sábado, 3 de mayo de 2025

Semillas voladoras.

La escandalera que formaban todos los de casa, incluida la Cotilla, llamaron mi atención y salí con ellos al balcón. - ¿Qué pasa? - ¡¿No lo ves?! Este puñetero árbol nos está matando ¡Mira toda la basura que tira! ¡Asesino! (gritaba la Cotilla) He llamado varias veces a Parques y Jardines hasta que he podido hablar con ellos. Están desbordados. ¡Este árbol y sus hermanos, se han vuelto locos! Menos mal que la sierra mecánica acabará pronto con ésto.

Palma estaba llena de semillas voladoras como no se había visto nunca. Corrí en busca de una mascarilla y las gafas de buceo. De vuelta al balcón y cuidando de no pisar a ninguno de los personajes, me asomé a la barandilla y grité, dirigiéndome al árbol de la calle: - ¿Es una fiesta? - ¡Sí. La fiesta del Amor! - ¡Qué bonito! - ¿Qué es bonito? (exclamó la Cotilla) ¿No poder abrir los ojos, ni la boca en la calle? A ver si vienen pronto los de Parques y Jardines y talan a todos los plataneros de la Ciudad 

- ¿Lo dice en serio? - ¡Claro, alma de cántaro. - ¡Sería una salvajada! - Salvajada es que no te dejen respirar, boba de Coria... ¿A dónde vas con esas prisas? - ¡A la calle! a abrazarme al árbol para que no lo talen: ¡No a la tala! ¡No a la talaaaaaa! (grité sintiéndome un poco, baronesa) - Te tengo dicho que no es bueno tomar chinchón on the rocks para desayunar ¡Qué cruz tengo contigo!

 

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