes de salir hacia El Funeral en que la abuela le ha regalado un tanga rojo pasión para celebrar el Día del Orgullo Gay y le ha pedido que se lo ponga y nos haga un pase de modelo para ver cómo le sienta
Se ha cerrado en banda y no ha habido manera de convencerlo. - ¡Yo no soy gay! (gritaba) - Ante esta actitud negativa, la abuela se ha enfadado y le ha llamado machísta, xenófobo, homófobo y algo más. - "¡Todos nuestros amigos los llevaran en solidaridad. Solo tú harás el ridículo!" - Ahí dio su brazo a torcer. - ¿Seguro que lo llevarán todos? - "SEGURO" - Mientras el abuelito salió al rellano a llamar al ascensor, pregunté a la abuela - ¿Seguro que TODOS? - Y con sonrisa pícara me comentó - "¡Y yo qué se!"
Es el momento en que los cuerpos se relajan, los ojos se cierran de manera casi imperceptible. Todos a la vez, como un ballet bien ensayado, un segundo después, toda la familia ronca al unísono desparramada por sofás, sillones y butacas. Ya lo dice el refrán: la familia que ve el ciclismo unida, duerme unida.
Eso sí, hay que despertarse cuando solo faltan 20 kilómetros para llegar a la meta. Y ese reflejo, ese arte, se tiene o no se tiene. Es innato. Nosotros lo tenemos y disfrutamos de las últimas caídas, los últimos esfuerzos, los arreones, el ataque del pelotón y el apoteósico sprint final. En cuanto la rueda toca la línea de meta, saltamos de nuestros asientos, nos abrazamos en un delirio de alegría y nos disponemos a ver la entrega de los maillots a los campeones y los besos que dan las chicas del podio a pesar de los sudores de los ciclistas. Duro trabajo el de ellas.
Después brindamos con chinchón y comentamos la jugada. Por ejemplo, la siguiente etapa: - "¿Dónde nos despertaremos mañana?"
Pascualita, que es muy lista, también le ha cogido el tranquillo a las carreras y comparte siesta con nosotras. Si no hay moros en la costa, celebra el triunfo tomando traguitos de nuestras copas. Si tiene que quedarse en el acuario, le bendecimos el agua con un chorrito de chinchón.
Andresito, que está ultimamente de los nervios, nos ha hecho compañía con la esperanza de relajarse y parece que lo ha conseguido... hasta poco antes de salir hacia El Funeral en que la abuela le ha regalado un tanga rojo pasión para celebrar el Día del Orgullo Gay y le ha pedido que se lo ponga y nos haga un pase de modelo para ver cómo le sienta
Se ha cerrado en banda y no ha habido manera de convencerlo. - ¡Yo no soy gay! (gritaba) - Ante esta actitud negativa, la abuela se ha enfadado y le ha llamado machísta, xenófobo, homófobo y algo más. - "¡Todos nuestros amigos los llevaran en solidaridad. Solo tú harás el ridículo!" - Ahí dio su brazo a torcer. - ¿Seguro que lo llevarán todos? - "SEGURO" - Mientras el abuelito salió al rellano a llamar al ascensor, pregunté a la abuela - ¿Seguro que TODOS? - Y con sonrisa pícara me comentó - "¡Y yo qué se!"
sábado, 2 de julio de 2016
Escándalo público.
Pensé que los guardias tendrían, a la abuela y la Cotilla, a buen recaudo durante unos días... ¿por qué no semanas... o meses? Pero es misma tarde volvieron a casa ¡y con las pilas recargadas! - "¡Mañana saldremos en todas las noticias!" - ¡Lo que voy a fardar delante de mis amigos del trapicheo!.. ¡hip! - ¿Habéis bebido? - "¿Se puede llamar beber a celebrar, una y otra vez, nuestro triunfo... ¡hip!... sobre la mojigatería cabalgante que nos rodea?" - ¡¡¡S... ¡hip!... i!!! (gritó la Cotilla, entusiasmada)
En la bolsa de la playa vi la botella de chinchón, vacía. - ¿Por qué no la habéis tirado en el contenedor verde? - "¡Noooooooooo! Hay que guardarla. Dáme un boli para escribir la fecha y el motivo de nuestros brindis jijijijijijijii (la abuela se quedó en suspenso un rato, luego, mirando a la Cotilla, preguntó) ¿Cuál es... ¡hip!...el motivo?"
