lunes, 31 de marzo de 2025

Que mala es la envidia.

 He sido la comidilla de todo el barrio. La Cotilla ha dicho de mi que, aunque no lo parezca, me encanta ser el novio en la boda y el muerto en el entierro. Pues, anda que... Y todo por hacer una pegunta inocente a los gorriones que pueblan el árbol de la calle: - ¿Habéis escuchado ya sus chillidos? 

Inmediatamente los pajarillos levantaron una ceja: - ¿No estarás preguntando por...? - Pues... - ¿Tendrás cara? - Solo era una pregunta... - ¿Habéis escuchado a la boba de Coria? Tiene "favoritos" - Luego dice que es una persona demócrata... ¡JA! me río yo. - Pero, bueno ¿De qué vais, miniaturas? - ¡Huuyyyy, lo que nos ha llamadoooooo! Ni que ella fuera la Venus de Milo.

Al final he tenido que encararme con el árbol de la calle: -  ¿Has oído a tus inquilinos? Me están poniendo como un trapo. Ni Pasculita sabe qué partido tomar ¿Y tú qué dices? - A mi dejadme de vuestras historias que ya tengo bastante con lo mío. La gente esta de uñas contra mi y mis familiares por culpa del polen ¿Pero si desde que se crearon las plantas nos reproducimos así? ¿Nos metemos nosotros con vuestros juegos erótico-sandungueros? - Es que nos pican los ojos, la garganta... - ¡Muy finolis os habéis vuelto! 

A través del cristal del cuadro de la Santa Cena llegó el eco de una discusión de los comensales. - Y a vosotros ¿qué os pasa? - Que tenemos hambre y discutimos para engañarla. - ¿Al hambre? ¿Y qué tendrá que ver con si ya han llegado los vencejos con su griterío? - Esto parece una diálogo para besugos. - Nos entró la risa floja - jijijijijiji - Que mala es la envidia.

domingo, 30 de marzo de 2025

¿Tendrá razón la abuela?

Afortunadamente, el asilo familiar al que se acogió la abuela y a la chita callando, también su marido Andresito y el estirado del mayordomo inglés Geooooorge, ha terminado. Y no porque yo los echara de casa. No me atreví. Era mucho lo que podía perder, por ejemplo, la Torre del Paseo Marítimo.

Una mañana, recogieron los trastos y se fueron con la música a otra parte. Lastima que ésta última frase no sea literal porque el árbol de la calle se hubiese ido con ellos, pero sus raíces están bien profundas y no me salva nadie de "disfrutar" de sus canciones a grito pelado, a cualquier hora del día o de la noche.

El caso es que, para despedirse de nosotras: la Cotilla, Pascualita y servidora, la abuela ordenó a Geoooorge que nos hiciera fish and chips para la última comida antes de marcharse.

Nos sentamos todos a la mesa. La sirena colocada en plan broche, prendido de la solapa del vestido de la abuela para pasar desapercibida. El olor de la fritanga debió entrar hacia el interior del cuadro de la Santa Cena porque se asomaron todos los comensales al cristal del marco, babeando.

Mordí un trozo de pescado e, inmediatamente, mis papilas gustativas se pusieron en pie de guerra: - ¡Es bacalao! (gritaron) - ¡Oh, nooooooo! (grité yo) - "¡Tiquismiquis! (gritó la abuela que, a continuación, sacó a relucir su famosa frase: - ¡¡¡Así no voy a tener nunca un bisnieto!!!

sábado, 29 de marzo de 2025

Lobas solitarias.

En un rincón del techo de casa estaba mi primer abuelito con cara de pocos amigos. Algo rarísimo en él que es más bueno que el pan de molde. Me acerqué a preguntar: ¿No te gusta tu nuevo sudario? - Me miró fijamente, - ¿Te molesta ver a tu ex todo el día? - La expresión de su cara tuvo un ligero cambio pero, igualmente seguía poniendo cara de póker - De pronto se me encendió la bombilla, cosa que suele hacer la neurona de turno. - ¡¿Añoras a la Momia?!

Entré en la salita donde mis abuelitos se arrullaban cual palomas en un palomar. No se dieron cuenta de mi llegada por eso dieron un respigo en cuanto abrí la boca: - ¿Por qué no ha venido mi bisabuelastra con vosotros?

Andresito sacó la cabeza, escondida hasta ahora en el escote de mi centenaria abuela. - Faltaríamos a la Moral haciéndonos arrumacos delante de mi madre. - Pero la Moral, que ha visto de todo en su deambular por los siglos, dijo: - Por mi como si te la pica un pollo. - y siguió viendo el programa de la tele.

La frase fue como el antiguo Abracadabra porque, por arte de biribirloque, aparecieron en casa la Momia seguida de sus cubanitos-culito-respingones y la cara de pocos amigos de mi primer abuelito, resplandeció como el sol.

Pascualita, sintiéndose sola, se arrebujó en mi escote. Acabada su siesta, la Cotilla se sentó a mi lado y apoyó su cabeza muy cerca de la medio-sardina. De lo más profundo de nuestro ser salió un largo suspiro con una coletilla que nos hermanó: - ¿Y yo qué?

viernes, 28 de marzo de 2025

El que no corre, vuela.

Llamaron a la puerta y al abrirla, me encontré frente al señor Li. De pronto me vino a la mente la visión de Pascualita, prendida de la solapa del mini vestido de la abuela, en plan broche y cerré de golpe la puerta.

Sonó, de nuevo, el timbre y abrí. En casa había cambiado el panorama: Pascualita saltó al agua de la pila de lavar del comedor y de allí, al interior del barco hundido. La abuela dormitaba en la salita delante de la tele encendida. De la cocina llegaban sollozos, amortiguados por los hipos de un tremendo disgusto. Las lágrimas resbalaba sobre el sacrílego arroz de té de Geoooorge el mayordomo inglés.

El señor Li entró en mi casa como si fuese su dueño y señor y echó una larga ojeada por todos los rincones. Antes de irse por donde había venido, se plantó ante mi y dijo: - Yo sabel que tu tenel gambas goldas escondidas... Cuando las encuentle, comélmelas glatis, boba de Colia. - Después puso cara de Fumanchú y soltó una bomba: - Cotilla cuidal de señol Andlesito... ¡Y tú, seguil sin bisnieto! jajajajajajajaja. - ¿Será mal bicho este tío?

