miércoles, 31 de julio de 2013


Ha llamado Andresito para invitarnos al delfinario y no nos hemos echo de rogar. Mientras yo recogía cuatro cosas para llevarme, la abuela se ha puesto una pamela que casi no cabía en el coche, un biquini de pantera, unas sandalias de tacón de aguja, unas gafas de sol enormes, se ha pringado de crema contra el sol, un libro, un cuadernillo de sudokus, bocadillos, agua, toallas-sábana de Christian Dios de los chinos y no sé cuantas cosas más. Parecía que iba de safári. Pero lo peor de todo ha sido cuando la he visto entrar en el coche ¡con el termo de lo chinos colgado del cuello! - ¡Abuela, eso no lo puedes llevar! - A una orden suya, Andresito ha arrancado y nos hemos ido.

Una vez en el delfinario he estado más pendiente de los "animales" rubios, morenos, atléticos, tostados por el sol, que se paseaban por allí que del termo de los chinos. ¡Menuda fauna!

Nos hemos sentado en las gradas frente a la gran piscina, dispuestos a disfrutar del espectáculo de los delfines. La abuela ha abierto el termo para que también lo viera Pascualita. Todo ha ido bien hasta que han preguntado si algún niño o niña, se atrevía a jugar con los delfines. Para mi asombro, la primera en levantar la mano ha sido la abuela. No le han echo caso y se ha puesto de pie, saltando y gritando como una descosida - "¡Eeeeeeehhhhh! ¡¡¡Yoooooooo quiero ir!!!. ¡¡¡Amigo, estoy aquííííí!!!" - ¡Abuela, comportate! - El domador eligió a una preciosa niña, rubia como el oro. - "¡¡¡Tongo, tongo!!!" - gritaba la abuela enardecida - "¡Yo lo he dicho primeroooooooo!" - Y ha salido corriendo gradas abajo, a pesar de los tacones de aguja. Pero al llegar, la preciosa niña rubia ya estaba siendo protagonista de la escena.

Debido a la inercia que llevaba la abuela, chocó contra la piscina de forma brusca y Pascualita salió disparada para caer en medio de todos aquellos litros de agua salada donde los delfines y la niña se lo estaban pasando en grande.

Entonces fui yo quien  bajó las gradas de dos en dos, sin mirar a quién pisaba y al llegar abajo no me lo pensé dos veces y me tiré de cabeza al agua en busca de la sirena. Mientras el espectáculo continuaba, yo iba dando el mio porque uno de los delfines, seguramente cansado de comer siempre lo mismo, se lanzó hacia Pascualita y yo intenté impedir que lo hiciera. Pero el delfín me tomó por una pelota y me hizo pasar por un aro que está muy alto y allí me quedé, colgada del abismo. Mientras tanto la niña rubia que, en ningún momento dio muestras de tener miedo, era aplaudida por los espectadores - ¡¡¡Un fuerte aplauso para... MICA!!!

Cuando ya no quedaba nadie, me bajaron y me pusieron una multa como una catedral. Pero ya estaba tranquila porque los delfines, aunque lo intentaron, no pudieron con Pascualita. Los dientecitos de tiburón, su pequeña estatura, su agilidad y su fealdad, le salvaron la vida. Al final, hartos de ella, un delfín le dio un fuerte golpe hacia arriba con su hocico y la cogí en el aire. Pero ella quería estar abajo y enrabietada, me mordió una o otra vez hasta que pude agarrarla del pelo-alga y meterla ... en mi escote.

Ahora soy la envidia de la Cotilla, a pesar de que llevo marcas en manos y cara de los dientecitos de tiburón y me duele todo - ¿Qué le has dicho a tu abuelito para que te haga esto? Anda... dímelo, que yo también quiero tener un escote así de sugerente... Mira, te voy a servir un chinchón... o dos, si quieres pero ¡dímelo! - ¡Que envidiosa es la jodía!

martes, 30 de julio de 2013

Mientras la abuela trastea en la cocina no para de hablar con Pascualita - "... si le añades esta picada de avellanas y albahaca a la ensalada de tomate, bien aliñado con aceite de oliva... ¿Tenéis aceite de oliva en tu hábitat?... Algo habrá con tanto barco hundido como hay por allí. Buscas en las ánforas que llevaban los más antiguos y seguro que encuentras... ¿Y vinagre?... ¡Menuda despensa hay allí abajo! Pues todo esto lo mezclas bien con el tomate y está riquísimo" - ¿No crees que quedará un poco aguada? recuérdale que no le eche sal, que con la que hay en el mar hay suficiente jajajajaja - "¿Crees que es tonta? ¡No le hagas caso, Pascualita, que tu serás mejor ama de casa que la inútil ésta" - ¿No has pensado que quizás allí manden las hembras? ¡Ya me dirás de qué le van a servir tus consejos de La perfecta casada jajajajajajaja

