Llamó la abuela: - "Tienes contento a Andresito, nena, porque has dejado a su hijo hecho unos zorros." - Pero si estaba encantado. - "Eso decía pero su padre no puede consentir que todo un señor doctor llegue a casa como si lo hubiera atacado Atila.
Luego se puso en plan confidente bajando tanto la voz que yo, apenas la oía: -" pisip pisip, pisip... " - No sé qué dices... - "No querrás que Andresito se entere por mi y por tu culpa... -" ¿Mía...? - "de que la sirena existe y es muy agresiva. No sabes el trajín que nos dan los ojos del Médico. Cuando menos lo esperas se caen al suelo y tenemos que buscarlos bajo los muebles." - La abuela se explayó: - "Como le dije a Andresito, ya sabes lo dramático que es, que según se mire (¿ves? me tengo que reir) es gracioso cuando se los coloca al revés en las cuencas: a veces mira bizco, otras estrásbico... Bueno pues Andresito no ve el lado cómico de las cosas"
Seguimos hablando un rato más partiéndonos de risa...- "Huy, tengo que arreglarme para ir a El Funeral. Recuerda, aleja a Pascualita del Médico no vaya a ser que le pase algo a mi chiquitina"
Y colgó.
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