martes, 22 de octubre de 2024

¡Ratones!

Un vecino me ha dicho que por qué no tenía un gato: - Tendrías que cuidarlo, estar pendiente de él y nos dejarías en paz al resto de la finca. - No sé que ha querido decir con eso. Será que aún le dura la borrachera de moscatel.

Desde entonces, vecino o vecina que me encuentro, pregunta por el gato: - Me han dicho que tienes un gatito... - ¿Cómo se llama el gato...? - ¿Es siamés o de angora? - Ay, que monooooooo. Un gatito. Por lo menos no ladrará...

- ¿Qué gato? digo yo ¿Para qué quiero un gato? ¿Para que se coma a la sirena? ¡Ni hablar del peluquín! - Los personajes de casa daban también su puntos de vista. - Nadie tiene un gato. El gato te tiene a ti (sentenció el árbol de la calle) - Nosotros no teníamos gatos porque se comían nuestra pesca. (todos los comensales de la Santa Cena estuvieron de acuerdo) - No tendríamos ratones ¿verdad esCOba? - Verdad FREgona, - ¡¿Desde cuando hay ratones en casa?! (Mi voz se aflautó)

Mi primer abuelito estuvo al quite. - Nunca, nena. Es el modo de hablar que tienen las COFRE ¿Verdad que NUNCA  ha habido un ratón en ésta casa?... Decídlo vosotros que yo soy un alma del Más Allá y no puedo mentir. 

Pero antes de que alguno de los presentes abriera la boca, la voz de Pepe el jibarizado llegó, alta y clara, hasta el balcón - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - ¡Lo ves, nena! Dice que no hay ratones ... - ¡¡¡Porque Pascualita se los come!!! (gritaron todos a una y aplaudieron a rabiar cuando la sirena, saltó de la pila de lavar a mi escote...con la cola de un ratón asomando entre sus dientes de tiburón.

Tuvieron que venir los bomberos del calendario a calmarme porque mis gritos resonaron hasta en la Catedral.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario