viernes, 30 de abril de 2021

 He llamado a la abuela y Geoooorge me ha informado: - No haber nadie. Estan in the iglesia... - ¿Mi abuela también? - Yes. Mister Andresitou decir que ir con él porque, cuanto más ser para rezar, más oye God. - ¿Has bebido chinchón de buena mañana, inglés? - ¡No! Un té con... - ¡Chinchón! - ¡Pastas! - No te lo crees ni tú, Georgebrexit jajajajajajajaja

Mucho más tarde volví a llamar: Estar todos con madame Momia (dijo el mayordomo y me temí lo peor) - ¿Están rezando? - Yes. No parar. - ¡Se está muriendo mi bisabuelastra no me decís nada, jodío! 

Salí corriendo de casa. Quería verla antes que diese el último suspiro. Aporreé la puerta de la Torre del Paseo Marítimo. Corrí hasta la habitación en la que tan buenos ratos pasó la Momia bailando con los cubanitos culito-respingones. Desde fuera escuché el murmullo de los rezos.

Abrí la puerta de una patada, como hacen en las películas y me planté en medio del cuarto. Todo el mundo rezaba dirigidos por un cura... bisabuelastra incluída. Sorprendida, me acerqué a ella y antes de que pudiera preguntar nada me tiró del jersey y me susurró: - ¡¡¡Sácame de aquí!!!

Luego ordenó al mayordomo que preparara el rolls royce para acompañarnos a mi casa. De la habitación salió la voz de Andresito llamando a su madre y a su mujer que se nos acopló. - "¡Vamoooooos!" - dijo la abuela.

Poco después la Momia pelaba la pava con mi primer abuelito, enfundado en un sudario maravilloso de Oscar de la Renta, amigo suyo también.

La abuela, Pascualita  y yo hemos dado buena cuenta de una jarra de chinchón on the rocks mientras iba contando: - "Desde que el Presidente de Estados ... ¡hip!... Unidos ha dicho que subirá los... ¡hip!... impuestos a los ricos, tiembla, llora, reza para que aquí no le copien porque... ¡hip!... "peligran nuestros caudales. Nos pidió que rezáramos con él haciendo piña Y como no tenemos nada mejor que hacer mientras El Funeral no funcione a pleno rendimiento... ¡hip!..."


jueves, 29 de abril de 2021

¡Que somos los clientes!

 

Al entrar en el portal de casa he chocado con la Cotilla. - ¡Cuidado, boba de Coria ¡Aaaayyyy! - ¡Còmprese una gafas que ve menos que Pepe Leches, que tropezó con una esquina y dijo ¡usted dispense!

- ¡Pero si me has arrollado tú! - Tengamos la fiesta en paz, Cotilla, que vengo muy quemada del Banco Huuuuuuuyyyy si llego a encontrarme con el director general ¡Me lo como! Una hora larga llevo en la calle haciendo cola ¡Siempre igual! Tanto si hace sol como si truena y diluvia. ¡Que somos los clientes, coooooñe!

- Ahí te doy la razón y mira que me cuesta hacerlo. Nos tienen aborregados porque han logrado "modernizarnos", movil en mano, del que no podemos despegarnos porque todo se hace por ahí ¡¿Y si no quiero tener?! - ¡Eso digo yo, Cotilla! No lo quiero . Y pensar que todo empezó cuando, de niños, jugabamos a fabricarnos teléfonos con una cuerda larga y unos botes de cola cao...

Nos dimos cuenta que éramos hijas del mismo siglo, el XX que menudo fue el jodío. Y nos solidarizamos una con la otra y la invité a desayunar. - Vale, yo pongo un paquete de magdalenas que cogí anoche del contenedor de basura del súpermercado.

El berrinche por la mala atención de los bancos a sus clientes, aún me duraba cuando, a mediodía, llamó la abuela. Fue oir su voz y de mi boca salió un torrente de quejas, palabrotas y maldiciones, tan rápidas y seguidas que la abuela apenas me entendió. - "¿Los bancos hacen ésto?" - ¿Es que a ti no te ha pasado? - "No. Los que están en buenos barrios como el mio, nos tratan como personas pudientes que somos jejejejeje"

Esto era más de lo que podía aguantar. Cogí un cenicero y lo tiré con tanta rabia que la cristalera del balcón se abrió de par en par para que saliera hacia la calle. ¡Menos mal porque hubiese hecho añicos los cristales! 

Ayes lastimeros llegaron a mis oídos. Me asomé, en la calle había un hombre caído y sangrando. Bedulio estaba junto a él. -  ¿Has sido tú? (preguntó al verme) - ¡Dios me libre! ¿quién es? - El director del banco de la esquina... (iba a gritar ¡Toma ya! pero el Municipal siguió hablando) Tiene mala suerte, el pobre porque acaban de notificarle que será uno de los miles de empleados de banca despedidos. - ¡¡¡Oh, no! Jodíos mangantes!!! (grité) - Se dice magnates, boba de Coria (me corrigió EL Lope de Vega del barrio) Pero no rectifiqué. Sabía lo que decía.






miércoles, 28 de abril de 2021

El mirlo blanqueado.

 Cuando Pascualita me ve me saca los dientes. Preferiría que me sacara la lengua pero no sé si tiene, como es un bicho tan raro... y cualquiera le abre la boca. Creo que está traumatizada por lo que vio ayer cuando convertí en blanco a un pájaro negro que, por cierto, se ha hecho el amo de la maceta, vacía , del balcón.

Como el tiempo ya es bueno, dejo los cristales abiertos para que entre el calorcito ... y alguien más: la Cotilla, por ejemplo, pero no se va de vacío, por lo menos hoy. Han desaparecido las hojas de lechuga con las que iba a hacerme una ensalada. Y las mondas de patatas que pelé para la tortilla. Y la hoja de periódico con el crucigrama que guardaba para hacerlo más tarde...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! - ¡A usted quería ver yo, Cotilla! - ¿Qué pasa en Cádiz? - En Cádiz no sé pero en aquí están desapareciendo cosas... - ¡¿No me digas que se han llevado las velas del altar de los Amigos de lo ajeno?! - No caerá esa breva.

Esos breves comentarios ocasionaron una gran discusión entre nosotras que zanjó la voz del árbol de la calle. - ¡Ha sido el mirlo blanqueado! Lo he visto antes de dormirme como una marmota porque la Primavera me puede. Siento que hayáis gastado tanta saliva discutiendo pero ahora mismo os lo voy a compensar. Y antes de que pudiéramos negarnos, porque sabíamos lo que se nos venía encima, el árbol abrió su boca de madera y cantó Allá en el Rancho Grande, ¡veintisiete veces seguidas!

No nos merecíamos tamaño castigo.

Efectivamente, el mirlo blanqueado ha ido rellenando la maceta con lo que ha ido encontrando por casa hasta hacerse un nidito de soltero la mar de acogedor.




martes, 27 de abril de 2021

El mirlo blanco.

 La abuela está a buenas con Andresito y no para de ponderarme lo bueno, expléndido, educado, gracioso (¿gracioso? me comenta, telepáticamente, el celoso de mi primer abuelito) galante, enamoradísimo de ella y que si patatín, que si patatán Y ha rematado la retahíla con un: Tuve taaaaanta suerteeeee de encontrar un mirlo blanco... aaaayyyyyyyyy...

De toda la cantinela solo me quedé con la copla del mirlo blanco y rumié que lo comparaba con un trébol de cuatro hojas. Lo cual equivale a decir ¡SUERTE! De modo que, si yo quería buscar un millonario tendría que ponerme a buscar al mirlo blanco. 

Pregunté, como el que no quiére la cosa, si había muchos de ese color. - ¡Poquísimos! - me dijeron. 

A la mañana siguiente, Pascualita se arrastró hasta el balcón a escuchar, atentamente, un trino que no me sonaba. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! 

La Cotilla entró en casa como un elefante en una cacharrería. - ¡Estoy de mirlos hasta la coronilla! Y hay un montón. Les encanta picotear la tiera y la esparcen por todo. El barrendero del barrio los persigue a escobazos porque, acaba de barrer cerca de un alcorque y van ellos y vuelven a sacar la tierra. ¡Cierra el balcón que acabará metiéndose alguno en casa!

¡Hay muchos, según la Cotilla! Tendré que vigilar por si aparece alguno blanco, (me dije a mi misma) y escuché a mi primer abuelito decir por lo bajini: - No es más tonta porque no se entrena... 

La vigilancia duró casi todo el día. Y no vi nada extraordinario. Claro que también di varias cabezadas... ya sería mala suerte que el mirlo blanco hubiese aparecido entonces... - ¿Tú lo has visto, Pascualita? (la sirena ni se dignó mirarme... ¡Claro, lo quería para ella! No le basta con tener un acuario grande ¡no señor! Es una envidiosa ¡pues la voy a fastidiar porque a mi no me quita nadie al mirlo blanco.

Caía la tarde cuando me parapeté en el balcón, junto a las persianas, para pasar desapercibida. Y enconces le vi venir, tranquilo, hacia el árbol de la calle en busca de un rincón para pasar la noche. 

Rápida como el viento, lancé sobre él un bote de pintura blanca que lo dejó chorreando y aturdido mientras yo gritaba a los cuatro vientos: ¡¡¡YA TENGO UN MIRLO BLANCO!!!

Cinco minutos después sonó el timbre de la puerta. Era Bedulio, el Municipal, que me entregó una multa por salvajismo contra los pájaros. - ¿No te da vergüenza? (me dijo) - ¿Sabes aquello de si Mahoma no va a la montaña, la montaña vendrá a Mahoma? Pues es lo que he hecho (Y me sentí muy orgullosa)

Mi primer abuelito murmuraba. - Aún puede ser más tonta... - ¡Abuelitoooooo!

lunes, 26 de abril de 2021

La pelotita.

 Está Pascualita con la bolita de Plástico como Pedro con la guitarra. Cualquiera se la quita. No la suelta ni para dormir. Salta con ella a la taza del cola cao,  a esconderse entre la algas del fondo del acuario, repta por la mesa de la cocina hasta el frutero sin soltarla... Es enternecedor verla. 

Los gorriones del árbol de la calle le han dado una serenata y, o éste bicho se sabe todos los idiomas, habidos y por haber, o disimula muy bien porque se ha sentado a escucharlos ATENTAMENTE. ¿Cómo sabía que era para ella?... ¡Anda! Seguramente era para mi ¡que tonta soy!

Estábamos en el balcón deleitándonos con los trinos cuando una nube a tapado el sol. Ha sido nen el momento en que los gorriones han pasado de los trinos armoniosos a la escandalera aterrorizada. - Pues sí que les afecta a éstos un poco de sombra. 

En un santiamén no ha quedado ninguno a la vista y Pascualita se le han puesto de punta los pelos-alga y abriendo la boca ha sacado la dentadura de tiburón a pasear. Al principio creí que le había dado un ramalazo de mal leche y quería atacarme por eso, le he dado un revés según venía hacia mi que ha salido volando hacia el árbol... donde ha chocado con "la sombra", un azor que llegaba con las garras por delante camino de los nidos.

La pelea ha sido dura a juzgar por las plumas que salían despedidas. 

- ¡¿Qué has hecho, mentecata?! (fue el mensaje telepático de mi primer abuelito). - ¿Mentecata? ¡Que antiguo eres! - ¿Eso te preocupa? que razón tiene tu abuela cuando dice ¡que cruz tenemos contigo. - ¡Abuelito!

Al azor le costó salir del follaje del árbol, en parte por lo espeso que es y también por el peso de uno de sus muslos que llevaba pequeños mordiscos, e iba camino de alcanzar el volúmen del de los avestruces. Poco después, Pascualita saltó al balcón, sin soltar la pelotita, camino del acuario buscando el reposo de la guerrera que es.

domingo, 25 de abril de 2021

¿Será el amor?

 Pascualita se ha pasado la mañana dando vueltas y más vueltas, dentro de acuario. Subía, bajaba, entraba en el barco hundido, salía y seguía con su extraña actitud. Estaba frenética y me cuidé mucho de acercarme a ella hasta que mi primer abuelito me sopló lo que le pasaba a la sirena. - Busca al sireno.

¡Pero si lo masticó hasta hacer una bolita! - Hazme caso. Busca al muñeco bailarín. Y tu ves con cuidado porque, en su fuero interno, sabe que has tenido algo que ver con su desaparición. - ¡¿Yoooooooooooooooo?! ¡Pero si fue la abuela!

- Tu abuela siempre cae de pie. En cambio tú... pobrecita, sales a mi. - Pues vaya.

Al ponerme el delantal encontré la bolita en uno de los bolsillos ¡Menos mal porque ya me veía con las gafas de sol puestas en casa todo el día. Me acerqué al acuario y asomé la bolita. Inmediatamente Pascualita saltó fuera del agua a la velocidad del rayo ¡y se la llevó!

El resto del día lo ha pasado sumergida. - Todos los de casa han preguntado por ella. Están preocupados-  ¿Crees que se salvará el sireno? (se ve que el árbol de la calle cree en milagros) - Pero si está kaput (le dije) - Ay, nena, que incrédula eres. ¿No sabes que el amor es la mejor medicina para muchos males? (la romanticona vidriera del balcón suspiró tan fuerte que se la abrieron las puertas)

Incluso Pepe, que parece que no se entera de nada, soltó su OOOOOOOOOOOOOOOOOOO mientras su ojo-catalejo buscaba el acuario.

Es posible que todos tengan razón, al fin y al cabo el sireno, aunque sea de plástico, es lo más cercano a un congénere que ha tenido Pascualita en miles de años. 

Llamé a la abuela para contárselo y se puso Geoooorge - Dile a la abuela que se ponga, plis. - Ni plis, ni milk. Están a lo suyo... Mi no saber si llamar a doctor o a la televisión ¡Oh, my God!

sábado, 24 de abril de 2021

Lo que parecía ser una tarde tranquila...

Pascualita se fue de parranda por casa, reptando como una cobra por los rincones y aproveché para indagar qué le había ocurrido al "sireno" bailarín. 

Metí la mano en el acuario, tocando cada trozo de suelo arenoso, buscando entre las algas... Ahí estaba la cajita de música, destrozada, como si la hubiese pillado una manada de Ñus. 

Seguí mis pesquisas hasta llegar al barco hundido, refugio preferido de Pascualita para dormir a pierna suelta... a cola suelta, mejor. Allí había una bolita dura. Salí con ella al balcón para verla a la luz del sol.

 Constaté que era de plástico, estaba muy mordida, tanto o más que la cajita. Las huellas de los dientes de tiburón estaban por todo. Así que la sirena se "comió" a su amante porque resultó ser una estafa como un castillo.

Pobre Pascualita. Su gozo en un pozo. - "¡Holaaaaaaaaa, nenaaaaaaaa!" - ¿Abuela? Llegas a tiempo. Te presento lo que queda del sireno. - "Pobrecita mía"

- ¿Has venido sola? - "Andresito está en el baño. Ibamos a El Funeral pero al señor le ha entrado una urgencia fisiológica ¡Hombres!"

Entonces recordé que la sirena andaba suelta por casa. - ¡Vamos a buscarla, no sea cosa que la vea Andresito!. En esas estábamos cuando un alarido, un ¡¡¡SOCORRO!!!, un ¡¡¡AY, DIOS MIO!!!, un ¡¡¡AYUDAAAAAAAAAAAA!!! y algunas frases más, nos indicaron que Pascualita y el abuelito, se habían encontrado.

La abuela, como esposa abnegada, abrió la puerta del cuarto de baño, gritando: ¡¡¡¿Qué le has hecho a mi pequeñaja, mal hombre?!!! 

