miércoles, 30 de abril de 2025

El Alba hace un borrón.

Me fui a dormir a la playa pensando que la arena, calentada todo el día por el sol, me serviría de edredón natural. Además, el mar estaba en calma y apenas se oía... ¿Qué podía salir mal? Pues todo. Pascualita sabía que solo era cuestión de suerte que pudiera volver a las profundidades abisales donde había vivido tantos milenios y se preparó para largarse sin que la nieta se enterara... pero, a medio camino decidió que la oscuridad ya no le gustaba y volvió, reptando, hasta el termo de los chinos. 

En la raya del horizonte el Alba pintaba sus colores preferidos con muy poca maña. - ¡Menuda birria! (exclamé) - ¡Estoy atacado de los nervios y la culpa es tuya!

Esto sí que no lo esperaba... (dije) - Llevo aguantando el brindis de la Traviatta desde las ocho  de la tarde de ayer, sin parar. ¡Mira, me tiembla el pulso! La boca del platanero de tu casa no se ha cerrado en todas esas horas ¡No aguanto más! ¡Renuncio a mi trabajo como tú, boba de Coria, has renunciado de tu familia! ¡Menuda tropa! Arreglando sus cosas a grito pelado ¿Pero es que nadie piensa en  mi? Me levanto muy tempranito... ¡snif!... ¡snif!... ¡BUUUUAAAAA!

Pascualita y yo estábamos apesadumbradas. Nunca se había visto que el Alba, tan puntilloso con su trabajo, hiciera un borrón. La medio sardina y yo nos miramos, justo cuando apareció en el cielo la palabra EGOISTA. 

Salimos corriendo hacia casa. Al llegar no se oía una mosca. Me asomé al cuarto de la Cotilla. No estaba. Mi cama seguía deshecha. ¿Y mis abuelitos?... Los encontré, junto con todos los personajes de casa,  junto al balcón, contemplando a una hermosa mariposa, posada en el marco de la Santa Cena, que movía sus alas, delicadas y poderosas, llevándose lo que envenena nuestro modo de ser.

martes, 29 de abril de 2025

Histórico apagón

Andresito y la abuela me llamaron para pedirme asilo familiar. Pero lo hicieron por separado. Primero fue la abuela: - "¡No aguanto más a tu abuelastro!" - ¿Quién es ese? - "¡Andresito, alma de cántaro!" - ¿Por qué le llamas así...? - "No quiero nombrar al soso que tengo por marido. ¡Con lo bien que me lo estaba pasando en aquel ascensor y va él, mueve todos los hilos de influencias y me sacan en lo mejor de la juerga!" - Pero si ya llevabais un montón de horas encerrados y el apagón no tenía visos de acabar. - "¡Eres clavadita a él. Ni que tuvieras su misma sangre!"

Poco después llamó Andresito: - ¡Acógeme, por favor, nena! No entiendo a tu abuela. He movido cielo y tierra para sacarla de aquel ascensor y está más cabreada que un mono. Cuando los sacaron iban todos en paños menores... por la asfixia, sería.

Cuando sonó, de nuevo el teléfono, era la Momia, mi bisabuelastra: - No entiendo a ésta juventud, nena. No quieren escucharme. He mandado a los cubanitos-culito-respingones a tomar viento. Y todo porque el apagón me ha recordado mi niñez en Ciudadela cuando el farolero encendía cada noche, las farolas de gas. 

La noche fue así desde siempre: negra. Salvo el resplandor de las hogueras o las velas. Pues eso contaba. Y no han querido escucharme ¡Pues, anda y que les vayan dando! Acógeme en tu casa, nena!

Los acogí a todos, naturalmente y en cuanto colgué, me fui de casa con Pascualita en el termo de los chinos, a disfrutar del apagón, ya histórico. Los más contentos eran mi primer abuelito y la Momia. Cada vez más cerca de encontrarse... Son adorables.

lunes, 28 de abril de 2025

Sentí escalofríos...

Menudo lunes el de hoy. Me ha llamado Andresito, muy preocupado. - ¡Nena, tu abuela ha quedado encerrada en el ascensor! -  Vaaaale. ¿desde cuando tienes ascensor en la Torre del Paseo Marítimo? - ¡Está en Madrid! - ¿La Torre... ? ¿Se ha trasladado en la alfombra mágica? - ¡Deja de decir tonterías, coñe! Estoy hablando en serio. - Yo también (aunque no sabía de qué hablaba)

 La radio de la cocina dejó oír su voz: - ¡Apagón General! -  Pascualita y yo seguíamos con la resaca de ayer y corregimos al locutor mofándonos de él: - Se dice ¡General Apagón! tío listo jajajajaja con lo que cuesta llegar a General, van y se lo ponen detrás ¡Anda que...!

Andresito se desgañitaba al otro lado del teléfono: - ¡No puede salir! - ¿Quién? ¿El General Apagón? jajajaja ¡Vamos a poner la tele para ver qué cara tiene!

Mi primer abuelito, envuelto en un sudario de electricista que se apagaba y encendía, me llamó al órden: - Esto es muy serio, nena. ¿Te acuerdas cuando los controladores aéreos se declararon en huelga y durante horas ningún avión sobre España? - No... - ¿O cuando la Pandemia del Corona virus nos encerró en casa a rajatabla?.- Un poco... - ¿Y cuando en Nueva York se apagó todo... - ¡Sí! Lástima que no estuviera yo allí porque, al cabo de nueve meses nacieron muchos niños. Que oportunidad perdida...

Fui a por Pepe el jibarizado que no paraba de decir OOOOOOOOOOOOOOO No quería estar solo. - Valiente guerrero estás tú hecho. - El llavero, Pascualita y yo, sentadas frente a la tele de la salita, supimos que únicamente, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, teníamos luz. El resto del País está a oscuras.


 

domingo, 27 de abril de 2025

De viaje.

 Pascualita no podía creer lo que veía cuando abrió los ojos en mi regazo después de una buena siesta. Tampoco yo podía creerlo . Ante nosotras se alzaba la Gran Pirámide egipcia... ¿se trataba de un sueño dentro de otro? ¿Qué hacíamos en Egipto y sobretodo, cómo habíamos llegado hasta aquí? 

En realidad esto último no nos importaba. Estábamos aquí y miel sobre hojuelas... pero pronto empezó a picarnos la Curiosidad.Que me río yo de los mosquitos, sean los que sean porque, nada pica más que la Curiosidad. 

