viernes, 8 de noviembre de 2024

¡Embarazada!

Al parecer, Pascualita ha dado por finalizada su carrera de modelo de Alta Costura. No sale de la pila de lavar del comedor, pese a que mi primer abuelito, aparece cada día con un modelo exclusivo de sudario a cual más sofisticado.

- ¿Qué le pasa, nena? - Está apática. - ¿Eso quiere decir que se acerca otro período de celo? - Vete tú a saber... O está menopáusica. - Ah, ¿las sirenas también tienen eso? . No me mires con ésta cara, abuelito que yo nací en el siglo pasado y no en muchos milenios atrás. ¡Yo qué sé! - Podrían haber dejado constancia de esas cosas dibujadas en alguna cueva... - ¿En cuál de ellas porque hay millones... 

Seguimos divagando durante tres horas más hasta danos cuenta de que Pascualita, sentada en el borde de la pila de lavar, no se perdía ni una sílaba de nuestra conversación. - ¿Tienes algo que decir? (preguntó el abuelito) - ¡Vaya si tenía! -  Dice que... ¡EMBARAZADA! 

La palabra, liberada de la autocensura, creció y creció hasta llenar la casa que, desde entonces permanecía en un asombrado silencio. La palabra llegó al balcón y tomando impulso, saltó al vacío donde las corrientes de aire la elevaron sobre la ciudad mientras no dejaba de crecer. 

Esto ocurrió mientras la abuela, seguida de Geooorge el mayordomo inglés, salía del rolls royce aparcado en la parada del bus.

Entró en casa como un elefante en una cacharrería. - "¡¿Estás embarazada?! ¡¡¡Por fin!!! - Geooorge, prepara una paella inglesa para la nena. Y una normal para Pasc... ¡para dos!"

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