jueves, 17 de abril de 2025

Un mar de dudas.

Lo que tendría que haber sido un día de celebración se convirtió en un tropel de dudas cuando hice una sencilla pregunta, dirigida a los comensales del cuadro de la Santa Cena. - Buenoooo, contad ¿cómo fue...? - Ni fue, ni fu, ni fa (enigmática respuesta que daba por zanjado el tema)

Mi primer abuelito que, para la ocasión, lucía un magnífico sudario lleno de saetas, a cual más sentida, no sabía qué pensar y me susurró al oído: - ¿Pero han cenado o qué? - Por las caras que ponen, ni ellos lo saben.

Las COFRE indagaron por su cuenta. - No he visto migas de pan en el suelo salvo las que quedan del año pasado que ya están momificadas(contó la Escoba) - El árbol de la calle preguntó por el vino. La Fregona, que lleva la voz cantante en todo lo tocante a líquido, dijo - Solo he visto el vino que tiene Asunción que ni es blanco, ni tinto, ni tiene color. - Vaya (se quejó el árbol) pensé que algo caería en mis raíces.

Inmediatamente, todos hablaron y opinaron a la vez. Tuvo que ser Pepe el jibarizado quién levantara la voz y expusiera una teoría: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - Los comensales pasan tanta hambre que su mente les juega malas pasadas. Eso, añadido a los dos mil y pico años que han pasado desde entonces, nadie recuerda, con precisión, el día que cenaron: ¿Fue ayer, hoy, mañana, pasado...? 

En cuanto Pepe el jibarizado cerró la boca, volvió el jaleo de voces y aún siguen sin llegar a ninguna parte.

Mientras, Pascualita y yo nos fuimos a ver la procesión y, de paso, aclarar ideas.


 

 

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