El teléfono sonó muy temprano y pensé que era parte de un sueño pero no, porque insistió, machaconamente, hasta que pregunté: - ¿Cree que son horas de despertar a las buenas gentes que conformamos nuestro País y lo levantamos con nuestro esfuerzo diario? - Del otro lado del teléfono alguien dijo: - Usted perdone...
A pesar de reconocer la voz me hice la longui y colgué pero el caso es que ya me había espabilado. Tres horas después la voz de mi segundo abuelito, Andresito, sonó fuerte y clara. - Hola, nena. Estoy que no me llega la camisa al cuerpo.... - ¿Has adelgazado? - Esta madrugada me ha hablado la voz de España... - ¡Jopé! - Estoy emocionado... ¡snif!... Tengo que pedirte Asilo Familiar porque a tu abuela no hay quien la aguante. - Vaaaaleeee... - Me ha puesto a régimen hasta que tenga el cuerpo de el Brad Pitt de la película Telma y Louise - Estarás guapote. - A mis ciento y poco años... ¡Es imposible!
Me contó que se habían compinchado su madre, la Momia y tu abuela. Ellas también se han puesto a plan. Toda la comida es verde ¡hasta sueño en verde! Hablando de verde, nena. Tu abuela ha aceptado que te pida Asilo Familiar ¡solo! si me intercambias por lo que hay en la pila de lavar del comedor. O sea, algas y agua ¿Ves cómo está como una cabra?
Por el rabillo del ojo vi el gesto de triunfo de Pascualita, asomada al borde de la pila de lavar, como diciendo: ¡¡¡BIEN!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario