martes, 30 de septiembre de 2025

Falta agua.

Los Hombres y Mujeres del Tiempo han dicho que lloverá. Mucho. Y he corrido a colocar, a la triste y solitaria maceta del balcón, pegadita a los barrotes para que se duche sin tener que gastar agua de la Red.

Cuando el esperpento de plantita que hay sembrada estiró el pescuezo para coger la primera gota que cayera, el sol asomó entre las nubes negras e iluminó la calle y todo cuanto había en ella. Poco después tuve que echarle un vaso de agua porque se estaba secando.

La Cotilla, que llegaba a casa después del trapicheo de la noche, levantó la cabeza y me vio regando : ¡Lo sabía! Tenías que ser tú la que gasta el agua del grifo. ¡Insolidaria! Te pasas la vida poniendo a parir a los grandes trasatlánticos que atracan en la Bahía de Palma y se van cargados de agua ¡Y resulta que eres tú la manirota! ¡Te pillé con las manos en la masa!

Al oír los gritos de la Cotilla varias vecinas se asomaron a los balcones: - ¡Es la de siempre! (gritaron) - Su abuela ya no sabe qué hacer con ella (dijo la vecina, compungida (dijo la jodía) Ni padre para el futuro bisnieto de la pobre mujer, tiene a sus años ... ¡snif!...

Yo no sabía dónde meter el vaso... - ¡No hace falta que lo escondas. El pecado ya está hecho! - Las vecinas fueron esparciendo cotilleos sobre mi. Pero se demostró que hay justicia. Poco a poco, las chafarderas fueron acercándose a la entrada de las fincas, otras daban media vuelta en los balcones cuando el cielo se abrió de repente y una tromba de agua las dejó chorreando y con el miedo en el cuerpo.

. Mi primer abuelito, emocionado y envuelto en un hermoso sudario de alas de mariposa que tocaban campanillas al menor movimiento, dijo - Nena, que detallazo has teniendo dando de beber a quien tiene sed, como has echo con la mísera plantita que llora, agradecida. 

lunes, 29 de septiembre de 2025

Fenómenos paranormales.

Durante unos días no se vio a Bedulio por las calles. Pensé que eso sería bueno para que los municipales no vinieran más a casa. Tal vez el Municipal les contó su fobia hacia el ánima de mi primer abuelito y se la ha transmitido a todos sus compañeros. Pero me equivocaba de cabo a rabo por qué una mañana llamaron al timbre.

No, Bedulio no venía con los municipales. - ¿Está malito? - Es como si tuviera alergia a ésta casa. - Me dio la risa floja - Yo diría que a mi primer abuelito jijijiji... - ¿Vive aquí el abuelo? (preguntó uno de ellos) - No, pero cuando menos me lo espero, se presenta... ¡Ahora mismo está volando alrededor de  la lámpara del comedor! ¡Hola, abuelito! - El puñetero pasó rozándoles la cara y eso bastó para que les corriera un escalofrío por la espalda y les entraran las prisas: - Bueno..., pues eso ¡que nos vamos!

Salían a paso ligero pero, antes de alcanzar la puerta de la calle, frenaron en seco chocando entre sí. Hacia ellos se dirigía una especie de zorrito que, en vez de correr, reptaba por el pasillo. No sé que se les figuraría que era aquella aparición pero corrieron como alma que lleva el diablo escaleras abajo.

 En la huida escuché algo sobre el Jefe - ... Pues, como no venga su padre ...

 

 

sábado, 27 de septiembre de 2025

Hay gato encerrado.

La Cotilla entró en casa acompañada de varios municipales, Bedulio entre ellos. - ¿Qué ha pasado? (dije poniendo la cara más angelical que pude) - ¡Me han robado! - ¡Ostras, Pedrín! - ¡Me han vaciado el bolso! - ¿Sospecha de alguien, Cotilla? ¿De los dueños de los cepillos de alguna iglesia..., por ejemplo?

Los agentes me miraron con curiosidad. - ¿Acaso sabe usted algo que nosotros debamos saber? - Bedulio, que como siempre que entra en casa no las tenía todas consigo, se preocupó: - Mejor nos vamos... - Pero no le hicieron caso y empezaron las conjeturas: - Pues me suena lo del robo de los cepillos... - Un rato después me sentí sacrílega ante tanta pregunta capciosa. - ¡Oigan, que yo no he sido! 

Bedulio sudaba: - Yo la creo ¡Vámonos! - Pero no soltaban la presa. Así que no tuve más remedio que gritar: - ¡¡¡ABUELITOOOOOO!!!

En un segundo la sangre le bajó a los pies al pobre municipal ante el estupor de sus compañeros. - Llévenselo que le está dando un soponcio... Oh, que bonito sudario  ¿Es de Chanel, abuelito? - Bedulio no esperó la respuesta y, aunque a trompicones, bajó la escalera sin apenas tocar el suelo con los pies.

- Nos vamos pero volveremos porque aquí hay gato encerrado (dijeron sus compañeros)

 

 

 

viernes, 26 de septiembre de 2025

¡SOMOS UN EQUIPO!

Ahora que los días se van acortando la Cotilla sale de casa más temprano para ir al trapicheo. Normalmente no la veo pero la oigo cuando dice ¡Me voy! Esta tarde me ha dado tiempo de verla de refilón a punto de cerrar la puerta. Y me ha dado el pálpito de que llevaba algo escondido.