La sirena y yo nos miramos. Ambas queríamos decir cosas que, a su vez, no queríamos decir pero el picor se fue haciendo insoportable. - ¡Vale ya! - le dije con mi voz más severa. Y aquí descubrí que a la Curiosidad, en el fondo, le importa todo un bledo. Qué más le da una cosa que otra, la cuestión es picar ¡Eso le gusta a la jodía!

Hicimos, como el que no quiere la cosa, caminando sobre la arena caliente. Las lágrimas se fundían con las gotas de sudor y fue una suerte porque, cuando se acabó el agua del botijo, añadimos esa mezcla con chinchón on the rocks y encantadas de la vida.

Seguimos haciendo como el que no quiere la cosa y descubrimos en un rincón del desierto, la alfombra voladora que nos trajo hasta los pies de la pirámide. Pascualita negó que tuviera pies porque vio cómo la hacían, allá por los albores de la Humanidad y nunca se vio, ni puestas, ni sin estrenar, babucha alguna. 

Seguíamos rascando cuando la Curiosidad se salió con la suya. En la cara sur de la pirámide había puesto un letrero: Se vende o se alquila. Se nos cayó el alma a los pies y se hizo cisco.

sábado, 26 de abril de 2025

¡Por fa plis, que pedante!

Hoy me he encerrado para prepararme un bocadillo de sardinas en aceite. Pascualita no ha podido saltar sobre mi. Pero sí lo ha hecho contra la puerta de la cocina porque se oían los golpes: ¡Papam, papam, papam! - ¡Para ya, jodíaaaaaa!

Pepe el jibarizado, que parecía tener la mente más clara que el otro día, soltó, de repente: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. - ¿Cómo? ¿Qué has dicho? ¡Repítelo que no estaba escuchando! - OOOOOOOOOOO - ¿Ya está? Antes has dicho más oes. Llamaré a mi primer abuelito para que traduzca. 

Me costó encontrarlo. - Estaba eligiendo telas para futuros sudarios, a cual más bonitas... Bueno ¿qué quiéres? - Entonces Pepe dijo: - OO. - Sí, preciosas. - OO. - De seda salvaje, por supuesto... ¿Ya está? Pues, hale, hasta la siega del tocino...

Me quedé con dos palmos de narices: - ¿De qué vais todos? - La voz engolada del árbol de la calle, resonó tras la puerta de la cocina: - Hablo en nombre de todos los personajes de ésta casa para decirte que no tenemos por qué estar pendientes de tus labios, querida. Abre orejas y ojos cuando estés entre nosotros, por si algo te interesa. Pepe te ha dado una lección

La culpa es de Pascualita por golpear la puerta. - ¿No te sientes culpable por haberla cerrado?... Analiza lo que te digo con mi perfecta dicción, María de las Angustias.

viernes, 25 de abril de 2025

Un pollo de los de corral...

Cada vez que Pascualita me ve abriendo una lata de sardinas, salta a mi escote para ver mejor la maniobra. Eso ocurre de un tiempo a ésta parte. He pedido a mi primer abuelito que indague a santo de qué hace estas cosas.

Pero, la sirena, o no ha sabido o no ha querido explicarse. En vista del fracaso, he probado con Pepe el jibarizado pero la cabeza hueca no está hoy para trabajos intelectuales y se ha hecho el remolón. 

El árbol de la calle, que siempre está dispuesto a ser el centro del Universo, hoy está con jaqueca porque me ha dicho: - Ay, chica, tengo un constipado pesadísimo. De esos que duran medio invierno. Otra vez será. - ¿A qué me ha sonado ésto?... (me dije)  y me pasé día y medio pensando hasta que, al ir a entrar en casa me fijé en unas vecinas que decían lo mismo estando debajo del platanero. Subí la escalera diciéndome - No puede ser, no puede ser, no puede... ¡Sí que puede ser! ¡El platanero es el único árbol del mundo que entiende e imita a los humanos ¡como los loros! ¡Y eso no lo sabe nadie. Solo yo! ¡¡¡Voy a ser millonaria!!! 

Por lo visto, nerviosa ante lo que se me venía encima: ¡millones de euros!, me pasé con el chinchón on the rocks y monté un pollo de los de corral. 

Según dicen los médicos, me estoy desintoxicando bien... aunque aún tengo para rato en el hospital. La abuela cuida de Pascualita, haciendo con ella lo que los médicos conmigo: desintoxicarla.

 

jueves, 24 de abril de 2025

¿Habrá milagro?

Hace calor. Sí. Pero mis sudores no tienen nada que ver con la climatología. Ni he salido a correr una maratón. Pongo a Pascualita por testigo. Y eso que estoy muy enfadada con ella y con todos los demás personajes de casa. Ya me reiré yo cuando encontremos un sireno y se le vuelva inalcanzable.

Lo que ha ocurrido era algo impensable para mi porque, sin comerlos ni beberlo, se ha abierto ante mi un panorama inmenso que, hasta el día de hoy, no conocía.

Estaba en la salita con el mando de la tele en la mano, cambia que te cambia de canal. En un momento dado apareció en la pantalla la cúpula de Bernini y di por terminada mi búsqueda. La plaza de San Pedro, atestada de gente haciendo cola para entrar a ver el cadáver del Papa Francisco. 

Todo transcurría con normalidad aunque no ha dejado de sorprenderme el aguante de los niños y niñas. - ¿No piden agua, ni ir al baño, o comer algo,? ¿Ni un "quiero ir a casaaaaaaaaaaaaa? - Estaba discutiendo conmigo misma cuando alguien ha enseñado un calendario de éste año. Y en ese momento he empezado a sudar y a babear.  A decir ¡Ay, Dios, ay, Dios, hay Dioooooos!

No eran bomberos cachas lo que vi ¡Eran curas!¡Un bellezón para cada mes! ¿Así que los curas también "existen"? 

Llamé a la abuela para decirle que su bisnieto estaba, cada vez, más cerca. - "¿Qué ha pasado? - Cuando se lo conté, salió corriendo, a pesar de sus muchos años, gritando que le iba a hacer una novena a Santa Rita, patrona de los imposibles y echar una buena limosna en el cepillo de la Catedral para... ayudar.

miércoles, 23 de abril de 2025

Descansando de las fiestas...

Me he comprado un libro de cocina aprovechando que es hoy el el día del Libro. Le he echado una ojeada y me siento incapaz de hacer ninguna de las recetas que salen ¿Dónde puedo encontrar algunos de los ingredientes que ponen ahí si no sé lo que son: carne, pescado, verdura, medusas o vaya usted a saber?

Tendida en el suelo del balcón, calentado por el sol primaveral de éstos días, disfrutaba del dolche farniente, a pesar de la verborrea del árbol de la calle. Menos mal que tengo el cuerpo hecho a todo. Igual que Pascualita, que duerme como un lirón en la palangana rosa fosfi que compré en la  tienda de los chinos del señor Li y he llenado de agua de mar. ¡No vive bien la jodía media sardina de las narices!

La voz de Pepe el jibarizado llegaba desde la cocina pidiendo al árbol que se callara porque estaba escuchando El Quijote, que era más importante que las chorradas del trozo de madera plantado frente a nuestra casa.

Me ilusiona la pasión de Pepe por aprender. Y más en la situación extrema en la que se encuentra: es la cabeza hueca del más hermoso guerrero de su tribu al que se comieron los guerreros de una tribu vecina - OOOOOOOOOOOOOO: ¡Fue por pura envidia! (está cansado de decirlo según mi primer abuelito, que se entiende con él telepáticamente) - Lo que se aprende de muerto (dijo mi ascendiente mientras se probaba un fantástico sudario de Pertegaz)

martes, 22 de abril de 2025

Las consecuencias de la Semana Santa.

Esta mañana he cogido a la sirena cuando dormitaba flotando en el agua de la pila de lavar del comedor y la he metido... ¿he dicho "metido"? pues me he equivocado. Eso era lo que tenía pensado hacer: meterla en el termo de los chinos y salir a tomar el aire porque llevamos unos días encerradas en casa haciendo torrijas, rosquillas, crespells, panades, etc... Pero la sirena ¡ni con calzador ha entrado en el termo!

- ¿Pero tú te has visto, medio sardina? ¡No cabes! ¿Cómo voy a sacarte, ahora, a la calle? ¡Pareces un botifarrón! 

Mi primer abuelito flotaba cerca de la lámpara del comedor: - Dice Pascualita ¡que quién fue a hablar! - ¿Se refiere a mi? ¡Tendrá cara! - Perdona que te lo diga, nena pero las dos tenéis una cara de pan que tira para atrás. - ¿Qué quiéres decir? (me tembló la voz) - Que el horno está para el arrastre de lo mucho que ha trabajado... - ¿Y?... - ¡Os lo comíais todo en cuanto se abría la puerta... ¡del horno!

- ¡El horno miente como un cosaco - En cuanto dije ésto me vinieron a la memoria escenas en las que disfrutábamos, comiendo a dos carrillos, todo lo que caía en nuestras manos. 

Corrí a probarme el bañador con el que luciré mi cuerpo serrano en la playa. Costó un poco ponérmelo "porque es nuevo" -  El horno gritó: ¡miraros en el espejo, ansiosa! ¡Esclavistas! 

No nos miramos en el espejo. Nos lo impide nuestro orgullo... ¡Nos da miedooooo!

lunes, 21 de abril de 2025

Ha muerto el Papa Francisco .

Pasé media mañana pensando qué hacer de comer. No me apetecía, siendo hoy la Segunda Fiesta de Pascua, tener que abrir el consabido bote de fabada asturiana. Cuando mi única neurona despìerta (a las demás se les han pegado las sábanas) empieza a quejarse. es inútil discutir con ella porque siempre quiere tener razón.

Decidí entrar en la despensa con los ojos cerrados. Una vez allí, mirar y lo primero que vea será lo que haga de comer... ¡Claro que hice trampa porque, lo primero que me he echado a la cara han sido ¡los botes de fabada asturiana!

La segunda vez he visto un paquete de arroz. - ¡Tate! me dije. Haré paella. Al ponerme manos a la obra vi que me faltaban ingredientes - Vaya-... - Sonó el teléfono y ¡era la abuela invitándome a comer paella en mi casa!

En menos de lo que tardo yo en contarlo, los aromas de la paella se dispersaron por casa para disfrute de todos.

La abuela se me acercó, preocupada: - "¿Has visto a mi chiquitina bonita?" - ¡Gracias por el piropo! - "¿Acaso he puesto una coma, boba de Coria?" 

- ¿Dónde la tenías? (pregunté, celosa) -  "En plan broche... snif!" - (Ese snif de la abuela me encongio el corazón. Y puse a todos los personajes a buscarla. El  primero que la vio fue Pompilio que venía cargado de calcetines.  Sin parar su carrera, gritó: ¡paella!  Corrí a la cocina. La medio sardina estaba dentro de la paella comiéndo marisco dos carrillos.

Ya empezaba a chamuscarse cuando la saqué de allí sin contemplaciones. La abuela mandó a GeoooorgeBrexit a por más marisco. Lo demás fue coser y cantar.

domingo, 20 de abril de 2025

¡Comieron!

Del cuadro de la Santa Cena salían risas y jolgorio. Pascualilta y yo interrumpimos nuestro desayuno de cola cao con ensaimada para ir a ver qué pasaba. Los normalmente circunspectos personajes, con cara de hambrientos, se lo estaban pasando en grande bailando y saltando con gracia y salero.

Pronto estuvimos rodeadas del resto de personajes y sin darnos cuenta, nuestros pies y la hermosa cola de sardina de la sirena, se movieron al compás de una música endiablada. Y aquello fue el acabose. Risas, caídas, canciones, en definitiva ¡ALEGRIA PARA LOS CUERPOS SERRANOS Y LOS ESTOMAGOS AGRADECIDOS!

El árbol de la calle, entusiasmado, movía las ramas sin perder comba. La casa entera había enloquecido envuelta en un frenesí de ritmos antiquísimos que nacieron de los océanos. 

Ni siquiera paramos cuando entraron la Cotilla y Bedulio, el Municipal que, a grito pelado parecían decirnos algo importante a lo que no dimos la menor importancia y seguimos bailando. 

Recuerdo que me pusieron una camisa de fuerza que me sentaba muy bien y no me quedó más remedio que salir a saludar a quienes nos aplaudían.

Cuando, horas después, acabamos derrengados por los rincones de casa, sobre la mesa del comedor esperaban unas bandejas de crespells y empanadas que, combinados con chinchón on the rocks, nos sentaron de maravilla.

sábado, 19 de abril de 2025

El potaje de Semana Santa.

¡Que rico el potaje de Semana  Santa! con sus espinacas, sus garbanzos, sus repápanos... y el bacalao. Una delicia que solo probamos, una vez al año, en Viernes Santo. La abuela invita y lo hace ella. No quiere dejar en manos de extraños (lo dice por Geooorge) algo que le traspasó a ella su abuela respectiva. 

