Temprano han sonado los pitos de los coches ésta mañana. ¿El rolls royce ...? Me he preguntado mientras intentaba sacudirme el sueño que embotaba mi cabeza... - "¿Nenaaaa?" - La abuela me llamaba desde la cocina. - Hola... ¿traes ensaimadas para desayunar?
No había ensaimadas sino una pregunta concreta que me hizo en cuanto supo que estábamos solas... sin la Cotilla quiero decir. Entonces disparó: - "¿Dónde está Pascualita?" - Pues, durmiendo en la pila de lavar del comedor, supongo.
La abuela buscó a su amiga entre las algas que cubrían la pila de lavar: - "¡No está!" - Ponte tranquila, ya aparecerá. - "Tengo el presentimiento de que se ha ido. Que no volveré a verla..." - ¿A qué viene ésto, abuela? - Pero no me escuchaba. - "La Cotilla la habrá descubierto y se la habrá llevado al trapicheo ¡¡¡No volveré a verla!!!"
Mientras se lamentaba iba de acá para allá. Por el pasillo venía el zorrito-boá. Se paró ante su amiga rozándole las piernas. La abuela, sin mirar, dio un manotazo ¡y tocó pelo! - "¿Qué es ésto? ¡No es un mosquito! ¡¡¡Ah, un bichoooo!!!"
Corrió a la cocina, cogió la escoba y se lió a escobazos con el boá mientras gritaba como una posesa. Abrió el balcón de par en par y mandó al zorrito-sirena a tomar viento. Aterrizó en el techo del rolls-royce, cosa que puso más frenética a la abuela que corrió escaleras abajo, le dio una patada en la espinilla a Geoooorge: - ¡¡¡Espabila y mata a ese bicho!!!
Fui más rápida y con el boá en la mano subí a casa, saqué a Pascualita de la bolsa y para cuando llegó la abuela la medio sardina, enfurecida por la tunda recibida, me enseñaba su terrible dentadura de tiburón, desde la pila de lavar del comedor.
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