miércoles, 19 de febrero de 2025

¡Oh, noooooo!

Como este invierno es anormal, hacemos cosas anormales para un mes de febrero, por ejemplo, tener el balcón abierto de par en par. Y se nos ha colado un  pajarito. Eso es lo que me dijo la Cotilla. - ¿Dónde está? - En la caja que he dejado en la cocina... No pongas esa cara que no le pasará nada porque he echo agujeros en la tapa para que respire sin problemas.

Entré en la cocina y sobre la mesa había una gran caja con agujeros: - ¿No había una caja más grande? (dije con retintín) - A caballo regalado no le mires el diente... - Ah, que hay un caballo... será un poni. - No eres más tonta porque no te entrenas, boba de Coria. La caja estaba cerca de la tienda de los chinos del señor Li. - Vacía, supongo. ¡¿Por quién me tomas?!... No sé... algo parece moverse dentro. 

Di un respingo. - ¿No ha dicho que era un pajarito? - Sí... Es lo normal en éstas fechas calurosas. - Alguien puso el dedo en el timbre del telefonillo y se quedó pegado. - ¡Ya vaaaa! ¡Qué prisas! - ¡¡¡¿QUIEN ES?!!!

Era la Mafia China de la tienda del señor Li en busca de la Cotilla.

- ¡Ni se te ocurra abrir! - ¡Anda que no! entrégueles la caja y Santas Pascuas. 

Para cuando terminé la frase, la Cotilla se había volatilizado. - ¿Dónde está? - Mi primer abuelito apareció sobre la lámpara del comedor envuelto en un sudario de seda multicolor que lanzaba cohetes maravillosos. - ¡Deja que los chinos cojan la caja! (me gritó asustado el ver que iba yo a por ella)

Un grupito de chinos entró en la cocina siguiendo la dirección de mi dedo. Dos segundos después salían de casa. - ¡¿Qué hay en la caja?! - ¡Selpientes! este año sel el de la selpiente - Seguí preguntando: - ¿Vivas? - ¡Clalo, boba de Colia! - Otro chino, echando una ojeada a la pila de lavar del comedor, dijo: - ¡¿Sel gamba golda?! 

 

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