No se paga con dinero comer el potaje y de postre unos crespells deliciosos, teniendo a  la vista la bahía de Palma tras los cristales del mirador de la Torre del Paseo Marítimo de los abuelitos. Esto me hace pensar que tengo que ponerme a la faena de darle el dichoso bisnieto a la abuela. Supongo que eso será fácil. Lo difícil es encontrar a alguien que esté por la faena de hacerlo. Porque es preguntar y ver como sale por pies el supuesto futuro padre.

Sentada a la mesa estaba, también, la Cotilla: - ¿Por qué? (pregunté a la abuela) - "Porque somos amigas desde tiempos inmemoriales y eso es un grado. " -  Más grados tengo yo que soy tu nieta. - "¿Quién te ha contado ese chiste? jejejejeje ¡Es gracioso! jajajajajaja"

Que mala uva tiene la abuela... Claro que yo tampoco me quedo corta porque he traído a la Torre del Paseo Marítimo a mi primer abuelito. Me dijo que le apetecía ver cómo vivía su antigua esposa ¡Que puñetero es! Se ha presentado con un sudario morado que echa agua bendita con olor a jazmín. Ha pasado una cosa curiosa cuando ha querido comer potaje de Semana Santa. ¡Se ha dado cuenta de que está muerto y se ha cabreado un montón! Le he dicho que comeré un  plato por él pero, tiene razón: no es lo mismo comerlo que ver como se lo comen.

Pascualita estaba en plan, broche prendido en el vestido de la abuela, cuando se ha tirado de cabeza a la olla y lo he sacado medio despellejado de lo caliente que estaba la comida.Total, que entre una y otro, me han dado la comida porque no me fiaba de ninguno de ellos.

viernes, 18 de abril de 2025

A ver si salimos de dudas.

 Me asomé al cuadro de la Santa Cena porque no se escuchaba ruido alguno. Lo que vi fue desolador: migas de pan ácimo, antiquísimas, por el suelo. La mesa vacía y un rayo de sol entrando por un ventanuco. Nada más. 

Pregunté:- ¿Estáis ahí? ... ¡Yujuuuuuu! ... - Así me pasé un buen rato hasta que Pepe le jibarizado se hartó de oírme y soltó: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - ¿Qué sería de nosotros sin su sabiduría? (me salió del alma) - No tendríamos que aguantar sus peroratas (contestó el árbol de la calle, que le tiene envidia cochina al pobre llavero)

Eso le bajó un poco los humos, que tenía muy subidos desde que se dio cuenta de que era un excelente saetero y se tiró horas y horas cantando saetas como un descosido: - ¡Soy el no va más! ( se jactaba el platanero) ¡Que bonito soy, madreeee! - Y así hasta quedarse afónico. Cosa que tardó mucho en acontecer porque no se tomó Zamora en una hora ¡Que va!

De repente aparecieron los comensales de la Santa Cena en el marco del cuadro, hartos de escuchar todo lo que salía por la bocaza de madera del árbol de la calle. Pascualita dio un respingo y se cayó de mi escote al suelo dándose un buen coscorrón. A pesar de ello, fue la primera en preguntar: - ¿Habéis comido? 

Todos los personajes de casa dejaron sus quehaceres para escuchas la respuesta que fue, bastante vaga: -  No sabríamos decirlo aunque... me encuentro lleno. El resto de comensales fueron de la misma opinión. - De nuevo Pascualita preguntó: - ¿Qué os dice vuestro paladar, ein? - De momento, nada porque son muy tímidos. Hay que darles un tiempo...

Y así quedamos. Aunque aplaudimos a la sirena por lo bien que estuvieron sus preguntas.

 

jueves, 17 de abril de 2025

Un mar de dudas.

Lo que tendría que haber sido un día de celebración se convirtió en un tropel de dudas cuando hice una sencilla pregunta, dirigida a los comensales del cuadro de la Santa Cena. - Buenoooo, contad ¿cómo fue...? - Ni fue, ni fu, ni fa (enigmática respuesta que daba por zanjado el tema)

Mi primer abuelito que, para la ocasión, lucía un magnífico sudario lleno de saetas, a cual más sentida, no sabía qué pensar y me susurró al oído: - ¿Pero han cenado o qué? - Por las caras que ponen, ni ellos lo saben.

Las COFRE indagaron por su cuenta. - No he visto migas de pan en el suelo salvo las que quedan del año pasado que ya están momificadas(contó la Escoba) - El árbol de la calle preguntó por el vino. La Fregona, que lleva la voz cantante en todo lo tocante a líquido, dijo - Solo he visto el vino que tiene Asunción que ni es blanco, ni tinto, ni tiene color. - Vaya (se quejó el árbol) pensé que algo caería en mis raíces.

Inmediatamente, todos hablaron y opinaron a la vez. Tuvo que ser Pepe el jibarizado quién levantara la voz y expusiera una teoría: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - Los comensales pasan tanta hambre que su mente les juega malas pasadas. Eso, añadido a los dos mil y pico años que han pasado desde entonces, nadie recuerda, con precisión, el día que cenaron: ¿Fue ayer, hoy, mañana, pasado...? 

En cuanto Pepe el jibarizado cerró la boca, volvió el jaleo de voces y aún siguen sin llegar a ninguna parte.

Mientras, Pascualita y yo nos fuimos a ver la procesión y, de paso, aclarar ideas.


 

 

miércoles, 16 de abril de 2025

¡Hoy cenan!

 El nerviosismo, en casa, no deja de crecer.  Los comensales de  la Santa Cena no saben qué hacer para que las horas que faltan para la Cena, pasen rápido. Algunos intentaron dormir pero no lo consiguieron. Busqué el modo de ayudarles y no se me ocurrió otra cosa que colocar delante del cuadro de la Santa Cena, el televisor. 

No se ha dormido nadie pero han estado distraídos. Sin embargo, como los nervios son muy suyos, los doce comensales han acabado sin uñas en manos y pies. - Yo les decía que no hicieran caso a los nervios, que son muy jodíos y muy persistentes también pero que si quieres arroz, Catalina.

Más tarde, cuando dieron noticias de Deportes, algunos estuvieron al borde del infarto, otros aplaudían a rabiar y otros se acordaron de las madres los árbitros. Lo comenté con el árbol de la calle: - Hay que ver lo famosas que son esas mujeres.

Bueno, solo espero que, a pesar del ayuno anual obligatorio, se coma con mesura.Todo termine bien y el empacho sea mínimo.

martes, 15 de abril de 2025

La Procesión fantasma.

Se nota nerviosismo en el ambiente. Y no es para menos pues ya queda poco para que los comensales de la Santa Cena, coman. ¿Recordarán como se mastica después de tanto tiempo de ayuno y abstinencia? 

