He sido la comidilla de todo el barrio. La Cotilla ha dicho de mi que, aunque no lo parezca, me encanta ser el novio en la boda y el muerto en el entierro. Pues, anda que... Y todo por hacer una pegunta inocente a los gorriones que pueblan el árbol de la calle: - ¿Habéis escuchado ya sus chillidos?
Inmediatamente los pajarillos levantaron una ceja: - ¿No estarás preguntando por...? - Pues... - ¿Tendrás cara? - Solo era una pregunta... - ¿Habéis escuchado a la boba de Coria? Tiene "favoritos" - Luego dice que es una persona demócrata... ¡JA! me río yo. - Pero, bueno ¿De qué vais, miniaturas? - ¡Huuyyyy, lo que nos ha llamadoooooo! Ni que ella fuera la Venus de Milo.
Al final he tenido que encararme con el árbol de la calle: - ¿Has oído a tus inquilinos? Me están poniendo como un trapo. Ni Pasculita sabe qué partido tomar ¿Y tú qué dices? - A mi dejadme de vuestras historias que ya tengo bastante con lo mío. La gente esta de uñas contra mi y mis familiares por culpa del polen ¿Pero si desde que se crearon las plantas nos reproducimos así? ¿Nos metemos nosotros con vuestros juegos erótico-sandungueros? - Es que nos pican los ojos, la garganta... - ¡Muy finolis os habéis vuelto!
A través del cristal del cuadro de la Santa Cena llegó el eco de una discusión de los comensales. - Y a vosotros ¿qué os pasa? - Que tenemos hambre y discutimos para engañarla. - ¿Al hambre? ¿Y qué tendrá que ver con si ya han llegado los vencejos con su griterío? - Esto parece una diálogo para besugos. - Nos entró la risa floja - jijijijijiji - Que mala es la envidia.