viernes, 31 de enero de 2025

El tren.

Pompilio frenó en seco su loca carrera al grito de: - ¿Qué hace un tren de mercancías en mi camino? 

Una buena cantidad de pares de ojos de los personajes de casa le prestaron atención: - ¿Un tren? (decían algunos) ¿Qué es un tren? (esta vez los curiosos eran las bolas de polvo y los comensales de la Santa Cena)

Salí de la cocina secándome las manos con la punta del delantal: - ¿Dónde hay un tren? (pregunté intrigada) - Tampoco Pepe el jibarizado quiso dejar pasar el momento de aprender algo y dijo: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

La cara del ladrón de esos calcetines que desaparecen en todas las casas del mundo, sin venir a cuento, era un poema porque estaba a punto de darle una apoplegía. Histérico perdido, iba de acá para allá, rojo como un tomate, Daba patadas al suelo y gritaba: - ¡Venga, que es para hoy!

Por su parte, "el tren de mercancías" , que no era otra cosa que un ciempiés regresando a su casa después de un día de trabajo. Por eso iba xino xano el pobre. 

De repente me dio la risa floja. Pompilio, a pesar de tener un nombre tan rimbombante, era un pequeño átomo frente al "enorme" ciempiés.

Los que nunca habían visto un tren de verdad, que eran la mayoría, no entendieron mi risa. solamente el árbol de la calle porque, de pequeño lo trasladaron junto con otros arbolitos, desde el vivero de plantas donde nació,  a la Capital en tren.

Pascualita, que había visto nacer el Mundo y los descubrimientos del ser humano, sentada en el borde de la pila de lavar, nos miraba con aburrimiento y el menosprecio de quién está de vuelta de todo y, por como nos miraba parecía decirnos: ¡Pardillos!

 

 

 

jueves, 30 de enero de 2025

A vueltas con mi olfato.

Como si acabara de caer de un guindo, mi Olfato se dio cuenta de que estaba más solo que la una. Además estaba acostumbrado a estar pegado a mi nariz y la echa a faltar. Es verdad que había habido temporadas en que los mocos eran un problema cuando me constipaba pero bueno, es algo que viene de fábrica.

Mi nariz, aunque siente, en parte, la soledad sin el Olfato, tiene más compañeros con quienes socializar: el Gusto, el Tacto, la Vista y el Oído. Les llamaban los Cinco Magníficos cuando estaban juntos y reunidos en mi ser. Pues, como decía mi tío Juan: tanta gloria lleves, como descanso dejes. 

- ¡ Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla entró en casa como una exhalación. - Nena, creo que has descubierto América. - Está atrasada de noticias. Anda que no hace tiempo de eso... - ¿Tienes más olfatos independentistas? Hay varias personas que van al trapicheo por la noche, que me los comprarían y yo te daría un tanto por ciento de la ganancia... ¡Piénsalo, boba de Coria!

Salí al balcón a rumiar lo dicho por la Cotilla y, al parecer, interrumpí una conversación entre el árbol de la calle y Pascualita porque al verme hicieron mutis por el foro.

Mi primer abuelito salió al quite y me informó: - Que dice el árbol que qué pena no sentir el olor de los jazmines (refiriéndose a mi) - A lo que la sirena respondió: - ¿Los jazmines se comen rebozados?

 

miércoles, 29 de enero de 2025

Pascualita tiene frío.

Salta como una cabra montés a la que le hubieran dado cuerda porque tiene frío. Me la encuentro por todas partes pero, donde más, es en el comedor tirando fuera el agua de la pila de lavar y dejando el suelo perdido. Otro sitio es mi cama. Se mete entre las mantas y allí se pasa horas hasta que voy a acostarme y me da un susto de muerte. Mis alaridos los escuchan hasta los del ático y ya ha venido Bedulio, el municipal amenazando con multarme por molestar al vecindario. Terminaré por meter a la sirena en una jaula como si fuese un canario.

¿A qué vienen tantos saltos? ¿Habrá visto El tiempo en el telediario? Hablé con mi primer abuelito para que le pregunte porque es el único que entiende a la medio sardina...

En efecto. Se ha hinchado de ver los efectos de las Danas de la Península: nieve, aguaceros, hielo, granizo, vientos huracanados, temperaturas muy bajas. Y le ha entrado frío. No va a ser ella menos que los que salen por la tele.

Por eso salta de un mueble a otro. Por eso vacía la pila de lavar del comedor cada dos por tres ¡para que se la llene de agua caliente! La Fregona me grita que la deje vacía porque no puede sostener el ritmo frenético de empapar, escurrir, empapar, escurrir, empapar, escurrir... - ¡Me quejaré a mi sindicato! -  Bueno, tampoco es para tanto. - ¡¿Qué no?! ¡Tengo que cambiar de mocho cada dos por tres! ¿Y esto quién me lo paga?

Que ganas tengo de que llegue el veranooooooooo

martes, 28 de enero de 2025

¡Que jodío!

La Cotilla juró y perjuró que ella no había visto nunca, ni siquiera en pintura, mi olfato. - ¿Qué se supone que es eso? ¿Algo comestible? ¿Un daguerrotipo hallado en el rastro del Baratillo? ¿Un elefante fonambulista de tres patas?

Desde lo alto de la lámpara del comedor, mi primer abuelito a duras penas controlaba su ira contra la Cotilla. - Se está riendo de ti, nena y no puedo soportarlo así que me voy porque sino, me arriesgo a darle una patada que la vuelva del revés y entonces perdería mi estatus de alma buena y acabaría en una olla de Pedro Botero.

Viendo que me quedaba más sola que la una metí a Pascualita en mi escote dispuesta a usarla como arma de destrucción masiva ante un ataque furibundo de la Cotilla. Pero no llegó la sangre al rio y me senté a comer natillas. 

Poco después la sirena saltó desde su atalaya y reptando, llegó al mueble bar del que creo que está enamorada. - Mira que eres rara, medio sardina. Ya podrías haberlo pensado mejor cuando te comístes los últimos sirenos. Ahora tendrías con quien jugar a cosas eróticas más agradables que morder madera. Anda, entra. - Abrí el mueble bar y escuché: - ¡Oh, no! ya me encontró la interfecta.

No era chinchón lo que vigilaba la sirena sino ¡mi olfato! - ¡¿Qué haces aquí?!  - Hago uso de mi Libertad... ¡Y se quedó tan pancho el jodío!

lunes, 27 de enero de 2025

Sigo sin olfato.

