- Como dijo María Jiménez, ¡se acabó! Las fiestas navideñas han dado paso a la época de penitencia. Ya sé que no es Semana Santa pero penaremos igual para deshacernos de toooodo lo que le hemos metido al cuerpo éstos días. Tú también, Pascualita.
A partir de ya, toca gimnasia, caminatas, clases de bailes regionales y lo que se tercie para quitarme esos rollos de primavera que salen en la cintura y no dejan que nos abrochemos esos jeans que, hasta hace poco, nos caían tan bien... Sí, tu también tienes nuevos michelines ¡Ahora sí que pareces una gamba gorda de las que le gustan al señor Li!
Lo que ahorre en comida lo gastaré en las rebajas porque habrá mucha verdurita y poca chicha... ¡Ay, como me arrepiento de abrir la boca a todo bocado exquisito que se me ponía a tiro. Y a ese chocolate con ensaimadas o con churros, de las tardes... hum. Se me hace la boca agua. Eso tendría que haber bebido ¡Agua! en lugar del chocolate.
¿Te ríes? Pues que sepas que tú también estás a plan. Verduras del huerto y del fondo del mar para el desayuno, almuerzo y cena jejejejeje Sabía que harías algo así: ¡escupirme veneno! pero, como ves, no me preocupa porque me he blindado contra eso con el casco de buzo que le he comprado a la Cotilla que, a su vez, había sacado de sus trapicheos.
¿Cantamos una saeta para ambientarnos, chicos? Los únicos que lo hicieron fueron los comensales de la Santa Cena porque están acostumbrados a estar caninos cenando una sola vez al año.
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