Mi primer abuelito se ha presentado llevando un precioso sudario, de seda salvaje, de color morado y repartiendo saetas por doquier. - Que pena que no tenga música... - Tus deseos son órdenes para mi, nena - Inmediatamente el sonido de trompetas y tambores con la cadencia de los pasos de las Procesiones, llenó los rincones de casa.

Una rama del árbol de la calle llamó a la ventana de la cocina. - ¡Abre, jodía, que quiero escucharlo! - Las notas salieron a una libertad ansiada y jugaban a perseguirse unas a otras llevando su soniquete por todo el barrio. Las vecinas, sorprendidas, se preguntaban unas a otras. - ¿Desde cuándo pasa por aquí una procesión? - ¡Oh, Dios mío!Y yo con éstos pelos

Vecinos y vecinas corrieron a sus casas, ellas a ponerse rimel. Y la peineta de plástico recién  puesta a la venta en la tienda de los chinos del señor Li. ¡No sabe ná el gachó! Ellos, la corbata de las bodas y se apresuraron a coger sitio sin saber por dónde vendría.

Al día siguiente, se comentaba lo raro de la Procesión porque nadie la había visto en ninguna de las calles del barrio. ¿Por dónde pasaría? - El caso de la Procesión fantasma se comentó durante mucho tiempo a falta de otras noticias. 

Mi primer abuelito tradujo a Pascualita: - Dice que si le dejáramos tirar buchitos de agua envenenada a la gente del barrio, hablarían de ello ¡Vengaaaa! ¡Porfaaaaa! - El abuelito tuvo que intervenir: - ¡Que nooooooo, pesada! ¡Y no tires al suelo el agua de la pila de lavar, puñetera!

lunes, 14 de abril de 2025

A buen entendedor...

Cuando ésta mañana, al salir de mi portal, me he dado de bruces contra uno de los trabajadores de la zanja  y me ha dicho: - Perdone, ¡¿SEÑORA?!. - ¿Con que ojos me ha mirado el mastuerzo ese? ¿Cuántos años me ha echado? Lo he mandado al oculista con cajas destempladas.

Pues sí que empezamos bien el día... Y, encima se ha picado por lo que le he dicho. Menudo mostrenco que, además de arrollarme a la salida de MI CASA, me degrada a SEÑORA. Esto no va a quedar así. Y encima, riéndose en mi cara, dice: - Huy, lo siento. Ya veo que el Señora le viene muy grande.

¿Qué habrá querido decir? - ¿De qué vas, Blas, rebuznando de buena mañana? le recité - Aquello no tenía pinta de acabar bien y yo no tenía a mano a Pascualita. Tenía que irme de allí ipso facto porque lo que empezó siendo una discusión de dos, ahora era un pequeño tumulto con pinta de ir agrandándose con la llegada de más gente ¡y Bedulio! que pidió explicaciones y obtuvo cincuenta versiones distintas.

Cuando el Municipal acabó entendiendo que, lo que fuera que había pasado, tenía que ver conmigo, el color desapareció de su cara y dijo algo que nadie, salvo yo, entendió: - ¿Está tu primer ...? - Quiere bajar... (contesté) 

En un santiamén Bedulio repartió multas, disolvió el tumulto. Mandó circular a la gente Y salió por pies hacia la esquina más próxima, por donde desapareció.

 

domingo, 13 de abril de 2025

A estrenar.

Hoy es Domingo de Ramos y recordé una tradición que viene de lejos: tal día como hoy la gente estrenaba algo. 

Me planté en medio del comedor y lancé mi proclama para que se diesen por enterados todos los personajes de casa: - ¡Se hace saber que hoy hay que estrenar algo. Quedáis avisados y avisadas!

Una de las bolas de polvo levantó un bracito: - Servidora no sabe lo que es "ALGO" - Puede ser cualquier cosa... por ejemplo: unos calcetines. - De la boca de Pompilio cayeron dos goterones de baba. - ¿Para que me quite uno éste espantajo? ¡Ni hablar!

Un de los gorriones del árbol de la calle se colocó una vistosa y larga pluma, "requisada" a un loro despistado: - ¡Ooooh, esto es fantástico! (gritaron muchos de los pajaritos y salieron a la caza y captura de pluma de loro) La Cristalera exterior silbó a una hoja de platanero que volaba a la buena de Dios. Se entendieron y la Cristalera estrenó un nuevo look.

Y así, poco a poco, todos fueron estrenando algo. Las COFRE también. Por ejemplo, la Fregona llevó dos bonitos lazos a ambos lados del mocho dándole apariencia de niña de colegio. La Escoba estrenó un lazo atado al mango.

Pascualita saltó, de la pila de lavar a la mesa del comedor y entonces supe dónde estaba mi reloj de pulsera: ¡en su cintura, que movía con descaro! - ¡Eso es mío! - Salté a por la sirena, resbalé en el suelo mojado y me di en la cara contra las patas del aparador... Hoy estreno... un ojo a la funerala.

sábado, 12 de abril de 2025

Maldito traspiés.

 Mientras Pascualita y yo desayunábamos, un repiqueteo en la calle llamó mi atención. Corri al balcón con la sirena, llena de cola cao metida en el mi escote. Me asomé y vi lo que pensé que era desde el primer momento: obreros municipales abriendo una zanja en mi acera. 

Con lo que eso supone: ¡hombres sudorosos! ¡Y debajo de casa! Llamé a la abuela: - "¡Que alegría me das, nena! Ahora, a ver que sacas en claro de ésta gran oportunidad que te brinda el Destino ¡Aprovéchalo!"

La abuela colgó el teléfono pero me dio tiempo a escuchar como hablaba entusiasmada con Andresisto: - ¡Ojalá que esta sea la definitiva y venga el bisnieto...

Yo estaba encantada de poder darle ésta alegría. Y  me puse manos a la obra (nunca mejor dicho) Me arreglé con esmero aunque sin pasarme. Y así, envuelta en efluvios de agua de colonia Heno de Pravia, bajé a la calle a repartir guapura entre los trabajadores del pico y la pala.

Desde lo alto del árbol de la calle muchos pares de ojos me miraban, eso me desconcertó un poco y di un traspiés.  Muy atento, uno de los obreros me sujetó por el brazo: - ¡Uep, cuidadín bonita! que te vas a ir de bruces al suelo. Que éstas no son horas de empinar el codo, mujer.

De un tirón me solté de él. - ¡Su madre puede que lo empine porque debe resultarle un drama tenerle como hijo, cretino! 

