sábado, 23 de agosto de 2025

La fregona, despreciada.

Me he fijado que, últimamente, Bedulio ronda, casi a diario, mi calle. ¿Querrá echarme los tejos? Bueno, a nadie le amarga un dulce y la cosa empieza a gustarme. De todas maneras y sin buscarle pegas al hombre, tengo que reconocer que no es muy rápido tomando decisiones pero, en fin, es lo que hay.

El otro día le bajé un paraguas para el sol y el botijo lleno de agua fresca con un poco de anís. Se quedó pasmado. Ya sé que tal vez pequé de impulsiva y antes de que reaccionara yo ya estaba de vuelta en casa. Pero son detallitos que gustan. Bueno, quién lo iba a decir que después de tantos años como hace que nos conocemos Bedulio y yo, al final acabaríamos juntos y teniendo al bisnieto de la abuela... Me hace ilusión jijiji

Sentada en el balcón, con las tórtolas comiendo a mis pies, pensé en llamar a la abuela y contarle que ya tengo al futuro padre de... - ¡¡¡Pascualita!!! - La entrada de cabeza en la taza de cola cao de la sirena sigue pillándome desprevenida. Es que no puedo estar en misa y repicando: o pienso en Bedulio, o pienso en Pacualita..

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla, que llegaba sudorosa de la calle, puso el grito en el cielo al ver el desparrame de cola cao: - ¡¿Otra vez se te ha caído?! Es que no estás en lo que tienes que estar. - En un arranque de rabia cogió la fregona y la tiró lejos: - ¡Vaya guarrería de fregona que tienes! En lugar de limpiar, ensucia ¡Así no encontrarás novio, ni perrito que te ladre!

 

 

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