Andresito llamó. - Nena ¿han detenido a tu abuela? - Sí, pero solo un rato. Está aquí. - ¿Es posible que el motivo sea... escándalo público? - Lo es, abuelito. - ¡Oh, ahora que hemos vuelto a ganar las elecciones (lloriqueó)
- "¡Hola mi amor!.. jijijijiji ¿Eres mi... ¡hip!... lobo?" - Por lo visto Andresito no rió la gracia de su mujer y ella se enfadó. - "¡Aguafiestas!... ¡Sí, escándalo público!... ¡Sí, desnudas en l.a. p.l.a.y.a!... ¡hip!... Esto ha sido todo... Lo vuestro sí que es un escándalo ¡¡¡Corruptos, que sois unos... ¡hip! corruptos!!!" - Colgó el teléfono con fuerza - "¡No te jode el fundamentalista éste!" - ¡¡¡Abuela!!!
Más tarde, ante una taza de café bien cargado, me pusieron en antecedentes de por qué las habían soltado tan pronto. - "Porque los guardias estaban persiguiendo a otros guardias" - ¿Cómo en las películas de Charlot? - "Sí, pero en serio" - Lo vuestro también era serio. Además de los desnudos, agredísteis a Bedulio y compañía. - Aún va cojo el pobre... - ¿Y encima ha intercedido por vosotras? que buena persona es. - "Es bueno, sí. Claro que le he prometido invitarlo a paella de marisco" - Nadie da nada por nada (sentenció la Cotilla) - "Y tenían cosas más importantes que hacer... Menudo follón el de los guardias corruptos... ¿Os dáis cuenta de como se ha revalorizado este verbo? Si cotizara en bolsa todos irían a por él. Corrupción, divino tesoro... que diría el poeta" - ¿Brindamos por ello? (dijo la Cotilla) - ¿Por qué? (pregunté, embobada) - ¡Y yo qué sé! ¿Brindamos? hale, boba de Coria, trae una botella nueva que para luego, es tarde. - Al pasar junto al acuario eché un chorrito de chinchón en el agua.
En la bolsa de la playa vi la botella de chinchón, vacía. - ¿Por qué no la habéis tirado en el contenedor verde? - "¡Noooooooooo! Hay que guardarla. Dáme un boli para escribir la fecha y el motivo de nuestros brindis jijijijijijijii (la abuela se quedó en suspenso un rato, luego, mirando a la Cotilla, preguntó) ¿Cuál es... ¡hip!...el motivo?"
Andresito llamó. - Nena ¿han detenido a tu abuela? - Sí, pero solo un rato. Está aquí. - ¿Es posible que el motivo sea... escándalo público? - Lo es, abuelito. - ¡Oh, ahora que hemos vuelto a ganar las elecciones (lloriqueó)
- "¡Hola mi amor!.. jijijijiji ¿Eres mi... ¡hip!... lobo?" - Por lo visto Andresito no rió la gracia de su mujer y ella se enfadó. - "¡Aguafiestas!... ¡Sí, escándalo público!... ¡Sí, desnudas en l.a. p.l.a.y.a!... ¡hip!... Esto ha sido todo... Lo vuestro sí que es un escándalo ¡¡¡Corruptos, que sois unos... ¡hip! corruptos!!!" - Colgó el teléfono con fuerza - "¡No te jode el fundamentalista éste!" - ¡¡¡Abuela!!!
