lunes, 17 de marzo de 2025

Volviendo a la rutina.

Con la llegada del nuevo Pompílio el mundo ha vuelto a su rutina. Y ha sido una gozada escuchar, de nuevo, a las amas de casa quejándose como siempre: - ¡Falta un calcetín, jopé! ¡Mariano, hay que comprar una lavadora nueva!

Los murmullos que llegaban del interior del cuadro de la Santa Cena, anunciaban el nerviosismo de los comensales al acercarse la fecha en que volverán a comer después de un año a palo seco. Se pasan el día recordando anécdotas vividas durante más de dos mil años. El de las treinta monedas cree queya va siendo hora de variar el menú, con comida china, por ejemplo.

El árbol de la calle piensa que debemos ofrecerle una hermosa bienvenida al nuevo Pompilio. - Nos ha traído el equilibrio mundial y... - Le interrumpió Pepe el jibarizado tomando la palabra: - OOOOOOOOOOO (que, según mi abuelito quiere decir: ¡No tengo tiempo que perder si quiero que todo funcione como siempre! Hay muchos calcetines que requisar).

Ya lo habéis oído. Tiene que recuperar en tiempo perdido por su antecesor. - Es una lástima que no pueda oírme cantar El Brindis de la Traviata. - ¡Uf, menos mal! (pensé)

Mientras hablábamos, Pascualita, sentada en el borde de la pila de lavar estaba pendiente de la llegada; o salida, de Pompilio. - ¿Para comértelo también, tragaldabas? - Por toda respuesta, la sirena me escupió un buchito de agua envenenada que supe evitar.

 

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