He corrido al balcón  para ver si estaba en lo cierto pero he pillado a las dos caras de la Cristalera discutiendo sobre si cerrarse o no por la bajada de la temperatura. - ¡Dejadme pasar, pánfilas! - ¿Tú, que opinas, nena? - ¡Nada! Solo quiero salir. - ¿Por el balcón? ¿Ya has tomado chinchón? jajajajaja - ¡Se va la Cotilla! - Pues tanta gloria lleve como descanso deje la muy jodía...

Las dejé por imposibles y busqué el boá y a Pascualita pero no pude encontrarlas. Puse en pie de guerra a todos los personajes de casa, incluido el árbol de la calle: - Las ramas pasaban el mensaje ¡Buscad a Pascualita! lanzando hojas a suelo que el viento se encargó de llevar a todos los rincones del barrio.

No tardó en llegar la noticia: La sirena, vestida de boá, va en la bolsa sin fondo de la Cotilla. Las bolas de polvo me indicaron el camino a seguir explotando sobre las huellas de la vecina...  Mi primer abuelito llegó el primero, se metió en la enorme bolsa y en un santiamén la dejó vacía. 

No nos quedamos a ver la expresión de la cara de la Cotilla cuando abriese la bolsa. Afortunadamente, Pepe el jibarizado vino conmigo en plan llavero y pudo contar en casa, con todo tipo de detalle, lo que había pasado: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO...

jueves, 25 de septiembre de 2025

Que trajín.

Mi primer abuelito lleva días levitando y cuando menos me lo espero choco con él. Estoy cansada de decirle que coja más altura pero no me oye. Está tan enamorado de mi bisabuelastra que paladea, una y otra vez, los segundos que pasó con ella el otro día mientras su hijo, Andresito, creía que estaba traspuesta.

Sí, sí, traspuesta. Disfrutando del Amor con su enamorado. Hay que ver cómo son las cosas del querer: ella, que a éste paso va a tener más años que Matusalen, tuvo un marido que la llenó de joyas "para hacerse perdonar las cornamentas que le ponía" pero no la hizo feliz. Y mi primer abuelito tuvo una esposa que no lo quiso y se lo cargó con ayuda de la Cotilla... Bueno, eso son cosas que se dicen por ahí...

El caso es que siendo uno un alma del Más Allá y ella una muy firme candidata a serlo en breve, se conocieron en mi casa y el amor brotó como por arte de magia. Nadie sospecha nada porque la única que los ve soy yo... Y ahora me doy cuenta que tengo demasiados secretos a mi alrededor.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Otra vez hablando sola, nena?  Lo tuyo no tiene remedio ... ¡Aaaah! Tira ese boá de una vez que me da mala espina. - gritó la Cotilla viendo pasar a la sirena "disfrazada" camino del balcón.

 

 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Paraulas d'amor...

He recibido la llamada de Andresito, marido ricachón de la abuela, o sea, mi segundo abuelito. - Nena, creo que tienes un recuerdo de mi familia - ¡¿De la Momia?! ¿Qué se supone que es? - Un boá. - ¡Ostras!... El caso es que descubrí uno el otro día. Estaba guardado en el cantarano menorquín de la abuela... - Mi madre quiere verlo. 

Rodeado de un clamor de pitos, el rolls royce tomó posesión de "su aparcamiento oficial" desplazándose como un portaviones en la bahía. Mi bisabuelastra, cargada de años, me dijo: - ¡Quiero verlo! - Espera, mamá. No seas ansiosa. Descansa primero. - Ayudé a sentarla en la butaca de la salita al tiempo que, susurrando, dije: - Sobre tus hombros... 

Vi como se le iluminaba el rostro, que ya era casi transparente, mientras acariciaba a mi primer abuelito. 

Me costó mucho encontrar el boá. Finalmente lo vi en el fondo de la pila de lavar del comedor - ¡Huy, se me debió caer y ahora está chorreando. Bueno, mientras se seca tomaremos unas copitas de chinchón on the rocks ¿Qué te parece?

Andresito no dijo que no. Y menos viendo que su madre se había traspuesto. Casi una botella después nosotros también nos dormimos.

 

martes, 23 de septiembre de 2025

Vaya mañanita me ha dado la abuela.

Temprano han sonado los pitos de los coches ésta mañana. ¿El rolls royce ...?  Me he preguntado mientras intentaba sacudirme el sueño que embotaba mi cabeza... - "¿Nenaaaa?" - La abuela me llamaba desde la cocina. - Hola...  ¿traes ensaimadas para desayunar?

No había ensaimadas sino una pregunta concreta que me hizo en cuanto supo que estábamos solas... sin la Cotilla quiero decir. Entonces disparó: - "¿Dónde está Pascualita?" - Pues, durmiendo en la pila de lavar del comedor, supongo.

La abuela buscó a su amiga entre las algas que cubrían la pila de lavar: - "¡No está!"  - Ponte tranquila, ya aparecerá. - "Tengo el presentimiento de que se ha ido. Que no volveré a verla..." - ¿A qué viene ésto, abuela? - Pero no me escuchaba. - "La Cotilla la habrá descubierto y se la habrá llevado al trapicheo ¡¡¡No volveré a verla!!!"

