jueves, 15 de mayo de 2025

¡Menudo porrazo!

Huy lo que me ha pasadooooooo... ¡No quepo en el bañador que me compré en rebajas! Por poco me da el telele. Algo raro ha pasado porque cuando me lo probé me estaba como un guante. 

Después de mucho pensarlo caí en la cuenta de que, tal vez, la dependienta se equivocó y me dio la bolsa de otra persona. Pues, menuda le va a caer a la inepta esa porque voy a cantarle las cuarenta. Lástima que no pueda venir conmigo el árbol de la calle. Ese sí que canta rancheras de tiros y muertos. 

Salí de casa decidida a enmendar el entuerto pero, al dar un paso en la acera, choqué contra el borde de un ladrillo mal puesto y ¡PATAPAM! me estrellé contra el tronco del platanero, que viéndome venir, en lugar de cogerme, me despejó como si fuera un balón de fútbol, lanzándome al asfalto y me faltó el canto de un duro de entrar, limpiamente, en la portería contraria que, en éste caso, era un bus parado con las puertas abiertas.

A todos los personajes de casa que, preocupados por mi, estaban pegados a los cristales para no perderse nada, les salió de los más hondo un sonoro: - ¡¡¡HUYYYYY!!!

A mi vez y a modo de respuesta, grité: - ¡¡¡LA MADRE QUE OS PARIO!!!

 

miércoles, 14 de mayo de 2025

José Múgica.

 Espectacular. Así ha ido la entrada de mi primer abuelito. 

Vestido con un sudario de seda,  rojo pasión y adornado con campanas al vuelo, su sonrisa iluminaba más que la lámpara del comedor: - ¡Ha llegado un hombre sabio al Más Allá y he ido a recibirlo! - ¡Vaya! Debe ser muy importante porque estás muy guapo. - La ocasión lo merece. Es Pepe Múgica, que vivió según sus convicciones y poseía el don de la palabra. Ex presidente de Uruguay, no necesitó palacios para gobernar ni buscarse chollos en los que medrar cuando acabó su mandato. Su pueblo  ha reconocido su lucha, su sufrimiento... y se ha echado a las calles para acompañarlo, triste y huérfano, hasta la despedida final...

¡Tris! - Una lágrima de mi primer abuelito, se rompió al estrellarse contra el suelo. - Aaayyy (suspiró) No me emocionaba desde que me enteré que ya no estaba en el Más Acá. 

La abuela llamó, llorosa, - "Ayer nos dejó..."  - Pepe (dije con total aplomo y hubo un nanosegundo de silenció en que se podía cortar el aire con un cuchillo) - "¿Qué ha echo el jibarizado ahora?" . Me refiero a Pepe Múgica, abuela.

El nuevo silencio se prolongó en el tiempo, tanto que la escoba se acercó al teléfono para arrearle un escobazo y así poder reanudar la conversación. Pero no hizo falta porque la abuela hablaba de nuevo: - "¿Cómo sabes... eso?" - Me lo ha contado tu ex hace un mom... ¿abuela?... ¡¡¡¿Abuelaaaa?!!!

 

martes, 13 de mayo de 2025

¡A por los puntos!

La abuela y Andresito han recuperado la vida social que tanto les gusta y no hay quien los pille en su casa: - Estáis todos los días de picos pardos. Me estáis dando envidia. - "Pues, ponte las pilas y busca, de una vez, al padre de mi bisnieto. Después podrás hacer de tu capa, un sayo" - Es que ya le estoy cogiendo manía al padre ese y aún no le conozco.

Pascualita saltó de la pila de lavar del comedor al cuadro de la Santa Cena. Por lo visto había quedado con Pepe el jibarizado para encontrarse allí. Mi primer abuelito está de correveidile de los personajes que necesitan comunicarse y yo no los entiendo. De paso luce, como siempre, sudarios espectaculares.

- Disfrutas con ello ¿eh? - Se está convirtiendo en un placer. Me entero de cosas que no sabía. Además, como es una buena obra, los mandamases del Más Allá me han dicho que eso me da puntos para una Vespa. - ¿Una vespa? ¿Una moto que se llama vespa? - Sí, nena. Como la que tenía cuando vivía. - ¡Que chulada! No sabía que las almas ibais motorizadas. - Yo tampoco.

Llevé a Pepe el jibarizado hasta el aparador junto a la sirena y juntos montaron tal guirigay que despertaron a los comensales de la Santa Cena: - ¡¿Qué es una vespa¿! ¿Se come? (preguntó Pascualita, lo que despertó el hambre de todos. Ya se sabe que las primeras semanas de ayuno son las peores ) - Nooooo 

 

lunes, 12 de mayo de 2025

¿Llueve o no?

He cogido la extraña costumbre de mirar en el ordenador, qué tal día hará hoy. Nunca me había parado a pensar en el ello. Y ahora me gusta porque me rio mucho. ¡Esos pronósticos fallan más que una escopeta de feria!

Esas eran mis cavilaciones de camino al trabajo cuando, al pasar frente a la tienda del señor Li, éste me salió al paso. - ¿Aún no tenel gambas goldas en tu casa, boba de Colia. - No. Eso solo ocurrió una vez y punto. - No, punto no. ¡Yo quelel comel gambas goldas! - 

Entonces, una frase dicha sin pensar, me puso en un brete. - ¡Dedíquese a vender paraguas y déjeme en paz! - ¿Qué quelel decil tú? ¿Tú sabel que llovela? Si tú decil a mi, yo pagal bien todos los días.

