Tengo la lengua en remojo desde que probé las medusas a la remanguillé y no se me va el escozor ni la hinchazón. Lo único bueno que me ha traído ésto es que me han dado vacaciones en el trabajo porque estoy cara al público y no es plan que me vean con la lengua en remojo, sin poder hablar ni cerrar la boca.
Pascualita ha intentado varias veces, hincarle el diente a la lengua y he tenido que defenderme a escobazos. ¡La tengo contenta a la escoba! Dice que la he tomado por el pito del sereno y lo mismo la uso para un roto que para un descosido... Por cierto, ha llamado uno de los pocos pitos de sereno que quedan en Palma, diciendo que no tiene ni punto de comparación el trato que recibía él cuando ejercía su oficio. :- Todas las noches acababa en la boca del sereno. El tío fumaba celtas y no era plato de buen gusto recibir el aliento y la saliva... Los he dejado discutiendo porque casi me da un telele escuchándolo.
El árbol de la calle, que no tolera bien el frío, se dedica a malmeter al que pilla más cerca. Esta vez me ha tocado a mi. Al asomarme al balcón ha dejado caer como el que no quiere la cosa: - ¿No te has preguntado por qué a tus abuelitos y al inglés les sentaron tan bien las medusas, boba de Coria?
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