martes, 29 de diciembre de 2015

¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

- "Exuberante como una vaca recién parida" (me ha dicho la abuela) - ¿Eso es un piropo o envidia cochina? - Un piropo, pero no me has dejado terminar: a la que hay que ordeñar cada día esas ubres gigantescas" - ¿Seguro que es un piropo?... a mi me suena a mala baba. - "Porque eres muy tiquismiquis, alma de cántaro. Una vez dijo un guía egipcio que yo tenía unos bonitos ojos de vaca y le arreé un sopapo que aún debe estar dando vueltas a las pirámides. Luego me enteré que con eso quiso decir que los tenía muy bellos" - ¿Y yo qué tengo que hacer? ¿Agradecerte el requiebro o liarme a tortas? - "Lo primero será mejor para tu salud" 

La verdad es que, con tanto "cargamento" pectoral camino echada palante. Pascualita se pasó siete pueblos mordiendo, la jodía. Y encima he tenido que ir a la tienda del señor Li a comprarme jerseys enormes, que me quepan.

Llevo toda la tarde haciendo y deshaciendo, la maleta. No sé qué ponerme para Nochevieja. La abuela me ha recomendado un traje de buzo porque hará mucho frío. - "Lo adornas con espumillón dorado, te cuelgas una bolas de colores en los cables del casco y triunfarás" - Con el casco no podré beber cava. - "La cuestión es poner pegas"

A la hora de la comida se presentó en casa Andresito. Venía tan preocupado que le ofrecí un plato de sopicaldo y dijo que sí. - ¿Te pasa algo, abuelito? - He perdido una cosa y no la encuentro por ningún sitio. - Abrí la boca y recibí sendas patadas de la abuela y la Cotilla en la espinilla, tan dolorosas que se me saltaron las lágrimas. - ¿Estás bien, nena? - Un poco... constipada... - Que suerte tenéis. Os vais de viaje sin preocupaciones. Vendría con vosotras. - ¡Estupendo. Haz la maleta! - Esta vez las patadas fueron coces. Me llené la boca de pan para no gritar de dolor. - Andresito me miró detenidamente. - Te veo distinta... ¿Te has echo algo?... ¡Silicona! jejejejeje Te me has adelantado. - Las tres le miramos atónitas. - He cobrado un buen dinero y pensaba regalarte una operación de aumento de pecho... - ¡¿Sí?! - El remordimiento se me agarró a las tripas y fui incapáz de tragar nada. La abuela, que estaba al quite, saltó. - "¿Cómo te atreves a llamar pecho-tabla a mi nieta?"

- ¡No es eso, no es eso...! Aunque yo pensaba en unas tallas menos de las que te han puesto. Pareces un ama de cría. Yo que tú, demandaría al cirujano que te ha echo este desaguisado. - Las lágrimas corrían por mis mejillas. el pobre se preocupaba por mi y yo iba a ir de viaje con su dinero. Abrí de nuevo la boca. La abuela empujó mi silla y caí al suelo. - ¡¡¡Jopé, ya!!! ¡Me remuerde la conciencia! (dije mientras unos enormes lagrimones caían al suelo amenazando con inundarlo)

- "¿Se puede saber qué demonios has perdido?" - Un papel donde escribí a quién iba votar. - "¿A quién va a ser? A los Pinochos, como haces siempre ¿No me digas que te estás volviendo más tonto aún?" - Es que... cambié ... el voto y para no equivocarme, escribí el nombre. Y lo he perdido. Si lo encuentran los de mi Partido me matan. - "¡Ven aquí que te de un morreo!" - Está la niña delante... jejejeje - "¡Sacad el chinchón, chicas, mientras pongo a tono a mi maridito!"

- Finalmente nos iremos de viaje sin remordimientos y con ganas de pasarlo muy bien. La Abuela, la Cotilla, Pascualita, los demás personajes y yo, os deseamos a tod@s ¡¡¡UN FELIZ Y PRÓSPERO 2016!!!

lunes, 28 de diciembre de 2015

¡Viaje a la vistaaaaaa!

- ¡¡¡AVEMARIAPURÍSIMAAAAAAAAAAAAA!!! - ¿Es necesario gritar tanto estando en fiestas? - ¿Que tendrá que ver la velocidad con el tocino, boba de Coria? - Pues que ya no soy tan joven y las resacas me duran más. - Que juventud más floja tenemos. Desde luego no te pareces ni a tu abuela ni a mi. - ¿Por qué iba a parecerme a usted si no somos familia? - Como eres tan rara, cualquiera sabe. Yo, de ti, me haría mirar el ADN. Creo que no ha evolucionado desde que a los peces les crecieron patas y se transformaron en bichos terrestres.

- ¡¡¡NOS VAMOS DE VIAJE!!! - Baje el volúmen que la oigo perfectamente... ¿Nos vamos de viaje? - Ves como estás como una tapia. - ¿Quién va a viajar? - Tu abuela, tú, la Momia y yo. - ¿Le tocó la Lotería y no dijo nada? - No me ha tocado nada. Ni siquiera el gordo de la esquina. Es que he encontrado una cartera repleta de billetes de 500 euros. - ¡¡¡¿QUE ME DICE?!!! - Que he encontrad...  - ¡Que sí, que sí! pero ¿DONDE? - Muy cerca de la Torre del Paseo Marítimo de tus abuelitos. - ¿Ah, síiiiiiii...? - Fue una cosa muy curiosa. Vi salir a Andresito de su casa y poco después encontré la cartera. - ¡Vaya! - Eso mismo pensé yo ¡Vaya! - ¿No le preguntó al abuelito si era suya por si se le hubiése caído? - Pues, no. Parecía tener prisa y no quise entretenerlo por una tontería.

- ¿Tontería? ¡Cotilla, lo que ha echo es un robo! - Que palabra MAS fea... Le llamé: Andresitooooo. Eso sí, con la boca pequeña porque tu abuelito es rico y ya se sabe que ésta gente, cuanto más tiene más quiere. - Seguro que no la oyó. - Seguro. - ¡Tiene que devolverla! - No puedo porque ya he conjurado el encuentro entre la cartera y yo. He dicho: Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita. - Pero a usted no le han dado nada. - ¿Cómo que no? La Vida me ha hecho un regalo ¡Y menudo regalo! - Llamaré al abuelito y se lo diré. - Lo negaré aunque me den tormento. Por otra parte, si no quieres viajar a todo tren, sin comer hamburguesas ni perritos calientes y dormir en colchones blanditos, suaves y acogedores. Y ser tratada como una princesa rusa en la Europa de los años veinte, no vengas. - ¡Claro que vendré!

- ¿La abuela lo sabe? - Sí. - ¿Y lo consiente? - Está loca por hacer el viaje y ligar yogurines de los que salen en las revistas. - ¡¡¡Yo también lo quiero!!! - Pues pónte a la cola jejejejeje

Cuando se fue la Cotilla corrí al acuario. Pascualita nadaba lentamente cerca de las algas. - La Cotilla no lo sabe pero, tu también vendrás de viaje. - La sirena ni se inmutó. - Pensé que darías saltos mortales de alegría. Y luego dice la abuela que soy sosa ¡Tú si que lo eres, mamarracho! - Como un misil teledirigido, Pascualita salió del agua con la dentadura de tiburón por delante. No me dio tiempo a apartarme cuando ya la tenía encima del pecho mordiendo a diestro y siniestro. El dolor era horrible y grité, lloré, blasfemé, me acordé de toda la familia del bicho asqueroso que me tenía ojeriza. En pocos minutos mi pechera no tenía nada que envidiar a la de Marilín Monroe ¡y seguía aumentando!

La abuela y la Cotilla vinieron por la tarde para hablar del viaje. Al verme, la envidia cochina apareció en sus ojos. - ¿Has comprado globos en la tienda del señor Li? (preguntó la Cotilla) Y la abuela, torciendo el gesto, soltó: "¡Ni así te llevarás a los más cachas, tramposa!"

sábado, 26 de diciembre de 2015

Pascualita me da un susto.

En cuanto he puesto el pie en el suelo esta mañana, he pisado agua. He pensado que, por fin, había llovido y la isla ya no estaba en peligro de convertirse en una sucursal del Desierto del Sahara. Pero, al mirar por la ventana he visto la calle seca. - Aún sueño. - me dije, pero no. Estaba pisando agua de verdad y estaba fría.

Al ir en busca del cubo y la fregona mis pasos sonaban, más o menos, así: chof, chof, chof... - Habrá reventado una tubería ¡Maldita sea! ¡Me c... piiiiiiii en piiiiiiii! ¿Dónde encuentro, en día festivo, un fontanero que cobre un precio razonable que no sea un atraco a mano armada?

Vi a Pascualita en el suelo al pasar junto al cuarto de baño. Se arrastraba, a duras penas, como si quisiera huir de allí. - Cerré los grifos del lavabo, bidé y bañera que debían llevar un buen rato abiertos porque de las tres piezas rebosaba el agua. Con la sirena en la mano, corrí hasta la cocina y también allí me encontré con las Cataratas del Niagara caseras. - ¡Cotillaaaaaaaaaaaaaa! ¡Abuelaaaaaaaaaaaaaa! - grité al borde de la histeria pero nadie contestó. Estaba sola en casa... o había fantasmas.

Pensé en el abuelito Roberto pero es solo una cabeza. Puede pensar (es un decir) pero no tiene manos para hacer una trastada como ésta. De todas maneras le pregunté. Tenía que ir descartando posibles malechores antes de señalar al culpable del desaguisado. ¿Has sido tú, abuelito? - No se digno a contestarme. Debió ofenderle que dudara de él y no insistí. - Pues si tu no has sido, la abauela y la Cotilla no están, y yo dormía a pierna suelta, solo queda... (miré al bicho que tenía en la mano y que, a menudo que pasaban los segundos parecía encontrarse peor) ¡¡¡Pascualita!!!

Antes de acusarla formalmente, intenté que vomitara el agua dulce que había bebido, después le hice el boca a boca y fue volviendo a a vida aunque no perdió el color verde-amoratado-amarillento que la afeaba aún más si cabe.

Después la senté en el frutero y empezó el interrogatorio: - ¿Has abierto los grifos? - por toda respuesta siguió, atentamente, el vuelo de una mosca. - ¿Querías inundarla? - La mosca se posó cerca de la sirena a limpiarse las patitas. - Lo que has echo está muy mal ¿Te arrepientes? - Pascualita saltó de improviso y se comió a la mosca. - ¿Volverás a hacerlo? - Por primera vez me miró, luego juntó el pulgar y el índice: ¡OK!

Este bicho no tiene vergüenza. Y encima yo tendré que secar el suelo, de una punta a la otra del suelo de la casa. La tiré de mala manera al acuario y aunque cayó como un plomo hasta perderse entre las algas del fondo, un instante después, tomó impulsó con su poderosa cola y se estampó contra el fregadero. Luego reptó trabajosamente, hasta el grifo para abrirlo, cosa que no pudo hacer al primer intento. - ¿A qué viene esto?... ¿Quiéres suicidarte? - De nuevo el signo de OK y se me puso la carne de gallina.

Compungida y asustada, llamé a la abuela para contárselo. - "No me extraña. La pobre tiene que vivir contigo"

viernes, 25 de diciembre de 2015

¡¡¡FELICES FIESTAS!!!

Estamos comatosas... Las bodegas que elaboran el chinchón deberían tener un detalle con nosotras porque, a punto estuvimos de acabar con la producción... ¿Era necesario trasegar tanto licor para celebrar la Nochebuena? Según la abuela, la Cotilla e incluso Pascualita, SI.

Andresito está otra vez en la UCI. Esta vez, a consecuencias de un coma etílico. Un día se me ocurrió hacerme socia de Alcohólicos Anónimos, por tener un carnet más nada y me han telefoneado. La voz que me habló no sonó amistosa ¡Me han echado! - ¡Pero si pago las cuotas! - ¡Métaselas por donde le quepan! Usted y su familia son un ejemplo nefasto para la Humanidad. -¡Caray! No supe si llorar o enorgullecerme ¡Para la Humanidad! dijo la voz. ¡Somos importantes!... Bueno, ahora no estoy segura... ya lo pensaré cuando se me pasen los efectos de anoche.

Como de costumbre, la abuela hizo comida para un regimiento y ha sobrado como para mantenernos una semana sin arrimarnos a los fogones. Anoche le dio por llorar porque no había felicitado a todos sus amig@s - "Da igual... ¿verdad?" - dijo mirándome, esperando que la consolara y le diera la razón. Pero no puedo hacerlo, en primera porque no me da la gana jejejejeje y luego porque no sería sincera conmigo misma ¡No soy hipócrita! Yo he hecho lo mismo que ella y tengo un reconcome que no me deja vivir. que se fastidie igual que hago yo.

La Cotilla, con gesto despectivo, nos ha dejado tiradas en el comedor con una botella de chinchón mientras se ha llevado una sin empezar a la salita. Al poco rato hemos oído salmodias. La abuela y yo nos hemos preguntado ¿Está rezando?Me he asomado y, efectivamente, repetía una especie de mantra, sin parar. - ¿Qué pasa Cotilla? ... ¿Está mala? ¿Le ha subido la fiebre? Usted nunca reza - Y ahora tampoco. solo doy gracias a San Dimas, el buen ladrón, por haber permitido que buena parte de mis maestros estén en la Cárcel en éstas fechas... - Vaya. Pensé que no quería que les ocurriese nada malo. - Pero, egoístamente, es fantástico que ésten recluídos porque así concentro todas las tarjetas de Navidad en una misma dirección: Penal de...