Mientras se lamentaba iba de acá para allá. Por el pasillo venía el zorrito-boá. Se paró ante su amiga rozándole las piernas. La abuela, sin mirar, dio un manotazo ¡y tocó pelo! - "¿Qué es ésto?  ¡No es un mosquito! ¡¡¡Ah, un bichoooo!!!"

Corrió a la cocina, cogió la escoba y se lió a escobazos con el boá mientras gritaba como una posesa. Abrió el balcón de par en par y mandó al zorrito-sirena a tomar viento. Aterrizó en el techo del rolls-royce, cosa que puso más frenética a la abuela que corrió escaleras abajo, le dio una patada en la espinilla a Geoooorge: - ¡¡¡Espabila y mata a ese bicho!!!

Fui más rápida y con el boá en la mano subí a casa, saqué a Pascualita de la bolsa y para cuando llegó la abuela la medio sardina, enfurecida por la tunda recibida, me enseñaba su terrible dentadura de tiburón, desde la pila de lavar del comedor.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Mimetizándose.

Aprovechando que la Cotilla ha emigrado a otras tierras después de su metedura de pata, he podido entrar en el cuarto, que fue de la abuela hasta que se casó con Andresito y registrar los cajones de la cómoda (cantarano) que fue de mi familia.

Encontré agujas de coser oxidadas, cintas regaladas a la abuela por sus admiradores, un cuadernito con recetas escritas a lápiz. Un boá. El animalito fue un zorro de verdad hacía mucho tiempo. Se cerraba al rededor del cuello sujetando la cola con la boca. Una monada.

Me lo quité y, rápidamente, la boquita se cerró en una oreja y quedó como un pendiente largo. ¿Cómo era posible...? Al ir a cogerlo saltó a la otra oreja, de ahí a la nariz. Luego al suelo y corrió como un zorro en una cacería. - ¡Quietoooo! - No me hizo caso. Media hora después le había dado veinte veces la vuelta a la casa.

Pero el zorro no se contentó solo en correr horizontalmente, también se subió por las paredes, corrió boca abajo por el techo. Una de las veces que entró en la cocina se hundió en el tazón del cola cao de Pascualita y las huellas de sus patas se marcaron por todo.

La sirena, al oír mis gritos de ¡Basta, basta! se asomó al borde de la pila de lavar y se unió al juego. Jugaron al escondite junto con todo cuanto personaje se encontraba en casa. De repente el boá, desapareció. 

El resto del día lo pasé buscándolo... hasta que me di cuenta que boá y sirena se convirtieron en uno solo cuando la sirena se metió en el cuerpo, vacío, del zorro.

 

 

domingo, 21 de septiembre de 2025

¡Que jodía!

- ¿Quién hay en el baño, nena? - Nadie, Cotilla - Nadie, no porque alguién chapotea en la bañera. - Como yo estaba más distraída que un pulpo en un solar, estuve a punto de meter la pata hasta el sobaco. - ¡Ah! será Pasc... (ahí me di con un cántaro en los dientes y cerré el pico). Pero la Cotilla cogió el nombre inacabado de la sirena por el del" querido de la abuela"

- ¡No me digas que ese sinvergüenza está en nuestra bañera! Ahora mismo llamaré a Andresito - Ni corta ni perezosa descolgó el teléfono. - ¡Holaaaaaaa! Soy yo Ven deprisa a "¿mi casa?". Trae a Bedulio y te daré en bandeja a la pareja de adúlteros que  minan la confianza que tienes puesta en tu mujer ¡Escucha el ruido del agua mientras se lo pasan pipa en la bañera! ¡¡¡CORRE!!!

Minutos después, el concierto de pitos por el mal aparcamiento del rolls royce, llenó el aire. La puerta de casa recibió tal empujón que casi le saltan las bisagras... 

Sudando a mares, Andresito y la abuela entraron en el cuarto de baño mientras, disimuladamente, Pascualita se escondía en los bajos de la cortina de la bañera.

La cara de la Cotilla era un poéma...

Mi primer abuelito dijo, desde lo alto del toallero: El día que te muerdas la lengua, morirás envenenada.  

 

 

sábado, 20 de septiembre de 2025

Quien no se fía, no es de fiar.

Necesitamos salir al balcón los días de más calor. Cantar Clavelitos con poca gracia y esperar que el vecino, o vecina, de arriba se harte de oírte y te tire un cubo de agua. No hay nada como una ducha tempranera y sin gastar ni una gota de agua, que estamos en pre-sequía.

La bañera ha pasado a ser propiedad privada de Pascualita. La defiende a capa y espada mostrando, amenazante, la temible dentadura de tiburón. Para ducharnos la Cotilla y yo, primero hay que brindar las veces que haga falta, con chinchón on the rocks. Hay que ver lo que aguanta el alcohol la sirena. Parece imposible que un cuerpo tan pequeño trasiegue tanto.

La abuela está muy espléndida éste verano: Cada vez que viene a casa trae bolsas de cubitos de hielo para que su queridísima amiga no pase calor. Y cuando se va cuenta los que quedan. - Tu nieta soy yo. (le dije)- "Lo sé. Por eso los cuento".

 

viernes, 19 de septiembre de 2025

El árbol se quedó sin votos.

