sábado, 5 de abril de 2025

Pasando el rato...

Ya pasan volando, a velocidad endiablada, los primeros vencejos y su alegre escandalera. El árbol de la calle bulle de vida. Está feliz y acompaña los trinos de las diferentes aves que anidan en sus ramas, con su vozarrón de madera.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Que gusto no encontrar a nadie sospechoso en la escalera... ¿Has sabido algo del Emperador de la China, nena?... ¿No? jajajajajajaja Lo que hace el no leer. A ti te ha salido caro ¿cuánto te costaron las colas de rape que compraste para que se los comiera Su Majestad Imperial? - ¡No me lo recuerde! Y encima, el señor Li me ha dicho que no me los va a pagar porque no eran gambas gordas. 

Pascualita vio, desde el borde de la pila de lavar del comedor, como se animaba el cuadro de la Santa Cena. - ¡Dentro de poco cenaremos, chicos! - ¡No veo llegar el momento! - Al final cómo hemos quedado: ¿comeremos lo de todos los años o innovaremos? - Por mi podemos probarlo pero... ¿Y si luego no nos gusta?  - Bueno, hay que arriesgarse... ¿no? -  Ay... no sé, no sé. - Aún nos quedan unos días para pensarlo - Me gustaría probar la comida china (dijo el de las treinta monedas) - ¿Esa que se come con palitos? - ¿Para qué sirven entonces las manos? - Cierto. Toda la vida hemos usado las manos y chupado, luego, los dedos. No pienso cambiar. - Sois de un aburrido total... - ¡Oye, oye, menos lobos, Caperucita...

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