martes, 15 de julio de 2025

¡Van a volar cuchillos!

Mi casa se ha llenado de las dos terribles palabras. Resuenan por doquier y entre tanto guirigay sonó la voz de la Cotilla: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - Respiré aliviada: la Cotilla no se había enterado de mi desgracia... Sí sí. Se plantó delante de mi, con cara compungida hasta que no pudo aguantar más la risa y se carcajeó a placer. 

Ya lo dice el refrán: siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo. Ahora solo me falta tener el bisnieto para tu abuela ¡y la Torre del Paseo Marítimo será para mi! - Pero si es usted más vieja que la tos para tener bebés. - ¡Pero yo no! - dijo la voz cantarina de la Cartera. Luego se acercó a mi ordenándome: - Preséntame a tu abuelito, resalá que tiene que estar de toma pan y moja.

De lo alto de la lámpara del comedor caían las babas del abuelito. Está visto que, a pesar de llevar un montón de años en el Más Allá, a nadie le amarga un dulce. 

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