miércoles, 22 de enero de 2025

Aaaayyyyy qué dolooooor...

El Médico, hijo de Andresito, por lo tanto hermanastro mío... Caray, nunca pensé de él así. Por eso paso tanto gusto arreándole patadas en la espinilla y él disfruta mucho recibiéndolas. Así que somos una familia bienavenida.

Lo comenté con la abuela: - ... y tú eres su madrastra jijijiji ¡Con la mala prensa que tienen! - "Tampoco las hermanastras la tienen, queridaaaa. ¿O no recuerdas a las de Cenicienta?" - Sí, pero son menos agresivas. si acaso feas o tontas o... -  "Qué bien te describes, nena jajajaja" - ¡Oye, sin faltar! 

Desde lo alto de la lámpara del comedor, mi primer abuelito me daba ánimos: - No le hagas caso. Tu abuela es muy picajosa y disfruta cabreando a los demás... Tú tienes el arma precisa para que sea ella la que se enfade ¡su edad! 

Hace tanto tiempo que no me meto con sus años que se me había olvidado... Es infalible pero muy peligroso. - Mientras la abuela no paraba de meterse conmigo yo calibraba si valía la pena o no. - ¡Vamos, nena. El mundo es de los valientes!

- "¿Se te ha comido la lengua el gato?" - Déjalo ya. abuela- ¿No ves que eres muy mayor  para seguir con éstos piques?¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYY!!!

No pensé que aún tuvieran tanta fuerza sus capones. - "¿Qué has dicho, mala nieta? - Antes de que pudiera contestar a su pregunta llegó el segundo capón que me dejó para entrar en la UCI

Pascualita aplaudía con sus manitas palmeadas ¡Mira que le gusta una pelea a la medio sardina. Y para no ser menos que su amiga del alma, me escupió un buchito de agua envenenada que me cayó en la cara... ¡Lo que daría Picasso por tenerme como modelo!

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