- Usted, siempre tan práctica. ¿Les ha mandado regalos? - Comida. - ¿Barras de pan con una lima dentro? jajajajajaja - Me tiré una hora riendo de mi propio chiste. - Que cansina eres, boba de Coria. - ¿La comida para esos señorones es del contenedor del supermercado? - ¡Claro! - Se pondrán enfermos. - Esa es la idea ¿No has leído el Conde Montecristo? (me miró y dijo: ¡tu que vas a leer!) - ¿El conde ese se intoxicó? - No. Lo dieron por muerto, lo echaron al mar metido en un saco atado y con una bala de cañon para que lo arrastrara al fondo del mar. - (Y sin saber ya lo qué decía, solté) Entonces llegó Pascualita, rajó la tela de sacó con su dentadura de tiburón y el conde salió a flote ¿A qué sí? - ¿Quién es Pascualita? - Si en ese momento me pinchan, no sangro. (salí por la tangente) - ¿Quiere que sus gurús se mueran? - ¿Quién es Pascualita? - ¿Luis Bárcenas, también? - ¿Quién es Pascualita? (la puñetera es de ideas fijas) - La abuela, que nos había oído, entró en la salita sorbiéndose los mocos - "¡Chicas, vamos a brindar! ¡¡¡FELICES FIESTAS A TOD@S Y UN FELIZ AÑO NUEVO 2016!!! - Chocamos nuestras copas y bebimos a la salud de nuestr@s amigo@s lectores. ¡¡¡CHIN, CHIIIIINNNNNNN!!! - Con el último trago resbalando aún por su gañote, la Cotilla dijo: ¿Quién es Pascualita?


miércoles, 23 de diciembre de 2015

La tarjeta black.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Estoy preocupada... ¿Me oyes? Te decía que estoy preocup... ¡Despiértate, coñe, que te estoy hablando! - Dejame dormir zzzzzzz... abuela zzzzz. - ¡Afortunadamente, no eres mi nieta!

Cuando pude abrir un ojo el reloj marcaba la cinco de la madrugada ¿Pero es que éstas dos viejas no saben ir de visita a horas normales? - ¿Que hueso se le ha roto? - Te lo contaré cuando me hagas un café con leche. Traigo ensaimadas de hace tres días y desayunaremos. - Gracias a usted tengo el estómago a prueba de bomba.

La preocupación de la Cotilla tenía que ver con los corruptos. Se multiplican como los piojos y no hay altar que los acoja de tantos como son. Ella se mantiene fiel a Luis Bárcenas, su gurú, pero reconoce que hay muchísimos que se merecen estar en el altar porque han sido maestros para las gentes humildes de la profesión, como ella.

- Van a llevar al banquillo a sesenta y seis personas acusadas de tirar quince millones de euros, alegremente. - ¿En qué se lo gastaron? - Pues en viajes, cenas en los mejores restaurantes, puterío, hoteles de superlujo, etc. etc. Esas cosas me dan envidia y me demuestran que, a su lado, no soy nadie Una aficionada del montón. - Si robaban a punta de pistola no se le ocurra imitarlos. - Con algo tan inofensivo e ingenioso como una Tarjeta Black. - ¿Black como el famoso viernes? - Me he hecho una y mañana la usaré. Ya siento cómo los euros ruedan, en fila india, hasta mi cartera ¡Seré rica y gastaré a manos llenas! Tu abuela se morirá de envidia y Andresito se fijará en mi.

¿A ver esa maravilla? - Me enseñó una Tarjeta Ciudadana que había pintado de negro con un rotulador. - ¿Esto tan cutre es la repartidora de millones de euros? - ¿No me crees, mujer de poca fe? Por cierto, ya puedes ir desalojando el comedor de muebles y trastos. Sobre todo de ese acuario vacío que aún no sé para que lo quieres. - ¿A santo de qué? - En algún sitio tengo que montar el altar de los Amigos de lo Ajeno ahora tendrá tantos "santos" - En el cuarto piso está su casa... - Ya, pero nunca estoy allí. - Pues nunca es tarde para cambiar de costumbres, Cotilla. Deje que el ascensor la suba hasta allí. - ¿Te molesto? - ¡Un montón! - Que sepas que no te daré ni un euro de lo que gane... - Bueno, puede venir a merendar si quiere pero después ¡arreando para arriba!

A la hora del Telediario estaba viendo las noticias con Pascualita, cuando me pareció que los locutores a penas podían contener la risa. Me temí lo peor y presté atención: Una mujer mayor ha entrado en uno de los más caros comercios de la Milla de Oro de la ciudad y comprado sin mirar precios ante el asombro de los dependientes porque, por las trazas que llevaba, no tenía pinta de ser una potentada. Pero, como las apariencias engañan, doblaban el espinazo ante sus órdenes. Al ir a pagar sacó una tarjeta, a todas luces falsa, del cochambroso bolso que llevaba.

Advertida que, como broma, pasaba de castaño oscuro, ha montado en cólera gritando que era una Tarjeta Black, la misma que usó Rodrígo Rato y sesenta y cinco sinvergüenzas más. Finalmente, han llamado a la policía porque se ha puesto violenta lanzando patadas y tortazos a quién se le arrimaba. Un dependiente que ha perdido un diente, con el deterioro de su imagen que esto genera. También está herido uno de los Municipales que acudió a detenerla. - En la tele salió la cara de Bedulio y Pascualita saltó hacia la pantalla del televisor, estampándose contra ella. Ahora duerme en el acuario gracias al chinchón que le puse al agua. Tiene la cara hinchada y está más horrorosa que antes.


martes, 22 de diciembre de 2015

Máquinas expendedoras.

El día del sorteo de Navidad la abuela se pone frenética desde que empieza hasta que termina. Desayuna deprisa y se planta luego, delante de la tele con toda su loteria esparcida por la mesa camilla. Antes, cuando vivía conmigo todo eran papeletas pero ahora que es rica, lleva montones de décimos.

Apunta los números premiados y se enfada muchísimo si no salen los suyos. - ¡Avariciosa. Cuanto más tienes más quieres! - "Me gusta ser rica. Y cuanto más, mejor" - Hoy tampoco ha tenido suerte porque, en cuanto ha terminado el sorteo, ha apagado el televisor y se ha ido a la calle con Pascualita. Ha dicho es que cogerían un tren.

Era la hora de comer y no habían vuelto.  Un mal presentimiento me ha rondado por la mente: Desengañada, ¿la abuela se habrá tirado al tren? .... Confío mejor en que se haya tirado al maquinista pero, con ésta mujer, nunca se sabe.

En la radio solo daban noticias de la Lotería y del reaparecido Aznar  para meter el dedo en la llaga del Presidente. El hombre ha montado un circo y ya empiezan a aparece los enanos. Pero de accidentes de tren, no dicen ni mu.

A las cinco, con los nervios a punto de estallar, he llamado a los municipales. Dos horas más tarde me han avisado que habían encontrado a la abuela: - ¿Sola? (pregunté sin saber lo que decía debido al chinchón que había tomado para calmar los nervios) - No nos dijo que la acompañaba nadie. - ¡Huy, perdón! jijiijiji... ¡hip!... No sé en qué... ¡hip! ... estaba pensando. - ¿Hay algo que deberíamos saber y usted no nos ha contado? (la voz sonaba muy seria y me dio la risa floja) - Jijijiji ¡No, no! jijijiji... Pensé que, tal vez... ¡hip! ... se había ligado al jijijijiji ... Maquinista de la General jajajajajajajaja - ¿Está usted bien, señora? - Señorita... ¡hip!

La abuela llegó a casa acompañada de dos municipales. Uno era Bedulio. - La hemos encontrado en la estación de Consell hablando con una de las máquinas expendedoras de billetes. Por lo visto se han hecho amigas - "La chica es muy atenta" - ¿Qué chica? - "La de la voz de la máquina. Me ha ayudado a sacar el billete cuando he atascado la máquina con una moneda de cincuenta céntimos y una vez resuelto el problema y como el tren no venía, hemos estado de cháchara. Al final hemos quedado en vernos para tomar café" - Cuando quedamos solas me contó que Pascualita, harta de estar encerrada en el termo de los chinos, saltó sobre la máquina de al lado, tocando pantallas y botones y a terminado echando humo. Poco después ha llegado la policía y nos hemos ido"

 - ¿No habrán visto a la sirena? - "Creo que no..." - ¿Y eso? - "Es que uno de los guardias, pensando que era un bicho, le ha dado un manotazo y ella se le ha agarrado a un dedo con los dientes..." - ¡Madre del Amor Hermoso!" - "Cuando se ha puesto a saltar y gritar les ha dado la risa a sus compañeros. Yo he dicho que tenía prisa y me han traído a Palma después de que le arrancara a Pascualita de un tirón. Antes de entar en el coche de la policía, he visto que el pobre estaba rodeado de gente que le aplaudía. No es raro porque hay que ver los saltos que daba el pobre"

lunes, 21 de diciembre de 2015

¡Todos han ganado!

Aún no se me ha quitado el enfado de ayer. La abuela me dejó en la estacada, a los pies de los caballos disfrazados de policías. Y naturalmente, se lo he echado en cara. - "Solo hice lo que me dijistes. Que hiciera como que no nos conocíamos" - Pero no en esa circunstancia. - "No especificaste nada. De todas maneras hice bien porque, que vergüenza hubiese pasado si la gente llega a saber que eres mi nieta. ¡Menudo espectáculo montaste!" - La culpa fue tuya por llevarte a Pascualita a un lugar donde debías estar un montón de horas y rodeada de mucha gente. - "¿Me culpas de hacer extensiva nuestra cultura democrática, hasta en el fondo del mar? ¡Inculta!"

- "Por cierto. Anoche fui elegida la Presidenta de mesa electoral más chic de Baleares. ¿Ves que diferentes somos?  Mientras tu te comías un bocadillo de choped en una celda de la Jefatura de policía, yo triunfaba una vez más. Hasta Pascualita te da sopas con honda. Se comportó como una señora. Ni siquiera parpadeó cuando uno de mis compañeros me metió la mano en el escote porque creyó ver  que algo se movía" - ¡Lo denunciarías! - "¡Que va, pobrecito! Temí que la sirena se pusiera celosa y le mordiera, pero no. Estaba encantada con su nueva experiencia democrática y ni se inmutó cuando mi compañero la estrujó junto con mi teta"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡He ganado las elecciones! Y ahora mismo llenaré el altar de los Amigos de lo Ajeno de flores y velas. - ¡Pero qué dice, vieja bruja! - Os hemos bombardeado con encuentas inverosímiles que os habéis tragado y mientras, os olvidábais de los que llamáis corruptos. Hasta Luisito se ha presentado ésta mañana en el Palacio de Justicia de Palma ¡y no entrará en la cárcel, angelico! ¡¡¡Campeooooooones, campeooooones, oé, oé, oéeeeeeeee!!! - ¿Entonces (dije asombrada) es usted de Podemos? - No, del partido repetitivo: P P. ¡¡¡Alegría, alegríaaaaa. Y hemos cambiado el lema. Ahora es: ¿No querías arroz, Catalina? Pues ¡¡¡toma, tres tazas!!!

domingo, 20 de diciembre de 2015

Elecciones Generales.

A las cinco de la madrugada llamó la abuela para decirme que se iba al colegio electoral - ¿No es un poco pronto? - "Soy la presidenta y debo dar ejemplo a mis subordinados" - Pues vale. - "Y tú, como nieta mía que eres, debes hacer lo mismo. Pasaremos a buscarte con el rolls royce" - ¡Yo solo soy votante y tengo mucho sueño! - "Antes es la obligación que la devoción. Tienes que ser la primera en votar" - ¡Ni hablar del peluquín! - Y colgué.
 



Cuando el agua helada me empapó como a una sopa, pensé que me había caído de un velero en las frías aguas del Cabo de Hornos. - ¡¡¡Socorroooooo. Mujer al aguaaaaaa!!! - "Deja de hacer payasadas y vistete que no tengo tengo todo el día" - La abuela me había tirado un vaso de agua para espabilarme. - "Aprende de Pascualita. Ya está en el termo de los chinos, dispuesta a vivir la gran fiesta de la Democracia." - ¡Pues iros las dos que yo, a éstas horas, no tengo ganas de celebrar nada!

Tuvimos un tira y afloja la abuela y yo pero no di mi brazo a torcer y después de cambiarme el pijama, me acosté en la antigua cama de la abuela que se dió por vencida - ¡Y cuando vaya a votar haz como que no me conoces! - le grité mientras se marchaba.

A media mañana llegó la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! Vengo de votar y tu abuela está que trina contra ti. - ¡Mejor! - Haces mal en ponerte contra ella. - "Me ha despertado con malos modos para que fuera con ella, de madrugada, al colegio electoral y fuera la primera en votar ¡Está como una cabra! - Lo hacía por tu bien. Para que salieras en la prensa de mañana, boba de Coria. Imagínate la propaganda que esto supone para alguien como tu... - ¿Qué quiere decir? - Junto a tu nombre pondrían que estás soltera y sin compromiso. - ¡Ya estamos! Si quiero un novio ya me lo buscaré yo. - ¿Eso es lo que has hecho hasta ahora? ¡Menudo éxito has tenido!

Estuve mirando desde la esquina la afluencia de gente que iba a votar. Y cuando más cola había, entré. Con tanto trabajo, la abuela estaría despistada y yo pasaría inadvertida. Pero, entonces, vi a Pascualita intentando salir del termo de los chinos. Tenía que evitarlo. Había demasiadas personas , sobres en mano y cara de aburrimiento, que se fijarían en cualquier cosa que se moviera reptando entre las listas de votantes. Y corrí a cogerla.

El aburrimiento se borró de las caras cuando pensaron que me colaba - ¡Incívica! ¡A la cola, sinvergüenza! ¿Qué se ha creído esta tiparraca? - Los gritos fueron subiendo de tono y la policía no tardó en hacer acto de presencia. Para entonces ya me tenían cogida del cuello y aplastada contra la mesa mientras pataleaba como un borrico cabreado. - ¡No me he colado! ¡Solo quería saludar a mi abuela que es la presidenta de ésta mesaaaaa! - Cuando la policía preguntó a la abuela ésta dijo que no me conocía de nada. - "Parece una descerebrada capaz de pegar un puñetazo al mismísimo Presidente del Gobierno" - No necesitó decir nada más. Los policías me cogieron en volandas y me tiraron, como un saco, al interior de una furgoneta.