 El árbol de la calle criticó, ampliamente, a la abuela y a la Cotilla que, aún sabiendo que él es de madera, no dudaron en encender una buena luminaria de velas, velitas y velones. poniendo en peligro la vida de el mejor vecino del mundo mundial (EL) a cuenta de un desconocido por guapo que sea... Además, para gustos, colores.

En seguida las bolas de polvo  hicieron piña con el árbol. - Tiene tooooda la razón. Si necesitas nuestros votos para algo, aquí estamos y que sepas que somos ¡Ciento y la madre!.

Los comensales de la Santa Cena también se unieron a ellos - Vosotros no sois de madera (protesté) - Pero el marco en el que estamos, sí. 

Las COFRE dudaron un rato pero, tras escuchar al árbol lo tuvieron claro - Si os cae una chispa encima, arderéis como una pavesa. - Ah, bueno, como no sé lo que es eso no me doy por enterada. (dijo la escoba) - La fregona le puso la guinda al pastel:  Además, Pavesa viene de pavo... por lo tanto no tenemos nada más que decir. - Y se fueron a ver la tele.

Pascualita despertó de la siesta encontrándose con tan sesudas opiniones. - ¿Qué dices tú, sirena? - Mi primer abuelito apareció sentado sobre la pila de lavar del comedor. De la cocina salió la voz de Pepe el jibarizado dando su opinión que no sé si convenció a alguien. Mi primer abuelito habló por boca de la medio sardina: - Si alguien se quema, yo soy la que maneja el agua.

Se hizo el silencio hasta que todos entendieron que Pascualita tenía la sartén por el mango: EL AGUA. 

 

 

 

 

 

  

jueves, 18 de septiembre de 2025

Robert Redford que estás en los cielos...

Era temprano cuando puse la radio para escuchar las noticias. Se ha ido al cielo de los guapos, Robert Redford. - ¡No puede ser verdad! - Mis gritos inconsolables se unieron a los que dieron quienes se fueron despertando con la noticia.

Yo tuve una granja en Africa... - Tú qué vas a tener. - protestó la abuela que acababa de llegar, enlutada de arriba abajo. - Lo he recordado en Dos hombres y un destino - ¡Que bellezones se juntaron! - Gente como esa ya no se hacen. Yo me quedaba con Paul Newman.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! (la Cotilla llegaba de limpiar los "cepillos" que le correspondían de las iglesias de Palma.) - ¡Ay, que disgustooooo! Ahora mismo voy a escribirle al obispo para que suba a los altares a Redforf y a Newmán. 

Se metió en su cuarto a trajinar y salió cargada de velas, velitas y velones. En un pispás montó una capilla. Cuando estuvo encendida parecía un mágico velero cruzando la bahía de Palma. 

Antes de salir en el telediario la noticia de un incendio, apagué cuanta vela había en la salita. La abuela y la Cotilla protestaron hasta que Geooorge, el mayordomo inglés. apareció en el comedor con una paella de marisco... ¿Eh...? ¿Si era de té?... Solo sé que cuando hay hambre, no hay pan duro. 

 

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Pascualita es ... ¿sonámbula?

Esta madrugada he sentido el frío tacto de la muerte ¡Menudo respingo me hizo dar la interfecta! - A duras penas pregunté: - ¿Ya...?

 Cerré los ojos y espere a que ocurriera lo inevitable pero no pasó nada. Poco a poco mi mente se iba tranquilizando hasta dejarme pensar con claridad...  Estiré la mano con precaución hasta encontrar ¡la cola de sardina de Pascualita! - ¡La madre que te parió ¿Qué haces aquí? (grité, poniéndome de pie encima de la cama) 

En un rincón del cuarto una tenue lucecita anunciaba la visita de mi primer abuelito. - ¡Solo falta la Madre Superiora! (seguí gritando) - Venía a enseñarte el nuevo sudario de Armani ¡Mira el estampado de la flotilla de la Paz tirando flores sobre el mar! 

Era una verdadera maravilla. - Estoy emocionado ¡snif!

De repente me di cuenta de que alguien aporreaba la puerta de casa. Abrí de golpe y pegué un puñetazo a la primera cara que se me puso a tiro ¡Buena se armó!

Llevamos todo el día en Comisaría ... Dio la casualidad que la cara era la de Bedulio. He tenido que llamar a mi jefe diciéndole que no sé cuando volveré al trabajo. - Si no estás en tu puesto en una hora, ya no hará falta de vuelvas.

El jefe de los Municipales cotejó el asunto: - Nena, sí. Nena, no - Minutos después salí a la calle después de jurar que no volvería más por allí.

martes, 16 de septiembre de 2025

Total, por un poco de polvo... ¡Que genio!

El ruido de vasos me despertó. - ¿Qué se celebra? (pregunté) - Abrí los ojos para volver a cerrarlos porque me pareció que el sueño aún no había terminado. De nuevo hice una intentona y ¡no era un sueño! 

La salita estaba llena de bolas de polvo que, trajinando vasos en los que había chinchón on the rock fresquito, brindaban por una buena sequía. - Las bolas de polvo llevaban una borrachera como un piano y todo eran risas cuando, dando tumbos, pisaban el suelo mojado y acababan estampadas contra la pared.

Los comensales de la Santa Cena protestaban dentro de su cuadro: - ¡Queremos beber y estamparnos contra la pared! - Pero no les hacían caso porque estas cosas no entraban en sus contratos. 

