Huy lo que me ha pasadooooooo... ¡No quepo en el bañador que me compré en rebajas! Por poco me da el telele. Algo raro ha pasado porque cuando me lo probé me estaba como un guante.
Después de mucho pensarlo caí en la cuenta de que, tal vez, la dependienta se equivocó y me dio la bolsa de otra persona. Pues, menuda le va a caer a la inepta esa porque voy a cantarle las cuarenta. Lástima que no pueda venir conmigo el árbol de la calle. Ese sí que canta rancheras de tiros y muertos.
Salí de casa decidida a enmendar el entuerto pero, al dar un paso en la acera, choqué contra el borde de un ladrillo mal puesto y ¡PATAPAM! me estrellé contra el tronco del platanero, que viéndome venir, en lugar de cogerme, me despejó como si fuera un balón de fútbol, lanzándome al asfalto y me faltó el canto de un duro de entrar, limpiamente, en la portería contraria que, en éste caso, era un bus parado con las puertas abiertas.
A todos los personajes de casa que, preocupados por mi, estaban pegados a los cristales para no perderse nada, les salió de los más hondo un sonoro: - ¡¡¡HUYYYYY!!!
A mi vez y a modo de respuesta, grité: - ¡¡¡LA MADRE QUE OS PARIO!!!