viernes, 2 de abril de 2021

ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ.

 He descubierto que si digo: Había una vez..., Pascualita y Pepe se duermen. 

 Estos días de Semana Santa, tanto la sirena como el llavero, han estado muy revolucionados. Supongo que se ha debido a que, al hacer buen tiempo he preferido andar por ahí a estar con ellos aguantándolos. Y al quedarse solos a saber qué demonios hacen.

Esta ha sido una de las quejas de la abuela a cuenta de esto. - "¡Te he llamado cien veces y no te he encontrado! ¿dónde estabas?" - Viendo el mar y tomando el sol. - "¡¿No te da vergüenza?! Tienes una responsabilidad. ¿Y si le pasa algo a Pascualita mientras tu andas por ahí de picos pardos?" 

Así que hoy me he sacrificado y he estado con ellos. Para que no se me hiciera tan largo el día he pensando en narrarles la receta de las empanadas como si fuera un cuento y resultara más ameno.

Colocados ambos personajes sobre el frutero de la cocina, he dicho: - Había una vez una niña que ... ¿qué os pasa? (Pascualita empezó a roncar y Pepe a silbar) - He intentado despertarles con poco éxito y he empezado, de nuevo, la historia: - Había una vez... 

La sirena y Pepe cayeron rodaos y sin puntilla, que diría un taurino. Me asusté y llamé a la abuela: - "¿Qué les has dado?" - ¡Nada! y están fritos. - "Algo les has hecho, boba de Coria" - Solo les he dicho: - Había una vez una niña... ¿abuela? ¡¿ABUELA?!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡¿No me digas que volveremos a comer fabada?! - Sí pero, escuche, Cotilla: - Había una vez una... - Fue mano de santo. 

Ahora solo espero que venga Bedulio para decirle: Había una vez u... zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.

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