lunes, 25 de noviembre de 2024

¡Aleluya!

Al árbol de la calle no hay quién le tosa. Debe tener amistad con el Alcalde porque, a la hora de adornar las calles para Navidad, a él le han puesto más bombillas led que a los demás. ¿Con quién se habrá compinchado? He intentado sonsacarle pero no suelta prenda.

Sí me he dado cuenta que los gorriones que viven en sus ramas parecen más contentos que de costumbre. -Vosotros sabéis algo... ¿No vais a contar nada? ¡Pues no seré yo quien vuelva a sacudir el mantel para que comáis las miguitas de pan!

He visto dudas en algunos de los pájaros pero, al final, no han dado su ala a torcer. También hay conspiración de silencio entre las dos caras de la Cristalera. Los comensales de la Santa Cena. La Escoba, al saber que no tendrá que barrer las pocas migas que dejen los pájaros, está feliz... Me estoy dando cuenta de que, tanto la escoba como la fregona, son dos vagas de mucho cuidado.

- Cualquiera diría que habéis hecho voto de silencio. - Me giré hacia los rincones del comedor, donde las bolas de polvo, apretadas unas contra otras, hacían lo posible por no dejar ir la lengua a practicar su oficio: Hablar.

Mi primer abuelito apareció deslumbrante con un sudario lleno de estrellas novas brillando a todo gas. - ¡Esto es una iluminación (grité) y no la birria de luces led del árbol de la calle!

Todos quisieron estar al sol que más calienta y se les soltó la lengua como por arte de magia: - Para tener más luminaria que los demás árboles, el de la calle ha tenido que jurar ¡¡¡Que no cantará en toda la Navidad!!!

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario