viernes, 30 de agosto de 2019

Cotilla, pesada.

No puedo despegarme a la Cotilla. Esta noche se ha pasado de la raya cuando ha intentado meterse en mi cama. - ¡¿Está loca?! - Si viene Pascual me daré cuenta y por fin, lo conoceré. - ¡Fuera de aquí que hace calor! Además, queremos nuestra intimidad y con usted por en medio no la tendremos... - No pongas tantas pegas, boba de Coria. - ¡Que se largue he dicho!

Hizo como que se iba pero cuando desperté, sobre las cinco de la madrugada, roncaba a mi lado. No perdí tiempo despertándola. Fui a por Pascualita que se enfadó mucho porque dormía a cola suelta, y la dejé caer en el escuchimizado pecho de la vecina. - ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAH!!! -

¿Qué pasa, Cotilla? - Me ha...  tocado el dedo frío... de la muerte... - Se me olvidó decirle que algunas noches viene a verme mi primer abuelito... ¿A dónde va?

Parecía mentira que unas piernecitas enclenques como las suyas, tuvieran tanta vitalidad. Arreó un portazo y corrió como un gamo delante de los cazadores.

Pascualita se quedó a dormir conmigo. Cuando desperté la Cotilla seguía en mi cuarto dando porrazos, con una zapatilla, en mi cama. De repente recordé que no estaba sola. Pascualita estaba en peligro.

Acurrucada entre las arrugas de las sábanas, la sirena se encogía a cada zapatazo. Afortunadamente, no había sido herida pero no se la veía a gusto allí.

Conseguí arrebatarle "el arma de destrucción masiva" y la tiré por la ventana. - Hale, ya está bien. Se ha quedado sin zapatilla por pesada. - ¿Estás segura? jajajajajajajaja

¡YO me he quedado descalza! Dichosa Cotilla

jueves, 29 de agosto de 2019

Descubro un "secreto" a la Cotilla.

La Cotilla ha pasado toooooda la noche en casa. - ¿No se va de trapicheo? - le dije ayer. - No, porque, en cuanto me voy, dejas entrar a cualquiera. - No conozco a Cualquiera (mi media sonrisita la soliviantó) - ¡Eres una alcahueta! ¡Encubres a tu abuela mientras le pone los cuernos al pobre Andresito con ese sinvergüenza de Pascual!

A ver cómo puedo desmentir eso sin poner en peligro a Pascualita. Qué poco iba a tardar la Cotilla en hacer negocios con ella. ¡Y más sabiendo que es la única sirena sobre la faz de la Tierra o bajo el inmenso mar! Se haría de oro la tía.

No se me ocurrió otra cosa que decirle: - Voy a contarle un secreto pero no se lo diga a nadie... podría quedarme sin familia... ¡Júremelo por sus muertos! - ¡Nena, un respeto! - Vale, pues por los míos. Y si falta al juramento, que mi primer abuelito se levante de su tumba y venga a dormir con usted todas las noches... - ¡¡¡Quita, quita!!! ¡No diré ni mú! - Pues ahí va... Pascual y yo estamos enamorados (al decirlo parpadeé repetidamente intentando hacer un aleteo de alas de mariposa) - ¿Te ha entrado algo en los ojos, boba de Coria? - ¿Eh...?

- La abuela y él no tienen nada que ver salvo que será su nieto político el día de mañana.

Me miró recelosa. Se puso a caminar alrededor de la mesa del comedor. De cuando en cuando, se paraba ante el aparador, se servía una copa de chinchón, (a lo que yo también me sumé) y reanudaba la caminata. Poco después perdió la estabilidad, no sé si por el mareo de dar tantas vueltas o por el mareo del levantamiento de copa.

Recuperada la verticalidad, sus ojos bizcos me buscaron, lentamente, hasta dar conmigo. - ¿Me... ¡hip!... lo jurasss? - ¡Tutankamon es testigo! - ¿Ah... ¡hip!... sí? - Y comenzó una nueva ojeada en redondo. - ¿A quién busca? - A ese... ¡hip! que has ... ¡hip!... dicho...

La acompañé hasta el sofá de la salita. Creo recordar que tuvimos problemas para encontrar la entrada... había dos superpuestas y era difícil encontrar la verdadera...

Lo último que vi fue a los ciclistas de la Vuelta a España... Que majos son... Se duerme tan bien con ellos... zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

miércoles, 28 de agosto de 2019

Que mal lleva la Cotilla lo de Pascual.

- ¡Vertidos de toda clase, color y olor! Es una tradición palmesana que ya se alarga en el tiempo. Se celebra cuando llegan las tormentas de verano. Llueve fuerte en algunos puntos de la isla y los torrentes arrastran al mar cuanta porquería encuentran a su paso. Y la gente, en lugar de disfrutar de la "fiesta", se cabrea un poco más cada año. Y pide explicaciones a los políticos que salen diciendo esa frase tan célebre que los define como inútiles totales: -¡Yo no estaba! - aunque sus partidos lleven años gobernando alternativamente y no hayan hecho nada para solucionar el  problema por el que las playas deben ser cerradas al baño ¡en pleno verano!

- Y con ésto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho. Y si te he visto no me acuerdo. Y a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Eso deben decir los políticos mientras siguen cobrando el sueldo que se han subido ellos mismos y votado por unanimidad.

- ¡Estoy hasta el moño de ésta tradición! ¡Quiero ir a bañarme tooooodos los días que me apetezca! ¡Le daré mi voto a quien se cargue la puñetera tradición. Sea quien sea!

- ¡ Avemaríapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Se te oye desde la calle... ¿con quién te peleas? - ¡Con los políticos! - ¿Están aquí?... - ¡No, mujer! Están arreglando el desaguisado de las playas. - Jajajajajaja ¡que chiste más bueno. Me lo apunto!

La Cotilla ha traído un montón de velas de todos los tamaños. - Voy a montar el altar para el señor Li ¿No tendrás una foto suya? - No estoy ni para bromas ni para altares ¡Largo de mi casa, incendiaria! - Yo no sé en qué ha quedado la educación que te dio tu abuela...

Fue nombrarla y aparecer por la puerta: - "No me he podido bañar en la playa... ¿Qué os pasa?" - Tu nieta me ha echado a la calle. ¿Qué educación le diste? - "Ninguna. No tenía dinero" - ¿No te dejó su padre, Pepe el Rápido, antes de desaparecer? - "Sí. ¡anda que no nos divertimos con él!" - ¿Con mi padre? - "Noooo. Con ese dinero."

Sentí un nudo en la garganta. - Pero..., pero..., - "No me vengas con peros. La vida es muy corta y hay que disfrutarla". - Me quedé sin poder ir a un colegio de postín... ¡snif!... - "A ver si te crees que me dió los Presupuestos Generales del Estado, boba de Coria."

Mientras yo me quejaba, la Cotilla entró en la salita y montó el altar. Después dijo una especie de letanía en chino. O sea, cambiando erres por eles. Y yo, alterada y fuera de mi, grité: - ¡¡¡MENOS MAL QUE ME QUEDA PASCU....hummmm - La abuela me tapó la boca . La letanía de la Cotilla dejó de oírse y apareció, como un rayo, en el comedor y amenazándome con su huesudo índice, exclamó rabiosa: ¡¡¡Lo sabía: Discutías con Pascual, Celestina!!!






martes, 27 de agosto de 2019

Alerta naranja.

Le había prometido a Pascualita que hoy iríamos a la playa. Para que se lo fuera creyendo le he enseñado mi bañador. - Esto es para nadar... ¿bonito, eh? - Ni lo ha mirado. Estaba concentrada en una mosca que rondaba cerca de ella.

Le pedí a la abuela que nos acompañe. Le expliqué que Pascualita no se ha enterado de nada porque le he enseñado mi bañador y se ha quedado tan pancha. - "Es que eres una antigua. Ahora vengo y verá mi mini bikini, entonces reaccionará, boba de Coria"

Pues tampoco. No se interesó lo más mínimo por ninguna de las dos prendas. Entonces le enseñamos las toallas, las gafas de buceo, en fin, los útiles de playa más elementales. Siguió a lo suyo y sacó algo en claro: se comió la mosca.

La abuela dijo que cuando la viera haciendo top less reaccionaría. - "Al fin y al cabo ella también lo hace. La parte de arriba de su cuerpo la lleva al aire" - Todo lo lleva al aire - "¿Para qué te crees que le sirve la cola además de para nadar? De pantalón vaquero, de pitillo, de pinzas, incluso de falda larga estilo hippy"

No quise discutir pero creo que, este tema, la abuela va más despistada que un pulpo en un solar.

El día ha amanecido gris... - El Hombre del Tiempo dijo que lloverá y nos han puesto Alerta Naranja. - "Estará contento el de Ciudadanos de que se acuerden de él" - Abueeeeela, ¿salimos o no?

Arrimé a Pascualita a la ventana para que viera el paisaje y cuando quise meterla en el termo de los chinos dijo que nanay. Se resistió como una javata. - "Pues si ella no quiere ir, yo tampoco" - ¿Le vas a hacer caso a un bicho medio escamado? Menuda educación le estás dando. - "La sirena quiere decirnos algo" - Sí, que la que manda aquí es ella. ¿Venís o no?

No han venido.

En la playa no había nadie. Hacía fresco. El cielo estaba encapotado. Negro. El agua no me llamaba... pero ya que estaba allí... Me senté a comerme dos galletas de Inca y entonces cayó el diluvio.

Llegando a casa encontré a la Cotilla. - ¡Jopé, pareces un pollo mojado! jajajajajaja - No le veo la gracia. - Esperamos la gota fría, alma de cántaro. Estamos en Alerta Naranja.  - El señor Li pasó a nuestro lado medio escondido bajo su paraguas. - En tienda tenel más. Vosotlas complal. - Este tio no pierde la oportunidad de vender. - ¡Es mi héroe! (gritó la Cotilla) Voy a montarle un altar en la salita ahora que Luis Bárcenas ha perdido fuelle. ¡Li es el rey del trapicheo!. - ¡¡¡SOBRE MI CADÁVER!!! - Vale.

lunes, 26 de agosto de 2019

Las hojas muertas del Otoño...

Irremediablemente llega septiembre. Y con él el Otoño que ya se anuncia llenando las calles de hojas secas de los árboles y los niños ni se enteran porque van absortos con sus maquinitas, pegadas a sus ágiles dedos. Unos aparatitos que, contando con la imparable evolución de las especies, acabarán siendo parte de sus cuerpos. Que ya nacerán con ellas digo... - Pascualita ¿me estás escuchando?  Del mismo modo que tu especie perdió, vete a saber cuando, las piernas, los niños del futuro tendrán un nuevo apéndice que hará bip, bip, bip, más que nada para que sepan que están en el mundo.

- Los niños de hoy en día ya no meten los pies entre los montones de hojas, ni sus madres les dicen: ¡Sal de ahí que te manchas los zapatos! Y aunque las hojas siguen cayendo como desde que el mundo es mundo, puede que un día también muten en hojas de colorines de luces de neón para llamar la atención y que los ojos infantiles se vuelvan hacia ellas... ¡Oyeeee! - La sirena acaba de dedicarme un corte de mangas - ¡¿Quién te ha enseñado a hacer eso, maleducada?!

Satisfecha ante mi reacción, me dedicó unos cuantos más. Naturalmente, la "maestra" no podía ser otra que... - ¡Geoooorge, pónme con mi abuela antes de que os llegue el Brexit! - Que poco le gusta que se lo nombre jejejejejejeje

- ¿Le estás enseñando groserías a Pascualita, abuela? - Mi no ser abuela. ¿Quién ser Pascualita, boba de Coria? - ¡La madre que te parió, inglés! - No, my mother no llamarse Pascualita... - ¡¡¡QUE SE PONGA MI ABUELA!!!

Cuanto más me enfadaba yo, más señales OK hacía la sirena con sus deditos palmeados. Al final le tiré un cenicero de metal que estaba en la mesa del comedor... Me he cargado el espejo del aparador. ¡Y todo por culpa de la medio sardina! Me he puesto furiosa. El bicho reptaba a toda pastilla tratando de llegar a una cuba de madera de Ikea, llena de agua de mar. Le tiré una figurita de Lladró, más falsa que un duro sevillano,  que la abuela compró, hace años, en una tienda de Todo a Cien, precursora de las tiendas de los chinos.

Esta vez me cargué la figurita y la Santa Cena.  La sirena seguía reptando, desesperadamente hasta que, llegando al borde del aparador se dejó caer a la cuba y desapareció bajo las algas del fondo.

- Geoooorge... dile a la abuela... - MADAME NO ESTAR. - ... que se ha roto la Santa Cena... - "¡¡¡MANAZAS. QUE CRUZ TENGO CONTIGO!!!"


sábado, 24 de agosto de 2019

Tocan a misa.

De repente todo ha vuelto a su cauce. Ha cesado la paranoia y todo lo que veo yendo por la calle son mallorquines y mallorquinas de todos los colores y rasgos físicos. ¡Menos mal!

La única rara del barrio es Pascualita ¡La única sirena del mundo mundial! pero como nadie sabe de ella vive tranquila en casa. Lo de tranquila es un decir porque cuando le da la neura se vuelve loca perdida y no hay quién la pare.

El otro día la llevaba en mi escote porque la Cotilla entró de sopetón mientras estábamos en pleno desayuno. Como de costumbre, la sirena tiraba cola cao por toda la cocina. La Cotilla se quedó en el comedor diciendo: - Estaré en la salita. - Que raro que no entrara a fisgar.

Eso me preocupó. Con la sirena apenas asomada al borde de una camiseta escotada, me asomé a la salita. Pensé que la Cotilla había vuelto a las andadas de montar altares a los Amigos de lo Ajeno a los que tanto admira pero no. En la tele salía la Misa y ella estaba toda concentrada en la pantalla.

- ¿Ya se está preparando el camino al Más Allá?... Oiga, ¡oigaaaa! - La mujer no se enteraba de nada que no fuera lo que hacía el cura. - Llamé a la abuela. - Madame no ponerse. Ella ser misa. - ¿Mi abuela es misa? ¿Qué has bebido, inglés? - Madame, ser o estar en misa. - ¿La de la tele? - Yes. -

Colgué y volví a mirar. El cura no estaba mal del todo pero no había para tanto. Apliqué el oído y no decía nada que no hubiera escuchado ya mil veces... ¿entonces?

Entonces Pacualita saltó hacia adelante como un tigre de Bengala y se dio de dientes en la pantalla del televisor. Inmediatamente grité para desviar la atención de la Cotilla. - ¡¡¡Aaaaayyyyy, que susto me has dado, jodía!!! - Perdone. Creo que me ha picado un mosquito... - ¡Ni que fuera un vampiro chupasangres, boba de Coria! ¡¡¡Aaaaaaayyyyyy, que taquicardiaaaaaaaaaa me ha entradoooooo!!!

No le pasó nada que no se quitara con un buen tiento a la botella de chinchón.

Después, con la cabeza un poco embotada (porque no dejé que bebiera sola) razoné que la única que tenía motivo para entusiasmarse con la misa televisiva, era Pascualita cuando la cámara enfocó y sostuvo un momentito, la imagen de la pila bautismal llena de agua. La medio sardina me había indicado, claramente, que necesitaba un hábitat nuevo.

Hablaré con la Cotilla cuando despierte del coma etílico.

viernes, 23 de agosto de 2019

¿Trescientos?

Una gran agitación movía mi cuerpo dormido hasta hacer que el subconsciente se diera por enterado y me permitiera abrir un ojo legañoso. - ¿No he movido el... frasco del... jarabe de la tos antes... de usarlo...? Yo diría que... sí. - Cumplida la misión de intentar enterarme de lo que pasaba, el ojo se cerró de nuevo pero, antes de que el sueño se adueñara por completo de mi, una nueva sacudida, esta vez seguida de bramidos de dinosaurios furiosos, me despertaron. - ¿Ha chocado ya... el meteorito? - pregunté con voz pastosa.

- "¿Cómo puede dormir como una ceporra ésta mujer? ¡Despierta ya, coñeeeee. Tus vecinos ya lo han hecho!" - Hola, abuela... ¿ya han desaparecido de los dinosaurios? - "Sí, hija, sí. Y tú aquí, sin enterarte de nada" - Creo que los he oído... - "Tendrías que escuchar campanas de boda y hacer un biznieto de una puñetera vez"

La cosa era que la abuela quería contarme una historia a pesar de la oposición de Andresito. - No son horas para contarla. Después no podrá dormir la pobrecilla. - "¡¿Quién? ¿ésta? Pero si se duerme en el palo de un gallinero."

Miré de reojo el reloj de la mesilla de noche: eran las tres y media de la madrugada.  - ¿Me has despertado para contarme una historia? ¿No puedes esperar a mañana? - "No, porque me hubiese perdido la extinción de los dinosaurios, boda de Coria"

El abuelito salió de mi cuarto. La abuela apagó la luz del techo y dejó la lamparita encendida. Del termo de los chinos sacó a Pascualita y antes de que pudiera impedirlo, me la puso, fría y mojada, sobre el pecho. En la negrura de la noche, el alarido que solté salió por la ventana y fue rebotando de finca en finca y llegó a todos los oídos del barrio.

Las luces encendidas de todas las ventanas ponían un falso aire de fiesta porque lo que privaba en el vecindario era el sobresalto, el susto y la rabia de sueños partidos. La abuela, sin inmutarse, empezó el relato. - "... y el concejal de Manacor visitó el cementerio... Se encontró con unas dependencias que tenían tres habitaciones tapiadas... ¿Qué habrá ahí? ¿el dinero de comisiones cobradas hace tiempo y ocultadas a la espera de tiempos mejores para disfrutarlo?... El concejal ordenó que abrieran aquellas puertas....

- ... y apareció el horror: huesos, cajas, momias, cadáveres por doquier. Unos trescientos dicen que hay... ¿manacorins?...  ¿Por qué no están enterrados como debieran? ... Se traspapelaron (ha sido la respuesta)... ¿Trescientos?... "

- ¿Y? (pregunté, angustiada, viendo que la abuela recogía a Pascualita) ¿Me vas a dejar así?

La abuela y la sirena tomaron el último chinchón antes de dormir. Yo insistí: - ¡¿Abuelaaaaaaa?!

Por toda respuesta dijo: "Ahora, duerme... si puedes, alma cándida." - No he podido ¡que jodía!


jueves, 22 de agosto de 2019

Ay, Señor, que cosas.

- Hola nenaaaaa. Soy tu bisabuelastla... ¿has visto que bien lo he dicho en chino? Es que me he apuntado a la Escuela de Idiomas para aprenderlo. Dicen que será el idioma del futuro y ya sabes que soy muy futurista. Además ya estoy un poco harta de los cubanitos-culito-respingones y voy a cambiarlos por chinitos-culito-respingones.

La cabeza de me daba vueltas. ¡La Momia también se había tirado hacia el lado oriental! ¡Era mi enemiga! De todas maneras quise salir de dudas. - ¿Te ha coaccionado el señor Li o alguno de los suyos? - ¡Ay, que simpático es este señor con su peculiar modo de hablar! ¿Le pasa algo? - Ha venido a tu casa, te ha llamado por teléfono, te ha mandado un emisario...? - Nena ¿estás bien? Pareces más atontada que otras veces.

La tensión pudo conmigo y grité a los cuatro vientos: - ¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIII, FUI YO QUIEN ASUSTÓ AL SEÑOR LIIIIIIIIIIIIIIII!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Lo sabía! (dijo la Cotilla al entrar en casa)

- ¡Estábamos seguros! (gritaron los vecinos y vecinas desde mi rellano de la escalera)

- ¡He ganado la apuesta! (dijo Bedulio a un compañero municipal al pasar bajo el árbol de la calle)

- ¡Lo sabíamos todos! (un coro de chinos de ambos sexos venían cantándolo por la calle)

- ¡No podía ser otra! (los usuarios del bus y sus chóferes se abrazaron porque habían acertado)

Pascualita hizo el signo de OK después de dejar perdido de agua de mar el suelo del comedor tras dar un montón de saltos mortales.

También los abuelitos y Geoooorge y un montón más de gente, se acercaron para cantarme a la cara que tooooooooooodo el mundo sabía que había sido yo ¡¡¡YO!!!

¿Y ahora qué me espera? ... Mi cuerpo temblaba como si fuera de gelatina.

Tras un redoble de tambores y precedido por un enorme Dragón chino, apareció el señor Li. Se hizo el silencio en la calle y aquel hombrecillo amarillo, con la cabeza vendada como si fuera un faquir, dijo:

- ¡Esta mujel es una... (todo el mundo aguantó la respiración)... ¡¡¡HELOÍNA!!! - Se escuchó un: ¡¡¡¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉ?!!! -  Una ¡¡¡SUPELWOMAN!!! - Hubo un suspiro general: - ¡¡¡AAAAAAH!!! -  Glacias al pol.lazo que me di ¡YA NO TENGO MIGLAÑAAAAAAAAAAA!

Ahora la migraña la tenemos todos porque el señor Li dijo: ¡¡¡Que empiece la fiesta y que no falte chinchón!!!

miércoles, 21 de agosto de 2019

Una de chinos.

¡Veo chinos por todas partes! el basurero, el cartero, el payés que me vende los melones, la chica del kiosko de los periódicos, la mujer que límpia la escalera, los guardias civiles de tráfico, la Presidenta de la Comunidad Autónoma... Todos y todas ¡son chinos!

¿Qué ha pasado en Palma? ¿Estamos mutando de europeos a asiáticos o me he fumado un porro como un castillo? He pedido hora para ir al médico porque lo que me pasa no es normal... ¡¡¡AAAAAAAAAAH!!! ... ¡¡¡PASCUALITA TAMBIEN ES CHINAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

Llamé a la abuela y se puso Geooorge... porque era su voz la que escuché al otro lado del teléfono: - ¿Holaaaaa... Quién llamal? - ¡¿Quién eres? - Sel Geoooolges, boba de Colia. - ¡AAAAAAAAAAH!!! ¿Desde cuando hablas chino, inglés? - Tu sel tonta. - Dile a mi... abuela que... se ponga... - "¡¿Qué quelel a éstas holas?!" - ¡¡¡¿TU TAMBIÉN, ABUELA?!!!

Llegué a la consulta del médico y mi doctora de siempre ahora era ¡CHINA! Pero mi cerebro ya no daba para más y se senté en la consulta. Tenía que hablar con alguien. Contar la pesadilla en que se había convertido mi vida. Estuve hablando un rato, cinco minutos en total antes de que la doctora se levantara y me indicara la puerta.

De pie, seguí hablando: - y su cola de pez... que siempre ha sido del color de las sardinas... ahora es... ¡amarilla!... ¿Cuándo se ha visto ... una..., una..., una... ¡Oh, no puedo decir la palabra!... con la cola... amarilla!... - Ahola mismo vendlán a buscalte los loquelos... Una pleguntita: ¿Sabes quién asustó al señol Li cuando quedó clavado de cabeza en la alena de la playa?




martes, 20 de agosto de 2019

Estoy metida en un lío.

Les costó  tanto sacar al señor Li de la arena que a punto estuvieron de dejarlo allí, ponerle una placa diciendo que es un monumento al Pueblo Chino de Mallorca. El pobre quedó bien encajado. La noticia ha salido en todos los periódicos y televisiones locales.

Llamé a la abuela para decirle que esa "obra de arte" se hizo gracias a mi y mi potente voz - "Ojalá pusieras el mismo esmero buscando un padre para mi biznieto" - ¡Ay, abuela, que cansina eres! - "¿Pero no te das cuenta de que se te está pasando el arroz, alma de cántaro?"

Cada vez está más empeñada en lo de alargar su estirpe. - ¿Y si el crío nace con la cara de mi primer abuelito, qué haríamos? - "¿Para qué crees que sirven el dinero y los cirujanos plásticos?" - ¿Recién nacido? - "¡Claro! Antes de que aprenda a mirarse en el espejo."

- ¿Por qué no he visto nunca una foto de ese abuelito? - "Porque no hay ninguna. Las metí todas dentro de su ataúd. Total, eran suyas" - Es un raro comportamiento... - "¿Raro? Hice sitio en los cajones, boba de Coria. Pregúntaselo a la Cotilla" - ¿También participó? - "En todo" - ¿Y qué dijo la autopsia? - "Qué yo sepa, una autopsia no habla y menos si te has camelado al que la ha hecho... " - ¡Abuela! - "¡Estaba buenísimo!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Hablabas con tu abuela? ¿qué le has hecho? - ¿Metieron las fotos de mi abuelo en el ataúd? - Sí. Así tu abuela se ahorró una bolsa de basura. - ¿No le dió pena? - ¿Qué se ahorrara la bolsa de basura? Que preguntas más raras haces. No es raro que no encuentres novio... Por cierto ¿has oído lo que le pasó al señor Li en la playa? Se dice que ha puesto precio a la cabeza del culpable que le dio un susto de muerte... ¡Te has puesto blanca como el yeso!... ¿No tendrás tú nada que ver con este caso, verdad? - ¡Nooooo! - Las calles están llenas de chinos buscando al culpable... o a la culpable jijijijijiji. Creo que por un chivatazo también pagan.


lunes, 19 de agosto de 2019

Tórrido agosto.

Este Agosto quiere que nos acordemos de él para siempre y lo está consiguiendo... por lo menos hasta que llegue el próximo. El surtidor de la Rambla, a mi lado, es un pardillo. Saco yo más líquido por los poros de mi cuerpo que él por su chorrito de principios del siglo XX.

Así que, con Pascualita metida en el termo de los chinos, he ido a la playa. Allí también estaré mojada pero al menos cambiaré de ambiente.

Existe otro motivo para irme de casa con la que está cayendo en la calle. Y es que no quiero que me encuentren los cobradores de multas.

Con un bocadillo de sardinas en la mochila, un botellín de agua y otro de chinchón, he andado camino hasta la costa y plantado mi toalla frente al mar mientras la sirena, que venía oliendo a salitre desde que salimos, está inaguantable.

He cambiado la bolsita de acero donde la metía para bañarse en el mar por la jaula de un canario muerto de una vecina que ha bajado al contenedor para que se la lleven los basureros. Como a las horas que yo voy a penas hay gente, estamos muy separados unos de otros y nadie se ha fijado en mi cuando he entrado con la jaula, con Pascualita dentro, en el mar.

Al principio no se fijó en los barrotes y se dio de bruces contra ellos. Inmediatamente me enseñó los dientes de tiburón y yo hice amago de sacarla del agua. Eso la calmó un poco y pude nadar aunque, aguantando la jaula, no pude lucir mi estilo impecable.

Al salir del agua puse la jaula en la arena, a mi lado y saqué las galletas de Inca para comérmelas tan ricamente, sentada en la toalla. Las compartí con Pascualita y le di a beber unos sorbitos de chinchón para que me dejara en paz.

Le dio por rebozarse en la arena hasta quedar convertida en una croqueta y, poco a poco, se  durmió. Entonces disfruté del panorama: un enorme crucero estaba llegando a Palma en busca de su lugar de atraque. Es asombroso ver un barco tan grande hacer esa maniobra hasta dejarlo en el muelle.

Mientras estaba con la boca abierta, por el rabillo del ojo he visto que alguien se acercaba tan lentamente como el trasatlántico. Era el señor Li observando la maniobra y solo tenía ojos para el barco, a mi no me miraba, ni siquiera sabía que yo estaba allí, cada vez más cerca..., más cerca..., más cerca... hasta que, ¡PATAPAM! se ha sentado encima de mi. - ¡¡¡SOCORRROOOOOOOOOO!!! - he gritado y del susto, se ha tirado de cabeza al agua donde ha quedado con la cabeza clavada en la arena de la orilla y las piernas hondeando como banderas al viento. Gracias a eso he podido salir corriendo sin que viera a Pascualita

domingo, 18 de agosto de 2019

Haraganeando en un domingo de agosto.

El árbol de la calle que da al balcón de casa, se está quedando mustio. No llueve. ¿Dónde se han metido aquellas estruendosas tormentas de verano que me ponían los pelos de punta pero que, cuando cesaban el aire quedaba perfumado de olor a tierra mojada? ... Habrá que preguntárselo al Corte Inglés que todo lo sabe: cuando llega la Primavera, el Verano y no tardará en anunciarnos el Otoño y el Invierno. Lo tienen todo controlado ésta gente.

Me he sentado con Pascualita en el balcón. Ha sido una manera de acompañar a un amigo enfermo y le he hablado de él a la sirena que, por cierto, miraba por todo menos dónde le decía. Como tiene los ojos tan laterales me despista.

- Pues, sí, Pascualita, aquí dónde lo ves, empezó siendo una miniatura, una semillita. Como nos ha pasado a todos. La semilla fructificó, arraigó en la tierra de una macetita y fue creciendo ante la mirada orgullosa de los jardineros. Y pasado un tiempo, cuando su tronco tenía la consistencia suficiente, le buscaron un trabajo porque, aunque tú seas la excepción de la regla, quien no trabaja no come.

- Alguien pensó que en éste trozo de acera el árbolito sería feliz. Y parece ser que lo ha sido. Ahora está pasando una crisis y hay que mimarlo.

Pascualita, colocada sobre mi falda, se movió inquieta, harta de oírme. Le di un pequeño tirón de su pelo-algas para que estuviera atenta. - El árbol nos ha regalado muchos días de sombra. He ahorrado en la factura de la luz porque no ha hecho falta poner la radio para escuchar música teniendo el canto de los pájaros que anidan en él y aunque, es verdad que lo ponen todo perdido, entretiene oírlos.

- Ahora está  perdiendo hojas. El barrendero del barrio está hasta el gorro de barrer un montón todos los días. Tenemos que hacer algo... ¿Qué se te ocurre, Pascualita? ¿Estás pensando?

De repente, una fantástica idea acudió a mi mente. Señal inequívoca de que el refrán sigue siendo válido: Quien la sigue, la consigue.

Me puse de pie de un salto - ¡¿Por qué no se me ocurriría antes?! (grité entusiasmada)

Corrí a la cocina, llené, hasta arriba, un cubo de agua del grifo, me asomé de nuevo al balcón y lo vacié en el alcorque seco, del árbol... Eso creí pero los gritos que llegaban de la acera me hicieron dudar. Al asomarme, dos hombres me amenazaban con sus puños: ¡Bedulio y el señor Li! que llevaban allí un rato hablando. - ¡¡¡TU SEL BOBA DE COLIAAAAAA!!! - ¡¡¡AHORA MISMO TE MULTO POR UN MONTON DE COSAAAAAAS!!!

- ¡Que cruz tengo con éstos dos, Pascualita!





viernes, 16 de agosto de 2019

El nuevo hábitat de Pascualita.

Ahora no tengo dónde meter a la sirena y he recurrido, una vez más, a la Momia: - Hola bisabuelastrita ¿cómo estás? - Bailando samba con mis cubanitos-culito-respingones.

Esta mujer va a entrar en el libro Guiness de los Récords porque no creo que haya nadie con los ciento y pico de años a cuestas que tiene ella, que tenga su ritmo y su alegría de vivir. Los que no sé si aguantarán mucho más son los cubanitos.

Costaba trabajo entenderse en aquella habitación, frente a la bahía de Palma, por lo fuerte que tenían la música. - ¡¡¡¿Empiezas a estar sorda?!!! (pregunté con toda la delicadeza de la que soy capáz aunque, a grito pelado, la delicadeza se notara poco)

- ¡¡¡¿Por qué lo preguntas, nena?!!! - ¡¡¡Por la música. Está un poco fuerte.!!! - ¡¡¡Claaaaaaaaaaaaaro. La música hay que escucharla así, para que el cuerpo vibre y no perdamos el ritmo... ¿Querías algo?!!! - ¡¡¡Sí. Necesito el orinal de porcelana para una temporadita!!! - ¡¡¡Ya sabes que le tengo mucho cariño. En él se han sentado muchos culos ilustres de la política, la iglesia, las finanzas... desde hace dos siglos!!! - ¡¡¡Lo cuidaré como oro en paño!!! - ¡¡¡¿Por qué no te compras uno de plástico en la tienda de los chinos?!!! - ¡¡¡Es chabacano!!! - ¡¡¡Y mi orinal, muy valioso. Toma, veinte euros y le compras uno al señor Li. Estará contento y yo también!!!

No me quedó otra de que irme de vacío. Entré en la tienda de los chinos y, de repente, al pedir el orinal al señor Li, que quiso despacharme, me sentí ridícula. - ¿Olinal pala ti, boba de Colia? jijijijijijiji ¿Quelel también Dodotis? jijijijijijiji - ¡La madre que lo parió! - No es para mi. Es para ... la Cotilla. - ¡Tu mentil como bellaca! - Sus ojillos oblícuos no dejaban de reír.

Sacó un montón de modelos y colores, los puso sobre el mostrador y sin importarle que hubiera gente, me preguntó: ¡Que talla de culo tenía!

Cogí el orinal más grande, solté los veinte euros y salí corriendo para casa.

Pascualita, sentada sobre el frutero de la cocina, no me quitaba ojo. Cuando vio que ponía la arena, las algas y sobre todo, el barco hundido, le entró un frenesí por zambullirse en lo que supo que era su nueva casa, que corrí a por las gafas de sol por si, con los nervios, me tiraba un chorrito de agua envenenada a los ojos.

jueves, 15 de agosto de 2019

15 de Agosto.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Prepara chocolate que yo traigo los churros. - ¿Chocolate caliente? - Naturaca. Como se ha echo toda la vida. - ¿En verano, con este calor? - Siempre ha hecho calor en verano, boba de Coria y la gente come. Venga, que se enfrían los churros. - ¿No prefiere un cafetito con leche? - Que descafeinada eres. No me extraña que no se te arrime nadie.

Cualquier comentario es subceptible de convertirse en el tema preferido por las dos arpías centenarias (ahora que no me oyen puedo decirlo) : mi inutilidad para lograr que alguien me haga un bisnieto para mi abuela ¡tiene narices la cosa!

- ¿A qué viene que esté tan espléndida, Cotilla? - A que es la Virgen de Agosto. - ¿Y?... - Que la gente va a misa. - ¿Y? - Echan monedas en los cepillos... - ¡No me diga más! Y luego va usted y los "límpia" - Veo que tu neurona está despierta. - ¡¡¡¿No le da vergüenza?!!! - ¿Qué pasa, no quieres churros? ¡Pues para mi! - Sí, sí que quiero... aunque me remuerda la conciencia.

Poco después llegó la abuela y vino directa hacia mi, me dio tal pescozón que batí palmas con las orejas y me llevé puesta la taza y el café con leche. - ¡¡¡¿Qué he hecho ahora?!!! (grité fuera de mi, segura de sufrir una injusticia) - "¿Con qué ARPÍAS CENTENARIAS, eh?"

Me quedé a cuadros. ¿Acaso podía leer mi mente a distancia? De la abuela me lo creo todo. La interrogué con la mirada y desde lejos, no fuera cosa que se le escapara otro pescozón. - "¡¡¡Lo he leído en tú página, boba de Coria!!!" - ¡Madre del Amor Hermoso!

Cuando salió de casa llevaba el termo de los chinos colgado el cuello. Corrí hasta la olla exprés. Pascualita no estaba. - Nena, me llevo ésta olla que la he apalabrado con un cliente del trapicheo. - ¡¿Con qué permiso?! ¡Es mía! - No la usas para nada y tenerla en el comedor es antiestético ¡Hasta luegoooooo! - Déjeme las algas y el barco hundido por lo menos...

Llamó la abuela - "¡Nenaaaa! Estoy en la iglesia de San Miguel ¡Ven pitando!" - ¿A misa a éstas horas? Que perezaaaa... - "Quién tu sabes se ha tirado de cabeza a la pila de agua bendita, que es dulce y la está espichando ¡¡¡CORREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!"

Ya estamos en casa y no paro de escupir. No hay nada más desagradable que hacerle el boca a boca a la puñetera sirena... ¡Puag!


miércoles, 14 de agosto de 2019

A Juan Sintes.

Sentadas a la mesa de la cocina, la abuela, Pascualita y yo, desayunábamos tranquilamente, comentando los avatares de la vida, los recuerdos de momentos vividos que se nos quedaron atrapados en el cerebro y en el corazón.

Mientras la sirena saltaba, una y otra vez, en su taza de cola cao y ponía perdida la cocina como de costumbre, no nos perdía de vista. Hace tiempo que dejé de reñírla . Quise convertirla en una señorita pero ella se siente salvaje, pues ¡hala! a salpicar por todo que ya limpiaré yo. - "¡Míra que graciosa es! ¿No es para comérsela?" - No me des ideas, abuela, que estoy a punto de guisarla en escabeche. - "¡Ni en broma digas eso, boba de Coria! ¿Quiéres crearle un trauma a la pobrecilla?" - Pobrecilla yo que tengo que sufrirla.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - La Cotilla acababa de llegar a casa y Pascualita estaba al descubierto. - ¡Métela en esa cazuela, abuela! - Tuvo el tiempo justo antes de que la vecina entrara en la cocina. - ¡Otra vez has tirado el cola cao! ¿Se puede saber qué deporte practica la boba de tu nieta? ¡Que cruz tienes con ella! Eso debe ser parte de la venganza de tu primer marido por "despacharlo" antes de hora. - "¡Chocheas a pesar de tu juventud!" - La abuela se encaró a su amiga - ¿A pesar de su juventud has dicho, abuela? jajajajajajajaja ¡¡¡Aaaaaaayyyyyyyyyyyyy!!! Solo me reía del chiste (dije mientras me rascaba la cabeza por el pescozón que acababa de recibir) ... Ah... ¿no era un... chiste...?  - Como se nota que la Cotilla es unas horas más joven que la abuela.

Ésta dijo a su amiga: - "A las ocho de la noche, en El Funeral, se procederá a colgar la foto de nuestro amigo Juan Sintes, alias Jou, en la Pared de los Finados. Y luego ¡fiesta en su honor porque, si hay alguien que supo disfrutar de la vida, fue él!"

La Cotilla, con las lágrimas a punto de caer de sus cansados ojos, se acercó a la cazuela y metió pescado de sopa que cayó sobre la sirena. - ¿Y este despilfarro por su parte? (dije tratando de despistarla) - Es de un trapicheo que he hecho con la Josefa: el pescado que ha sacado del contenedor del súper de su barrio por unos huevos que encontré en el nuestro hace dos días. - ¡Yo no sé cómo no nos ha dado ya un telele! (exclamé)

Tuvimos una discusión entre las tres y aproveché para coger a Pascualita y meterla en mi bolsillo. Cuando la Cotilla fue a poner las verduras y el agua a la cazuela , gritó y salió por pies hacia la puerta de la calle: - ¡¡¡AAAAAAAH, EL ANIMA DE TU PRIMER MARIDO SE LOS HA COMIDOOOOO!!! - El portazo retumbó en toda la escalera.

Miramos y, en la cazuela, no quedaban ni las raspas de aquellos pescados apestosos.

martes, 13 de agosto de 2019

¿Dónde está Andresito?

Andresito lleva tres días sin aparecer por su casa y la abuela no para de llamarme para preguntar si lo he visto. - ¡Que noooooooo! - "Le habrá pasado algo..." - Este ha huído con la pasta gansa que ha ganado vendiendo un trozo de isla. - "¿Sin mi? Imposible. Tampoco aparece Geoooorge"

- ¿Y el rolls royce? - "Tampoco" - Todo me da mala espina pero me duele lo del rolls royce. - "Que materialista eres, boba de Coria" - Estarán en Inglaterra porque lo del brexit está al caer y querrán ser de los primeros en enterarse in situ. - "Te digo que Andresito no se ha ido a por tabaco, entre otras cosas, porque el dinero lo tengo yo a buen recaudo." - ¡Vaya! - "Una proletaria que ha pasado hambre en la vida, no suelta luego la pasta gansa por si vuelven las vacas flacas"

A media tarde ha venido a por Pascualita que languidecía en el borde de la olla exprés. - Tiene calor este bicho. - "¿Le has puesto cubitos?" - Todos los que tenía. Ahora hay que esperar a que se hagan más. - "¡Compra un saquito de hielo, tacaña!" - Soy una pobre asalariada y no me llega el sueldo para ir tirando euros en tonterías.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué pasa aquí? - "Necesitamos hielo, Cotilla" - ¿Para qué? - "Para Pasc... poner en el chinchón" - ¡¡¡¿PARA PASCUAL?!!! ¿Sigues cometiendo adulterio? No tienes remedio. Pobre Andresito... - Se ha ido (dije sin pensar) - ¡¡¡NO ME EXTRAÑA!!! - "¿Tienes hielo, sí o no?" - ¡Tengo, pero no para ese sinvergüenza!

Siguieron discutiendo un buen rato mientras yo bajaba a la tienda a por hielo, pero antes de cerrar la puerta dirigí a la abuela el siguiente mensaje: - ¡¡¡LUEGO ME LO PAGAS!!!

De madrugada la abuela y la sirena han vuelto de El Funeral donde había sarao y ceremonia de colgar la foto de Jeremías Verderol en la Pared de los Finados. Ambas venían bizcas perdidas a causa del chinchón trasegado. A Pascualita le costaba mucho aguantar la vertical subida al árnes-broche. - Cuando les reproché el estado en que llegaban, la sirena saltó del pecho de la abuela a la olla exprés y nadó hasta taparse con las algas del fondo.

La abuela dio media vuelta, trastabillando, después pareció pensarlo mejor y dio media vuelta más hasta ponerse de nuevo, frente a mi: - "Andresito... ¡hip!..., Geoooooooorge... ¡hip!... y el roooooolls royce ... ¡hip!... están en la Peeeeeeeeeeeeenínsula, donde les han dado...¡hip! ... hora para pasar la ITV... ¡hip!... Que lo seeeeeeeepassssssss, Blanca Flor"




lunes, 12 de agosto de 2019

Que poquita isla nos queda.

Después de aguantar la tabarra que me ha dado el abuelito sobre "nuestra isla", lo mucho que la quiere, lo orgulloso que está de ella, de su historia, sus costumbres, su lengua, su gastronomía, sus calas, sus aguas transparentes, sus..., sus... y más sus, he acabado con dolor de cabeza y de cuello. Esto último es por estar diciendo a todo que sí dando cabezadas porque hablaba sin parar y sin dar opción a que metiera baza.

Antes de irse se bebió tres vasos de agua ¡No me extraña! debía tener la garganta seca y la lengua hinchada. Seguro que mañana la tendrá con agujetas.

Poco después ha llamado la abuela. - "¿Está Andresito?" - Afortunadamente, ya se ha ido. - "¡Oye, un respeto que es tu abuelito segundo! ¿Ha hablado contigo?" - No ha hecho otra cosa desde que ha llegado. Tengo la cabeza como un bombo. - "¿Y qué te ha parecido lo que te ha contado?" - Un ataque de nacionalismo casero... ¿Le pasa algo? - "¡No me digas que no te lo ha dicho!" - ¿Todavía tenía que decirme algo más? ¡que no vuelva hoy, porfi, que tengo que procesar tanto información!

Pero la abuela no me escuchaba y hacía su soliloquio particular: - "Qué extraño... pero si es un notición... ¿No estará perdiendo la cabeza?... Claro que, si no la pierde ahora, ya no la perderá nunca..."

La interrumpí: - Te paso a Pascualita. Habla con ella, yo voy a relajarme con unos chinchones on the rock. - Puse a la sirena junto al teléfono y allí la dejé escuchado la voz de su amiga. Me encantó la cara de desconcierto que puso al oirla sin verla. ¡Madre mía que bicho más feo!

Los pelo-algas se le erizaron, la dentadura de tiburón salió a pasear y mordió con furia el auricular. - ¡¡¡Eeeeh, que te lo cargas!!! - El cabreo le puso los ojos bizcos y acentúo el color blanco-violáceo de su piel. Por si las cosas se ponían feas para mi porque, en cualquier momento, podía escupirme veneno a los ojos, puse un buen chorreón de chinchón en un bol y se lo acerqué. Fue mano de santo.

La abuela seguía hablando sola: - "No lo entiendo..., no lo entiendo..." - Cuéntamelo tú y acabamos antes. - "¿Te has enterado que unos millonarios ingleses, que resulta que son indios, han comprado casi cuatro kilómetros de de costa mallorquina. En total, cuatrocientas cincuenta hectáreas de terreno..?" - ¡Que barbaridad! Con razón le ha dado el ataque de nacionalismo casero. ¡No me extraña! ¡A éste paso poco territorio de la isla sera "nuestro" como dice él! ¡¡¡YO TAMBIÉN ME CABREO!!!

- "Nena, como de costumbre, no te has enterado de nada. ¡Es el abuelito quien ha cobrado los tropecientos mil millones de millones que han soltado los indios encima de la mesa del comedor de mi casa! Por eso me extraña que no te haya contado nada..." - Me quedé a cuadros. - ¿Ha sido él, el vendedor? Entonces de nacionalismo casero, nada. Ha sufrido un ataque de arrepentimiento, que yo me he tragado, mientras el oro brillaba en sus bolsillos ¡¡¡LA MADRE QUE LO PARIOOOOOOO, AUNQUE SEA LA MOMIA!!!

sábado, 10 de agosto de 2019

La Negociadora.

La Cotilla y la abuela se han juntado en mi casa para arreglar el mundo. Pero antes he tenido que prepararles unas jarras de chinchón on the rocks para paliar el calor. Una de las veces que entré en la salita llevando copas dijo la Cotilla - ¿Dónde vas con eso, boba de Coria? ¡Trae cañitas, mujer, que estamos en verano!

La abuela puso los ojos en blanco y meneando la cabeza, exclamó: - "Que cruz tengo con ésta nieta. Hay que explicárselo todo" - Desde su lugar estratégico del broche, Pascualita la imitaba.

A pesar de que no me pareció buena idea, llevé unas cañitas. - Son las últimas que veréis en ésta casa. Estoy eliminando el plástico de mi vida. - "¡Ooooooh! ¿Acaso tienes una noticia que darnos?" - Os la acabo de dar. No traeré más plast... - "¡Eso ya lo has dicho! ¿Qué más?" - Pues, eso... - Anda, calla, que te repites más que el ajo. Tu abuela quiere saber si tienes un novio ecologista porque no es normal en ti, que te preocupes por el Medio Ambiente por amor al arte.

Dos pares de ojos, que juntos tienen unos doscientos años, me contemplaban. De pronto me sentí como si fuera la Esfinge de Ghiza siendo admirada por Napoleón y sonreí. Aquello desató la euforia de las dos amigas. - "¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIII. POR FIIIIIIN!!! ¡¡¡SERÉ BISABUELAAAAAAAAAA!!!"
 gritó la abuela - ¡¡¡Y YO TIA BISABUELAAAAAAAAAAAAAA!!! - La Cotilla no se quedó atrás.

Entonces me di cuenta de lo que había hecho. Una simple sonrisa ha tenido el poder de desatar la Madre de todas ilusiones. ¡De nuevo me sentí otra. Ahora era la Gioconda y su enigmática sonrisa! ¡Para, para! me dije pero me resultó dificil.

En pocos segundos, pasar de Esfinge a Gioconda, no es fácil y yo lo había conseguido ¡Estaba encantada conmigo misma! Pensé que el Mundo podía arreglarlo yo solita. Y no lo dudé. Cogí el teléfono, llamé al Govern. Pedí el teléfono del Palacio de la Moncloa... Pregunté por el Presidente del Gobierno... ¿qué quién soy yo? La Negociadora ¡Vamos, rapidito!

Le di las instrucciones pertinentes al Presidente que se quedó sin habla. - Siga mis consejos y ésta misma semana tendremos Gobierno.... Antes de colgar déme el número de la Casa Blanca.

- Hola, quiero hablar con el presidente Trump. No, no soy una migrante sudamericana, mister. Soy  la Negociadora. La voz del Pato Donald sonó al otro lado del teléfono. Entonces dije: - Aparte el pelo de sus orejas, escuche y siga mis instrucciones al pie de la letra. Mañana todos los conflictos que usted ha empezado estarán resueltos, favorablemente, para el Mundo.

No contenta con mis valiosas gestiones, quise hacer una última llamada para rematar la faena. - Oiga, Tramp, déme el teléfono de Dios... ¡¿Qué pasa... ?!

Volví a pisar las baldosas de mi casa como si aterrizara, bruscamente, de un viaje espacial. Las dos amigas seguían allí... - "¡Ya sabía yo que mi nieta no está preparada para tomarse tres vasos de chinchón on the rocks con cañita!" - Creo que tiene un coma etílico... ¿Llamo al 061? - "Sí, pero deprisa, antes de que me de la risa floja jijiji... jijijijijiji... jijijijijijijijijiji ¡ya me da, Ya me daaaaaa!"

viernes, 9 de agosto de 2019

Lola Victoria.

Estoy pegajosa porque ¡hase caló. Muxa caló! Es la gran noticia de éstos días. La que pasa por encima de desastres, dramas, las malas artes de Trump con sus vecinos, los otros americanos; barcos cargados de seres humanos que nadie quiere en sus puertos... y demás cosas que nos "regala" la Vida al pasar. Hase caló... ¡¡¡en agosto!!! ¿será posible?

 Me llama la abuela. - "Nena, hoy hay toros en Palma. Te invitaría a ir a ver la corrida pero me he concienciado y voy a estar en la manifestación antitaurina" - ¡Vaya, hombre! Para una vez que quieres invitarme a algo...

La abuela es del todo o nada. No conoce las medias tintas. ¿Por qué no podemos ir a la manifa e invitarme luego a cenar por ahí? Dice que no es lo mismo. Además, en el bar de la esquina ya no hacen aquellas maravillosas croquetas...

Hay que ver como cambia todo cuando conoces a la gente que van a echar de su casa para que el 
propietario gane unos cuantos euros más, canallescamente, a pesar de ser buenos pagadores y bellísimas personas a las que la Vida (otra vez) ha marcado a fuego con la palabra SUFRIDOR. Y vaya si sufren. Se llama Lola Victoria. Su primer nombre, Dolores, la predispone para pasarlo mal pero ya va siendo hora de que el segundo, Victoria, tome la delantera y ¡por fin gane las batallas que parecen, irremisiblemente, perdidas!

Como sigo sin Pascualita le cuento estas cosas a Pepe. Ya sé que es aburrido pero, por lo menos, me hace compañía. Le pido consejo y da la callada por respuesta. No se le pueden pedir peras al olmo a una cabeza jivarizada, bastante hace con escuchar...

He oído un siseo por debajo de la puerta de la calle. Me asomo al pasillo... ¡otra multa!


jueves, 8 de agosto de 2019

¡No me invitan!

Por lo visto la abuela disfruta como una loca llevando a Pascualita por bandera sin que los demás se fijen en ella. Noto su entusiasmo cuando me llama: - "¿Te puedes creer que la llevo todo el día en plan broche y no la ven? jajajajaja. ¡Fíjate que he llegado a pensar que son más tontos que tú, boba de Coria! Pero no te preocupes, de momento nadie te quita la categoría de la Más Tonta de la Familia"

No he sabido qué decir. Incluso me ha emocionado que la abuela me reconozca "algo" - ¡Gracias! ... ¡snif, snif!... es muy importante para mi que me... - "¡Vale, vale. que tampoco es para tanto"

Sigo repoblando la isleta de delante de casa. Ya no le doy a nadie, a menos que me aburra, claro. Los de la cola del autobús son mis dianas favoritas. Menudos mosqueos cogen jajajajaja

Pero echo de menos a la sirena. - Voy a venir a buscarla, abuela... - "¡Nooooo! antes quiero hacer una prueba para saber si es verdad que los chinos son tan listos como se dice por ahí...!" - Abuela, estás jugando con fuego y te vas a quemar ¡Ni se te ocurra invitar al señor Li a la Torre del Paseo Marítimo! - "Vendrá a cenar ésta noche" - ¡Y yo! - "Tu no eres china"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! No comprendo a tu abuela. Con lo millonetis que es y siempre lleva el mismo broche, viejo y feo que a saber de dónde lo sacó cuando era proletaria.  - ¿Le parece raro? - ¿A tí no? ¿Se habrá vuelto más agarrada que un chotis con el dinero? - Me refiero que si le parece raro el broche. - Raro no. Feo y viejo te he dicho.

Cogió su bolso de trapichear y se fue. Le grité: - ¡¿No se queda a comer fabada de bote?! - Prefiero reservarme para la cena de ésta noche en la Torre del Paseo Marítimo.

- ¿Y yo, qué?. Llamé y se puso Geoooorge - Madame decir que no invitar a ti jejejejeje - A ver cómo reirás cuando ya no seas europeo, inglés de las narices. - Tu ser borde. - ¡Dile a mi abuela que se ponga! - Madame decirme que no con cabeza. - ¡¡¡ABUELAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

Los gritos de dolor del mayordomo al quedarse sordo me sonaron a música celestial en mis oídos. Pero la abuela no se puso... Tendré que esperar al resultado de la cena... No sé si ésta noche podré... dormir... zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

miércoles, 7 de agosto de 2019

Si por lo menos vinieran lechuzas...

Rememoro la escena de la primera película de Harry Potter en la que no dejan de llegar lechuzas con sobres a casa de sus tío. Aquello es un no parar. Pues lo mismo ocurre en mi casa. Solo que, en lugar de lechuzas, viene el cartero o mensajeros. Todos con sobres en las manos.

Pero no son invitaciones para ir a estudiar a Howards. ¡Son multas por escupir piñoles de cerezas a la calle y, encima, con mala puntería!

¡Pero que quejica es la gente! ¿Que puede hacerle un huesecillo de esos? ¿sacarles un ojo? ¡Les queda otro, jolines! si es que se quejan por nada. ¡Insolidarios! eso es lo que son. Y para que se enteren de lo que pienso de ellos, he colocado una pancarta en el balcón con ésta palabra escrita en tinta rosa fosfi: - ¡¡¡INSOLIDARIOS!!! - Ya vendrán a felicitarme cuando los árboles hayan crecido, den sombra y frutos ¡Que falsa es la gente!

He enseñado a Pascualita a escupir los huesecillos y se ha convertido en una experta. Donde pone sus ojos de pez pone el piñol... y no suele ser en el trozo de tierra de la isleta de la calle sino a todo lo que se mueve.

Menudo cabreo ha cogido cuando la he metido en la olla exprés. Se ha salido de ella tantas veces como la he metido y se va, reptando, hacia el balcón. He llamado a la abuela. - Madame dormir. - El mayordomo me saca de quicio, así que le he dicho, despacito para que me entienda bien: - Se está rifando un bofetón y tú tienes todos los números, inglés.

- "¿Pasa algo?" - Tienes que darme asilo familiar en la Torre del Paseo Marítimo, abuela. - "¡Ni harta de vino!" - No es para mí, es para Pascualita. No dejan de ponerme multas por su culpa. A éste paso necesitaré tres vidas para pagarlas... - "Deja de lloriquear, boba de Coria. Somos muchos en casa y podrían descubrirla." - Póntela en plan broche. Si quieres ocultar algo pónlo a la vista de todos.

La idea de correr un gran riesgo le encantó y poco después Geoooorge pasó a recoger la olla exprés con la sirena dentro.

Que solita me he quedado... Ya sé que está Pepe pero es tan discreto, tan calladito. Ni siquiera puedo enseñarle a escupir huesos de cereza... Es taaaaaaaan aburridooooooo... No es raro que le pasara lo que le pasó y acabara con la cabeza reducida al tamaño de un llavero ¡por soso!

martes, 6 de agosto de 2019

Rebajando la multa.

He colocado en un marco la multa que me han puesto los ecologistas. Estoy muy orgullosa al ver la súper cantidad de dinero que me piden ¡Al Capone no me llega ni a la suela de los zapatos!

Sé que la abuela me tiene envidia. ¿Qué hay en su familia en cuanto a delitos gordos? ¡Nada! Un tiempo, corto, de cárcel, una multa que pueden pagar tranquilamente pero una de ¡¡¡tropecientos miles de euros!!! solo la tengo yo.

Ahora recibo visitas de vecinos que quieren ver la multa. La he colocado en el recibidor para no tener todo el sano día, gente andando por aquí. Así les abro la puerta y la ven enseguida. Me encanta ver la envidia en sus ojos. Muchos se hacen selfis con la multa. ¡Se me acaba de ocurrir una idea!

He puesto un letrero en la puerta: La visita a la enorme multa costará 5 uros a partir de hoy. Servirán de ayuda para pagarla.

Llevo toda la tarde sentada en el recibidor para abrir y cobrar a las visitas pero... no ha venido nadie ¡que jodíos!

Pascualita y yo, sentadas en el balcón intentado tomar el fresco, pensábamos de qué manera podía ayudar para que me redujeran la cantidad a pagar. De lo contrario, si algún día tengo el bisnieto de la abuela, el pobre y sus descendientes, seguirían pagando mi multa.

Llamé a los ecologista: - ¿Qué os parece si replanto la plaza de bonitos árboles que el verano que viene nos den sombra y, por cada buena acción de éstas, me rebajais la cantidad a pagar? - Dijeron que lo pensarían... Poco después llegó el ansiado sí.

Era bien temprano cuando me he puesto a la tarea de la repoblación. Ayer compré ciruelas y las he comido en el desayuno. Luego he lanzado, con la boca, todos los  piñoles a un pequeño trozo de tierra, un pequeño islote entre el tráfico de la calle. Dijeron que harían un jardín urbano pero se quedó tal cual está ahora, donde los perros hacen sus necesidades a falta de un pipícan. El año que viene tendrán árboles en los que levantar la pata.

Bedulio ha recibido un piñolazo en la cara y han bajado todos los santos ¡Que mal genio tiene éste hombre! - ¡Haber mirado antes de pasar! - ¡¡¡Me has querido matar!!! - ¡Calla, ya atontao! que estoy trabajando!


lunes, 5 de agosto de 2019

¡No sale la pintura, oiga!

¡Estoy quemada por fuera y por dentro! Todo el santo día me he tirado limpiando hojitas del árbol de la calle, con un sol e justicia y un calor que me ardían hasta las pestañas. Y total ¿para qué? Para ná... (¿el río Paraná se llama así porque alguien, quizá Pepe antes de que se lo cargaran los jívaros, pensó que, juntando las palabras para y ná, salía un nombre muy sonoro para bautizar con él al gran río americano?)

Este profundo pensamiento es uno de los muchos que han pasado por mi cerebro mientras trataba de llevar a cabo un trabajo imposible porque ¡ni una sola hoja se ha despintado! ¿Qué clase de pintura me vendieron? ¿Una fabricada para las paredes de la Gran Pirámide de Egipto y que milenios después saliera guapo su interior en las fotos de los turistas?

He comprobado que los pájaros son unos rencorosos de tomo y lomo. En lugar de agradecer lo chulos que dejé sus nidos, me han picado y aleteado en tropel. Aquello era un no parar de trinos furiosos y ataques directos a los ojos.

Opté por saltar a mi balcón para huir de aquellas fieras y a punto estuve de chafar a Pascualita. Había saltado de la olla exprés al suelo y luego, reptando, reptando, había salido al balcón, quizá atraída por la escandalera pajaril.

- ¡¿Estás loca?! Casi te espachurro. - Pero la sirena pasó de mi olímpicamente y siguió reptando ¡hasta caerse a la calle! . Grité: - ¡¡¡PASCUALITAAAAAAAAAAAAAA!!! - mientras cerraba los ojos para no ver como, al chocar contra la acera, se convertía en una mancha sanguinolenta con olor a pescado.
 
Levanté, ligeramente, un párpado y no vi mancha alguna, pero sí a la abuela metiéndose en el bolso a una alegre Pascualita que no paraba de  hacer la señal de OK porque estaba con su amiga. Poco después, se perdían calle abajo a bordo del rolls royce.


domingo, 4 de agosto de 2019

Multa ecológica.

Me despertaron unos gritos que venían de la calle. Corrí al balcón. En la acera había un montón de vecinos y vecinas, hablando a grito pelado con unas personas a las que no reconocí. Todos tenían un brazo levantado que se prolongaba hasta el  dedo índice que apuntaba, directamente, ¡a mi balcón.!

En plena discusión, alguien miró hacia arriba. El pasmo se pintó en cara, pero fueron solo dos segundos, después vino una sonrisa de oreja a oreja y el grito que sobrepasó en decibielios a los que ya estaban empleando: - ¡¡¡ESTÁ DESNUDAAAAA!!!

Silbidos, aplausos, gritos, risas y recochineos sustituyeron a la discusión. Miré hacia los pisos altos. Desde mi balcón no veía lo que pasaba más arriba. Volví la cara hacia la calle haciendo el gesto de subir los hombros al tiempo que abría los brazos con las manos hacia arriba, indicando que no veía nada.

Las risas fueron subiendo de tono y decidí que yo también quería reírme. Corrí hacia la puerta y, en el momento de abrir, me vi reflejada en el espejo del recibidor. ¡Iba desnuda!... entonces... ¿me aplaudían a mi? ¡Aaayyy, que cruz tengo conmigo misma!

El tumulto siguió un rato mientras desde la calle coreaban - ¡¡¡QUE SALGA, QUE SALGA!!! - Después, hartos de esperar, la gente siguió los pasos de las personas con las que discutían desde hacía un rato. Estos entraron en mi finca, subieron la escalera hasta mi rellano, tocaron el timbre y abrí. De allí para abajo, la escalera estaba tomada por los vecinos.

Los desconocidos se presentaron. - Somos representantes de todos los grupos Ecologistas de Mallorca. - Tanto... gusto...  (balbuceé) - ¿Es usted quién pintó las hojas del árbol de la calle? - Pues... sí... - ¿Y los nidos? - También... ¿A qué me quedaron monos?

La gente aplaudía a rabiar mientras coreaban: - ¡¡¡A LA GUILLOTINAAAAA!!!

- Los desconocidos, sin perder la compostura, siguieron hablando. - Ha sido condenada a pagar tropecientos miles de euros por terrorismo contra la Ecología. Y condenada, además... - ¿Más aún...? (no me llegaba la camisa al cuerpo) - ... a lavar, una a una, todas las hojas y nidos adulterados por usted, hasta dejarlo todo como lo encontró.

Llevo diez horas llorando. He pedido ayuda a la abuela y no ha querido mandarme a Geooorge, la Cotilla se ha echo la sorda; Andresito dice que un noble no está para limpiar hojas, que si fuesen blasones otro gallo nos cantaría. - ¡Me pasaré horas gateando por las ramas, Pascualita! - (la sirena hizo la señal de OK la muy jodía) -¡No sé que hacer! ¿No podrían haberme puesto la multa y ya está? porque, como no tengo dinero, le iba a pagar el maestro armero pero lo de limpiar... aaaaaaaayyyyyyy ¡snif! ¡No hay derechoooooooooooooooooo!

sábado, 3 de agosto de 2019

Cambio de cara.

A las siete de la mañana y seguida de su fiel mayordomo, la abuela ha entrado en casa dispuesta a darle un cambio radical.

Geoooorge, cargado de botes de pintura y brochas de todos los tamaños, lo depositó todo en medio del comedor y bajó a por una escalera graduable.

A todo esto yo no me enteré de nada hasta que la caída de un bote contra el suelo me puso sobre aviso de que no estaba sola. - ¡¡¡SOCORROOOOOOOOOOOOOO, LADRONEEEEEEEEEEES!!! - grité, asustada. Inmediatamente los golpes dados con el palo de la escoba por los vecinos, retumbaron en paredes y techos. - ¡¡¡LA MADRE QUE TE PARIOOOOOOO!!! (gritaron a su vez) - Así constaté, una vez más, que mis vecinos tienen buen oído y que, jamás, moverán un dedo por mi.

La abuela entró en mi cuarto. - "Arriba, que tenemos mucho trabajo" - Sin darme tiempo a reaccionar, salió camino de la cocina a preparar café. Mientras el inglés hacía mezclas de colores. Cuando, somnolienta, me asomé a ver qué hacía ¡estaba coloreando el cuadro de la Santa Cena! - Boba de Coria, tu vaciar muebles and nosotros pintar luego.

- ¿De qué vas, hijo de la Gran Bretaña? - La abuela se asomó ¡con Pascualita asomando por su escote! - "Geoooorge, que es un manitas, le cambiará la cara a la triste decoración de tu casa" - ¡Me gusta así! - "Si queremos que encuentres padre para mi bisnieto hay que hacer una tratamiento de choque contra todo lo que huéla a aburrimiento. ¡Mira qué colores tan bonitos está mezclando! - ¡No quiero éstos colores! Me deslumbrarán y tendré que llevar gafas de sol todo el día.

Pero mi opinión no fue tenida en cuenta y, sin prisa pero sin pausa, mi casa se fue pareciendo a la de Agatha Ruiz de la Prada. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Madre del Amor Hermoso, que bonito! - (gritó la Cotilla al llegar) - ¡Estáis todos majaretas!

Naranjas, verdes, rosas, violetas, amarillos, azul cielo... el Arco Iris llenó mi casa de colores. Naturalmente no di mi brazo a torcer: - ¡No podré traer a nadie a ésta casa! - "Solo a los candidatos a padre de bisnieto" - ¡Saldrán corriendo del susto!... - Acabaron por dejarme por imposible.

Cuando se fueron reconocí ante Pascualita y Pepe, que me encantaba como había quedado todo. Y quise llevar el tratamiento anti aburrimiento hasta el árbol de la calle. Pasé a las ramas cercanas al balcón decidida a poner alegría en aquella monotonía de verdes. Pinté aquí y allá, hojas y más hojas, no se libraron ni los nidos. Estaba tan entusiasmada que ni me enteré que se me había caído un bote de pintura rosa fosfi. Sin embargo sí que me extrañó ver pasar a Bedulio, después, con cara de pocos amigos y con el uniforme de municipal ¡rosa!

viernes, 2 de agosto de 2019

La abuela va discretita..

La abuela no tiene mesura. ¿No puede ir a la playa como todo el mundo. Con un vestidito de nada, chanclas, una gorrita y una mochilita para llevar la toalla, la crema para el sol y el peine? Nooooo. Ella tiene que ir dando la nota. Por esto Andresito ha puesto la excusa de encontrarse mal: - "Dice que tiene diarrea veraniega" - Puede que sea verdad... ¿no?

- "Este hombre está cada día más viejo. Chochea. Y me preocupa porque acabará comiendo sopitas de leche..." - Oooooh, que bonitoooo... Llegar a estas edades y cuidarlo como si fuera un bebé, dándole de comer en la boca... - "¿Quién, yo? ¿Acaso no tengo un mayordomo inglés al que le pagamos una pasta gansa?... ¿Nos vamos"

 Viéndola con esa pinta se me había olvidado que íbamos a la playa con Pascualita. - ¿Vienes así? - Se miró en el espejo del aparador. - "Voy perfecta.  Y tu, disfrazada de pobre de solemnidad"

Geooooorge nos acompañó con el rolls royce. - "Quédate en el coche y si aparecen por aquí las dos Reinas toca el claxón." - ¿Te has vestido así a propósito? - Claro, pardala. Detrás de las Reinas va el fotógrafo del Hola"

De arriba abajo llevaba: una pamela adornada con un montón de frutas de cera. Pendientes criollos enoooormes como para que un gorrión se columpie en ellos. Top a rayas horizontales blancas y azules. Pareo a rayas verticales rosas y moradas. Chanclas altísimas de Manolo Blanik. Bolso redondo de esparto cuajado de espejitos que herían los ojos de los que estaban alrededor cuando el sol se reflejaba en ellos. Gorro de baño lleno de flores superpuestas, de mil colores... Toalla piel de tigre de Dior. Neceser completísimo de cremas, perfumes, etc. etc. Nevera portátil con botellas de chinchón on the rock y unos bocadillos de caviar para ella y Pascualita, y de choped para mi...

Llenó un cubo de agua y metió a la sirena que se volvía loca intentando salir y largarse hasta el mar. Una vez consiguió saltar a la arena cuando la abuela dio una cabezada. Una gaviota fue a por ella pero se encontró con dos enemigos: la dentadura de tiburón de Pascualita y el zapatazo en pleno pico "regalo" de la abuela.

Nos fuimos antes de que aparecieran las dos Reinas porque las frutas de cera del sombrero se fundieron y cayó, gota a gota, sobre las pestañas postizas y a punto estuvo la abuela de que le pusieran un kiosko de la Once en la esquina de su casa.

jueves, 1 de agosto de 2019

La abuela peca de pardilla.

Menos mal que se ha ido el abuelito. Pensé que emigraba a la Conchinchina pero, no. Ha vuelto con su mujer y me ha puesto a caer de un burro. Naturalmente, la abuela se ha puesto de parte de su marido y me ha llamado para darme la bronca padre.

- "¿No te da vergüenza asustar a así al pobrecillo?" - Pero si empezaste tú... - "Lo que yo haga con mi marido es cosa mía" - No me pude callar. - ¡¿Igual que hiciste con mi primer abuelito?! - "¡Lo mismo! Son cosas de matrimonio y tú ahí, ni pinchas ni cortas." - Espero que a éste no te lo carguessss...

Me daba cuenta que rezumaba mala baba pero me había embalado y no podía parar. - ¿También pedirás ayuda a la Cotilla? - "¡Nena, estás sacando los pies del tiesto!"

Sin darme cuenta cada vez hablaba más fuerte. Los vecinos de los pisos altos no tuvieron que venir al rellano a pegar la oreja a la puerta para enterarse de qué iba la cosa. Pascualita, sentada en el borde de la olla exprés, no me quitaba ojo.

La abuela, hecha una furia, derivó la discusión hacia otro tema: las fotos. - "He visto las que le diste a Andresito ¿Me las has quitado?" - Estaban en tu cantarano. Hay más. - "¡Ni se te ocurra mirarlas!" - Llegas tarde, forastera, jejejejejejeje (me estaba tirando un farol porque ni siquiera las había ojeado pero ahora el gusanillo de la curiosidad me estaba picando)

- "¡¡¡Te voy a denunciar!!!" - ¿A Bedulio? jajajajajajaja ¡Echale un galgo a ese "valiente"! - "¡¡¡AHORA VOY A TU CASA Y TE VAS A ENTERAR DE LO QUE VALE UN PEINE!!!" - Y  colgó... ¿Por qué, de repente, me temblaban las piernas?

Cuando el rolls royce aparcó en el lugar prohibido de siempre, me pareció que la escandalera de los pitidos era más fuerte que nunca. Todos los ruidos: el chirriar de la puerta de abajo; el motor del ascensor; la llave girando dentro de la cerradura de casa; los pasos apresurados de la abuela por el pasillo; y lo más estremecedor de todo: el rechinar de los dientes de tiburón de Pascualita, afilándolos, mientras no apartaba sus ojos, permanentemente abiertos, de mi, contribuían a que mis nervios estuvieran a punto de saltar por los aires.

La abuela entró en su antiguo cuarto. Rebuscó en los cajones del cantarano y apareció en el comedor con unos sobres en las manos, triunfante. - "¡Menos mal que no has tocado nada, boba de Coria! - Compruébalo si quieres... - "No hace falta, con la sangre de horchata que tienes..."

Y se fue tan contenta mientras ¡su partida de nacimiento! descansaba en mi bolsillo.