lunes, 22 de septiembre de 2025

Mimetizándose.

Aprovechando que la Cotilla ha emigrado a otras tierras después de su metedura de pata, he podido entrar en el cuarto, que fue de la abuela hasta que se casó con Andresito y registrar los cajones de la cómoda (cantarano) que fue de mi familia.

Encontré agujas de coser oxidadas, cintas regaladas a la abuela por sus admiradores, un cuadernito con recetas escritas a lápiz. Un boá. El animalito fue un zorro de verdad hacía mucho tiempo. Se cerraba al rededor del cuello sujetando la cola con la boca. Una monada.

Me lo quité y, rápidamente, la boquita se cerró en una oreja y quedó como un pendiente largo. ¿Cómo era posible...? Al ir a cogerlo saltó a la otra oreja, de ahí a la nariz. Luego al suelo y corrió como un zorro en una cacería. - ¡Quietoooo! - No me hizo caso. Media hora después le había dado veinte veces la vuelta a la casa.

Pero el zorro no se contentó solo en correr horizontalmente, también se subió por las paredes, corrió boca abajo por el techo. Una de las veces que entró en la cocina se hundió en el tazón del cola cao de Pascualita y las huellas de sus patas se marcaron por todo.

La sirena, al oír mis gritos de ¡Basta, basta! se asomó al borde de la pila de lavar y se unió al juego. Jugaron al escondite junto con todo cuanto personaje se encontraba en casa. De repente el boá, desapareció. 

El resto del día lo pasé buscándolo... hasta que me di cuenta que boá y sirena se convirtieron en uno solo cuando la sirena se metió en el cuerpo, vacío, del zorro.

 

 

domingo, 21 de septiembre de 2025

¡Que jodía!

- ¿Quién hay en el baño, nena? - Nadie, Cotilla - Nadie, no porque alguién chapotea en la bañera. - Como yo estaba más distraída que un pulpo en un solar, estuve a punto de meter la pata hasta el sobaco. - ¡Ah! será Pasc... (ahí me di con un cántaro en los dientes y cerré el pico). Pero la Cotilla cogió el nombre inacabado de la sirena por el del" querido de la abuela"

- ¡No me digas que ese sinvergüenza está en nuestra bañera! Ahora mismo llamaré a Andresito - Ni corta ni perezosa descolgó el teléfono. - ¡Holaaaaaaa! Soy yo Ven deprisa a "¿mi casa?". Trae a Bedulio y te daré en bandeja a la pareja de adúlteros que  minan la confianza que tienes puesta en tu mujer ¡Escucha el ruido del agua mientras se lo pasan pipa en la bañera! ¡¡¡CORRE!!!

Minutos después, el concierto de pitos por el mal aparcamiento del rolls royce, llenó el aire. La puerta de casa recibió tal empujón que casi le saltan las bisagras... 

Sudando a mares, Andresito y la abuela entraron en el cuarto de baño mientras, disimuladamente, Pascualita se escondía en los bajos de la cortina de la bañera.

La cara de la Cotilla era un poéma...

Mi primer abuelito dijo, desde lo alto del toallero: El día que te muerdas la lengua, morirás envenenada.  

 

 

sábado, 20 de septiembre de 2025

Quien no se fía, no es de fiar.

Necesitamos salir al balcón los días de más calor. Cantar Clavelitos con poca gracia y esperar que el vecino, o vecina, de arriba se harte de oírte y te tire un cubo de agua. No hay nada como una ducha tempranera y sin gastar ni una gota de agua, que estamos en pre-sequía.

La bañera ha pasado a ser propiedad privada de Pascualita. La defiende a capa y espada mostrando, amenazante, la temible dentadura de tiburón. Para ducharnos la Cotilla y yo, primero hay que brindar las veces que haga falta, con chinchón on the rocks. Hay que ver lo que aguanta el alcohol la sirena. Parece imposible que un cuerpo tan pequeño trasiegue tanto.

La abuela está muy espléndida éste verano: Cada vez que viene a casa trae bolsas de cubitos de hielo para que su queridísima amiga no pase calor. Y cuando se va cuenta los que quedan. - Tu nieta soy yo. (le dije)- "Lo sé. Por eso los cuento".

 

viernes, 19 de septiembre de 2025

El árbol se quedó sin votos.

 El árbol de la calle criticó, ampliamente, a la abuela y a la Cotilla que, aún sabiendo que él es de madera, no dudaron en encender una buena luminaria de velas, velitas y velones. poniendo en peligro la vida de el mejor vecino del mundo mundial (EL) a cuenta de un desconocido por guapo que sea... Además, para gustos, colores.

En seguida las bolas de polvo  hicieron piña con el árbol. - Tiene tooooda la razón. Si necesitas nuestros votos para algo, aquí estamos y que sepas que somos ¡Ciento y la madre!.

Los comensales de la Santa Cena también se unieron a ellos - Vosotros no sois de madera (protesté) - Pero el marco en el que estamos, sí. 

Las COFRE dudaron un rato pero, tras escuchar al árbol lo tuvieron claro - Si os cae una chispa encima, arderéis como una pavesa. - Ah, bueno, como no sé lo que es eso no me doy por enterada. (dijo la escoba) - La fregona le puso la guinda al pastel:  Además, Pavesa viene de pavo... por lo tanto no tenemos nada más que decir. - Y se fueron a ver la tele.

Pascualita despertó de la siesta encontrándose con tan sesudas opiniones. - ¿Qué dices tú, sirena? - Mi primer abuelito apareció sentado sobre la pila de lavar del comedor. De la cocina salió la voz de Pepe el jibarizado dando su opinión que no sé si convenció a alguien. Mi primer abuelito habló por boca de la medio sardina: - Si alguien se quema, yo soy la que maneja el agua.

Se hizo el silencio hasta que todos entendieron que Pascualita tenía la sartén por el mango: EL AGUA. 

 

 

 

 

 

  

jueves, 18 de septiembre de 2025

Robert Redford que estás en los cielos...

Era temprano cuando puse la radio para escuchar las noticias. Se ha ido al cielo de los guapos, Robert Redford. - ¡No puede ser verdad! - Mis gritos inconsolables se unieron a los que dieron quienes se fueron despertando con la noticia.

Yo tuve una granja en Africa... - Tú qué vas a tener. - protestó la abuela que acababa de llegar, enlutada de arriba abajo. - Lo he recordado en Dos hombres y un destino - ¡Que bellezones se juntaron! - Gente como esa ya no se hacen. Yo me quedaba con Paul Newman.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! (la Cotilla llegaba de limpiar los "cepillos" que le correspondían de las iglesias de Palma.) - ¡Ay, que disgustooooo! Ahora mismo voy a escribirle al obispo para que suba a los altares a Redforf y a Newmán. 

Se metió en su cuarto a trajinar y salió cargada de velas, velitas y velones. En un pispás montó una capilla. Cuando estuvo encendida parecía un mágico velero cruzando la bahía de Palma. 

Antes de salir en el telediario la noticia de un incendio, apagué cuanta vela había en la salita. La abuela y la Cotilla protestaron hasta que Geooorge, el mayordomo inglés. apareció en el comedor con una paella de marisco... ¿Eh...? ¿Si era de té?... Solo sé que cuando hay hambre, no hay pan duro. 

 

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Pascualita es ... ¿sonámbula?

Esta madrugada he sentido el frío tacto de la muerte ¡Menudo respingo me hizo dar la interfecta! - A duras penas pregunté: - ¿Ya...?

 Cerré los ojos y espere a que ocurriera lo inevitable pero no pasó nada. Poco a poco mi mente se iba tranquilizando hasta dejarme pensar con claridad...  Estiré la mano con precaución hasta encontrar ¡la cola de sardina de Pascualita! - ¡La madre que te parió ¿Qué haces aquí? (grité, poniéndome de pie encima de la cama) 

En un rincón del cuarto una tenue lucecita anunciaba la visita de mi primer abuelito. - ¡Solo falta la Madre Superiora! (seguí gritando) - Venía a enseñarte el nuevo sudario de Armani ¡Mira el estampado de la flotilla de la Paz tirando flores sobre el mar! 

Era una verdadera maravilla. - Estoy emocionado ¡snif!

De repente me di cuenta de que alguien aporreaba la puerta de casa. Abrí de golpe y pegué un puñetazo a la primera cara que se me puso a tiro ¡Buena se armó!

Llevamos todo el día en Comisaría ... Dio la casualidad que la cara era la de Bedulio. He tenido que llamar a mi jefe diciéndole que no sé cuando volveré al trabajo. - Si no estás en tu puesto en una hora, ya no hará falta de vuelvas.

El jefe de los Municipales cotejó el asunto: - Nena, sí. Nena, no - Minutos después salí a la calle después de jurar que no volvería más por allí.

martes, 16 de septiembre de 2025

Total, por un poco de polvo... ¡Que genio!

El ruido de vasos me despertó. - ¿Qué se celebra? (pregunté) - Abrí los ojos para volver a cerrarlos porque me pareció que el sueño aún no había terminado. De nuevo hice una intentona y ¡no era un sueño! 

La salita estaba llena de bolas de polvo que, trajinando vasos en los que había chinchón on the rock fresquito, brindaban por una buena sequía. - Las bolas de polvo llevaban una borrachera como un piano y todo eran risas cuando, dando tumbos, pisaban el suelo mojado y acababan estampadas contra la pared.

Los comensales de la Santa Cena protestaban dentro de su cuadro: - ¡Queremos beber y estamparnos contra la pared! - Pero no les hacían caso porque estas cosas no entraban en sus contratos. 

Cuando Pascualita y yo íbamos por el tercer vaso de chinchón on the rocks caí en la cuenta de que estaba celebrando una sequía. - ¿De qué va eso de la sequía? - Lloverá poco este Otoño han dicho en la tele así que nuestra familia crecerá y crecerá y... - Chafé con el pie al gafe marisabidillo y llamé a la escoba y la fregona: - ¡Vamos a echar a esa tropa! - Y barrieron para el balcón... A continuación se oyó la voz amenazadora de Bedulio: - ¡¡¡NENAAAAAA!!!

Yo también grité: - ¡¡¡ABUELITOOOOOOOOOOOOO!!! 

 

lunes, 15 de septiembre de 2025

La Cibeles, con los que sufren.

Pascualita y yo hemos dormido la siesta reparadora de todos los días mientras los ciclistas de la Vuelta a España aguantan calores, suben montañas, bajan a velocidades endiabladas sin parar de pedalear. 

El último día, los organizadores les tenían preparada una llegada en alto: subieron a la Bola del Mundo por una carretera empinada, sobre un suelo de cemento echo cisco. Ganó el lider, un chico noruego de nombre impronunciable. 

En casa estábamos todos en la salita mirando la tele. De la calle llegó la escandalera de siempre cuando la abuela llega en el rolls royce y aparca en la parada del bus. Se dejó caer en el sofá mientras Pompilio, las COFRE y un montón de bolas de polvo, salían por pies para no ser aplastadas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Dejáme sitio! (le gritó a la abuela la Cotilla) - Pascualita se removía inquieta en mi escote. - Tranquila, tranquila (dije sin pensar que no estábamos solas) Mi primer abuelito apareció en lo alto de la librería ¡Iba más bonito que un San Luis! - ¡Ooooh! (se me escapó) ¡Huy! 

Rios de gente llenaban las calles enarbolando banderas palestinas. Iban en son de paz  La Cibeles sintió que la entrega de trofeos no sería como siempre. Pero había niños a los que recordar y otros a quien salvar y la diosa, castiza, estuvo de su parte y con el pueblo de Madrid.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Eso no se le hace a un amigo...

Cayeron cuatro gotas que apenas mojaron la acera pero el árbol de la calle, emocionado, cantó el brindis de la Traviata a pleno pulmón. Harta ya de tanto escándalo, le canté, a mi vez, Las verdades del Barquero.

