viernes, 31 de mayo de 2019

Llora que te llora.

 Menudo fracaso. Nadie a contestado a mi anuncio pero como me va la integridad física en ello, o la de Andresito, he insistido. Esta vez he puesto una foto del abuelito en sus años mozos, vestido de frac, repeinado y elegantísimo durante una fiesta en el antiguo Círculo Mallorquín, de puesta de largo de las señoritas de la alta sociedad de la época. Debo reconocer que él está de dulce, más bonito que un San Luis pues... ni caso. ¡Un momento! Veo que alguien está interesado ¡por fin!

A ver, a ver... ¡Vaya! mi gozo en un pozo. Alguien llamado Alejandrino pregunta que se queda ¡¿con el frac?! ... Le digo que lo que ofrezco es lo que va dentro... Me ha dicho que de eso nada, monada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Me han dicho que ofreces a Andresito. - Es verdad. - ¿Y no te da vergüenza poner eso en el facebook estando yo aquí? Me lo llevaré esta noche cuando me vaya a trapichear y lo cambiaré por alguna cosa útil. - Gracias, Cotilla. Me quita un peso de encima.

Como caída del cielo apareció la abuela en mi casa. - "Vengo a por Andresito" - Lo siento, yo lo he pedido antes (dijo, tan pancha, la Cotilla) - "¡Es mi marido!" - ¡Es mi negocio!

Menuda trifulca se armó entre las dos amigas, cosa que aproveché para coger a Pascualita y largarnos a la salita a ver a la Esteban en la tele.

Acababa de colocar a la sirena en mi escote cuando entró, lloriqueando, el abuelito: - ¡Aaaayyyyy, Mateo, buena me la has hechooooo! - ¿Te hago un bocata? dicen que las penas, con pan, son menos. - ¿De queso mahonés? - Y jamón de Teruel. - ¿Y un chinchón? - ¡O dos! - Me apunto.

- ¿Qué les pasa a esas? - Tienen división de opiniones. - ¿Políticas? - Familiares-comerciales. - Menos mal que no tienen que ver conmigo (y suspiró ruidosamente) - Angelico (le dije, dándole  golpecitos de conmiseración en la cabeza, camino de la cocina)

jueves, 30 de mayo de 2019

¡Que harta estoy!

(¿Alguien quiere un abuelito llorón? Escuchando sus lamentos nunca se sentirán solos) Este es el anuncio que colgué en el facebook. Ya solo me quedan dos opciones: o tirarme por el balcón, o tirar yo a Andresito. De momento no me ha contestado nadie.

Sigue sin querer creer que el personaje estrella de su partido y antiguo Alcalde, Mateo, ha sido el primero en abandonar el barco saltando por la borda. Yo intento distraerlo hablándole de otras cosas, por ejemplo, de lo bonito que está el balcón, lleno de macetas cuajadas de flores. ¿Y para qué sirvió
mi esfuerzo? Para ésto: - ¿Bonito? ¡lleno de abejas y avispas! ¡Me han picado. Aquí, aquí y aquí! ¡¡¡BUAAAAAAAAAAA!!! Esto, con Mateo, no pasaba... snif!...

Otro intento: - ¿Has visto los cortejos de los gorriones del árbol de la calle? Sus trinos alegran el día. - Cuánta razón tiene tu abuela cuando dice que eres tonta perdida. ¡No me dejan dormir los jodíos! ¿Y has visto como han dejado el balcón los muy guarros? Me he apoyado en la barandilla y me he puesto las mangas perdidas de sus cacas ¡Tendrás que lavármela!...

Bien doblada, he colocado la dichosa camisa en el cajón de la cómoda de su cuarto. Con un poco de suerte no la usará porque se ha traído un montón. - ¡¡¡NENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! - ¡Vaya por Dios!... ¿Sí, abuelito? -

La camisa había encogido y ahora solo le está bien a los Clics de Famobil. También la seda quedó tiesa como si hubiese caído en un cubo lleno de almidón... No sé por qué. - Aaaaayyyyyyyyy. aaaaaayyyyyy... ¡Señor, llévame contigo! (clamaba al cielo) - Pregúntale si allí tienen buenas lavadoras... Es que la mía ya tiene categoría de antigualla prehistórica. - ¡¡¡Mateoooooooo ¿Qué me has hechooooooo!!! - (aproveché la coyuntura): - Dí que sí, abuelito: Mateo tiene la culpa de lo de la camisa.

A pesar de sus lloros, cabreos, depresiones y demás lindezas, me ha dicho que tengo que pagarle la camisa ¡y vale un potosí! Se la hicieron, a medida y a mano, en la sastrería que viste al Príncipe de Gales, en Londres.

- ¡¡¡ ¿No va a contestar nadie a mi anuncio? !!!





miércoles, 29 de mayo de 2019

¿Mateo?. ¡JA!



¿Es necesario que la abuela eche de casa, con cajas destempladas, a Andresito porque no para de quejarse del resultado de las elecciones y lo mande a la mía? Pues ésto, tan sencillo de entender como es, a la abuela no le entra en la cabeza. Le he dicho que no fui yo quién dijo aquello de "para bien y para mal" cuando se casaron ¡Fue ella! - "Tu eres la nietastra. Y ya sabes que la interrelación entre nietos y abuelos es muy fuerte y puedes hacer de él lo que quieras que se le caerá la baba"

- Estoy muy tranquila, con Pascualita y Pepe. Me basta con aguantar a la Cotilla que, solo por eso, me merezco el cielo... - "Menos lobos, Caperucita y ábrele la puerta que estará al llegar" - ¡¡¡QUE NOOO!!! - "Quiéres que hablemos del futuro de la Torrre del Paseo Marítimo" (su voz sonaba como el siseo de la lengua de las serpientes) - ¿Tú no lo acompañas? - "¡Dios me libre! Este hombre es más pesado que una vaca en brazos" - ¿Y qué harás? -  "Escuchar a Mateo" - ¿Mateo? - "El anterior alcalde"

Antes de abrir la puerta ya escuché los sollozos del abuelito ¡Menudo disgusto tiene el pobre! - ¿Pero qué te pasa? - "Hemos perdido... ¡snif!... ¡Me parece imposible... snif, snif...! - Es el efecto báscula: unas veces está arriba y otras abajo. Además, siempre os quedará Mateo.

Los llantos se reavivaron. Y no sabía calmarlo. Así que me tomé una aspirina y le di un cuarto a Pascualita que, se la tomó sin rechistar y bajó a esconderse en el barco hundido.

Mientras Andresito se desahogaba entre lágrimas y moqueos, yo recogí la cocina, arreglé el comedor, limpié el baño, le di miguitas de pan a los gorriones del árbol, preparé la cena porque después ponen las películas de la tele y nunca las veo enteras.

Cuando la llantina aflojó, pregunté - ¿Qué pasa con Mateo? - Un torrente de lágrimas mojó, de nuevo, su camisa de seda amarillo-mandarín... - Ha sido el primero en abandonar el buque... snif... - ¿Qué hacía en un barco? - Es una frase hecha, nena. - ¿Seguro que yo he hecho eso? - ¿El qué? (los ojos empezaron a girar en sus órbitas) - Una frase hecha. - ¿Y eso qué tiene que ver con Mateo? - ¿Quién habla de traidores? ¡Yo no! - ¿Perdón? - ¡Se ha largado el muy Judas! Y todo porque no le ha tocado El Sillón del Alcalde. - ¿Y qué dice la abuela? - Ha ido a la rueda de prensa de Mateo y desplegará todas sus armas de mujer para convencerlo que se quede... Me temo lo peor... Snif, snif, snif...




martes, 28 de mayo de 2019

Bendita siesta.

La abuela casi se ha instalado en mi casa para dormir las siestas como Dios manda: a pierna suelta, con la baba cayendo por la comisura de la boca hasta la tripa, ronquidos acompasados y, en la tele, el Giro de Italia. ¡¿Hay quién de más?!

- No entiendo porque no te quedas en la Torre del Paseo Marítimo. Las butacas son más cómodas, tienes aire acondicionado, la brisa del mar que entra por las ventanas y mecen las suaves cortinas blancas cual gaviotas en vuelo de placer... - "Todo esto está muy bien pero, en aquellas calles estrechas, lo que se habla en las casas se escucha en todas las demás. ¿No querrás que sepan si ronco o no? No me puedo permitir hacer éstas cosas porque la reputación de la familia está en juego"

- ¿Esto quiere decir que tendré que aguantarte toooooodo el verano? Por que después del Giro viene la vuelta a España y después, el Tour de Francia. - "¡Anda! no me había dado cuenta ¿Acaso te molesto? ¿O es que mi presencia aquí interferirá en tu vida amorosa?" - No es eso, abuela... Se trata de la intimidad de las personas... - "O sea, que no quieres que vea lo triste que es tu vida sin un novio que llevarte a la boca" - No sé si esa es la mejor definición de lo que he dicho pero...

Mientras hablábamos, Pascualita reptaba en el sofá de la salita sin decidirse por la abuela o por mi. Estaba contenta de ir de ir a su aire. Mordiendo todo lo que se le ponía por delante. Acabé tirándole una zapatilla. - ¡Vale ya, media sardina! ¿quiéres cargártelo todo?

Bedulio vino a casa. Traía un informe sobre lo que descubrieron en el termo de los chinos. La abuela, finalmente, dejó que se lo llevaran. Los científicos están echos un lío. _ ¿Qué hace el mar aquí? - ¿Dónde? - Aquí dentro. Están seguros de que éste cacharro ha pasado mucho tiempo en el agua.  Y también hay restos variados de Galletas. - "¡Galletas! ¡Dios mío, Triqui ha estado aquí!" - No diga tonterías. ¡Es un peluche! - "¿Acaso no has visto como habla y se mueve en televisión? Es un personaje bien vivo." - Deje de decir tontás o la llevo al cuartelillo. - "¡Si está bueno el carcelero, ya estamos tardando!" - Así no se puede trabajar (murmuró el Municipal y se largó, cabizbajo y pesaroso)


lunes, 27 de mayo de 2019

¡Que susto!

Cuando se reanudó la votación, después de que la gente se secase las lágrimas, se recompusieran la ropa y recuperaran la seriedad y compostura que el acto de votar se merece, llegó uno de los policías que guardaban la puerta, se dirigió a Bedulio, le hizo un saludo militar y, acto seguido, señaló a la abuela. - ¡Esta es la sospechosa que le he dicho antes!

El Municipal carraspeó, frunció el ceño e increpó a la abuela. - ¿Qué lleva en esa horrible cantimplora de los chinos? - Sorprendida por la pregunta, respondió a la gallega. - "¿Tú que crees?" - Las preguntas las hago yo. Vamos a ver... ¿lleva ántrax? - "¿De qué vas, Nicolás?" - ¡Un respeto a la autoridad o me la llevo al cuartelillo! - "¿Qué voy a llevar, Bedulio? ¡Chinchón por si se me seca la boca.!"

Al otro guardia le dio por meter cizaña - Digale que la abra. - A lo que yo respondí. - Si fuese ántrax, abre el termo y alguien estornuda, saldremos todos en las necrológicas de ésta noche. - El corpachón de Bedulio se estremció. Hizo acopio del poco valor que le quedaba y mandó al guardia, a seguir guardando la puerta, a paso de carga.

La votación se había detenido por segunda vez y todos los ojos estaban fijos en la cantimplora. - ¿Seguro que lleva chinchón? - "¡¿Quiéres un poco y sales de dudas?" - (¡Ay, dios!) pensaba yo (va a descubrir a Pascualita ¡¿Por qué la abuela nunca me hace caso?!)

Bedulio dudó unos segundos larguííííííííííísimos y luego se excusó: - No puedo beber, estoy de servicio. - ¡Y por fin pudimos votar!
 


domingo, 26 de mayo de 2019

¡A votar!

Como la abuela sigue empadronada en mi casa, cosa que a Andresito le sienta como un tiro. - ¡Seguro que no les votas a los míos! (le reprocha) - solemos ir juntas a votar. Como hoy, por ejemplo.

Nos hemos puesto de tiros largos porque la ocasión lo merecía. A instancias de la abuela me he puesto sus botas mosqueteras de charol y tacón stiletto. - "Nunca se sabe dónde aparecerá el futuro padre de mi bisnieto y tienes que estar preparada para gustarle". - Lo malo es que nunca se me ha dado bien andar con zancos y me he caído al dar el quinto paso. Mientras intentaba levantarme sobre aquellas agujas brillantes, la abuela se partía de risa. - !A éste paso no tendré bisnieto pero me reiré muchísimo jajajajajajaja"

Antes de salir ha llamado el abuelito. - "¿Díme, guapo? ... sí, lo sé... vaaaaale... ¿Ah, sí? pues no me he fijado... ¿encima de mi bolso? ... no, no los he visto... si, que ganaréis... ¿cómo? Perdona: ganaremos.... Hale, un besito ¡Muá!" - A ver si lo adivino, abuela: que cojas las papeletas de los suyos en el colegio electoral... que te ha puesto los sobres cerrados encima del bolso pero se te han caído jijijijiji... que tenéis que ganar a toda costa... ¿A qué te ha dicho esto? - "Lo has bordado. ¡Hale, vamos!"

Nos gusta coger las papeletas y los sobres de las cabinas y reímos espiando a través de las cortinillas las caras o los comentarios de la gente.

En esas estábamos cuando la cortina se abrió de repente. - ¡Que es para hoy! Llevo un rato esperando. - ¡El que faltaba para el duro! - "¿Quién es?" - Don Tiquismiquis. - "Cierre la cortina o llamo a un guardia" (la abuela se había puesto seria) - ¡Llevan una hora ahí dentro! - "El voto tiene que ser bien pensado" - ¡Y miren como han dejado todo! Las papeletas tienen que estar ordenadas. - Sí, don Bandurrio.

El nombre motivó las primeras risas que fueron contagiándose por todos los pasillos. Los guardias se acercaron pensando que era un motín. - ¡Orden, ordeeeeeeen! ¿Qué pasa aquí?... ¡Oh, no! (Bedulio nos había visto) - ¿Sabes cómo se llama éste tío? (dije, señalando al vecino) ¡¡¡BANDURRIO!!!

Y la gente dejó de votar durante un rato porque, con la risa, no atinaban a meter los sobres en las urnas.

sábado, 25 de mayo de 2019

¡La madre que lo parió!

Bedulio llamó, insistentemente, a mi puerta. - ¿Qué pasa, hombre? ¿Tantas ganas tienes de verme? - Todo lo contrario. Cuanto antes te vea, antes me voy. - No le ha dado Dios el don de la diplomacia.

- Toma, te han denunciado. - ¿Por? - Porque no paras de hacer ruido a horas intempestivas... - A esas horas duermo... claro que si aparece mi primer abuelito... - ¡Para!. - ... hacemos tertulia y... - ¡¡¡PARA YA!!!

No lo puede remediar. Es nombrarle a mi antiguo pariente y se le cambia la cara. Lo he comentado muchas veces con Pascualita y mientras ella bizquea, yo me parto de risa.

Muy serio, me anunció que la denuncia era, además de por escándalo, también era por robo. - ¡¿Eh?! - Eso pone aquí. - Yo no robo, eso es cosa de la Cotilla. - Dice que te quedas con todas las pinzas de la ropa que caen en el patio interior. - ¡Claro! Yo lo límpio. - ¿Y te quedas las pinzas? - ¡Sí! - Acabas de confesar tu crimen.

Dio media vuelta dispuesto a irse. - ¿Quién ha sido? - Don Bandurrio Pelagatos. - Y me señaló el techo. Le agarré el brazo y lo metí en casa. - ¡¿Don Tiquismiquis?! - Don Band... - ¡Lo que yo te digo! ¡La madre que lo parió!.

Bedulio siempre está incómodo en casa y no deja de mirar aquí y allá. - ¡¿Por qué tienes un bidón de gasolina en el comedor?! - Es psicodélico. Decora. - ¿Sabes que puedo denunciarte por terrorista? - Mientras hablaba, meneó el bidón con fuerza pensando que estaba vacío y no a tope de agua de mar, algas, arena, copiñas, el barco hundido ¡y una sirena! El resultado fue que una ola marina se le vino encima y quedó chorreando, con un flequillo de algas y, lo que es peor, con Pascualita enganchada a una oreja.

¡Cómo gritó, pataleó, lloró, babeó, moqueó, corrió... !

Mientras bebía a morro de una botella de chinchón hasta la borrachera, el vecino de arriba aporreó la puerta. Abrí de sopetón, le tiré de la manga diciendo: - ¡Pasa, valiente. El ánima de mi primer abuelito te espera!

Ahora tengo a Bedulio durmiendo la mona en la salita, a Pascualita relamiéndose del trocito de oreja que se comido y la manga de la americana del imbécil de arriba, que le he arrancado de un tirón mientras él escapaba, con el rabo entre las piernas, escalera arriba, hacia su piso.

viernes, 24 de mayo de 2019

Lo que hay que aguantar.

- "Nena... ¿Nena?... ¡¡¡NENAAAAAAAAAAA!!!" - Las delicadas maneras de la abuela para  despertarme, surtieron efecto y del salto que di quedé colgada de la lámpara del techo de mi cuarto. - "Hija de mi vida, no he visto un lirón que duerma tanto como tú" - ¿De dónde... salís a éstas ... horas? - "De El Funeral ¿De dónde si no? Andresito quiere decirte una cosa."

Miré de reojo el despertador ¡las tres y media de la madrugada! Y ahora el abuelito quería contarme algo... lo que tengo que aguantar para heredar la Torre del Paseo Marítimo.

- ¡Que disgusto, nena, que disgusto! Toma un kleenex porque ha pasado una cosa muuuuy triste... ¡snif!... No logro entenderlo ¡No me entra en la cabeza!... ¡snif!... - En estos momentos, mi cerebro se asemejaba a una máquina de vapor a punto de explotar, pensando en qué desgracia podía haber caído en la familia... ¿Acaso... se ha muerto mi bisabuelastra, la Momia...? - ¡¡¡Ha dimitido Theresa May!!! - Cuando el abuelito se pone tragicómico me da la risa y ahora me estaba pasando.

- ¿Quién dices? - El Brexit se la ha llevado por delante. Una mujer como ella... ¡snif! ... - ¡Ah, la del pelo blanco! ¿Se ha ido? Mientras no venga a pedirme asilo familiar en mi casa que haga lo que quiera ¡Ancha es Castilla!- Y me di la vuelta en la cama.

Escuché, a lo lejos, al abuelito comentar con la abuela: - Cada día es más insensible ésta nieta... Que cruz tenemos con ella. - "Pues sí..."

A las ocho de la mañana sonó el timbre de la puerta. Como un zombi, la abrí. - ¿Quién eres tú? - El que estaba en el rellano me era conocido pero... (entonces me fije en su cabeza) - ¡El nuevo vecino! - Exacto. Y vengo a advertirte que, si se repite el escándalo de esta madrugada, llamaré a los municipales. - ¿Perdona? ¿Qué escándalo? - Las voces que salían de ésta casa no me han dejado dormir. - Lo siento pero no es cosa mía. El fantasma de mi primer abuelito se presenta a cualquier horas y monta tertulias con otras ánimas.

- A los fantasmas me los paso yo por el arco del tríunfo. - ¡Huuuy lo que has dichoooooo! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Cuando la Cotilla se fijó en la cabeza, llena de mataduras, del vecino, hizo la señal de los cuernos y se apartó rápidamente de él: ¡¡¡Vade retro, Satanás!!! - Es el vecino de arriba. Un tiquismiquis, Cotilla. - ¡Pues que lo zurzan! - Y le cerró la puerta en las narices.





jueves, 23 de mayo de 2019

Aparece Tiquismiquis. (A ver lo que dura)

Pensé que la abuela se hundiría con su coche como hizo el Capitán de Titanic con su barco pero no. Ordenó a Geoooorge que saliera, la cogiera en brazos y la llevara a la acera para no mancharse el chándal de leopardo de Christian Dior. Al pobre inglés no le quedó otra que obedecer.

Esta mañana, el rolls royce ha amanecido con las ruedas hundidas, hasta la mitad, en el asfalto y no se pueden abrir las puertas.

Un vecino ha llamado a la grúa para que se lo lleve porque ocupa el sitio de dos coches y medio y el barrio tiene déficit de aparcamientos callejeros.

La grúa no ha podido hacer nada. El rolls está incrustado en el asfalto. El vecino  ha montado un pollo y los "grueros" han llamado a los municipales que no han podido hacer otra cosa que llamar a los bomberos. y éstos, a su vez, se han ido al bar de enfrente a tomar café. - Hasta que el sol caliente y funda el asfalto, no podemos hacer nada.

Todo esto lo observaba yo desde el balcón mientras las abejas libaban las florecillas amarillas del árbol de la calle, los gorriones se turnaban en el nido en buscar comida para los polluelos que ya empiezan a tener plumón. El perro del vecino del 7º 3ª regaba el tronco con su pipí. El dueño, muy concienciado, limpiaba luego el tronco con un chorritos de agua. En fin, que la mañana es idílica. Tan solo hay una nota discordante: el vecino protestón.

Aplaudí, enfervorecida, el detalle del agua, tal como manda el Ayuntamiento. El hombre levantó la cabeza. Le lancé un beso que cogió al vuelo y siguió paseando al perro.

El vecino protestón, con el ceño fruncido, me dijo: - ¿A qué viene tanto aplauso? ¡No ha hecho nada más que lo que debía! ¡Faltaría más! - ¡¡¡Calle ya, amargado, tiquismiquis!!! - Con el rostro encendido, me gritó: - ¡¿Qué me ha llamado?! - ¡¡¡Tiquismiquis!!! - ¡¡¡Le pondré una denuncia!!! - ¡¡¡Por mi como si se la pica un pez!!!

Me volqué tanto sobre la barandilla del balcón que Pascualita cayó de mi escote a la cabeza del protestón. ¡Y se armó la marimorena! En un plis plás quedó calvo . Los gritos alertaron a vecinos, grueros, municipales, bomberos y a todo bicho viviente que pasaba por aquí.

Cuando, batiendo records, llegué hasta el hombre, que no paraba de gritar, saltar, babear, moquear, llorar a lágrima viva, llegó también Bedulio. - ¡¿TÜ?! Debería haberlo supuesto.

Mientras ponía los ojos en blanco como un mártir camino del matadero, yo aproveché para dar un fuerte tirón y arrancar a la sirena del cuero cabelludo del Tiquismiquis, antes de que la viera alguien y la guarde en mi bolsillo. - Enfadada por cómo éste inútil me había estropeado la mañana idílica, pregunté a Bedulio: - ¿Quién es éste tío? - Tu nuevo vecino. De, justo, encima de tu piso.

miércoles, 22 de mayo de 2019

¡¡¡ Se hundeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!

Por fin, después de tanto tiempo, la abuela le ha consentido a Geoooorge aparcar bien al llegar a mi casa. Le hace una ilusión loca coger siempre el mismo sitio para que, al salir del coche, pueda ir pisando sobre las huellas de alquitrán que dejaron ambos el otro día.

Lo que pasa es que no siempre está vacío el sitio, entonces aparcan en la parada del bus (como siempre) y esperan el tiempo que sea, hasta que el coche ("usurpador" le llama ella) se va. Entonces, a la velocidad del rayo recupera el sitio que, dice ella, que es suyo.

El caso es que el rolls royce es muy grande para los coches normales y no siempre cabe en el aparcamiento, necesitan dos. A veces han esperado tanto que he tenido que bajarles un tentempié y unas bebidas a la abuela y al inglés.

En cuanto empieza el concierto de pitos salgo al balcón con Pascualita preparadas para calcular el tiempo de espera ¡Van batiendo records!

Parece que Pascualita se va a moldando a su nuevo "acuario" el bidón de gasolina psicodélico. Para que no esté a oscuras le pedí al señor Li si podía ayudarme a poner luces leds en el interior del bidón. Llamó a dos empleados suyos y en dos patadas lo tuvo arreglado. El señor Li no me quiso cobrar nada. - No quelel dinelo. Tu debel favoles a mi jejejejejejeje...

A la sirena no le hace ninguna gracia tener cercar al señor Li. Cuando el llega se mantiene escondida pero sin perderle ojo. Recuerda como la confundió con gamba gorda y, por poco acaba en la tripa del chino.

Camuflada entre las algas flotantes y teniendo el parapeto de la abuela cerca, Pascualita se atreve a atacarlo lanzándole buchitos de agua envenenada. El caso es que, más de una vez le han caído salpicaduras en los ojos al pobre chino. Los ojos rasgados se han convertido en finas ranuras que, a penas, dejan pasar la luz del sol. El pobre va dándose trastazos por las paredes y muebles que encuentra a su paso... Tengo que reconocer que es gracioso jajajajajajajajajjajajajajajaja

La abuela está dando voces desde la calle: - ¿Que pasa? - ¡¡¡El coche se ha pegado al asfalto!!! ¡¡¡No podemos salir de aquí!!! - Hace 45 º a la sombre y llevan desde la mañana hasta la mitad de la tarde, con toda la solana, esperando para coger aparcamiento. - La abuela seguió gritando: - ¡¡¡ABUELAAA, NOS HUNDIMOOOOOOOS!!!

martes, 21 de mayo de 2019

La abuela dando lecciones.

Huuuuy la que se ha liado en la calle ésta mañana. La abuela ha llegado a casa acompañada por Geoooorge en el rolls royce y, cosa rara ¡¡¡A APARCADO BIEN!!!

La calle estaba vacía. No había ni coches ni autobuses. ¡Nadie! entonces pensé que la gente se había quedado en sus casas para no perderse la apertura de Las Cortes y el Senado que darían por la tele. Seguí pensando: - Eres una ciudadana, por lo tanto deberías hacer lo mismo. - Me di la razón y
para no arrepentirme, me llevé a la salita el chinchón, encendí el televisor, me repantingué en el sillón con Pascualita en mi regazo y nos dispusimos a ver todo lo que nos echara la caja tonta.

Llamé a la abuela y Andresito me dijo: - Ha salido hacia tu casa. Viene con el rolls royce.

Poco después salí al balcón al escuchar un alboroto. Donde antes no había nada ni nadie, ahora había obreros que se encaraban con Geooorge. ¡Querían que se largara de donde estaba aparcado! - ¡¿Por qué? (grité) Para una vez que aparca bien ¡Dejádlo tranquilo, que buena cruz lleva sabiendo que dentro de poco "solo" será inglés!

Ni se dignaron mirarme. Aquello me dolió pero... más les dolió a ellos cuando les tiré dos macetas.

Alguien llamó a los municipales porque apareció por allí Bedulio con unos compañeros. - ¿Qué pasa aquí? (preguntó y se montó un guirigay) A grito pelao explicábamos todos nuestra versión de los hechos. Hubo quién (¡ahora sí!) me señalaba con el dedo. Otros le mostraban al Municipal las heridas causadas por las macetas, momento que aprovechó la sirena para lanzar unos cuantos buchitos de chinchón, envenenados al juntarse con su saliva, lo que motivó que los lesionados aumentaran.

Finalmente, Geoooorge fue obligado a irse de allí. Entonces lo entendí todo. ¡Estaban asfaltando la calle y había señales de prohibido aparcar en las aceras! Pues no me había yo fijado...

Cuando volvió la calma, la calle asfaltada y los municipales volvieron al cuartel, la abuela, que no se había bajado del coche, ordenó al inglés que aparcara donde antes, cosa que hizo pasando sobre el asfalto todavía caliente. Ella quiso bajar por la puerta contraria a la acera, que el mayordomo le abrió y ambos fueron dejando las huellas de sus pies por la acera hasta el portal de casa, el ascensor, el rellano hasta la salita, donde nos sentamos a ver la tele.

- Podríais haber bajado por la otra puerta, abuela. - "Lo he hecho para dejar constancia visible de que también sabemos aparcar bien" - Vale. ¿y ahora cómo quito alquitrán que habéis dejado en casa?

lunes, 20 de mayo de 2019

Sobres y más sobres.

He abierto el buzón y me ha caído una cascada de sobres encima. El corazón me ha dado un vuelco ¡no sabía que tenía tantos admiradores!

En ese momento llegó la abuela y al verme con lágrimas en los ojos - "¿Qué te pasa?" - ¡Soy muy feliz! Dentro de poco tendrás a tu ansiado bisnieto. Y lo mejor es que podré elegir al padre entre los más cañones. Solo espero que haya bomberos de calendario. - "¿De qué hablas?" - ¡Mírame! estoy rodeada de cartas de admiradores. - "Mañana mismo vas al oculista, boba de Coria ¡Esto es propaganda electoral!"

¡Oh, que desilusión! ¿Pero a qué viene tanto sobre si hace dos semanas que hemos votado? Ya nos lo sabemos todo... ¿Seguro que los chinos, viendo lo bien que les ha ido el negocio con las banderas de todo pelaje, no han montado imprentas para tanto folleto y tanto sobre? Tengo que preguntárselo al señor Li.

He amontonado los papeles en la mesa de la cocina y nos hemos sentado a desayunar. La abuela ha traído churros y no ha quedado ninguno. Pascualita ha preferido comer papel y no ha dejado ni las migas. Hay que ver lo que le gusta la Cultura al bicho ese - "¡Si es que no se puede ser más bonita!" - Cada día está peor de la vista mi abuela.





domingo, 19 de mayo de 2019

El pirómano H.P. actúa de nuevo.

El Pirómano Mirando las noticias nos enteramos que el Pirómano H.P. ha vuelto a hacer de las suyas. La emoción de la abuela se puede cortar con un cuchillo y la mía no digamos. La única que le pone pegas al personaje es la Cotilla. - Al final, en el resto de España, acabarán creyendo que, de verdad, somos la autonomía más rica porque, cuánto más contenedores queman, más ponemos. No ganamos para contenedores. ¿Haber que hará el tipo ese cuando lo agarren... - ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJA!!! (la abuela y yo nos partíamos de risa)... ¿Qué pasa? ¿Qué he dicho? - "Has dicho CUANDO LO AGARREN. ¡Ay, que graciosa eres, jodía ¡jajajajajajaja!

Esa noche, en mis sueños vi llegar a caballo a un jinete apuesto, con un traje bien ceñido a su cintura. Con antifaz tipo El Zorro pero, en lugar de una zeta, llevaba la figura de un contenedor ardiendo. Se paró bajo mi ventana, se quitó el clavel que llevaba entre los dientes y cuando yo esperaba oírle cantar como un tuno, sacó un mechero y lo lanzó al contenedor que hay, justo, debajo de casa ¡Y montó una falla que para sí quisieran muchos falleros.

Desperté bañada en sudor y corrí al balcón. Afortunadamente allí no había ningún contenedor de basura.

Aún era de madrugada pero reconocería a Bedulio hasta con los ojos cerrados. Y a esas horas brujas, donde solo los grillos y los buhos cantan, yo grité: ¡¡¡BEDULIOOOOOOO!!!. Inmedidatamente sonó un siseo general ¡¡¡SSSSSSSSSSSSSTH!!! procedente de todas las casas del barrio.

El Municipal miró al balcón y se tocó la sien con el dedo índice como diciendo - ¿Estás loca? - El Pirómano H.P. te manda recuerdos jajajajajajajaja ¡Aaaaayyyyyy, que cachondeitooooooo!

Cuando, por fin, logré dormirme sonó el teléfono. Era la abuela. - "¿Tu crees que es normal que tengan que llamarme a éstas horas, recién llegada de El Funeral, para decirme lo mal que te porta con la Autoridad?" - Yo no he hecho nada... solo lo he saludado. - "Si vuelve a ocurrir dile, de mi parte, que también le mando recuerdos al Pirómano H.P. jajajajajajajaja"

sábado, 18 de mayo de 2019

La abuela me tiene envidia cochina.

La abuela sigue trayendo papeles de los distintos partidos y, a pesar de que la Cotilla me los ha querido quitar, no ha podido. Esta mañana he terminado de empapelar la salita. Mi trabajo  me ha llevado pero ahora estoy muy orgullosa. Mi salita es la más guay del barrio. Pijerío total. Estoy por hacer lo que los dueños de castillos: abrirla a las visitas y cobrar la entrada.

El concierto de pitos de la calle ha anunciado la llegada de los abuelitos y el mal aparcamiento del rolls royce. He sentido mariposas en el estómago y no sabía si era por hambre o por la ilusión de poder enseñar a mis ascendientes la maravilla que tengo en casa.

Al entrar los he empujado hacia la salita. - ¡Cerrad los ojos que hay sorpresa! ... ¡Ya podéis abrirlos! ¡¡¡TACHANNNNN!!! - Se quedaron ojipláticos. - "¿Quién ha hecho ésto?" - ¡YO! Es el último grito en decoración de interiores. - "¿Lo has deducido tu sola? - Me lo dijo la Cotilla y no sabes lo que he tenido que luchar con ella para que no siguiera quitándome éstos papeles.

De repente, el abuelito lanzó un grito agónico y cayó medio desmayado en el sofá. Estaba pálido y sus ojos giraban enloquecidos en las órbitas. Dijo una palabra que nos costó entender: - ¡¡¡SACRILEGIO!!! - El dedo índice, estirado, señalaba un punto en la pared. - ¿Esto? - dije poniendo la mano sobre dos papeles contiguos: - Si...si... (balbuceó Andresito) - Uno era del PP y el otro de Podemos, colocados de modo que las caras de los dos líderes se tocaban.

El enfado les duró hasta que colgué, delante, un calendario. Dejamos al abuelito descansando y fuímos a por el chinchón y las copas. Asomada al borde del bidón de gasolina psicodélico estaba Pascualita. Allí fue donde la abuela demostró que me tiene envidia: - "¿Siempre te crees todo lo que dice la Cotilla, boba de Coria? ¡Valiente birria lo de la salita! ¿Cómo vas a encontrar un padre para mi bisnieto si no eres más tonta porque no te entrenas? - Pero, abuela... - "¡Ni abuela ni leches! Y encima, por poco matas a Andresito de un disgusto" - Se volvió hacia la sirena, que no me quitaba ojo. - "¿A qué tengo razón preciosa mía?" - La media sardina hizo la señal de OK con sus deditos palmeados. - Furiosa, dije: - ¿Preciosaaaayyyyyyyyyyy! - Recibí el chorrito de agua envenenada en toda la cara.

viernes, 17 de mayo de 2019

¡Como está el patio!

Estamos inmersos en la campaña electoral otra vez. Esto parece El Día de la Marmota que se repite, se repite, se rep... y quizás por esto o porque está imbuida del espíritu festivalero que conlleva toda votación, se lo está pasando bomba yendo de tenderete político a tenderete político, sin reparar en colores ni siglas porque tiene una teoría con la que estoy de acuerdo, sin que sirva de precedente. Y es que, ni siglas ni banderas representan a Mallorca como lo hace ¡un paquete de galletas Quely y una caja de ensaimada!.  Después pasa por mi casa y me deja en la mesa del comedor todo cuanto papel le han dado unos y otros. - ¡Pero llévatelo a tu casa! (le digo enfadada) - "Allí solo puede entrar los papeles azules, ya lo sabessssssss"

Dice que cuando la ven la saludan con dos besos porque a todos les ha dicho, unas cuantas veces, que siempre les ha votado. - ¡Mientes como una bellaca, abuela! - "Angelicos. Y lo contentos que se quedan." - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué hacéis con tanta propaganda electoral? - Nada. La abuela está de antojos y recoge toda la que le dan. Tendré que reciclarla. - De eso nada. Me la llevo y le sacaré provecho. Así creo que podré llegar a fin de mes.

Con el rabillo del ojo vi a Pascualita asomada, entre algas, al borde del bidón de gasolina pintado de alegres colores, muy psicodélicos, por la abuela. Llevaba los mofletes llenos de agua envenenada. Rápidamente me puse las gafas de sol y la Cotilla puso los ojos en blanco. - ¿Cómo vas a encontrar novio, boba de Coria, si no dejas de hacer tonterías?

Cuando la vecina salió con el cargamento de papeles electorales mi piso se quitó un gran peso de encima...

Al volver del trapicheo nocturno venía de vacío. - ¿Ha tirado los papeles al contenedor? - ¡Los he vendido todos! - A un borracho sería. - No señora. A una pareja de pijos. Solo tuve que decirles que éstos papeles se habían salvado de la quema del Pirómano H.P. Que por eso eran tan caros y me los quitaban de las manos los mejores decoradores de interiores. Una sala de estar, un comedor, etc. se convertía en una pieza especial empapelando con ellos las paredes. - ¡¡¡¿EN SERIO?!!! Le diré a la abuela que traiga más pero no se los llevará usted. ¡Serán para mi! ¡Yo también quiero tener una habitación especial! - Tuve que tomar varios chinchones hasta que se me pasó el sofocón que cogí.

jueves, 16 de mayo de 2019

Por preguntar que no quede.

La abuela me ha explicado muchas veces que, toda ciudad o pueblo que se precie, debe tener un personaje popular. Y mira que en Palma los ha habido y el Pueblo Soberano sigue contando sus historias que, andando el tiempo, acaban convertidas en Mitos y Leyendas.

Yo sentía envidia de éstas cosas porque, que yo sepa, durante mi corta vida no he conocido nada parecido pero, ¡por fin tenemos un personaje que será recordado, por los siglos de los siglos, y es de mi tiempo ¡El Pirómano H.P.!

La abuela y la Cotilla están entusiasmadas con él: - "¡Es una leyenda viva!" - Una especie de fantasma romántico. - ¿Romántico? ¡La madre que lo parió! Si está dejando a la ciudad sin contenedores de basura ¿De dónde sacará las magdalenas y los croasanes caducados cuando queme los de súper, Cotilla? - ¡Ay, calla! No lo quiera Dios.

Desayunando esta mañana con Pascualita, le he contado que ésta noche, el Pirómano H.P., ha quemado los contenedores cercanos a casa: - ¡Y dos coches! Se han fundido como las velas que pone la Cotilla en el altar de los Amigos de lo Ajeno cuando le da la vena de pedir por alguno de esos sinvergüenzas ¡Pues así han quedado los coches!

Una vez recogidos los restos del cola cao de la sirena, la he metido en el termo de los chinos y hemos ido a ver el lugar "del crimen" . Asombrada he quedado ante el destrozo. Y, como no había nadie cerca, le he hecho un comentario: - El Pirómano H.P. debe ser, o un ecologista fanático anti plástico y por eso quema los contenedores, porque son de ese material. O un fabricante de contenedores a quién el Ayuntamiento rechazó el presupuesto y se quedó sin el encargo cuando decidieron comprar un montón para la ciudad.

- O es un don nadie al que el fuego, la nocturnidad, el peligro de ser descubierto y el placer de sentirse más chulo que un ocho, le produce orgasmos en cadena.

- ¿Y por qué no lo coge la policía, Pascualita? No tengo ni idea: ¿acaso es escurridizo como una rata de alcantarilla? ¿Es una rata de alcantarilla con maña para encender mecheros? ¿Es el hombre invisible? ¿Será el Diablo Cojuelo?

En esas estaba cuando apareció Bedulio. - ¡Hombreeeeee, llegas que ni pintado! ¿qué esperáis para coger al Pirómano H.P.? ¿A tener pintadita la celda? ¿A que se le acaben las cerillas? ¿A qué... ¿ - Si dices una palabra más, te encierro. - Huuuuy, que suspicaz estás. - ¡Seguro que es cosa de tu primer abuelito! - Pero si lleva criando malvas la tira de años. - ¡Estoy seguro que es él! ¿Y cómo se apresa a un fantasma, eh? ... - Levanté los hombros, puse cara de pasmada y dije: - ¡N.P.I., Bedulio!

miércoles, 15 de mayo de 2019

Parece que ya está más cerca la solución.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Toma, para que no sigas llorando por las esquinas! - La Cotilla dejó sobre la mesa del comedor un barril de gasolina vacío. - ¡¿Para que quiero yo esta porquería que, además, apesta?! - Es el repuesto para el acuario que me cargué. - ¡Quite, quite! Qué va ser esto un repuesto. - Y lo cogí en volandas con la sana intención de tirarlo por el balcón.

- ¡Quieta, parada, boba de Coria! ¿Se puede ser más desagradecida que tú? ¡Imposible! - No quiero ésta basura en casa. - De basura nada, monada. Es lo más ecológico que he podido encontrar porque, además de no ser de plástico, en poco tiempo tendrás un ecosistema viviendo en el tonel. ¡Hasta renacuajos saldrán! ¿No has visto en la tele esos barcos hundidos llenos de anémonas, peces payasos, pulpos? ¡Eso es recuperación de la fauna marina! Lo único que tienes que hacer es lavarlo bien y dejarlo unos días en el balcón para que se le vaya el olor a petróleo ¡y ya está!

Una lucecita se iluminó en mi cerebro. ¡La Cotilla tenía razón! en ese bidón caben muchos litros de agua salada y, dentro de poco, Pascualita podrá vivir en un ambiente parecido al del hábitat de donde procede. Y tendrá compañeros acuáticos ¡Por fin será feliz como una perdíz!

Cuando se fue la Cotilla llamè a la abuela y se lo conté todo. - "¡No eres más tonta porque no te entrenas! ¿Cómo van a nacer renacuajos en agua de mar? ¡Son de agua dulce!" - Eso me parecía... pero todo lo demás es factible... ¿verdad? - "El bidón está feo?" - Feísimo pero con unas manitas de pintura quedará como nuevo. - "¡No se te ocurra pintarlo! Es cosa mía y le daré un aire moderno que a ti ni se te ocurriría" - Pues, de paso y antes de empezar, dále un buen fregado por dentro y... - "Como dicen en nuestra isla: ¡Puja aquì y vorás Porto Pi!" ¡Y me hizo una peineta como una plaza de toros!


martes, 14 de mayo de 2019

Culillo de mal asiento.. ¿hasta cuándo?

Pascualita estaba, de momento, en una jarra de agua. No le gustaba porque se encuentraba estrecha y lo que es peor, había que guardarla cuando venía alguien para que no ser descubierta. El otro día, con las prisas porque la Cotilla entró en casa sin anunciarse, metí la jarra en la nevera.

La vecina fue directa a por agua fresca. Venía tan acalorada que bebió directamente de la jarra y tuvo la suerte de que la sirena no la mordiera. Pero yo le eché una bronca de padre y muy señor mío por beber a morro... y en parte también, para despistarla y evitar que se fijara en que en la jarra "vive" alguien.

Lo último que se me ha ocurrido ha sido meterla en una de esas botellas, de cristal, gordas y de boca relativamente estrecha. El vidrio es verde pero como ella se sube al borde, sigue viendo la vida del mismo color. La he puesto en el balcón y en las horas de calor le dan sombra las ramas del árbol de la calle.

He hablado con la abuela para decirle que ya va siendo hora de que Pascualita vuelva a su hábitat natural. - Han pasado muchos años desde que la encontramos... - Pero la abuela se resiste. - "¡Es mi amiga! Y si no está aquí volveré a ser asmática. ¡Dichosa manía.!"

Mientras la sirena y yo comíamos en la salita, yo, el contenido de una lata de albóndigas con tomate. Ella, una revista. No ha dejdo ni un cachito. De repente salió el fondo del mar en la pantalla de la tele. Pero el fondo, fondo ¡y había basura humana! Pascualita debió reconocer el lugar y sin más saltó hacia la pantalla estrellándose contra ella.

Quedó un poco traspuesta por el golpe pero no por ello dejaba de lanzar dentelladas. - ¡Tienes razón, Pascualita. ¡¡¡Somos unos guarros!!! Mejor te quedas en casa, como quiere la abuela.

Ahora duerme tranquila en su damajuana de cristal verde, envuelta en las algas del fondo y acurrucada por el trino de los pájaros que anidan en nuestro árbol.

lunes, 13 de mayo de 2019

Seguimos sin acuario.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! Nena, dáme doscientos euros que te he resuelto el problema. - ¿Cree que le voy dando 200 euros a todo el que me los pide Cotilla? - Me pediste ayuda y te la traigo: un sitio para meter una sardina y que estuviese holgada. Lo he dejado en el pasillo.

Sentí un enorme alivio. Por fin Pascualita tendría un nuevo acuario con sus algas, su arena, piedrecitas, el barco hundido... - ¡COTILLA! ¿QUÉ ES ESTOOOO? - Hasta ahora ha sido un bidé pero tu puedes usarlo de lo que quieras.

Era un bidé viejo, sucio y seguramente, lo encontró junto a un contenedor. - ¿A qué es mono? - ¡Es una porquería! - ¡Ya salió la exigente! Es antiguo y por lo tanto, vale lo que pesa. - Alargó la mano: - Son 200 euros.

- ¡A la porra usted y el deshecho de obra éste! - ¿Crees que vas a encontrar algo mejor por éste precio? No tienes ni idea de a cuánto están estas piezas en el mercado de antigüedades, inculta. - Déjese de historias y saque "esto" de mi casa. - Al decirlo me puse en plan Cristobal Colón señalando la puerta con el dedo índice tieso. Pero no me hizo ni caso. - Aquí te lo dejo. Lo miras con detenimiento, te lo piensas bien y , cuando venga ésta noche ya hablaremos. No es bueno tomar decisiones en caliente. - Y allí se quedó el bidé, en medio del pasillo porque me daba cosa tocarlo.

A media mañana llamó una vecina para pedirme un huevo. La pobre es corta de vista y muy caprichosa. - Nena, déjame un hue... ¿Qué tienes ahí? - Es un... - Aaaaayyyyyyyyy, que cosa más preciosa para colocarle una maceta de cintaaaaaassssssss ¡Me encantaaaaaaaaaa! ¿Dónde lo has comprado? ¡En los chinos! ¿A qué sí? - Pues... no. Mi bisabuelastra... ya sabes, la ricachona, me lo ha dejado para ver si esta pieza decorativa, que es carísima, pega bien con el ambiente de mi casa... - Ya te digo yo que no. (dijo, categórica) - ¿Ah, no? - En cambio en mi casa... allí sí. - ¿Sí...? - Lo que yo te diga.

Cuando llegó la Cotilla de sus trapicheos nocturnos, el bidé ya no estaba en casa. - Tenga Cotilla, cien euros. - ¿Te lo quedas? pues son 200. - ¡Lo he vendido!

Brindamos con chinchón, una y otra, y otra, y otra... vez. Cuando ya bizqueábamos llamaron a la puerta. El marido de la vecina estaba en el rellano de la escalera con el viejo bidé en brazos. En cuanto me vio abrió la boca para protestar. Seguro. Y se la cerré en las narices.

Luego, la Cotilla y yo nos hemos pasado toooooda la noche cantando aquello de: ¡¡¡SANTA RITA, RITA, RITAAAAAAA, LO QUE SE DA NO SE QUITAAAAAAAAA!!!

domingo, 12 de mayo de 2019

Menudo problema.

Menudo cabreo tiene la sirena desde que ha estado a punto de convertirse en caldo de bullavesa. Dice la abuela que ni se le ocurrió mirar si Pascualita estaba dentro de la olla exprés. Simplemente le dijo a Geoooorge que pusiera los avíos del cocido y luego la llenara de agua. Cree recordar que el inglés le dijo que agua ya había: - "Pero como estaba atenta al programa de la Esteban, no le eché cuentas y a él no le extrañó traerse la olla llena de agua" - ¡Anda que... menudas narices tiene el tipo ese!

La cuestión es que cuando apagó el fuego el agua estaba a punto de hervir. Menos mal que no le habían puesto la tapa esperando para meter los garbanzos y que éstos no se encallaran.

Dice la abuela que Pascualia salió lanzando dentelladas a diestra y siniestra. ¡Toma, no!. Y en su afán de sacarla cuanto antes de allí, se quemó los dedos y gritó. El mayordomo corrió raudo en ayuda de su señora pero ella gritó: - "¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!" - Y salió por pies de la cocina.

Con ayuda de una espumadera sacó a la pobre infeliz. Los pelo-algas colgaban, lisos, ante su cara. Los ojos desorbitados, el miedo pintado en su rostro y la cara roja como un tomate, le daban un aire distinto del habitual. - ¿Le hiciste una foto, abuela? - "¡Claro que no! La pobre se estaba cociendo y  había que ayudarla , no retratarla, boba de Coria."

Pues es una pena porque me hubiese gustado verla con un color de cara normal, no de ahogada veterana, como siempre. - Seguro que estaba más guapa... - "¿Cómo que Más, guapa? Lo está siempre." - ¿Has pedido hora al oculista?

De nuevo tengo el problema del alojamiento de la sirena. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿No me digas que estás pensando, nena? - Sí... ¿Qué hace? - Llamar al 061, por si te da un ataque.

Le planteé mi problema a la Cotilla. - Necesito un cacharro para meter un pez. - ¿Uno solo? ¿Grande?  - Como una sardina pero debe poder moverse con soltura.

De madrugada, después de trapichear varias horas, llegó a casa. Traía una cesta negra de plástico de las que usan los albañiles. - ¿La ha comprado? - Estaba abandonada cerca de un contenedor de basura. - Pues parece nueva... - Y lo és. - ¿Seguro que la ha encontrado? - ¡Que sí, pesada!... Justo, enfrente, hay una ferretería... - ¿Y venden cestas de éstas? - Sí. Venden de todo. - ¡¡¡YA LA ESTÁ DEVOLVIENDO O LLAMO A BEDULIO!!! - Eso ¡llámale y jugaremos al parchís.!


sábado, 11 de mayo de 2019

¡¡¡ Ay, ay, ay.!!!

Discutir con la Cotilla me pone de los nervios y después no doy pie con bola. ¿Qué le importará con lo que decore mi hogar, tanto si es una olla o un orinal. ¡es mi casa! aunque, a veces, parezca el Corral de la Pacheca.

Me marché a dar una vuelta para tranquilizarme y me entretuve visitando los puestos que los partidos políticos han puesto por Palma con otivo de los nuevos comicios. Es que estamos que lo regalamos.

En cuanto entré en casa supe que alguien había estado allí mientras yo estaba fuera. Se me erizaron hasta los pelos del cogote. Pregunté con voz entrecortada: - ¿Hay... alguien... aquí...?

Repetí la pregunta varias veces pero no respondió nadie. Ni oí pasos, carreras, respiraciones siniestras, risas contenidas... ¡nada! También era raro que la puerta, cerrada con llave, estaba igual que cuando me fui... ¡¿Serán okupas que han entrado por el balcón?!

Cogí un paraguas como arma defensiva y me adentré en el piso. Todo parecía estar en su lugar. Sin embargo... había algo... que faltaba... pero ¿qué?

Poniendo el paraguas por delante, entré en la salita, el comedor, mi cuarto, el de la abuela, el baño, la cocina... ¡Y a poco la palmo del susto que me dio Pepe al caerse de su estantería!, ... Una vez repuesta de la taquicardia repentina, proseguí la inspección: la despensa y el balcón. Todo estaba bien... pero seguía con la sensación de que algo había desaparecido como por arte de magia... ¡¡¡LA OLLA EXPRÉS!!!

¡Imposible! No puede volatilizarse un chisme de acero inoxidable, llena de agua de mar y con... ¡¡¡PASCUALITA DENTRO!!!

Corrí al teléfono: - ¡Geooooorge dile a la abuela que se ponga! - Tu querer decir, madame. - ¡La madre que te parió, inglés. Date prisaaaaaaa! - Mi no correr. Mi ser mayormodo britanic... - ¡¡¡Corre, jodío, o te capo!!!

- "¿Qué pasa contigo, nena?" - ¡¡¡Me han robado a Pascualita!!! - "¡Es que dejas entar a cualquiera y, al final, mira, ahora tenemos un disgusto!" - ¡¡¡Llama a Bedulio y dile que pongan a la olla exprés en busca y captura. A mi no me hará caso!!! - "Y a mi tampoco si le voy con ésa tontería" - ¡¡¡PUES HAY QUE HACER ALGO!!! - "Bebe un poco de chinchón, relájate y piensa dónde puedes haber metido la olla" - ¡¡¡NO LA HE TOCADO!!! - "Tranquila. Piensa un poco... ¿Qué has hecho ésta mañana?" - ¡¡¡NADA!!!

De repente, del otro lado del teléfono sonó algo así: - "¡Anda la osa!" - Un hilo de esperanza se apoderó de mi. - ¿La tienes tu, abuela? - "Pues... jejejejejejeje ... Sí. He mandado a Geooorge a tu casa a por la olla para hacer un cocido" - ¡Uf! menos mal que te has acordado... ¿Está bien Pascualita? -

El fino hilo de esperanza de antes se rompió en mil pedazos cuando la abuela gritó: - ¡¡¡GEOOOOORGE, POR TU MADRE, APAGA EL FUEGOOOOOOOO!!!

viernes, 10 de mayo de 2019

¿Dónde meto a Pascualita?

Pascualita parece la falsa monea: que de mano en mano va y ninguno se la quea. En este caso va de trasto en trasto hasta que encontremos el sitio adecuado para que sea su nuevo hogar.

Tendría que encargarse de ésto la Cotilla pero, si tengo que esperar a que se decida, me darán las uvas. En principio he pensado en ir a comprar un barreño a la tienda del señor Li. - Hola (me dijo) ¿tú ya sel lica? - De momento, no... - Yo espelal. Después casalme contigo cuando sel lica. - ¡No quiero casarme con usted, aprovechado! - Yo sel buen paltido. Administlal tu dinelito y tu tlabajal en mi tienda. - ¡Menuda cara tiene! Si soy rica no trabajaré. - Si tlabajal. Sel bueno pala salud y bolsillo.

Me enfadé tanto que salí de allí sin haber comprado nada. Pensé entrar en otra de las tiendas de chinos de mi barrio pero todas tienen un dueño común: el señor Li y me fui a casa.

En la despensa busqué algún cacharro que no usara... ¡La olla exprés! Pero Pascualita no estuvo de acuerdo. Era un lugar oscuro y en cuanto la metí allí, salió disparada con la boca llena de agua venenosa y me escupió. Suerte que solo me rozó una oreja que ahora me escuece.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Vas a hacer cocido? - No. La he sacado para ver cómo queda aquí. - ¿Piensas poner la olla exprés de adorno en el aparador? Y yo que creía que ya lo había visto todo... Primero un orinal, ahora una olla exprés... Así nunca encontrarás novio, boba de Coria.

- ¡Pues en algún sitio tengo que meter a Pasc... al pececito que voy a comprar! - ¿Qué tiene que ver Pascual en todo esto? ¿Acaso es un loco decorador de interiores? ¡Huyyyy, lo que he dichoooo! jajajajajaja Habrá que preguntárselo a tu abuela. - ¿El qué? - Que qué tal es decorando SUS INTERIORES jajajajajajaja - ¡¡¡COTILLA!!!


jueves, 9 de mayo de 2019

El orinal aristocrático.

Pascualita parece haberse habituado al orinal aristocrático pese a ser mucho más pequeño que el acuario. ¿Se habrá enterado de que en él se sentaron los culos de los personajes más encumbrados del siglo XVIII? De éste bicho se puede esperar cualquier cosa.

Me llamó la abuela. - "Nena, que dice la Momia que cuándo vas a devolverle el orinal" - ¿No me digas que lo necesita? - "Sí te lo digo. ¿No ves que es, además de una herencia recibida, un recuerdo de familia?" - ¿Y dónde meto a Pascualita? - "¿Dónde está la sirena? En tu casa ¿verdad? Pues, ¡hale! ya estás buscando una solución al problema"

Y colgó. ¡Que fácil lo tiene la abuela! dice que Pascualita es suya porque, desde que está con nosotras, se le ha curado el asma. Y la quiere ¡muchísimo! Pero, en cuanto tiene que molestarse un poco, si te he visto no me acuerdo ¡Que barra tiene!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Voy a llevarme el orinal éste que, ya de dirás que pinta encima del aparador del comedor. ¡Es antihigiénico, boba de Coria! - ¡Ni se le ocurra poner sus zarpas sobre él! - ¡Heeeeey, menos lobos, Caperucita! El caso es que ya lo tengo apalabrado a un friky con posibles. - ¡¿Quién le ha dado permiso para hacer ésto?! - ¿No quieres ganarte unos euros? Este pagará bien. Vendrá ésta noche para cerrar el trato pero, claro, primero quiere verlo ¿Lo entiendes, verdad?

- El orinal no es mío, Es de la Momia. - Mejor me lo pones. Esta no se entera de nada mientras tenga a su lado a los cubanitos culito-respingones. - ¡JA! Qué se cree usted eso. Hoy mismo me lo ha reclamado. - Que casualidad (dijo con recochineo)

- Pues el fulano que lo quiere pagará una fortuna por él. ¡Diez mil euros! -¿Por un orinal viejo? - Viejo no, antiguo. Que perteneció a Luis XIV de Francia, ya sabes, el Rey Sol.

Quedé boquiabierta - ¡¿Qué me dice, Cotilla?! Eso no me lo habían contado. - Me lo inventé el otro día hablando con el tipo ese. - ¡Eso es un fraude! - ¡No! Eso es vender la moto. -

Cinco mil euros para mi, es una gran fortuna. Pero, por más vueltas que dimos, no encontré ninguna excusa convincente que darle a la bisabuelastra. A la Cotilla la convencieron todas. Al final dejamos el tema en manos de la abuela a cambio de una ganancia, claro. Cuanto más tiene, más quiere la pardala. Mis cinco mil euros se reducirán bastante pero, algo es algo.

Y la pregunta que queda flotando en el aire, es: ¿DÓNDE METERÉ A PASCUALITA?

miércoles, 8 de mayo de 2019

Estoy de los nervios.

No le he dicho ni una palabra a la Cotilla sobre lo de la carta de Trump para no levantar la liebre. Pensé que sabría disimular ante ella pero estoy hecha un manojo de nervios y salto por la cosa más nimia. - ¡Caramba, nena, ni que tuvieses la menopausia! -

También se ha dado cuenta de que algo no va bien, Pascualita. Incluso Pepe debe tener la mosca detrás de la oreja (que es lo único que le queda entero) porque ya le he echado varias broncas al pobre. Mientras abría una lata de fabada para la comida, le conté lo que había pasado, llorando a moco tendido y ¿qué hizo él? ¡¡¡NADA!!! Ni siquiera parpadeó. Ni una palabra o gesto de cariño, de comprensión hacia mi.

Se quedó tan pancho. Cuando me calmo y razono, me digo que una cabeza jivarizada no tiene mucho que decir. O sea, que comprendo su postura pero, cuando pienso que me he quedado sin veinte millones de dólares se me nubla el entendimiento y grito como alma en pena. Tanto es así que los vecinos, asustados por esas voces extrañas, que lo mismo grito de día como de noche, han llamado a un exorcista para que saque "al espíritu maligno" de la finca. Y por lo que sé, les ha cobrado un ojo y medio de la cara, sin ningún resultado positivo.

Pasará bastante tiempo antes de que la calma llegue a mi... si es que llega.

Alguien debió irse de la lengua, el abuelito, hablando de mi como una joven de buen ver, a la que le iban a caer millones de dólares, porque me está pretendiendo el señor Li. - ¿Tú ya sel lica? (me preguntó el jodío del chino en cuanto le abrí la puerta) - Si tu sel lica, yo casal contigo. - ¿Y si no lo soy? - Yo ilme pol donde he venido.

Y así estamos en casa. Todos de los nervios: Pascualita (que no para de tirarme buchitos de agua envenenada), Pepe que es muy sufrido y se guarda para sí los disgustos) Y yo que no dejo de darme cabezazos contra las paredes.

martes, 7 de mayo de 2019

Sorpresas te da la vida.

El abuelito me ha devuelto la dichosa carta de Trump: - Porque invité a mis amigos a que la vieran y, como todos saben inglés porque han ido a colegios carísimos, torcieron el gesto al ver de lo que se trataba: - ¿Quién es la persona non grata? - Pensé "¡tierra, trágame!" - Acabé explicándoles que no lo sabía porque la carta la encontré en un anticuario.

- ¿Pero si es de ahora? - Ya, pero no sé mentir... e hice el mayor ridículo de mi vida. - No te preocupes porque ocurre hasta en las mejores familias. - Es que mi familia es de las más mejores... ¡snif!... - La próxima vez deja que sea la abuela la que defienda tu moción ¡Huy, con tantas elecciones se me ha pegado el árgot político! jajajajajajaja.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Y esto? ¿Te han mandado otra carta? Menuda pieza estás hecha! - Es la misma. El abuelito tampoco la quiere, Cotilla. - Pues me la llevo y me servirá para envolver algo.

- Nena, creo que te pediré asilo familiar... - ¡¿Otra vez?! - No aguanto las discusiones matrimoniales de Geoooorge y su mujer. - ¿A qué ha venido? - A visitar Europa por última vez antes de que se convierta en "El extranjero" para los ingleses. - ¿Están todo el día a la gresca? - Se pasan el tiempo apostando, uno contra otro, por cualquier cosa. Por ejemplo, lo del brexit. Que si será sí o será no. Y ahora sobre el bebé de Megan y Harry. Uno dice que será niño y la otra, niña. Que nacerá tal día o tal otro. Que será pelirrojo o morenito. Que si le darán pecho o biberón... ¡Me tiene loco! y tu abuela los incita más todavía. Y luego están las noches...

- ¿Qué pasa? - Pues... no debería hablar de estas cosas contigo, que eres mi nietastra y además, virgen y mártir, pero supongo que algo habrás oído hablar por ahí de lo que pasa cuando una pareja, fogosa como son estos, se van juntos a la cama... Que no sé de dónde les sale tanta fogosidad si se pasan el día entre discusiones y tés.

- ¡Claro que sé éstas cosas, abuelito! - Entonces ¿por qué no le das, de una vez, un bisnieto a tu abuela que es lo que más desea en el mundo?

Sonó el teléfono. Era la abuela. - "¿Está Andresito?"

Hablaron poco tiempo . El suficiente para que a él se le demudara la cara, le flaquearan las piernas, se le secara la boca, le temblara el cuerpo y llorara como un condenado.

Esperé a que se calmara. - ¿Se... se ha ido la... Cotilla? - Hace rato. - ¡Debo recuperar la carta de Trump! - ¿Pero...? - ¡¡¡ACABAN DE OFRECERNOS 2.000.000 DE DÓLARES POR ELLA!!! - ¡¡¡¿QUÉ?!!!

Llevamos horas buscando a la Cotilla ¿Por qué no le habré preguntado nunca en qué barrios trapichea?

lunes, 6 de mayo de 2019

A Trump no hay quien lo compre.

- ¡¿Veinte euros?! ¿Solo le dan eso por la carta de Trump?... Seguro que se queda un montón de pasta y a mi me da solo veinte euros. - ¿Dudas de mi, boba de Coria? Los negocios son cosa muy seria y los compromisos tienen que cumplirse. En total nos dan veinte euros, después nos los repartimos y tocamos a diez euros cada una. Bueno, tu menos porque tengo que cobrarme la comisión por haber hecho el trabajo de buscar al comprador y embaucarlo.

Una alicaída Cotilla ha llegado con malas noticias. Parece que a nadie le gusta el jefe de los norteamericanos ¡ni a ellos mismos! Pues vaya. Yo que me las prometía muy felices con un buen fajo de euros en la cartera... ¡Que rabia!

Como me tenía que explayar con alguien, saqué del orinal aristocrático a la sirena, la coloqué sobre el frutero de la cocina: - ¿Te das cuenta, Pascualita? Si no tienes dinero, no lo tendrás nunca. Dicen que el dinero llama al dinero pero si no tienes, ya puedes clamar en el desierto que nadie te va a ayudar... ¿También es así en el fondo del mar? ...

Pascualita no me prestó atención hasta que dije la palabra MAR. O sea, que la medio sardina nos entiende pero se hace la tonta. Es merecedora de un Oscar. Habrá que proponerla.

La radio no se apaga nunca en casa. Por eso, mientras hablaba con Pascualita, me llegó el eco de una noticia que me heló la sangre. ¡A reaparecido la Peste Bubónica! Aquella que mato a media Europa. ¡La Peste! Y no hay remedio para ella. Aún no se cura.

Al hablar de ello, me estremecí y la sirena me miró con sus saltones ojos de pez. De repente saltó hacia la puerta de la cocina y ... ¡PLAF!... Se estrelló contra la pared. Una y otra vez. Y así seguiría si no fuera porque la lancé en dirección al orinal y, aunque no fue un enceste límpio, Pascualita ha logrado entrar y bajar hasta el fondo, cubrirse con la arena y pasar de todo.

He comentado la noticia de la enfermedad con el señor Li. Le expliqué lo de las máscaras con cara de cuervo y un gran pico en el que se introducían hierbas olorosas y medicinales para mitigar el olor y "evitar" males mayores y en media hora tenía la tienda llena de éstas máscaras.

Le he dicho al abuelito que le regalo la carta de Trump y haga con ella lo que quiera. Vino a buscarlo y, pensando que lo tiraría a la basura, salí al balcón. Pero no lo tiró. Ahora está colgado de una de las paredes de su comedor, en el que ahora, está comiendo la ex mujer de Geoooorge. Están a punto de divorciarse porque no paran de discutir: una quiere el brexit y el otro no.

domingo, 5 de mayo de 2019

Negocio a la vista.

He colgado en la pared del comedor la carta con la firma de Donald (¡que cachondeo de nombre!) Trump para presumir delante de las visitas y, de paso, cabrear a los abuelitos.

- "Hasta que no descuelgues "eso", Andresito no piensa poner un pie en tu casa" - Lo que tiene tu marido es envidia cochina. Reconócelo. - "Huuuuuuy, como peligra tu herenciaaaa, chulita" - ¿Pero por qué tienes que juntar huevos con caracoles, abuela?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ese cuadro qué es? ¿abstracto? ¿modernista? ¿la factura del dentista? ¿la cuenta del supermercado de la esquina?... - No, Cotilla . Es una carta del Presidente de los USA (dije, orgullosa, levantando mucho la nariz) - ¿Qué es lo que usa ese quién sea? - Quiere decir Estados Unidos de América. - ¡Ostras! ¿Te ha escrito el tipo que parece que lleva un gato siamés por peluca? - ¡El mismo! - Vaya. Pues... podríamos venderla y nos darían un pastón.

El cerebro de la Cotilla funcionaba como una caja registradora. Veía un negocio y en su cabeza sonaba: ¡tilín, tilín, tilín!  Las monedas cayendo sin cesar en el cajón.

- ¡No voy a venderla! Será un recuerdo para contar a mis nietos. - Jajajajajajaja ¿Si no sabes hacer un bisnieto para tu abuela cómo vas a hacer nietos para ti? Nada, dejate de ensoñaciones y ves a lo positivo ¡Vamos a venderla!

Me hice la remolona aunque, en el fondo, sabía que cedería porque a nadie le amarga un dulce y menos, si el sueldo es escaso... - ¿Cuánto cree que nos darán por la carta? - Pues... no sé. Tengo que indagar a cuánto está el cuarto y mitad de carta de Trump, pero será un buen pico, seguro.

- Oiga, ¿por que no lo vendemos por piezas. Por ejemplo: el sello, el sobre, la carta, la traducción de la misma porque no todo el mundo sabe inglés-americano. Sacaríamos más pasta ¿no le parece? - Vaya, boba de Coria, me dejas de una pieza.


sábado, 4 de mayo de 2019

La carta de Trump.

Los abuelitos están que trinan contra mi pero todo es pura envidia cochina. El no puede asimilar que, siendo quién es en la isla y en la política, el Presidente de los Estados Unidos me haya mandado una carta ¡a mi, que no soy más que un número de la Seguridad Social1

 Me costó trabajo entender que estaba recibiendo una carta llegada desde el otro lado del Atlántico. Pensé en guardar los sellos por si algún día me daba por coleccionarlos. Pero cuando vi la firma de Trump decidí guardarlo todo. Es más, ¡enmarcaría sobre y folio!

Corrí a la tienda de los chinos del señor Li. Él no estaba en ese momento y le esperé porque ¡no hay placer mayor que ver como les rechinan los dientes de envidia a los que te rodean!

Los abuelitos se presentaron en casa para verificar que no me estaba tirando un farol: - "A ver esa carta. Seguro que te has confundido de remitente" - Que noooooo, abuelaaaa... - "Pero... ¿la has leído?" - Claro. - "Verdad que te he dicho muchas veces que no eres más tonta porque no te entrenas" - Mogollón. - "Ahora tengo que decirte que puedes ser más tonta aún... Andresito, trae el chinchón que nos va a hacer falta."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿De quién es ésta carta? ¿Os anuncian el cobro de una herencia de un tio de América? ... - ¡Es de Trum, Cotilla y me escribe a mi! - ¿A quién has matado? - ¡¡¡COTILLA!!!

- El abuelito se tomó una copita de licor, carraspeó y habló: - Aquí dice que te declaran Persona non Grata y te prohiben la entrada en Estados Unidos para toda la vida por atentar contra el Primer Almirante de la Flota Estadounidense, estando él en el buque, por lo tanto en sagrado suelo patrio de la bandera de barras y estrellas. - ¡¿A qué es chulo lo que dice?! (yo estaba encantada, sin entender muy bien de qué iba eso)

El pobre señor ha sido cesado de su cargo por motivos personales y sanitarios. Tiene un gran complejo de inferioridad.  No puede salir a la calle con cara de Popeye. La gente - ¡Quiere ver a su héroe auténticos! Han llenado su domicilio de toneladas de botes, bolsas, cestas, etc. etc., de espinacas. La mujer del Almirate ya no sabe que hacer con ellas. Y, a pesar de que se ha dicho que no envíen más, su mujer pide lo contrario. ¡El Pueblo americano se vuelca con su Almirante que se pasa el día llorando y ha hecho retirar todos los espejos de su mansión,

- Pero, ésto es una deshonra para tí, nena y para toda tu familia, o sea: ¡nosotros! Cariño, (Andresito se dirigió a la abuela) prepárame un buen vaso de chinchón on the rock que lo estoy necesitando.

Mientras hablaba, yo me dedicaba a valorar en qué pared colgaría el marco con la carta y el sobre. Y observaba a la sirena que, desde el borde del orinal aristocrático, ponía los dedos en posición OK.

viernes, 3 de mayo de 2019

Una visita a la Royal Navy.

Hace años, los barcos de guerra americanos fondeaban en la bahía de Palma. Lo sé porque la abuela y la Cotilla lo cuentan cuando rememoran sus batallitas. Buenas eran ellas para dejar escapar a fornidos marineritos sin catarlos.

Un día la abuela sacó una foto del cajón del cantarano de su cuarto. - "Soy yo" - La fotografía era de Estudio. La abuela llevaba un gran ramo de claveles, una banda que le cruzaba el pecho donde ponía Miss Simpatía y una coronita en el pelo. - ¿Fuíste Miss? - "Sí" - ¿Ligaste mucho? - "¡Muchísimo! Un chico jamaicano quiso casarse conmigo. Era guapísimo pero, cuando me dijo dónde estaba Jamaica pensé que no se me había perdido nada por allí." - ¿Y eras novia de mi primer abuelito? - "Aún, no. El salía con la Cotilla y como yo no tenía nada mejor que hacer, se lo quité" - ¡Abuela!

- "A veces lamento no haberme ido a Jamaica porque aquella gente lleva el ritmo en la sangre y tu habrías salido más sandunguera. Si es que, en el reparto de gracias, no te tocó ni una pizquita de sal."

Hoy ha llegado un barco de guerra americano y voy a ir a visitarlo y ver de cerca a los marinos, a ver si pesco algo...

Me llevo a Pascualita para que aspire el aire del mar. Al llegar al puerto he tenido la primera decepción. El barco no está en el muelle sino en medio de la bahía... y había mala mar.

La lancha que nos llevaba saltaba como un canguro borracho y antes de llegar al barco ya había echado la primera papilla... luego eché la segunda, la tercera, la cuarta... ¡Que malita me puseeeee! Encima tuve que subir por una escalerita ridículamente estrecha y colgada sobre el mar... ¡Lloré y pataleé implorando que me llevaran a mi casa! No me hicieron caso y cuando conseguí llegar arriba, todos los que iban a visitar el buque me odiaban.

Había multitud de Popeyes pero con el mareo no conseguí distinguir unos de otros. Paré a uno y le pedí: ¿Tienes aspirinas, Popeye? -  Con muy malos modos se largó de allí. Dos marinos se reían: - ¡Ser Almirante jajajajajajaja!

Pascualita pugnaba por salirse del termo de los chinos y me estaba poniendo nerviosa. De repente, ante mi apareció el Popeye Almirante; me dio la aspirina y estirando enérgicamente el brazo, me señaló la lancha en la que habíamos llegado y gruñó: ¡¡¡FUERA!!!

Aterrada, me abracé a él. - ¡No, nooooooo! - En el forcejeo se abrió el tapón del termo de los chinos ¡Y Pascualita salió disparada! Menos mal que pudo agarrarse con los dientes a la mandíbula del Almirante. Fue un visto y no visto porque en seguida tiré de ella arrancándola de allí.

Los gritos en americano eran aterradores ¡Que exagerado! Una vez que la barbilla se hinchó, era clavadito al verdadero Popeye. Y mientras emprendía una rápida huída escaleritas abajo, le grité: ¡¡¡No se olvide de comer espinacas!!!



jueves, 2 de mayo de 2019

La "lista" de Pascualita.

Pascualita está tonta perdida. Desde que vio como votaba la abuela no pierde ocasión para meter papelitos por la ranura de la hucha-cerdito que tengo sobre el aparador con mis ahorrillos. De momento hay más papeles que euros.

En cuanto tiene a mano un periódico lo hace trizas. Yo la dejaba hacer porque veía que se pasaba un buen rato entretenida. Empecé a preocuparme cuando no encontré ni un cachito de papel. - ¿Te lo comes? No creo que sea bueno comer tanta celulosa... - Se lo pregunté a la abuela. - "Déjala que haga lo que quiera. Por lo menos a ella le gusta ilustrarse con las noticias del periódico, en cambio tú solo lo empleas para hacer el crucigrama y forrar el fondo del cubo de la basura ¡Y luego te extraña que la sirena tenga una inteligencia superior a la tuya!"

Ayer metí dos euros que había ahorrado en una semana y... no sonó. Me extrañó porque el cerdito-hucha no suele recibir billetes que amortiguen el ruido de las monedas. De un martillazo certero hice añicos la hucha ¡y se descubrió el pastel! Allí estaban, apelotonados, los pequeños recortes periodisticos.

Desde el borde del orinal aristocrático, Pascualita miraba la destrucción de su escondite. No le hizo gracia porque me tiró algunos chorritos de agua envenenada que evité poniéndome de espaldas a ella.

Me he dado cuenta de que es una imitadora formidable cuando le da la gana. Y como había oído la conversación que tuve con la abuela (porque este bicho sabe latín) en cuanto la oyó entrar en casa, arrancó un trozo de hoja de Don Quijote de la Mancha que dejé sobre el aparador un día que le quité el polvo, la cogió con ambas manos, reclinándose en uno de los candelabros de los chinos que ni alumbran ni ná, e hizo como que leía.

La mirada de arrobo de la abuela cuando la vio en esa postura fue para enmarcar. - "¡¡¡Virgen del Amor Hermoso, que liiiiiiiistaa es mi sirenitaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Aprende de ella, boba de Coria, que te da sopas con honda. ¡¡¡La Reina de los Mares es mi chiquitinaaaaaaaaaaaaa!!!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿A qué vienen estos gritos? ¡¿Qué le has hecho a tu abuela, pánfila?!" - ¡¡¡¿YOOOOOOOOOOOOOOOOOO?!!! Ha sido Pasc... ejem... Pepa la Cantaora. - ¡Ya estamos otra vez! (la Cotilla estaba fuera de sí) ¡¡¡SAL DE UNA VEZ, PASCUAL, Y DA LA CARA QUE TE LA VOY A PARTIR!!!

La abuela y yo no podías contener la risa ante la "salva patrias de andar por casa" - "Anda, Cotilla, vamos a tomar un chinchón y ¡a las penas, puñalás" - Vale. pero que sean dos copitas, mejor que una.

miércoles, 1 de mayo de 2019

El cabreo de la abuela.

La abuela ha venido directamente de El Funeral a mi casa a despertarme. ¡No habían puesto las calles todavía! - "Nena, le acabo de dejar una nota a la Cotilla para que, cuando llegue, se acueste contigo." - Me desperté de golpe, cosa rara en mi que me encanta hacerme la remolona. - ¡¡¡¿PERDÓN?!!! - "Me quedo a dormir en mi cuarto." - Que yo sepa, está en la torre del Paseo Marítimo y tiene vistas a la bahía de Palma y... - "¿Crees que no lo sé? Pero no puedo seguir con ese hombre" - Me tenía tan confundida que dije: - ¿Qué hombre. Andresito o Pascual?

Estuvo un rato poniéndome a parir. Luego, se sinceró. - "Se me han removido las tripas al enterarme que Andresito se ha afiliado a Vox... ¿Te lo puedes creer?" - Ah... me suena... ¿No es una marca de diccionarios? ¡Yo tenía uno cuando iba al inst...! - "No es ese Vox, sino el del tío del caballo"- Lo siento, abuela. No te sigo... Es muy temprano. - Dio media vuelta y salió dando un portazo.

La reacción del vecino de arriba fue, casi, instantánea, golpeando el suelo son el palo de la escoba.

No pude dormir pensando que tendría que compartir la cama con la Cotilla. Me rebelé y, a oscuras, entré en la habitación de la abuela que roncaba a pierna suelta. - ¡¡¡Es tu amiga. Que duerma contigo!!! - En sueños, murmuró: - "Geoooorge... ¡que le corten la cabeza!"

Empezaba a clarear el día cuando me dormí. Entonces llegó la Cotilla, se acostó, pegó tirón de las mantas y me dejó con el culo al aire.

Durante el desayuno, con Pascualita de testigo sentada en el frutero, la abuela sacó su antigua vena proletaria a colación. - "¡Es un traidor!" - Siempre ha sido de derechas... - "¡Un facha!" - Siempre ha sido de derechas... - "¡Se arrima siempre al sol que más calienta!" - Siempre ha si... - "¡¡¡Basta!!!"

Mientras tanto, Pascualita, saltaba en su taza de cola cao hasta que no quedó una gota dentro. La abuela, sin pararse a pensar que había dejado la cocina echa un desastre, le llenó de nuevo la taza y así, el desastre fue mayor.

A mediodía ya no la aguantaba más. - Y... ¿cuándo te vas? - "Me quedo aquí para siempre" - ¡¿Pero qué te he hecho yoooooo?! - "¡No puedo dormir con mi enemigo!" - Si está forrado ¡y te quiere! - "Pero se ha hecho de Vox" - ¡Y tu rica! - "Bueno... visto así..." - Llamó por teléfono a Geoooorge para que fuera a buscarla y, poco después, escuchamos el clásico concierto de pitos en la calle.