Cuando Pascualita y yo íbamos por el tercer vaso de chinchón on the rocks caí en la cuenta de que estaba celebrando una sequía. - ¿De qué va eso de la sequía? - Lloverá poco este Otoño han dicho en la tele así que nuestra familia crecerá y crecerá y... - Chafé con el pie al gafe marisabidillo y llamé a la escoba y la fregona: - ¡Vamos a echar a esa tropa! - Y barrieron para el balcón... A continuación se oyó la voz amenazadora de Bedulio: - ¡¡¡NENAAAAAA!!!

Yo también grité: - ¡¡¡ABUELITOOOOOOOOOOOOO!!! 

 

lunes, 15 de septiembre de 2025

La Cibeles, con los que sufren.

Pascualita y yo hemos dormido la siesta reparadora de todos los días mientras los ciclistas de la Vuelta a España aguantan calores, suben montañas, bajan a velocidades endiabladas sin parar de pedalear. 

El último día, los organizadores les tenían preparada una llegada en alto: subieron a la Bola del Mundo por una carretera empinada, sobre un suelo de cemento echo cisco. Ganó el lider, un chico noruego de nombre impronunciable. 

En casa estábamos todos en la salita mirando la tele. De la calle llegó la escandalera de siempre cuando la abuela llega en el rolls royce y aparca en la parada del bus. Se dejó caer en el sofá mientras Pompilio, las COFRE y un montón de bolas de polvo, salían por pies para no ser aplastadas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Dejáme sitio! (le gritó a la abuela la Cotilla) - Pascualita se removía inquieta en mi escote. - Tranquila, tranquila (dije sin pensar que no estábamos solas) Mi primer abuelito apareció en lo alto de la librería ¡Iba más bonito que un San Luis! - ¡Ooooh! (se me escapó) ¡Huy! 

Rios de gente llenaban las calles enarbolando banderas palestinas. Iban en son de paz  La Cibeles sintió que la entrega de trofeos no sería como siempre. Pero había niños a los que recordar y otros a quien salvar y la diosa, castiza, estuvo de su parte y con el pueblo de Madrid.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Eso no se le hace a un amigo...

Cayeron cuatro gotas que apenas mojaron la acera pero el árbol de la calle, emocionado, cantó el brindis de la Traviata a pleno pulmón. Harta ya de tanto escándalo, le canté, a mi vez, Las verdades del Barquero.

El árbol me llamó de todo menos bonita y acabó diciendo que la envidia me reconcomía. - ¡Ja! Envidia ... ¿De qué? Estoy cansada de decirte que la gente de la calle no te oye. Quién te aguanta soy yo y los personajes de mi casa. - ¡¡¡MENTIRA COCHINA!!! - Hagamos la prueba. Canta y mira a la gente que pasa por la calle y luego a los personajes.

Por fin pareció entender la verdad de su situación. Las hojas del platanero perdieron su lozanía. El pobre estaba chafado. No tenía ni fuerzas para aguantar sus ramas... A medida que pasaban las horas se iba apagando. Pepe el jibarizado llegó a preguntar - OOOOOOOOOO - No creo que se muera por esto... aunque no lo tengo muy claro. (contesté)

Al día siguiente su aspecto era preocupante. Y entonces ocurrió lo inesperado. Pascualita llegó al balcón arrastrando su destartalado Coche-huevo y lo tiró a la calle, cayendo en el alcorque del árbol.

Contuvimos la respiración mientras saltaban tornillos, trozos de carrocería oxidadísima, el volante... Mi primer abuelito apareció en el aparador del comedor. Le dio tres palmaditas a la sirena. Luego me miró, ceñudo:  - Aprende de ella.

¡Menudo atracón se dio el árbol de la calle!  

 

viernes, 12 de septiembre de 2025

De ilusión también se vive.

Pascualita, entusiasmada con su nuevo juguete, no deja de pasar ni un día sin sacarlo a que le de el sol. Considera que es lo más espectacular que ha visto nunca y disfruta de la envidia que la rodea. 

Después de comer nos tumbamos las dos en el sofá del cuartito,  con la tele encendida para dar la sensación de que estamos escuchando o viendo algo. Nos quedamos fritas antes de decir Amén. 

Un nuevo Modisto que ha llegado estos días al Más allá. Armani. Que hombre más guapo ¡Pero guapo, guapo! 

Desde que se vieron, hace solo unos días, "viven" solo para contemplarse, embobados uno con el otro. Es otra versión de lo que ha pasado entre la sirena y el coche- huevo. Ahora pasarán una buena temporada sin que se les vea el pelo. Después, con el corazón alegre, volverá a crear, esta vez para todos los que no pudieron hacerlo cuando vivían.

Será fantástico ver los nuevos sudarios puestos en el cuerpo de mi primer abuelito. Ya tiemblan de emoción quienes se preparan para verlo y se nota la envidia flotando en el ambiente, aunque sea en menor cantidad que la que sentimos los "humanos" que, para eso están en el Más Allá.

Pienso que, si se lo pide mi primer abuelito,  podré tener un traje de Armani por la patilla...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 11 de septiembre de 2025

Motivos hay...