Corrí hacia la abuela. Se había quedado traspuesta en el sofá y no había nada que hacer.  Llamé a Andresito. - ¿Te cuida la Cotilla? - pregunté sin demora al dueño de la Torre del Paseo Marítimo. - Si, nena. No te preocupes por mi porque me atiende muy bien. - ¡Vaya! -

La abuela duerme siestas de dos horas. Esperé estoicamente pero, en cuanto abrió un ojo, ataqué... - ¡Y le calienta la cama! - ¿Quién? - La Cotilla a ¡Andresito! - Teléfono en ristre, la abuela ordenó: - ¡En cinco minutos te quiero aquí! - Pero... - ¡Ni pero, ni leches! Se me acaban de ocurrir una nuevas posturas que... ¡Uf!... ¡¡¡CORREEEEEEEEEEEEEEE!!!

¡Vaya si corrió! ¡Más que el tío de la lista! 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 27 de marzo de 2025

Asilo familiar.

Llamó la abuela diciendo que se acoge al asilo familiar en mi casa. Quedé patidifusa. - Primero se pide, después yo veo los pros y los contras de semejante pedido y te doy una contestación dependiendo de los informes recabados. - "¿Desde cuando me hablas en swajili, boba de Coria? Ya estás abriendo la puerta del piso o le pego tal patada que saltaran las bisagras" - Tampoco hay que ponerse así, mujer... 

En cuanto escuché el primer pitido de los coches, comunes, avasallados por el rolls royce de los abuelitos, corrí a abrir la puerta de par en par. Y como la Reina de Saba entrando en el palacio del rey Salomón, así hizo la abuela su entrada en casa y todos los personajes se sintieron insignificantes, árbol de la calle, incluido.

Casi pisándole los talones entró Gooooorge, el mayordomo inglés y se dirigió directamente , a  la cocina. A mi se me alegraron las pajarillas al pensar que, durante unos días, no comería de bote.

La abuela reconquistó su antigua habitación proletaria para regocijo mío y cabreo de la Cotilla en cuanto llegase. Mi primer abuelito, flotando sobre las ramas del árbol de la calle más cercanas al balcón, preguntó: - ¿Por qué está mi ex aquí, nena? - Eso quisiera saber yo. 

Poco después, sentadas a la mesa del comedor, con Pascualita colocada en el arnés prendido en la solapa del vestido minifaldero, en plan broche, la abuela contó: - "Me he ido de mi casa por culpa del fútbol. Un marido sirve para complacer a su esposa cuando ésta se le insinúe ¡Y no para depender del fútbol!" 

En ese momento entró Geooorge con la paella de marisco ... ¡hecha con té! ¡La mother que lo parió!

 

miércoles, 26 de marzo de 2025

Había un por qué...

No me he quitado las gafas de buceo en todo el día. Pascualita está de un humor de perros por culpa del dichoso caracol.  Desde que la separé del tronco del árbol de la calle no ha parado de lavarse y restregarse el cuerpo con estropajo y jabón. Ya tiene la piel en carne viva pero ella, a pesar de mis consejos de que pare, sigue dale que dale.

Llamé a mi primer abuelito para que me ayudara a hacerla entrar en razón y apareció envuelto en un sudario de seda color fresa que desprendía olor a esa fruta mezclada con el del chantilli..

La fobia a la baba de caracol tenía su razón de ser, según nos contó la sirena. Fue un caracol quien se comió a su enamorado, uno de los pocos sirenos que quedaban en la inmensidad del mar. - ¡Anda la osa! Pero si son muy pequeños... (dije yo) - Los de ahora, boba de Coria. 

En aquellos oscuros milenios, de cuando la Tierra ni siquiera tenía nombre, los caracoles, enormes, eran los reyes del Mambo. Comían todo lo que se les ponía a tiro, entre ello a mi Pichurri. Cuando tenían hambre, envolvían a la víctima en espuma aderezada con frutas frescas, piñones, etc. y ¡para dentro!, - Fue un visto y no visto. Desde entonces paso mis celos sin pena ni gloria... ¡Con lo divertidos que eran...!

 

martes, 25 de marzo de 2025

Quien la sigue, la cosigue.

Si el árbol de la calle pensó que a grito pelao, mandaría al caracol lejos de él, lo tuvo crudo.  El animalito siguió a lo suyo, subiendo, xino xano,  por el enorme tronco mientras con cada movimiento impregnaba de babas su paso. Aaaaayyyyy que malito se estaba poniendo mi vecino vegetal.

Yo veía el lento ascenso desde el balcón, cuando ya se habían apagados los ecos de la ajetreada noche. - Pensé que el caracol tenía más moral que el Alcoyano. Pascualita, que durmió hasta el mediodía, preguntó, gestualmente, que qué tal iba la cosa. Si creía la medio sardina que solo ella entendía idiomas a punta pala, conmigo lo tuvo claro porque le contesté en su idioma ¡anda que no!

Una vez logrado éste punto a favor mío, nos quedamos cortadas. Habíamos puesto tanto empeño las dos en presumir como dos pavas jóvenes que ambas perdimos el hilo de la conversación.

Ay, que cosa más mala no saber de qué se hablaba.  Pensé que sería una tontería pero me quedé más tranquila. Mientras, el caracol siguió, impasible, en pos de su objetivo. Ya por la tarde, la sirena sintió la prisa por hacerse ella con el triunfo, a pesar de que eso es una trampa tan grande como el Castillo de Bellver.

Sin pensarlo dos veces, se catapultó con su hermosa cola de sardina, contra el tronco del árbol. Naturalmente, lo más alto posible para trabajar menos. Pero el Destino pone a todos en su sitio, les guste o no.

Pascualita se dio un castañazo contra el tronco y, aunque quedó un poco grogui, ni patinó, ni se cayó, simplemente quedó atrapada en la desagradable baba de caracol. Cinco minutos después el bicho entraba en meta, situada en el centro de la copa del árbol. Y proclamándose vencedor de todas las categorías ¡¡¡EL CARACOOOOOOOL!!!

lunes, 24 de marzo de 2025

¡La que se armó!

Esto fue lo que me despertó - ¡Aaaggg! ¡Que ascooooo! ¡Fuera de aquí! - Salté de la cama, asustada por lo que pudiera encontrarme en casa. Salí tan rápida de la cama que se me olvidó encender la luz y me di de bruces contra la pared. Prueba de ello es el chichón de la frente. 

Grité, asustada y dolorida. Después, con paso, más o menos decidido, emprendí el camino hacia la puerta... pero el mueble de cajones se movió lo justo para estrellar contra él al dedo meñique. Entonces sí que se me oyó de punta a punta del barrio. Fue el rugido de una hembra de cromañón, cabreada de antemano, partiéndose un meñique contra una enorme piedra pómez: ¡¡¡GGARAAOOO!!! 