No creo que le hiciera nada, sino, al revés: el llanto del abuelito anegaba el cuarto de baño. - ¡Para, (le grité) o saldremos en barca! - Frenéticas, buscábamos a la sirena. La abuela estaba fuera de sí: - "¡La has aplastado. La has aplastado!" De repente se calló y empezó a aplaudir. - "¡Gracias, gracias!"- se lo decía a Pascualita después de arrancarla de un tirón seco, de las partes blandas, nobles... vamos, de la entrepierna de su marido que, debido al veneno de la sirena, empezaban a tener un tamaño como para llevarlo al circo y exhibirlo.

Después de beberse tres cuartos de botella de chinchón, el abuelito dormía el sueño de los beodos. Sabíamos que, al despertar, no recordaría nada. La abuela, sonriente, también sabía que durante una semana, por lo menos, no saldrían de su casa ni para ir a El Funeral.

viernes, 23 de abril de 2021

Que tostón.

 Ha dejado de sonar la musiquilla ¡Que tostón! Lo malo es que se le ha pegado al árbol de la calle y lleva día y medio tarareándola a grito pelado.

Los vecinos han recurrido al Alcalde para que lo tale de una vez. - El hombre se resiste. - Os dará sombra en verano. Filtrará el aire caliente y os llegará más fresquito... - ¡No se preocupe, Alcalde! Nos compraremos sombreros y abanicos pero, o lo tala ya, o en las próximas elecciones municipales, le va a votar Rita la Cantaora. 

Mientras el árbol va a lo suyo, los vecinos están que trinan hasta que al Alcalde se le ocurre decir. - ¿Por qué no aprovecháis y montáis una berbena. La música ya la tenéis. - ¡Ostras, que buena idea! (gritaron, hambrientos de normalidad) ¡Viva el Alcalde! 

Después de ser paseado a hombros por el barrio a ritmo de pasodoble, al despedirse se le ocurrió decir: - Y tod@s con mascarilla, eeeeeh! Y a las diez a casita que el virus... ¿Qué pasa? - Los mismos que lo llevaban a hombros lo metieron de cabeza en el contenedor de la basura.

Fue toda una lección de vida vista desde el balcón: en un minuto puedes ser el Emperador del mundo y, al siguiente eres basura.  Yo, para evitar males mayores trepé por las ramas del árbol de la calle entrando en su copa y le dije: ¿Qué se hace con un árbol cortado? - Leña para el fuego. - Pues aplícate el cuento, moreno. - Y calló de golpe.

Pero nadie me aplaudió porque los vecinos estaban muy ocupados discutiendo de fútbol.



jueves, 22 de abril de 2021

La caja de música.

 Estaba más aburrida que un mono y me asomé al balcón a ver pasar la vida. Comenté con el árbol de la calle la locura de tiempo que tenemos - Es la Primavera, querida. Todos los años pasa lo mismo. De repente hace calor y las plantas nos preparamos para retoñar. Algunas, incluso, abren sus flores para alegría de las abejas cuando, sin venir a cuento, sopla de nuevo el frío, nieva y todo el proyecto para esta temporada se va al traste...

En esas estábamos cuando, desde la calle me llegó una musiquilla encantadora. Hasta mi primer abuelito se asomó y preguntó, telepáticamente, - ¿De dónde sale? - Y sin esperar mi respuesta, partió veloz rumbo a la acera envuelto en un sudario color rosa fashion.

Informada por él, bajé a la calle y rescaté del contenedor de basura, una cajita de música.

En casa la abrí delante de Pascualita y Pepe mientras por el balcón se colaban, curiosas, algunas ramas del árbol.

Cuando levanté la tapa a Pascualita se le erizaron los pelo-algas, la cola de sardina se puso rígida y la sirena cayó sobre la mesa del comedor, a plomo.

Ante nuestros ojos apareció ¡un sireno! bailando al son de la musica. 

Miré a la sirena. Los ojos saltones giraban alocados dentro de sus órbitas. Su torso de color blanco-verdoso-lila de ahogado, ahora estaba rojo como una gamba a la plancha. Y parecía a punto de ahogarse.

La metí, rápidamente, en su acuario pero ella fue más rápida en salir. ¡Como una flecha!. Llamé a la abuela y le conté lo ocurrido. De momento no dijo nada hasta que se le encendió la bombilla: - "¡¡¡Se ha enamorado!!!" - ¿De quién? - "¡Del sireno!" - Si es de mentira... - "Ella no lo sabe". - ¿Y qué hago? - ¡¡¡JUNTARLOS, BOBA DE CORIA!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa!  Anda, una cajita de música. - Estaba en el contenedor de abajo y... - Me la llevaré al trapicheo. - Pero... ¡Es mía! - Lo que está en la calle me sirve para llegar a fin de mes ¿o quiéres quitarme el pan de la boca? 

Cogí la cajita al tiempo que una fierra corrupia, con la boca abierta de par en par y la dentadura de tiburón por delante, salía disparada del acuario a la nariz de la Cotilla.

Ahora la vecina duerme la mona de media botella de chinchón. Cuando se despierte no recordará porque ahora, en lugar de nariz, tiene una trompa de elefante. 

Pascualita se ha llevado al sireno al interior del barco hundido en el fondo del acuario. De momento sigue sonando, distorsionada por el agua, la musiquilla de la caja de música.



miércoles, 21 de abril de 2021

Los abuelitos me dicen que no.

Entre la abstenia primaveral y los jaleos de los abuelitos, necesito disfrutar de un largo descanso, cosa que en mi casa no puedo hacer y menos ahora que la Cotilla sabe que el juez le ha pedido a su gurú, Bárcenas, que traiga a España los millones que tiene en un paraíso fiscal. A la vecina la noticia le ha sabido a cuerno quemado.

- ¡Y luego dicen que yo soy cotilla! ¡Cotillo el juez metiendo las narices en una cosa que, ni le va ni le viene! A ver si el pobre Bárcenas no va a poder meter los ahorros de su vida en el banco que le de la gana, pobrecito mío! ¡A los altares  habría que subirlo por haber sabido ahorrar, eurito a eurito, un capitalito para su vejez en tiempos de crisis... ¡snif!... 

- ¿Se ha emocionado, Cotilla? - No es para menos... Sacrificarse para que luego te lo quiten ¡Eso no se le hace a un cristiano! Mañana, cuando vaya a limpiar a la iglesia le pediré al cura que haga una novena a Santa Rita, patrona de los imposibles, a ver si hace el milagro de que al juez se le olvide lo que ha dicho. - Lo mismo el cura la manda enchiquerar por "limpiarle" tan bien los cepillos.

Creo que no me ha oído porque ha seguido con su tema: - Voy a ponerle unas velas a mi maestro. - ¡Ni hablar! Enciéndalas en su casa. - ¿Quiéres que suba cuatro pisos cargada de velones, velas y velitas? - ¿Y para qué sirve el ascensor? - Tengo prohibido usarlo hasta que pague lo que debo a la Comunidad... como si no supieran que no llego a fin de mes. - ¡Anda que no! 

En un despiste mío, se ha encerrado en la salita y hace más de una hora que huelo a cera quemada.

Esto no puede seguir así. Llamaré a los abuelitos: - Que se ponga la abuela, Geoooooorge: - Madame decir que... - ¿O prefieres Georgebrexit? 

Le oí jurar en arameo, luego hablé con la abuela: - Necesito que me deis asilo familiar porq... - "¡NO!" - Pero... - "¡QUE NO!" - ¿Por qué? - Andresito y yo hemos empezado una relación de novios, basada en el sexo salvaje, para que no se amojame nuestra relación matrimonial." - No os molestare... - Por toda respuesta escuché: - ¡Clic! - cuando colgó el teléfono.

Mi primer abuelito, desde lo alto de la lámpara del comedor, me pasó una punta del sudario para secarme las lágrimas... - ¡Vente con tu abuelo, nena!

Más tarde, con media botella de chinchón entre pecho y espalda, cantaba Asturias patria querida mientras Pascualita seguía, torpemente, el ritmo con las manos y mi primer abuelito imitaba a Monserrat Caballé, telepáticamente, amiga suya en el Más Allá.



martes, 20 de abril de 2021

La abuela se vacuna.

 A medida mañana ha llamado Andresito, exaltado, pidiéndome a gritos asilo familiar: - Ya te dije que tenía que pensarlo... - ¡Es otro! - ¿Cómo otro? - ¡Una nueva petición de asilo, nena! En algún cuchitril tengo que esconderme... - ¿Cuando dices cuchitril te refieres a MI casa? - Es un modo de hablar, mujer. Reconocerás que la Torre del Paseo Marítimo no es... - ¿Y a qué viene ésta nueva petición? - A que tu abuela me ha puesto en evidencia y a mis nobles antepasados ¡Ha llamado al HOLA para que vinieran a hacerle una exclusiva vacunándose! - ¿Por fin se ha vacunado? - No me lo recuerdes... - ¿Sabes que te digo, que mi cuchitril lo ocupa mi primer abuelito y no querrás encontrarte con él, verdad? ¡Adios, muy buenas!

¡Uf, que cabreooooo! A ver qué me cuenta la abuela. ¿Quién la convenció? ¿Si saldrá sin una arruga en las fotos? ¿Cuánto le han pagado?...

- ¿Yes? - Hola, Geooooorgebrexit jejejejejejeje Dile a la abuela que se ponga, plis. - Madame decir ... ¡Tú no llamarme Georgebrexit! - ¡Ni tú, boba de Coria!

Y así firmamos una tregua en nuestras tensas relaciones. - "Estoy convaleciente, nena. He tomado un paracetamol con chinchón y tengo un colocón de categoría... ¿Qué quiéres?" - ¿Por qué te has vacunado si dijiste que no? - "Cuando lo dije todavía no había visto los ojazos verdes del enfermero. ¡Saldrá conmigo en el reportaje. Y Pascualita!

Si en ese momento me pinchan no me sacan sangre. - ¡¿En la revista?! - "¿Dónde si no?" - ¡¡¡¿PASCUALITA?!!! - "Pide hora en el Pac para que te saquen el tapón de cera de los oídos y piensa en qué emplearlo porque es una pena perder tontamente un kilo de cera vírgen" - ¿Para dar brillo a los muebles, por ejemplo? - "Por ejemplo"

La abuela me dijo que la sirena no se había movido mientras la fotografiaban en plan broche, - "Pero me hacía mucha ilusión que saliera en la portada de la revista" - ¿Ha habido comentarios? ¿Has cobrado mucho? - He cobrado mucho, claro, y alguien ha dicho: - ¿Habéis visto el broche? es más feo que pegarle a un padre.

lunes, 19 de abril de 2021

A poc a poc...

 Otra vez me ha pedido asilo familiar Andresito. Buena se puso la abuela cuando supo lo del ¡deprisa, deprisa! que su maridito le había ocultado. 

Y, aunque soy más buena que el pan de molde, le contesté: - Me pones entre la espada y la pared. Si la abuela se entera que te he acogido después del soponcio que le dio, me deshereda. - Olvidas que la Torre del Paseo Marítimo es mía, nena. - Y tu olvidas que la abuela es la Jefa. 

Ahí tuvo que darme la razón. Y entonces me enteré de una cosa que me dejó patidifusa: - Del disgusto que se llevó se le ha recrudecido el asma y luego, de repente, le ha desaparecido ¡y sin tomar ningún medicamento! Nunca he visto nada igual.

En mi cabeza sonaron mil alarmas y dejando el teléfono, corrí hacia el acuario. - ¡Pascualita! ¡¡¡PASCUALITAAAAAAAAAAAAAA!!! - La sirena no hizo acto de presencia. Metí la mano y provoqué un remolino haciéndola girar: Nada. Pascualita no estaba.

Volví al teléfono: ¡Dile a la abuela que se ponga. Es urgente, abuelito! - Pero entonces ¿me das asilo familiar o qué? - Ya hablaremos ¡Corre! - Estás tan loca como ella.

La abuela me confirmo que se llevó a Pascualita para que le curara el asma: - "Y ha sido mano de santo"- ¿Y no sabes avisar? - ¿Delante de Andresito, boba de Coria? 

Obtuve el permiso de acoger al abuelito en mi casa. - "Así la sirena y yo estaremos tranquilas, viendo y oliendo, el mar desde la terraza". - ¡Eso, y yo aguantando a tu marido! Por cierto ¿qué día te vacunan? - "A mi, con prisas interesadas, como que no... mira lo que te digo" - ¿Pero..., pero...? - "¡Ni pero, ni leches! Como decimos en Mallorca: a poc a poc..."

domingo, 18 de abril de 2021

Por turistas.

Han llamado a la abuela para que vaya a vacunarse, cosa que la puso a cien porque estaba harta de esperar. Naturalmente tuvo que anunciarlo urbi et orbe como un gran acontecimiento, como Si aún no se la hubIesen puesto a nadie más.

Desde la cocina escuché el potente claxón del rolls royce tocando Paquito el chocolatero que hizo instalar la abuela a pesar de las protestas airadas de Andresito. - Cariño, que es un rolls royce... - "Pues, por eso. Que se fijen bien todos". - Pero... - "¿Quiéres que te de un morreo ésta noche? ¡¿Sí?! pues eso... Las joyas son para lucirlas y dar envídia." - Es que Geooooorge se avergüenza... - "No le hagas ni caso a Georgebrexit, que no levanta cabeza."

El susodicho Georgebrexit entró en casa cargado con los avíos de una paella de marisco y solo me faltó ponerle una alfombra roja: - Pase usted, caballero, a mi humilde cocina. - Tu no ser graciosa, boba de Coria.

La abuela abrió de par en par el balcón y las ventanas y se dedicó a propagar la buena nueva: - "Pues, si, nena. Nos vacunan el lunes en nuestro Pac. ¡Aaaaaaaayyyyyyyyyyy, que alegría! Saca el chinchón y brindemos por eso" - Pues a mi aún no me ha llamado... - ¡Natural! ¿No irás a compararte con nosotros? -Tuve que morderme la lengua para no quedarme sin comer arroz.

A la hora de la siesta, entre cabezada y cabezada, Andresito contó que los hoteleros urgían a los políticos a vacunar deprisa, deprisa, para que vengan muchos turistas éste verano. Me levanté de un salto y hablando sin pensar, dije: - ¿No es por salud? 

La abuela abrió un ojo. - "¿Que... pasa...?" - Serás vacunada como ganado, deprisa, deprisa. ¡No por salud, sino por turistas! - La abuela también se incorporó de un salto y dijo: ¡¡¡¿ANDRESITO?!!!


sábado, 17 de abril de 2021

La bronca.

 No me ha quedado más remedio que ponerme firmes y abroncar a todo bicho viviente de mi casa porque ha llegado un momento en que me toman por el pito del sereno y eso no puede ser ¡No puede ser!

Los he convocado a todos, árbol de la calle incluído. - Vamos a ver ¡Quiero intimidad en MI casa! No quiero que nadie venga detrás de mí cuando voy a ducharme. - Yo no hago eso (dijo la Cotilla) - ¡A usted se le ocurre entrar cuando estoy bajo la ducha! - Porque tardas mucho y tengo incontinencia urinaria... - ¡Eso son cuentos de Calleja! ¡Vaya a la tienda de los chinos del señor Li y cómprese un orinal, leñe! - ¡Sí, hija. No tengo nada mejor que hacer!

La voz del árbol de la calle sonó melodiosa: - A mi esta historia me resbalaaaaaaa. No puedo entrar en tu casaaaaaaaaa. No quepooooooo. - ¿Qué no, bocazas? Tu raíces se filtran bajo tierra, suben por las tuberías y las oigo hablar, criticar, cantar y lo que es peor ¡reirse de mi cuando estoy enjabonada! - Su respuesta se tornó quejosa: - Aaayyyy, me llevan por la calle de la amargura mis raíces... ¡snif!... . son muy traviesas... ¡snif... y van por libre... ¡snif!... ¡Que cruz tengo con ellas... ¡snif...

La cristalera del balcón no abría la boca ni la puerta. - ¿No dices nada? (comenté) ¿Eres una santa cristalera? ¡Pues, no señor! ¿A qué viene ese juego que te llevas con las puertas, abriendo y cerrándolas hasta que mi reflejo aparece en los cristales del balcón  ¡He oído como me aplauden desde la calle, descarada?

El sudario rojo pasión de mi primer abuelito inició un movimiento de repliegue. - ¡Alto ahí! ¿crees que no sé que te cuelas por las paredes, escondiéndote luego entre el vaho del agua caliente para que yo no te vea? ¡Eres un salido! - ¡Alto ahi, nena! (me dijo telepáticamente) lo hago para satisfacer un antiguo deseo que no pude cumplir en vida: darme un baño turco... Sé que no es lo mismo pero me encanta sentirme envuelto en vàpor.

Solo me faltó encararme con el Rosario de la Aurora pero no puedo venir a la cita porque tenía trabajo. 

Cuando me quedé a solas, repantingada en el sofá de la salita, Pascualita asomó la jeta por mi escote, donde había permanecido escondida mientra estuvo la Cotilla en casa. A ella no pude reñirla porque es bicho de agua de mar y en mi ducha sigue saliendo dulce. - Le señalé la botella de chinchón y le dije: - ¿Un on the rocks, sardinilla? ... ¡Anda que no!

 

viernes, 16 de abril de 2021

El chulito.

 He llegado a casa corriendo,  subiendo los escalones de dos en dos. Azorada, enfadada, he colocado a Pascualita en el frutero y he estallado. -  ¡Pero que se han creído los tíos! Sobre todo el que me ha abordado en la calle. Todo lo saben ¡TODO! y no saben nada. 

La sirena me ha mirado con cara de decir: - ¿Va a durar mucho éste rollo? - pero he hecho como si no me hubiese enterado.

- Se me ha acercado con una sonrisita en los labios y un andar pelín descarado... ahora que lo pienso, era cojo . 

El caso es que me ha preguntado si yo era boba de Coria (¡¿te imaginas?!) y buscaba a alguien que me hiciera un bisnieto.  - ¿Tú puedes? (pregunté a mi vez) - ¡Naturaca, chata! ¿Cuándo empezamos? 

Menos mal que se me ocurrió preguntarle si tenía referencias. - ¿De qué ? (dijo) - De haber echo otros bisnietos antes y si las mujeres han quedado satisfechas. - ¡Ya lo creo! aunque no se me ocurrió pedirles que me firmaran un papel como que había cumplido bien... - ¿Y cómo voy a saber que quedaron contentas? - Eso se nota, mujer. 

- No se por qué, pero no acaba de fiarme del fulano. _ ¿Y los bisnietos que tal salieron? - Pues, hija, eso no se sabrá hasta pasados bastantes años jajajajaja También me dijeron que eres rarita jejejejejeje.

- Le dije que no podía esperar años. La abuela cada vez me presiona más y me amenaza con sacarme del testamento. Si quiero la Torre del Paseo Marítimo el bisnieto tiene que venir ¡ya!

El hombre me ha mirado con ojos desorbitados, balbuceando... - ¿Así que todo lo que me han contado sobre ti es verdad? ... Bedulio tenía razón. ¿No estará por aquí tu primer abuelito? - ¿Lo dudas? 

Una rama del árbol de la calle se ha colado por la ventana de la cocina para decirme que me apoya en todas mis reivindicaciones. - ¿De qué? - ¡De lo que sea porque me encanta esa palabra: Reivindicación! 

- ¡Avemariapurísisimaaaaaaaaaaaaa! - ¿A usted también le gusta la palabra Reivindicación, Cotilla? - No bebas chinchón tan temprano que luego no queda para mi.

jueves, 15 de abril de 2021

Abren El Funeral.

De tiros largos ha llegado la abuela colgada del brazo de Andresito. Estaban los dos elegantísimos... bueno, ella en su línea y lo de tiros largos es una frase echa porque, realmente, la falda le llegaba a medio muslo tirando para arriba. Eso sí, por lentejuelas, espejitos y plumas de marabú, no estaba.

La comparé con un pavo real con la cola abierta aunque me guardé muy bien de decírselo. Quiero seguir estando en su testamento. 

- ¿Dónde váis tan guapísimos? - A comer a El Funeral, nena. Han abierto y hay que aprovechar (dijo un rejuvenecido abuelito) - "Nos ha dicho el dueño que seamos consecuentes con el tiempo en que vivímos y no armemos mucho escándalo ¿Escándalo nosotros? le he preguntado y no ha sabido qué contestar" 

- ¿Váis a ser muchos? - No sabemos cuántos quedamos, nena. - "Sea como sea habrá que pedir que nos dejen otra pared para colocar las fotos de los Finados. Lo que es seguro es que vamos a salir a borrachera por noche, cuando se pueda, porque hay que celebrar, por todo lo alto y respetando sus costumbres y aficiones, la vida de los que han dejado de vivírla" - Bedulio y  el resto de los municipales tendrán que ponerse las pilas.

Pascualita, al ver a su amiga tan emperifollada, al pronto no la reconoció. Fue por la voz. Y suerte tuvo porque, con la máscara de pestañas y rimel que llevaba, solo le faltaba que le cayera agua envenenada en los ojos. ¡Lo que me hubiera reído viéndola correr, saltar, gritar, llorar... hasta encontrar la botella de chinchón y vaciarla hasta la mitad.

- ¿Puedo venir con vosotros, porfaaaaaa? - "Tu no eres socia, que lo sepassssss..:"

 

miércoles, 14 de abril de 2021

El caballo.

Bedulio ha venido a casa a requerimiento de los vecinos. - Dicen que tienes un caballo en casa... Lo han oído relinchar. ¿Qué tienes que decir a ésto? - ¿Y dónde se supone que lo tengo? ¿En el balcón tal vez?

La expresión de la cara del Municipal cambió y pasó de la seriedad autoritaria a la de: ¡vaya, hombre, no se me había ocurrido! - Pasa y compruébalo tu mismo. - En ésta casa no entro ni harto de vino. Y se fue escaleras abajo.

Mi primer abuelito, desde la lámpara del comedor, se quejó. - ¿Por qué no ha entrado, con lo que me divierto con él? - Te teme. - ¡Que poca correa tienen algunos!

Salí al balcón a confirmar mis sospechas. En la acera y mirando arriba, Bedulio confirmaba que NO había ningún caballo. - ¿No lo has metido dentro de casa? - Nooooo. - ¿Está en la despensa? - No hay ningún caballo, hombre... Por cierto, mi primer abuelito te manda recuerdos. 

Una vez que el polvo de la calle, levantado por la carrera que se pegó Bedulio al alejarse lo máximo posible, se hubo asentado, entré en la copa del árbol y allí sí estaba el caballo.

Pascualita, metida en mi escote, se lanzó a por él con la dentadura de tiburón abierta de par en par ... y lo único que consiguió fue darse de bruces contra una rama quedándose allí clavada. Porque el caballo es un ánima  como otra cualquiera, solo que vive en el Palacio Episcopal el tío.

 

martes, 13 de abril de 2021

¡Que jodía!

 Una vocecita repiqueteaba en mi cerebro como un pájaro carpintero haciendo un mueble aparador. ¿Será posible (pensaba yo) que interrumpan mi profundo sueño? ¡Pues no me da la gana despertarme, coñe!

Pero la vocecita seguía en sus trece, incordiando como si le fuese la vida en ello. - ¡Calla ya, jodía! - Quedé sentada en la cama, con los pelos alborotados, babeando rabia y con los ojos legañosos inyectados en sangre

Eché una ojeada al cuarto y no vi a nadie.- ¡No te escondas, cobarde y da la cara! - Pero se ve que, quien fuera el maligno despertador, no quería salir de su anonimato. - ¡Me repatean los que tiran la piedra y esconden la mano! - Pero ni por esas asomó la jeta.

Me había espabilado y lo mejor que podía hacer era desayunar. Fui en busca de Pascualita y la encontré con los pelo-algas más erizados de lo normal - ¿También te han despertado? - Por toda respuesta me enseñó la dentadura de tiburón.

Al primer salto mortal de la sirena dentro de su taza de cola cao volvió a sonar la voz diciendo - ¡HOLAAAAAA! - Pascualita y yo quedamos paralizadas. ¡Había que encontrar a su dueñ@!

El árbol de la calle repiqueteó en los cristales. - ¿Quién tiene tan linda vocecita? (preguntó muy repipi él) 

Fue Pepe quién la encontró y señaló con su ojo-catalejo mientras lanzaba al viento su OOOOOOOOOOO. 

Era ¡una galleta que se había escapado de su bolsa! - ¿Esta birria es quién nos ha despertado? - Soy la Princesa de Bekelare (dijo en un tonillo impertinente) - Dirás, PRINCIPE. ¡Princesa, querida! Soy Princesa. 

Señalé a Pascualita y dije, en su  mismo tono, - Ella es la Princesa de los siete mares. - ¡Puag, pescado! y, encima no lleva chocolate... - ¡Pero le gustan las galletas! - Y vaya si lo demostró. En un visto y no visto, la sirena se la zampó. 

Después de brindar por ello, cada una nos fuimos a nuestras camas a continuar durmiendo.

lunes, 12 de abril de 2021

La tortilla

 Ha sido la primera vez que he visto a mi primer abuelito más enfadado que un mono, y todo porque dice que le he estropeado un sudario, exclusivo, de su amigo Balenciaga. - Tiene razón tu abuela cuando dice que no eres más tonta porque no te entrenas. - ¡Abuelito! -¿Es que no sabes aceptar una broma, boba de Coria

Desapareció de mi vista y me dejó mal cuerpo su último comentario. 

Salí al balcón a duras penas porque la cristalera no quería abrirme. - Con lo simpático que es tu abuelito no se merece la faena que le has hecho (me dijo la muy fresca) - Tampoco el árbol de la calle estaba de mi parte. Enrabietada, pensé que mejor que el árbol no me salude, así no tendré que aguantar sus conciertos ¡ni que fuese la Caballé!

La dichosa telepatía funcionó y, para fastidiarme, el árbol cantó todo el día a grito pelado y solo para mi. Tengo la cabeza como un bombo y estoy por tomarme una tortilla de aspirinas... ¡Tortilla! Eso voy a comer. Y con cebolla.

Pascualita saltó hasta la encimera de la cocina para no perderse el espectáculo a pesar de estar, también, de morros conmigo. 

Desde el minuto uno estuvo claro que iba a hacerme sabotaje porque saltaba en plan bomba dentro del bol y al final había más huevo fuera que dentro. Terminé colocándola en la estantería con Pepe. Donde no saltó fue al aceite donde se pochaban las patatas. No es tonta.

 A la Cotilla los ojos le hicieron chirivitas al ver la tortilla - ¡Hombreeeee, cambio de menú! - Pero cuando me disponía a repartirla, la Cotilla abrió los ojos espantada al ver el meneo de ésta. 

- ¿No me digas que tu primer abuelito... está ahí dentro? - No creo... - Pero sobraban las explicaciones porque la Cotilla huía escaleras abajo batiendo récords absolutos de velocidad a pesar de sus muchos años.

Destrocé la tortilla y allí estaba la puñetera sirena más muerta que vida, medio cuajada. ¿Cuándo saltó al bol? ¡Yo qué sé! El caso es que, en lugar de hacer una tortilla de aspirinas, la hice mixta de "carne" y pescado milenario. 

Tardó poco en recuperarse y, entre sorbos de chinchón, dimos buena cuenta de la tortilla.

 

domingo, 11 de abril de 2021

¡Que pesado!

Ha sonado el timbre de la puerta. He ido a abrir. No había nadie.

Ha sonado el timbre de la puerta. He ido a abrir. No había nadie.

Ha sonado el tim... ¡Nadie! ¡No había nadie! Y así veinte veces.

De repente se ha abierto la caja de los truenos: mi boca. Y han salido por ella una retahíla de palabrotas que no tenía ni idea de que estuviesen guardadas en mi subconsciente.

Quien ha llamado es un gamberro, o gamberra, como la copa de un pino. Como lo coja lo desmonto y se lo llevo a su madre dentro de una caja de Ikea para que, mientras intenta montarlo de nuevo, le vaya enseñando educación.

Que berrinche he cogidooooooo. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¡La que faltaba para el duro! ¿Ha tocado usted el timbre? - Para qué, si tengo llave. - Pues alguien lo ha hecho. - Sería Bedulio para traerte una multa jijijijiji 

No entendí sus risitas y debió notarlo en mi cara porque a la Cotilla le faltó tiempo para encerrarse en la salita .- ¡Y como le prenda fuego a la casa me va a oir! 

Pascualita, que jugaba con Pepe el jibarizado mordiendo el llavero, me miró un instante como  si pensara que era necesario tirarme unos buchitos de agua envenada para calmarme. - ¡¿Y a ti qué te pasa, mamarracho?!

Llamaron a la puerta. Abri, escoba en mano como arma disuasoria contra el "gracioso" y el escobazo se lo llevó el señor Li. - ¡Tu sel loca! ¡Yo invital a ti a l.lollitos de Plimavera. ¡Ahola ya no dal! - Oiga... perdone, es que... - ¡No es qué. Tu ajo y agua, jodía!

Un rato después sonó de nuevo el timbre. - ¡¿Será posible?! - Al abrir ¡no había nadie pero...

- ¡Abuelito! He visto la punta de tu sudario rosa fosfi cuando te escondías, ¡La madre que te parió! - Tu bisabuela (dijo sonriente mi primer abuelito) - ¡Mi bisaleches! (y lo rocié con matacucarachas) 

Mientras desaparecía en el éter, le oí gritar: - ¡Me has estropeado el sudario nuevooooooo!

sábado, 10 de abril de 2021

Va de polvos.

Me han despertado las voces del árbol de la calle que cantaba hasta desgañitarse. Al abrir los ojos legañosos pensé que le había tocado la Primitiva y sentí como la envidia cochina subía por mi garganta convertida en una bilis asquerosa, menos mal que me di cuenta a tiempo de que los árboles no juegan a eso.

Asomada al balcón, agitando una servilleta roja para que se diera cuenta de que estaba allí, porque a gritos no me oía, conseguí que me viera y escuchara: - ¡¿De qué vas, cantamañanas?! - ¡Hoooolaaaaaaaa! Me estoy dando una gradabilísima ducha como ves. 

En efecto, una fina lluvia que no parecía tener fin, mojaba el árbol y se colaba por sus agradecidas raíces. Como también me mojaba y no tenía ninguna necesidad de ello, entré en casa a desayunar con Pascualita y sus saltos mortales a la taza. Pero dejó pronto de hacerlo porque las vecinas empezaron a llamar a la puerta y tuvo que esconderse en el acuario.

 - ¡Ay, nena, que bien lo pasamos ayer! ¿Podrías darme la receta de la coca? Estaba tan rica que no parecía hecha tuya. Me he pasado la mañana haciendo copias. 

Apunto de abrir una lata de fabada la Cotilla salió de su cuarto con una bolsita en la mano.  - ¡Al final no le pusiste azúcar glas a la coca! Está aquí. - ¡Claro que se lo puse! 

La cara del vejestorio perdió el color y voló de vuelta a su cuarto. Después se puso a gritar, a dúo con el árbol de la calle: - ¡Mis polvos blancos alucinógenos! y el árbol decía: ¡Malditos polvos marrones! - La cosa iba de polvos. Los del árbol, marrones, venidos directamente del Sahára, lo dejaron más sucio que antes de ducharse.

viernes, 9 de abril de 2021

Las vecinas.

 

Aún me silban los oídos de la bronca que me echó la abuela. Me dijo de todo menos bonita.

_ "¡¿Cuándo te dije que invitaras "solo" a los hombres de tu escalera, boba de Coria?! - Pues cuando... - "¡¡¡NUNCA!!!" - Dijiste: invita a los vecinos y ... - "¡Y leches! ¿No entendías que me refería a ellas y ellos, alma cándida?" - Si lo hubieses dicho así, sí, pero... - "¡Aaaaaaaaaaaaayyyyy, Pascualita ¿por qué no serás tú mi nieta? ¿Me tomas por una política? ¿Crees que no tengo nada más que hacer que repetirme como el ajo?" - Bueno... ¡glub!... teniendo un mayordomo inglés... estooo... mucho trabajo no tienes... - "¡¡¡Te importará mucho lo que hago o dejo de hacer!!!" 

Y asomándose al balcón llamó a gritos, a través del móvil, a Geoooorge - "¡¡¡Arranca el rolls royce antes de que cometa un nieticidio, coñe!!!"

Mi primer abuelito, que subido a la lámpara, había permanecido mudo como lo que es, un  muerto con sudario de lo más chic, abrió la boca para decir: - ¡Jopé con tu abuela! sigue teniendo el mismo genio de antes. Cuando se enfadaba conmigo me ponía más firme que un general. ¡Cualquiera le tose!

- Ahora no sé qué hacer. Nadie me saluda por la escalera... ¡snif!... - Invíta, solo, a las vecinas a merendar. - No querrán venir. - ¿Qué no? con tal de fisgar para luego criticar, no faltará ni una.

- ¿Cuándo dices vecinas, no quieres decir también vecinos, verdad? - Verdad. 

Repartí invitaciones en los buzones, Por la mañana preparé una coca y al ir a ponerle azúcar por encima una vez echa, no lo encontré. La Cotilla se preparaba para ir a "limpiar" los cepillos de las iglesias que tocaban este día y le pregunté - ¡¿Ha cogido usted el azúcar glas?! - Sí. Está en la mesita de noche ¡cógelo tú! 

Vinieron todas las vecinas. Súper arregladas. Los ojos muy abierto escudriñándolo todo. La tensión flotaba en el aire... Sobre la mesa del comedor estaba la coca, la botella de chinchón y la cafetera. Al sentarse, nos quitamos las mascarillas y poco después no quedaban ni las migas de la coca. El café se había terminado y el chinchón llevó el mismo camino.

Al final tuve que echarlas. - ¡¡¡A mear a vuestras casas, locas!!! - ¡Aaaaaaaaayyyyyy, que panzada de reir! Que bien lo pasamos.

 

jueves, 8 de abril de 2021

Socializando...

La abuela estuvo dándome la vara porque dice que no socializo con la gente. Que tengo que cambiar porque es la única manera de conseguir un padre para su bisnieto (ella siempre barriendo para su casa) - "Inivita a los vecinos a merendar, por ejemplo"

Seguí su consejo. Cogí bloc y bolígrafo y anoté los nombres de mis vecinos. Después, a mano, escribí las invitaciones y las repartí en los buzones. Esa misma tarde mi buzón rebosaba de anónimos: - ¡Hija de la grandísima pilingui! ¡Mi marido merienda donde lo hago yo, zorrón verbenero! ¡Acércate a mi marido y jugaré al ping pong con tus ojos!... etc. etc.

Eran de las vecinas. Las reconocí porque eran los mismos insultos que les sueltan a sus maridos si se desmadran un poco. Me asomé al patio de luces y grité: - ¡¿Vecinas, al final cuántos vendrán a merendar a mi casa?

¡La de cosas que cayeron al patio!

De noche, unos vecinos llamaron a mi puerta a hurtadillas. - Hola... ¿Venís a marendar? pues a ver avisado antes porque no he preparado nada...

Uno se enfadó muchísimo. - ¡Para un rato que me he podido escapar! ... ¿Y no hay "merienda"? - Estaba tan cabreado que se cargó una silla del comedor y como, ni la quiso pagar ni bajar al contenedor, subí a contárselo a su mujer.

No sé que pasaría pero el escándalo, en aquel piso, fue de los que hacen historia. También fue histórico para mi llamar a Bedulio y denunciarlos por escándalo. Por una vez, denuncié yo. 

Luego, Pascualia y yo estuvimos de acuerdo en que eso se merecía uno... o varios, chinchones.

miércoles, 7 de abril de 2021

¡Que frío!

 Pascualita lleva dos días haciendo la digestión del medio kilo de carne picada. Está tumbada en el lecho de arena del acuario. De vez en cuando suben hasta la superficies burbujas de aire. No quiero ni pensar de dónde salen.

El árbol de la calle ha abierto la boca en cuanto me ha visto asomada al balcón. - ¿Te canto algo, resalá? - Pero yo no tenía cuerpo para aguantar serenatas. - ¡Tengo frío! (contesté) - La boca se cerró un momento, después se abrió de nuevo para decir. - Ah, perdona, no sabía que estabas en pleno entreno... ¡Animo, mujer, ya eres más tonta que ayer pero menos que mañana, aunque todo se andará.

El viento sopla con fuerza. - ¿A qué viene tanto esfuerzo? (le preguto por decir algo) - ¡Es que si me llevo toda la ropa de los tendederos del barrio, me apuntan al Libro Guinnes de los Records, boba de Coria! 

Todos tienen un horizonte, una meta a la que dirigir sus vidas, menos yo. Bueno, sí, tener un bisnieto pero, incluso ésto es mérito de la abuela ¡¿Yo para que quiero un bisnieto?! Sería justo que antes tuviera un hijo, pero no, ella quiere pasar por encima de los rangos... Si no fuese porque heredaré la Torre del Paseo Marítimo de los abuelitos algún día ¡me iba a meter yo en el lío ese de tener un bisnieto para la abuela... ¡Amos anda!

martes, 6 de abril de 2021

ALBONDIGAS.

 Estoy cansada de comer fabada un día sí y otro también por eso hoy he decidido cocinar, luego ha tocado pensar qué. La cosa ha tenido su telenguendengue porque no me venía nada a la cabeza, ni siquiera evocando sabores, olores... ¡nada!

Me tomé unos chinchones, a los que se sumó Paascualita y, poco a poco, me fue viniendo la inspiración. - ¡Ya ésta! (grité y la sirena dio un respingo) Haré albóndigas con tomate.

Al volver de la compra no recordaba la receta y decidí ir haciéndola sobre la marcha.

En la mesa de la cocina dejé los ingredientes que traía del mercado.. Pascualita saltó de frutero hasta la bolsa de la carne picada.

- Tu tienes que acordarte de cómo se hacen porque la abuela te lo ha contado miles de veces. A ver, ¿por dónde empiezo?... ¿Qué meto primero en el bol...? - La sirena señaló la carne picada. Abrí la bolsa y metí la carne en el bol al tiempo que Pascualita, de un salto prodigioso, caía dentro y abriendo su bocaza, empezó a tragar como una lima nueva.

¡Ni una albóndiga pude hacer! El medio kilo de carne picada fue traspasado a su barriga que se abultó ostensiblemente. - ¡¡¡Eres una puñetera egoísta!!! ¿Y ahora qué como yo?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Me estás llamando egoísta ya antes de entrar en tu casa? ¿Pues sabes lo que te digo, boba de Coria? que las albóndigas con tomate que traigo para las dos, me las comeré todas yo ¡aunque reviente, jodía!

Vaya por Dios... 

lunes, 5 de abril de 2021

CORTE DE PELO.

 He pasado por delante de la peluquería y había bastante gente. Después me he ido fijando y he visto que están de moda los cortes de pelo, por lo menos en mi barrio. Se nota que el verano está cerca y se airean las cabezas. 

Al llegar a casa se lo he contado a Pascualita. - Pues no es mala idea. El pelo corto rejuvenece. A unas les quita unos cuantos años de encima, a otras unos cuantos minuto. .. ¿quiéres que te quite unos cuantos milenios? ¡Voy a por las tijeras!

Al volver a la cocina, Pascualita me esperaba con la más terrorífica de sus sonrisas. La dentadura de tiburón, expuesta en su totalidad, no auguraba nada bueno para mis dedos si me acercaba a los ridículos pelo-algas de su cabeza. - ¡Vale, vale! He comprendido tu mensaje... Tal vez Pepe sí que se dejaría...

La sirena no me quitaba ojo y opté por dejar las cosas como estaban.

Una voz varonil resonó en el comedor. La cristalera, abierta de par en par, dejaba pasar la canción aflemencada, que entonaba un operario de Parques y Jardines del Ayuntamiento mientras podaba los árboles de la calle. 

Me giré a mi vecino. - Que fresquito Vas a estar cuando te despejen las ramas superflúas jejejejeje. - Imagino que dormía porque no me dijo ni mú.

Entré en casa y enfrascada en mis cosas pasó un tiempo. Me sacó de mis ensueños la escandalera del árbol de la calle. ¡¡¡He dicho que NO!!! ¡Me opongo a que me pode un tío que no tiene ni repajolera idea de la moda de éste año ¡ni del pasado, manazas!

El podador estaba lívido. Jamás un árbol se había rebelado contra él y su pericia como podador. Intenté mediar entre ellos pero no hubo manera porque el árbol tenía las ideas muy claras y no dió su rama a torcer. - ¡Quiero la raya enmedio! ¡La nuca despejada y un hermoso tupé sobre la frente ¡¡¡POR ESO QUIERO QUE VENGA LLONGUERAS Y NO ESTE TIO!!!

 

sábado, 3 de abril de 2021

Faraones.

- ¡Estoy emocionada, Pascualita! Ni voy a comer, ni dormir la siesta, ni beber chinchón... bueno, a lo mejor un poco, si. Aunque solo sea para brindar por los faraones del antiguo Egipto ¡Veintidós, entre reyes y reinas! ¡¡¡Aaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyy, que ilusión verlo en directooooooo!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿A qué vienen esos gritos? ¿Te ha tocado la lotería? - ¡Más que eso, Cotilla! Los faraones de Egipto se mudan de casa y lo veré en directo ¡¿Se imagina?! - ¿Tanta escandalera por una simple mudanza? Pues cuando yo me mudé a tu casa no estabas tan contenta. - No hay ni punto de comparación. Usted es una okupa. Ellos no.

Pascualita, que parecía atender a mis palabras emocionadas, asomó la cabeza entre las algas del acuario. - ¿Y por qué se trasladan? ¿Ha aumentado la familia?... Oye ¿me estás hablando de aquellas mojamas vendadas, boba de Coria? -  ¡Cotilla, un respeto! Y la quiero fuera de ésta casa para cuando empiece la emisión. Quiero verlo tranquilamente. - Vale. Pero no voy a perderme Cine de Barrio, que lo sepasssssssss.

He llamado a la abuela. - ¡Llévate a la Cotilla a tu casa o voy a cometer un vecinocidio como no me deje ver lo de los faraones! - "Ay, no, nena. Imposible. Esta tarde, Andresito y yo tenemos sesión de sexo loco a tutti plen" - ¿Ein? - "Es lo bueno que hemos sacado de la Pandemia y lo hemos convertido en tradición inaplazable" - Y colgó.

De repente, un revoloteo de sedas de colores llenaron de alegría la lámpara del comedor. - ¡Abuelito! Este sudario me recuerda a... - ¡Equilicuá! a los faraones. Algunos amigos he hecho entre ellos y ¡ellas! - Estás hecho un don Juan. - Y pensar que vivo no me comía una rosca... ni con tu abuela. - ¿Verás conmigo el desfile? 

¡Claro que lo hemos visto! Cómodamente sentada con Pascualita y Pepe sobre mi falda, mi primer abuelito subido en el respaldo del sofá en plan muñeca flamenca; el árbol de la calle entrando sus ramas por la ventana. Faltó la Cotilla pero es que, inexplicablemente, la puerta de su cuarto se atrancó... sola.



viernes, 2 de abril de 2021

ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ.

 He descubierto que si digo: Había una vez..., Pascualita y Pepe se duermen. 

 Estos días de Semana Santa, tanto la sirena como el llavero, han estado muy revolucionados. Supongo que se ha debido a que, al hacer buen tiempo he preferido andar por ahí a estar con ellos aguantándolos. Y al quedarse solos a saber qué demonios hacen.

Esta ha sido una de las quejas de la abuela a cuenta de esto. - "¡Te he llamado cien veces y no te he encontrado! ¿dónde estabas?" - Viendo el mar y tomando el sol. - "¡¿No te da vergüenza?! Tienes una responsabilidad. ¿Y si le pasa algo a Pascualita mientras tu andas por ahí de picos pardos?" 

Así que hoy me he sacrificado y he estado con ellos. Para que no se me hiciera tan largo el día he pensando en narrarles la receta de las empanadas como si fuera un cuento y resultara más ameno.

Colocados ambos personajes sobre el frutero de la cocina, he dicho: - Había una vez una niña que ... ¿qué os pasa? (Pascualita empezó a roncar y Pepe a silbar) - He intentado despertarles con poco éxito y he empezado, de nuevo, la historia: - Había una vez... 

La sirena y Pepe cayeron rodaos y sin puntilla, que diría un taurino. Me asusté y llamé a la abuela: - "¿Qué les has dado?" - ¡Nada! y están fritos. - "Algo les has hecho, boba de Coria" - Solo les he dicho: - Había una vez una niña... ¿abuela? ¡¿ABUELA?!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡¿No me digas que volveremos a comer fabada?! - Sí pero, escuche, Cotilla: - Había una vez una... - Fue mano de santo. 

Ahora solo espero que venga Bedulio para decirle: Había una vez u... zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.

jueves, 1 de abril de 2021

Torrijas.

 La abuela me ha llamado para decirme: - "Que no me entere yo que comes carne hoy" - Carne, no. Solo el chorizo de la fabada asturiana. - "¡Pero...! Andresito, dile algo a tu nieta política porque acabará matándome de un soponcio ¡Dice que comerá chorizo!" 

Pero, en lugar del abuelito se puso la bisabuelastra. - Hola ¿Me invitas a comer? A tu abuela le ha picado algo. Creo que se está volviendo beatona ¡Yo también quiero chorizo!

Le arrebataron el teléfono. - ¡Suelta, mamá, que solo dices tonterías! ¿Qué dirán nuestros amigos si saben que hoy comes carne? - A plín ¿Crees que a mis ciento y muchos años me importa lo que digan? ¡¡¡Quiero chorizo!!!

Desde lo alto de la lámpara del comedor, mi primer abuelito aplaudía a rabiar defendiendo a la Momia. - ¡Pero si es para comérsela a besos y estrujarla entre...! - ¡No, estrujarla no que se hará picadillo!  

- La abuela volvió a llamar. - "¿Has visto la que has liado?" - Yo  no he empezado ... ¿Qué vais a comer vosotros? - "Caldereta de langosta al estilo menorquín" - ¿No comeréis bacalao? - "Pues no." - Es lo que toca. ¿Y potage de Semana Santa? - "Tampoco" - ¿Me vas a invitar? - "Nasti de plasti" - ¡Que morro tienes!

Colgué el teléfono de golpe y poniéndome en jarras, le dije a mi primer abuelito: - Vete a por la Momia y te prepararé un plato de torrijas...

No me dio tiempo a acabar la frase cuando un revuelo de sudario con cuadros Príncipe de Gales, pasó rozándome para coger la primera racha de viento que lo trasladó a la Torre del Paseo Marítimo y raptó a la bisabuelastra.

Cuando nos sentamos a la mesa delante de las torrijas y la botella de chinchón... - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! - ¡Oh, no, la Cotilla!

La única que quedó en su sitio fue la Momia. Pascualita se escondió bajo una torrija, Pepe dejó quieto su ojo-catalejo. Mi primer abuelito subió, raudo, a la lámpara del comedor.  Llamaron a la puerta. - ¡Abra, Cotilla! -  Era el señor Li. - Yo pasal pol acela y olel a tol.lija. Yo quelel muchas. 

Cuando los dos gorrones del barrio entraron en el comedor lo encontraron vacío. Nos habíamos trasladado al árbol de la calle con las torrijas y el chinchón. La escandalera que formaron los gorriones dieron fe de no nos privamos de nada.