Los gorriones del árbol de la calle han empezado a entrar en tromba en casa. - ¿Qué pasa? - (grité asombrada ante tanto pío, pío) - Que ya tenemos cerca al "añorado" invierno y creo que, antes, nos ofrecerá alguna de sus habituales rabietas.
Unos vencejos, rápidos como el viento llegaron de Egipto, poniéndonos a todos los dientes largos. Estuvieron en la inauguración del Gran Museo animando con sus trinos las noches egipcias. - Buenas carreras hemos hecho en aquel enorme espacio. cuidando siempre que, para entrar en ese recinto se tiene que venir "aliviado" de casa.
- ¡Oh, cuantas pegas ponen a todo los humanos. - ¿Que hace un barco enorme fuera del agua...? - Tiene más de cuatro mil años... - Dicen que no tiene ni un clavo.- ¡Se hundirá! - Los dioses los cuidan. - ¿Harán caja? - Como está mandado...
¡Y ya sabéis (gritó un vencejo en vuelo rasante) antes de entrar en el Gran Museo, hay que ¡¡¡ALIVIARSE!!!
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