Así como pude, abrí la puerta del cuarto en el mismo momento en que un proyectil tierra-aire y helado como un témpano, se estrelló contra mi pecho y ya no hay palabras para explicar el alarido que salió del fondo de mi cuerpo. Fue espectacular.

Cinco minutos después llegaban los coches de policía, los bomberos y las ambulancias, todo en plural porque nadie podía pensar que era todo, unicamente, producto de mi persona.  En el barrio amaneció antes de tiempo con las sirenas de todos poniendo las luces y la música a la negrura de la noche No hubo ventana que no se iluminara. Ni voces que no pidieran explicaciones.

Al final, al saber de dónde procedían los alaridos, todo se apagó. De las ambulancia conseguí dos tiritas: una para la frente y otra para el meñique. De la policía una multa por escandalosa. A los bomberos les  pedí un calendario pero no llevaban

Pascualita sigue dentro del bolsillo de mi pijama reponiéndose del manotazo que le di cuando chocamos.  

Solo después de ponerme tibia de chinchón on the rocks, recordé a qué había venido todo el jaleo y pregunté al árbol de la calle. - Es que un caracol subía por el tronco y esa baba que echa me pone.... ¡hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiistéricoooooooooooooooooooooo!

 

 

sábado, 22 de marzo de 2025

¡Sorpresa!

Pepe el jibarizado ha conseguido que la Escoba y la Fregona vuelvan a ser amigas. Hay que ver que poder de convicción tiene el llavero con lo enrevesado que es su escueto vocabulario. Nos tiene admirados a todos y todas.

Ya le he dicho a Pascualita que aprenda de él. Por toda respuesta ha sacado a pasear su potente dentadura de tiburón. 

Me llamó la abuela: - "¿Qué le has echo a mi chiquitina?" - Que yo sepa, nada. Pregúntale a la Cotilla. - "¿Por qué?" - Para algo te habrá llamado . "Quien me llamó fue Pascualita pero me costó entenderla" - Yo me hacía cruces y llamé a mi primer abuelito. - Sí, la medio sardina habló con tu abuela por teléfono... Se nota por su acento que es forastera pero hablaba mallorquín como nosotros, diciendo Idò y Pero, al final de una frase. 

- ¡Esta sí que es buena! Pues no sabía nada. Yo siempre he pensado que si hablan las bolas de polvo ¿por qué no podía hacerlo la sirena? - Sí que podía, nena. Pero no le daba la gana hablar.

El vozarrón del árbol  de la calle se escuchó, de parte a parte, de la misma. Ahora que ya lo sabes, podremos cantar a dúo cuando ella vaya en buscar de un marinero que llevarse a la boca.  Que primitivos sois, coñe, 

Senté a Pascualita en el frutero del comedor y mientras yo abría el bote de fabada asturiana, ella no dejó de cantar junto con el árbol de la calle al que se le veía muy emocionado. - No todos los días puedo hacer eso con personajes criados a mis pechos. 

Hasta el gurigay de los comensales de  la Santa Cena (siguen discutiendo si comer la Santa Cena habitual desde hace más de dos mil años o innovan) paró en seco ante las palabras del árbol de la calle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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viernes, 21 de marzo de 2025

Poner órden...

Está el Mundo muy agitado. Es lo primero que se ve y se nota cuando pongo la tele a la hora de comer. Los Países, como siempre en situaciones excepcionales, se han dividido en partidarios de usar jabón de lavadora de marcas blancas o de una marca de solera. Y se llaman a sí mismos: los blanquitos y los pijitos.

La Escoba y la Fregona, después de ser uña y carne todo el tiempo, han acabado separadas y ahora no se pueden ver. He tenido que tirarles un zapato para que dejaran de pelearse. - ¡Venga, cada una a su faena o monto una falla con vosotras!

Pascualita se ha llevado un disgusto porque al final no ha hecho falta el mechero. A la medio sardina le gusta más una pelea que aun tonto un lápiz y se ha vengado tirándome unos buchitos de agua envenenada. Solo me han rozado pero, ahora mismo  tengo una oreja que lleva camino de ser de elefante.

Para rematar la faena, en la tele no paran de mostrar: pantanos desaguando, ríos desbordados, agua por toda partes. Pascualita no le quita ojo a la pantalla cuando hablan de ello y se vuelve peligrosa. Y ha pasado lo que tenía que pasar. La pobre tiene tantas ganas de volver a su hábitat que ya no distingue el mar de los sitios de agua dulce y hoy se ha tirado de cabeza contra la pantalla del televisor. 

Ha salido algo chamuscada. Los pelo-alga lucen ahora una permanente que no le sienta nada mal. Parece no comprender que, a pesar del agua que ha visto, no ha podido tocarla. Menos mal que nunca falta en casa una botella de chinchón... ahora casi vacía.

 

 

 

jueves, 20 de marzo de 2025

¡Las lavadoras no están solas!

El nuevo Pompilio ha agradecido poder empezar desde cero, la colección de calcetines. Sin embargo, el Mandamás de todos los mandamases Pompilianos, antes de dar su brazo a torcer, exigió que todos los euros ganados pasaran a él, o sea al Jefe (como ocurre siempre)

No sé qué pasó pero la Cotilla anda mohína y remugando desde entonces, mientras que el nuevo Pompilio parece contento y dispuesto a cumplir con su deber. Y ha empezado por mi casa. Los últimos calcetines que me compré ya están desparejados. ¡Como lo pille le desparejo las orejas!

Se está poniendo de moda arreglar lavadoras, han dicho en la televisión mientras mostraban imágenes de montañas de esos electrodomésticos despanzurrados, con los cables al aire mientras los mecánicos buscaban, inútilmente, calcetines en sus tripas.  Por otra parte, las colas para comprar nuevas lavadoras eran, cada vez más largas. 

Recurrí a la abuela en busca de información: - ¿La Cotilla es tan millonaria como pensaba? - "¡Que va! Se hizo ilusiones pero algo pasó que lo impidió. Es que no es tan fácil tener mi suerte de enamorar a un mallorquín de rancio abolengo con los bolsillos forrados" - Hasta mi, a través del teléfono, llegó el destello del colmillo de la abuela ¡Anda qué,,,!

Iba a entrar en la despensa cuando escuché a la escoba: ... dicen que la huelga será larga... - ¿Las nuevas también?... (era la voz de la fregona) - ¡Todas las lavadoras a una! - ¿Iremos nosotras?... - ¡Por supuesto!... 

 

miércoles, 19 de marzo de 2025

¡Por eso corría!

La abuela no se enteraba pero, Pascualita y yo  supimos antes que nadie, el por qué de las misteriosas carreras de  la Cotilla. Desde la lámpara del comedor, el ánima de mi primer abuelito nos lo contaba mientras se arrebujaba en un sudario de terciopelo verde fosfi. 