Y sin comerlo ni bebiendo, acababa de ponerme un duro peso a la espalda. Desde entonces debo mirar el tiempo que hará cada día, pasar por delante de la tienda del señor Li, darle el parte y salir pitando al trabajo. El, por su parte, tiene siempre a mano la caja de los paraguas porque, quien escribe el pronóstico suele anunciar agua aunque, en ese momento brillara el sol.

Hoy hemos roto relaciones. El señor Li no tiene paciencia. He respirado profundamente aliviada mientras mi primer abuelito decía que no lo hiciera... pero el aviso llegó tarde: había aspirado tanto aire que, al soltarlo desplacé una nube que dio un traspiés y se abrieron los cielos cayendo tal cantidad de agua que todos nos acordamos de Noé y su Arca.

Desde el balcón hemos visto pasar al señor Li a lomos de la riada que se ha formado en un periquete. Menos mal que se agarró a la caja de los paraguas y, por lo menos, no se moja el pelo...

domingo, 11 de mayo de 2025

Cosas que no sabíamos de Pascualita.

El árbol de la calle quiere convertirse en chimenea. Así lo predica a los cuatro vientos con su bocaza de madera. Al principio hacía gracia porque creímos que nos contaba un chiste y nos reímos pero, como es más pesado que una vaca en brazos, hemos pensado que mejor que fuera una hoguera.

- ¿Por qué quieres ser chimenea, alma de cántaro? - Para lanzar fumatas blancas, como si fueran melenas al viento. ¡Sería espectacular! 

Pascualita quedó impresionada con el deseo del árbol y suspiró profundamente porque ese fue siempre su deseo: tener una melena espectacular como sus antiguas congéneres. Aquellas que atraían a los marineros con sus cantos... y melenas, para comérselos.

Todo aquello quedó atrás cuando Ulises demostró a los marinos, que se podían librar tapándose los oídos. Pero, para entonces Pascualita hacía milenios que ya no estaba en su mar. Era muy curiosa y siempre pensó que las olas tenían, entre sus funciones, la de trasladarla a otros mares. Así vio nuevas tierras, desaparecer otras, continentes desplazándose de acá para allá y como era una sirena sola, pasaba desapercibida y pudo probar marinos del mundo entero. Ni siquiera necesitaba cantar ni ondear su melena. Ahora, muchos milenios después, solo tiene un pelo-algas ridículo porque no la necesita. Ni marinos, porque se ha habituado a la comida para peces y tortugas que le pongo yo.

 


sábado, 10 de mayo de 2025

Los perfectos.

Pascualita me dijo un día, a través de mi primer abuelito que se comunica con la sirena por telepatía, que una vez estuvo en el Nilo. (Uno de los dos se ha equivocado, pensé) La sirena nació y vivió en el mar, que está salado y el agua del río es dulce, por lo tanto, algo no cuadra. Así que, como no tenía nada mejor que hacer, empecé una discusión.

Mi primer abuelito apareció en lo alto de la lámpara del comedor en cuanto lo llamé. Pascualita estaba en mi escote sin que su cara de pez mostrara la más mínima curiosidad. Expliqué el motivo del encuentro ... así que no pudiste estar, nunca, en el Nilo. Uno de vosotros dos se equivocó. - Pascualita sacó a pasear su pequeña pero terrible, dentadura de tiburón. Se considera doña Perfecta y no consiente que duden de ella. Mi primer abuelito no pudo mentir o ahora no estaría en el Más Allá de los buenos. 

La conclusión a la que llegaron, después de más de una hora porfiando. Uno decía Sí y la otra NO, luego cambiaron las tornas porque se aburrían, fue que YO LO HABÍA ENTENDIDO MAL PORQUE TENGO LA CABEZA LLENA DE GRILLOS. 

Naturalmente, me rebelé contra semejante resultado y quise continuar la discusión pero para entonces había llegado la hora de la siesta y eso es sagrado.

viernes, 9 de mayo de 2025

León, grrrrr, XIV,

Mientras desayunaba con Pascualita le iba exponiendo los resultados de mis horas de insomnio, sobre lo que pasó ayer en el Vaticano. 

- Mira que ésta gente sabe hacer bien las cosas de boato, misterio, sorpresa... pues, ésta vez no ha sido así. ¿A qué venían las prisas? Esto me ha llevado a pensar que, el resultado del Cónclave y el de la Lotería de Navidad, están cortados por el mismo patrón.

Pensé que la sirena apreciaría la hondura de mis pensamientos. Si así fue, ni me enteré. Ni ninguno de los personajes de casa. La voz del árbol de la calle gritando: - ¡Más fuerte que no se oye! - me obligó a explicarme mejor: - ¿Qué pasa cuando el Gordo de Navidad sigue sin salir y apenas quedan números en el bombo... eh? 

Observo las caras de todos y veo sus encefalogramas, planos... ¡Que la gente está pendiente de cada bolita que sacan los niños de San Ildefonso porque falta NUESTRO NÚMERO POR SALIR! - ¡¡¡Es verdad!!! (gritaron entusiasmados los personajes) - Pues, al elegir un nuevo Papa ocurre lo mismo. ¿A santo de qué han venido esas prisas por soltar el humo blanco? ¿Acaso había apuestas sobre si PRONTO o TARDE?

En fin, el daño ya está hecho y ha ido en detrimento del misterio: ¿Qué hacen los cardenales que no están a lo que hay que estar? o bien ¡¿Ya?! ¿Qué prisas tienen los cardenales? .A la gente le supo a poco éste Cónclave. Opino que dejarlos encerrados... unas dos semanas, era lo adecuado.

Y así fue como el Papa,  LEON ¡GRRRRR! XIV, ha entrado en la Historia.