domingo, 7 de febrero de 2021

La boda.

 Estoy pensando en irme a Pernambuco como la abuela y la Cotilla sigan haciéndome la vida imposible cuando escuché... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! No hagas comida, bobo de Coria. Hoy invito yo. 

Me pinchan en ese momento y no me sacan sangre. ¡La Cotilla invitando! Pasé por alto el Bobo para que no se echara atrás. - ¿En qué consiste el menú? - Es algo fino, filipino. Delicatesen de esas que ponen en las bodas de postín. - ¿En que contenedor lo ha encontrado? 

La mirada de la Cotilla fue de Inquisidor recalcitrante. - ¡Nada de contenedor! y si no quieres comer me largo con viento fresco. - No, no. Ha sido un decir solamente.

Al cabo de un rato, delicadísimos manjares adornaban la mesa del comedor. - ¡Aquí hay comida para un regimiento! (grité alborozada) - He invitado a Bedulio, a tu abuelos y a Geoooorge. - A ver si no va a bastar para nosotras (protesté, celosa) 

Pascualita no podía perderse aquello y mientras la Cotilla encendía las velas del altar a los Amigos de lo Ajeno, la metí en mi escote. De repente sentí que algo no iba bien... Puse la radio cuando iban a dar las noticias.

"En Palma, los novios e invitados, al llegar a un famosísimo restaurante y encontrarse con la mitad del delicioso menú que les aguardaba, se extrañaron pero, ante las explicaciones de los apuradísimos camareros, se dieron cuenta de que les habían robado (lo dijeron así, con todas las letras) incluso, el primer piso de la Tarta Nupcial, muñequitos incluídos.

- ¡¡¡COTILLAAAAAAA!!! - Al ver mi ceño fruncido la vecina, carraspeó. - Ejem..., ha sido por el bien de todos... No puede haber tanta gente en los restaurantes... por lo tanto, sobraba comida. Y qué iban a hacer con ella ¡tirarla!... ejem... y para que se lo lleve otro, me lo he llevado yo... ¿Dónde está el problema? - ¿Cómo se ha enterado de eso? - Pasaba por la Catedral y me he acercado a "trabajar" un poco... - ¡Cotilla! - Total, han sido unas carteras de nada... 

Mientras "trabajaba" escuchó comentarios sobre lo rico que era el menú en el restaurate elegido. Con esos datos se fue para allá y con argumentos como: - ¡Que vaaaa! No son tantos. La mitad más o menos... Es por el Covid... He llegado antes para prevenirles y eviten hacer el ridículo.

Y cuando todos se apresuraban a componer de nuevo el comedor, ella aprovechó para hacerse con la mayor parte del menú. Incluso llamó a la abuela para que le mandara a Geoooorge con el rolls royce a ayudarla.

A pesar de los remordimientos que siento, debo decir que estaba todo riquísimo y rebañé los platos... Al final, la Cotilla, ojiplática, me echó en cara mi modo de comer: - ¿Está de moda echarse comida al escote, bobo de Coria, o es que eres más tonto que ésta mañana?

sábado, 6 de febrero de 2021

Que cruz, Señor.

 He hablado con el abuelito para que le de un susto a la Cotilla, a ver si así se larga con viento fresco. A él le parece bien todo lo que tenga que ver con divertirse un poco porque, según dice, la Eternidad se le está haciendo un poco larga.

Ha intentado ponerle la zancadilla... sin acordarse que los fantasmas son incorpóreos y la Cotilla ni se ha enterado. También ha movido la lámpara del comedor como si hubiera un terremoto pero ha sido otro fracaso porque ella ni se ha fijado. Tiene la cabeza a las cuatro de la tarde con el puñetero Juicio a Bárcenas y anda como en una nube. La única que aplaudía era Pascualita, esperanzada en verla rodar por el suelo pero, en vista del éxito, se metido en el barco hundido a dormir la siesta

 Lo único que la ha molestado un poco ha sido cuando mi primer abuelito le ha soplado las velas del altar para los Amigos de lo Ajeno, a medida que ella las encendía. - ¡Nenaaaa, cierra el balcón, jodía, que se me apagan las velas! - ¡Está cerrado! Eso será el ánima de mi primer abuelito que está juguetón. - ¡Pues ya podría ir a soplarle a su padre!