Cuando supimos la verdad yo exclamé: ¡¡¡¿En serio?!!! y la sirena dio un salto mortal con doble tirabuzón. - "¿Qué os pasa?" - Los personajes de casa fliparon en colores y formaron tal guirigay que no había manera de entendernos. - ¡Callad, coñe, que está hablando mi primer abuelito!- "¿Está... aquí.. mi ex?" - Siempre está. 

El árbol de la calle impuso silencio con una canción cuartelera: - Levántate soldado, que las cuatro soooooon. Que viene el sargentoooo con el cinturón. Que venga, que no venga, que deje de venir, que se haga la puñetaaaaa que yo quiero dormirrr. - La Escoba dijo: ¿qué tendrá que ver el culo con las témporas?

La voz de Pepe el jibarizado sonó fuerte y clara desde la cocina, dándome a entender que fuera al grano. Carraspeé y empecé la historia: La Cotilla, que es, además, una fisgona, el otro día descubrió, por casualidad, el escondite donde, desde tiempo inmemorial, los Pompilios pasados guardaron los calcetines robados. La muy ladina no dijo ni mú en casa pero sí lo hizo en internet, añadiendo además, fotos de los modelos arcaicos. 

Recibió millones de respuestas. Todo el mundo quería recuperar sus calcetines y los de sus antepasados. Ella aceptó devolverlos a cambio de un euro cada uno, antes de saber que solo tenía veinticuatro horas para hacerlo. Después los calcetines desaparecerían para siempre.

- ¡Por eso corría tanto! - ¡Y ahora es millonaria, la jodía! (gritó la fregona moviendo su abundante cabellera)  

- ¿Y yo...?

 

martes, 18 de marzo de 2025

¿A qué venía tanta carrera?

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa!... ¡Hasta luego, Lucas! - La llegada y salida de la Cotilla fue un visto y no visto. Y el caso es que se repitió varias veces en el mismo día y aunque me moría de curiosidad saber de qué iban esas prisas, ella era más rápida que yo y no tuve opción de preguntar nada.

Esto se convirtió en  la comidilla de la casa, abuela incluida, que se dio de bruces contra la Cotilla cuando ésta salía de estampida a no se sabe dónde. - "Nena ¿"eso" era la Cotilla?... ¿A dónde va con tantas prisas?" - Eso quisiéramos saber Pascualita y yo. - "!Mira que morado me está saliendo en el muslo! ¿Qué lleva en el bolso? ¿piedras?"

A mediodía ya se había enterado todo el barrio de Pere Garau de las extrañas carreras de la CotillaY surgieron los comentarios: - ¿Pero qué edad tiene esa mujer? - Es más vieja que la Catedral. Lo sé de buena tinta (aseguró el vecino sabelotodo) - Dicen que cuando llegó a Palma Jaime I el Conquistador, ella ya andaba por aqui... - Lo creo porque mi abuela, que murió hace tropecientos años, la tenía de modista. - Creo que se entrena para la maratón de la Cuarta Edad...

La abuela y yo esperamos en el balcón a verla llegar. Venía despatarrada, arrastrando los pies y tirando del enorme bolso que se veía, absolutamente, vacío. En la puerta de  la finca la esperaba Bedulio, libreta de multas en ristre. Hablaban bajito y apenas entendí: - ¿Yoooo, corríaaaaaaaaaaa? ¿A mis años? ¡Anda... ya...!

Ahora duerme una gran siesta que nos ha permitido mirar dentro del bolso. No había nada. Ni polvo.

lunes, 17 de marzo de 2025

Volviendo a la rutina.

Con la llegada del nuevo Pompílio el mundo ha vuelto a su rutina. Y ha sido una gozada escuchar, de nuevo, a las amas de casa quejándose como siempre: - ¡Falta un calcetín, jopé! ¡Mariano, hay que comprar una lavadora nueva!

Los murmullos que llegaban del interior del cuadro de la Santa Cena, anunciaban el nerviosismo de los comensales al acercarse la fecha en que volverán a comer después de un año a palo seco. Se pasan el día recordando anécdotas vividas durante más de dos mil años. El de las treinta monedas cree queya va siendo hora de variar el menú, con comida china, por ejemplo.

El árbol de la calle piensa que debemos ofrecerle una hermosa bienvenida al nuevo Pompilio. - Nos ha traído el equilibrio mundial y... - Le interrumpió Pepe el jibarizado tomando la palabra: - OOOOOOOOOOO (que, según mi abuelito quiere decir: ¡No tengo tiempo que perder si quiero que todo funcione como siempre! Hay muchos calcetines que requisar).

Ya lo habéis oído. Tiene que recuperar en tiempo perdido por su antecesor. - Es una lástima que no pueda oírme cantar El Brindis de la Traviata. - ¡Uf, menos mal! (pensé)

Mientras hablábamos, Pascualita, sentada en el borde de la pila de lavar estaba pendiente de la llegada; o salida, de Pompilio. - ¿Para comértelo también, tragaldabas? - Por toda respuesta, la sirena me escupió un buchito de agua envenenada que supe evitar.

 

domingo, 16 de marzo de 2025

Habemus Pompilio nuevo.

El Mundo está expectante y con sentimientos contradictorios. Por un lado están quienes toda la vida han oído decir a sus madres: - ¿Dónde estarán los jodíos calcetines que faltan? ¡Mariano, hay que comprar una lavadora! Y los que, todavía recuerdan los tiempos en que, al abrir el cajón de la mesita de noche, estaban todos los calcetines juntos y en perfecto estado de revista.

Los Gobiernos de los países del mundo mandaron espías a los cuatro puntos cardinales para intentar saber qué provoca ésta situación. Los periodistas salían a la calle a preguntar a la gente: Me gusta el orden en cualquier circunstancia. - Pues a mi me gustaba más antes... Era más divertido emparejar calcetines según el humor del momento.

En casa, la abuela aparecía dónde y cuando, menos lo esperaba: - ¡Jopé, abuela, que susto! - El árbol de la calle dejó de cantar - ¿Por qué? (le pregunté) - Es una situación anómala y me incomoda. - 

Poco a poco todo se fue parando: las bolas de polvo dejaron de corretear, instalándose definitivamente, bajo los muebles. La Cristalera no chirriaba. Los comensales de la Santa Cena se retiraron al rincón más alejado del cuadro hasta dejar de ser visibles, Pepe el jibarizado calló su voz . La Cotilla ya no saludaba a grito pelado al regresar del trapicheo nocturno. Incluso mi primer abuelito, simplemente, se asomaba a verme sin decir ni pío

Me rebelé. Busqué a la feliz pareja durante horas. Por último encontré a Pascualita encerrada en el barco hundido de la pila de lavar del comedor. Pregunté: - ¿Y Pompilio? . Ella se acarició la tripa. - ¿Estás embarazada? ¡Oh, no! Me quedo sin la Torre del Paseo Marítimo, cooooñe.

