jueves, 29 de mayo de 2025

Estoy que no estoy.

Pascualita está a plan. O sea, a dieta para ver si pierde esos flotadores que le han salido en la cintura. Desde que no está en casa la añoro. Nunca creí que diría eso... La llamo a diario para saber si mi segundo abuelito, Andresito, o el mayordomo inglés la han descubierto... o mi bisabuelastra la Momia, que parece que no se entera de nada pero no me fío.

De momento va bien la cosa... - "No te preocupes que está a buen recaudo" - ¿Quiéres que le lleve más algas para su pecera? - "Noooo. Tiene justo las que necesita. Piensa que está en el antiguo orinal de porcelana con flores pintadas, que perteneció a la bisabuela de mi maridito"

¿Aún tenéis esa antigualla? - "Va bien para una emergencia" - Pobrecita mía... ¿Adelgaza? 

La abuela colgó el teléfono. Antes de hacerlo oí decirle a Geoooorge: - "¡Si vuelve a llamar mi nieta, haz como yo: ¡CUELGA!"

Voy por mi casa como pollo sin cabeza. No sé qué hacer y como. Lo que sea. Como, como como como...  

Al ir a trabajar el árbol de la calle me ha silbado: ¡Guapa. Maciza. Eso es cuerpo y no...¿Nena, eres tú? ¡Hay que ver cómo te has puesto! ¡Estás para comerte! ¡Anda, abrázame! - ¡Que te den morcilla, degenerado!

¿A qué venía tanta palabrería? Al pasar delante de una farmacia eché una ojeada y me vi reflejada en la cristalera. Costó un poco reconocerme y supe que cuando el platanero habló de comerme, era literal. Sofocada por el susto, llamé a Parques y Jardines: - ¿Digaaaa?... ¡Hay que talar el platanero de debajo de casa! ¡¡¡Es urgente. Me quiere comer!!!

Au idò, ¡A dormir la mona! - Y colgaron.

 

 

 

 

 

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