No hay quién tosa a Pascualita desde que sabe que es la única que tiene un coche-huevo... aunque esté estropeado. Todos los días lo saca de la pila de lavar del comedor y lo pone al sol del balcón a seca. Para esto me necesita. 

El primer día que quiso hacerlo sola todo fueron golpes: de la pila de lavar del comedor pasó a la silla ¡PAM!. De ésta al suelo ¡PAM!. Arrastrarlo hasta el balcón ¡PAM!, ¡PAM!, ¡PAM. ¡PAM! y ¡PAM!. Sacarlo al balcón ¡PAM¡ ¡PAM!. La misma "melodía" y el esfuerzo que supuso, físicamente, para alguien que tiene toooooooooodos los años, habidos y por haber de éste mundo, sonó a la vuelta. 

Reflexionó sobre el caso que nos ocupa y decidió que se portaría bien conmigo el tiempo que considerase necesario ... Durante tres días se contentó con guiñarme un ojo cada vez que nos encontrábamos. Pensé que le había entrado algo y quise ayudarla pero una sonrisa de tiburón en su cara me convenció de lo contrario - ¡Que se lo mire su padre! - fue mi sentencia irrevocable.

Los demás personajes de casa se mueren de envidia. El que más es el árbol de la calle - Pero si es un trasto viejo (le dije) ¿Para qué lo quieres? - ¡Para comérmelo! ¡Necesito hierro después de soltar el polen y ahora, las hojas muertas!  

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Lo que dura aun conjuro...

La Cotilla encontró uno de los huevecitos de casualidad porque no es muy propensa a salir al balcón. A ella le gusta escuchar los chafardeos de las vecinas en el patios de luces. Pero este día le llamó la atención que, lo que ella creyó que era un huevo de zurcir calcetines, estuviese en el suelo. 

En el balcón había más. - Que raro (pensó) - Enseguida sacó su vena comercial - Los llevaré esta noche al trapicheo.  A ver que tal... - Y sin encomendarse, ni a Dios ni al Diablo, guardó los huevecitos en sus bolsillos y se marchó a "limpiar los cepillos" de las iglesias.

Y como un Conjuro dura lo que dura, a éste también se le acabaron las pilas y todo volvió a la normalidad cuando, desde Mamá Huevo hasta el último huevecillo, desaparecieron por arte de Magia, nunca mejor dicho.

Hubo quien protestó ¿A quién?  ¿A quién va a ser?: ¡Al maestro armero, hombre! Por ejemplo, el comensal de las treinta monedas porque, tampoco ésta vez, pudo usarlas. 

Escuché la risa de mi primer abuelito: ¡Ay, Pascualita. Te has salido con la tuya! - ¿Por qué? (pregunté) - Ella sí tiene un pequeño coche huevo. Seguramente no crecerá más porque lo tiene... metido en el agua de mar de la pila de lavar. No funcionará nunca pero le hace compañía al barco hundido...

 

 

martes, 9 de septiembre de 2025

El conjuro mágico dio como resultado: coches huevo.

¡Por fin he sabido de dónde salió la extraña Mamá Huevo! De las mágicas manos de un Mago de tres al cuarto que vino a mi barrio ha trabajar durante las fiestas del mismo. 

Se anunciaba como Toribio, el Súper Mago. Era un señor muy mayor al que no le funcionaba muy bien la cabeza. Cuando Pepe el jibarizado se enteró, le ofreció lo único que tenía: el ojo-catalejo.  Toribio se emocionó y dijo la célebre frase: - Quién da lo que tiene no está obligado a más.

Esa misma tarde, el Súper Mago Toribio salió a actuar con el llavero sujeto a su cinturón. Pepe el jibarizado no cabía en si de alegría ¡Por fin la gente lo conocería! Recorrieron las calles del barrio. Vieron los tenderetes y actuaciones contratadas por el Ayuntamiento. Pepe el jibarizado acabó mareado perdido de tanto mirar aquí y allá. 

Por último, le tocó actuar a Toribio. La gente no le prestó mucha atención porque era demasiado lento. Cuando fue a hacer su último truco el Súper Mago a punto estuvo de desmayarse: había perdido uno de sus elementos mágicos: un huevo.

Cuando ya estaba a punto de pegarse un tiro, se escuchó: - OOOOOOOOOOOOOOOOO - ¡Pepe el jibarizado lo encontró! El alivio fue tan grande que Toribio, después de hacerle un conjuro mágico, lanzó el huevo al balcón, cayendo en la humilde maceta.

A partir de aquí el conjuro actúo. El resto de la historia ya lo sabemos.

 

lunes, 8 de septiembre de 2025

¡Yo quiero uno!

Comenzaron a ocurrir cosas. Por ejemplo, Pompilio dejó de correr como un gamo. Cuando llegaba a casa frenaba su carrera para salir del balcón, acercarse al rincón donde estaba Mamá-Huevo con sus pequeños huevitos que alborotaban y llenaban de alegría mi casa.

Una tarde Pompilio se me acercó. - ¿Hoy no vas a ver a los huevecitos? - Primero hablaré contigo... ¿Has pensado qué vas a hacer con ellos? - ¿Yoooo? ¿Qué quieres qué haga?  - Pues si no te importa quiero quedarme con uno. - A mí que me registren, guapito de cara. - Pensaba PAGARTE...