Era noche cerrada cuando dejaron que me fuera a casa. Iba afónica perdida por las veces que tuve que explicar lo que había pasado (sin hablar para nada de Pascualita) En MI salita encontré a la Cotilla junto a MI botella de chinchón, repantingada en MI sofá, viendo MI televisor y dándo la razón a MI abuela que, en esos momentos, contaba su versión del "grave incidente" ocurrido en su mesa electoral. Me senté en MI butaca y ... zzzzzzzzzzzzzzzz



sábado, 19 de diciembre de 2015

¿Ha volado el pajarillo?

Me parece que ésta noche va a ser toledana. La abuela no me dejará dormir porque está muy nerviosa. Nunca antes había sido presidenta de una mesa electoral. Me ha llamado un montón de veces para decirme que se ha probado tal traje que en la tienda le encantaba y ahora, puesto, no le gusta nada. Que si se pone sombrerito son redecilla delante de los ojos o un sombrero mexicano por si entra el sol por la ventana y la deja cegata. Si las botas de charol rojo con tacón de aguja estratosférico quedarán bien para un evento como éste... Así lleva todo el día. Y ahora se ha enterado que el alcalde votará en su mesa ya lleva media botella de chinchón al coleto.

- "¡Saldré en la tele! ¡Tendré que ir a la peluquería! ¿Me pongo guantes hasta el codo haciendo juego con las botas, para darle la mano ceremoniosamente?" - No es el Papa, abuela. Es un señor normal. - "¿Normal, boba de Coria? Es el Alcalde de la Ciudad de Palma. Será un honor estrecharle la mano... Ahora pienso que, tal vez sería mejor que me pusiera unos guantes de encaje que tiene la Momia ¿A ti qué te parece?" - Que estás haciendo un mundo de nada. - "¡Envidia cochina es lo que tienes porque voy a ser presienta y tu no!" - Presidenta de UNA MESA, abuela. - "¿Solo de una?...  pero la más importante porque por ella pasará el Alcalde" - Más importante será por la que pase la Presidenta del Govern ¿no te parece? - "Como sabes matar las ilusiones de la gente" (estaba alicaída y yo encantada)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¿Dónde va con este cargamento de velas y flores? - Son para el altar de los Amigos de lo Ajeno ¡No encuentran a Luisito! - ¿Se ha perdido? Estará en la peluquería poniéndose mechas y arreglándose las uñas para entrar, presentable, en la cárcel. - ¿En la cárcel? jajajajajajajaja Permite que me carcajee. - ¿A qué viene esta chulería, Cotilla? - Parece que el pajarillo ha volado. - ¿Se le ha escapado un canario? - Lo que se le tendría que haber escapado a tu abuela, antes de que te echaras a perder, es un pescozón bien dado ¡Que cruz tenemos contigo!

Fui en busca de Pascualita. Al volver a la salita pestaba a flores y cirios. - ¡Apague esas velas que provocará un incendio! - Ya te gustaría. Así vendrían los bomberos y podrías ligar a domicilio. - ¡Oiga! Eso lo sé hacer si ayuda. - Deja que lo dude. Lástima de genes perdidos porque de tu abuela no te ha llegado ni uno.

Vacié un cubo de agua sobre el altar. Recogí del suelo la foto de Luisito. - Mira, Pascualita ¿qué te parece este chico? Es guapito, pijo, rico, se ama y se admira y es un estafador, un encantador de serpientes, un... ¡Oye! - La sirena me arrancó la foto de las manos, le aplicó los dientes de tiburón y en un segundo la convirtió en confetti. Después hizo el signo de OK. - ¡Cotilla ¿quiere chinchón? (es la mejor manera de aplacarla cuando se enfada y ahora se enfadaría) - Antes de que la vecina llegara, metí a Pascualita en mi escote  y le di de beber en un dedal. - Se lo había ganado.


viernes, 18 de diciembre de 2015

Luisito.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Vengo con los pelos de punta! ¡No sé a dónde iremos a parar! ¡La Justicia la tiene tomada con nosotros! - ¿Cuándo dice "nosotros" se refiere a ladrones, maleantes y demás ralea? - Dicho así suena feo... Es mejor decir el Ramo de los Listos. Se está perdiendo la sana costumbre de hacer la vista gorda, o dejar pasar el tiempo para que el delito prescriba. - Se refiere a chorizos de alto estanding ¿verdad? - ¡Exacto! siempre ha habido categorías. No es lo mismo un ratero que le roba la cartera a un parado a que un rico haga lo mismo a miles de ellos. No vas a comparar. El primero se merece la cárcel, el otro un premio a la inteligencia.

- Cotilla, está desvariando. - ¡Que no! Fíjate que acaban de condenar a siete años de cárcel ¡A siete años, nada menos! a un crío monísimo llamado Luisito, que se quedó con las grandes posesiones en tierras y casas, de un matrimonio al que el chico tenía encandilados con su simpatía. Y no tuvo que asaltar la casa, descerrajar puertas y ventanas, amenazarles con una pistola... ¡Que va! Ese niño tiene una virtud innata para éste trabajo. - ¡Menudo pájaro el tal Luisito! - ¡Que sabrás tu, mentecata! Un artista es lo que es. Les pidió que se lo dieran y se lo dieron ¡y ante notarios! A ver quién es el guapo que iguala ésto. Debo reconocer que casi me ha echo olvidar mi pasión por Luís Bárcenas... ¡Anda, otro Luís! Ahora mismo montaré un altar a mayor gloria de los Luises: el maestro y el alumno aventajado.

- ¡En mi casa, no! - ¿No tenías que hacerle un recado a tu abuela?  - Pues... - Delante de mi te encargó llevar uno de los libros de Las cansiones de Ossifar a una amiga suya que vive por la playa de Illetas ¡Ya estás tardando porque esa señora tiene muchas ganas de tenerlo! - Que venga ella a buscarlo. - Está inválida, la pobre (la voz compungida de la Cotilla, me llegó al corazón y salí camino de la parada del bus)... a pesar de que no recordaba el encargo de la abuela. Claro que el chinchón que bebimos ayer pudo jugarme una mala pasada...

Ni encontré la casa, ni a la amiga de mi abuela, ni a ninguna inválida en quinientos metros a la redonda. Al volver encontré a la Cotilla poniendo flores de plástico de la tienda de los chinos, en el altar que construyó durante mi ausencia - ¡No le dije que NO! - Ah, perdona, pero yo entendí que SI


jueves, 17 de diciembre de 2015

La presentación.

_ "¡Que nervios, nena! Estoy como un flan" - ¿A amanecido zzzzzzzzzz ya? - "Que cuajo tienes ¿A quién le importa eso. ¡Hoy es el día esperado y no sé qué ponerme! ¿Debería estrenar los zapatos que tocan villancicos al andar? Pensaba hacerlo el domingo de las Elecciones Generales pero hoy también es un día grande... ¿Qué dices?" - zzzzzzzzzzzzzz. - "¿Cómo puedes dormir? eres más fría que una barra de hielo.

Cuando ha sonado el despertador yo estaba zombi. No he podido pegar ojo en toda la noche porque la abuela no paraba de telefonear. Al final me he levantado para tirar el móvil dentro del acuario - Toma, Pascualita. Habla con tu amiga. - Y me he vuelto a la cama... Ahora estoy incomunicada y me siento libre como un pajarillo al que le han abierto la jaula.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! He traído una docena de huevos del contenedor del súpermercado y un paquete de bacon. Haremos un desayuno internacional. - En este momento entraron los abuelitos. El tenía unas ojeras que se las pisaba. - ¿Tampoco has dormido? Vamos a desayunar y reponer fuerzas. - Comimos como lobos y acabamos el desayuno mojando en el cola cao y los cafés con leche, los croasanes que hacía tres días trajo la Cotilla.

La barriga llena y la noche de insomnio obraron el milagro de adormecernos. Antes de que los párpados se nos cerraran del todo, la abuela dijo - "¿Un chinchón?" - Por supuesto que sí. - A partir de este momento, no recuerdo nada más.

Tres horas después, unos ruidos sospechosos llamaron nuestra atención. Un Andresito verdoso, iba y venía del cuarto de baño a la salita para volver a salir corriendo al wáter. - ¿Qué le pasa a éste? (preguntó la Cotilla) - "Le habrá caído mal el desayuno" - Pues a mi no. - Ni a mí. - "A mi tampoco pero mi maridito es muy fino. Su estómago no aguanta huevos caducados" - No podrás ir al evento de ésta noche, abuela. - "¿Se ha suspendido? - No. Lo digo porque tendrás que cuidar del abuelito. - "¿Yo? Que lo haga el guardaespaldas que para eso se le paga" - Pero... - "¡Ni pero, ni pera! Yo no me pierdo la presentación del libro de Pau: Las cansiones de Ossifar"

Esta vez la fiesta no ha sido en El Funeral sino en la cafetería Molta Barra. Estaba a tope. Abarrotá. La gente entraba en grupos y Pau no paraba de vender y dedicar libros. Las cervezas y los pinchos pasaban de la barra a las mesas sin parar. La música de Ossifar, que tan buenos ratos nos hizo pasar, sonaba en todo el local y las viñetas de sus canciones se proyectaban en una de las paredes.

La abuela, con sus zapatos de tacones altísimos lanzando destellos y tocando villancicos, más el termo de los chinos al cuello con Pascualita mirándolo todo con sus ojos saltones, no paraba de ir de un corrillo al otro, repartiendo besos y saludos. No se perdía ningún detalle. ¡Un éxito, un éxito! Al final de la noche Pau metió la mano derecha en remojo para descansarla. Salía humo de entre los dedos de tanto usarla

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Preparándose para el domingo.

La abuela ha venido a enseñarme la ropa que se ha comprado. - "Es para ir a votar el domingo" - ¿Te compras ropa para eso? - "¡Claro! Es la fiesta de la Democracia y yo seré presidenta de una mesa electoral. No puedo ir de cualquier manera" - ¿No te parece que tiene muchos brillos? - "Que va. Son ropas discretas. Lo que realmente brilla son los zapatos y al pisar suena un villancico. Los compré al señor Li." - Menos mal que te pasarás la mayor parte del día sentada.

- "Creo que me llevaré a Pascualita" - ¿El domingo? ¡Ni hablar! - "Tiene que aprender lo que es la democracia para que, cuando vuelva a su hábitat..." - Ya la llevamos una vez para que aprendiera y sigue en casa. No en la suya. - "Me gusta ejercer de abuela amorosa con ella" - Házlo conmigo que soy tu nieta. - "¡Sí, hombre. No tengo otra cosa que hacer!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya te has vuelto a comprar ropa? - "Voy a ser presidenta de una mesa electoral y tengo que dar buena impresión" - ¡¿No me digas?! A mi también me ha tocado... Voy al colegio de la esquina. - "¡Y yo! jajajajajaja ¡Que bien lo vamos a pasar! Llevaré una botella de chinchón". - ¡Y algo de picar! - Yo votaré temprano para no pasar vergüenza si me relacionan con vosotras. - ¡Que cruz tenemos con tu nieta!

Delante de una taza de café, la conversación se alargó y después de tocar varios temas llegamos al de los guardaespaldas. - ¿Encontraste al que te querías ligar? - "Estaba en misa. Se había quedado dormido en uno de los bancos. Lo encontré gracias a los ronquidos. Cuando lo desperté me dijo que se había aburrido como una ostra y si ya era la hora del cachondeo. Lo mandé a su casa con cajas destempladas, por bobo"

"Esta mañana se han plantado frente a Andresito para hablarle de sus reivindicaciones" - ¿Ya? Si hace tres días que trabajan para él. - "Le han pedido que les ponga un guardaespaldas a ellos también para evitar el acoso sexual al que, dicen, les someto" - Se os llenará la casa de tios cachas. - "No me importaría. Así tendría más dónde escoger y tu también, boba de Coria" - ¿Y qué ha dicho tu marido? - "Que le parece excesivo" - Tiene razón. Incluso perjudicial para vosotros porque, si a la casa de Isabel Presley la llaman Villa Meona, a la Torre del Paseo Marítimo le llamarían La Torre de las Espaldas Guardadas. - "La Momia, que ya se ha cansado del jovencito por el que bebía los vientos, quiere "material" nuevo para sus ligues. Andresito está con los pelos de punta pero su madre, al verlo tan alterado, le ha dicho que si no aprovecha ahora que ya tiene entre 105 y 110 años, no lo hará nunca y la vida hay que vivirla a tope y sin desperdiciar el tiempo. Me encanta mi suegra" - Y a mí, mi bisabuelastra.




martes, 15 de diciembre de 2015

El guardaespaldas.

- ¿Ya ha salido el abuelito del hospital? - "Sí. Ya está en casa. Los médicos le han dicho que no pueden tenerlo allí más tiempo. Qué está bien, dentro de lo que cabe" - ¿Esto que quiere decir? - "Que no está para lanzar las campanas al vuelo porque está debilucho pero puede hacer vida normal ¿Sabes que ha respondido? Que eso es lo que le preocupa" - ¿Por qué lo habrá dicho? - "Porque no quiere hacer de portero para mi. ¡Que egoísta es! Sale a ti" - Si no somos consanguíneos - "¡Sí que lo sois! Un día que te pinchaste un dedo con una aguja, te chupó la sangre." - ¿Con eso basta? - "Naturalmente"

Mientras  hablábamos, Pascualita se arrastró hasta mi taza de cola cao, se aupó con las manos, saltó dentro y se comió el trozo de ensaimada que estaba mojando en ese momento. Después dio un coletazo y me puso perdida - ¡¡¡Abuela, dile algo al monstruo ese!!! (grité, enfadada) - "Pascualita, guapa, no te quedes a medias ¡Toma! (y le dió lo que quedaba de mi ensaimada) Mira como come ¡que graciosa es!... Por cierto, Andresito ha contratado un guardaespaldas" - ¿Tiene miedo de algo? - "De mí jejejejeje Le ha ordenado que esté junto a él las veinticuatro horas del día" - Pobre hombre. - "No es siempre el mismo. Se turna con otro... Le he recordado a Andresito lo que hizo Estefanía de Mónaco con sus guardaespaldas" - ¿Qué pasó? - "Tuvo un hijo con cada uno de ellos. Y quién avisa no es traidor" - ¿Piensas tener hijos con ellos?... Ya no puedes. - "Las ciencias adelantan que es una barbaridad, dice una canción ¡Y es verdad!" - Miré a mi abuela. Parecía hablar en serio. - ¿Qué tal están esos hombres? - "De toma pan y moja" - ¿No te atreverás...? - "He invitado al que sale de guardia esta noche, al Funeral" -  Pero..., pero...

Por la noche la abuela me llamó. Se escuchaba mucho ruído de fondo - "¿Ha venido un guardaespaldas a tu casa?" - No. - "Por la cafetería tampoco" - ¿Le diste bien la dirección? - "Le dije que nos veríamos en El Funeral. Todo el mundo lo conoce. Y a él le encantó por lo que tenía de morboso, dijo... Espera, que voy a brindar por Eustaquio. Hoy hemos colgado su foto en la Pared de los Finados... ¡¡¡Eustaquio, bien. Eustaquio, bien. Eustaquio, bien, bien bien!!!" - Abuela ¿qué le has prometido al cachas para que vaya contigo?  - "¡Erotismo, desenfreno y amor a tutti plen!" - Pues vete para la parroquia que, a éstas horas está empezando la misa jejejejejejeje - "¿No será tan tonto... o sí?" -  


lunes, 14 de diciembre de 2015

¡Biznietos!

Me gusta arrancar trozos de ensaimada con los dedos y mojarlos en el cola cao y ahora no puedo hacerlo ¡Puag! Solo de pensar en la cuña del abuelito, en la que tuve que meter las manos para coger a Pascualita y la muy jodía no se dejaba. Menudo revoltillo hicimos allí. Y desde entonces no paro de lavarme las manos. Ya me sangran de tanto frotarlas y del mordisco que me arreó la sirena. Aún no puedo ponerme los anillos.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¿Os habéis enterado de lo del obispo? - Cotilla, tendremos que cambiarle el apodo porque esta noticia ya se ha quedado obsoleta. (dije con recochineo) - ¡Dile a tu nieta que no me insulte! - "¡Dejádme en paz las dos que no tengo el cuerpo para broncas!" - ¿Estás enferma, abuela? - "¿Por qué siempre piensas lo peor?" - Te podrían ingresar con Andresito y así os hacen descuento.

- "Te salvas de recibir el pescozón que te estás ganando porque estoy contenta y no gracias a ti, precisamente ¡Tengo dos biznietos, por fin!" - ¡¡¡Cómo!!! ¿Quién se me ha adelantado?... ¡No puede ser! Soy tu única nieta... ¿No me digas que ha sido cosa del Médico, el hijo de Andresito? ¡Será idiota! De habérmelo dicho  los hubiésemos hecho a medias... - "No van por ahí los tiros. Ha sido por mediación de Pau" - ¿Pau? - "El dibujante" - Pero... él no... - "¡Ha parido!" - ¡¿Pau?! - "¡Una editorial: Escápula. Y un libro: Las cansiones de Ossifar" - ¡Cotilla, guarde el chinchón que la abuela desvaría!

- "¡Ni hablar! Cotilla, trae la botella que vamos a brindar por mis biznietos y tu echa un buen chorreón en el acuario" - ¡Tu abuela está mal si desperdicia así el chinchón! - Pero no le hicimos el menor caso y levantamos las copas (la Cotilla también a pesar de su enfado) Mientras, Pascualita no dejaba que el licor se mezclara con el agua de tan deprisa como bebía.

- ¡¡¡FELICIDADES, PAU... SUERTEEEEEE!!!

domingo, 13 de diciembre de 2015

Andresito, portero.

Para variar he llamado yo a la abuela. ¿Qué tal está el abuelito? - "Fatal. Iban a sacarlo de la UCI y han tenido que dejarlo unos días más" - ¡Ostras! ¿Ha tenido una recaída? - "No, porque allí no tienen armarios así que no ha podido repetir el salto del tigre jejejejejeje" - No sé cómo puedes bromear con cosas tan serias... ¿Qué le ha pasado ésta vez? - "Al saber que dentro de poco le darían el alta médica, le he buscado trabajo. Quiero que sea mi portero y me abra la puerta de casa cuando llego o salgo" - Para eso ya tienes a Geooorge. - "No es lo mismo. No tenemos una relación amorosa en cambio con mi marido, si" - Pero tienes llaves de la Torre del Paseo Marítimo... - "¡¿Y qué tiene que ver la velocidad con el tocino?! Yo quiero experimentar sensaciones nuevas como las del obispo y su ligue. ¿Te imaginas lo que es para una mujer enamorada que tu chico..." - Llamar Chico al obispo es tener guasa, abuela. Tiene el pelo blanco. - "Para mí es un chaval" - Ah, bueno. Visto así... ¡Aaaaaaaaaaaaaaaayyyyyy! (el pescozón no me dejó acabar la frase porque me di de morros contra el altar de los Amigos de lo Ajeno que la Cotilla aún no ha desmantelado)

La abuela siguió a lo suyo, como si tal cosa, mientras yo intentaba parar la hemorragia nasal a fuerza de kleenex. - Que tu chico te abra las puertas del Palacio Episcopal, es un puntazo. Si sujeta el portón mientras entras el coche para resguardarlo de miradas ajenas y vuelve a hacerlo cuando te vas, echando primero una miradita a ambos lados de la calle en plan caballero medieval protegiendo a su dama, ya es para babear. Lo único que no me gusta es que salga en chandal. Un obispo debe ir vestido de obispo, pero en chandal... como que no..."

- ¿Quiéres decir que estas cosas te aumentan la libido? - "¡Claro! Por eso quiero experimentarlo con Andresito, pero sin chandal" - ¿Tendrá que vestirse de obispo? - "Lo pensaré..." - No me extraña que su corazón no esté para estos trajines amatorios.

Insistí en ir con ella a la clínica - "Iré con Pascualita. Contigo seremos tres y tres son multitud" - ¡Es mi abuelito!" - Al final, cedió - "Eres más pesada que una vaca en brazos" - La abuela quería que la sirena conociera lo que era una UCI y el trabajo que se hacía allí, por si algún día volvía a su hábitat y lo ponía en práctica en el fondo del mar. Llevaba abierto el termo de los chinos para que su amiga pudiera ver bien.

El abuelito dormitaba en su cama. Tenía mala cara y lo acentuaba el hecho de llevar varios tubos enchufados a su cuerpo. Junto a él unas máquinas parpadeaban machaconamente y de una percha colgaban varias bolsas llenas de líquido que entraba, gota a gota, en las venas. Mientras a mi se me ponía la carne de gallina Pascualita abría de par en par sus inexpresivos ojos de pez ¡y saltó a una de las bolsas de suero! La mordió y todo el líquido cayó al suelo. La sirena se enfadó mucho y atacó la siguiente bolsa con el mismo resultado - "¡Cógela, maldita sea!" (me susurró la abuela, alterada) - ¡Cree que es agua y quiere meterse dentro! - De repente dos enfermeras entraron corriendo ¡¿Qué pasa?!

Cuando volvió la calma y se repusieron las bolsas, la abuela echó un rapapolvo a todo el personal de la UCI que se le puso a tiro. - "¿Para esto pagamos? ¿Para que pongáis unas bolsas baratas que no aguantan el peso del líquido? ¡Como le pase algo a mi marido se os va a caer el pelo!" - Será por los recortes en Sanidad... De todas maneras...no entiendo... Nunca... había... pasado algo... así. ¿Seguro que no han... tocado nada? - "¿Pretende echarnos la culpa?"

Al salir, muy dignas, de aquel lugar, pregunté - ¿Dónde está? - "La he tirado a la cuña" - ¿Estaba vacía? - "No. Vuelve a entrar y cógela porque no creo que Pascualita aguante mucho allí dentro" - La has tirado tú... - "¿Sigues queriendo ser dueña de la Torre del Paseo Marítimo?... Pues, eso"

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sábado, 12 de diciembre de 2015

Otra ocasión perdida.

La escandalera de pitos formada debajo de casa, ha precedido a la entrada de la abuela. - ¿Cómo está Andresito? - "¿Cómo va a estar? en la UCI" - Pero ¿lo has visto bien? - "¡Claro! No soy corta de vista" -  Me refiero a si hoy... - "¡No! Hoy no lo he visto porque me he encontrado con éste personaje que me acompaña ¿Has visto qué cosa más guapa?" - ¿Este quién es? - "Un malabarista. Un artista que se gana la vida haciendo malabares en los semáforos. ¡Vamos a desayunar! Nena, prepara café con leche que traigo ensaimadas"

Detrás de la abuela habían entrado el malabarista y Geooorge que no lo miraba con buenos ojos. Creo que estaba celoso por las atenciones que recibía de madame.

Mientras se hacía el café, la abuela le pidió que hiciera algún juego con lo que llevaba en la mochila. El joven sacó seis bolos y los fue lanzando al aire. Con los dos primeros se cargó los florecentes del techo - ¡¿Qué haces, hombre?! (le grité, enfadada) - "Esto no son modales, nena. Ten paciencia hasta que te haga un biznieto" - ¡¡¡Abuela!!! - Antes de que se hiciera con la altura del techo de la cocina, rompió alguna cosa más y casi descalabró a la cabeza jivarizada del abuelito Roberto que cayó, rodando, a sus pies.

Mientras nosotros comíamos una ensaimada, él artista se comió tres ¡Menudo saque! - ¿Cómo te llamas? (pregunté para tenerlo despistado y no nos dejara sin desayuno. Pero la abuela se le adelantó) - "Marcelo" (El susodicho la miró con sorpresa) "Como el angelito del Ministro del Interior... Lo dijo él" - ¿Pero, "angelito" no es el obispo? (pregunté, confundida) - Entonces la abuela se levantó de un salto y dijo: - "¡Yo también tengo un angelito!" - ¡Noooooo! (grité y corrí tras ella)

No pude hacer nada y poco después, se presentó en la cocina con la sirena agarrada al broche que se puso en la solapa. Marcelo frunció el ceño al verlo - ¡Es un demonio! ¿sois brujas? - ¡Tu madre! (le dije, furiosa) - Estaba visto que aquella relación no empezaba con buen pie.

La abuela se enfadó conmigo por tratar mal a la visita. - ¿He sido yo quién ha roto la luz de la cocina, el cristal de la ventana, la cafetera que te regaló mi primer abuelito cuando erais novios y casi lo descalabra? ¡No.Y encima, casi nos deja sin ensaimadas! - "¡Egoísta!" - ¡¡¡Llévatelo de aquí!!!

Los gritos sacan de quicio a la sirena. Saltó del broche a la cabeza del artista y se escondió entre su pelo ensortijado. Al notar el golpe, Marcelo, hundió los dedos entre los rizos y se encontró con la dentadura de tiburón. Y entonces, todo fueron gritos, saltos, alaridos de Geooorge qué salió corriendo escaleras abajo, gritando conjuros en inglés por si Marcelo tenía razón al decir que éramos brujas. Cuando pude arrancar a Pascualita ya quedaban pocos rizos en aquella cabeza. La abuela me miró, furiosa y sentenció: - "¡Adios, biznieto!"






viernes, 11 de diciembre de 2015

Andresito está en la UCI.

Andresito está en la UCI. La abuela me lo ha comunicado ésta madrugada, para variar. - "Se lo acaba de llevar la ambulancia a la clínica" - ¿Por qué no has ido con él? - "Estará bien atendido y yo aprovecharé para dormir más ancha y no oír sus ronquidos" - Visto así...

A media mañana ha venido a buscar a Pascualita. - "Nos vamos de paseo hasta la Catedral" - ¿No tienes que ir a la clínica? - "¿Tienes miedo de que se escape Andresito? Lo primero es lo primero. Voy a ver si me encuentro por allí, con el obispo" - ¿Por esto llevas un vestido con grandes flores estampadas, muy primaveral. - "Sí jijiijiji. Es un símil para decirle, virtualmente, que estoy con él" - ¿Con Andresito? - "¡Con el obispo, coñe! Por aquello de que la Primavera, la sangre altera... ¿Crees que en el fondo del mar tendrán obispos? Por si acaso tendré una charla con Pascualita sobre lo que está pasando con el obispo, para cuando vuelva a su hábitat" - Será el bicho más informado del fondo del mar... Por cierto ¿por qué tuvo un infarto el abuelito? - "Se pasó con las viagras"

Por lo visto, la abuela le contó los amores del obispo y su secretaria, a su manera y él se puso como un tigre de Bengala después de tomarse tres pastillitas azules. Se subió al armario rugiendo. El armario tiene más años que la Momia y se le partió una pata, de modo que el abuelito se desestabilizó, cayó contra la mesita de noche, le saltó la dentadura que quedó en posición de mordisco, en uno de los pechos de la abuela que no paraba de reír mientras su marido se ponía morado, morado, morado a causa de los porrazos y el infarto que le estaba dando. - "¡Al final me meé de risa! Este Andresito, cuando quiere, es muy gracioso" - ¡Se estaba muriendo! - "Sí, pero con gracia"


jueves, 10 de diciembre de 2015

Amor, amor, amor...

La abuela me ha llamado para decirme que la vida, las flores, los pajaritos, la nubes blancas que surcan el cielo, las palomas que se posan sobre las estatuas dedicadas a los grandes hombres, los paseos de tierra amarilla que rodean los parques, los peces de colores, el timbre de las bicicletas, el humo de las chimeneas, el olor de madera quemada, el aroma del pan recién hecho... - Abuela, perdona que te interrumpa... ¿has tomado chinchón en lugar de café esta mañana? - "Eres una borrica integral ¿Sabes lo que es el romanticismo? ¡que vas a saber si eres un témpano de hielo con patas! Tienes la sensibilidad pegada al culo. Te hablo de amor y piensas que estoy borracha" - Es lo que pensaría cualquiera que te oyera... - "Asómate al balcón. Aspira fuerte y el olor del amor entrará en ti" - ¡Jopé, abuela! Me tienes preocupada! - "¡Que te asomes, coñe!"

Hice lo que me decía y entré de nuevo en casa tosiendo como una descosida - No se porque te hago caso ¡cof, cof, cof¡ Ay ¿desde cuando el amor huele a tráfico rodado, a polución y a contenedores sucios? - "Si es que no sabes ni oler. Bajo ésta pátina de suciedad se esconde una hermosa flor: el Amor" - ¡Y dále! Si que se ha lucido Andresito ésta noche.

- "Deja a Andresito en paz que me tiene contenta. Es tan insensible como tú. Anoche me puse un mini camisón nuevo. Lo compré en la tiende de los chinos del señor Li. Es negro, transparente y tiene unas lucecitas que se activan apretando un diminuto botoncito. Cuando entré en la habitación él  estaba dormido. Es una marmota éste hombre. No encendí la luz para que los efectos fueran más espectaculares. Me puse de pie en la cama, apreté el botoncito e inicié un movimiento de vaivén como si fuese una ola. Después, con el pie, busqué su pecho para despertarlo con un suave masaje pero no calculé bien y lo que hice fue taparle la nariz y la boca.  Se sentó de un brinco al quedarse sin aire y cuando vio las luces moviéndose frente a él en la oscuridad, lanzó un grito desgarrador ¡y le dio un infarto! ¿Se puede ser más desagradecido?"

- ¿Se ha muerto? (pregunté, asustada) - ¡Que va! Pero ha quedado algo afectado del cerebro. Dice que los espíritus bailaban sobre su cama" - ¿Le has dicho que eras tú? - "No. Y ahora voy a la Catedral siguiendo el rastro del amor..." - ¡Vale ya, abuela! - "Nuestro obispo está enamorado ¿No es romántico?" - En serio, abuela ¿has bebido? - "¡Que cruz tengo contigo!" 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La romería.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Ayúdame que vengo cargada. - La Cotilla apenas podía caminar de tantos paquetes como llevaba. - No cierres la puerta que viene Geooorge con otro cargamento. - ¿Se puede saber que traen? - Tu abuela ha dicho que va a montar una romería en tu casa y yo, aprovechando el tirón, montaré un altar a mis gurús, los Amigos de lo Ajeno y me ganaré unos euros. - ¡Ya estamos con el altarcito de las narices! Dije que no y sigue siendo NO. - O sea, ¿tu abuela puede montar un Belén destartalado y yo no puedo rendir homenaje a tan ilustres cerebros? - ¿Los está comparando con mi abuela? - ¿Por qué no? Ella también ha hecho cositas que no eran politicamente correctas. - ¡Pero no ha metido la mano en la Caja de todos! - Porque no la tenía a mano...

Geooorge dejó los paquetes que llevaba, en la cocina. - ¿Para qué es todo ésto? - Mi no saber. Madame decir Geoooorge llevar estou a la casau de Boba de Coriau y ... - ¡¡¡Geoooorge, no te consiento...!!! - No ser yo quién decir. Ser madame.

Cuando, más tarde llegó la abuela repartió una parte de las bolsas en bandejas de los chinos y las colocó cerca del Belén junto con un montón de licores.  - "Mis amigas no tardarán en llegar para ver el Belén. Cuando veas que falta algo de todo lo que hay aquí, pones más. Y tu, Geooorge, estarás en la puerta para recibirlas e indicarles que dejen los cinco euros que vale la visita, dentro de ésta hucha tan mona que le he comprado al señor Li.

Después se fue a por Pascualita para que interpretara su papel de Pez en el río, como dice el villancico. Yo estaba inquieta. - Descubrirán que es una sirena. - "Le voy a poner una blusa de plástico, con manga larga color sardina... ¡Mira que guapa está! Ahora parece que tiene aletas ¡Ay, que cosita, por Dios!" - ¿Ya has bebido de buena mañana, abuela?

Lo que se organizó en casa fue un sarao donde, los encopetados amigos y amigas de la abuela comieron hasta hartarse y se bebieron hasta el agua de los floreros mientras no dejaban de alabar la "maravilla" de Belén  y preguntaban, envidiosos, quién era el artista que lo había montado. La abuela, encantada por el éxito de la convocatoria, decía risueña: - "Se dice el pecado pero el pecador jijijijiji"

A los que ya estaban muy bebidos, la Cotilla se los llevaba a la salita y les mostraba el altar que había montado a pesar de mi rotunda negativa.  Y hacía una colecta para, con el dinero que se recogieran de aquí a los Reyes, pagar abogados que defendieran a los corruptos en los juicios. Vi asomar lágrimas a muchos ojos y no se oía el tíntineo de las monedas al caer. No había monedas. Todo eran ¡billetes!

La "romería" duró hasta las seis de la tarde porque, después, la mayoría se iban a El Funeral a seguir la fiesta. Los abuelitos entre ellos. La abuela me confesó que había estado a punto de vender a Pascualita. - "Me ofrecieron verdaderas fortunas por ella a pesar de que les dije que era un robot chino" -

Me tocó recoger y arreglar la casa porque, al día siguiente, seguirían las visitas. Después cogí a Pascualita, le quité la blusa de plástico y la metí en su acuario. Cayó como un plomo. También ella estaba cansada de permanecer tantas horas en un sitio tan pequeño como el río del Belén. Para contentarla eché un buen chorro de chinchón al agua. Entonces llamaron a la puerta. Era Bedulio que traía una denuncia de los vecinos por ruidos y negocios ilegales en mi casa- Y mañana pasará un funcionario de Hacienda... Se os va a caer el pelo. - ¿Por qué me odias, Bedulio? ¿No ves que haciéndolo pones en peligro tu salud mental? - Gracias a la borrachera que llevaba, Pascualita se dedicó a dar saltos mortales ¡¡¡CHOF!!!... ¡¡¡CHOF!!! ... ¡¡¡CHOF!!!... - ¿Qué es eso? - Le ofrecí mi sonrisa más beatífica al decirle. - El fantasma de mi primer abuelito jijijijijiji - Al día siguiente el médico le dio la baja.

martes, 8 de diciembre de 2015

Santa Conchi.

- "Nena, saca todas las croquetas que haya en el congelador que, esta noche, celebraremos Santa Conchi en El Funeral" - Abuela... zzzzzzzzzzzzz... no hay... zzzzzz... croq...zzzzzzz.....uetass...zzzzz -
"¿Queeeeeeeeeeee? ¿estás segura?" - Si... zzzzzzzzzz - "¡Abre los ojos de una vez! ¿Cómo que no hay croquetas? ¿Quién se las he comido?" - El... gato...zzzzzzzzzzzz - "¿Tienes un gato? ¿desde cuándo?" - ¡Déjame dormir, abuela!

No pude hacerlo. Se dedicó a buscar un gato imaginario por toda la casa. Abriendo y cerrando puertas y cajones, arrastrando sillas y mesas, llamándolo por los rincones - "Psisisisiiiiii" - Y cuando se agachó para mirar bajo mi cama, salté como un resorte. - ¡No hay ningún gato. Solo quiero dormir! - "Ni hablar. Ves a comprar un pollo" - A las... ¿cuatro de la mañana?

Me negué en redondo a ir a la compra a esas horas. - ¿No tienes un mayordomo? Pues mandale a él. - "Estará dormido el pobre" - ¡El pobre! ¿Y yo qué? - "Tu eres mi nieta" - ¡Y él cobra todos los meses! - "Porque trabaja. ¿No me digas que te has convertido en una capitalista explotadora de la clase obrera?" - ¡NO! Solo soy una persona que quiere dormir una noche entera. - "Que cruz tengo contigo"

A las ocho y cuarto de la mañana llegó Geoooorge con el pollo. Por los ojos hinchados que traía, no hacía mucho que se había despertado pero no lo dijo. Dijo esto: - Madame, yo esperar que carnicerou matar pollou. Antes carnicerou esperar que traer pollou de granjau... Por eso tardar tantou - ¡¡¡La madre que te parió, inglés!!!

Mientras el pollo hervía, desayunamos las tres porque Pascualita no perdona quedarse sin ensaimada y sin su "piscina" de cola cao diaria. Mientras ella saltaba, una y otra vez, en la taza, la abuela le iba contando que esa noche habría sarao en El Funeral. - "Es Santa Conchi y hay que celebrar el santo de mi amiga. Me pondré unas botas de charol azul, con tacones de vértigo y finos como puñales, que me compré el otro día. Me encanta martirizar a Andresito clavándoselos en los pies. Se pone como una moto y aunque luego va cojo durante días, esa noche cumple sin necesidad de viagra"

- ¿Es necesario que le cuentes tus initimidades a Pascualita? - "Son cosas que le serán útiles el día en que vuelva a su hábitat" - No creo que se ponga nunca unas botas como las tuyas. No tiene piernas. Ni ella ni sus conquistas, si es que hace alguna porque, con lo borde que es, cualquiera se le arrima. - "¿Estás oyendo a mi nieta? (se dirigió a la sirena) Aún no ha nacido cristiano que me hable así y tu tampoco deberías consentirlo" - ¡Oye, no la pongas en mi contra! - "Es mi amiga y tengo que velar por ella" - !Vela por mí que soy tu nieta! - "Eso es circunstancial. Venías en el lote de mi hija" - ¡Abuela!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Estáis friendo croquetas? ( la Cotilla entró como una exhalación en la cocina y tuve que lanzar a Pascualita, sin mirar dónde caía) - "¡Quieta, parada! Ni se te ocurra coger una. Son para la fiesta de cumpleaños de Conchi" - ¡No se va a enterar de que falta una! - "¡He dicho que no!" - Pero la Cotilla, cuando quiere, es la sorda más sorda del mundo mundial y aunque tuvo que regatear a la abuela que trataba de impedirle llegar a la fuente de croquetas, puso la mano sobre la que estaba en lo alto del montón. En cuanto sus dedos se cerraron en pinza la dentadura de tiburón atacó con saña. ¡Pascualita estaba allí!

Los gritos, las carreras, los llantos, los saltos... no impidieron que yo arrancara a la sirena,que se llevó entre los dientes, un trocito de carne de los dedos sarmentosos de la vecina.

Cuando, por la tarde, la abuela se subió en el rolls royce con Andresito y Geoooorge y las croquetas, camino de El Funeral, la Cotilla aún dormía en mi sofá gracias a una enorme borrachera de chinchón.
¡FELICIDADES!



















lunes, 7 de diciembre de 2015

Montamos el Belén.

- "¡Arriba, nena, que vamos a montar el Belén!" - Mis ojos estaban pegados, el cuerpo lacio, la mente dormida y cerrada a nada que no fueran los sueños. - ¡¡¡Arriba, arriba!!!" - A base de gritos y sacudidas fui regresando al mundo de los despiertos. Fue un proceso doloroso y afanoso. Como si el Sueño me tirara de un brazo y la abuela de otro. Por supuesto, ganó la abuela. - ¿Ya... han puesto las... calles?

En el comedor había un montón de cajas llenas de espumillón, bolas de cristal y plástico, el árbol de Navidad de todos los años desde hacía quince, y las figuritas del Belén. Unas figuritas de todos los tamaños y de distintas facturas. Eran piezas heredadas de antepasados remotos, otras habían sido encontradas por la Cotilla años atrás durante sus rutas nocturnas en busca de contenedores de basura.

Con las casitas, palmeras, animales domésticos, pasaba igual. Casi ninguno se avenía con los demás. Miré todo aquello pensando, como todos los años, que cuando lo desmontara se iría a la bolsa de basura y ésta al contenedor del pueblo más alejado de Palma para que la Cotilla no  pudiera repescarlo.

Loca de ganas de volverme a la cama, no puse objeción a nada de cuanto me decía la abuela. Quería terminar cuanto antes, así que mejor dejarse de discusiones. Cuando acabamos ya era de día. Contemplé la "obra de arte" y dije - Esto no tiene remedio. - Y luego, dándome cuenta de la realidad. - ¿Por qué lo hemos hecho en el cuarto de la plancha, abuela? - "Mis amig@s y vecin@s vendrán a verlo" - ¿Estás de broma? - "Están deseándolo porque nunca han visto un pupurri como éste. ¡Será un éxito de público y de dinero. Les cobraremos 5 euros por persona! - ¿Quiéres que nos corran a gorrazos y nos denuncien por estafa? - No seas negativa. Tod@s tiene belenes fantásticos en sus casas. Los hay florentinos, romanos... etc. Con figuras vestidas de ricas telas de seda, brocado, tisú... Verdaderas maravillas. Belenes que se han montado siempre en sus casas y donde todo permanece en el mismo sitio, año tras año, generación tras generación.

- Podrías haberlo puesto en tu casa, al fin y al cabo tus amigas viven por allí - "¿Cómo voy a poner esta birria en mi casa? Somos ricos y debemos guardar las formas, así que sacaremos las figuras que la Momia heredó de su bisabuela y cantaremos villancicos a su alrededor.

Nos sentamos a desayunar con Pascualita y la cabeza del abuelito Roberto. - Tendríamos que buscarles un puesto en el Belén a éstos dos (dije de mal humor porque la abuela me acababa de meter en un embolado)

Discutimos el asunto y al final, decidimos que Pascualita nadaría en el pequeño rio de los patos. Con la cabeza del abuelito tuvimos más dudas hasta que a la abuela se le encendió la bombilla: - "¡Será el ángel anunciador de la Buena Nueva a los pastores!"

Después de limpiar las huellas del desayuno de Pascualita, la metimos en el riachuelo del Belem y la abuela, llevándose el dedo índice a los labios, le indicó indicó silencio y tranquilidad. La sirena, que siempre oye lo que quiere, se avino a razones y dejó de alborotar.

La escena de los pastores se convirtió en algo espelúznante. Sobre el frágil arbolito, la cabeza jivarizada, con ojos y boca cosidos, la piel zurcida por mil sitios y el largo y escaso pelo cayéndole sobre los ojos, se asomaba con un cartel en las manos que decía: Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Y hasta las figuritas tenían ganas de echar a correr del miedo que les daba.

domingo, 6 de diciembre de 2015

El día de la Constitución.

Hoy, que se celebra el Día de la Constitución Española, he salido a la calle con Pascualita para que disfrute del buen tiempo y de paso se entere de lo que es una Constitución.

Llevaba al cuello el termo de los chinos, con el tapón quitado, para que la sirena me oyera mientras se lo explicaba. - Es un libro que contiene... ¿me estás escuchando? - Habíamos llegado a la Plaza de España y el suelo estaba lleno de palomas pedigüeñas. Una niña pequeña fue corriendo hacia ellas y levantaron el vuelo, indolentemente, para posarse otra vez un poco más allá... cerca de donde estábamos nosotras. - La Constitución dice que todos somos iguales ante la Ley... en teoría. Esto lo digo yo porque no me parece igualdad que alguien esté en prisión por robar unos pañales para su bebé y otro, que se ha llevado millones nuestros a paraísos fiscales, siga en la calle y con tratamiento de don, en cambio el otro es un pardillo, un pobre desgraciado, etc... ¿Te das cuenta de la diferencia?

La sirena estaba distraída mirando todo lo que nos salía al paso. - Pascualita, no te disperses que te estoy hablando de algo muy importante que podrá serte útil el día en que vuelvas a tu hábitat natural. Imagínate, todos los peces tendrá su casa... ¿Tenías casa cuando vivías allí? - Ni siquiera me miró. Estaba pendiente de las palomas que volaban bajo y se iban acercando a nosotras. De repente una se puso en mi cabeza - ¡Eeeeeeh, quita de ahí! - A continuación, otras se subieron a mis hombros  y una, más atrevida, apoyó sus patitas en la boca del termo. 

La paloma y Pascualita se miraron sorprendidas. La sirena intentó tocarla y recibió un picotazo en la cabeza. Montó en cólera. La paloma, asustada, salió volando para ponerse a salvo y se subió en la cabeza del Rey Jaime I el Conquistador que, en calidad de estatua ecuestre, dominaba el panorama de la Plaza.

Pascualita, enrabietada por el injustificado picotazo, saltó tras ella y, en lugar de subir como la paloma, cayó como un plomo en el pequeño estanque que hay a los pies del Rey. Menos mal que había caído en blando porque hubiese quedado espachurrada contra los carísimos adoquines del suelo que pusieron en la ultima reforma y se rompen con facilidad.

No me preocupó que cayera al agua hasta que la vi ahogarse ¡Era agua dulce! Intenté entrar en el laguito pero era difícil pasar por allí. Me sentí inútil viendo como la sirena daba sus últimas boqueadas. El susto le había quitado la extraña inmunidad que tiene de poder estar fuera del agua el tiempo que quiera. Finalmente me subí a la reja y salté. El agua estaba helada pero no me paré a pensarlo. Cogí a la sirena y la metí en el termo, tan rápido que nadie me vio.- Salía de allí echa una sopa y tiritando de frío. - ¡Vaya, vaya! Vuelves a las andadas ¿No te da vergüenza hacer cosas de cría con lo mayor que eres. - ¡Bedulio!... ¿no me irás a multar? -  De mil amores ¿A ver si crees que voy por ahí perdonando a los infractores? - Pero... es el día de la Constitución. - ¡Y el día de Santa Multa, patrona de sinvergüenzas, pillos y maleantes! Hale, andando para el cuartelillo.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Aparece Bedulio.

He ido a un parque municipal y cuando no me miraba nadie, me he llevado un pez rojo que nadaba en un estanque con nenúfares.

Tengo que congraciarme con Pascualita porque, desde que tuvimos la conversación de mujer a media mujer, me tiene amargada. Si está en su acuario me escupe agua envenenada cuando paso por su lado. Tengo que llevar las gafas de sol puestas en casa para que no me pille desprevenida. Otras veces salta sobre mi con la dentadura fuera . Gracias a mis reflejos, la sirena se ha dado unas buenas costaladas contra muebles y suelo, cuando me aparto. A veces queda KO y tengo un rato de tranquilidad pero otros, vuelve a la carga una y otra vez. ¡Que pesada! ¿Cómo iba a saber yo que está en pleno celo?

El pez que he cogido es una carpa de buen tamaño, vigorosa... o vigoroso . No le he preguntado si es él o ella pero, para un apaño, ya le valdrá a Pascualita.

Cuando me iba del parque se me ha ocurrido que podría prepararles un precioso escenario romántico para que acercaran posturas (nunca mejor dicho) y he vuelto atrás para coger algunos nenúfares en flor y ponerlos en el acuario. También podría colocar una velitas encendidas sobre las flores y echar un buen chorro de chinchón al agua. Quedaría tan... ¡Pum! Mi ensoñación se rompió de pronto. - ¡Déja esos nenúfares dónde estaban! - ¿Bedulio? - Me volví para enfrentarme al Municipal - ¡Que susto me has dado, jodío! jajajajajaja ¡Me alegro de verte después de tanto tiempo! - Y me acerqué a saludarlo con un beso pero él se retiró y extendió los brazos ante mi. Solo le faltó decir: ¡Vade retro, Satanás!

Sacó la libreta de las multas y empezó a escribir - ¡Oye! ¿No irás a multarme por dos flores birriosas? - Estás robando a la comunidad. - Que yo sepa el parque no pertenece a ninguna Comunidad de Vecinos... - El parque es de TODOS los ciudadanos que lo hemos pagado con nuestros impuestos. - Bueno (dije, risueña) entonces me llevo lo que corresponde a lo que he pagado yo jejejejejeje - ¿Y el pez? - (Vaya, así que me había visto...) ¿Qué pez? - El que llevas en la bolsa. (Y me la arrancó de un tirón) - ¡Oye. Que acabo de comprarla en el súper. Está congelada! - La puñetera carpa chapoteó en aquel mismo instante. Bedulio comprobó que estaba viva y coleando dentro de un recipiente con agua. - Por mentir, reírte de la autoridad tomándome por tonto, por cortar flores, por llevarte un pez de los grandes, por... - ¡No sigas que acabarás acusándome de haber matado a Kenedy! - ¡Mil euros de multa! - ¡Queeeeeeeeeeeee! ¡Toma tu pez, tus nenúfares y métetelos por donde te quepan! - Mojó con la lengua la punta del bolígrafo y anotó: - Por injuriar e insultar a la autoridad... - ¡¡¡Para!!!

Después de mucho discutir, devolví el pez y las flores al estanque y me marché de allí enfadada, abroncada y con un susto en el cuerpo que me temblaron las piernas un día entero. Menos mal que me quitó la multa.


viernes, 4 de diciembre de 2015

De mujer a media mujer.

Ya que vivimos juntas debemos conocernos mejor por eso, después de desayunar, Pascualita y yo hemos tenido una conversación de calado: Hemos hablado de lo divino, lo humano y lo submarino.  Hemos dado nuestras opiniones, expresado nuestras ideas... Y por si esto fuera poco, a la abuela nunca se le ha ocurrido hacer algo igual.

Pascualita, sentada sobre el frutero miraba como limpiaba la mesa, la pared y el suelo de la cocina, después de que lo pusiera todo perdido de cola cao. La rabia me carcomía por dentro y he estallado - ¡Todos los días lo mismo! ¿No te da vergüenza? Tendrías que hacerlo tú. En mi mundo¡ quién ensucia, limpia, bicho asqueroso! -

Reconozco que no ha sido el mejor modo de empezar una conversación pero yo tenía que hacer valer mi autoridad. Al fin y al cabo es mi casa y la sirena mi huésped. - ¿Te gustaría que hiciera lo mismo en tu casa? - Ella seguía mirándome con sus redondos ojos de pez. - ¿No tienes nada qué decirme? - Entonces hizo la señal de OK.

- ¿Qué quieres decir? - (Otra vez OK) - ¿Te gustaría que ensuciara tu casa? ¡Claro! Estarías en ella... ¿La añoras? - Tiró una manzana al suelo. - La culpa de que estés aquí es de la abuela. Te ha cogido cariño... Yo también, a pesar de todo... En el fondo del mar, ¿habláis entre los peces? - (Tiró un plátano) - Que buena vida os pegáis allí abajo: solo comer, nadar y dormir. ¡La ilusión de mi vida! - Tiró una manzana con mala uva) ¡Vale! ya sé que el pez grande se come al chico y que no todo es coser y cantar. Pero aquí estás tu, con más años encima que Matusalem ¿Acaso no eres una de las sirenas que cantaba a los pescadores para atraerlos al mar y comérselos? - (OK) - ¡Entonces tengo razón: eres más vieja que la tos!

Seguimos nuestra charla. - ¿Es religiosa tu mitad persona?... ¿No me entiendes? Vale. No me he expresado bien ¿Crees en Neptuno? - OK - ¿Sí? Bueno, hay que reconocer que el hombre estaba cachas y tenía su puntito erótico con esos pelos y barbas larguísimos y los abdominales bien marcados como si se pasara la vida en el gimnasio jejejejejeje (ahora me tiró una pera) No te ofendas, Estar buenorro no es malo...

- ¿Tenías pareja allí abajo?... ¿no?... ¿No hay sirenos? - (Me enseñó los dientes y no supe si sonreía o me amenazaba) - ¿Hay sirenos? repetí. - Entonces hizo como si masticara - ¡¿Te los comes?! - OK - ¿Antes de... o después de... ? (me daba vergüenza ser más explícita la primera vez que teníamos una conversación de mujer a media mujer (o algo así). Pascualita dio un salto mortal y cayó en el fregadero y siguió saltando hasta llegar a la despensa y subirse al paquete de latas de atún. Clavó la dentadura en una de las tapas y un segundo después se comió el contenido. Repitió la operación hasta que las vació todas. - ¿Cómes atúnes?... ¿Los atacas o te lías con ellos de buenas a primeras? - Pascualita me tiró, una tras otra, las latas a la cabeza, poniéndome perdida de aceite. Estaba fuera de sí e impulsándose con la cola, saltó sobre mí con la dentadura de tiburón abierta de par en par.

Ahora tengo una teta que nome cabe en el sostén. Estoy cansada de saltar, brincar, correr, llorar, gritar y maldecir. Cuando he podido respirar bien, he llamado a la abuela. - "Solo a ti se te ocurre mentar la soga en casa del ahorcado. Pascualita está en celo y no hay machos de sirena en mil kilómetros a la redonda, boba de Coria."

jueves, 3 de diciembre de 2015

Se quedan sin casa.

La abuela me ha llamado llorando como una Magdalena. Menos mal que soy de espíritu fuerte que sino, me hubiese dado un corte de digestión porque me ha pillado en plena comida. - ¿Andresito se ha ido de casa? - "¡No me hables de casaaaaa... buaaaaaaaaa!" - ¿La Momia se ha ido a vivir con su novio? - "¡Eres tontaaaaaaaaaa... buaaaaaaaaaa!" - ¿Se ha muerto un amigo? - "¡Me he quedado sin casaaaaaaaaaaaaaaaaa... buaaaaaaaaaaa!" - ¿Por los recortes? - "¡Que cruz tengo contigooooooooooo... buaaaaaaa!"

Como no sacaba nada en claro, he dejado el teléfono sobre la mesa y he seguido comiendo y viendo la tele. Pascualita ha reptado hasta el aparato y al escuchar la voz de su amiga y no verla, ha tenido una reacción extraña: Sus pelos -algas se le ha puesto de punta.  Al acabar el primer plato he vuelto a escuchar y seguían los lloros. Lo mismo he hecho después del segundo plato y del postre. Entonces, viendo que me quedaba sin siesta, he intervenido. - Abuela ¿por qué no te calmas y me dices qué ha pasado? - "¡Han tirado mi casaaaaaaaaa. Solo queda un solar vacíoooooooooo... buaaaaaa!" - ¿Han tirado MI Torre del Paseo Marítimo? - "¿Tú Torre? Muchas ganas tienes de mandarme al otro barrio" - Ha sido un lapsus. Perdón. Pero ¿por qué la han tirado? - "Que peliculera eres. La Torre está intacta, boba de Coria ¡Es mi casa la que ya no existe!" - Cada vez te explicas peor, abuela.

Colgó enfadada y veinte minutos después escuché el concierto de pitos bajo mi casa cuando el rolls royce aparcó en la parada del bus. - "¿Cómo puedes ser tan obtusa? ¿Por qué no me entiendes a la primera? ¿Qué mal habré hecho en la vida para que me haya tocado una nieta como tú? ¿Cúal es la verdadera casa de una persona, animal de bellota? ¡La casa donde se nace!" - ¿Esa es la que han tirado hoy? Pero si ya estaba para caerse... - "Que poca sensibilidad tienes. En esas paredes quedaron prendidos mis primeros recuerdos. Cuando pasaba por delante sabía que estaban ahí ¡¿Dónde habrán ido a parar?!... ¿Y los de mis amigos que compartieron sus vida, sus juegos, sus aventuras conmigo?¡Que desgracia tan grande! No puedo parar de llorar"

- Pero si llevas más de cincuenta años fuera de allí. - "Yo sí, pero los recuerdos no.- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Esos berridos los sueltas tú? (dijo la Cotilla a la abuela) ¿Qué te ha hecho tu nieta? - "¡Han convertido en escombros nuestra casa, Cotillaaaaaaa!" - ¿Qué? ¡No es posible! ¿Han convertido en polvo nuestros mejores años? - "Así es. Ya no volveré a pasar por la calle Balmes... ¡buaaaaaaaaaa!"

Miraba atónita a las dos viejas llorando a moco tendido por unas viejas casas, pequeñas, que se caían a trozos, y que nunca fueron suyas porque sus padres vivían allí de alquiler. - Chochean (me dije)

Después de unas copas de chinchón, se calmaron y la abuela tomó la decisión de homenajear a aquellas dos fincas unidas por un patio. - "Esta noche pondré una foto de ellas en la Pared de los Finados y haremos una fiesta en recuerdo suyo. Puedes venir, Cotilla" - Creo que os estáis pasando - El brazo de la abuela, rápido como el ataque de una serpiente, me arreó un pescozón que me dejó bailando la raspa. Al final y aguantándome las lágrimas, atiné a decir: - ¿Puedo venir yo también? - Por toda respuesta, levantaron la cabeza hasta que sus narices apuntaron al techo y muy dignas, se fueron cogidas del brazo.


miércoles, 2 de diciembre de 2015

Pleno en el Ayuntamiento.