Eso fue lo que dijo. Y no sintió ni el menor escalofrío de miedo ni nada que se le parezca. - Cómo puede estar pensando siempre en lo mismo, Cotilla. - Porque Barcenas es mi gurú. Un caballero como la copa de un pino que todo lo ha hecho por su familia. Se ve que estaban a dos velas y se dijo quito un poco de aquí, otro de allá, tapo bocas con sobrecitos y aquí no ha pasado nada... Y mira, hasta confesor llegó a tener.

- ¿Y usted para qué quiere un confesor? - ¿Yooooo? Pero si todos quieren meterme en la cárcel desde que "límpio" los cepillos de las iglesias. ¡Quita, quita! Por cierto, me ha dicho tu abuela que eres chico. Bien callado te lo tenías, guapito. Aunque has hecho bien en confesarlo ahora que ya no hay mili obligatoria. No te veo yo a ti desfilando con gracia. - ¡No soy un chico! - Vale, boba de Coria... ¡Perdón! Bobo de Coria.


viernes, 5 de febrero de 2021

El chinchón hace estragos.

 La abuela está picajosa desde que ha vuelto a la Torre del Paseo Marítimo y me llama cada dos por tres: "Dime la verdad ¿a que no estaba mi ex en la lámpara el otro día?" - ¡Claro que estaba! - "Tu querías quedarte sola y te inventaste un cuento chino" - Que no, abuela, que no. No sé cómo puedes pensar eso de mí... - "Porque eres tonta hasta decir basta. Has salido a tu abuelo y a Andresito" - Eso no puede ser. Andresito es abuelo político... - "¡Claro que puede ser! Tu ibas para chico y en un momento dado del embarazo, algo pasó y te convertiste en chica, por eso eres tan tonta como ellos. Te quedó el ramalazo"

- ¡Abuela, que mal te sienta el chinchón por la mañana! - "De eso nada. Me despeja la sesera. Por eso ahora me explico por qué no tengo ya un bisnieto ¡Porque ibas para hombre y eso, los de tu especie lo notan y no se te arriman!"

La abuela estaba desatada. Loca perdida. Y le colgué el teléfono. Me había puesto a cien. Los nervios me comían porque mi cerebro se enganchó a sus palabras y dio vueltas y revueltas a las sandeces de la abuela hasta convertirlas en verdades ¡y me las creí!

Y como todo pastel tiene su guinda, la abuela se la puso a su discurso cuando, al llamarme para seguir dándome la lata, me llamó ¡CHICOOOOO! 

Ahora que estamos solas, Pascualita repta por donde le da la gana en cuanto la Cotilla se va a trapichear. Pero vuelve pronto. Menos mal que Pepe el jibarizado está pendiente y al oir meter la llave en la cerradura, suelta su OOOOOOOOOOOOO más potente y la sirena desaparece de la vista, bien en mis bolsillos, mi escote o en el acuario donde la mando haciendo un lanzamiento de gancho. 

De todas maneras la Cotilla, estos días, no está para nadie que no sea su gurú Bárcenas. Se encierra en la salita y prende toda cuanta vela consigue de las iglesias. Está obcecada con él. "Sabe" que tiene razón. A mi no me queda otra que estar al tanto de la luminaria que monta en el altar de los Amigos de lo Ajeno, teniendo siempre a mano el número de teléfono de los bomberos... por si acaso.

 

 

 

jueves, 4 de febrero de 2021

¡Al fin sola!

 Al olor del pan tostado, me he levantado a desayunar. Es bueno tener un mayordomo inglés que lo hace todo con tanto esmero y pulcritud... pero pone escasa cantidad de todo salvo de té. Aunque yo sigo con mi cola cao de toda la vida, junto con Pascualita.

Lo tomamos juntas mientras Geooorge está en la compra y los demás leyendo la prensa o viendo la tele. La sirena sigue con su costumbre de saltar dentro de la taza y lo pone todo perdido. Naturalmente que a Geoooorge no se le ocurre que sea una pequeña sirena quien lo hace y me culpa a mi ¡A mí!

Se lo he dicho montones de veces. - ¡Estás levantando falsos terstimonios y te irás al infierno, con Brexit o sin él! - ¡Tu ser cochina! ¡Tirar para que yo limpiar, boba de Coria! 

Esto, si la abuela no lo arregla, no terminará bien. - "¿No querrás que le diga lo de Pascualita?" - ¡Claro que no! Pero júrale que no soy yo. - "Las evidencias te condenan, jejejeje ¿Te imaginas que la sirena se comiera a la Cotilla y dejara la cocina inundada de sangre?  ¡Tu serías condenada a ser colgada del cuello hasta morir jajajajajaja Sobre todo si se supiese tu "manía" de ponerlo todo perdido" - ¡¡¡Abuela!!!

Esta mañana he notado que entre los abuelitos había mar de fondo. El se quiere ir a su Torre del Paseo Marítimo porque la abuela se pasa el día mirando a la lámpara de comedor. - ¿Está tu ex ahí? (pregunta, celoso) - "Pregúntale a tu nieta que es la rara de la familia" 

Y yo aproveché la ocasión: - Se pasa ahí todo el día, no nos quita ojo. Sobre todo a ti, abuela... ¡Hola, abuelitoooo! (agité las manos saludando a... nadie porque, en ese momento mi primer abuelito no estaba)

Esta misma tarde el rolls royce, cargado de trastos, se los llevó de vuelta a su casa.





miércoles, 3 de febrero de 2021

¿Otro altar?

 - Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa... - Cotilla ¿no será usted quién se queda con todo los perros y gatos que se pierden a diario en la isla? - ¿Me esperas con la escopeta cargada, boba de Coria? - Es que usted es especialista en encontrarse cosas y sacarles provecho... - Por un perro que maté, me llamaron mataperros (dijo la interfecta) - ¡¿Lo mató?! - ¿A quién? - ¿Al perro? - ¿Qué perro? ¿Ese perro?...

Que rato más bueno nos tiramos la vecina y yo diciendo sandeces para no llegar a ningún sitio. Hasta que me dejó por imposible y con la palabra en la boca, para encerrarse en la salita como si estuviera en su casa.

Poco después, por debajo de la puerta se coló el olor de cirios encendidos. - ¡Cotilla! ¿No me diga que ha montado un altar? - Vale, pues no te lo digo. - Más enfadada que un mono, me dirigí al techo del comedor: - ¡Abuelito! ¿qué está haciendo la Cotilla? - ¿Y yo qué sé, nena?... ¿Hay telarañas? 

Andresito entró en el comedor y me pilló hablando con mi primer abuelito que, como es un fantasma, puede colarse a través de las paredes. Tuve que disimular: - ¿No hueles a cirio encendido? - Ahora que lo dices... sí. - Y se fue a tocar a la puerta de la salita. - ¡Oyeeee, egoísta! ¿No puedes esperar a soplar las velas cuando estemos todos?  Saca la tarta que la veamos (después le gritó a la abuela) - ¡Cariño, ven a felicitar a la Cotilla que es su cumpleaños. - "¿Ya estamos con las edades?"

Que mal le sienta que le recuerden los años que tiene porque son los mismos que la Cotilla solo que la abuela es media hora más vieja.

Telepáticamente, mi primer abuelito me comunica que, efectivamente, la vecina ha encendido velas en el altar que ha montado dedicado a los Amigos de lo Ajenos para que a su gurú, del que nunca ha renegado, le vayan bien las cosas y pueda disfrutar en los Paraísos Fiscales de los euros "ahorrados".



martes, 2 de febrero de 2021

Tetamen.

 En bikini ha salido la abuela a desyunar a pesar de las quejas de Andresito: - No es ético. No estamos solos... ¿No ves que puedes despertar en Geooorge sus instintos más primitivos? - "¿Crees que eso es malo? Ay, que poco nos conoces a las mujeres"

La sirena observaba la escena escondida entre las plantas del acuario y puede que, tal vez, la abuela la vio porque, muy decidida dijo: - "Lo más bonito de este mundo es la libertad y qué más libertad que andar por casa sin sostén (¡y se lo quitó!) como Pasc... esteeee..."

