La abuela me ha llamado cuando aún no habían puesto las calles. - "Te aviso que esta tarde merendaremos en tu casa para celebrar que hace trece años conocimos a Pascualita. Geoooooorge lleva un rato en la cocina haciendo una coca clásica. De las de antes." - ¿A éstas horas? Angelico... - "Es un mayordomo inglés y todo él está centrado en contentar a su jefa, o sea, a mi menda lerenda". - En otro tiempo debiste ser negrera...
La escuché resoplar como una vieja locomotora de vapor pero me cuidé mucho de que no se me escapara la palabra VIEJA. Es muy suspicaz mi abuela. - "Cambiemos de tema (dijo) ¿Qué está haciendo mi chiquirritina bonita ahora mismo?" - Dormir. - "No me extraña. Estando a tu lado todo son bostezos"
Colgué el teléfono dispuesta a jurar por lo más sagrado, que se había cortado la comunicación. Di media vuelta en la cama y he dormido como un bebé. Pascualita me esperaba sobre la mesa de la cocina para desayunar juntas. Cualquiera diría que tiene tantos milenios. Ha venido impulsándose con su hermosa cola de sardina y ahora espera su cola cao para poner perdida la cocina. Sí. tiene un extraño modo de desayunar.
Pepe el jibarizado fue el primero de los personajes de casa, que la felicitó: - ¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! - La sirena saltó al estante del llavero para abrazar a su amigo que, de paso, se llevó un buen mordisco de la dentadura de tiburón. El ojo catalejo de la cabeza hueca dio un respingo pero, finalmente, siguió su lento recorrido en redondo.
Se me saltaron las lágrimas viendo el cariño que se tienen estos dos...
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