Esta mañana, al abrir los ojos, me he llevado un susto morrocotudo. La cama estaba rodeada de personajes mirándome como si me quisieran comer. Me incorporé de un salto. - ¿Qué pasa aquí? (pregunté con un hilo de voz) 

Y entonces se desató la locura. Todos hablaban a la vez a grito pelado y me costó entenderlos. Menos mal que mi primer abuelito estaba al quite y tradujo: ¡¡¡¿No tienes olfato?!!! - NO... - Entonces discutieron entre sí: - Ya me parecía a mi que le faltaba algo a ésta (dijo el de las treinta monedas) -  ¡A toro pasado, todos somos el sabio Salomón (grito uno de sus compañeros de cuadro) - La Escoba, en plan chismosa, hablaba con la fregona que decía que sí a todo. - Con el despiste que tiene la nena ésta tiparraca a saber dónde lo dejó. 

Pompilio interrumpió su loca carrera: - Me he enterado de que un Olfato vale su precio en oro. Así que ves preparando el monedero, boba de Coria porque voy en su búsqueda. - ¡Pero si lo tiene vacío! jajajajajaja (dijo alguien)

Las discusiones siguieron hasta que se abrió la puerta de la calle y se escuchó a la Cotilla: - Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa. - Salí corriendo de mi cuarto para cortarle el paso a la vecina que suele irse derecha a su cama cuando vuelve de sus trapicheos: - ¡Alto ahí! ¿Qué ha echo con mi Olfato? no me diga que ha echo un trueque con él ¡Lo necesito para oler una rosa!

- A mi que me registren. Yo tengo olfato para parar un tren así qué, buenas noches. - Y se encerró en su cuarto.

Al pasar frente a la salita ví de reojo, a Pascualita montando guardia (otra vez) junto al mueble bar...

 

domingo, 26 de enero de 2025

¿Dónde está mi olfato?

 - Huele a azufre. (dijo el árbol de la calle) - Porque tu lo dices... - Lo digo y lo huelo, querida. Es como si hubiesen abierto las puertas del Infierno - ¡Exagerado! - ¿No lo hueles? - No.

Ese día supe que había perdido el olfato. Tengo nariz pero solo me sirve para echar mocos y llevar gafas. - ¿Desde cuando no hueles? - Pues... no lo sé. - ¡Ay, nena, que desgracia!

Al grito del árbol de la calle mi primer abuelito apareció ipso facto. - ¿Pero cómo puedes haberlo perdido? Menudo despiste. Piensa dónde pudiste dejarlo. - ¿Ahora? No tengo el cuerpo para eso (era verdad, así que desvié la atención de mi primer abuelito hablándole de su nuevo sudario). - ¡Que bonito es! - Son almendros perdiendo su flor a causa de las Danas que se han puesto tan de moda de un tiempo a ésta parte. - ¡Está nevando en casa!

Mi primer abuelito se exhibió delante de todos los personajes de casa, volando a ras del techo y dejando caer miles de pétalos blancos emulando una copiosa nevada. Ante tamaño espectáculo todos nos unimos al ¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! de Pepe el jibarizado.

 Y a todo ésto me pregunté ¿dónde está Pascualita? La encontré en la salita, pegada al mueble bar, como un centinela. Sonreí beatíficamente - Muy bien, media sardina, vigila que no se lo beba la Cotilla. - Entonces, como un flach, surgió en mi mente la palabra: TRAPICHEO junto a esta otra: OLFATO... ¿Será posible?

sábado, 25 de enero de 2025

Otra versión de lo que le aconteció a Pepe el jibarizado

Una de esas tardes de invierno que no apetece salir de casa, Pepe el jibarizado nos contó vivencias suyas de cuando era el guerrero más apuesto de la tribu, por el que babeaban los hombres y algunas mujeres.

- ¿Cómo que algunas mujeres? Me da la impresión de que estás contando  (le dije) la historia del revés - Miré a Pepe el jibarizado. Se le veía nervioso. - ¿Estás bien? - Perfectamente. Carraspeó y siguió con el guión: - Las mujeres tenían tanto trabajo que no les daba  tiempo a nada. Se pasaban el día buscando palitos para hacer fuego, preparaban la comida y al acabar, fregaban y guardaban las ollas. Después estudiaban hasta casi la hora de la cena.

¿Los hombres también estudiaban? - No. Ellos nacían  sabiendo todo lo que debían saber. - Qué originales eran. Y como no tenían apenas nada que hacer, se tiraban a la bartola mientras las vacas comían hierbajos. Con la tripa llena, también, los hombres dormían la siesta soñando con lo que, previamente habían pactado con las mujeres que no paraban de parir y así ellas se imaginaban ver la historia en la televisión.

De repente, un día la pasión por Pepe el jibarizado explotó y los hombres de la tribu, creyendo que comenzaban las fallas de Valencia comieron tantos fartons que decidieron buscarle un Santo Patrón. Echaron a suertes y salió una genia con el nombre, impronunciable, de Pepe el jivarizado. 

  El jefe de la tribu dijo: - Para que sea un santo Patrón digno de ser adorado, hay que martirizarlo: ¡Nos lo vamos a comer con patatas!

El ojo catalejo soltó un lagrimón en el que iban, apretados y quejándose, aquellos bonitos recuerdos.

viernes, 24 de enero de 2025

¡Meones!

Me faltó tiempo para contarle a la abuela el episodio de la tienda de los chinos. Y tuve que aguantar media hora de risas, de esas de partirte el pecho, más sus comentarios entrecortados, mientras sorbía los mocos y se secaba las lágrimas.

Cuando, finalmente, pudo hablar, encima me riñó: - "No vuelvas a hacerme esto. ¡Podría morirme mientras trato de respirar! ¿Tienes prisa por ser la dueña de la Torre del Paseo Marítimo, boba de Coria? Pues vas a quedarte con las ganas si no me traes un bisnieto y que si patatín, que si patatán... A la hora de la siesta aún seguía remugando"

La risa de la abuela era tan contagiosa que los personajes de casa acabaron riendo como posesos.

- ¡Dios mío, que escandalera montaron. Para más inri el árbol de la calle, al enterarse de la humillación que sentí como clienta, no pudo menos que unirse al jaleo - ¿Dónde está vuestra empatía hacia mi? -  Nada, no había nada que hacer y mucho menos cuando el comensal de las treinta monedas imitó, fielmente debo reconocerlo, a la pazguata de la  tienda. Aquello fue el acabose.

A los únicos que no hizo gracia tanta risa fuimos dos: la Fregona y yo que tuve que ayudarla a vaciar el cubo donde se estrujaba, una y otra vez, vaciándose de litros y litros de orina - ¡Parad ya! (grité) - Imposible (dijo una vocecita entrecortada) - Se nos ha... roto el... frernilloooo jajajaja

 

jueves, 23 de enero de 2025

De rebajas.