Pascualita se sentó sobre Pepe y nos miró como quien asiste a un partido de tenis, moviendo la cabeza de una a otra. - "¡Mejor me lo pones! así sabrá lo que manda" - Pues como ponga al pobre sireno de turno a hacer una ensalada bajo toneladas de agua de mar ¡y le salga bien! le darán 24 estrellas Michelin jajajajaja - "Estás muy graciosa hoy. ¿No tienes nada que hacer? ¡¡¡Largo de aquí!!!" - Al oír el grito de la abuela, la sirena saltó a la pecera y yo me puse las gafas de sol a la velocidad del rayo. Pascualita salió como una flecha y soltó el chorrito de agua envenenada... - ¡AvemariapurísimaaaaaaaaaAaaaaayyyyyyyy! - ¡Uf! de buena me había librado... pero no la vecina ¡En todo el ojo le dio la jodía de la sardina con pelo-alga germanizado! Lo que me costó no reírme... - ¡¡¡¿Qué le he echo a éste hombre, si acabo de entrar?!!! - "¿De qué habla?" - me preguntó la abuela - Del abuelito - "¡La madre que la parió!... Ahí te quedas con ella que me da la risa y no está bien que me ría de mi amiga jejejejejejeje. Además, tengo que llevarle más croquetas a Blas que estos días, con tanto político corrupto entrando en la cárcel, no da abasto a venderlas"

Mientras la vecina seguía saltando, gritando, llorando y dando vueltas al rededor de la mesa del comedor, me senté a ver la tele. Al rato pregunté ¿Quiére una copita de chinchóóóóóónnnn? - Y fue mano de santo. La Cotilla se sentó en el sofá, con un ojo que daba miedo vérselo y una copa en la mano para que se la llenara. Estuvimos un buen rato en silencio, paladeando el licor y luego dijo: - Habría que meter burros en la Sierra de Tramuntana para que se comieran la maleza y dejaran limpios los montes" - La miré estupefacta - ¡¿Mande?! - Ella siguió a lo suyo: - En bañador, o sin él, para que supieran lo que siente un árbol cuando se quema... - ¿Burros en bañador? Ya no le pongo ni una gota más, Cotilla - ¡Tanto recorte, tanto recorte! Les van a llamar Los tontos de la tijera. Y los del cola cao robando a mano armada ¿Te parece que no hay bastantes burros? ¡A limpiar los caminos forestales. Gratis, que ya se lo han cobrado por adelantado! - Pensé que tenía razón y brindamos por ello.

lunes, 29 de julio de 2013

Sigue el fuego.

Pascualita, sentada sobre el azucarero, ha compartido el cola cao con la abuela. Este bicho no le hace ascos a nada, lo mismo le va lo dulce que lo salado. Menos mal que es pequeña porque sino, nos comería de un bocado. Solo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Esta noche he soñado con eso. Veía a la sirena dar vueltas lentamente en su pila bautismal de 1.000 años, que resultó ser mágica (en el sueño) De repente, cuanto más giraba Pascualita, más grande se hacía. Y también más fea. Sus saltones ojos de pez parecían dos balones a punto de salirse de las órbitas mientras me miraban fijamente - Ahora me dará un "balonazo" me desmayaré y me comerá sin que pueda impedirlo (pensé) - La boca era grande como el túnel de Sóller y las filas de dientes, enormes y afilados como cuchillos de despedazar carne, chirriaban cuando los movía, amenazadoramente, delante de mi.

¿Y el pelo-alga? Era una selva virgen, enmarañada y tenebrosa. La cola llegó a tener las dimensiones de una gran ballena azul. La pila bautismal fue creciendo a medida que lo hacía Pascualita, en cambio a mi se me veía más y más diminuta. La sirena alargó un brazo y cogió a Pepe. Lo metió en la pila mágica y la cabeza, tal como había echo ella, creció hasta volverse de un tamaño colosal ¡Era horrible, horrorosa! y lo peor fue cuando se le dibujó una sonrisa siniestra en la cara.

Entonces Pascualita abrió una boca, se impulsó y saltó sobre mí para comerme. Y yo grité, grité y grité como una loca -¡¡¡Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhh!!! ¡Abuelaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Abuelaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! - Pascualita no me comió porque la pila bautismal no era mágica pero a mi la abuela me arreó dos tortazos que me despertaron de sopetón y me hincharon la cara  como si tuviese un flemón en cada lado.  

- ¿Era necesario ser tan brusca? - "Sí, hija. Tenías una pesadilla" - Mejor me hubiese ido que me comiera la sirena... fíjate la cara que me has puesto. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿cirugía estética? (me ha preguntado con cachondeo la vecina) - "¿No le queda mal ¿verdad?. La hace más gordita" - (a la abuela le gusta meter bien el dedo en ojo ajeno) - Siguen los aviones echando agua al incendio ¡y encima, hace viento! - "¿Cómo era aquel refrán...?" - ¿Ande yo caliente y ríase la gente? - "¡NO! para calenturas y risas está esta gente. Era... ahora no me sale..." - ¿Dónde comen dos, comen tres? - Es debe ser su favorito, tía gorrona. - ¡Oye, niña, no me faltes que solo estoy ayudando a tu abuela a hacer memoria! ... ¿El ojo del amo engorda al caballo? - "¡Que caballo ni que leches!... ¡Ya está: ¡¡¡A caballo flaco todo son pulgas!!!" - ¿Ese? ¿Y qué pinta ahí un caballo? Te estoy hablando de aviones...

Las dejé discutiendo y fui a vigilar a Pascualita... no por nada pero es que ... ¿y si en esa pila fue bautizado el Mago Merlín y cogió algo de sus poderes mágicos?... ¿Qué pasa? ... No he dicho ninguna tontería... ¿O sí?... Para contrarrestar el mal de ojo que pudiera haber, me bebí dos copas de chinchón ... mienfto... uff... La prfimefa sí que me la bfebfie, la segunda me la incrfustó la abuefla entre lfos diefntes  cuando vio que bfebfia sola ... ¡Que mañafna llefvo!

domingo, 28 de julio de 2013

Después de meterse dos ensaimadas entre pecho y espalda, la abuela se ha puesto un vestido ibicenco, ancho, para que el aire circule por todo, un sombrero de payés, una bolsa playera al hombro y se ha ido bajo un sol de justicia, a la piscina municipal. - Tenemos playas jejejejeje - "Lo sé, boba de Coria, pero en domingo están atestadas. Yo apuesto por la tranquilidad" - Pero no te tostarás - "De aguantarte a ti ya estoy negra" - Luego cogió el termo de los chinos - No, no. A Pascualita no te la puedes llevar. Es bicho de agua salada. - "¡Vaya, es verdad! con lo bien que se lo hubiese pasado nadando en tanta agua"

Ha llegado a casa sudando a mares. - "¡Ni por la sombra he tenido consuelo! y encima, no he podido batir mi propio récord de natación por culpa de los chinos" - ¿Qué chinos? - "Unos que también debían tener calor y han venido a nadar a MI CALLE precisamente ¡como si no hubiera otras!" - Deben tener el mismo derecho que tú de estar ahí. - "¿He dicho y eso?... NO. Pero... estaba tan ricamente, con toda la calle para mi sola, cuando me han invadido todos los chinos" - ¿Todos? eso son muchos jejejejejejeje - "Sí, ríete ¡Eran cuatro!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! Estoy cansada de ver aviones amarillos ¿Aún no se ha apagado el incendio de Andraitx? - ¿Amarillos? huy, huy, está nombrando la soga en casa del ahorcado. - ¿Qué he dicho? - "Nada. Es solo que se han metido un montón de chinos a nadar conmigo en la piscina y yo tenía miedo de que me ahogaran porque no sabían mucho" - ¡Mala amiga! ¿Te vas a la piscina y no me dices nada? - "Es que hoy había poco trabajo para ti." - ¿La Cotilla trabaja allí? ¿De qué? - "De lo mismo que trabaja en las iglesias jejejejeje "Limpiando" monederos"