El árbol me llamó de todo menos bonita y acabó diciendo que la envidia me reconcomía. - ¡Ja! Envidia ... ¿De qué? Estoy cansada de decirte que la gente de la calle no te oye. Quién te aguanta soy yo y los personajes de mi casa. - ¡¡¡MENTIRA COCHINA!!! - Hagamos la prueba. Canta y mira a la gente que pasa por la calle y luego a los personajes.

Por fin pareció entender la verdad de su situación. Las hojas del platanero perdieron su lozanía. El pobre estaba chafado. No tenía ni fuerzas para aguantar sus ramas... A medida que pasaban las horas se iba apagando. Pepe el jibarizado llegó a preguntar - OOOOOOOOOO - No creo que se muera por esto... aunque no lo tengo muy claro. (contesté)

Al día siguiente su aspecto era preocupante. Y entonces ocurrió lo inesperado. Pascualita llegó al balcón arrastrando su destartalado Coche-huevo y lo tiró a la calle, cayendo en el alcorque del árbol.

Contuvimos la respiración mientras saltaban tornillos, trozos de carrocería oxidadísima, el volante... Mi primer abuelito apareció en el aparador del comedor. Le dio tres palmaditas a la sirena. Luego me miró, ceñudo:  - Aprende de ella.

¡Menudo atracón se dio el árbol de la calle!  

 

viernes, 12 de septiembre de 2025

De ilusión también se vive.

Pascualita, entusiasmada con su nuevo juguete, no deja de pasar ni un día sin sacarlo a que le de el sol. Considera que es lo más espectacular que ha visto nunca y disfruta de la envidia que la rodea. 

Después de comer nos tumbamos las dos en el sofá del cuartito,  con la tele encendida para dar la sensación de que estamos escuchando o viendo algo. Nos quedamos fritas antes de decir Amén. 

Un nuevo Modisto que ha llegado estos días al Más allá. Armani. Que hombre más guapo ¡Pero guapo, guapo! 

Desde que se vieron, hace solo unos días, "viven" solo para contemplarse, embobados uno con el otro. Es otra versión de lo que ha pasado entre la sirena y el coche- huevo. Ahora pasarán una buena temporada sin que se les vea el pelo. Después, con el corazón alegre, volverá a crear, esta vez para todos los que no pudieron hacerlo cuando vivían.

Será fantástico ver los nuevos sudarios puestos en el cuerpo de mi primer abuelito. Ya tiemblan de emoción quienes se preparan para verlo y se nota la envidia flotando en el ambiente, aunque sea en menor cantidad que la que sentimos los "humanos" que, para eso están en el Más Allá.

Pienso que, si se lo pide mi primer abuelito,  podré tener un traje de Armani por la patilla...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 11 de septiembre de 2025

Motivos hay...

No hay quién tosa a Pascualita desde que sabe que es la única que tiene un coche-huevo... aunque esté estropeado. Todos los días lo saca de la pila de lavar del comedor y lo pone al sol del balcón a seca. Para esto me necesita. 

El primer día que quiso hacerlo sola todo fueron golpes: de la pila de lavar del comedor pasó a la silla ¡PAM!. De ésta al suelo ¡PAM!. Arrastrarlo hasta el balcón ¡PAM!, ¡PAM!, ¡PAM. ¡PAM! y ¡PAM!. Sacarlo al balcón ¡PAM¡ ¡PAM!. La misma "melodía" y el esfuerzo que supuso, físicamente, para alguien que tiene toooooooooodos los años, habidos y por haber de éste mundo, sonó a la vuelta. 

Reflexionó sobre el caso que nos ocupa y decidió que se portaría bien conmigo el tiempo que considerase necesario ... Durante tres días se contentó con guiñarme un ojo cada vez que nos encontrábamos. Pensé que le había entrado algo y quise ayudarla pero una sonrisa de tiburón en su cara me convenció de lo contrario - ¡Que se lo mire su padre! - fue mi sentencia irrevocable.

Los demás personajes de casa se mueren de envidia. El que más es el árbol de la calle - Pero si es un trasto viejo (le dije) ¿Para qué lo quieres? - ¡Para comérmelo! ¡Necesito hierro después de soltar el polen y ahora, las hojas muertas!  

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Lo que dura aun conjuro...

La Cotilla encontró uno de los huevecitos de casualidad porque no es muy propensa a salir al balcón. A ella le gusta escuchar los chafardeos de las vecinas en el patios de luces. Pero este día le llamó la atención que, lo que ella creyó que era un huevo de zurcir calcetines, estuviese en el suelo. 

En el balcón había más. - Que raro (pensó) - Enseguida sacó su vena comercial - Los llevaré esta noche al trapicheo.  A ver que tal... - Y sin encomendarse, ni a Dios ni al Diablo, guardó los huevecitos en sus bolsillos y se marchó a "limpiar los cepillos" de las iglesias.

Y como un Conjuro dura lo que dura, a éste también se le acabaron las pilas y todo volvió a la normalidad cuando, desde Mamá Huevo hasta el último huevecillo, desaparecieron por arte de Magia, nunca mejor dicho.

Hubo quien protestó ¿A quién?  ¿A quién va a ser?: ¡Al maestro armero, hombre! Por ejemplo, el comensal de las treinta monedas porque, tampoco ésta vez, pudo usarlas. 

Escuché la risa de mi primer abuelito: ¡Ay, Pascualita. Te has salido con la tuya! - ¿Por qué? (pregunté) - Ella sí tiene un pequeño coche huevo. Seguramente no crecerá más porque lo tiene... metido en el agua de mar de la pila de lavar. No funcionará nunca pero le hace compañía al barco hundido...

 

 

martes, 9 de septiembre de 2025

El conjuro mágico dio como resultado: coches huevo.

¡Por fin he sabido de dónde salió la extraña Mamá Huevo! De las mágicas manos de un Mago de tres al cuarto que vino a mi barrio ha trabajar durante las fiestas del mismo. 

Se anunciaba como Toribio, el Súper Mago. Era un señor muy mayor al que no le funcionaba muy bien la cabeza. Cuando Pepe el jibarizado se enteró, le ofreció lo único que tenía: el ojo-catalejo.  Toribio se emocionó y dijo la célebre frase: - Quién da lo que tiene no está obligado a más.

Esa misma tarde, el Súper Mago Toribio salió a actuar con el llavero sujeto a su cinturón. Pepe el jibarizado no cabía en si de alegría ¡Por fin la gente lo conocería! Recorrieron las calles del barrio. Vieron los tenderetes y actuaciones contratadas por el Ayuntamiento. Pepe el jibarizado acabó mareado perdido de tanto mirar aquí y allá. 

Por último, le tocó actuar a Toribio. La gente no le prestó mucha atención porque era demasiado lento. Cuando fue a hacer su último truco el Súper Mago a punto estuvo de desmayarse: había perdido uno de sus elementos mágicos: un huevo.

Cuando ya estaba a punto de pegarse un tiro, se escuchó: - OOOOOOOOOOOOOOOOO - ¡Pepe el jibarizado lo encontró! El alivio fue tan grande que Toribio, después de hacerle un conjuro mágico, lanzó el huevo al balcón, cayendo en la humilde maceta.

A partir de aquí el conjuro actúo. El resto de la historia ya lo sabemos.

 

lunes, 8 de septiembre de 2025

¡Yo quiero uno!

Comenzaron a ocurrir cosas. Por ejemplo, Pompilio dejó de correr como un gamo. Cuando llegaba a casa frenaba su carrera para salir del balcón, acercarse al rincón donde estaba Mamá-Huevo con sus pequeños huevitos que alborotaban y llenaban de alegría mi casa.

Una tarde Pompilio se me acercó. - ¿Hoy no vas a ver a los huevecitos? - Primero hablaré contigo... ¿Has pensado qué vas a hacer con ellos? - ¿Yoooo? ¿Qué quieres qué haga?  - Pues si no te importa quiero quedarme con uno. - A mí que me registren, guapito de cara. - Pensaba PAGARTE...

Esta palabra hizo que todas las cabezas que, en ese momento estaban en casa, se levantaran. La que más, la del comensal de las treinta monedas, de la Santa Cena. - ¡Por fin podré gastarlas! (gritó entusiasmado)

Las orejas de todos estaba atentas cuando yo pregunté - ¿Para qué quieres el huevecito, Pompilio? - Para no cansarme cuando trabajo y vuelvo a casa cargado de calcetines. Es un cochecito. En ese momento caí en la cuenta de que había sido yo quien lo dijo primero pero no quedó grabado en mi cerebro... ¿Qué dijo Mamá Huevecito? - Sí, hija, sí. Llévatelos porque vendrán más. 

Menudo jaleo se montó en casa ¡Hasta el árbol de la calle quería uno! Y de pronto, Pascualita hizo valer su condición de Vejestorio Universal saltando a mi escote, con la dentadura de tiburón amenazando con desmenbrarme en ná y menos.

Naturalmente, la sirena fue la primera en tener un Cochecito Huevo... faltaría más.

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

Se multiplican.

Han pasado dos semanasa desde la llegada del Huevo y han pasado cosas. Por ejemplo: no he visto a Bedulio ni por mi calle ni por ningún rincón del barrio. El día que me crucé con dos Municipales, se cambiaron de acera. - Quise acercarme a ellos y gritaron: ¡Vade retro, Satanás! y salieron por pies.

Por otra parte, el Huevo, que sigue en el alcorque del árbol de la calle, donde lo dejó Bedulio cuando supo que mi primer abuelito estaba en el cochecito. Inesperadamente, éste se multiplicó y ahora hay seis huevecillos, tamaño huevo de zurzir calcetines.

La Cotilla ya les ha echado el ojo: Me llevaré dos al trapicheo de ésta noche y lo que gane lo repartiremos a medias. - ¡Ni hablar! Hasta que no sepamos quienes son los padres, no se tocan.

He tenido una "charla" con Pascualita y el platanero: -  Algo debisteis ver la noche que dejaron el Huevo en el balcón. Sois unas chafarderas y no es os escapa nada. - Ambas coincidieron en que, esa noche tuvieron un sueño muy profundo.

Las puse como hoja de perejil pero no se bajaron del burro.

Cansada de sudar y de escuchar mentiras, me tumbé en la cama y mientras me entregaba a los brazos de Morfeo me pareció escuchar: OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

¿... Pepe...? 

viernes, 5 de septiembre de 2025

¿Alguien ha perdido un huevo?

Esta mañana ha aparecido un huevo en la única maceta del balcón. La pobre está chuchurría porque, desde que ya no está la preciosa flor de la que yo presumí, se me olvida echarle agua. - ¡Esto qué es! - exclamé asombrada al ver el "regalito"

El árbol de la calle engoló la voz para decir lo que era obvio: - ¡Un huevo! - ¡No me digas! Aaayyy que ilusión, boba de Coria... Ahora hay que saber quién lo ha dejado ahí. - ¿Te estás riendo de mi? - Solo un poquit¡Aaaaaayyyyyy!

La rama más cercana a mi se movió con precisión y me hizo un buen chichón. ¡Que poca correa tiene este montón de leña!

El caso es que en la maceta descansaba un huevo enorme. - ¿De dinosaurio? (preguntó un gorrión) - Nadie supo dar razones. - De la calle llegó la voz del Municipal, Bedulio. - ¿Qué es lo que tienes ahí, nena? Tiene pintar de pesar mucho. Imagínate que se hunde el balcón ¿De quién será la culpa? ¡Tuya! ¿Y si pilla a alguien y lo espachurra? ¡Tuya también! Te tocará pagar y .... - ¡Vale ya! Ayúdame a sacarlo. - Yo soy la autoridad, nada más.

 Me acerqué al "fenómeno" Tenía puerta. Era un  coche utilitario de los llamados huevo por su forma. - ¡Ah! es un coche antiguo. Una monada. 

Bedulio corrió escaleras arriba para ayudarme a bajarlo: - ¡Y lo probamos!

Una vez en la calle, dijo: Aparta. Yo conduzco - ¡No cabes! Vamos mi primer abuelito y yo. - El Municipal perdió el color y tomó las de Villadiego hasta perderse tras la esquina.

El árbol de la calle y yo seguimos preguntándonos: ¿Quién lo ha dejado aquí?

jueves, 4 de septiembre de 2025

A ver que tal...

El Relato está roooojo de vergüenza por lo ocurrido con sus escritos. Lleva unos días cara a la pared. Castigo que se ha impuesto él mismo después de leer, con detenimiento, la "obra de arte" que había echo.

Me ha pedido que los mayordomos ingleses dejen de leerlo: - ¡Me avergüenzo! ¡Yo no soy así! ¡Que la abuela deje de hacer negocios con mis bodrios, por favor! - Huy, eso será lo más difícil porque hay mucha pasta por medio y a la abuela le encanta. Así que deja de ponerte cara a la pared y esfuérzate en escribir bodrios, resalao.

Si lo sé no le digo nada porque ha estado berreando todo el santo día. No me ha quedado otra que ponerme firme y zanjar la escandalera con un: ¡Basta ya, premio Nobel!

El Relato ha dado vueltas y más vueltas a palabras que pudieran inspirarlo pero no daba con la tecla. Se echó un sueñecito. Después se tomó unos lingotazos de chinchón on the rocks ¡Y a escribir! Parece que ha encontrado a su musa... ¡hip!

 

 

miércoles, 3 de septiembre de 2025

El Relato.

 Menudo chasco me he llevado ésta mañana cuando he intentado leer el Relato que escribí anoche, mientras deba cabezadas envuelta por las volutas de un sueño acaparador.

- ¡¿Quién ha echo este desbarajuste?! (grité sin ninguna autoridad que me respaldase) Ahora entiendo las risitas burlonas que escucho desde que me he despertado ésta mañana. 

Todos dieron la callada por respuesta a mi pregunta. Ni siquiera Pascualita levantó la cabeza.  - A más de uno le pondré las peras a cuartos. Alguien no ha hecho bien su trabajo... ¿verdad, Relato? - Estás conmigo para relatar historias y también para corregirlas cuando veas que se van por los Cerros de Úbeda sin que tengan nada que hacer allí.

El concierto de pitos me anunció la llegada de los abuelitos. La abuela, con cara de pocos amigos, contó que, desde muy temprano su teléfono no paraba de sonar. Eran sus amigas millonetis. Todas querían alojarse en la Torre del Paseo Marítimo y ser la primera en leer tan magno texto. - ¡Soy tu amiga desde hace más tiempo! - (camelaba Veni (Venancia) a la abuela) - "Será un Asilo Amistoso (dijo ésta) ¿Cuántos días?" - ¡Hasta cansarme! - "Serán 24000 euros a la semana" 

El fructífero negocio se debía al galimatías del Relato enmarañado e ilegible de ayer. Los mayordomos ingleses leían todas las mañanas a sus señoras mi Relato mientras desayunaban. Y éstas creían que, cuanto menos se entendía, más inteligente resultaba.

martes, 2 de septiembre de 2025

¡Sorpreeeeeeeeeeeeeeeeeesssssssssssssssssssss!

Los ciclistas de la Vuelta a España me miraban dormir desde la pantalla del televisor. - Que a gusto está la nena durmiendo a pierna suelta como todos los años. ¡Esto es afición al ciclismo y lo demás son cuentos! - ¡Venga, que cuando falten treinta kilómetros para meta se despertará! - ¿Qué es ese bicho que tiene en las manos? - A nosotros nos dijeron que era un tamagochi... - Es tan feo que podría ser cualquier cosa. 

Un ciclista primerizo dijo: - Si no fuera una tontería, que es una sirena. - ¿Eso? ... Sí... sí. Puede ser. - Algunos veteranos rompieron a reír. - Que imaginación tienen los "nenes" jajajajajaja - Los ciclistas esprintaron hasta llegar a la altura de los compañeros y se unieron al pelotón. 

Pero el día de hoy pasará a los anales de la Historia (¡como me gusta ésta frase!) Cuando los ciclistas estuvieron a treinta kilómetros de meta, tanto Pascualita como yo, abrimos los ojos como los búhos para no perdernos la llegada... Y pusieron un rato de anuncios. - Ibamos por el tercero cuando el cuerpecito de sardina de Pascualita se puso tenso. - Miraba. obsesivamente, un trozo de mosaico romano que los arqueólogos descubrieron en las excavaciones de una casa de Pompeya.

De un salto se estrelló contra la pantalla de la tele. Fui a cogerla y me ensañó su dentadura de tiburón. - ¡Qué miras, jodía! - Al acercarse el objetivo de la cámara al mosaico pude ver unas sirenas peleando por un sireno que no lograba escapar

Toneladas del Las grandes melenas contrastaban con una bicicleta último modelo. Un corte de pelo juvenil y un corte de montón de pelos ralos´hizo el "milagro: - ¡PASCUALITAAAAA!

 

 

 

 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Menudo personal hay por casa.

La sirena es una fuente de misterios, historias extrañas de cuando el mundo comenzaba su andadura y podría contar y no parar pero la jodía no quiere hablar mallorquín porque, según me dijo mi primer abuelito, ella ha hablado toooooda su vida la jerga que dio inicio al lenguaje primigenio que aprendió de pequeña y no va a cambiar ahora. 

- ¡Pues no vamos a enterarnos de nada! (protesté) - Mi primer abuelito me corrigió, a pesar de que  yo no lo veía. - Lo que tenéis que hacer es aprender vosotros su lenguaje... -  ¿Llamas lenguaje al batiburrillo de sonidos de la selva, chirriar de dientes, eructos y un sinfín de ruidos irreconocibles?  Por cierto ¿dónde estás? - En el probado de Oscar de la Renta y he puesto una especie de manos libres para hablar contigo. No veas cómo me sienta los nuevos sudarios. ¡Hasta la próxima

De la cocina llegó la voz de Pepe el Jibarizado: - OOOOOOOOOOOOOOOOOO -  Y otra vez mi primer abuelito dejó oir su voz: - Dice que él, a veces entiende algo. - ¿Ah, sí? ¿Por ejemplo? - El ojo-catalejo empezó a moverse, para ver el panorama, supongo.  Pero no dijo ni pío. - ¿Qué pasa? - Tiene tan poca cabeza, literalmente, que se le ha olvidado lo que iba a decir.

Pascualita saltó sobre el llavero y, enfadada, le arreó unos cuantos mordiscos que tendrá que arreglar la abuela.

domingo, 31 de agosto de 2025

Innovando.

Llegó el cartero, eso dijo el señor que me trajo la carta que iba sin sobre y sin sello. claro que el cartero también llegó sin ropa , a pecho descubierto y los calzoncillos puestos de moda éste verano.

- ¿No va usted muy despechugado, buen hombre? - Sabrá usted si soy buen hombre o no, so lista. . - Es que me da no sé qué llamarlo cartero porque, ni lleva cartera, ni hay sello ... - El servicio de Correos está innovando para no quedarse estancado en el tiempo. Tenga, su carta.

En mis manos depositó un rollo atado con una cinta roja que, al desenrollarlo, se transformó en un papiro lleno de jeroglíficos. - ¡Anda, que bonito! - ¿Le he traído buenas noticias? - No tengo ni idea. Lo enmarcaré y lo colgaré en la pared del comedor.

Mi primer abuelito apareció junto el papiro. - ¿De dónde has sacado ésto, nena? - Me lo ha traído un cartero sin cartera ni sello. - ¿No te ha parecido raro.? - El servicio de Correos está innovando... - Ah, si es así, me calló. Aunque me da la impresión de que volvemos miles de años atrás... ¿Lleva firma la carta? 

Sí la llevaba: una sirena y el dios Thot  - ¿Y? - El dios de la escritura y... ¿Pascualita? ¿A quien NO HA CONOCIDO la medio sardina? -

En un visto y no visto, Pascualita saltó a mi escote, me arrebató el papiro y regresó con él a la pila de lavar del comedor . - ¡Oh, Noooooooooooooooooooooooo!

              

sábado, 30 de agosto de 2025

Mi arma secreta.

Ahora resulta que todo bicho viviente que habita en mi casa, tiene un "lugar propio" donde dormir. Hasta ahora esto era cosa de dos, la Cotilla y yo pero, desde que la abuela y Andresito se han instalado, por t'ol morro, nadie quiere ser menos.

El caso es que, en cuanto anochece, en casa hay un trajín de bolas de polvo, Pompilio, las ramas del árbol de la calle intentando entrar por las ventanas. Los comensales de la Santa Cena, en cuyo cuadro todos tienen asignados sus sitios, pierden el culillo por sentarse en el primer sitio que cogen en alguno de los dos bancos que hay.

Pepe el jibarizado está histérico porque nadie le ayuda a cambiar de sitio cuando él sabe, gracias al movimiento rotatorio de su ojo-catalejo, que a veces hay huecos para tenderse fuera de la cocina. 

Yo misma he tenido que sentarme en el suelo porque, o bien Andresito o la abuela, tienen que estar cómodos (dicen) porque son personas mayores (¡para eso sí!)

Esta mañana me ha despertado la sensación de ¡no estar sola en mi cama! - ¿Quién anda ahí? - Un ronquido profundo bastó para convencerme de que estaba en lo cierto.

Al tener tanta gente en casa decidí guardar a Pascualita en mi cuarto. Allí solo entro yo ... hasta ahora. Rápida como un rayo, cogí a la sirena y la lancé hacia donde sonó el ronquido ¡Y di en el blanco!

A la hora de desayunar comprobé, encantada, que Georrrrrge el mayordomo inglés de la abuela, caminaba con dificultad a fin de evitar pisarse la oreja derecha ... jijiji.

viernes, 29 de agosto de 2025

Veremos a ver...

Por si el calor nos molesta para dormir la siesta después de la fabada asturiana de bote, ¡Ha llegado la Vuelta Ciclista a España y la siesta ha subido de categoría! Placer de dioses.

La abuela ha vuelto a casa. Ha decidido que no hay mejor lugar para pasar el verano que mi casa. - ¿Mejor que la Torre del Paseo Marítimo con la bahía de Palma a tus pies? - "Mucho mejor. Allí no hay más que trasatlánticos atracados al muelle, con las chimeneas echando humo, desde que llegan hasta que se van y, claro, tengo que cerrar puertas y ventanas según sea la dirección del viento." 

- Pues tendremos un problema porque la Cotilla duerme en tu cuarto... - "Subirá a su casa del cuarto piso" - Pondrá el grito en el cielo porque lo ha convertido en piso-patera... ¿También vendrá  Andresito? - "Naturalmente. Y Geoooorge" - Claro. No faltaría más...

Puse un letrero en la puerta de mi cuarto: NO PASAR. - Y en mi sitio del sofá de la salita: NO SENTARSE. - En la pila de lavar del comedor: - NO METER LA MANO. - En la cocina: NO HACER PAELLA CON TÉ.

Desde lo alto de la lámpara del comedor, mi primer abuelito movía la cabeza: - ¿Te harán caso?... ¡Ja! (dijeron los personajes de casa) - Y entre todos, acabaron comiéndome la moral...

 

jueves, 28 de agosto de 2025

Única en el mundo.

A buenas horas se le ocurre a la esmirriada plantita de la maceta que tengo en el balcón, sacar una flor. Y no una flor cualquiera sino una maravilla de colores y aroma que nos ha enamorado a tod@. 

