- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! - La Cotilla entró en casa toda sofocada. - ¡No puede ser! ¡Esto se avisa! - ¿Qué le pasa? - Necesito bañadores, urgentemente. ¿Tú cuántos tienes, nena? - Dos - Buenos son. Miraré en el cantarano de tu abuela por si hubiera algo más...
Un rato después salió, brazo en alto, enarbolando tres bikinis del año Catapún. - Algo es algo... - ¿Seguro que no tienes más, boba de Coria? - ¿Para qué los quiere si vamos camino del invierno? - Para los últimos chapuzones del año. - ¿No pensará venderlos? Los míos pueden durar cinco o seis años más. - Sí, hija: no me extraña que no tengas novio ni perrito que te ladre.
Nos sentamos frente a una jarra de chinchón on the rock y dimos buena cuenta de ella. -Va a hacer... ¡hip!.. calor, boba de Coria. - El año que... ¡hip!... viene jejejejeje ... - Noooooo ¡hip!.. Mañaaaaaana ¿a que has puesto el edre... ¡hip! ... don. Pues ¡a sudar...pano... ¡hip!... li.
Hemos comido a las cinco en punto de la tarde después de discutir un montón de horas, si subirán las temperaturas o no: _ ¡A treinta... ¡hip!... gradoooooos...! - No te tiro de los pelos... ¡hip¡ porque no sé si eres real ... ¡hip!... o una alucina... ¡hip!... ción.
El telediario de la noche contó que este fin de semana hará calor. Podemos llegar a los treinta grados en puntos de Peninsula y Baleares...
Pascualita, desde el borde de la pila de lavar, gritó y gesticuló, para que prestara atención al locutor pero yo ya no era de éste mundo. La Cotilla y yo dormíamos la mona soñando que nadábamos, tan ricamente, dentro de la botella de chinchón.
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