Como estamos en tiempos de rebajas he pensado comprar un nuevo termo a Pascualita. Supongo que habrán salido nuevos modelos desde que compré el que tiene. Se lo he comentado y aunque parece que, ni te entiende ni le importa lo que le digo, se ha mostrado contenta con la novedad: ha sacado su dentadura de tiburón a pasear, que ella entiende por una sonrisa encantadora. Esto lo dijo mi primer abuelito ¡Hay que tener narices!

Entré con paso firme a la tienda de los chinos del señor Li y expuse a la dependienta lo que quería: un termo infantil. - ¿Sel pala niño tuyo? - No. - ¿Pala niña tuya? - Tampoco. Es para ... mi (le importará mucho para quién sea a la pava ésta - pensé) - ¿Y quelel que sea infantil? jajajajaja ¡Tú sel tonta jajajajaja! - (¡La madre que la parió!)

Me puse seria: - Llama al señor Li. Soy amiga suya - Pensé que saldaría corriendo en pos de su jefe, haciéndome unas veinte inclinaciones típicamente orientales. Pero que si quieres arroz, Catalina. Marchó en busca de su jefe con la risa caracoleando, todavía, en su boca.

El señor Li me preguntó para que le había echo llamar: - ¿Tú tenel gambas goldas pala mi? - No. Quiero un termo infantil porque tienen la boca ancha y... - ¡jajajajajajaja! ¿Tú sel mamá? ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! jajajajajajaja - Chica decil que tú sel tonta  ¡Y sel veldad! jajajajaja. - Pero que modales son estos ¡Soy una clienta! - Tu no clienta. Hacel años que no complal nada a mi. - Dicho ésto se dio la vuelta y se perdió por los pasillos de la tienda. Y yo salí de allí pisándome la moral.

 

miércoles, 22 de enero de 2025

Aaaayyyyy qué dolooooor...

El Médico, hijo de Andresito, por lo tanto hermanastro mío... Caray, nunca pensé de él así. Por eso paso tanto gusto arreándole patadas en la espinilla y él disfruta mucho recibiéndolas. Así que somos una familia bienavenida.

Lo comenté con la abuela: - ... y tú eres su madrastra jijijiji ¡Con la mala prensa que tienen! - "Tampoco las hermanastras la tienen, queridaaaa. ¿O no recuerdas a las de Cenicienta?" - Sí, pero son menos agresivas. si acaso feas o tontas o... -  "Qué bien te describes, nena jajajaja" - ¡Oye, sin faltar! 

Desde lo alto de la lámpara del comedor, mi primer abuelito me daba ánimos: - No le hagas caso. Tu abuela es muy picajosa y disfruta cabreando a los demás... Tú tienes el arma precisa para que sea ella la que se enfade ¡su edad! 

Hace tanto tiempo que no me meto con sus años que se me había olvidado... Es infalible pero muy peligroso. - Mientras la abuela no paraba de meterse conmigo yo calibraba si valía la pena o no. - ¡Vamos, nena. El mundo es de los valientes!

- "¿Se te ha comido la lengua el gato?" - Déjalo ya. abuela- ¿No ves que eres muy mayor  para seguir con éstos piques?¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYY!!!

No pensé que aún tuvieran tanta fuerza sus capones. - "¿Qué has dicho, mala nieta? - Antes de que pudiera contestar a su pregunta llegó el segundo capón que me dejó para entrar en la UCI

Pascualita aplaudía con sus manitas palmeadas ¡Mira que le gusta una pelea a la medio sardina. Y para no ser menos que su amiga del alma, me escupió un buchito de agua envenenada que me cayó en la cara... ¡Lo que daría Picasso por tenerme como modelo!

martes, 21 de enero de 2025

Visitantes.

 Fui al mar a por agua para la pila de lavar del comedor y me llevé a Pascualita. Hacía tiempo que no iba a la playa y pensé que ya era hora. Además, hacía un buen día para tomar el sol sin quemarme.

Un montón de jubilados tuvieron la misma idea que yo y aquello parecía el Paseo del Borne con gente paseando arriba y abajo de la playa. Por éste motivo me era imposible sacar a la sirena del termo de los chinos.

Pascualita, sabedora de que estaba a pocos metros del agua que la llevaría a lo más profundo del mar, donde habían vivido siempre las sirenas y a donde quería regresar pero... ¡¿Por qué no abres el tapón de una puñetera vez, boba de Coria?!

El termo de los chinos inició un balanceo, cada vez más fuerte, más fuerte, ¡MAS FUERTE! hasta dar la vuelta entera a mi cuello. Esto llamó la atención de algunos viajeros del Inserso y como no tenían nada mejor que hacer, se acercaron a preguntar: - Hola, bonita ¿Lo que has echo es para evitar que aparezcan en el cuello las famosas "cuerdas de violín"? - ¿Eh...? No... no... - Hay que tener fuerza para hacer eso con el termo lleno... - ¿Cómo saben que está... lleno? - ¡Hombreeeee! eso se nota. - ¿Llevas licor, verdad? Ya podrías invitar  jejejejeje - ¿Eres de aquí?- Si... - ¿No vas a meterte al agua? - Una mallorquina tiene que saber nadar. - ¿Por qué? - Por si se inunda la isla...

Un rato después un jubilado gritó: - Ponte el bikini y nada un poco para que te veamos antes de que nos recoja el autocar... - Deja a la chica, hombre. - Que sosa es la pobre. Hale, adiós...

Entonces saltó la tapa del termo de los chinos, Pascualita cayó en la arena y emprendió una loca carrera, reptando como una posesa, hacia  la orilla del mar. Para cogerla tuve que tirarme en plancha sobre ella, cayendo de cara en un agua clara y helada.

- ¡Mírala! Nos vamos y ella se tira al mar como un pato mareado...Luego, levantando más la voz, el del Inserso dijo: - ¡Eso también lo hago yo!

lunes, 20 de enero de 2025

Real como la vida misma.

Tirada en el sofá de la salita y más aburrida que un mono, entré en un duermevela y me encontré rodeada de dinosaurios. Gracias a un esfuerzo brutal conseguí regresar al presente pero los ojos se cerraban sin mi consentimiento. Entonces los dinosaurios regresaban saludándome como si nos conociéramos de algo.

Pascualita, que había entrado en mi sueño, estaba frenética. - ¿No te gustan los dinosaurios? jajajajaja ¡Así que las sirenas erais uno de sus platos favoritos! Ahora me explico vuestra desaparición de la faz de la tierra.- Dice que no aciertas una, nena - Mi primer abuelito, sabiendo que iba a necesitarlo (estas cosas las intuyen los abuelos) se vino con nosotros y me tradujo.

