jueves, 10 de abril de 2025

¡Niña, esa boca!

Estaba concentrada mirando los intentos de una mosca que buscaba la salida a través de la Cristalera del balcón y no daba con el lugar por el que había entrado. Llevaba así más de una hora, repartiendo mi atención entre eso y no olvidar tener la boca cerrada para que "no entren moscas" cuando me pareció escuchar abrirse la puerta de casa. 

Será la Cotilla (pensé) pero no se oyó su clásico saludo. - ¡Cotilla! ¿es usted? - Obtuve la callada por respuesta.  La otra persona que tiene llave es la abuela. Pregunté: - ¡abuela! ¿eres tú? - Nada. .. Sin embargo, esta vez sí que escuché algo así como: psssssi... - pero muy bajito.

¡Que fastidio! Ahora tendré que ir a ver si hay alguien o son figuraciones mías, para quedarme tranquila. Lo seguro es que me quedo sin saber si la mosca logra salir a la calle, o no.

- ¡Cotilla.! ¡Que susto, cooooooñe! ¡Parece un alma en pena! - Chist, baja la voz, cretina. Bedulio me persigue desde hace rato y, hasta ahora, no he podido despistarle ¡Y viene con muy malas intenciones! - ¿En qué sentido? - ¡En el peor, boba de Coria! 

Pascualita, asomó la cabeza entre las algas de la pila de lavar  para enterarse de lo que se hablaba. Por un momento pensé si era prudente que escuchara comentarios sexistas. Claro que, después recordé los millones de años que lleva zascandileando por el mundo y me dije que cosas peores lleva vistas.

Me acerqué a la puerta de la calle para asegurarme que estaba cerrada y encontré una bicicleta rosa.  - ¿Qué hace ésto aquí? ¡¿Quién tiene otra igual, Cotilla?! Aaaaayyyyy ¡no me lo digaaaaa! ¡Lo tengo en la punta de la lenguaaaaa! ¡¡¡YA ESTA!!!... anda... es una bicicleta del Ayuntamiento... ¡Con razón la persigue Bedulio! ¡Nos está robando a todos! - ¡Niña. Esa boca!

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