Bueno, se acabó lo que se daba. Han llegado los Reyes Magos y han dejado miles de juguetes para los niños y niñas que se han portado bien... Aunque ya sea mayor, yo me he portado bien. Mejor dicho, requetebien y ésta vez tampoco me han dejado una bicicleta en el balcón.
Llevo años pidiéndola y, o se han acabado las existencias o pasan de mí olímpicamente. - No te quejes porque siempre te cae algún regalito, en cambio a nosotros, no nos dan ni los buenos días. - Los comensales de la Santa Cena se quejaban amargamente... - Ni un palillo de dientes se dignan a darnos. - Y seguían llorando sus pesares!
Para taparles la boca, Dios originó naufragios furibundos, transformando los restos de barcas en unas preciosas tablas de surf que nadie supo usar.
Y como todavía no se había implantado la caravana de Los Reyes de Oriente. Dios pensó que el ya había trabajado bastante y se retiró a descansar.
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