Espectacular. Así ha ido la entrada de mi primer abuelito.
Vestido con un sudario de seda, rojo pasión y adornado con campanas al vuelo, su sonrisa iluminaba más que la lámpara del comedor: - ¡Ha llegado un hombre sabio al Más Allá y he ido a recibirlo! - ¡Vaya! Debe ser muy importante porque estás muy guapo. - La ocasión lo merece. Es Pepe Múgica, que vivió según sus convicciones y poseía el don de la palabra. Ex presidente de Uruguay, no necesitó palacios para gobernar ni buscarse chollos en los que medrar cuando acabó su mandato. Su pueblo ha reconocido su lucha, su sufrimiento... y se ha echado a las calles para acompañarlo, triste y huérfano, hasta la despedida final...
¡Tris! - Una lágrima de mi primer abuelito, se rompió al estrellarse contra el suelo. - Aaayyy (suspiró) No me emocionaba desde que me enteré que ya no estaba en el Más Acá.
La abuela llamó, llorosa, - "Ayer nos dejó..." - Pepe (dije con total aplomo y hubo un nanosegundo de silenció en que se podía cortar el aire con un cuchillo) - "¿Qué ha echo el jibarizado ahora?" . Me refiero a Pepe Múgica, abuela.
El nuevo silencio se prolongó en el tiempo, tanto que la escoba se acercó al teléfono para arrearle un escobazo y así poder reanudar la conversación. Pero no hizo falta porque la abuela hablaba de nuevo: - "¿Cómo sabes... eso?" - Me lo ha contado tu ex hace un mom... ¿abuela?... ¡¡¡¿Abuelaaaa?!!!
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