No podemos dejar de mirarla, ni de aspirar su olor. El primero que cayó rendido a sus gracias fue el árbol de la calle: - ¡Es única! (dijo el entendido) Yo sé mucho del mundo de las plantas y os digo, sin equivocarme, que cómo ésta maravilla no hay dos en el mundo entero. 

Pascualita brincó desde la pila de lavar del comedor a mi escote y tuve que cogerla en volandas porque, a cuenta de la calor que hace sigo en bragas, igual que todo el vecindario. 

La flor estuvo disfrutando de los requiebros que le llegaban de todas partes. Algunas bolas de polvo sintieron el cosquilleo de los celos: - Ya veréis cuando le de el sol lo que le va a durar la lozanía a ésta mosquita muerta, - Apenas la bola de polvo acabó de hablar, un gorrión, de varios picotazo, la destrozó. 

La invitamos a desayunar y ocurrió algo digno de pasar a la Historia. Pascualita ¡¡¡NO SE TIRÓ DE CABEZA A LA TAZA DE SU COLA CAO!!! - Apuntado queda.

Se comportó educadamente. De vez en cuando, la sirena aspiraba con los ojos cerrados deleitándose con aquel olor singular. 

Un rayo de sol tocó el balcón - Está fresquito, hum. - Al abrir los ojos se encontró, de buenas a primeras, con la flor que parecía estar muy atareada. Y así era. Las abejas hacían cola en busca de su polen. 

Casi sin darse cuenta la flor perdió su lozanía. - ¡Échale agua, pánfila, - me gritó la Cristalera! - Pero ya no hubo nada que hacer... Fue una visita corta pero inolvidable.

 

miércoles, 27 de agosto de 2025

Cosas de diario.

Mi casa se ha convertido en un lugar donde todo el mundo canta la canciones del Dúo Dinámico. Uno de los más entusiastas es, como no, el árbol de la calle. Su enorme bocaza de madera extiende las románticas, juveniles y alegres canciones por los cuatro costados del barrio. 

Los vecinos no lo pueden oir pero si los gorriones, las tórtolas, los mirlos... que trinan sin parar. A ellos si se les oye y asombran al vecindario. - ¡Están contentos los pájaros!- Homenajean al Dúo - Sí. será eso.

La nena está un poco mosca porque nadie la avisó de que vendrían los bomberos a casa. - ¿Eran los del calendario? - preguntaba a todo bicho viviente. - No (le dijo la vecina del tercero para que se callara) Esos están apagando fuegos en la Península. - ¡Ay, Dios mío, que no se les queme la manguera! - ¡Calla, besuga!

- ¿Besuga? ... eso se come... ¿verdad? - Si se deja coger, sí. - El comensal de la Santa Cena de las treinta monedas no sabe qué hacer para desprenderse de ellas. - ¡Que desgracia tengo! ¡Soy rico pero puedo gastarlas!  

Pascualita, metida en la pila de  lavar, rodeada de cubitos de agua de mar, no perdía ripio de lo que pasaba a su alrededor. Como la llegada de Pompilio, siempre con las manos vacías de calcetines desparejados de un tiempo a ésta parte.- ¿Nada? (preguntó Pepe el jibarizado desde la cocina) - Mientras haga éste calor ... (musitaba tristemente el gnomo)

 

 

 

martes, 26 de agosto de 2025

Nostalgia.

La abuela ha llegado a casa sin la parafernalia que tanto le gusta: rolls royce y concierto de pitos de los sufridos trabajadores del volante cuando ven la parada de sus autobuses tomada por el aristocrático coche. Es más, Ha llegado a casa como cuando era una simple proletaria, en bus.

- ¿Se ha roto el coche que "nunca se estropea" o a Geoooorge le ha dado un golpe de calor? - "No estoy de humor. Es más, estoy de luto" - ¡Vaya! ¿Se ha muerto Andresito? - "Peor aún. Ha muerto Manuel de la Calva..."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa!...¿Manuel de la Calva? (gritó la Cotilla que acababa de entrar en casa) ¡Oh, no. No puede ser! 

Las dos amigas se abrazaron llorando. Y así estuvieron hasta que saqué unos vasos y una jarra fría de chinchón on the rocks. Tres cuartos de jarra después, se les soltó la lengua y no había quien las callara: - "Que si se nos va una parte de nuestra juventud. Que qué guapo era. Que bien cantaban. ¡Lo que bailábamos con sus canciones!" - Pero ¿no era uno? - ¡DOS! EL DUO DINAMICO SON DOS: MANOLO Y RAMON ¡Inculta!

Más tarde entraron en la salita cargadas de velas, velitas y velones y se encerraron allí. A través de la puerta se oían las míticas canciones del famoso Dúo!: Esos ojitos negros que me miraaaaban... ¡Quince años tiene mi amoooooor...!

La sirena de los bomberos sonó sobre la música sesentera. Los vecinos, alarmados al ver tanta luminaria a través de la ventana, creyeron que se quemaba la casa y les llamaron. De un solo manguerazo se acabó la luminaria. No así las canciones. Un bombero tarareaba: Nadie es capaz de imaginar, toda la belleza que en ti yo vi cuando, al conocerte.....

 

 

 

 

 

lunes, 25 de agosto de 2025

Su gozo, en un pozo.

Pepe el jibarizado se ha declarado en huelga de hambre porque siente que no está tan valorado por mi como, por ejemplo, Pascualita. Cuando mi primer abuelito me contó esto, Pepe ya llevaba veintisiete días sin comer.  

Del interior del cuadro de la Santa Cena los comensales hicieron oír sus voces: - ¡¿Veintisiete días?! Eso es como una gota de lluvia en un océano, pardillo. Huelga de hambre es la que hacemos nosotros desde hace... - 

Pepe el jibarizado movió, nerviosamente, su ojo-catalejo y eso quiere decir, según mi abuelito,  que está muy cabreado porque no es lo mismo hacer huelga de hambre por una causa, como es su caso, que hacerla porque te obliga la costumbre de cenar solo una vez al año. 

Se armó una trifulca de padre y muy señor mío. Las bolas de polvo tenían una opinión. La vidriera del balcón tenía dos, la de dentro y la de afuera. Pascualita se lo pasaba en grande porque cambiaba de opinión cada dos por tres. Las COFRE no acababan de ponerse de acuerdo: -  Aquí pasa algo que no sé explicar. - decían. 

Después de comer la fabada de bote de cada día y dormir una siesta reparadora, me senté en el balcón a tomar "la fresca" pero aún no había llegado. En cambio, sí que estaba la voz de protesta de Pepe el jibarizado: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - 

El árbol de la calle ya no pudo más: - ¡Calla, pesado! - OOOOOOOOOOOOOO - ¡Nena, tíralo a la basura que no hay quién lo aguante y, encima, quiere tener razón. Eres una cabeza ¡VACÍA!  - Todo el mundo calló menos las COFRE que gritaron:- ¡ESO ES! Eres un llavero y los llaveros ¡¡¡NO COMEN!!!

sábado, 23 de agosto de 2025

La fregona, despreciada.

Me he fijado que, últimamente, Bedulio ronda, casi a diario, mi calle. ¿Querrá echarme los tejos? Bueno, a nadie le amarga un dulce y la cosa empieza a gustarme. De todas maneras y sin buscarle pegas al hombre, tengo que reconocer que no es muy rápido tomando decisiones pero, en fin, es lo que hay.

El otro día le bajé un paraguas para el sol y el botijo lleno de agua fresca con un poco de anís. Se quedó pasmado. Ya sé que tal vez pequé de impulsiva y antes de que reaccionara yo ya estaba de vuelta en casa. Pero son detallitos que gustan. Bueno, quién lo iba a decir que después de tantos años como hace que nos conocemos Bedulio y yo, al final acabaríamos juntos y teniendo al bisnieto de la abuela... Me hace ilusión jijiji

Sentada en el balcón, con las tórtolas comiendo a mis pies, pensé en llamar a la abuela y contarle que ya tengo al futuro padre de... - ¡¡¡Pascualita!!! - La entrada de cabeza en la taza de cola cao de la sirena sigue pillándome desprevenida. Es que no puedo estar en misa y repicando: o pienso en Bedulio, o pienso en Pacualita..

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla, que llegaba sudorosa de la calle, puso el grito en el cielo al ver el desparrame de cola cao: - ¡¿Otra vez se te ha caído?! Es que no estás en lo que tienes que estar. - En un arranque de rabia cogió la fregona y la tiró lejos: - ¡Vaya guarrería de fregona que tienes! En lugar de limpiar, ensucia ¡Así no encontrarás novio, ni perrito que te ladre!

 

 

viernes, 22 de agosto de 2025

La merienda.

Están las tórtolas ¡y tórtolos! en plan Romeo y Julieta. Un día, merendando en el balcón, al levantarme sacudí al suelo las migas de pan que habían caído en el trapo de cocina que resguardaba mi ropa del aceite de oliva conque empapé las dos rebanadas de pan con queso mahonés y tomate restregado, que me comí tranquilamente, como buena mallorquina que se precie.

Cuando fui a la cocina creí ver una sombra en movimiento, a mi espalda. - ¿Abuelito? (pensé) Volví al balcón con un vaso de cola cao fresquito en la mano, no estaba sola. Una tórtola (o tórtolo) se comía las migas que yo había tirado - ¡Bien echo! - Apenas tuve tiempo de decirlo porque Pascualita, siguiendo su extraño modo de tomar el cola cao (¡único en el mudo!) se lanzó sobre el vaso como si se tirara a la piscina. Y hubo por todo.

Desde ese día el, o la, tórtola viene todas las tardes y merendamos juntas. Si me retraso suelta su gorgojeo solicitando mi presencia. Luego llega Celos Reunidos Jeyper ¡Pascualita, vamos! Y nos alimentamos juntos mientras, inevitablemente, el árbol de la calle nos ameniza con su Brindis de la Traviata.

Algunos vecinos, se paran bajo el balcón y preguntan: - Al final ¿quién mató al ex de tu abuela. Ella o la Cotilla? porque esa también es para echarle de comer aparte... - Yo levanto los hombros como diciendo ¡...y yo que sé! 

Insisten: - ¿Si esto fuera una quiniela que signo pondrías, nena? 

La EQUIS, por supuesto. 

 

jueves, 21 de agosto de 2025

Lo que nos gusta una foto jajajajaja.

Aparece mi primer abuelito. - ¿Has estado en el Más Allá? - Sí... - ¿Y no me oías cuando te llamaba? - Es que estaba en el Más Allá pero de muchísimo más allá. No puedes hacerte una idea de lo lejísimos que está ese lugar. - Nunca me has hablado de él - ¿Seguro? - Sí, porque siempre que te he llamado has acudido al instante.

A pesar de que mi primer abuelito estaba hablándome desde lo alto de la copa del árbol de la calle, vi que se había ruborizado. Ni siquiera el precioso sudario de seda roja echando llamaradas que apagaban nubes de colores, evitó que me diera cuenta de ello. - Aquí hay gato encerrado (dije)

-  No es ga... gato, nena... - En este preciso momento, la abuela entraba en casa y tuve que morderme la lengua para no seguir preguntando. - "¿Tienes un gato? No sé que tal irá la cosa con Pascual... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Pascual!!!  (gritó la Cotilla saliendo de su cuarto) ¿Aún sigues con ese sinvergüenza? Pues quédate con él y déjame a Andresito o ahora mismo voy a por él y se lo cuento todo. 

Las dos amigas se enzarzaron en una discusión inútil puesto que Pascual no existe. En un momento dado, la Cotilla, dijo - ¡Fue una suerte para tu ex que lo mataras. De lo que se libró el pobre!

