sábado, 5 de julio de 2025

El día del Arbol de la calle.

El árbol de la calle no dice ni pío, sin embargo sí lo hacen los muchos inquilinos de sus nidos. Resulta que ha cogido uno de esos catarros de verano que duran tanto como las pilas Duracel y  se ha quedado ¡afónico! En vista de ésta buena noticia, Pascualita y yo hemos instaurado El Día del Arbol, que no tiene nada que ver con el que se celebra a nivel Mundial y lo estamos celebrando toooooda la mañana con unos traguitos frescos de chinchón of the rocks.

Los personajes de casa no han querido ser menos y se han ido acercando a la salita para brindar por la ronquera del árbol. 

La sirena me ha hecho notar a un personaje que se había escapado del cuadro. Era el de las treinta monedas de la Santa Cena: - ¡Hey! Estás en zona prohibida. Venga, cada mochuelo, a su olivo. - Viendo que se hacía el remolón instauré una norma de convivencia: - Quién se salte las normas no escritas, servirá de aperitivo a Pascualita. - La sirena no cabía en sí de gozo. Y el de las treinta monedas tardó, ná y menos, en volver al cuadro en un visto y no visto.

 

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