La abuela y la Cotilla han llegado a casa acaloradas. - ¿Tenemos otro veranillo de san Martín? Pues llega tarde porque ya deben estar hechas todas las sobrassadas. - "De veranillo, nada ¡Mira como tengo las manos? ¡Heladas!" - ¿Y esos colores que traéis en la cara? - "Venimos del Ayuntamiento de ver a José" - ¿José? - "El Alcalde"

"Hoy había pleno en el Ayuntamiento porque se tenían que aprobar los presupuestos para ésta legislatura. Cuando me invitaron a ir dije que no ¡menudo tostón! Ya me basta con aguantar a Andresito cuando se pone a hablar de política. Pero, al final me convencieron al decirme que se hablaría de las subvenciones que dan a las asociaciones de la Tercera Edad - "Hay que ir (me dijo mi amiga) porque nos quieren quitar el dinero y los casals. Ven, aunque solo sea para hacer bulto. Y he ido. Por el camino me he encontrado con la Cotilla y nos lo hemos pasado pipa. Volveremos otro día"

- "Los concellers exponían las cosas con educación. Sin levantar la voz. Guardando el turno. Respetando los tiempos... Un aburrimiento. Entonces la sala, preciosa y llena de hombres y alguna mujer, que en su día fueron elegidos Hijos Ilustres de la Ciudad que nos miraban desde los marcos de sus cuadros, se ha llenado hasta la bandera de jubilados y jubiladas aguerridos, dispuesto a defender lo que consideran suyo. Han sacado pancartas, folios con lemas alusivos y, sobre todo, han gritado, pataleado, insultado una y otra vez ¡Aquello era un carnaval y nos hemos unido a él! Menudo escándalo hemos formado. Los viejos se han cabreado. Ha sido una pena que no llevaran garrotas, porque hubiésen corrido a los políticos por todo el Ayuntamiento" - Hacía tiempo que no me reía tanto (dijo la Cotilla, entusiasmada)

- Los Pinochos han tomado la palabra diciendo lo que los viejos querían oír ¡Aquello ha sido el delirio! Hemos aplaudido enfervorizados y hasta hemos cargado las culpas de todo a las espaldas del alcalde nuevo.

- "El Alcalde nos ha reñido ¿A mí me vas a reñir tú? le he dicho. ¡Atrévete si eres valiente! La que se ha vuelto a liar. He tenido que usar el abanico y creo que me ha subido la tensión a tope. La gente me coreaba ¡Torera, torera! entonces ha vuelto a oírse la voz de José" - ¿José? - ·"El alcalde. Nos ha amenazado, a la Cotilla y a mi, con echarnos de la sala. Los gritos y los insultos han subido de tono. Yo gritaba ¡¡¡Que me saquen. Que me saquen!!! Pero no ha habido manera y eso me ha cabreado" - Queríamos salir en brazos de los municipales que intentaban guardar el órden porque había dos o tres que estaban buenísimos". - No lo hemos conseguido así que, mientras todos gritaban y nadie se entendía, nosotras nos hemos ido tranquilamente al rolls royce que estaba en el aparcamiento del Alcalde"

- ¿Al final habéis logrado algo? - "¡Ni idea!" - La próxima vez me lleváis a mi también (estaba ilusionada con lo que contaban) Las dos viejas me miraron preocupadas - "No va a ser posible. Allí tiene que ir gente aguerrida como nosotras y no como tú, alma cándida. Anda, pónnos unos chinchones y dedícate a lo que sabes hacer..." La Cotilla y yo esperábamos que la abuela acabara la frase para saber qué es lo que se hacer. - Ella, impasible, se echó dos copas al coleto y mirándome, remató: - "¡Nada!"

martes, 1 de diciembre de 2015

El debate.

- "Nena ¿víste el debate anoche?... ¿Nena?... ¡Nenaaaaaaaaaa" - Cuando el grito de la abuela penetró en mi cerebro, a punto estuvo de entrar con él la cabeza jivarizada del abuelito Roberto. Es la "encantadora y suave" manera que tiene la abuela de despertarme. - ¡Pobre abuelito! (grité, dolorida) - "Pobre ¿por qué? Por lo menos sirve para algo" - ¿No duermes nunca? - "Cuando mi mente está libre de preocupaciones" - ¿Ahora estás preocupada? - "Sí, porque no me has contestado ¿Viste el debate anoche?" - ¿Qué debate? - "¡Lo sabía! ¿cómo vamos a discutir ahora?" - A las tres y (estiré el cuello para ver el despertador) cuarto de la madrugada no pienso discutir.

Pero el hombre propone y la abuela dispone - "¿Cuál te parece el más guapo de los tres políticos?" - ¿Aznar..., Zapatero... y Calvo Sotelo? (se me cerraban los ojos mientras notaba que mi cerebro se volvía plano) - "¿Has visto, Pascualita, lo que es un ente supérfluo para la sociedad? Si te encuentras algo así cuando vuelvas a tu hábitat ¡cómetelo!" -  La palabra ¡Cómetelo! horadó mi cerebro como un compresor agujerea una calle. Unos dientes, enormes y afilados, aparecieron frente a mi. Corrí mucho sin moverme del sitio. Lloré, grité, supliqué a los dioses y diosas de todos los firmamentos, que me ayudaran pero ellos estaban ocupados viendo un partido de fútbol: Barça-Madrid, sin pestañear para no perderse nada. Y ellas estaban en plena sesión de peluquería, manicura, pedicura, maquillaje...

Los enormes dientes solo tenían una idea fija: comerme ¿Por qué? pensé durante el segundo en que pude razonar. He dicho bien los nombres de los políticos... Tal vez eran otros. A ver... ¡Suárez, González y... ¡Mariano! Respiré tranquila. Seguro que los que debatieron anoche eran estos tres ¡Uf! que peso me quité de encima.

La sombra de unas enormes mandíbulas se cernió sobre mi. Los nombres no habían parado la maquinaria que movía al gran depredador... ¿Qué otros políticos hay? El sudor corría por mi cara debido al enorme esfuerzo mental. Vamos a ver... ¿nuestros Pinochos? No creo. ¡Si pudiera beber unas copitas de chinchón, me relajaría y recordaría los nombres! Levanté la cabeza y grité a la dentadura ¡¡¡¿Quiéres chinchón?!!!... Los dientes dejaron de amenazarme... No me atrevía a respirar. Pasaron unos segundos interminables. Y entonces, escuché una voz cavernosa que me decía... - ¡Primero ofreces y luego no te mueves Venga, que es para hoy, boba de Coria!

Abrí los ojos. La abuela y Pascualita me miraban espectantes. - ¿Se... ha ido... el monstruo? - "Vete a saber a quién le llama monstruo. ¿Te das cuenta, Pascualita, como llevo razón cuando te digo que me ha tocado llevar una buena cruz con mi nieta? ¡Me estoy ganando el cielo!"

lunes, 30 de noviembre de 2015

Andresito ¿premio Nobel de Literatura?

- "Andresito y yo vamos de mal en peor, Pascualita. Acabaré pidiendo el divorcio" - ¿Del abuelito? ¿Qué te ha hecho? - "Pascualita, dile a la gansa de mi nieta que no hablo con ella sino contigo" - La sirena me miró como si hubiera entendido a la abuela y yo me puse, rápidamente, las gafas de sol por si me escupía agua envenenada.

"¿Has visto el Hola? Sale la Presley de la mano de su novio... Está un poco ajado pero creo que aún le sirve para un revolcón de vez en cuando porque a ella se la ve muy contenta caminando por Nueva York. Y hablan. Claro que siendo un Premio Nobel de Literatura tendrá mucha conversación... Andresito, no. Solo habla de fútbol, del Mallorca. Ya ves tú que conversación tan interesante. Le propuse que escribiera un libro y lo presentara a los Nobel esos para que le dieran el Premio. De algo tienen que servirle sus contactos políticos, aunque muchos ya están entre rejas o a punto entrar en prisión... - Abuela, ese premio lo dan por méritos, no por enchufe.

- "¡Habló el sabio Salomón! Pascualita, dile que se calle" - No pierdas el tiempo, abuela. La sirena no habla... ¿Ha escrito el libro el abuelito? - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿estás enfadada? ¿Qué le has echo a tu abuela, boba de Coria? - ¡Nada! Pero no me habla. - ¿Hablas sola? (le preguntó la Cotilla) - "Habló con quién me da la gana" - Está celosa de la Presley y quiere tener un marido escritor y famoso como ella. - ¿Ha escrito un libro tu marido? (preguntó extrañada) - "Sí, pero no ha sido por celos sino porque mi Andresito vale mucho. Vendrá a buscarme para contarme qué le ha dicho el editor"

En cuanto el abuelito entró en casa noté que se había producido un cambio en él. Tal vez estaba embuído del espíritu intelectual de todo buen escritor aunque, fijándome bien, el cambio estaba en su cabeza. Se había puesto un tupé blanco que le caía sobre la frente. -  ¡Te has puesto peluquín! - ¿Tanto se nota? - Canta bastante. - "¿Van a publicarte el libro?" - No... el editor dice que nunca había leído algo tan malo. - "¡Eso ha dicho! A saber en que escuela le han dado el título al mentecato este" - Desengáñate, no soy escritor. Nunca me ha gustado escribir. Y el Nobel no lo tendré a menos que lo robe (estaba apesadumbrado por no poder satisfacer a su mujer)

- "¡Cotilla, que idea acaba de darme Andresito! - ¡Lo robamos y problema resuelto! - ¿Creéis que esos premios se encuentran en los contenedores de basura? - ¿Acaso a mis gurús y maestros como Bárcenas, les echó para atrás las dificultades a la hora de llevarse la pasta calentita? Ellos son mi ejemplo a seguir ¡Voy a montarles un altar ahora mismo!

La abuela se dignó bajar del pedestal para dirigirme la palabra. - "¿Sabes si el Nobel de Camilo José Cela está aquí?" - ¿En casa? - "¡Que cruz tengo contigo! ¡En Palma, digo!"

La Cotilla puso unas copas en la mesa junto a la botella de chinchón: Venga, sentaros que vamos a pensar. - Eso hicimos. Y tanto pensamos que, entre los cuatro acabamos con la botella y empezamos otra. A eso ayudó que yo tirara un buen chorreón al agua del acuario. Poco después Pascualita daba saltos mortales con doble y triple, tirabuzón.

domingo, 29 de noviembre de 2015

La churrera.

- "Nena, mira que te traigo: una churrera" - ¿Para qué sirve? - "¿Me lo dices de verdad?" - Claro. No sé qué es este artilugio. - "¡Ay, Señor, que me las has echo más tonta todavía y yo creía que ya había llegado al tope! La palabra CHURRERA ¿no te suena a nada?" - Pues... hummm... esto.... No. - "¡Que cruz tengo contigo! Con una churrera se hacen... ¡churros!" - ¡Anda. Que curioso...¿Estás segura?

Pascualita nos miraba sentada sobre el frutero. - "Espero que nunca tengas una nieta tan zoquete como la mía. Al paso que va, ni tendrá hijos" - Aún puedo encontrar un hombre que me enamore...- "Como no vayas a las rebajas" - Y tener hijos con él... - "Para tener hijos sirve cualquiera ¿verdad Pascualita? Todo es ponerse. Y luego, como haces tú,  te lo comes para que no queden pruebas y no reclame después la paternidad" - Abuela ¿me estás comparando con la birria de la sirena? Soy una persona civilizada. No puedo comerme a mi amante.- "¿Lo has probado?"

- ¿Para qué has traído la churrera? - "Para que hagas churros mientras preparo chocolate a la taza ¿Quiéres merendar, Pascualita?" - La puñetera sirena ha echo la señal de OK con sus deditos. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Hablábais de merendar? - Caramba, Cotilla, usted siempre tiene las antenas puestas cuando se habla de comida. ¿Sabe hacer churros? - Claro. - Pues ahí tiene el aparato. Empiece cuando quiera. - ¡Alto ahí! Vengo en calidad de invitada ¿no querrás que haga yo la merienda? Además, el negocio de éstos días Black Fridey ha ido redondo. He vendido todo lo que he ido encontrando en los contenedores. Lo he puesto rebajado y me lo quitaban de las manos. - ¿Rebajada la basura? pero si a usted le ha salido gratis. - Si, pero el truco es poner un cartoncito con dos precios y tachar el más alto. Es mano de santo. Así que estoy cansada después de tanto trajín y lo único que quiero es que me sirvan.

Media hora más tarde y después de muchas críticas y risas a mi costa, llené un plato de churros (bastante "churros" por cierto) que me supieron a gloria. Y como la abuela borda el chocolate, la merienda ha sido un éxito.

Como la entrada de la Cotilla fue inesperada, no tuve tiempo de lanzar a la sirena al acuario y se quedó escondida entre la fruta. De vez en cuando le di trocitos de churro bañados de chocolate que desaparecían rápidamente en su boca. La Cotilla me observó - ¿Se puede saber qué haces dando churros a la fruta? - Me sentí pillada y respondí. - Tengo que sacarme el carnet de conducir... - ¿Tú? jajajajaja ¡Que peligro! (me empecé a cabrear) - ... y prometí que si aprobaba haría ofrendas a los dioses, como se hacía en la antigüedad. Y me estoy entrenando - A la vecina se le llenaron los ojos de lágrimas y por un momento, pensé que eran de emoción, pero sus hombros empezaron a saltar ¡se partía de risa! - ¡En la antigüedad no había chocolate porque no se había descubierto América, boba de Coria!jajajajajajajaja. Di que eres tonta y quedas mejor jajajajajaja.




sábado, 28 de noviembre de 2015

Curriculum vitae.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! Nena ¿puedes hacer un curriculum vitae para ir a pedir trabajo? - ¿Un curriculum para quién? - ¿Para quién va a ser? Para mi. - No sabía que para robar carteras y cepillos de iglesia se necesitara documentos. - Es para un trabajo normal, no de artista. - Se le ha pasado el arroz en los asuntos laborales. Ya no tiene edad, Cotilla. - Ahora es cuando están en sazón mi cerebro y mi experiencia. Quiero trabajar de metereóloga. - ¿Perdón? - Quiero salir por la tele, delante de un mapa de España, diciendo si lloverá, hará sol, granizará...

La abuela llegó a casa pidiendo  ¡chinchón y sobrasada con miel! - "Tengo que reponer fuerzas. Ir de compras es a-g-o-t-a-d-o-r" - Si quieres saber qué tiempo hará mañana para seguir comprando, pregúntale a la Cotilla, abuela. Y así se irá entrenando para cuando salga en pantalla. - "¿Qué pintas tu en la tele?" (se le encaró la abuela a la que no le gustaba que le hicieran sombra) - Va a ir a pedir trabajo.

Le hice el currículum a la vecina - ¿Qué estudios tiene sobre metereología? - La experiencia de ver, durante muchos años, cómo lo hacen en la tele. - No, no, Cotilla. Así no le darán el trabajo. - Pon también que no me pondré delante de las Baleares cuando presente el programa. - Eso es un punto a su favor... que más. - Di que no necesito los artilugios que usan ellos para conocer el tiempo. - Si lo pongo por escrito, no habrá nada que hacer. ¿No tiene algo más concreto? - Claro: el ojo de pollo. - ¿El ojo de... ¡Un callo!? - Sí, señora. Un callo que me hace pasar las de Caín pero que, gracias a él, sé el tiempo que hará mañana ¡Esa es mi arma secreta!

La abuela se atragantó al oírlo. "¿Aún es el callo de cuando tenías treinta años?" - ¿Te acuerdas? ¡Que ilusión me hace! Hace tantos años que ya es como de la familia ¡o más! . Y he pensado que ya está de vivir del cuento ¡Que trabaje como todos! Durante estos años lo he estudiado a fondo y no falla, en cuanto tiene dolor, llueve. Más tarde o más temprano, pero llueve. Ya me imagino paseándome por el plató de televisión, con taconazo y vestido nuevo, contándole al público el tiempo que hará ¡Y sin tapar nuestras islas! Que ilusión.

La abuela acompañó a su amiga a la televisión de Baleares y pensó que sería bonito que fuese ella quien se paseara por el plató con los stilettos de charol rojo y señalando la Cordillera Central, el sistema Penibético, la provincia de Guadalajara... sin equivocarse. -  ·¡Uf, que difícil!... ¿Cómo que esta mancha del papel no es Badajóz? ¡Vaya porquería de mapas!"

La entrevista de trabajo duró poco. Al salir del despacho del Jefe de Personal la Cotilla tenía cara de pocos amigos. - Me han rechazado. Dicen que soy muy mayor para trabajar. Les he contestado que, entonces también lo soy para pasar hambre con la mísera pensión que me dan. Se han encogido de hombros como diciendo: Allá cada cuál con sus problemas. "¿Les has dicho que tienes un callo milagroso?" - ¡Claro! - La abuela tuvo una de sus reaccione. Cogió a su amiga de la mano, tiró de ella y dijo muy digna - "¡¡¡Vámonos!!! " - Y eso hicieron aunque, antes pasaron delante del despacho del Director. La abuela abrió la puerta y gritó con muy mala baba: - "¡¡¡No se hizo la miel para la boca del asno!!!... He dicho".

viernes, 27 de noviembre de 2015

San Black Friday.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaa! Ay, vengo derrengada. Dáme un chinchón para reponer fuerzas. - ¿A las siete de la mañana, Cotilla? - ¿Cuándo quieres que me lo tome entonces? - Después de comer o como aperitivo... - Pero el cansancio lo tengo ahora, boba de Coria.

Traía varias bolsas colgadas de brazos y hombros. ¿Qué lleva ahí? - Cosas para vender. Tengo que aprovechar el tirón del día de hoy y sacarme unos euros que me ayuden a pasar una buena Navidad. - ¿No ha cobrado la paga doble? - Sí, pero aunque la he mirado con la lupa, no me llega para pasar sin apuros las fiestas. - ¿Por qué dice lo del "tirón" - ¿Sabes que día es hoy? - Viernes. - No. Es San Black Friday? - ¿Hay un santo con ese nombre? - Sí, señora. Americano, por más señas. - Veo que las "visitas" a las iglesias, además de proporcionarle dinerito también la culturizan. - ¿Es sarcasmo lo que noto en tu voz o envidia? - ¡Envidia yo! No sé lo que es eso (dije levantando la nariz como las ladys inglesas)

La cuestión era, según me contó la Cotilla, que ese santo debió ser un comerciante cuando estaba en el mundo de los vivos porque en su honor se dedica su día a tener los comercios abiertos hasta tarde, hacer rebajas del género, salir a la calle en tropel y gastar, gastar y gastar. - ¿Y lo sacan en procesión? - ¿A quién? - Al santo americano ese. - Pues... no tengo ni idea.

El concierto de pitos anunció la llegada de la abuela en el rolls royce - "Vengo estresada de visitar tantas tiendas. La tarjeta del banco hecha humo... Dame chinchón y chorizo para reponer fuerzas y me vuelvo a mis compras... ¿Tu ya has ido de tiendas?" - No necesito nada. - "Y qué, alma cándida. Hoy se celebra..." - ¡Ya lo sé! San Black Friday, o algo así. - "¿Era santo? No lo sabía" - Lo ha dicho la Cotilla que de cosas de iglesia está muy enterada. Ella se ha ido a vender trastos que ha recogido de por ahí. - "¿De verdad que no vas a comprar nada? Eres tan sosa que asustas ¡Que cruz tengo contigo!"

Pascualita y yo tomamos el café ante la tele con total tranquilidad. La coloqué en mi escote para que estuviera calentita y dormimos como lirones hasta que algo me apretó un pecho. Como si fuera el resorte de una navaja albaceteña, una pierna se levantó y pegué una patada al aire con todas mis fuerzas. Un aúllido terrorífico me indicó que no había dado al aire sino a las partes blandas de... ¡Bedulio!

Estaba en el suelo hecho un ovillo, llorando a lágrima viva y lo que es peor:  Pascualita, que debió salir disparada de mi escote cuando me levanté de un salto, reptaba por la espalda del Municipal hacia su cabeza. Tendría que haberla cogido entonces pero antes quería aclarar lo que había pasado. - ¿A cuenta de qué ha venido el magreo? - ¡He tropezado con la alfombra... aaaaaaaayyyyyy! - ¿Qué haces aquí? - Tu... abuela me ha dicho que... suba unas bolsas. ¡Yo no queríaaaaaaa aaaaayyyyyy pero insistió! - ¿Qué ibas a hacerme? - Ver si... dormías y... al acercarme, he tropezado ¡¿A santo de qué ha venido la... patada?! - No sabía que intenciones tenía el dueño de la mano... ¿Si quieres, empezamos de nuevo y nos alegramos la tarde? - ¡Ni loco! - Intentó levantarse y fue entonces cuando Pascualita coronó su cabeza y furiosa, la dejó pelada y mondada en medio minuto.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Operación Navidad.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Prepara la mesa que tu abuela nos hará la comida. - dijo la Cotilla, entrando en casa a las ocho de la mañana. - ¿La comida o el desayuno? - ¿Cuándo has comido tu una paella marinera a éstas horas, boba de Coria? ¡Venga. Espabila! - ¿Pero viene ya? - ¡Y yo que sé! Ha dicho que vayas poniendo la mesa y yo te lo trasmito... ¿Quedan ensaimadas de las que traje? ¿Y café con leche? - Ensaimadas quedan pero café con leche no porque se me ha caído una ensaimada dentro del mio y se lo ha bebido todo ¿De que siglo antes de Cristo dijo que eran? - ¡Desagradecida!

La abuela ha llegado a las doce acompañada de Geoooorge que cargaba con la cesta. - "¿Ya está la mesa puesta? ¿Tanta hambre tenéis? Esto no puede ser. Después hablaremos" - A continuación se encerró en la cocina a preparar la comida. La Cotilla y yo nos miramos - ¿No dijo usted que la abuela había dicho que... - ¡Para ya de trabalenguas! En algún momento habría que poner la mesa ¿no?

Mientras esperábamos, la Cotilla se acercó varias veces a la puerta de la cocina. - ¿Qué pasa? - Tu abuela está hablando con alguien. - No puede ser. - Creía que Geoooorge se había ido. - Eso ha hecho. - Entonces... ¿quién está con ella? - Estará cantando algo de Concha Piquer. - No. Habla... Escucha. - Efectivamente, hablaba y yo sabía con quién: Pascualita. Empecé a preocuparme por si a la Cotilla le daba por entrar pero, aunque lo intentó, no pudo. La puerta estaba cerrada por dentro.

De repente, la Cotilla dio un grito - ¡Está con él! - ¿El fantasma de mi abuelito? -  ¡De fantasma, nada! Este está bien vivo ¡es Pascual! La he oído llamarle, aunque ella le llama Pascualito. Fíjate si se tienen confianza. Estoy segura de que ya han llegado a mayores ¡De ésto se tiene que enterar Andresito!

Acerqué el oído a la puerta y escuché un rato, después me enfrenté a la Cotilla. - Habla por teléfono con un cocinero amigo suyo que tiene una Estrella Michelín. Dijo que le pediría algún truco para que la paella salga más buena todavía. - ¿Y también se llama Pascual? Es mucha casualidad esta. Eres una celestina - ¡¡¡Cotilla!!!

Antes de sentarnos a la mesa, la abuela sacó tres bolsas y nos las repartimos. Cada una contenía un corsé. - "Vamos a ponernos ésto" - ordenó. - ¿Antes de comer? ¡Ni hablar! - "Ahora o no comerás" - Pero, abuela, estando tan apretada no me entrará nada. - "De eso se trata porque, en este momento vamos a empezar la Operación Navidad. Fuera michelines, fuera grasa supérflua. Cuando lleguen las fiestas habrá turrones, mazapanes, dulces de toda clase, sopas rellenas, cordero, pavo, pollo, lechona, champan, licores, etc. etc. y no debemos añadir todo esto a lo que ya tenemos. Así que ¡a ponernos los corsés!"

No nos quedó más remedio que hacerle caso. Después vino el ritual de tirar de los cordones, las unas a las otras, hasta conseguir que nuestras cinturas se fueran asemejando a las de las avispas. ¡Que martirio! ¡Qué suplício! Con lo bueno que estaba el arroz y lo poco que pudimos comer! Ni respirar podíamos. La tortura duró hasta que nos sentamos a dormir la siesta. No pude pegar ojo porque mi estómago, que había sido engañado con unas pocas cucharadas de arroz, rugía diciendo ¡¡¡TENGO HAMBREEE!!!

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El Faraón.

El Faraón está sentado frente a mi. Me mira, fijamente, con sus ojos pintados de khol. Guarda una compostura majestuosa a pesar de apoyar el brazo derecho en el respaldo del trono. Un trono pequeño y funcional. Nada aparatoso pero muy bonito. Lleno de pinturas coloreadas que muestran flores, pájaros y a él mismo junto a la Esposa Real en actitud de enamorados.

No sé que se le dice a un faraón. Tengo hambre y el cola cao se está enfriando en la taza junto a la que hay una ensaimada por la que está rugiendo mi estómago. ¿Puedo hablar antes de que él lo haga? Por otro lado ¿será correcto que empiece a comer sin que me de permiso? Todas estas cosas de protocolo son un coñazo.

Me arriesgaré y le ofreceré un trocito de ensaimada... La mirada del faraón se ha animado cuando he cortado un pedacito. Entonces ha alargado el brazo y ha cogido el resto de la ensaimada - ¡Oiga. Su trozo es este! - Se ha hecho el sueco y después se ha bebido el cola cao - ¡Ahora ¿qué como yo?! - le he gritado, enfadada. El ha estirado las piernas para que viera sus sandalias de oro puro. - Menudo fantasma! Pascualita, muérdele un pie, que nos ha dejado sin desayuno...¿Por qué no le muerdes, boba? ¿Le tienes miedo? ¡Pues le morderé yo! - El faraón dio un grito de dolor y se levantó de un salto. Al momento me vi rodeada de soldados con lanzas que amenazaban con ensartarme como a una aceituna . Un dedo regio, adornado con hermosos anillos, me señaló y una palabra salió de su boca. Por fin escuchaba la voz del dios viviente aunque creí, ingénua de mi, que sería más cantarina. Dijo - ¡Cocodrilos! - Me sentí mal al oírlo. Era una mal pensada. El faraón quería pagarme el desayuno que me había quitado, con un bolso o unos zapatos de cocodrilo ¡O las dos cosas a la vez! al fin y al cabo era tan rico como para tener sandalias de oro.

Me llevaron hasta la ribera del Nilo. Como hacía mucho calor me invitaban a darme un chapuzón ¡que amables! aunque un poco bruscos. Decliné la invitación porque no tenía a mano el bikini. Pero ya se sabe que los soldados son hombres rudos y no entienden de contemplaciones. Me tiraron al agua y al punto apareció a mi lado la enorme boca abierta de un cocodrilo dispuesto a comer gratis.

El faraón se acercó para ver el espectáculo pero, lo que realmente me fastidió, fue ver a Pascualita, apoyada en la corona real, aplaudiendo y haciendo el signo de OK mientras yo buscaba un palo para meterlo en la boca del cocodrilo y no la pudiera cerrar.

El Nilo estaba helado, contra todo razonamiento. Y yo gritaba como una posesa: - ¡No me comas, no me comaaaaaaaaaaaas! - A mis oído llegaron unas risas conocidas - "¡Despierta ya, alma de cántaro, que estás despertando al vecindario!" - ¿Me has tirado agua, abuela? - "¡Naturalmente!"

Las lágrimas resbalaban por las mejillas de la abuela y la Cotilla. - "Llevamos un rato partiéndonos de risa. Menudas películas te montas cuando duermes" - ¿Al final, te come o no el cocodrilo? - Pues... no sé... (repuse aturdida y aliviada al ver que todo había sido un sueño) - ¡Ya nos hemos quedado sin saber cómo acaba todo! - Entonces recordé una cosa: ¿Hay ensaimada para desayunar? - "Sí. La Cotilla ha traído unas cuantas de hace tres días" - Menos mal que todo ha acabado bien ( me dije)