A todo esto los gritos se oían en la calle. Bajo el balcón todo el barrio apostaba pero las últimas palabras de la Cotilla pusieron más interesante el rato que estaban pasando: - María, que llegaré tarde al trabajo... - ¡Pues hazte un bocadillo de nocilla! Yo, de aquí no me muevo...

Antes de que llegara Bedulio con los municipales, grité: - ¡¡¡FOTOOOOOO!!! - Y, por unos segundos, el mundo se paró. 

 

 

 

 

miércoles, 20 de agosto de 2025

Menudo tarugo ...

Las calles sin música son tristes. Por eso decidí escribír una carta al Alcalde:- Su Majestad, (no tengo ni idea de cómo llamarlo) le escribo éstas cuatro letras, que en realidad son unas cuantas más, (¡Caray con las frases hechas) para pedirle que ponga músicos en las calles de Palma. En todas.

Mataría dos pájaros de un tiro: tendríamos música en directo y sacaría músicos del paro. ¡Que alegría para los sentidos!... Debo pedirle un favor más. Apunte: En ésta calle NO SE TOCARÁ EL VALS DE LA TRAVIATA ¡NI EQUIVOCÁNDOSE!

La carta salió volando por la ruta marina perdiéndose tras el horizonte. Desde el balcón de casa la vimos desaparecer, encantada de servir para algo: - Soy muy importante,- la oí decir mientras se preparaba para el viaje. - ¡Ya estamos presumiendo! (se quejó el árbol de la calle) - No te olvides de pegarte el sello (le recordé)

Pascualita vió partir al sobre con cierta envidia, luego seguimos con la clase del idioma sireno. Poco después tuve que reconocer que no está echa la miel para la boca del asno. ¡No entiendo nada! - Tranquila, nena - djjo mi primer abuelito dándome ánimos 

Una hora más tarde y viendo que ni animándome era capaz de decir alguna palabra digna de llamarme así, mi primer abuelito insistió: - No se tomó Zamora en una hora, guapita... - Pasó media hora más: la voz de mi primer abuelito sonó tensa cuando dijo:  ¡Que si quieres arroz, Catalina!

Llevo todo el santo día llamando a mi primer abuelito ... ¿Dónde estará?

martes, 19 de agosto de 2025

HOLA, WÀd ´ZZPWY

Las gotas de sudor corren por mi cara sin que haya hecho nada para merecerlas. Pascualita, de un salto prodigioso se plantó en mi desnudo escote dándome el consabido susto, la muy jodía.

Empezó a parlotear entre ruidos guturales, manoteos y gritos agudísimos que se clavaban en el cerebro. Viendo que tanto esfuerzo no servía para nada, el árbol de la calle buscó el modo de sacar tajada. - Deja, deja, yo te ayudo, nena. Lo principal es que os pongáis tranquilas porque, sino, se monta un guirigay imposible de entender.

- Ahora va a resultar que tu hablas sireno ¡Ja! - Oye, oye, que yo me paso largas horas escuchándola, tratando de entenderla.i No es fácil pero con buena voluntad todo se arregla (<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<2entonces soltó una puya directa a la línea de flotación) La vida es muy larga y aburrida a veces. Por eso canto el brindis de la Traviata con mi magnífica voz de tenor.

Entonó la voz  y le corté en seco: - ¡Vale! a ver si entre las dos y grandes dosis de buena voluntad, aprendemos sireno. 

Poco después y con la ayuda de mi primer abuelito, empezamos a diferenciar algunos gritos rasposos de otros. 

Cuando estábamos con los agudos creí que habíamos llegado al tope de nuestro aprendizaje. porque en diez macerca . Se inutos el árbol de la calle y yo estábamos afónicas perdidas. Y así fue como  empezamos y se a saludar... En la buena voz de alguien, ese aplicó la de la abuela

 

 

 

 

lunes, 18 de agosto de 2025

La emoción de la abuela.

Cuando la abuela vio la foto de Pascualita empezó a babear, en abundacia. Después hizo jipios, como si quisiera arrancar a hablar pero no arrancaba. Por fin la voz encontró el camino para salir y dar un do de pecho que dejó a toda la ciudad de Palma temblando como una hoja.

La gente salió a las calles y plazas para enterarse de qué ocurría. Una corriente de cariño, admiración y orgullo recorrió el subsuelo de mi ciudad, deteniéndose delante de... ¿mi casa? Al mismo tiempo que el rolls royce de los abuelitos. 

No le dio tiempo a Geoooorge, a pesar de lo que corrió, a abrirle la puerta del coche porque la abuela salió por pies y batiendo todos los récords de velocidad habidos y por haber. Entró en casa al grito de: ¡¡¡¿DONDE ESTA LO MAS BONITO DE ESTA CASAAAAAAAAA?!!! - ¡¡¡ Aquí estoy!!! (dije, ilusa de mi) - dijo: - ¡Quita, coñe! - Y se tiró de cabeza dentro de la pila de lavar del comedor a pesar de que "lo más bonito de ésta casa" estaba, en ese momento, en la cocina hablando con Pepe el jibarizado.

Fue tan espectacular el porrazo que las bolas de polvo, todas con bragas a la última moda, dudaron entre aplaudir o saltar del balcón a la calle... ¡Saltaron! 

 

domingo, 17 de agosto de 2025

¡La ropa interior hace furor!

Como la ola de calor no da tregua seguimos en bragas y calzoncillos. El caso es que, una de esas personas que ven negocio donde el resto de la Humanidad no ve nada, pensó que podía sacarles partido a unas cuantas cajas de ropa interior que guardaba en el trastero y eran los restos de una mercería de su abuela de los años cincuenta del siglo pasado

Pensando, pensando, se le fue encendiendo la bombilla. Además de ropa interior, había hilos de colores, kilómetros de puntillas, botones, etc. etc. ¡La máquina de coser Alfa terminó de convencerla para ponerse manos a la obra!

La ayuda de internet simplificó el marketing. La mujer era su propia modelo junto con su marido. Tuvieron muchas discusiones porque él no quería aparecer en calzoncillos con lentejuelas, puntillas, letreros sexis bordados con hilos de colores, divertidos, etc. etc.

¡Está siendo un bom! ¡Y se están forrando! ¡Todo el mundo lleva esas bragas o esos calzoncillos!

Me llamó la abuela: - ¿"No teníamos una máquina de coser antigua en casa?" - Sí... "¡Ya me parecía a mi! ¿Y seguro que, ni se te pasó por la cabeza decorar unas bragas?" - Pues, no... 

Vi que me venía encima uno de los sermones de la abuela y antes de que abriera la boca, cogí a Pascualita, la metí en un saquito lleno de lentejuelas, que tenía preparado para taparle la boca a la abuela por si se terciaba, le hice una foto y se la mandé.

De momento, aún no ha dicho NADA. 

 


  

sábado, 16 de agosto de 2025

Seguimos en bragas...

He comprado un crespell grande con chocolate. Pensaba hacerle una gracia a la Escoba pero, al ir ésta a hincarle el diente ¡No llevaba ni una gota de chocolate¡ - Dichoso calor. Por lo  único que vale la pena el sacrificio de usar una pamela de la abuela, es que son vistosas y fáciles de lavar.

Tenía un barreño lleno de agua fría en el balcón, con los pies en remojo y sentada en la mecedora, que fue de la abuela cuando todavía era una proletaria. El suave vaivén me llevó a los brazos de Morfeo y dormí como un tronco. 

En cuanto Radio Casa divulgó la noticia fui la comidilla de todos. - ¡Parad, parad, cooooñé! - ¿De dónde sale ese chocolate que desaparece cuando se le necesita?  ¡Que se presente ante mí dispuesto a hablar! 

En un tres y no res, Andresito, asumió su culpa y llorando a lágrima viva marchó con trozos de chocolate desperdigados por toda la ropa. - ¡Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre! le recité al tiempo que Boabdil se tiró de cabeza al mar. Al emerger exclamó  - ¡El agua está fresquita!.

Nadé hasta cruzar el Canal de la Mancha llevando en una mano un bote de kH 7. Poco después se pudo ver el resultado. Ahora era el Canal que está como los chorros del oro: CQECLCHODO.                                                                                                                                                                                                                    

viernes, 15 de agosto de 2025

¿Hace calor?... ¡Pues, sí.

No he notado la diferencia entre el calor del horno de casa y el de la calle.  Estaban a la par. Así que he salido a comprar las ensaimadas para el desayuno, porque hoy es fiesta, tal como iba por casa: en bragas. 

Al llegar al portal me encontré con la Cotilla que llegaba de limpiar los cepillos de "sus" iglesias. Y a pesar de ir ambas de la misma guisa, no ha habido ningún aspaviento. Ni luego en la calle. Vecinos y vecinas nos saludábamos como siempre. Tubo bula el panadero que solo llevaba un delantal porque era mucho lo sudado por ese hombre.

De vuelta a casa caí en la cuenta que unas nalgas me habían llamado, gratamente, la atención. Incluso pensé la frase: - ¿Sería un buen padre para  el bisnieto de la abuela?

Después vino el ajetreo de desayunar con Pascualita que, por cierto, está muy enfadada porque, para aliviar el calor, no puede quitarse nada. Mucho menos la preciosa cola de sardina. Hoy el cola cao tenía más hielo y para realzar el sabor, llevaba también un buen chorro de chinchón on the rock. Debo decir que la sirena, por primera vez desde que vive conmigo (¡hace ya 14 años!) no ha tirado ni una gota al suelo.

Emocionada por el detalle, la Fregona la ha nombrado Personaje del Día. Y a mi, con tanto ajetreo, se me olvidaron aquellas nalgas salerosas.

 

jueves, 14 de agosto de 2025

¡Buena es ella!

Por si no fuera poco el calor que hace, se suman la cantidad de incendios que aparecen en la pantalla del televisor en cuanto lo enciendo (¡vaya!)

Al pasar junto a la pila de lavar del comedor, Pascualita me ha saltado al cuello - ¡Que susto, jodía! - Entonces empezó a gesticular como si no hubiera un mañana, pero no la entendía. Que mala suerte no saber idiomas. Tuve que llamar a mi primer abuelito que debía estar probándose los nuevos sudarios de Coco Chanel.

- Ay, nena. A ver si aprendes la jerigonza, tanto de Pepe el jibarizado como de Pascualita. Me tienes todo el día yendo y viniendo del Más Allá al Más Acá. Se supone que yo ya debería dormir el sueño de los Justos pero me tienes esclavizado. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa!

La Cotilla entró directa al comedor pillándome de cháchara con mi primer abuelito. - ¡Ahí va! pues tiene razón la vecina del tercero. ¡Hablas sola! Estás majareta perdida.

Pillada in fraganti, en ese momento solo me preocupó una cosa. Que la Cotilla no descubriera a la sirena que, tranquilamente, se deslizaba por mi espalda hasta el bolsillo del delantal. - ¿También se lo ha dicho la vecina del tercero? - Sí. Y a ella se lo cuenta la vecina de enfrente, que tiene unos buenos prismáticos y se sabe la vida y milagros del barrio. Y me ha dicho que te diga que tires a la basura esa birria de muñeco asqueroso con el que juegas... ¿de dónde lo has sacado - ¿Yooo? Jamás he tenido ... 

No pude acabar la frase: Pascualita saltó del bolsillo a la cabeza de la Cotilla, dejándola monda y lironda en un santiamén. Aún no ha nacido el valiente que llame asquerosa a Pascualita.

miércoles, 13 de agosto de 2025

Soy un alma, nena

Mi primer abuelito apareció en casa sobre el dintel de la puerta de la despensa con un sudario espectacular. Echaba lenguas de fuego dispuestas a quemarlo todo como si estuviéramos en la antigua Roma. Inmediatamente chorros de colonia acababan, de inmediato, con las llamas y aromatizaban el ambiente.

