- ¿Qué me pasa? Empiezo a dudar que yo sea yo. Creo que me han cambiado sin que me haya dado cuenta. - ¿Vas a seguir mucho tiempo dándome la lata, boba de Coria? (me dijo el árbol de la calle al que se le veía cara de aburrimiento) - Ten un poco de empatía conmigo como te la tengo a ti cuando no me queda más remedio que escucharte cantar como un ciervo en la berrea. - ¡¿Perdonaaaaaaa? ¿Llamas berrear a las virguerías que hago con mi maravillosa voz? A ti lo que te pasa es que tienes un oído musical que es un cacho de pedrusco de granito pegado en la cara, animal de bellota... Con tanta retórica ya no sé de qué hablamos.
- De qué soy otra. - ¿En qué te basas porque yo te veo igual? - ¿Qué ha pasado las veces que he encontrado un dragón cerca de mi, eh? - ¡Que has montado la marimorena entre gritos, aspavientos y carreras! Incluso te filmaron los de la tele autonómica jajajajajajaja ¡Que ridículo más espantoso hiciste! - Pues eso ha pasado a la Historia... - ¡JA y JA! - He visto uno en casa andando por el pasillo como si fuera el propietario ¿Crees que ha corrido? ¿Crees que he corrido yo? - ¡Claro jajajajajajaja! - Pues no, listo... Ya te digo que soy otra persona. - ¿Algo así como un alien? - No diría yo que no.
La abuela se presentó en casa. - "¿Es cierto lo que me ha contado la Cotilla?" - No sé que te ha dicho... - "Que eres otra. ¡Ya era hora! Ya puedes ponerte a buscar al futuro padre de mi bisnieto. Tenlo y la Torre del Paseo Marítimo será tuya"
Fue toda una declaración de intenciones. Ahora mismo voy a arreglarme y a comenzar La Operación ¡A POR LA TORRE Y QUE LE VAYAN DANDO A LA COTILLA!
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