Seguí andando aunque los pasos no me salieran de lo más atractivo. - Bájate de esas columnas que llevas como tacones que no está hecha la miel para la boca del asno. - El se puso totalmente de puntillas y caminó por la acera con un meneo excitante mientras los compañeros le silbaban y aplaudían. - ¡Así se mueve una dracquin! ¡Artistaaaaaa!

Volví a casa, mohína. Había perdido el primer asalto

 

 

 

viernes, 11 de abril de 2025

Semana Santa ...

Pronto las calles olerán a cera y los coches chirriarán cuando pasen por encima de los pegotes que se queda pegados al asfalto. Cosas como ésta, más el aroma de empanadas, crespells, torrijas, etc. etc. que sale por las ventanas de las cocinas de las casas y los hornos de las tahonas, nos traen recuerdos de Semana Santas pasadas.

Por ejemplo, una en la que, aburrida de ver pasar cantidades ingentes de nazarenos y enfadada, además, por no poder participar en la procesión como era mi ilusión, ni corta ni perezosa, me puse a cantar a grito pelado lo que pensé que era una saeta.

Menuda la que se armó. La abuela, que, antes de casarse con Andresito, era de Comisiones Obreras y no faltaba nunca a la procesión, estuvo a un paso del infarto. La gente no reaccionó como en las películas que aplauden a rabiar sino tirándome lo que tenían a mano. La guardia civil se me llevó para que no me lincharan. Yo no entendía nada ¿acaso no había dado suficientes quejíos?

La cuestión es que no se me dio mal la tarde porque llené la despensa de bollicaos, tigretones, etc...

La abuela estuvo unos días sin hablarme. Sus ataques de asma se intensificaron. En aquel tiempo a un no conocíamos a Pascualita, a quién la abuela convirtió luego en la panacea contra eso ataques feroces del asma.

En casa, los comensales de la Santa Cena cuentas los segundos minutos, horas y días que faltan para que coman hasta hartarse porque luego les queda por delante un año entero de ayuno... aunque algo me dice que han comido en éste año que termina... Faltan bastantes bolas de polvo...








jueves, 10 de abril de 2025

¡Niña, esa boca!

Estaba concentrada mirando los intentos de una mosca que buscaba la salida a través de la Cristalera del balcón y no daba con el lugar por el que había entrado. Llevaba así más de una hora, repartiendo mi atención entre eso y no olvidar tener la boca cerrada para que "no entren moscas" cuando me pareció escuchar abrirse la puerta de casa. 

Será la Cotilla (pensé) pero no se oyó su clásico saludo. - ¡Cotilla! ¿es usted? - Obtuve la callada por respuesta.  La otra persona que tiene llave es la abuela. Pregunté: - ¡abuela! ¿eres tú? - Nada. .. Sin embargo, esta vez sí que escuché algo así como: psssssi... - pero muy bajito.

¡Que fastidio! Ahora tendré que ir a ver si hay alguien o son figuraciones mías, para quedarme tranquila. Lo seguro es que me quedo sin saber si la mosca logra salir a la calle, o no.

- ¡Cotilla.! ¡Que susto, cooooooñe! ¡Parece un alma en pena! - Chist, baja la voz, cretina. Bedulio me persigue desde hace rato y, hasta ahora, no he podido despistarle ¡Y viene con muy malas intenciones! - ¿En qué sentido? - ¡En el peor, boba de Coria! 

Pascualita, asomó la cabeza entre las algas de la pila de lavar  para enterarse de lo que se hablaba. Por un momento pensé si era prudente que escuchara comentarios sexistas. Claro que, después recordé los millones de años que lleva zascandileando por el mundo y me dije que cosas peores lleva vistas.

Me acerqué a la puerta de la calle para asegurarme que estaba cerrada y encontré una bicicleta rosa.  - ¿Qué hace ésto aquí? ¡¿Quién tiene otra igual, Cotilla?! Aaaaayyyyy ¡no me lo digaaaaa! ¡Lo tengo en la punta de la lenguaaaaa! ¡¡¡YA ESTA!!!... anda... es una bicicleta del Ayuntamiento... ¡Con razón la persigue Bedulio! ¡Nos está robando a todos! - ¡Niña. Esa boca!

miércoles, 9 de abril de 2025

Tragaldabas.

 Pascualita ha descubierto que le gusta la fabada de bote. Como consecuencia de ello, los botes que tengo en la despensa, van desapareciendo. Lo he constatado cuando he ido a por patatas para hacer la tortilla de ídem porque al entrar he pisado la última lata y he ido dando bandazos hasta caer, sentada, en la silla de la cocina.

¡Hasta sudores fríos me han dado pensando en el daño que podría haberme echo si no tuviera un entrenamiento militar para acabar sentada en la silla de la cocina, en éste caso, que para eso está!

De mi boquita de pitiminí, han salido recios insultos castellanos y mallorquines, dedicados a la Cotilla. Porque no podía imaginarme a ningún otro de los personajes de casa abriendo un bote de fabada. Ni siquiera los comensales de la Santa Cena. De todas maneras escuché una conversación entre la Escoba y la Fregona: - La nena, muy lista ella jajajaja, cree que ha sido la Cotilla jajajaja ¡Que ingenua!

Aquello me puso de mal café y hubiese tirado un kilo de lentejas por el suelo si no me hubiese acordado de una lección que me dio la abuela: - No tengas la casa como una leonera porque puede llegar el futuro padre del bisnieto ¡asustarse, salir por pies y si te he visto, no me acuerdo! 

Dichosa abuela. Es como la Espada de Damocles, cargándose el placer de la venganza por si me cae la espada encima. Que jodía la abuela.

Desde la silla de la cocina he descubierto al ladrón. En el cubo de la basura brillaba una lata abierta con los dientes... de tiburón que, en casa, solo tiene ¡Pascualita!


martes, 8 de abril de 2025

¡Anda que no!

La Escoba y la Fregona están que trinan porque, debido al estallido de la Primavera, trabajan más que las Quelis en los hoteles en Epoca Alta. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Aaayyy, vengo muerta de correr. - ¿Se entrena para correr una maratón, Cotilla? - Más de uno corro los días que me toca "limpiar" los cepillos de las iglesias adjudicadas... Que vida más dura me ha tocado vivir al final de mis días... ¡snif!

 Que dramática es ésta mujer. Cualquier día le dan un Premio Goya ¡tiembla, Penélope Cruz! No pude morderme la lengua y exclamé: - ¿Así que, por fin, el Obispo se ha dignado a adjudicarle los días que puede ir a robar a sus iglesias? - Se revolvió como una fiera: - ¡Esa boca, niña. Se nota que has ido a colegios público! 