En cuanto lo vi me desasosegó - ¡Quítatelo, abuelito! ¡El fuego me da miedo! - No pasa nada, tontita. ¿No ves que no es de verdad? - Entonces se escuchó la voz de Pepe el jibarizado. Al pobre le dio un soponcio cuando vio llamas a su lado y se desmayó, a pesar de haber sido el guerrero más valiente de su tribu antes de que lo metieran en la olla de la sopa: OOO... OOO... OOO...

Mi primer abuelito no se hizo repetir mi orden y en un plís plás se quedó como lo trajo su madre al mundo (o sea, mi otra abuela, la paterna)

Junto a la Cristalera se congregaron todos los personajes de casa. algun@s silbaron alborozad@s Pascualita fue una de ellas. Otr@s silbaron. Hubo comentarios en tono subido... A todo esto, el abuelito se dejaba querer: ¡Tío buenooooooooo!

- ¿A qué viene éste jolgorio? - preguntó el árbol de la calle. - A que el abuelito se ha quitado el sudario... y... ¡Un momento! (dije, escamada) ¿Que llevas... bajo el sudario...? - ¡Nada! - Ay Dios, mío - Nena, en mi caso, nada quiere decir... ¡NADA DE NADA!

 

martes, 12 de agosto de 2025

¡Uf, que calor!

Hace tiempo que se marchó la Esfinge y todavía me pregunto ¿cómo lo hizo para caber en el rellano de la escalera? Tendría que haberle preguntado pero, debo reconocer, que tener delante  una leona de semejante tamaño, impone mucho.

Se ha ido pero nos ha dejado el calor del desierto de Egipto. Me di cuenta en cuanto se dio la vuelta. Y le grité: - ¡Oiga, oiga! pero como es tan larga, cuando mi voz llegaba a la altura de sus orejas ya hacía un rato que éstas habían pasado. Y no me oía.

Buscando un poco de consuelo, he puesto la tele en busca de piscinas y playas que refrescaran el ambiente pero todo era fuego. España arde por los cuatro costado. Arde porque la queman. En éstos casos suele haber manos que cargan garrafas de gasolina. 

Las bolas de polvo, aterradas, pedían agua desde los bajos del aparador donde se escondieron para que no las descubriera el fuego. La Fregona vació un cubo de agua encima de ellas. Y Pascualita, sin miedo a que la vieran, vació la pila de lavar a base de saltos mortales.

 

 

lunes, 11 de agosto de 2025

La Esfinge.

Intentaba defenderme del calor a base de abanico y agua del botijo cuando sonó el timbre de la puerta... y nadie corrió a abrir. Eso me indignó. - ¿Qué, no hay ningún señoritingo, o señoritinga, que pueda levantar el trasero para llegar a la puerta y ver quién llama?

Y empezaron las excusas: - OOOOOOOOOOOOOOOOOO  - ¡Oh, claro, Pepito no puede porque solo es una cabecita jibarizada! - Ah, las bolas de polvo pueden correr bajo los muebles pero ir a abrir la puerta no, hija, no. - ¿Y tú qué, Pascualita? ¿Tampoco puedes? No sea cosa que se te estropee la cola de sardina ¿verdad? - ¡Pues, que sepáis que estoy hasta el gorro de ser la criada de todos y ...! - Es la Esfinge, nena (dijo mi primer abuelito desde lo alto de la lámpara del comedor ¡aunque tampoco fue a abrir!)

La Esfinge esperaba, pacientemente, en el rellano de casa. Es una artista de la espera. En su día no cogió una silla sino que se tumbó, cómodamente, sobre la arena del desierto a ver pasar la Historia. - ¿Ha valido la pena? (pregunté suavemente para no incomodarla) - Ay, levanta la voz porque, entre los años que tengo y la de arena que me entra en los oídos, me falla un poco la audición. - ¡¿Qué sí ha valido la pena la espera?! - ¿Es un trabalenguas? ¡Me gustan! jajajajaja LA PENA, LA ESPERA jajajajaja 

Los ojos de la Esfinge miraron mis gafas con envidia. - Dichosa tú, nena. - No se lo tome así. Siempre hay que estar limpiándolas... ¿qué le pasó a su nariz? 

Una nube negra tapó el sol. Pensé ¿qué he hecho? mientras se me doblaban las piernas. La voz profunda de la Esfinge se dejó oír de nuevo: - NO HABEIS APRENDIDO NADA. ¡¡¡NADA!!!... Quien lo hizo aún continúa escarbando un túnel hacia el centro de la Tierra escapando de mi ira... Está en las antípodas .

Entonces me di cuenta de que la Esfinge habla como le da la gana, En ésta ocasión lo hace contestando a las preguntas en zig zag. 

domingo, 10 de agosto de 2025

Las puertas del Cielo.

He llamado a la abuela porque hace tiempo que no hablamos. El repipi de su mayordomo inglés me ha dicho lo de siempre. - Madame no estar... Un momento. No ha sido textual. Le ha faltado especificar: Madame DECIR QUE no estar. Esto me ha escamado y he preguntado Entonces, ¿es verdad que no está? - Yes.

Seguí preguntando: ¿Tardará en volver? ¿Está en la peluquería? ¿En El Funeral con Andresito? ¿Está de viaje?... Dijo: no lo sé - No y No - Sí - ¡Vaya, me podría haber invitado! jejeje - ¿Cuándo vuelve? - Cuando se abran las puertas del Cielo en lugar de las del Infierno.

En ese instante no caí, fue después, cuando el repiqueteo del cerebro, poniendo las letras en su sitio, me di cuenta que Geoooorge y yo nos habíamos entendido. La abuela está a las puertas de Gaza, junto con los camiones de ayuda humanitaria. ¿Por qué? (me dije) Porque, en su juventud, sufrió el Holocausto nazi... Y como muchos, se sigue preguntando: ¿NO APRENDIERON NADA?

sábado, 9 de agosto de 2025

Se acabó la discusión.

Se ha formado un pollo junto al cuadro de la Santa Cena. - ¿Qué pasa, qué pasaaaaa? - gritaba hasta, desgañitarse, el árbol de la calle. Había tal guirigay que era difícil entenderse. Tuvo que ser Pepe, la cabeza jibarizada, quien pusiera un órden. - OOOOOOOOOOOOOOO. - Afortunadamente, mi queridísimo primer abuelito, estuvo al quite y se presentó luciendo un fantástico sudario de seda china con unos leones estampados que, entre rugidos y frufrús pusieron unas notas folklóricas al jaleo.

Pascualita, a la que le gusta más una buena riña que un chocolate con churros, también se expresó sobre lo que ocurría en casa. Mi primer abuelito, después de escuchar a unos y a otra, dijo que Pompilio quiso imitarme haciendo el tonto mientras en las manos llevaba el fruto de media nuez (no le caben más) Y entre saltos de carreras, tropezó contra el cristal del marco del cuadro de la Santa Cena, la nuez se hizo picadillo y ¡no fue esto lo peor! sino  que un poco del polvillo resultante se coló a través de marco y ahora, los comensales  discuten si pueden comerlo o seguir esperando que llegue la nueva Semana Santa.

De repente se hizo el silencio: - ¡¿Qué pasa ahoraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa?! - dijo el histérico del árbol de la calle. - Que ya no hay nada ¡Pascualita se lo ha comido!

viernes, 8 de agosto de 2025

¿GANAMOS? ... ¡¡¡ SI !!!

Después de la siesta me he preparado un batido de helado de almendra, bien fresquito, al que le he echado un chorrito de chinchón on the rock. Pascualita observaba mis movimientos totalmente concentrada. Como era la primera vez que hacía ésta combinación cogí un poco con una cucharadita para dársela a probar a la sirena. Buena es ésta para probar cosas nuevas.

No se fía de nadie. He aquí otra prueba del por qué de su larguísima vida. A partir de aquí empecé a hacer tonterías. ¿Por algo especial? Simplemente, el cuerpo me pedía juerga. Empece andando como un pato mareado. Tropezando a diestra y siniestra mientras soltaba unos hipos portentosos. Los personajes, sorprendidos, se partían de risa: - ¿Quién quiere batido sabrosón? ¡Hijaleeeeeeaaaa! ¡Huuuyyyyyyyy que ricoooo! ¡Rápido, que me lo acabooooo!

De pronto vi que el el suelo estaba en el techo... y  viceversa - Pues sí que es fuerte el batido (me dije antes de que mi cabeza chocara contra el suelo y gran parte de mis neuronas adelantaran sus vacaciones cayendo por el balcón)

Mientras, varias galaxias lejanas se acercaron a nuestro sistema solar para ver qué pasaba con tanto escándalo. En mi cabeza creció tal chichón que, directamente, pasó a ser el favorito del campeonato. Eso me olió a chamusquina pero no dije nada... por si ganaba. 

 

jueves, 7 de agosto de 2025

No gano para sobresaltos.

He oído decir a una clienta muy asidua de la tienda del señor Li que éste aún lleva el miedo en el cuerpo, a pesar de que no recibió ni un rasguño cuando voló, literalmente, sobre mi balcón. - Tampoco mi balcón salió herido, a dios gracias. - ¿No vas a comparar?

 - ¿Por qué no? Yo le tengo mucho cariño ... - ¿A un trozo de hierro? - Pues sí señora. Nunca se ha portado mal conmigo. Ha evitado, muchas veces, que me cayera a vacío porque las mallorquinas , y ahora he visto que también los chinos, no estamos hechos para volar. - Visto así...

Las COFRE, que tienen buen oído para lo que les interesa, parece que sintieron el pellizco de los celos y dieron por echo que el balcón era mi personaje favorito. A partir de entonces y con muy mala uva, llamaron al balcón "El Hierrro, en tono despectivo.

Fueron pasando las semanas hasta que un día, estando yo asomada al balcón, vi pasar al señor Li. Al verme hinchó los carrillos y en seguida supe que me preguntaba por sus imaginarias gambas gordas. Dije que no con la cabeza. El señor Li giró en redondo yéndose por donde había venido. Pascualita, que estaba en mi escote, estuvo a un tris de ser descubierta por el chino. 

miércoles, 6 de agosto de 2025

Cada loco con su tema.

Hemos tenido que ensayar mucho hasta lograr que, desde fuera, no se vea a Pascualita cuando va dentro del pipimán. Es más pesado que llevar la antigua cantimplora de la tienda del señor Li. Tengo que poner más agua y las plantas que haga falta. Propuse que fueran de plástico pero la sirena nos mostró su dentadura de tiburón después de probar una.

El señor Li se presentó en casa sin avisar. - ¿Tu quelel decil a mi que pasal? - ¿Ya ha bebido chinchón de buena mañana? (sé de buena tinta que ha cambiado el sake por el chinchón) - ¿Tu tenel casa pala gambas goldas que gustal a mi? ¡Yo quelel! - ¿Y dónde la pongo? ¿en el balcón?

En dos saltos se plantó en el balcón y de la inercia que llevaba pasó por encima de la barandilla y aterrizó... en los fuertes brazos de dos chinos-guardaespaldas.

La gente que lo vio gritó horrorizada. Yo en cambio escuché un comentario de las Cofre que, al ver volar al señor Li, dijeron: - ¡Menos mal que no tenemos competencias para limpiar lo que ocurre fuera de casa! - ¡Y estamos en hora de descanso!

martes, 5 de agosto de 2025

Otra de las historias de Pepe el jibarizado.

Cuando ha amanecido aún había personajes que seguían sin enterarse de cuál había sido la pregunta que hizo Pepe el jibarizado. ¡Mejor! así no tendremos que contestar a lo que no sabemos y ésta vez lo diré clarito: Con tantas discusiones se nos ha olvidado todo, así que ¡a otra cosa, mariposa!

