Se va acercando el día... ¡Huy, que ilusión! Tengo que llamar a la abuela para recordárselo, que ya está mayor y a veces tiene fallos de memoria... Pero ésto que quede entre nosotros porque es capaz de borrarme del testamento.
Los personajes de casa, todos muy serios, juraron y requetéjuraron que jamás saldría de sus bocas palabra alguna con referencia a los ¡¡¡FALLOS DE MEMORIA POR SER UN VEJESTORIO!!! refiriéndose a la abuela.
La casa retumbó bajo la potencia que dieron a sus voces los personajes, para que resultara más verosímil. - Vale, vale (dije temerosa de que las palabras rebasaran las paredes y una vez libres, se dejaran caer en cualquier sitio desde dónde otros podrían copiarlas e ir extendiéndolas por toda Palma.
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando escuché: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ... ¿Con quién hablas, boba de Coria? - Con nadie, Cotilla ¿No ve que estoy sola? - Me ha parecido oír que hablabas de tu abuela... ¿No has dicho algo de recordarle...? - ¡Basta ya, mujer ¡No hay nadie!
Cambió de tema: - ¿Vas a ir a la fiesta de Haloui de El Funeral, nena? - No sé... - ¡Yo sí! Iré de bruja. ¡Y me llevaré la escoba! - ¿La de casa? - No, la del vecino... ¡¿A tí que te parece?! - Entonces se llevará también la fregona ¿no? - ¡No! La fregona es moderna ¡No tiene pedigrí¡ -
Ríos de lágrimas caían a los pies de la fregona y me enfadé- ¡No hace falta ofender, Cotilla! - Mientras la vecina iba en busca del chinchón on the rocks a la nevera dijo: - Estás como una chota.
Llamó la abuela: - "Para que luego digas que no me acuerdo de ti, nena. He encargado dos Rosarios dulces para el día de Todos los Santos. El más grande es para Pascualita... ¿Oído, cocina? - Oído...
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