Las cucarachas del cuarto de baño eran más chulas que un ocho y se arrancaron por rancheras: ¡La cucarachaaa, la cucarachaaaaa ya no puede caminaaaaaaaar! (cantó una. La otra dijo: ¡Anda que no, mi cuate!)
Con el jaleo no me di cuenta de la llegada de la Cotilla: - ¿Que miras? ¡Mátalaaaaas! - Además del susto que me llevé, también me quedé sorda durante un rato. - Mátelas usted y hará algo por la Patria. - Vengo muy cansada. Estos curas jóvenes deben entrenar. Corren que se las pelan. Hoy casi me cogen... porque iba cargada de velas, velita y velones. - ¿Puedo saber para qué? en casa no quiero altares porque algún día saldremos en los periódicos.
- No me extraña que no encuentres novio ¡Que sosa eres, boba de Coria! Me las llevaré al trapicheo... - ¿Han llamado? (pregunté) - Y todos los personajes dijeron ¡Sí! - ¿Quién va a abrir? - La Cotilla, que no se enteraba de nada, dijo: - Es tu casa, tu puerta, así que vas tu.
La Cotilla no supo que- su razonamiento tuvo mucho éxito y fue silbada y jaleada por todos. Incluso el árbol de la calle le dedicó el Brindis de la Traviata. Yo me encontré con Bedulio: -¿Se puede saber a quién vas a matar? - ¡¿YO?! - No te hagas la sorprendida. Desde la calle te hemos oído muy bien. ¡Confiesa! - Huy, hace tanto que no... ¡Ah, ya recuerdo! jajajajaja Hay dos cucarachas en el baño y discutía con la Escoba y la Fregona si... ¡Basta! no sigas por ese camino... ¿Está tu primer... abuelito? - ¿Por qué no las matas tu que eres una autoridad?
Pero Bedulio ya estaba en el rellano de la escalera - ¡No llevo pistola!
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