El fru frú de la tela de un sudario de alta costura anunció a mi primer abuelito que me susurró al oído: - No es el bisnieto, nena. Es Pompilio. - ¡Oh, no! - Se veía venir. - Yo no... - El abuelito continuó. - Está en camino el nuevo Pompilio... ¡escucha! ¡Ya ha pasado! - Me alegró mucho ser, de nuevo, candidata a dueña de la Torre del Paseo Marítimo.

 

sábado, 15 de marzo de 2025

En el Mundo no se habla de otra cosa.

La noticia ha salido, incluso, en la prensa nacional de un modo bastante sensacionalista. A bombo y platillo, hubiesen dicho los noticieros del Antiguo Egipto: 

¡¡¡EXCLUSIVA MUNDIAL!!! 

¡¡¡LOS PARES DE CALCETINES YA NO SE SEPARAN!!! 

¿A SANTO DE QUÉ? SE PREGUNTA EL MUNDO. NO HAY RESPUESTA CONVINCENTE.

POR SU PARTE, LAS LAVADORAS HAN EMPEZADO A PONER QUERELLAS A TROCHE Y MOCHE PARA DEFENDER SU HONOR YA QUE SIEMPRE HAN SIDO SEÑALADAS COMO LAS CULPABLES DE LAS SEPARACIONES CALCETINESCAS.

SEGUIREMOS INFORMANDO

Me llamó la abuela. - "Nena ¿Están hablando del novio ladrón de Pascualita en los telediarios?" - Sí ...  -  "Fue mala suerte que se escapara antes de que yo llegara a tu casa. Porque se escapó ¿verdad? Voy a visitarte a horas intempestivas porque no me fio de ti y como vea al bicho ese, te quedas sin la Torre del Paseo Marítimo el día de mañana" 

Dichosa abuela. Seguro que vendrá de madrugada, cuando salgan, Andresito y ella, de El Funeral y vayan hasta arriba de chinchón...

 

viernes, 14 de marzo de 2025

La extraña pareja.

Hace días que los vengo observando y no doy crédito. Cupido ha lanzado sus flechas al tuntún y les ha dado de lleno. ¡No me lo puedo creer! - Avemariapurísimaaaaaaaaa!

¿Qué es lo que no puedes creer, nena? ¿Que has encontrado novio? jejejejeje - Me parece a mi que eso es más difícil que ganar la Primitiva, Cotilla porque, por lo que veo, a usted tampoco se le da muy bien, jejejejeje 

Se le cambió la cara y bufó como cuando un toro va a arrancarse para cornear ¡Si no lo veo, no lo creo! Y soltó. - ¡La culpa es de tu abuela que siempre me ha robado los novios! - Tiene un trauma como un piano de cola la muy jodía.

Llamé a la abuela. Se puso el cancerbero de la Torre del Paseo Marítimo: - ¿Yes? - Que se ponga mi abuela, Geooooorge. - Madame decir que no estar. - ¿A que te llamo tonto del Brexit?

- "Nena, deja de meterte con el pobre Geoooorge que luego se tira dos horas llorando" - ¡Pascualita está enamorada, abuela! - "¿De quién si no hay sirenos? ¿Ya has bebido chinchón a éstas horas?" - Nooo. De Pompilio. - "¿Es de buena familia? ¿Tiene trabajo estable? ¿Puede pagar una habitación con lo que gana? ¿Lo conozco yo?" - Sí a todo. Y tiene trabajo para todo la vida. Es el gnomo de los calcet... - "¡¿El ladrón de calcetines?! ¡Echalo a la calle.! No, espera, que es de mala ralea. Ahora vendré a pisarlo"

Mi primer abuelito apareció a mi lado diciendo: - ¿Es la abuela Gestapo?

Cuando entró en casa, los enamorados estaban escondidos en mi escote. Antes de hacerlo pregunté a la sirena si tenía hambre... Es que Pompilio es muy chiquitín comparado con ella.

jueves, 13 de marzo de 2025

Cinco años ya.

¡Estas sooon las mañanitaaaaas que cantaba el Rey Daviiiiiiid...  ¡¡¡PAPAM!!! (¡zapatazo!) - Esto ocurre todos los días antes de que cante el gallo de un vecino, cuando el árbol de la calle nos despierta.Si es que no se puede cantar a horas tan tempranas.          . 

Los vecinos, hartos de las serenatas, le tiran zapatos. La acera está llena de ellos y algunos han entrado en casa por el balcón porque la Cristalera no quiere cerrarse para no recibir golpes. 

El otro día apareció un anónimo amenazando con denunciar al platanero a Parques y Jardines y pidiendo que sea arrancado de su alcorque para convertirlo en leña para las chimeneas. ¡Pues ni eso le ha cerrado la boca!

Hoy hace cinco años que tuvimos que encerrarnos en las casas por culpa del Corona Virus. Las mascarillas se pusieron de moda, Y pasamos esos extraños días pendientes de la salida al balcón para aplaudir a los sanitarios de toda España que se jugaron la vida y muchos la perdieron, atendiendo a enfermos de un virus del que se desconocía todo. Todas las tardes se leía la lista de defunciones... en solitario. Que tiempo más increíble aquel.

Rememorando aquellos días y parapetándome tras la tapadera de una olla grande, he salido al balcón a aplaudir a los sanitarios. Menos mal de la tapadera que ha parado los golpes de los zapatos porque el Despertador Oficial del barrio de Pere Garau, no se calla ni debajo del agua. 


 

miércoles, 12 de marzo de 2025

Hablamos de Amor

Pompilio frenó en seco su carrera para soltar un suspiro que hizo temblar las paredes de casa. - ¿Qué te pasa? - Tengo mal de amores. - Eso no es malo... creo. No estoy muy puesta en cosas del amor. - Mira que he visitado casas a lo largo de mi vida y nunca me ha pasado ésto. Entré en una habitación en busca de calcetines que llevarme cuando me fijé en un póster que había en la pared. Nuestras miradas se encontraron y saltó la chispa. Y aquí me tienes, suspirando todo el santo día. - ¡¿Y quién es ella?! (pregunté, impaciente) - David el gnomo.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Aaaayyyy, que bonito está el mercado de Pere Garau - La Cotilla puso los ojos en blanco y yo pensé que se iba al Otro Barrio. - Mi primer abuelito, que se paseaba por casa cual maniquí de los años cincuenta. - Aún no le toca, nena. Tiene cuerda para rato. Ya sabes que bicho malo nunca muere. - ¿Tengo que recordarte que la Momia va camino de los ciento cincuenta años? - ¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?- No compares, nena. Mi amorcito no ha matado a nadie.