Hubo quién resopló aliviado por no tener que seguir pensando. Otros se hicieron los chulitos diciendo: Pues yo lo sé pero no quiero decirlo. - Pascualita se hizo la desentendida metiéndose en la pila de lavar del comedor que cada día tenía más algas. Parecía una jungla acuática. Allí pasaba desapercibida.

De repente Pepe el jibarizado empezó a hablar. - Yo era el guerrero más guapo de la tribu. Tenía muchos pretendientes y pretendientas que querían llevarme al huerto. Pero yo no tenía ganas de trabajar ¿no era el guerrero más apuesto de la selva? pues de algo tenía que valerme ese título. 

Mis admiradores y admiradoras empezaron a murmurar de mi: que si no daba un palo al agua. Que si llevaba muchas plumas de guacamayo. Que sí que se veía guapo subido a los árboles aunque otros tampoco estaban mal, etc. etc.

El jefe de mi tribu acordó un trato con el de la tribu vecina: - Yo me cargo al guapo, le robo las plumas. Luego digo que lo habéis matado vosotros. Hacemos una lucha entre tribus. No gana nadie y nos quitamos al guaperas de encima y algún que otro que nos haga sombra. 

Se dieron la mano, que mi jefe no soltó hasta quedar de acuerdo en una cosa: - La cabeza reducida del guaperas, será para mi... - Sí, hijo, sí. Para ti la perra gorda.

lunes, 4 de agosto de 2025

Abuela ?QUIEN VIENE? - ¡Y yo que puuu,,, sé!

Las bolas de polvo, corriendo bajo los muebles como si no hubiera un mañana, gritan: - Uh, uh. ¡Que viene, que viene!. Así llevan desde que se han despertado. -  Cambiad el disco, jodías?!- Pero que si quieres arroz, Catalina. Ellas seguían a lo suyo. Finalmente tuvo que ser Pepe el jibarizado quien hiciera la pregunta clave: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Las bolas cerraron la boca al instante y se arremolinaron bajo el aparador con cara de susto.

El silencio, después de la algarabía, era "estridente"  Hasta Pascualita se tapó lo que, se supone, son sus oídos. Yo también puse el grito en el cielo (nunca mejor dicho) - ¡Abuelitoooooo ¿Cuál es la pregunta clave? - ¡Ay, nena, no me toques que voy llena de ¡Aaaayyy, alfileres! ¿Te puedes creer que trabajo más ahora que cuando estaba vivito y coleando, nena? ¿Quién viene? - ¡Y yo qué sé! Esas bolas están chifladas y...  - No te embales, nena. Esa era la pregunta.

Tarde un rato en responder. - ¿Ya has hecho la pregunta? - Sí ? - ¿No has podido esperar a que estuviésemos preparados para escucharla? ¡Me la sé! Es: Sí, me lo puedo creer. - ¿El qué? 

- Y así pasamos casi un día entero hasta que los astros se alinearon frente al planeta Tierra por tamaños, colores, textura y si no fuera porque en casa estábamos cansadísimos, hubiésemos dado en el clavo y aplaudido a rabiar pero ¡anda y que nos importa mucho lo que digan los astros mientras bailan el minué con paso gotoso! 

Nos vamos a la piltra, a sobar... Buenas noches.  

domingo, 3 de agosto de 2025

Valiente chapuza.

Los ojos redondos de pez de Pascualita miran, estupefactos, lo que ocurre en la pantalla del televisor. - ¿Qué estás viendo, media sardina? (pregunto mientras me siento a su lado en el sofá de la salita) ¡Anda, pero si es la historia de Ulises! A ver lo que tardan en salir tus primas. 

Lo malo de ver una película después de comer es que te entra un sueño implacable y acabas en los brazos de Morfeo sin enterarte de nada. Y sí que caí en ellos... Y sí que me enteré .

De repente Pascualita saltó sobre mi cabeza y en menos de lo que se tarda en decir Amén, me dejó el cráneo mono y lirondo. Mis propios gritos me despertaron y fueron subieron de intensidad al ver su pequeña y terrible dentadura de tiburón lanzada hacia mi. Desvié sus ataques a fuerza de manotazos. 

Las sirenas de la película daban buena cuenta de los pobres marinos atraídos por ellas con su voz melodiosa. .. sin embargo, Pascualita estaba muy enfadada con ellas porque se lanzó contra el televisor dispuesta a merendárselo. No adiviné el por qué de su rabia y tuvo que ser Pepe el jibarizado quién me lo explicara: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

 Luego mi primer abuelito lo corroboró - La sirena dice: ¿cuándo se ha visto que las sirenas vayan a la peluquería antes de comer?

sábado, 2 de agosto de 2025

Encantada de la vida.

Menuda se ha puesto la abuela cuando se ha presentado ante su marido con último bikini que se ha comprado. - "¿A qué es TOTAL?" (Le preguntó) -  ¿Qué es eso? - "Pues un bikini recién salido del "horno" de Versache y que ha dejado tu tarjeta del banco temblando" - No se notó mucho porque Andresito ya está muy moreno  pero sé que algo le afectó... y no fue la tarjeta.

- ¿Piensas ir "así" a la playa, cariño? - "Por supuestísimo. Cojo el sombrero y nos vamos" 

Me pareció que un ojo de Andresito, tenía un tic en el que yo no había reparado. - Nena...  no me negarás que ... "eso" es muy extremo. - "Esa es la idea, hombre... ¿Qué pasa?" - Se ve... TODO. - Los dedos de la abuela empezaron a tamborilear sobre la mesa del comedor. - y lo que no debería verse es ¡TRANSPARENTE! - "O sea, que no te gusta. Ya está el señor censor haciendo el ridículo"

Andresito no quiere que se le recuerde que durante los años oscuros fue censor. Tampoco le gusta que su tarjeta de crédito reciba fuertes varapalos. Ni que su mujer vaya a la playa dando la nota. Todo esto junto es una mala receta y tiene sus consecuencias porque, además, no encuentra el valor necesario para decirlo de viva voz. 

Las "consecuencias" aparecieron enseguida. Andresito estuvo a un tris de palmarla cuando cayó redondo al suelo. Si el médico que lo atendió hubiera sido un taurino, diría que cayó redondo y sin puntilla.

Al final todo volvió a su cauce: Andresito mejoró mucho y pudo acompañar a la abuela a la playa que, por supuesto, estrenó el carísimo Versache y al día siguiente salió en la portada de los periódicos y abrió los programas de higadillos.

viernes, 1 de agosto de 2025

Tedio.

Ha venido a casa un repartidor de paquetes. Es una moda que lleva unos años implantada en Palma. Antes cargaba con los paquetes quien hacía la compra. En el caso de mi abuela, como es riquísima y tiene mayordomo inglés, los transporta él... en el rolls royce. Ahora se compra por internet y te lo mandan a casa mediante una persona. Llaman al timbre. Preguntan - ¿Nena? - Soy yo. - Le traigo un paquete. - Abres, te lo entregan y se van casi sin decir adiós.

He tenido el tiempo justo de abrir y me ha puesto el paquete en las manos. - No pesa mucho... - he comentado para alargar la visita pero, como siempre, ha sido un visto y no visto.

He llevado el paquete a la salita y apenas he podido con el ¡Pesaba un montón!   - ¿Qué demonios es esto? - Tedio - contestó mi primer abuelito colocándose sobre la tele. - ¿Tienes complejo de muñeca andaluza? Te falta el toro... - Leyó el nombre de la compra y tiró el paquete lejos: - ¿Tedio? ¡Quita, quita!

La escoba se acercó a indagar: - ¿Esto mancha? - No, pero aburre ¡lagarto, lagarto!

Antes de que la escoba tirara el paquete por el balcón, se escuchó: - ¡Avemariapurísimaaaaaa! ¡Hombre, un paquete que no quiere nadie! Esta noche me lo llevaré al trapicheo - dijo la Cotilla que no desperdicia nada,          

jueves, 31 de julio de 2025

Pequeñas aventuras.

Sentarse en uno de los bancos de piedra que hay en el Paseo del Born es, además de gratis, muy agradable. Y si encima hay músicos callejeros deleitando a los palmesanos y visitantes, con sus instrumentos pues miel sobre hojuelas. Eso pensaba yo viendo pasar a la gente bajo los altos plataneros que forman una cúpula vegetal allá en lo alto.

Por un momento tuve un flach de algo conocido pasando raudo como una centella frente a mi. Di un respingo. -¿Qué ha sido esto? ¡Uf, que sofoco! ¿Será la menopausia? ¡Espero que no porque aún no tengo padre para el bisnieto de la abuela y yo quiero la Torre del Paseo Marítimo!

Después me dio por reír. - Menos mal que estos plataneros no cantan como el marisabidillo de casa. - Un árbol sirve para hacer sombra y pare usted de contar... Bueno, también para que los perros hagan pipí... - Unas voces potentes, aterciopeladas, surgidas de las alturas, cantaban ¡el Brindis de la Traviata! 

Pegué tal salto que fui a caer contra las mesas y sillas puestas en el paseo por uno de los restaurantes que lo "habitan" - De nuevo el flasch anterior volvió a cruzarse conmigo y aunque atolondrada por el golpe y la sorpresa, reconocí, incrédula, al personaje: Era el comensal de las treinta monedas del cuadro de la Santa Cena.

- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has salido? - ¡Harto! Tengo que gastar mi dinero, sino, para qué lo quiero. - Mientras intentaba explicarse, lo agarré por un pie y de esta guisa lo llevé hasta casa donde fue interrogado por sus compañeros: - ¿Has comido? - ¡Qué va! - Pues, anda que...

 

 

miércoles, 30 de julio de 2025

Modelo de alta costura.

Me senté a esperar la reacción de  la sirena pero no pasó nada. Me di un poco más de tiempo antes de mirar dentro de la pila de lavar de comedor. No encontré ni rastro de la sepia. Con lo saltarina que demostró ser mientras estaba en el puesto del mercado me dije: - Le habrá cogido gusto a salir de parranda y se habrá escapado por el balcón.

Pregunté a unos y otros pero no sabían ni de qué les hablaba: - ¿Qué es una sepia? - Espero que no cante, ya nos basta con el árbol de la calle. - ¡Ah, ya sé de qué hablas! Es un extraterrestre como ese que decía: Mi casaaaaaa...

Los dejé por imposibles y le deseé buen viaje a la sepia. A partir de ese momento me olvidé de ella.

Una tarde mi primer abuelito me despertó de la siesta con un potente ¡TACHAN! para enseñarme el nuevo modelo de sudario, distinto de los vistos hasta ahora. - ¿Qué lo hace distinto? (le pregunté) - Su textura. Sus cambios de color y para que no sea tan formal ¡tira tinta si estás un rato sin reír! - ¡Como una sepia! (dije yo)

He aquí lo que pasó: Pascualita, encantada con el tren acuático se dejó ver poco. La sepia se volvió transparente y no se bajaba del tren hasta que, un día, los dos bichos chocaron entre sí. La sepia soltó su tinta y gritó: entramos en un túnel. Prohibido sacar los brazos por las ventanillas.

La sirena, encantada de llevar la contraria al lucero del alba, disfrutó mucho y si en algún momento pensó que no estaba sola en la pila de lavar del comedor, corrió un tupido velo y se olvidó de ello.

martes, 29 de julio de 2025

Habrá que ver...

La abuela estuvo mosca con Andresito más de quince días, los que tardó éste en recuperar su antigua nariz. - "¡Un coma etílico! ¡Ay, Señor, que vergüenza! Y encima dices que no te acuerdas de nada!" - ¡Te lo juro por mis antepasados, cariño mío! - "A saber con quién compartiste la botella de chinchón, mal marido... ¡snif!..."