A mi se me subió el corazón a la garganta. Menos mal que, ante tamaño atrevimiento de su mujer, Andresito tuvo un amago de infarto (según ella) y el lapsus de la abuela quedó en nada.

Los médicos del 061 no hablaron de AMAGO sino de INFARTO PURO Y DURO. - Que exagerado es éste hombre. Cuanto más viejo se hace más le gusta ser el centro del universo. 

Geoooorge, sudando a mares, pidió, encarecidamente, a la abuela poder quedarse en el hospital con Andresito. Se le veía ansioso por desaparecer de nuestro lado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿A quién se lleva la ambulancia? - Al abuelito. - ¿Ya lo ha matado tu abuela? - Le ha faltado poco. 

Sobre la lámpara del comedor mi primer abuelito, balanceándose distraídamente, evocaba el momento en que él no tuvo tanta suerte. 

Al subir a casa, la abuela se quitó la bata y volvió a lucir pecho. La Cotilla alucinó. - Te has puesto silicona por un tubo. - "Todo lo que ves es natural, querida." - Y yo voy y me lo creo. No hay como ser rica para tener buen tetamen. - "Que no, boba. La Madre Naturaleza, que es muy sabia, me ha hecho éste regalo." - ¡Mentira cochina!... Y así, las dos amigas, discutieron más de tres horas sin llegar a nada. 

La Cotilla no lo sabía pero, de haberse fijado, descubriría los mordiscos de Pascualita, disimulados con maquillaje. La abuela sabe que para presumir hay que sufrir y tiene en su amiga sirena una estupenda y barata cirujana plástica.

lunes, 1 de febrero de 2021

Animales perdidos.

 El vendaval, que no tiene educación ni sabe lo que es eso, ha abierto la cristalera de par en par para que entraran montones de notas de papel que se arremolinaron, alocadamente, en las pata de la mesa del comedor. 

Geooooorge, que para eso es mayordomo, inglés para más señas, ha corrido a cerrar antes de que la inundación papelera nos ahogara a todos. - ¡No me digas que es propaganda electoral de las elecciones catalanas! (gritó Andresito) - Y no se lo pudimos decir porque no lo era. 

En vista de que quedó así la cosa, pensé que debería enterarme un poco más del mensaje que llevaban esos papeles antes de que la Cotilla terminara de meterlos todos en una bolsa grande de basura. - Los venderé al peso y sacaré unos eurillos.

Una ligera ojeada me bastó para ver que ¡se buscan perros y gatos perdidos! - "¿Las notas están repetidas?" (quiso saber la abuela) - A ver... No. Este se llama Cuqui..., este Jarú..., este... No hay ninguna nota repetida. - "¿Cómo se puede perder tanto bicho?" - No lo sé (dijo la Cotilla) pero ahora mismo me voy a poner a buscarlos y me ganaré una pasta gansa con las recompensas. (Hay que ver lo rápido que cambia de negocio ésta mujer)

Pascualita dio un salto mortal con doble tirabuzón, saliendo desde el fondo del acuario y volviendo a entrar en él de cabeza y todos nos sobresaltamos: - ¿Qué ser eso? - dijo el del Brexit mientras su cara tomaba el color de una pared encalada. - La abuela disimuló: - "Mi suegro que ha vuelto para darnos la tabarra" - ¿No será verdad? (dijo Andresito, con expresión preocupada) 

Llamaron a la puerta. Era Bedulio. - Me han dicho que os habéis quedado unos carteles anunciando la pérdida de perros y gatos. - ¡Los tiene la Cotilla! (dijimos todos a la vez) - Ahora mismo iba a ir a  vuestro cuartel a devolverlos... - El severo rostro del Municipal se descompuso cuando la cristalera del balcón se abrió, de nuevo, de par en par, dando paso a una ráfaga de aire y me oyó gritar mientras señalaba la lámpara del comedor: - ¡¡¡Abuelitoooo, has vuelto!!!