viernes, 25 de julio de 2025

¿Y el pescadito?

He llamado a la abuela: - Necesito un barco hundido para Pascualita o se me va a comer viva. - ¡Verywel! Yo muy contento. - ¿Geoooorge? ¡La madre que te parió! Pónme con mi abuela, bebedor de agua caliente. - Primero decir quién ser Pasc... ¿Pasc... qué? - ¡Tu padre! Mira que vengo y te asesino. Por una vez, el difunto será el mayordomo.

Ipso facto, pasó el teléfono a la abuela. - "¿Por  qué asustas al pobre Geoooorge?" - ¡Quiere saber quién es Pascualita! - "Ah, eso sí que no. Voy a ponerle las peras a cuartos" - La sirena necesita un barco hundido, grandecito... - "Le pediré a Andresito que haga hundir uno." - que quepa en la pila de lavar del comedor y ella pueda moverse a gusto en el ¡Piensa que tiene el tamaño de una sardina en aceite!

Media hora después, los coches tocaron sus pitos anunciando, cabreados, que el rolls royce de los abuelitos acababa de aparcar en la parada del bus.

Trajeron una caja. Desde lo alto de la lámpara del comedor mi primer abuelito quiso ver que había dentro: ¡Un tren! - ¡No era est...! - "Calla y escucha" - Andresito decía: - Me ha costado encontrarlo pero aquí lo tienes: un tren de juguete que funciona bajo el agua. Tu pescadito será el primero en usarlo. - ¿A que lo has comprado en la tienda de los chinos del señor Li? - ¿Cómo lo sabes, nena? - Porque lo que él no tiene es que no se ha inventado. 

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