Más tarde, ante una taza de café bien cargado, me pusieron en antecedentes de por qué las habían soltado tan pronto. - "Porque los guardias estaban persiguiendo a otros guardias" - ¿Cómo en las películas de Charlot? - "Sí, pero en serio" - Lo vuestro también era serio. Además de los desnudos, agredísteis a Bedulio y compañía. - Aún va cojo el pobre... - ¿Y encima ha intercedido por vosotras? que buena persona es. - "Es bueno, sí. Claro que le he prometido invitarlo a paella de marisco" - Nadie da nada por nada (sentenció la Cotilla) - "Y tenían cosas más importantes que hacer... Menudo follón el de los guardias corruptos... ¿Os dáis cuenta de como se ha revalorizado este verbo? Si cotizara en bolsa todos irían a por él. Corrupción, divino tesoro... que diría el poeta" - ¿Brindamos por ello? (dijo la Cotilla) - ¿Por qué? (pregunté, embobada) - ¡Y yo qué sé! ¿Brindamos? hale, boba de Coria, trae una botella nueva que para luego, es tarde. - Al pasar junto al acuario eché un chorrito de chinchón en el agua.
viernes, 1 de julio de 2016
Día de playa.
- "Nena, cuando llegue la Cotilla díle que iremos a la playa... ¿te has enterado?" - zzzzzzzzzzzzz - "¡Andresito, esta nieta mía cada día se te parece más. Sois dos ceporros durmiendo!" - Me pareció escuchar el sonido de un teléfono al colgarlo... Que extraño sueño.
La puerta de mi cuarto batió fuerte contra las paredes cuando alguien (¡un enemigo!) la abrió de golpe. - ¡¡¡SOCORROOOOOOOO!!! - "¡Calla loca que despertarás a toda la finca!" - ¡Abuela, escóndete. Los extraterrestres han invadido mi casa! - "¡Que cruz tengo contigo! ¿Ha venido ya la Cotilla?"
No, no había venido. Y yo estaba más cabreada que un mono desde que me dí cuenta que, ni había enemigos extraterrestres ni podía volver a dormir gracias a mi abuela. Eso sí, toda la delicadeza que no tuvo conmigo, la tuvo con los vecinos: pobrecitos, no había que despertarlos.
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - "Cotilla, prepárate que nos vamos a la playa" - Primero desayunaremos ¿no? Nena, haz café. - Pero.. pero... ¡jopé! ¡Aaaayyyyyyyy! - Recibí un pescozón de la abuela por mal hablada ¡a mis años!
A pesar del enfado, caí en la tentación de ir con ellas a la playa y naturalmente, me tocó llevar las sombrillas y la bolsa con los avíos, meriendas y bebidas, chinchón incluído. La abuela, muy ufana, solo transportaba el termo de los chinos colgado al cuello con Pascualita dentro. La Cotilla ni eso.
En cuanto colocaron las toallas, ambas amigas se quedaron en cueros para mi asombro. - ¿Qué demonios hacéis? ¡Taparos! - A la abuela le dio la risa. - "Pretendes que nos pongamos el bikini sobre la ropa de calle?" jajajajajajajaja - La Cotilla le hizo coro - ¡Esta nieta tuya cada día es más tonta! jajajajajajaja ¡Brindemos por eso! - Las dos amigas, ajenas al espectáculo que estaban dando, no se apresuraron a cubrir sus flácidas carnes, al contrario, corrieron hasta la orilla para meter los pies y dar saltitos y gritos cada vez que se acercaba una ola.
Yo me aparté de ellas, prudentemente. No estaba dispuesta a que nos relacionaran. A su alrededor se formó uno coro de curiosos. Había quién aplaudía y celebraba su "canto de libertad". Y quienes, alarmados por semejante desmadre, criticaban a voz en grito el libertinaje. De repente apareció una pareja de municipales. Fueron recibidos con división de opiniones. Uno de ellos era Bedulio que, al reconocer a las "ninfas marinas" palideció.
