La Cotilla, que de todo tiene que enterarse, me preguntó por el señor Li - Hace días que no lo veo... ¿Le ha pasado algo? - No estoy informada de ello (contesté sin dar muchas explicaciones) - Ese no es modo de contestar. No seas tan específica, coñe. Ya me enteraré yo, por otro conducto, boba de Coria.
A mi me dio por cantar las canciones del barquero. - ¿A qué vine ese cambio? preguntó la vecina. Es que no me llega la camisa al cuerpo... aaaaaaayyyyy ...Esta mañana he ido al dentista de toda la vida y al entrar en la consulta ¡allí estaba el señor Li!... Vamos, creí que era él... Se parecen tanto los chinos entre sí...
Ha sido muy atento. Claro, que yo se lo he puesto fácil. Después de mirarme la boca, ha dicho: Hay que sacar dos raíces de unas muelas rotas desde antes de que Colón llegara a América. - Trasteó un poco más y descubrió unas caries. - Hay que arreglar ésto, dijo en plan ordeno y mando. Estuve a punto de saltar de la silla y cuadrarme delante de él. Como tenía la boca dormida, no me enteré cuando le arreé un mordisco a la enfermera ¡¡¡MENOS MAL QUE NO FUE AL SEÑOR LI, O QUIEN QUIERA QUE SEA!!!
El, con beatífica sonrisa, dijo: - Oh, no tenel impoltancia, señola paciente. ¡Que jodío! Como se ve que el dedo no era suyo. Antes de irme me dio cita para el viernes. - ¿No faltala, veldad? - ¿Era una amenaza? Aaayyy, Señor, que cruz llevamos algunos.
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