Pasé el comentario por alto e insistí: - ¿Cómo se llaman esos días? ¿Cotirrobo? Insista un poco más y la harán santa. Su estatua llevará una cinta que diga ¡Manos arriba! - ¡Bueno, ya está bien! Me voy a descansar que ésta noche tengo trapicheo. - ¡Ah, se me olvidaba darle la buena noticia... Su piso turístico es ilegal - ¿Y? - Le pondrán una multa de las que hacen pupa. - ¡Ja! 

Llamaron a la puerta. Era Bedulio, libreta de multas en ristre. - ¡Hombre, Cotilla, a usted quería ver yo! - ¿Vas a multar a una pobre anciana que no llega a fin de mes?...¡snif... ¡snif!...- ¡Anda que no! 

Un poco más tarde, la sirena y yo brindamos con unas copitas de chinchón on the rocks, por Bedulio y su batalla contra los list@s

lunes, 7 de abril de 2025

¡De la virgen del puño!

Decidí que, con el buen tiempo que hace, no iba a pasarme la mañana en la cocina,,, aunque sea para abrir una lata de fabada.  - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¿Decías algo, boba de Coria? - Sí. Que siendo dos, podríamos pagar a medias, un pollo al ast y nos libramos de cocinar.

La Cotilla clavó en mi su mirada. - Que yo sepa, no me ha tocado la lotería. - A mi tampoco pero ¿ha visto que sol más radiante hace? Ande, no se haga la remolona que ya sé que tiene más dinero que un torero, -  ¿Y?... 

Sería porque me notó el nerviosismo en la voz, pero Pascualita subió rauda hasta el borde de la pila de lavar del comedor y no le quitó ojo a la Cotilla que estaba demostrando ser más agarrada que un chotis. 

Mi primer abuelito, enfadado y envuelto en un sudario de lo más primaveral apareció derrochando polen por quilos. ¡Menos mal que a mi no me afecta! ... pero sí a la Cotilla que empezó a estornudar como una posesa. Fue tal la escandalera que hizo con tanto ¡AAAATTTCHIIIIISSSSS! seguido que se alarmó el vecindario.

- ¿De dónde sale tanto estornudo? (gritó alguien desde su balcón) - Se especuló sobre ello y poco a poco, afloraron los miedos a una nueva pandemia: - ¡Aaaayyyy, se me acabaron las mascarillas! - 

Se formaron colas en las farmacias - ¿Qué pasa? (preguntaban los farmacéuticos) - !!!Hay mucho estornudo!!! - Será el polen...  (opinó uno) . ¡Ya salió el sabio Salomón! (replicó otro). Iban a llega a las manos cuando una voz dijo: - ¡Papel de vateeer! - Y asaltaron el supermercado que estaba cerrado.

domingo, 6 de abril de 2025

¡A la playa!

Teniendo la playa a viente minutos a pie desde casa, Y haciendo un día espectacular de primavera-verano, solo podía hacer una cosa: ¡ir a la playa! Por lo visto Pascualita leyó mi pensamiento, cosa que no me hace ni pizca de gracia porque ya no tendré intimidad... ¿Quién le ha enseñado a leer a este bicho?

Decía que la sirena me esperaba en la mesa de la cocina junto con el termo de los chinos. A su lado esperaba también, Pepe el jibarizado. Me pareció que su ojo-catalejo se movía con más ímpetu que otras veces aunque, vaya usted a saber si no se trató de un espejismo. El caso es que, aún sin hablar, se expresaron muy bien ambos personajes.

Al poner el pie en la acera, desde el balcón, nos llovieron silbidos, trinos, gritos de ¡enchufaos! y aplausos al compás. No me quedó otra que levantar los brazos agradeciendo la despedida mientra los vecinos que estaban en la calle, me miraban alucinados, entre otras cosas, porque ni oían ni veían la escandalera que montaron, desde el árbol de la calle hasta la última bola de polvo.

Alguien dijo: - Con ésta cabra loca su abuela se quedará sin bisnieto. Pobre mujer Con lo buena que es. 

Pudo haberse montado un pollo pero opté por marcharme. Sobre mi cabeza, como una nube de tormenta, flotaba mi primer abuelito más cabreado que un mono: - ¿Ha dicho que mi ex es una buena mujer? ¡¿Lo ha dicho?! ¡Huy, que sofoco estoy cogiendoooooo!

Y yo que pensaba disfrutar de una primaveral y tranquila, mañana de playa...

 

 

 

 

sábado, 5 de abril de 2025

Pasando el rato...

Ya pasan volando, a velocidad endiablada, los primeros vencejos y su alegre escandalera. El árbol de la calle bulle de vida. Está feliz y acompaña los trinos de las diferentes aves que anidan en sus ramas, con su vozarrón de madera.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Que gusto no encontrar a nadie sospechoso en la escalera... ¿Has sabido algo del Emperador de la China, nena?... ¿No? jajajajajajaja Lo que hace el no leer. A ti te ha salido caro ¿cuánto te costaron las colas de rape que compraste para que se los comiera Su Majestad Imperial? - ¡No me lo recuerde! Y encima, el señor Li me ha dicho que no me los va a pagar porque no eran gambas gordas. 

Pascualita vio, desde el borde de la pila de lavar del comedor, como se animaba el cuadro de la Santa Cena. - ¡Dentro de poco cenaremos, chicos! - ¡No veo llegar el momento! - Al final cómo hemos quedado: ¿comeremos lo de todos los años o innovaremos? - Por mi podemos probarlo pero... ¿Y si luego no nos gusta?  - Bueno, hay que arriesgarse... ¿no? -  Ay... no sé, no sé. - Aún nos quedan unos días para pensarlo - Me gustaría probar la comida china (dijo el de las treinta monedas) - ¿Esa que se come con palitos? - ¿Para qué sirven entonces las manos? - Cierto. Toda la vida hemos usado las manos y chupado, luego, los dedos. No pienso cambiar. - Sois de un aburrido total... - ¡Oye, oye, menos lobos, Caperucita...

viernes, 4 de abril de 2025

El emperdor de China.

Literalmente, aporrearon mi puerta, así que no me quedó otra que sacudirme la pereza, quitarme las legañas de una noche de sueño y cubrirme con la bata para, después ir a abrir con tan mala fortuna que el último puñetazo me lo llevé yo.

Estuve unos minutos KO mientras escuchaba el trino  de los diamantes que era algo así: - Mec, mec...