Hacía tiempo que no veía disfrutar tanto a la abuela. - Te estás pasando siete pueblos... - "Eso no es nada, nena. Un juego de joyas de Cartier está a punto de caer en mis manos" - Y vaya si cayó. 

Pascualita había dejado atrás su furia de los primeros días y seguía "viviendo" en la pecera donde la metí para salvaguardarme de ella. Ahora todo era paz en casa. Hasta el árbol de la calle se había dado cuenta: - Que gusto da cantar a toda potencia sin que interrumpan los dichosos personajes, que válgame Dios que gentecilla.

No le contesté porque estaba haciendo una cosa más importante que responder a un descerebrado de madera: meter a Pascualita en su pila del lavar del comedor... estando la sepia dentro. 

 

 

lunes, 28 de julio de 2025

El espía.

Una mañana casi me doy de bruces contra Pompilio al cruzarme con él a la salida del baño. - Huy, perdona. Casi te aplasto... (le dije) - Entonces, el gnomo de los calcetines se puso a llorar desconsoladamente y poniéndose de rodillas me pidió perdón. - ¡Buaaaaa! ¡soy un traidor y tu una santa! (Jopé, me dije, de qué va la película)

Entre lamentos, hipos, jipíos y moqueos varios, Pompilio declaró que Andresito venía a casa cuando yo no estaba, registrándola tratando de averiguar "algo" del misterio del "pececito" - ¡Perdóname por no habértelo dicho, nena¡ - ¿Qué ha descubierto? - A la sirena - ¡¿Qué?!¿Por qué no lo evitaste? - Soy muy pequeño y Pascualita tiene un genio que hay que temerle... - ¡No me calientes la boca que yo puedo ser peor!

Entonces sonó el ruido de la llave de la puerta de casa. Metí a Pompilio en el bolsillo del delantal y me escondí en la despensa mientras le hacía señas a Pepe el jibarizado para que no me descubriera. El berrido, acompañado de gritos, llantos, saltos y demás episodios dramáticos que siguen a la mordedura de la sirena, sonaron como clarines. Cogí la botella de chinchón de la nevera y dije, tajante: ¡No dejes ni una gota! - Dentro de poco no recordará nada. Ni siquiera qué hace una nariz elefantina pegada a su cara y arrastrando por el suelo.

 

 

domingo, 27 de julio de 2025

El porvenir.

Pasaron las semanas sin que apareciera el llamado pececillo y Andresito seguía preguntando por él. - Que cansino es tu marido, abuela. - "No tenía ni idea de que lo fuera tanto. Ya no sé qué decirle porque el pobre lo hace de buena fe. Incluso ha querido tirar de sus amigos influyentes en las finanzas: - No me costaría nada hacerlo, querida. - Pero le he dicho que no, por activa y por pasiva, pero no ha sido hasta que me he puesto en jarras y le he gritado: - ¡No quiero que por un capricho tonto tengas que deber favores a nadie!. De momento ha cerrado la boca".

Una mañana fui al mercado de Pere Garau a por pescado. Estando en la cola, una sepia saltó dentro de mi cesta. - ¡Que susto me ha dado! (dije, sobresaltada) y reímos de muy buena gana el pescadero y yo! La puse con sus hermanas. Y tantas veces lo hice, tantas veces volvió a la cesta el animalito. Hasta que el hombre me dijo: - ¡Se ha enamorado de ti! Llévatela.

Aquello me dio que pensar: - ¿Acaso podría ser el padre del bisnieto de mi abuela? - Ante la duda metí a la sepia en la pila de lavar del comedor y me preparé para ver lo que me deparaba el porvenir.

 

 

sábado, 26 de julio de 2025

Menudo embolado.

Andresito preguntaba por "el pescadito" para ver como estrenaba el tren submarino. Pero la abuela y yo sabíamos que, por muchas razones, no podíamos presentárselo. Estaba escondido en mi cuarto porque de pescadito no tenía nada. 

Se había convertido en un monstruo marino, con la dentadura de tiburón siempre presta a morder y comer porque había vuelto a probar la carne humana. Cosa que le trajo a la memoria aquellos gloriosos atracones de marineros que hicieron famosas a las sirenas. ¡Y quería seguir con esa dieta, la jodía!

Así que le dijimos a Andresito que queríamos un pececito original que tardaría un poco en llegar a la tienda de peces. - Es del Tibet. Y difícil de coger. Además, los serphas lo tienen como amuleto... - ¿Para subir al Himalaya? - "También para bajar"  (dijo la abuela, muy seria) - ¿Lo llevan en tapers, en escabeche? - "¡No!... en pecera irrompible y anticongelante" - Bueno, bueno. ¿No me negaréis que es un bicho raro? 

Le dimos la razón ya que no podíamos darle nada más hasta que la medio sardina se calmara. 

viernes, 25 de julio de 2025

¿Y el pescadito?

He llamado a la abuela: - Necesito un barco hundido para Pascualita o se me va a comer viva. - ¡Verywel! Yo muy contento. - ¿Geoooorge? ¡La madre que te parió! Pónme con mi abuela, bebedor de agua caliente. - Primero decir quién ser Pasc... ¿Pasc... qué? - ¡Tu padre! Mira que vengo y te asesino. Por una vez, el difunto será el mayordomo.

Ipso facto, pasó el teléfono a la abuela. - "¿Por  qué asustas al pobre Geoooorge?" - ¡Quiere saber quién es Pascualita! - "Ah, eso sí que no. Voy a ponerle las peras a cuartos" - La sirena necesita un barco hundido, grandecito... - "Le pediré a Andresito que haga hundir uno." - que quepa en la pila de lavar del comedor y ella pueda moverse a gusto en el ¡Piensa que tiene el tamaño de una sardina en aceite!

Media hora después, los coches tocaron sus pitos anunciando, cabreados, que el rolls royce de los abuelitos acababa de aparcar en la parada del bus.

Trajeron una caja. Desde lo alto de la lámpara del comedor mi primer abuelito quiso ver que había dentro: ¡Un tren! - ¡No era est...! - "Calla y escucha" - Andresito decía: - Me ha costado encontrarlo pero aquí lo tienes: un tren de juguete que funciona bajo el agua. Tu pescadito será el primero en usarlo. - ¿A que lo has comprado en la tienda de los chinos del señor Li? - ¿Cómo lo sabes, nena? - Porque lo que él no tiene es que no se ha inventado. 

jueves, 24 de julio de 2025

Ay, que trajín.

Pongo la radio y se sigue hablando del segundo incidente del mordisco. Me tiene preocupada porque, realmente, nadie sabe nada. Solo saben del dolor que les causaron los mordiscos a  quienes los recibieron pero nadie tiene la imagen de los "mordedores" O sea, que pueden decir tanta cosas... Y hasta desbarrar sobre ello. Ahí es donde está el peligro. Que alguien pueda decir: - Fue cosa de sirenas que siempre se ha dicho que tienen muy mal genio.

Pues eso fue lo que paso ¿Y quién lanzó al aire la palabra en cuestión?  Nada más y nada menos que la abuela cuando un reportero, micrófono en mano, se le acercó para preguntar si ella  tenía alguna idea original: - "Decididamente, estos ataques han sido cosa de SIRENAS"

Lo vi en la tele mientras la Cotilla y yo comíamos la fabada de bote sacrosanto. - ¡Mira, tu abuela jajajajajaja ¡como le gusta figurar! ¡Sirenas, dice! Está pallá.

Me atraganté de la sorpresa que recibí. Después me dio por hablar: - ¡Anda que si esto lo digo yo, me manda con mi primer abuelito! - ¿El qué? ¿Lo de la sirena? Ni tú, con lo cazurra que eres, dirías una tontería igual.

Por cierto, he llenado de agua de mar la pila de lavar del comedor y he puesto muchas algas diferentes. Cuando la sirena parece interrogarme sobre su barco hundido , me hago la tonta y digo - ¿Dónde está? Tengo que arreglar este desaguisado...

miércoles, 23 de julio de 2025

Ha mordido un pez.

Estaba tan cansada que me quedé dormida en una silla del comedor. Pasaron muchas horas. La Cotilla me dejó una nota diciendo que algo había pasado en la playa.

- Mi primer abuelito me susurró al oído: - Nadie sabe dónde está Pascualita

Pegué tal salto que choqué contra él que flotaba en lo alto del techo: - Menudo chichón me salió. Aún me duele. - ¡No te quejes, abuelito, que a ti no te saldrá! - Por suerte, no. Es antiestético (que raro se ha vuelto desde que lo visten grandes maestros de la aguja) -  ¿Dónde está Pascualita? (pregunté) El árbol de la calle, gritó: - ¡En la playa!

- ¡Oh, noooooooo! - ¡Corre. Creo que la han detenido! - ¡Noooo y mil veces nooooooooooo!

Corrí a la playa. Pasé como una exhalación junto a los corrillos de gente, asustadas todavía de lo que NO habían visto: si era UN PEZ quien atacó a una señora de ochenta y cinco años. O fue un tiburón tintorera, o una manta raya... 

Llegué en un santiamén al grupo de policias y periodistas que comentaban la jugada pero, a mi solo me importaba una cosa ¿dónde estaba la sirena?. Mis ojos se dilataron cuando la vi arrastrarse por la culata de una de las pistolas policiales colocada en su cartuchera. Al llegar al gatillo y apretó, sin éxito.

 La medio sardina me había visto y sabía que tenía que correr. Mordió la mano del policía. Este pegó un salto y corrió sin rumbo gritando su dolor por la playa mientras la mano mordida del guardia crecía y crecía y crecía...

Me puse a la par con él. Agarré a Pascualita y de un tirón seco la arranqué de aquella mano magullada aunque no pude evitar que la sirena se llevara un buen bocado.

Fue todo tan rápido que nadie se enteró. Subí al autobús mientras, escondida en mi escote, la sirena se relamía terminando de comer un pedacito de guardia. Mientras, en la la playa todo el mundo preguntaba: - ¿Y ahora, qué ha pasado? 

martes, 22 de julio de 2025

Nada!

. La que se ha organizado en casa con la escapada de de Pomilio. De momento todos han querido independizarse. Y dicho y echo. Abrieron y cerraron cajones, baúles. armarios... Descubrieron prendas olvidadas. Disfrutaron como críos probándose todo lo habían amontonado en medio del comedor. - Bueno, chicos. Ahora hay que ver que vais a tirar.

- ¡Qué! ¡Pero si nos gusta todo! ¡No vamos a tirar nada! - Entonces lo haré yo... 

Cuando me vieron decidida, corrieron hacia el montón de ropa abrazándose y gritando como locos. - ¡Noooooooooooooooooooooooo- Tuve que darles una charla como si fuese un entrenador de fútbol. ... Y así tendréis sitio para llenarlo de cosas nuevas ¡Estaréis guapetones!

Cada vez, el montón de lo que debía tirarse, era más grande. Ya no lloraban tanto... Los suspiros fueron, cada vez, más suaves... De todas maneras, hubo momentos en que algún personaje se echó atrás y tuve que improvisar otro sermón  ¡y convencerla otra vez!

Pascualita nunca había visto algo así y se negó en redondo a dejar que le quitaran el barco hundido. - (Le dije) ahora hay cosas mas modernas... Vengaaaa... Suéltalooooo...

De  repente se acabó la paciencia de la sirena y se lió a lanzar bocados al aire con su poderosa dentadura de tiburón. Rompió ropa, complementos... y finalmente cayó rendida al suelo y se durmió. Aproveché el momento y saqué toda el agua de mar de llenaba la pila de la torre del Paseo Marítimo. Cogí el barco hundido y lo llevé a las vías del tren. El choque fue espectacular. No quedó nada de la tragedia. Los miré a todos y a todas fijamente y dije: 

¡¡¡ NADA!!!