La escandalera que me montó Pompilio no tiene igual en la Historia de la Humanidad. Había descubierto el tesoro que fueron ampliando todos los Pompilios que le precedieron desde que aparecieron los calcetines en el mundo y se pusieron de moda.
Como no callaba tuve que gritar para que me oyera: - ¡¡¡¿POR QUE SOLO COGÉIS UNO?!!! (pregunté) - El truco surtió efecto porque me contestó aunque, no sé por qué, lo hizo a grito pelado. - ¡¡¡EL PRIMER POMPILIO SE ROMPIÓ UN TOBILLO AL SALIR CORRIENDO DE LA CASA DEL CALCETIN. POR ESO, EN SU HONOR, LOS POMPILIOS QUISIERON HACERLE UN HOMENAJE: PARTIRSE TODOS UN TOBILLO. SIN EMBARGO NO FUE UNA DECISIÓN A GUSTO DE TODOS. SE DISCUTIÓ MUCHO HASTA QUE UNO DIJO: ¡HAGAMOS VIUDOS A LOS CALCETINES! y SE APROBÓ POR UNANIMIDAD!!!
A todo esto, no me di cuenta que la Cotilla había llegado a casa y estaba detrás de mi: - ¿Qué haces gritando como una energúmena al agujero de la pared, boba de Coria?
La Cotilla, ni ve ni oye a Pompilio pero a mi sí. De pronto escuché mi voz que, sin pedirme permiso, dijo: - ¡Mire que he encontrado: todos los calcetines que, un día, desaparecieron! - ¡Trae, a ver! - Echó un vistazo a baúl, vació su contenido en el suelo formando una hermosa cordillera de colores que cubrió todo el piso de arriba abajo. - ¡Me lo llevaré ésta noche al trapicheo!
Me tocó recoger a mi y aguantar el rapapolvo del Pompilio actual. Recuerdo que abrí la puerta de la calle y lancé la mitad de los calcetines a la entrada de la finca. El resto, que salió por el balcón, cubre el tronco del árbol de la calle y alrededores de la acera.
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