Ha llamado la abuela: - "Nena ¿a qué sé lo que vas a comer hoy? ¡Fabada asturiana, de bote¡" - ¿Te apetece? Solo tengo tres botes... Bueno, los repartiremos y mojaremos pan. - "Guarda esos botes. Invito yo" - ¿Por qué hoy son los Santos Inocentes? - "¿Ah, sí? pues no me acordaba. Celebramos que hace un buen día ¿Qué te parece?" - Bien, mientras no sea paella con té. - "Hoy será algo exótico"
Y colgó dejándome con la miel en los labios.
Mi primer abuelito apareció sobre la lámpara del comedor envuelto en un sudario radiante como el día de hoy. - Cuidado con tu abuela, nena. Le gustan mucho las inocentadas. De echo, la última que me gastó me mandó de cabeza al Más Allá - ¡Caray!
Los pitos que llegaban de la calle anunciaron la llegada del rolls royce de los abuelitos. Una vez en casa, Geoooorge entró en la cocina con la abuela. Y yo pegué la hebra con Andresito: - ¿Qué es eso exótico que vamos a comer? . Iba a preguntarte lo mismo, nena. - Pues vaya...
Al cabo de un rato y sentados ya a la mesa con la Cotilla, que hay que ver el olfato que tiene la jodía para invitarse por la patilla.
La bandeja que Geooorge puso en la mesa del comedor olía a gloria. No podía ser nada malo, me dije. Un revoltillo de verduras con apariencia de algas, tentáculos de diferentes tamaños y grosores. Trozos de algo gelatinoso mezclado con huevo y aderezado con una salsa pi...pi..pipipipipipipipipipipipipipiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiicante!!!
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