- Las sirenas estábamos  en el mar (me ha dicho) y, a falta de marineros que llevarnos a la boca, porque aún faltaban milenios para que aparecieran, comíamos dinosaurios. Organizábamos safaris gastronómicos y nos poníamos las botas. - Entonces... ¿no se los cargó el meteorito? - No, cariño (ha dicho) - ¿Cariño? eso es cosa de la abuela.

Hay que ver lo que aprende una saliendo de la realidad. De repente, un tiranosaurio apareció ante nosotros. abrió sus fauces llena de afilados dientes, para preguntar por la frecuencia de los autobuses de línea. 

Un rugido terrible saltó de árbol en árbol. El dinosaurio había descubierto a Pascualita y echó a correr como alma que lleva el diablo. - Así que es cierto... (murmuré) - Dice que la próxima vez que volvamos traerá unos tapers para guardar las sobras (tradujo mi primer abuelito)

 

domingo, 19 de enero de 2025

¡Atchís!

Esta noche se celebra, en la ciudad de Palma, la víspera de la fiesta del Santo Patrón, San Sebastián. Yo no voy a poder ir porque sigo batiendo récords con los estornudos: ¡atchís, atchis. atchis,

La Cotilla me ha dicho que el señor Li se prepara para ganarme.  - No estoy compitiendo... - Pues él se entrena, nena. - Por mi como si se la machaca - ¡Niña, esa boca! - ¡Atchis, atchis, atchis, atchic...!

La Cotilla, pensando que nadie la escuchaba, siguió hablando del récord. e hizo que, tirios y troyanos corrieran a  apostar. El comensal ricahón de las treinta monedas apostó todo su      capital. - Estás loco, titi. -  Tengo fé en ti. - Apañaícos estamos pues...

Mi ataque de estornudos no cesaba. A mi lado estaban los amigos empezando por el árbol de la calle y terminando con la más humilde bola de polvo: Todos a una gritaban mi nombre: ¡¡¡NENAAAAAAA. ¡¡¡NEEEEEEEEEEEEEENAAAAAAAAA!!! Nunca me había sentido tan feliz. Y como si fuera un personaje de cómic, salí al balcón estornudando como una descosida : - ¡Atchís. atchís, atchís!...  AA... AAAAA...AATCH...IIIIIII... IIIIIIS!!!... A cada estornudo mío se levantaba un clamor de júbilo

La Cotilla sentenció: Mañana, junto a la entrega de los premios Ciudad de Palma, sabremos quién ha ganado. Mientras tanto... bona nit.
























 

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                                                                                                           

 

 

sábado, 18 de enero de 2025

¡Lo dijo!

Si me vieran los del Libro Guinnes de los Récords me inscribirían como la mujer que hace más estornudos que nadie por minuto ¡en todo el mundo! Es un no parar y la culpa la tiene la abuela.

Se presentó en casa echa un pincel, con un traje sastre minifaldero de color verde pistacho y botas mosqueteras rosa chicle. Sobre ello un amplio abrigo de lana imitación cebra. Había ido a la peluquería donde le hicieron un corte de pelo asimétrico con una punta que le tapaba un ojo y la hacía bizquear. Hay que tener valor para decir que era la viva imagen de la elegancia. Pues, lo dijo. - Andresito, que ya no se asusta de nada, la miraba embobado.

Iban a El Funeral a celebrar la fiesta de San Antonio Abad. A beber, a bailar, a comer espinagades y lo que se tercie. De repente me entraron ganas de divertirme: - ¡Vendré con vosotros! - "¡¿Con éstos pelos?! ¡NI HABLAR! Puede que éste allí el futuro padre de mi bisnieto ¡Tienes que ir niquelá!"

Me mandó a su peluquería y mientras yo corría por la calle, la abuela dio instrucciones con el móvil a la peluquera. 

Al volver a casa, sobre la cama estaba la ropa que tenía que ponerme: - ¡Es de verano! -  "Es lo más sexi jijiji que tienes"

Conseguí que me dejara llevar el anorak y salí a la calle echa un cromo y muerta de frío. El "peinado" no ayudaba a sentir calor. Ahora mi cabeza era una bola rapada totalmente excepto un mechón de pelo arco iris que salía de la coronilla y terminaba sobre un ojo. Cuando me vio la abuela dijo: - "Está bien pero hace falta mi elegancia innata para lucirlo!" 

Ahí empecé a estornudar y aún no he parado.

viernes, 17 de enero de 2025

Sopa de pescado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa!La Cotilla , que volvía de sus trapicheos nocturnos, se paró en el umbral de la puerta y olisqueó el aire como hacen los osos en la montaña y exclamó: - ¡Hoy comeremos sopa de pescado! ¡Gracias, san Antonio! Estoy de fabada de bote hasta aquí (y señaló el techo donde mi primer abuelito disfrutaba de una merecida siesta)

Poco a poco, la alegría de la Cotilla se convirtió en curiosidad al ver a su amiga, la abuela, llorando a moco tendido. Se giró hacia mi: - ¿Qué le has echo, boba de Coria? - ¡Nada, nada! (grité) - "Ha sido Geoooorge, ¡buuuuuaaaaaaaaaaaaa! - ¿Qué ha pasado? - Ha tirado agua caliente a la pila de lavar y estaba Pasc... (la abuela calló en seco al darse cuenta de que iba a meter la pata) - ¡¿Quiiiiiiiién?! ... ¿No será el famoso y escurridizo, Pascual, por casualidad?

La abuela y yo, haciendo de tripas corazón, optamos por la botella de chinchón que estaba en la nevera. Llenamos una jarra de chinchón on the rocks, nos sentamos en la salita y discutimos a placer mientras la Cotilla estaba cada vez más enfadada porque quería hablar de Pascual y nosotras la llevábamos por otro camino. Cuando nos dimos cuenta que su borrachera era morrocotuda la dejamos durmiendo la mona y corrimos a ¿salvar? a Pascualita

La medio sardina se balanceaba con mi primer abuelito, protegida de una caída por un hermoso plisado del nuevo sudario. Estaba a salvo porque, al ver a Geooorge cargado con una olla de agua hirviendo hacia la pila de lavar, no se lo pensó dos veces e hizo unas piruetas que la llevaron hacia arriba y aterrizó en el regazo de mi primer abuelito.

jueves, 16 de enero de 2025

¡Ay, Dios mío!

El concierto de pitos que se monta en mi calle cada vez que vienen mis abuelitos con su enorme rolls royce y lo aparca en la parada del bus el lumbreras del mayordomo inglés, Geoooorge, me avisa de su llegada.

La abuela parecía una mujer cromañón vestida con pieles de animales de arriba abajo. En realidad son sintéticas y valen un  potosí que paga, religiosamente, Andresito, tan enamorado de la antigua proletaria como el primer día.

En cuanto entraron en casa el mayordomo fue despachado a la cocina. Yo había visto unas langostas en la cesta que portaba y me temí lo peor: - ¿No irá a hacerlas con té? - "Que quejica eres, boba de Coria"

Con disimulo me preguntó por Pascualita: - ¿Cómo pasa estos días de frío mi chiquitina? - Por las noches me acuesto con una botella de agua caliente y... - "Y pijama y calcetines de lana. ¡Anda que así vas a encontrar novio! Pregunto por la sirena."

La medio sardina asomaba la jeta a través de las plantas acuáticas de la pila de lavar del comedor. - "¡Qué bonita eres, madre!" (le dijo la abuela). Y al responder yo: - Gracias, abuela - Doña Celos Reunidos Geyper me tiró un buchito de agua envenenada con malísima intención que apunto estuvo de darme de lleno. 

En esas estábamos cuando Geooorge salió de la cocina con un cubo humeante que vació en la pila de lavar del comedor. - Así algas no morir de frío (dijo y volvió a la cocina) Los pulmones familiares mostraron su potencia al unísono cuando, estremecidas, la abuela y yo nos dimos cuenta de que el agua hervía... ¡y olía a pescado cocido!

miércoles, 15 de enero de 2025

¡Hace frío, caray!

Esta mañana he saludado al árbol de la calle desde detrás de la cristalera del balcón porque el termómetro marcaba dos grados ¡DOS! y claro, no era cuestión de andar abriendo puertas que aprovecharía el Frío para entrar en casa en plan okupa y quedarse hasta la primavera.

El árbol, por señas, me dijo que no podía cantar porque había cogido anginas "gracias" al Frío. Reconozco que me alegre de no tener que aguantar sus murgas y me senté en el rayo de sol que entraba de rondón en el comedor.  

Pensé que Pascualita vendría a sentarse conmigo pero hacía poco que le había echado agua de mar calentita en la pila de lavar y no quiso moverse de allí. 

Se estaba tan bien al sol que me entró la modorra y dormí a pierna suelta hasta que el rayo de sol me abandonó. Al abrir los ojos un montón de bolas de polvo salieron en desbandada de mi bata a los más alejados rincones de casa. Eché una mirada severa a la escoba: - ¡Mantenerlas a raya es tu obligación! - Perdona pero... creo que me estoy congelando ¡brrrr! - Ven que te taparé con el mocho (le dijo su compañera, la fregona)

Apenas se veía el interior del cuadro de la Santa Cena. Al preguntar qué pasaba, el castañeteo de los dientes de los doce personajes no me dejaron oír lo que decían. Tuvo que ser mi primer abuelito, envuelto en un sudario echo de nubes y espuma de mar calentito, quien me tradujera: Nos echamos el vaho concentrado de todos contra todos y a la vez, para calentarnos un poco porque con la tripa vacía el frío se crece.

Una lágrima de mi primer abuelito cayó sobre Pascualita que lo agradeció con su terrible sonrisa. - Pobrecitos (dijo) - y cubrió el cuadro de la Santa Cena con nubes calientes... ¡Es tan bueno mi abuelito! Con razón es el modelo de todos los modistos y modistas del Más allá!

martes, 14 de enero de 2025

Toma ya ¡Y rubricado!

Me lo ha dicho mi primer abuelito: - Nena, Pascualita quiere ir a la playa. - No me di por enterada porque doña Celos reunidos Geyper vio en televisión a personas que se lanzaban al mar en aguas heladas y lo contaban como algo extraordinario. Así que también quiere salir ella en la tele haciendo cosas más extraordinarias aún como, por ejemplo, bucear bajo los icebergs, meterse en un mar embravecido, nadar entre remolinos tan grandes que se tragan un trasatlántico entero...

Mientras él contaba lo hablado con la sirena, yo negaba con la cabeza. - ¿Por qué no, nena? - Porque lo que, realmente quiere es huir. Volver a su hábitat natural: las simas más profundas del fondo del mar. Donde las antiguas sirena criaron a sus hijos durante miles de años sin ser descubiertas. - Pues déjala que se vaya... - ¡Eso! Y tu ex me haría picadillo antes de mandarme al Más Allá. 

No había terminado de hablar con el abuelito cuando un buchito de agua envenenada pasó rozando mi nariz - ¡Estate quieta, jodía! - y salí corriendo al balcón.

Me quedé un rato mientras el sol daba de lleno en la Cristalera. - Te vas a enfriar (dijo ésta) - Y no se equivocó. De golpe y porrazo di un concierto de estornudos que dediqué al barrio entero. El árbol de la calle tembló solo de pensar la cantidad de virus que le echaba encima. Entre atchís y atchís le dije: - Los mismo que me mandas tú cuando cantas y encima, tengo que escucharte.

 

lunes, 13 de enero de 2025

A los que nos vendieron, ¡PLAF! con la mano plana.


- "Huuuuy, la de tortas que hubiese repartido. Así, con la mano plana: ¡PLAF!, tantas veces como hiciera falta y si hay que tirar dentaduras al suelo, se tiran y Santas Pascuas"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Esos tienen dinero pero carecen de educación y eso vale más que los millones de petrodólares por los que han sido comprados. ¡Esclavos encantados de serlo! ¿Se puede ser más tonto? 

- ¿Qué os pasa a las dos? - En un momento e interrumpiéndose entre ellas, me contaron el ataque sexista que sufrieron las mujeres del Mallorca que fueron a ver jugar la final de la Copa de España en Arabia Saudi. ¡De España! - "¿Acaso se la hemos vendido a ese país que no respeta a la mitad de sus habitantes: las mujeres? Lo que os decía antes ¡con la mano plana!" -

Los hombres españoles tampoco salieron de rositas: insultos, escupitajos, mofas... mientras otros atacaban a nuestras mujeres que habían acudido con sus niños y niñas a ver el fútbol... - ¡No me digáis más que me sube la tensión!... A ver cómo duermo yo ahora.


 

domingo, 12 de enero de 2025

Y nosotros sin enterarnos en el Más Acá.

Llamó la abuela: - "Ya sé que has tenido visita, pillina" - ¿Te refieres al Médico? - Se hizo el silencio al otro lado de la línea... - "¿O has tenido más?" - No que yo sepa. - "Esta respuesta es ambigua" - Cuando duermo la siesta no me entero si suena el timbre de la puerta... - "Si no estás al tanto de las cosas cómo vas a encontrar al padre de mi bisnieto"

- No empecemos con la misma canción de siempre, abuela. Lo que tenga que ser, será. Ah, otra cosa: Me he enterado que si algún día tengo a tu bisnieto, primero será mi hijo no tu bisnieto... - "Y tú entérate de que puedes quedarte sin la Torre del Paseo Marítimo ¿Qué te parece?" - Que sí. Que tendré un bisnieto antes que un hijo...

Luego me contó que su hijastro, el Médico, llegó a su casa contentísimo y enseñando el morado de la espinilla que le hice yo. - "Dijo que solo tú eras capaz de arrear patadas que dejaran tanta huella. Lo tienes en el bote, nena. Se trata solo de que la próxima vez que le veas le rompas un hueso y caerá, redondo y sin puntilla, a tus pies ¡y ya tendremos al futuro padre y todo quedará en familia!"

- ¿Qué dice a eso Andresito, abuela? - "Ya sabes que es un mojigato. Dice que sería una unión pecaminosa entre hermanos. Le he dicho que nasti de plasti. Hermanos políticos, sí. Nada más... ¿Y si usara tú método con él?"

Inmediatamente apareció mi primer abuelito, envuelto en nubes de vapor. - Que sudario más "vaporoso" llevas (le dije) - No es sudario sino para hacerme sudar: estaba en la sauna oyendo a tu abuela ¡Salva a Andresito de sus garras!... 

Pero yo ya tenía la cabeza en otra parte: ¡Tienen sauna en el Más Allá!

 

sábado, 11 de enero de 2025

El Médico.

- Hay que ver la alegría de Pasc... estooo... Pascual cuando, en el umbral de casa, apareció el Médico. Sí, Cotilla. Hace tanto que no le vemos (¡Fuiiiiu! por poco meto la pata) ¿No lo recuerda? El hijo de Andresito... - Sé quién es el tal Médico, pero lo que tengo muy claro es que Pascual ¡el amante de tu abuela! está escondido en ésta casa. No tenéis vergüenza ¡Alcahueta! - ¡Oiga, sin insultar! 

Me hizo gracia que la sirena diera saltos mortales de alegría, en la pila de lavar del comedor, que bajé la guardia por un momento. Menos mal que Pascualita es un personaje y, solo la abuela y yo podemos verla.

El caso es que también yo me alegré. Es el único tío que conozco que no se queja cuando le doy una patada en la espinilla o la medio sardina le arrea un mordisco inoculándole veneno en vena. Al contrario, te da las gracias. Es el hombre perfecto para desahogarte a bofetada limpia cuando pasas por un mal momento anímico porque, es Masoquista.

- ¡Pasa y nos tomamos unos chinchones on the rock! -  Quien dice unos chichones dice una botella y eso fue lo que hicimos mientras él me contaba sus andanzas en los años que no nos habíamos visto. De repente me di cuenta de lo guapo que estaba. Y suspiré con toda la intención de llevarlo al huerto. Lo repetí varias veces, cada vez más fuerte hasta que, harto el Suspiro de no ser correspondido gritó: - ¡ATACA! - y le arreé tal patadón en la espinilla, por debajo de la mesa del comedor, que se le saltaron las lágrimas. - Cuánto he echado de menos esto, nena... ¡snif! 

Y el Suspiro se dio por satisfecho.

 

viernes, 10 de enero de 2025

Poniéndose al día.

La cabeza de Bedulio se asomó al comedor: - ¡Aaaah! (grité pensando que el cuerpo no le seguía) - La puerta está abierta. - ¿Por eso no llamas al timbre? - Para evitarte un gasto... 

Me extrañó ver al Municipal en casa con el miedo que le tiene al ánima de mi primer abuelito. - ¿Pasa algo? - Pues sí. Vengo a cobrar el aguinaldo. - Pero si falta un año entero para eso. - Me refiero al aguinaldo de la pasada Navidad, nena. Estuvimos muy liados en el trabajo y ahora nos estamos poniendo al día. - Bedulio se enderezó y con la mejor de sus sonrisas, dijo: - El policía de barrio le felicita las Pascuas. 

Y se quedó así hasta que vio que sacaba la cartera: - ¿Tienes cambio de cinco euros? - ¿Piensas darme menos? - ¿Te van bien tres euros? 

Tuvimos un tira y afloja. El me llamó rácana y yo aprovechado. Los personajes de casa tomaron partido y discutieron entre sí. Por ejemplo, el comensal de las treinta monedas estuvo de acuerdo en darle un buen aguinaldo al Municipal  . - ¡Eres muy explendido  con el dinero ajeno. ¡Dáselo tú, coñe!

Bedulio perdió el color de la cara: - ¿Con quién hablas..., nena?  - ¿Eh...? conmigo misma ¡Es que no soy ni mileurista! - Siguió la discusión hasta que la luz del comedor se encendió sola. Oí claramente el ¡glub! de Bedulio tragando saliva. La luz se apagó y sonó el timbre de la puerta... pero en la puerta no había nadie... salvo mi primer abuelito, encantado con su juego.

Los personajes se prepararon para reir. La Cristalera del balcón batió sin parar. Una rama del árbol de la calle entró por la ventana y acarició la nuca de Bedulio. Este pegó un salto chocando con la pila de lavar donde Pascualita observaba la escena y le tiró un buchito de agua que dio de lleno en una de las orejas municipales.

En el cuadro de la Santa Cena los comensales, arremolinados, hacían apuestas sobre si el Municipal cobraría o no.

Ganaron los del NO porque Bedulio salió por pies, bajando la escalera como un rayo y llevándose por delante a la Cotilla que iba subiendo xino xano.

jueves, 9 de enero de 2025

Rompecabezas

Sentada en el balcón, tomando el sol tan ricamente, me sentía dueña de mi vida y mi hacienda. Ya sé que no tengo ni hacienda ni perrito que me ladre pero, como el sueño es mío lo adorno como quiero.

Incomprensiblemente, a mi lado apareció Pepe el jibarizado. Era imposible. No tiene pies ni piernas que lo trasladen de acá para allá. Es una cabeza hueca sin seso ni neuronas a las que echarles la culpa de lo que sea.

Miré, pregunté y nadie supo explicarme quién o qué lo había puesto en el balcón pero a todos nos hizo gracia el misterio y decidimos jugar a ¿Es usted el acercacabezasjibarizadaalbalcónparaquetomeelsolunamañanadeinvierno?

El título nos pareció apropiado pero un pelín largo, de modo que pospusimos el comienzo del juego hasta encontrar el nombre perfecto para el juego, La puerta exterior de la Cristalera propuso juntar la primera letra de cada palabra. Lo hicimos y la cosa quedó así: - ACJABPQTESUMDI.- Después de mucho discutir llegamos a una conclusión que es la siguiente: A unos les pareció bien, a otros no. Y los de no sabe, no contesta están en el Limbo de los indecisos. 

Probamos y probamos y acabamos partiéndonos de risa ¡aquello era de locos!... PA QUE ..., BAJA QUE MIS C... T... D... P...

Acabamos todos dormidos. Pero ahí, Pascualita y yo, os dejamos el juego de completar, o tirar a la papelera, alguna frase legible.

miércoles, 8 de enero de 2025

¡Que asco!

El árbol de la calle cantaba bajito, algo raro en él. Sentado en su copa, mi primer abuelito movió sus brazos haciendo un círculo con ellos y unas preciosas columnas egipcias, llenas de hermosos jeroglíficos policromados, aparecieron en el aire y captaron la atención de todos.

El "enterao" de los comensales de la Santa Cena, dijo: - Eso es la televisión sin cable. - Y todos le miraron como si fuese el Oráculo de Delfos: - ¿Cómo se puede ser tan listo sin haber estudiado nada? - Me viene de familia (dijo sacando pecho el listillo) 

Otro de ellos, frunciendo el entrecejo ante el esfuerzo de pensar, dijo: - Sabes más el Diablo por viejo que por diablo. - ¿A qué viene esto? - Es posible que venga por algo pero, ahora mismo, no se me ocurre nada... - A mi sí: dice que cuanto más viejo, más pellejo. - Esto está fuera de lugar porque ni soy viejo, ni diablo, ni pellejo.

Después de un buen rato, el de las treinta monedas abrió la boca y soltó: - ¡Todos sois más viejos que andar pa'lante! - Se miraron unos a otros y, por primera vez, vieron sus arrugas. La piel no era tersa, los cabellos blancos, quien los tenía. Los dientes habían desaparecido de sus bocas al tomarse unas vacaciones merecidas y no encontrar el camino de regreso. 

- ¿Por qué dices "sois" si estamos en el mismo barco? - Porque me hice un liftin y tengo la piel cuidada. Y unos kilitos de más ¡Mirad: un rollito de primavera en la cintura!: - ¿Te comiste tu propia grasa y no compartiste? ¡Eres la oveja negra de la Historia!

Que poca correa tenéis todos, coñe.

 

martes, 7 de enero de 2025

Nos ponemos a dieta.

- Como dijo María Jiménez, ¡se acabó! Las fiestas navideñas han dado paso a la época de penitencia. Ya sé que no es Semana Santa pero penaremos igual para deshacernos de toooodo lo que le hemos metido al cuerpo éstos días. Tú también,  Pascualita. 

A partir de ya, toca gimnasia, caminatas, clases de bailes regionales y lo que se tercie para quitarme esos rollos de primavera que salen en la cintura y no dejan que nos abrochemos esos jeans que, hasta hace poco, nos caían tan bien... Sí, tu también tienes nuevos michelines ¡Ahora sí que pareces una gamba gorda de las que le gustan al señor Li!

Lo que ahorre en comida lo gastaré en las rebajas porque habrá mucha verdurita y poca chicha... ¡Ay, como me arrepiento de abrir la boca a todo bocado exquisito que se me ponía a tiro. Y a ese chocolate con ensaimadas o con churros, de las tardes... hum. Se me hace la boca agua. Eso tendría que haber bebido ¡Agua! en lugar del chocolate.

¿Te ríes? Pues que sepas que tú también estás a plan. Verduras del huerto y del fondo del mar para el desayuno, almuerzo y cena jejejejeje Sabía que harías algo así: ¡escupirme veneno! pero, como ves, no me preocupa porque me he blindado contra eso con el casco de buzo que le he comprado a la Cotilla que, a su vez, había sacado de sus trapicheos.

¿Cantamos una saeta para ambientarnos, chicos? Los únicos que lo hicieron fueron los comensales de la Santa Cena porque están acostumbrados a estar caninos cenando una sola vez al año.


 

lunes, 6 de enero de 2025

Qué jodios.

Bueno, se acabó lo que se daba. Han llegado los Reyes Magos y han dejado miles de juguetes para los niños y niñas que se han portado bien... Aunque ya sea mayor, yo  me he portado bien. Mejor dicho, requetebien y ésta vez tampoco me han dejado una bicicleta en el balcón. 

Llevo años pidiéndola y, o se han acabado las existencias o pasan de mí olímpicamente. - No te quejes porque siempre te cae algún regalito, en cambio a nosotros, no nos dan ni los buenos días. - Los comensales de la Santa Cena se quejaban amargamente... - Ni un palillo de dientes se dignan a darnos. - Y seguían llorando sus pesares!

Para taparles la boca, Dios originó naufragios furibundos, transformando los restos de barcas en unas preciosas tablas de surf que nadie supo usar.

Y como todavía no se había implantado la caravana de Los Reyes de Oriente. Dios pensó que el ya había trabajado bastante y se retiró a descansar.

domingo, 5 de enero de 2025

Ya vienen por el camino...

Han venido a casa dos señores emperifollados como los pajes reales de los cuadros antiguos y no me ha quedado otra que hacerles una profunda reverencia. Tan profunda que se me ha dislocado el hueso de la cadera.

- Personen usías que no me levante pero es que acabo de descuajaringarme. vaya usted a saber qué... Pero, pasen y sirvanse unas copitas de chinchón que, con el frío que hace, les sentará de maravilla... ay, ay, ay...

Caminando con el mismo estilo de Cuasimodo, elegante aunque tirando a exótico, les precedí y se sentaron a la mesa del comedor: - Perdonen pero creo que sería mejor que se sentaran en las sillas, puestas aquí por pura comodidad.

Ansiosa, les pregunté si eran emisarios de alguien importante. -  ¡Importantísimos! - ¿Y quienes son. - No podemos dar nombres. Solo le diré que arrieritos somos y en el camino nos encontraremos.

Puestos en ésta tesitura, no me quedó más narices que abrir una lata de fabada asturiana y compartirla, cosa ésta que conquistó el corazón de los personajes de casa y les propuse cantar jotas mallorquinas hasta que los vecinos ya no pudieran aguantarlo más.

Al final se les vio el plumero a mis visitantes cuando, al dar una bonita vuelta sobre sí mismo, mostraron el refajo de sus abuela y las plumas del sombrero. Entonces le grité a Pascualita - ¡Son los pajes reales! - Corrí como un gamo con la sirena en mi regazo y conseguimos entregar las cartas de los Reyes Magos a tiempo.

 

sábado, 4 de enero de 2025

Esto es un sinvivir...

Poco a poco mi cara vuelve a la normalidad. El ojo se ha asentado en la cuenca como si no hubiera pasado nada. Y sí que ha pasado porque, de buena mañana, ha venido Bedulio a traerme una multa por la escandalera que monté unos días atrás mientras mi ojo crecía sin parar y corría por el suelo.

-  Gritaba de dolor. - No me cuentes tu vida, boba de Coria. Paga y descansarás. 

En el cuadro de la Santa Cena, los comensales se arremolinaron para ver qué pasaba. Las bolas de polvo se agruparon formando un montón en forma de Arbol de Navidad polvoriento. Quedaban monas todas marroncitas aunque un poco monótonas. Hasta que llegó Pompilio y colocó sobre "el árbol" calcetines de mil colores. 

A Doña Celos Reunidos Geyper, o sea: Pascualita, le faltó tiempo para pedir, imperiosamente, que su pila de lavar del comedor, tuviese el mismo trato que las bolas de polvo. Pompilio no se hizo de rogar y en un santiamén la pila quedó preciosa.

Satisfecho su capricho, la sirena se dedicó a hacer rabiar a Pepe el jibarizado, contando lo bonita que estaba su pila. Y claro, hubo respuesta y en vez, del clásico villancico de éstos días, escuché el OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, de una cabeza hueca pidiendo no ser discriminada.

Después de comer me eché una siesta para templar los nervios, de la que me despertaron unos gritos histéricos. La Cotilla estaba barriendo el "árbol de Navidad polvoriento" ¡en horas de descanso laboral de la Escoba!

viernes, 3 de enero de 2025

Menudo ego tiene éste¡

Las bolas de polvo se arrepienten de haber despreciado a mi ojo cuando éste se les cercó  para socializar con ellas. Creyeron que se trataba de una espía, la nueva Mata Hari. Dieron por sentado  que, por ser ojo, habría nacido para ver. En efecto, ese era su oficio pero también le gustaban otras cosas como raspar el barro seco de las katiuscas en días de lluvia.

Este ojo mío es muy aventurero. Ahora mismo sigue fuera de su órbita con la excusa de que aún no encaja en ella. Lo que le pasa es que es un Tenorio, un calavera al que no le importa dejarme tuerta. - Aún soy joven. Quiero conocer otras culturas. Otros ojos. He oído decir que los de gata son seductores a tope.

Mejor te quedas conmigo porque no hay nada peor para un ojo que encontrarse con un gato ¡Te comería! - ¡Oh! Por lo que cuentas son pura pasión desbordada. Gatitas lindas vengo a vosotras con los brazos abiertos... - ¿Qué brazos? (empleé una voz seca, autoritaria pero pasó de mi) - ¡Gatitas, titas, titaaaas! - ¿Así vas a triunfar? ¿Llamando a las gallinas? - Pero si digo titas y no cocorocó. - Tú te lo pierdes. No sabes lo rico que está un huevo frito. - Durante un largo espacio de tiempo cerró la boca y pensé que dormía. De repente giró sobre sí mismo y mirándome de frente, dijo: - He intentado imaginarme un huevo estrellado en mi cuerpo y debo decir que, llevándolo como pamela, sería el ojo más elegante que ha parido madre.

Estamos apañados.

jueves, 2 de enero de 2025

El ojo.

 Pascualita mira la pantalla del televisor donde, un montón de gentes grilladas , en bañador, saltan al agua desde los muelles, o las playas, los puentes, etc... dispuestas a pillar una pulmonía con tal de salir, aunque sea de refilón, en la tele.

Entusiasmada, aplaude con sus manitas palmeadas. - Habrán echo trastadas muy gordas para sufrir ésta penitencia. - La sirena desvió unos segundos la mirada para clavarla en mi.

Sin darme tiempo a apartarme, un buchito de agua envenenada me dio de lleno en un ojo: - ¡La madre que te parió, media sardina! ¡Ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay! . A medida que perdía la visión, el ojo crecía y crecía hasta que... saltó al suelo y corrió a jugar con las bolas de polvo. Sin embargo éstas le dieron la espalda. - ¡Nos mira mucho! 

Corrí tras el ojo que, de un salto, cayó en la copa del árbol de la calle: - ¡Nena, nenaaaaaaaa! Quítalo que me va a echar mal de ojo! (gritó ésta)

De repente el ojo se quedó quietecito y aterrado. Se había asomado a ver la calle y sintió vértigo. Había que sacarlo de ahí. Puse a todos los personajes a pensar cómo hacerlo y fue la Fregona quien tuvo la mejor idea. 

La cogí del palo para acercarla al ojo. - ¡Sujétate al mocho! - ¿Con qué? - Me vino a la mente la figura de un astronauta flotando en el espacio mediante una sonda sujeta a la nave.  Siguiendo mis instrucciones, el ojo rodeo varias veces las cintas del mocho con el nervio que lo unía a la cuenca vacía, después tiré lentamente de la fregona y ¡listo! Luego solo tuve que esperar a que se bajara la hinchazón para devolver el ojo a su sitio.


miércoles, 1 de enero de 2025

Se da por inaugurado el nuevo calendario de la cocina.

- Bueno, ya estamos en el año 2025 de nuestra era. ¿Y ahora qué? Venga Pascualita, tu eres la experta en años, siglos, milenios y vete tú a saber qué más. Solo nos faltan los Reyes Magos y ¡listos! A empezar, de nuevo, el ciclo de la vida: guardar la vajilla buena para Fiestas de Navidad venideras. Cambiar regalos repetidos... 

Hasta que, por fin sea Santa Rutina, ora pro nobis 

. Pascualita no se dio por aludida. Bostezó y con su estilo innato, se lanzó de cabeza a la pila de lavar del comedor sin que ni una sola gota de agua salpicara el suelo. Fue ovacionada por todos los personajes de casa.

De la cocina llegó la voz de Pepe el jibarizado: OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO (¡Estoy encantadísimo, de lucir este pompón de colorines que la nena ha colgado de una anilla de servidor, el llavero. ¡Con él estoy más bonito que un San Luis!) También fue aplaudido por el respetable. 

Mientras, me senté en el sofá de la salita a esperar a que se levantara el telón del Concierto de Año Nuevo. Cuando el Danubio Azul pasó a mi lado, me dejé llevar por su corriente depositándome, suavemente, junto al espíritu del nuevo año.