Esta palabra hizo que todas las cabezas que, en ese momento estaban en casa, se levantaran. La que más, la del comensal de las treinta monedas, de la Santa Cena. - ¡Por fin podré gastarlas! (gritó entusiasmado)

Las orejas de todos estaba atentas cuando yo pregunté - ¿Para qué quieres el huevecito, Pompilio? - Para no cansarme cuando trabajo y vuelvo a casa cargado de calcetines. Es un cochecito. En ese momento caí en la cuenta de que había sido yo quien lo dijo primero pero no quedó grabado en mi cerebro... ¿Qué dijo Mamá Huevecito? - Sí, hija, sí. Llévatelos porque vendrán más. 

Menudo jaleo se montó en casa ¡Hasta el árbol de la calle quería uno! Y de pronto, Pascualita hizo valer su condición de Vejestorio Universal saltando a mi escote, con la dentadura de tiburón amenazando con desmenbrarme en ná y menos.

Naturalmente, la sirena fue la primera en tener un Cochecito Huevo... faltaría más.

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

Se multiplican.

Han pasado dos semanasa desde la llegada del Huevo y han pasado cosas. Por ejemplo: no he visto a Bedulio ni por mi calle ni por ningún rincón del barrio. El día que me crucé con dos Municipales, se cambiaron de acera. - Quise acercarme a ellos y gritaron: ¡Vade retro, Satanás! y salieron por pies.

Por otra parte, el Huevo, que sigue en el alcorque del árbol de la calle, donde lo dejó Bedulio cuando supo que mi primer abuelito estaba en el cochecito. Inesperadamente, éste se multiplicó y ahora hay seis huevecillos, tamaño huevo de zurzir calcetines.

La Cotilla ya les ha echado el ojo: Me llevaré dos al trapicheo de ésta noche y lo que gane lo repartiremos a medias. - ¡Ni hablar! Hasta que no sepamos quienes son los padres, no se tocan.

He tenido una "charla" con Pascualita y el platanero: -  Algo debisteis ver la noche que dejaron el Huevo en el balcón. Sois unas chafarderas y no es os escapa nada. - Ambas coincidieron en que, esa noche tuvieron un sueño muy profundo.

Las puse como hoja de perejil pero no se bajaron del burro.

Cansada de sudar y de escuchar mentiras, me tumbé en la cama y mientras me entregaba a los brazos de Morfeo me pareció escuchar: OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

¿... Pepe...? 

viernes, 5 de septiembre de 2025

¿Alguien ha perdido un huevo?

Esta mañana ha aparecido un huevo en la única maceta del balcón. La pobre está chuchurría porque, desde que ya no está la preciosa flor de la que yo presumí, se me olvida echarle agua. - ¡Esto qué es! - exclamé asombrada al ver el "regalito"

El árbol de la calle engoló la voz para decir lo que era obvio: - ¡Un huevo! - ¡No me digas! Aaayyy que ilusión, boba de Coria... Ahora hay que saber quién lo ha dejado ahí. - ¿Te estás riendo de mi? - Solo un poquit¡Aaaaaayyyyyy!

La rama más cercana a mi se movió con precisión y me hizo un buen chichón. ¡Que poca correa tiene este montón de leña!

El caso es que en la maceta descansaba un huevo enorme. - ¿De dinosaurio? (preguntó un gorrión) - Nadie supo dar razones. - De la calle llegó la voz del Municipal, Bedulio. - ¿Qué es lo que tienes ahí, nena? Tiene pintar de pesar mucho. Imagínate que se hunde el balcón ¿De quién será la culpa? ¡Tuya! ¿Y si pilla a alguien y lo espachurra? ¡Tuya también! Te tocará pagar y .... - ¡Vale ya! Ayúdame a sacarlo. - Yo soy la autoridad, nada más.

 Me acerqué al "fenómeno" Tenía puerta. Era un  coche utilitario de los llamados huevo por su forma. - ¡Ah! es un coche antiguo. Una monada. 

Bedulio corrió escaleras arriba para ayudarme a bajarlo: - ¡Y lo probamos!

Una vez en la calle, dijo: Aparta. Yo conduzco - ¡No cabes! Vamos mi primer abuelito y yo. - El Municipal perdió el color y tomó las de Villadiego hasta perderse tras la esquina.

El árbol de la calle y yo seguimos preguntándonos: ¿Quién lo ha dejado aquí?

jueves, 4 de septiembre de 2025

A ver que tal...

El Relato está roooojo de vergüenza por lo ocurrido con sus escritos. Lleva unos días cara a la pared. Castigo que se ha impuesto él mismo después de leer, con detenimiento, la "obra de arte" que había echo.

Me ha pedido que los mayordomos ingleses dejen de leerlo: - ¡Me avergüenzo! ¡Yo no soy así! ¡Que la abuela deje de hacer negocios con mis bodrios, por favor! - Huy, eso será lo más difícil porque hay mucha pasta por medio y a la abuela le encanta. Así que deja de ponerte cara a la pared y esfuérzate en escribir bodrios, resalao.

Si lo sé no le digo nada porque ha estado berreando todo el santo día. No me ha quedado otra que ponerme firme y zanjar la escandalera con un: ¡Basta ya, premio Nobel!

El Relato ha dado vueltas y más vueltas a palabras que pudieran inspirarlo pero no daba con la tecla. Se echó un sueñecito. Después se tomó unos lingotazos de chinchón on the rocks ¡Y a escribir! Parece que ha encontrado a su musa... ¡hip!

 

 

miércoles, 3 de septiembre de 2025

El Relato.

 Menudo chasco me he llevado ésta mañana cuando he intentado leer el Relato que escribí anoche, mientras deba cabezadas envuelta por las volutas de un sueño acaparador.

- ¡¿Quién ha echo este desbarajuste?! (grité sin ninguna autoridad que me respaldase) Ahora entiendo las risitas burlonas que escucho desde que me he despertado ésta mañana. 

Todos dieron la callada por respuesta a mi pregunta. Ni siquiera Pascualita levantó la cabeza.  - A más de uno le pondré las peras a cuartos. Alguien no ha hecho bien su trabajo... ¿verdad, Relato? - Estás conmigo para relatar historias y también para corregirlas cuando veas que se van por los Cerros de Úbeda sin que tengan nada que hacer allí.

El concierto de pitos me anunció la llegada de los abuelitos. La abuela, con cara de pocos amigos, contó que, desde muy temprano su teléfono no paraba de sonar. Eran sus amigas millonetis. Todas querían alojarse en la Torre del Paseo Marítimo y ser la primera en leer tan magno texto. - ¡Soy tu amiga desde hace más tiempo! - (camelaba Veni (Venancia) a la abuela) - "Será un Asilo Amistoso (dijo ésta) ¿Cuántos días?" - ¡Hasta cansarme! - "Serán 24000 euros a la semana" 

El fructífero negocio se debía al galimatías del Relato enmarañado e ilegible de ayer. Los mayordomos ingleses leían todas las mañanas a sus señoras mi Relato mientras desayunaban. Y éstas creían que, cuanto menos se entendía, más inteligente resultaba.

martes, 2 de septiembre de 2025

¡Sorpreeeeeeeeeeeeeeeeeesssssssssssssssssssss!

Los ciclistas de la Vuelta a España me miraban dormir desde la pantalla del televisor. - Que a gusto está la nena durmiendo a pierna suelta como todos los años. ¡Esto es afición al ciclismo y lo demás son cuentos! - ¡Venga, que cuando falten treinta kilómetros para meta se despertará! - ¿Qué es ese bicho que tiene en las manos? - A nosotros nos dijeron que era un tamagochi... - Es tan feo que podría ser cualquier cosa. 

Un ciclista primerizo dijo: - Si no fuera una tontería, que es una sirena. - ¿Eso? ... Sí... sí. Puede ser. - Algunos veteranos rompieron a reír. - Que imaginación tienen los "nenes" jajajajajaja - Los ciclistas esprintaron hasta llegar a la altura de los compañeros y se unieron al pelotón. 

Pero el día de hoy pasará a los anales de la Historia (¡como me gusta ésta frase!) Cuando los ciclistas estuvieron a treinta kilómetros de meta, tanto Pascualita como yo, abrimos los ojos como los búhos para no perdernos la llegada... Y pusieron un rato de anuncios. - Ibamos por el tercero cuando el cuerpecito de sardina de Pascualita se puso tenso. - Miraba. obsesivamente, un trozo de mosaico romano que los arqueólogos descubrieron en las excavaciones de una casa de Pompeya.

De un salto se estrelló contra la pantalla de la tele. Fui a cogerla y me ensañó su dentadura de tiburón. - ¡Qué miras, jodía! - Al acercarse el objetivo de la cámara al mosaico pude ver unas sirenas peleando por un sireno que no lograba escapar

Toneladas del Las grandes melenas contrastaban con una bicicleta último modelo. Un corte de pelo juvenil y un corte de montón de pelos ralos´hizo el "milagro: - ¡PASCUALITAAAAA!

 

 

 

 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Menudo personal hay por casa.

La sirena es una fuente de misterios, historias extrañas de cuando el mundo comenzaba su andadura y podría contar y no parar pero la jodía no quiere hablar mallorquín porque, según me dijo mi primer abuelito, ella ha hablado toooooda su vida la jerga que dio inicio al lenguaje primigenio que aprendió de pequeña y no va a cambiar ahora. 

- ¡Pues no vamos a enterarnos de nada! (protesté) - Mi primer abuelito me corrigió, a pesar de que  yo no lo veía. - Lo que tenéis que hacer es aprender vosotros su lenguaje... -  ¿Llamas lenguaje al batiburrillo de sonidos de la selva, chirriar de dientes, eructos y un sinfín de ruidos irreconocibles?  Por cierto ¿dónde estás? - En el probado de Oscar de la Renta y he puesto una especie de manos libres para hablar contigo. No veas cómo me sienta los nuevos sudarios. ¡Hasta la próxima

De la cocina llegó la voz de Pepe el Jibarizado: - OOOOOOOOOOOOOOOOOO -  Y otra vez mi primer abuelito dejó oir su voz: - Dice que él, a veces entiende algo. - ¿Ah, sí? ¿Por ejemplo? - El ojo-catalejo empezó a moverse, para ver el panorama, supongo.  Pero no dijo ni pío. - ¿Qué pasa? - Tiene tan poca cabeza, literalmente, que se le ha olvidado lo que iba a decir.

Pascualita saltó sobre el llavero y, enfadada, le arreó unos cuantos mordiscos que tendrá que arreglar la abuela.