Gracias a los saltos de la abuela, el tapón del termo de los chinos cayó sobre la arena y acto seguido, Pascualita. Mientras me tiraba en plancha entre las piernas nonagenarias para cogerla, los municipales sujetaron a las bailarinas, cosa que les reportó sufrir patadas, mordiscos, arena en los ojos y juramentos de carretero por parte de ellas y de algunos incondicionales.
Con Pascualita bien sujeta, llegué corriendo a casa mientras la muy bruja me mordía con saña porque, una vez más, había estado a punto de volver a su hábitat y yo se lo había impedido. ¡Que dolor! ¡Que hinchazón! ¡Y el chinchón en la playa!
La puerta de mi cuarto batió fuerte contra las paredes cuando alguien (¡un enemigo!) la abrió de golpe. - ¡¡¡SOCORROOOOOOOO!!! - "¡Calla loca que despertarás a toda la finca!" - ¡Abuela, escóndete. Los extraterrestres han invadido mi casa! - "¡Que cruz tengo contigo! ¿Ha venido ya la Cotilla?"
No, no había venido. Y yo estaba más cabreada que un mono desde que me dí cuenta que, ni había enemigos extraterrestres ni podía volver a dormir gracias a mi abuela. Eso sí, toda la delicadeza que no tuvo conmigo, la tuvo con los vecinos: pobrecitos, no había que despertarlos.
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - "Cotilla, prepárate que nos vamos a la playa" - Primero desayunaremos ¿no? Nena, haz café. - Pero.. pero... ¡jopé! ¡Aaaayyyyyyyy! - Recibí un pescozón de la abuela por mal hablada ¡a mis años!
A pesar del enfado, caí en la tentación de ir con ellas a la playa y naturalmente, me tocó llevar las sombrillas y la bolsa con los avíos, meriendas y bebidas, chinchón incluído. La abuela, muy ufana, solo transportaba el termo de los chinos colgado al cuello con Pascualita dentro. La Cotilla ni eso.
En cuanto colocaron las toallas, ambas amigas se quedaron en cueros para mi asombro. - ¿Qué demonios hacéis? ¡Taparos! - A la abuela le dio la risa. - "Pretendes que nos pongamos el bikini sobre la ropa de calle?" jajajajajajajaja - La Cotilla le hizo coro - ¡Esta nieta tuya cada día es más tonta! jajajajajajaja ¡Brindemos por eso! - Las dos amigas, ajenas al espectáculo que estaban dando, no se apresuraron a cubrir sus flácidas carnes, al contrario, corrieron hasta la orilla para meter los pies y dar saltitos y gritos cada vez que se acercaba una ola.
Yo me aparté de ellas, prudentemente. No estaba dispuesta a que nos relacionaran. A su alrededor se formó uno coro de curiosos. Había quién aplaudía y celebraba su "canto de libertad". Y quienes, alarmados por semejante desmadre, criticaban a voz en grito el libertinaje. De repente apareció una pareja de municipales. Fueron recibidos con división de opiniones. Uno de ellos era Bedulio que, al reconocer a las "ninfas marinas" palideció.
Gracias a los saltos de la abuela, el tapón del termo de los chinos cayó sobre la arena y acto seguido, Pascualita. Mientras me tiraba en plancha entre las piernas nonagenarias para cogerla, los municipales sujetaron a las bailarinas, cosa que les reportó sufrir patadas, mordiscos, arena en los ojos y juramentos de carretero por parte de ellas y de algunos incondicionales.
Con Pascualita bien sujeta, llegué corriendo a casa mientras la muy bruja me mordía con saña porque, una vez más, había estado a punto de volver a su hábitat y yo se lo había impedido. ¡Que dolor! ¡Que hinchazón! ¡Y el chinchón en la playa!
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