Recuperada, aunque no del todo porque la cabeza me dolía horrores, presté atención. ¡Chinos! ¡Eran chinos quienes parecían tener mucha prisa! Entonces escuché una voz conocida: - ¡Avemariapuríaaaaayyyyyydios! - ¡Cotilla! (me escuché llamándola)

Señola Cotilla ilse escalelas abajo. ¡Col.le mucho! -  ¡Señor Li! ... - Boba de Colia. A mi casa venil Empelador de la China. Gustal mucho gambas goldas ¡Tu tlael.las! Yo pagal mucho. Empeladol de la China decil que si no habel gambas goldas en mesa, mandal coltal mi cabeza- ¡Ostras, Pedrín! - Ostlas, no. Gambas goldas. - Se fue dando un portazo.

Fui al mercado de Pere Garau en busca de algo que pudiera contentar al exigente Emperador de China. Ninguna gamba me parecía suficientemente gorda. Al final fue Pascualita quien medio la idea al saltar, de mi escote a un rape medio cubierto de hielo. - ¡Colas de rape, bien compuestas darán el pego! De vuelta a casa ya me vi llevando un gran Collar de la Orden de las Gambas Gordas, impuesto por las reales manos del Empera... dor de la ... China... ¡Pero si no hay emperador que valga en la China. ¡La madre que parió al señor Li!

 

jueves, 3 de abril de 2025

El paseo.

 Llené el termo de los chinos de agua de mar. Metí a Pascualita dentro y salimos a pasear aprovechando el buen tiempo. La sirena iba asomada y no perdía detalle de lo que pasaba a nuestro alrededor.

Sacó uno de sus bracitos y señaló hacia abajo. - ¿Qué has visto? - Siguió señalando mientras yo hacía lo que podía porque la medio sardina, quería que viera con mis ojos humanos, lo que ella veía con sus ojos de pez. Una hora después seguíamos en el mismo lugar, con mi cerebro agotado y con Pascualia cabreada porque no doy con lo que quiere decirme.

- Yo: - ¿un papel..., un chicle masticado..., un escupitajo..., un vaso de papel arrugado..., una caca de perro..., piedrecitas..., una hierba..., etc. etc. etc.?

El bracito blancuzco de la sirena seguía, insistentemente, señalando el mismo lugar. Yo ya estaba hasta las narices. - ¡Ya no sé qué más decir, jodía! ¿Cómo no sea las hormigas de ese hormiguero? - El brazo blanquecino entró, de nuevo, por fin, en el termo. ¿Eso es lo que querías ver? ¡Pues, dilo, cooooñé! Hale, pues ya lo hemos visto, Volvemos a casa. Que paseo más tonto hemos dado por tu culpa.

Al darme la vuelta para regresar, me di de bruces contra mi primer abuelito que flotaba ante mis narices. ¡Ay, que susto!... ¿No llevas sudario? Entonces, vas ... ¿desnudo? ¿te lo permiten los jefes del Más Allá? ... que modernos, oye. ¿Qué haces por aquí?

Resulta que Pascualita le había mandado un S.O.S por telepatía porque llevabas una hora para decir H.o.r.m.i.g.a. Hazme caso, nena y que te mire un neurólogo

miércoles, 2 de abril de 2025

Me lo había parecido.

Al llegar a casa después del trabajo, encontré la puerta abierta de par en par. Y pensé: _ ¡Ha entrado un ladrón! - Corrí hacia el teléfono para llamar a la policía mientras las piernas apenas me sostenían del miedo que llevaba en el cuerpo.

Al ir a descolgar el auricular, éste me dijo: - ¡Alto! No hagas las cosas a tontas y a locas... - Al oír esa frase me enfadé: - ¿A quién te refieres, so listo? Porque yo no veo ni tontas, ni locas en ésta casa. ¡Ya está bien de humillar a las mujeres, coooooñe ya!

- Disculpa, nena. Solo quiero ayudarte... Puede que sea un ladrón quien haya entrado en casa pero... ¿Ya sabes si es guapo? ¿Si juntos alcanzáis la felicidad? ¿Si roba para llamar tu atención, además de hacerse un arreglo en los dientes y una liposucción ¡Tal vez sea el futuro padre del bisnieto de la abuela!... No puedes acusar a nadie sin conocerlo. - Visto así...  Miraré si lo encuentro y a ver qué pasa. De todas las maneras, llevaré un arma encima por si acaso.

Con Pascualita en el bolsillo, di con el ladrón echándose una siesta después de comer un buen plato de fabada asturiana de bote. Le miré largamente. Me fijé en sus pestañas pelirrojas que hacían juego con el chaleco. Era original... y empezaba a gustarme cuando alguien,  cantando una dulce melodía, lo atrapó y en un plis, plás, se lo comió. 

- ¿Pascualita... ? ¿Te has comido a un ladrón? - ¡Afirmativo!

martes, 1 de abril de 2025

Las piedras andarinas.

Era muy temprano cuando han llamado a la puerta. Caminando como una momia he tropezado con algunos muebles. Me ha costado lo mío pero he conseguido abrir y en el descansillo no había nadie, solo piedras. Han vuelto a llamar. He vuelto a abrir. Y otra vez, y otra, y otra... 

Después de ir y venir de la cama a la puerta y viceversa, puedo prometer y prometo que, de noche, los muebles se cambiar de lugar. La última vez que abrí la puerta las piedras se metieron en casa .

Desayuné una taza se chinchón on the rocks con galletas de Inca. Necesitaba algo así porque me pareció que las piedras ¡andaban! Metí la cabeza bajo la ducha y, aún así las piedras seguían caminando.

Lo grité a los cuatro vientos y todos los personaje, incluso los gorriones envidiosos que estaban atentos a la llegada de los vencejos y sus alegres trinos, me prestaron atención - Grité: ¿Qué hacen éstas piedras? - La respuesta fue unánime: ¡ANDAN! - Por tanto son: - ¡ANDARINAS!

A la velocidad de la luz salió Pascualita a por las piedras. Se juntó con ellas, las abrazó, la abrazaron ¡Se conocían! La sirena contó a mi primer abuelito que las piedras empezaron a andar cuando se  creó el mundo. Lo mismo ocurrió con las sirenas. Unas crearon montañas de todos los tamaños. Otras aprendieron que, cantando, podían comer marineros.

Ahora tengo la casa llena de piedras que juegan a tirarse del balcón a la calle cuando Pascualita dice algo así como ¡SUS! Solo espero que no descalabren a nadie... Ni siquiera a Pere Castell que me las  presentó.