Me he dado cuenta de que solo hablamos de amor... ¡Ah, vaya! como se nota que estamos entrando en la primavera... - Abuelito, ¿seguro que te mataron entre tu ex y la Cotilla? - Tendré que pedir a los mandamases del Más Allá, que busquen mi expediente donde está escrita mi historia... - Yo que tú, no movería un pelo. A ver si van a salir historias como que fuiste amante de un Capitán de barco, con bigote. 

Suspiró: - ¡Aaaaaaayyyyyy! Era hermoso y rubio como la cervezaaaaaaaaaaaaaaa...

martes, 11 de marzo de 2025

Y yo con estos pelos...

El árbol de la calle, afectado psicológicamente, por el abusivo precio de los alquileres de pisos, ha decidido pedir al Ayuntamiento que le otorgue el título de Despertador Oficial del barrio de Pere Garau. Eso me contó el otro día y no quise bajarle la moral diciéndole que ¡menuda tontería!

¡Pues el Alcalde le ha concedido el título! Ahora gana más que yo. Por cada título tiene un sueldo. Ya no hay quien aguante al árbol de lo ufano que está presumiendo de títulos ¡sin pasar por la Universidad! Título de la Mejor Sombra del barrio. Título de Mejor Amigo de los Gorriones. (Aquí hubo sus más y sus menos porque los gorriones son muy picajosos) Título de Belleza Arbóreo gracias a la dieta de hierro... Y así, hasta el infinito y más allá - ¡¡¡Vooooy!!! (gritó mi primer abuelito dándose por aludido)

Esta madrugada ha estrenado su nuevo título y, cuando aún no habían puesto las calles, la potente voz de tenor, vibrante de emoción contenida, ha cantado Las Mañanitas... ¡La madre que lo parió!

Menos mal que la Cristalera, temiéndose lo peor, se cerró a cal y canto y se escuchó menos el ruído. Más tarde fui a ver al Alcalde para quejarme y proponerle que se lleve el árbol de la calle debajo de su balcón. - ¿Y qué se supone que hay que hacer con la olivera plantada en la Plaza de Cort? (preguntó muy serio) - A lo que yo gri en plan reivindicativo ¡¡¡La Olivera no se toca!!!

Y así quedó zanjado el asunto.

lunes, 10 de marzo de 2025

El Tiempo se emborracha.

Mi primer abuelito me ha despertado para decirme que el Tiempo está loco. - ¿Te has caído de la cama? (le he preguntado, entre bostezo y bostezo) - ¿Qué cama? - ¿No gastáis de eso en el Más Allá? ¿Ni siquiera una cama de Ikea? 

Dejó de prestarme atención porque no sabía de qué le hablaba, luego siguió a lo suyo. - Mírame bien, nena. - Estás guapo... - ¿Has bebido chinchón de buena mañana? ¿Has visto mi sudario? ¡Que pena da! - Bueno... es natural ... - Pobre Balenciaga. Está echo un lío por culpa del Tiempo. Por ejemplo, empieza un trabajo sin saber si será de verano, entretiempo o invierno... o todo a la vez. Dicen que El Tiempo ha descubierto vino del tiempo de los romanos y lo ha celebrado.

De la cocina llegó el OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO de Pepe el jibarizado pidiendo que el abuelito nos cuente la historia. - ¿Ahora ? - Sí, porfi, o nos dará la tabarra todo el día. - Vale. Al Tiempo le entró un aburrimiento por tener que seguir, de pe a pa, las normas de todos los Años. O sea, la monotonía que hace que la Naturaleza, a la que hay que atar corta porque sino, echa las patas a lo alto y se pone el mundo por montera...

El OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO volvió a sonar - Dice Pepe que no te andes por las ramas, abuelito, que no tiene todo el día para escucharte. 

- El Tiempo, aburrido, se metió en una cueva bajo el mar donde descubrió un barco hundido con el cargamento intacto: ánforas repletas de vino. Y como no tenía otra cosa que hacer, se las bebió todas. El vino se le subió a la cabeza y desde entonces hace de las suyas borracho perdido. Ni siquiera los valencianos saben si podrán celebrar las Fallas.

domingo, 9 de marzo de 2025

¡Bien por Pascualita!

El señor Li ya ha regresado de la China. Me lo ha dicho la Cotilla que llegó de la calle toda contenta. - Mira lo que me he encontrado en la calle. - ¡¿Una cafetera?! - Una no, varias. Esta noche me las llevaré al trapicheo y .... - Déjese de cuentos y llame a las cosas por su nombre: ¡Se las ha robado al pobre señor Li! Un día encontrará la horma de su zapato y tendrá un disgusto. - ¡Que culpa tengo yo de que dejen las cosas abandonadas en las aceras, lengua larga!

Llamaron a la puerta insistentemente. - ¡No abras! (gritó la Cotilla mientras palidecía y corría a encerrarse en su cuarto) - ¡Tu ablil, boba de Colia! Señol Li tlael legalo de China pala ti. - Que amable... - Al abrir la puerta se me llenó la casa de chinos. 

Pascualita se asomó, curiosa, entre las algas de la pila de lavar del comedor y pudo ver como se pusieron éstos al ver las cafeteras y no hacían caso a mis preguntas: - ¿Traéis mi regalo? ¿Es turrón chino? ¿Dónde está?

En un segundo los trabajadores del señor Li arramblaron con las cafeteras entre gritos y aspavientos cada vez más amenazantes. Por una vez y sin que sirva de precedente, la sirena me defendió escupiéndo buchitos de agua envenenada, bien repartidos en orejas y narices. 

El griterío dio paso a los ayes de dolor y espanto al ver como crecían, sin ánimo de parar, sus apéndices faciales. Y como la puerta estaba abierta, desaparecieron por allí cargados con las cafeteras.

Antes de llegar a la calle les grité: - ¡Acordaros de traer mi regalo la próxima vez que vengáis!

sábado, 8 de marzo de 2025

Reivindicando.

- ¿Sabes qué es una servilleta, Pascualita?... Un cuadrado de papel, o de tela, que sirve para limpiarse los labios después de comer. - La sirena se da a entender mediante la mímica cuando le da la gana y parece que hoy es un buen día para ello.

