miércoles, 6 de agosto de 2025

Cada loco con su tema.

Hemos tenido que ensayar mucho hasta lograr que, desde fuera, no se vea a Pascualita cuando va dentro del pipimán. Es más pesado que llevar la antigua cantimplora de la tienda del señor Li. Tengo que poner más agua y las plantas que haga falta. Propuse que fueran de plástico pero la sirena nos mostró su dentadura de tiburón después de probar una.

El señor Li se presentó en casa sin avisar. - ¿Tu quelel decil a mi que pasal? - ¿Ya ha bebido chinchón de buena mañana? (sé de buena tinta que ha cambiado el sake por el chinchón) - ¿Tu tenel casa pala gambas goldas que gustal a mi? ¡Yo quelel! - ¿Y dónde la pongo? ¿en el balcón?

En dos saltos se plantó en el balcón y de la inercia que llevaba pasó por encima de la barandilla y aterrizó... en los fuertes brazos de dos chinos-guardaespaldas.

La gente que lo vio gritó horrorizada. Yo en cambio escuché un comentario de las Cofre que, al ver volar al señor Li, dijeron: - ¡Menos mal que no tenemos competencias para limpiar lo que ocurre fuera de casa! - ¡Y estamos en hora de descanso!

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