viernes, 22 de agosto de 2025

La merienda.

Están las tórtolas ¡y tórtolos! en plan Romeo y Julieta. Un día, merendando en el balcón, al levantarme sacudí al suelo las migas de pan que habían caído en el trapo de cocina que resguardaba mi ropa del aceite de oliva conque empapé las dos rebanadas de pan con queso mahonés y tomate restregado, que me comí tranquilamente, como buena mallorquina que se precie.

Cuando fui a la cocina creí ver una sombra en movimiento, a mi espalda. - ¿Abuelito? (pensé) Volví al balcón con un vaso de cola cao fresquito en la mano, no estaba sola. Una tórtola (o tórtolo) se comía las migas que yo había tirado - ¡Bien echo! - Apenas tuve tiempo de decirlo porque Pascualita, siguiendo su extraño modo de tomar el cola cao (¡único en el mudo!) se lanzó sobre el vaso como si se tirara a la piscina. Y hubo por todo.

Desde ese día el, o la, tórtola viene todas las tardes y merendamos juntas. Si me retraso suelta su gorgojeo solicitando mi presencia. Luego llega Celos Reunidos Jeyper ¡Pascualita, vamos! Y nos alimentamos juntos mientras, inevitablemente, el árbol de la calle nos ameniza con su Brindis de la Traviata.

Algunos vecinos, se paran bajo el balcón y preguntan: - Al final ¿quién mató al ex de tu abuela. Ella o la Cotilla? porque esa también es para echarle de comer aparte... - Yo levanto los hombros como diciendo ¡...y yo que sé! 

Insisten: - ¿Si esto fuera una quiniela que signo pondrías, nena? 

La EQUIS, por supuesto. 

 

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