- Tu no necesitas porque vives bajo el agua casi todo el día... ¿Quiéres una? Tooooma. Se hace así. - Pascualita me imitó a la perfección... menos cuando se la comió - ¡Hey, No te la comas! Se ve que le gustó porque saltó de la pila de lavar del comedor, al paquete de servilletas del Súper y en un abrir y cerrar de ojos, no dejó ni una.

- ¡Muy mal hecho, media sardina! -  Me envío unos cuantos buchitos de agua envenenada a la cara que, afortunadamente, pude esquivar. Para bajar la tensión le pregunté: ¿Sabes uántas historias empiezan en una servilleta?

Tumbada en la mesa del comedor y sus redondos ojos de pez mirándome fijamente, la sirena esperó a que le contara algo. - ¡Muchas! Por ejemplo, una carta de amor (hizo el gesto de vomitar) El comienzo de una novela. (de nuevo sus ojos me taladraron) Una carta de suicidio (se encogió de hombros) Una receta de cocina (Se relamió) Una palabra escrita en mayúscula: ¡IGUALDAD! 

Brindamos por ello con chinchón on the rock un año más.

viernes, 7 de marzo de 2025

De visita,

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa - La Cotilla vuelve a toda pastilla de sus horas de trapicheos. Suda como un pollo. - ¿A que vienen esas carreras de buena mañana? - Es que me he llevado un sobresalto cuando he visto abierta la tienda del señor Li. - Bueno, dijo que se iba a China para celebrar su Año Nuevo con la familia... - ¡Que sí, que sí! Esto ya lo sé. - Entonces ¿qué pasa? - Pensé que se quedaría más tiempo allí y cuando he visto abierto me he dicho : ¡Están robando y yo sin enterarme! 

- No es de extrañar que la persiga la mafia china del barrio. Hoy no le habrá dado tiempo de coger nada ¿verdad? - ¿De la tienda? ¡Nunca he cogido nada de allí, boba de Coria! - No se ponga tan solemne, Cotilla, que sé de qué pie cojea. - Que mal te educó tu abuela, nena.

Dio media vuelta en plan folklórica racial y enfiló hacia su cuarto encerrándose a cal y canto.

La Escoba, viendo el rastro de paja que dejó la Cotilla en el comedor, los barrió irritada con el mundo entero por hacer unas horas extras que no cobraría. Su amiga, la Fregona, entró en el comedor encantada de haberse conocido y poniendo boquita de piñón, dijo: - Vengo de ver a los Reyes... - ¿Los de la baraja? - Noooo jijijiji A ver si lo aciertas. - ¿Los del Hola? - ¡Esos son muchos! jajajajajaja - ¡Basta ya, que estoy cabreada! - Vale, te lo digo: ¡A dos de los Reyes de Mallorca! 

El escobazo y tente tieso. La Fregona se tambaleó: - Que poca correa tienes, coñe... son Jaume II y Jaume III... - ¡PAPAM! otro escobazo: - ¡Eso son calles, borrica! - Y Reyes...

 

 

jueves, 6 de marzo de 2025

Descubrimiento.

De buena madrugada me ha despertado éste sonido: - ¡Hip!-  Escuchándolo una sola vez no le das importancia.Pero si es seguido como una gotera, acabas loca perdida. 

Abrí un ojo en la oscuridad. Inmediatamente pensé en todos los monstruos que se acercan a los durmientes y me tapé la cabeza en defensa mía. El ¡Hip! estaba juguetón a esas horas brujas de la noche y comenzó a saltar por techos y paredes

Alguien nos habla de una tormenta de arena. Dice que es muy guay. Así que cierra las aceras al tráfico y corre más que el Tío de la lista. 

Desempolvado el viejo dicho, hemos echo la prueba y es cierto. Cualquiera corre más que él. Alguien entra en mi dormitorio cogiéndome por detrás. Me voltea y descubro, fascinada, que  la Tierra es ¡REDONDA! 

miércoles, 5 de marzo de 2025

La Carta.

 Estoy emocionada ¡He encontrado una carta en mi buzón!... - ¿De quién será? En realidad no me importa. Lo que vale es que alguien se ha acordado de mi y se ha tomado un tiempo para escribirme y contarme cosas. 

Los comensales de la Santa Cena, arremolinados ante el cristal del cuadro, miraban curiosos el sobre que sostenía en la mano. - Es un milagro que en los tiempos de la electrónica alguien te mande una carta manuscrita... Yo hablaba tranquilamente, procurando no ceder a la emoción que pugnaba por salir a raudales

El árbol de la calle levantó su voz, a la que le noté un deje de envidia cochina, - ¿Por qué no la lees, boba de Coria? - La leeré en mi cuarto porque es personal. - ¿Acaso no formamos una gran familia? - ¡Sííííí, porfaaaaaa! (gritaron las bolas de polvo)

Los comensales, a pesar de lo enigmático de la carta, pasaron de ella porque estaban centradas en la Cena anual que estaba cada vez más cerca: -¿Cuánto falta todavía?  ¡Tal vez la carta sea para nosotros y nos anuncia la fecha y hora para que no nos olvidemos. - ¡Ja! ¿Olvidarnos? Imposible porque tengo más hambre que el que se perdió en la isla - ¡Un año sin comer! - La voz temblorosa por la emoción del comensal de las treinta monedas, se escuchó fuerte y clara: - ¡Abre ese puñetero sobre de una vez o no respondo de mi!

Un rato después me encontraba sola con Pascualita en la salita y la carta caída fuera del sobre.

Era propaganda de una tienda de audífonos. Mi gozo en un pozo: - ¡Y encima, me llama sorda, el jodío!

martes, 4 de marzo de 2025

Que cuajo tiene mi primer abuelito.

La Cotilla y mi primer abuelito llevan una semana sin aparecer por casa. Me extrañó tanto que  pensé que se habian liado. Y a medida que han ido pasando los días me he convencido de ello. Sin embargo, como hacen los buenos periodistas, hay que contrastar la noticia y eso he hecho: he llamado a mi bisabuelastra la Momia.

Hacía tiempo que no escuchaba una carcajada tan contagiosa: ¡Ay, ay, ay, ay... Me vas a matar de risa! jajajajajajajaja - Finalmente colgó el teléfono. 

Mientras me secaba las lágrimas, pensé que debía rematar la faena y llamé a gritos a mi primer abuelito: - ¿Qué pasa, nena? Cocó me está probando un nuevo sudario para despedir el Carnaval. Suelta tantas lágrimas que ha inundado el taller de costura... - Se lo solté de sopetón: -¿Tienes un lío amoroso-festivo con la Cotilla?.

