domingo, 1 de junio de 2025

He aquí el por qué de su rápida recuperación.

El árbol de la calle está en un ¡Ay! porque han llegado los chulitos del aire y teme que choquen contra él cuando pasan jugando en el aire. He tenido que decirle que cambie de repertorio porque, con tanto ay, parece que esté cantando una saeta.

¿No podrías tener un poco de empatía hacia mi? ¡Estoy de los nervios! - Pero si es lo mismo de todos los años. Tendrías que estar acostumbrado. Los vencejos son alegres, juguetones... - ¡Irresponsables, gamberros, escandalosos... - Simpáticos, veloces, acróbatas, ... - ¡Basta ya de ponerlos de bueno de la película! Si un día alguno choca contra mi me hará un traje... - Ah, no sabía que también eran sastres. Pero, vaya, con la energía que tienen, de estos pájaros me lo creo todo.

El árbol de la calle carraspeó pero no consiguió que le saliera la voz. Los nervios le jugaron una mala pasada. Por señas quiso culparme a mi de su desgracia. - ¡Si no tengo alas! jajajajaja (Mi risa no fue la mejor medicina para él) - De repente se puso rojo. La boca intentaba hablar pero la voz se había ido de vacaciones a una cala. Y al pobre árbol le dio un soponcio de mucho cuidado.

 Alguien debió llamarles porque vi a los trabajadores de Parques y Jardines discutir sobre qué tratamiento habría que darle. Mientras lo decidían, el árbol fue recuperándose, incluso volvió la Voz - No he podido nadar porque había una invasión de... - ¡Medusas! (grité) - ¡Guiris! (gritó la Voz. Y se llevó la muñeca Chochona)

- ¡¿Dónde está mi bici eléctricaaaa?! (exclamaba el técnico que la dejó apoyada en el tronco del platanero) - El hombre no lo oyó, a pesar del erúcto escandaloso que soltó el árbol. ¡Valiente rugido!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario