martes, 23 de septiembre de 2025

Vaya mañanita me ha dado la abuela.

Temprano han sonado los pitos de los coches ésta mañana. ¿El rolls royce ...?  Me he preguntado mientras intentaba sacudirme el sueño que embotaba mi cabeza... - "¿Nenaaaa?" - La abuela me llamaba desde la cocina. - Hola...  ¿traes ensaimadas para desayunar?

No había ensaimadas sino una pregunta concreta que me hizo en cuanto supo que estábamos solas... sin la Cotilla quiero decir. Entonces disparó: - "¿Dónde está Pascualita?" - Pues, durmiendo en la pila de lavar del comedor, supongo.

La abuela buscó a su amiga entre las algas que cubrían la pila de lavar: - "¡No está!"  - Ponte tranquila, ya aparecerá. - "Tengo el presentimiento de que se ha ido. Que no volveré a verla..." - ¿A qué viene ésto, abuela? - Pero no me escuchaba. - "La Cotilla la habrá descubierto y se la habrá llevado al trapicheo ¡¡¡No volveré a verla!!!"

Mientras se lamentaba iba de acá para allá. Por el pasillo venía el zorrito-boá. Se paró ante su amiga rozándole las piernas. La abuela, sin mirar, dio un manotazo ¡y tocó pelo! - "¿Qué es ésto?  ¡No es un mosquito! ¡¡¡Ah, un bichoooo!!!"

Corrió a la cocina, cogió la escoba y se lió a escobazos con el boá mientras gritaba como una posesa. Abrió el balcón de par en par y mandó al zorrito-sirena a tomar viento. Aterrizó en el techo del rolls-royce, cosa que puso más frenética a la abuela que corrió escaleras abajo, le dio una patada en la espinilla a Geoooorge: - ¡¡¡Espabila y mata a ese bicho!!!

Fui más rápida y con el boá en la mano subí a casa, saqué a Pascualita de la bolsa y para cuando llegó la abuela la medio sardina, enfurecida por la tunda recibida, me enseñaba su terrible dentadura de tiburón, desde la pila de lavar del comedor.

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