Le dio la risa floja y llenó la casa de agua. Tuve que abrir el balcón de par en par para desaguar tanto líquido. - De pronto me enfadé: - ¡Ya vale de reírse de mi! ¿estáis liados o no? - ¿Pero cómo... jijiji... se te ha jijijiji... ocurrido semejante jijijiji...  tontá? ¡¡¡JAJAJAJAJA!!! 

- ¿Por qué no venís por casa como? - ¡¿A TU CASA?! ¡¿PARA SALIR CON DOLOR DE CABEZA?! ¡¡¡NO, GRACIAS, NENA!!! - 

Boquiabierta y ojiplática me quedé... - Si fuiste tú quién propició el diálogo entre los personajes. - ¡Pero es que están todo el día dándole a la sinhueso y al final tienen que meterla en agua! Me voy, que esto no hay quién lo aguante. 

Y desapareció dejando un reguero de agua tras de sí.

lunes, 3 de marzo de 2025

Presentaciones.

Pepe el jibarizado estaba sobre el aparador hablando con los comensales de la Santa Cena.  Pompilio hacía lo mismo con la Cristalera y tomando el sol... - Mi Neurona se puso a bailar merengue con fresas. Tuve que sentarme junto a la pila de lavar del comedor para contarle a Pascualita que algo no iba bien. 

Después de media hora de monólogo vi aparecer a la sirena, subida al saco que la Cotilla llevaba a la espalda, lleno de velas, velitas y velones y por poco estiro la pata del susto. ¿De dónde salía Pascualita?

¿Quién llevó a Pepe el jibarizado hasta el aparador? Porque él solo no puede hacerlo... ¡De repente mi Neurona dio tal salto que fue nombrada Campeona olímpica de este deporte. Algo había cambiado! ¿Por qué está Pepe en el aparador? - La sirena se encogió de hombros. ¿Te has ido con la Cotilla a limpiar SUS iglesias? - Me lanzó la más inocente de las sonrisas. -¿Por qué no trabaja Pompilio? 

Mientras, la Cotilla se dedicó a montar un altar para Los Amigos de lo Ajeno a mis espaldas. 

Como no sacaba nada en claro llamé a mi primer abuelito. Se presentó con un sudario lleno de salvavidas, porque está lloviendo mucho, que no paraban de explotar al rozarse con los alfileres que le había puesto el Modisto de turno. Con tanto ruido, nos costó entendernos.

Todo había sido cosa del abuelito: - Opté por juntar a todos los personajes ¡Lo que me ha costado y aún falta gente! Los he presentado. Es algo que tendrías que haber echo tú. Así no faltará nunca el diálogo en ésta casa. - Y desapareció entre truenos.

Quedé en shock un buen rato... Justo hasta oler a velas encendidas ¡Muchas velas encendidas! ay, ay, ay... que me quedo sin casa... ¡¡¡COTILLAAAAAAAAAAAAAA!!!

domingo, 2 de marzo de 2025

Di con el truco del allmendruco.

Me hago cruces de las horas que debió costarle a la sirena ponerse guapa... pero valió la pena. ¿Cómo lo haría? No puedo imaginármelo. Tal vez la bisabuelastra tiene algún secreto y se lo traspasó ¿Y por qué no a mí que soy su nietastra? 

Llamé a mi primer abuelito: - ¿Sabes algo de esto? - A mi amada no le hacen falta trucos de belleza porque no lo necesita. ¡Es bellísima!

Seguí preguntando a todo bicho viviente que se me ponía a tiro. Las bolas de polvo solo reconocían los polvos Maderas de Oriente. - La Escoba y la Fregona recordaban vagamente un potingue llamado Bella Aurora: - Recuerdo que tuvimos que recoger un bote que se cayó y se  hizo cisco pero... - ¡Solo me habláis de antiguallas!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Lo de antigualla no irá por mi, verdad? No vengo con ganas de guerra - ¡No, Cotilla! Pues sí que viene usted de uñas... - Porque me han tenido tooooda la noche mirando al cielo ¡Menuda trola lo de la alineación de siete cometas ¡Siete, oiga! ¡Cómpreme usted este ramito pa lucirlo en el ojaaaaal!. Ni uno vi. Pura tomadura de pelo que me ha dejado una tortícolis galopante. Ay, ay, me voy dormir un rato

Me senté en la butaca de la salita. Pascualita saltó de la pila de lavar del comedor hasta mi regazo. Se acurrucó y dejó que le rascara su pelo-algas quedándose traspuesta enseguida. Así pude mirarla con tranquilidad,

A medida que el sueño fue haciéndose más profundo, su fea cara de pez recobró la belleza de ayer. Entorné los ojos fijándolos muy en el fondo y ¡hale hop! descubrí su secreto. Ahí se veían los siete planetas, perfectamente alineados, practicando una magia que la sirena conoce desde que nació. Se pone una en todas las órbitas a la vez y le irradian belleza. El truco se lo enseñó su madre en los albores de nuestra Galaxia, hace ya millones y millones de años.

sábado, 1 de marzo de 2025

¡Fiesta!

 Con permiso de las legañas, abrí los ojos al nuevo día. Y lo que vi me convenció que soñaba que soñaba y me relajé. Porque no podía ser otra cosa más que un sueño la preciosa cara de una sirena mirándome con un brillo irónico en los labios. Una sirena de cuento pero con la historia se contada al revés: el Príncipe sería quien dejara su reino para sumergirse en los abismos del mar tras ella. 

Mi primer abuelito, envuelto en un sudario de sedas imitando a un polichinela, gritó: - ¡Arriba, dormilona! Hoy es fiesta y hay que celebrarlo. - Eh... ¿Qué fiesta? - La de la Comunidad Balear y el Carnaval. - Intenté hacerme la remolona pero el abuelito estaba decidido a ir de fiesta y no me lo permitió. - ¡Venga, fuera, fuera! Y ponte el disfraz, nena.

A los pies de la cama había un vestido de payesa precioso. - ¿Y ésto? - De tu bisabuelastra la Momia. Mira el dobladillo. - Un bordado decía:  Balenciaga. - Los ojos me hicieron chiribitas.

De camino hacia el Borne íbamos los tres cogidos del brazo. La hermosa sirena era la tercera. Las castañuelas repiquetearon en el bolsillo a medida que nos acercábamos al punto de encuentro. Es fabiol y es tamborí soltaron al aire sus primeras notas y los pies, sin pedir permiso, se pusieron a bailar. 

Bailé hasta caer rendida en uno de los bancos de piedra. La sirena hizo otro tanto .

De camino a casa pregunté,(por lo bajini) a mi primer abuelito: ¿quién es? - Su enorme sonrisa brilló bajo un sol que anunciaba: ¡A comeeeeeeeer! -  ¿Quién va a ser? ¡Pascualita disfrazada!