Después de la siesta hemos pasado el rato viendo pasar, una y otra vez, los aviones en busca de agua para pagar el enorme incendio que provocó alguien que quemó rastrojos y no pensó que se le iría de las manos. A lo lejos, sobre las montañas, unas espesas nubes de humo indican que aún  les queda mucho trabajo por hacer a toda la gente que trabaja allí. La abuela fue a por el chinchón y unas copas. En el vestido llevaba prendido el broche con Pascualita - "Vamos a brindar por esos trabajadores y voluntarios, muchos de ellos funcionarios cesados por los recortes de los Pinochos. Y por las gentes que viven allí y sufren el incendio en sus carnes" - Al cuarto o quinto brindis, la Cotilla mosqueada, le dijo a la abuela - ¿Se puede saber a qué viene esa manía que te ha dado de mojar el dedo en el licor y pasarlo luego por esa birria de broche?... Si es que cuando digo que ya no estás para muchos trotes tengo más razón que un santo ¡Ay, ay, ay! - La vecina se defendió como pudo de los capones que le llovieron.

sábado, 27 de julio de 2013

¡Que semana de trajín lleva la abuela! Entre unas cosas y otras, no para en casa. Y como me ha parecido ver tristona a Pascualita, he colocado una foto de su amiga frente a la pila bautismal. Por lo menos así, cuando la vea de nuevo la reconocerá.

Este detalle no le ha gustado a la abuela - "Cualquiera diría que soy un pendón desorejado que está todo el día zascandileando por la calle" - Algo de razón hay en lo que has dicho - "¿En que estoy todo el día en la calle?" - Eso también pero, sobre todo, en lo de pendón desorejado. - No me ha dejado terminar la frase y me ha dado tal soplamocos que me he pasado el día cambiándome el algodón de la nariz. Y encima he tenido que aguantar sus guasas - "¡No tires la sangre, boba de Coria, que me servirá para hacer un buen frito!"

Ha estado llevándole a Blas un montón de croquetas para que las vendiera en la puerta de la Audiencia. Los curiosos, los reporteros, los fotógrafos, hasta los despistados turistas que se plantaban allí para ver qué pasaba, acabaron con ellas y nuestro amigo se sacó unos euros extras, que buena falta le hacen.También vendió bastantes junto a la barrera de la cárcel mientras Conchi animaba la entrada a los políticos con Paquito el Chocolatero de su móvil. Luego los tres se fueron al Funeral a celebrar las ganancias con una cervezas fresquitas.

Ahora el fuego quema las montañas de Andraitx. Pero como la abuela siempre (o casi siempre) ve el lado bueno de las cosas, ha llamado a Andresito: - "¡Nene. Ven a buscarme que nos vamos a la playa!... Sí, ya sé que hace calor... ¡Ponte guapo que vas a salir en la tele!... Es que ya que estamos allí... ¡en Camp de Mar! ¿dónde va a ser? podemos desviarnos un poquito hasta Andraitx... ¿Qué hay un incendio? ¡No me digas!..." - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! - "Ha llegado la Cotilla... También vendrá con nosotros... ¡No le puedo decir que no, hombre! A ella también le gustan los bomberos ¡Están muy buenos! ... ¿Te enfadas? ¿Quién ha dicho bomberos? ¿Yooooooooooooo? Se nota que estás nervioso por la boda, cariño. He dicho BOMBONES...siiiiiiiiii... que siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... ¡Hala! no te entretengas y a lo mejor nos sacarán en las noticias del mediodía. - Después se colgó del cuello el termo de los chinos mientras yo le decía que no con la cabeza. - ¿Qué le pasa a tu nieta? - "Tiene en baile de San Vito" - ¿Tan joven? - "Bueno, tan joven... tan joven, no es..." - ¿Digamos que es más tonta que joven? jajajajajaja - "¡Digámoslo!" - Y sin ningún disimulo, metió a Pascualita en el termo. - ¿Por qué vas siempre con ese cacharro al cuello? - "Es mi signo de distinción" - dijo llena de orgullo. La Cotilla se encogió de hombros - A otras les da por morder esquinas.




viernes, 26 de julio de 2013

La abuela y la Cotilla se han puesto de punta en blanco - ¿Vais a salir con semejante facha? - No sé como se me ocurrió decir eso, con lo peligroso que es. Lo primero que se estampó en mi cara fue el pobre Pepe, lo demás lo esquivé. Pero es que era para multarlas: sandalias con plataforma y tacones de vértigo para unas piernas morenas y varicosas. La Cotilla, para no perder la verticalidad, llevaba un bastón que había "tomado prestado" a un viejo que lo había dejado apoyado en un banco mientras buscaba sus gafas en el bolsillo de la camisa. Pantalones piratas con rosas estampadas de la tienda del señor Li. Ambas llevaban el mismo modelo de diferente color. Y camisetas entalladas. Los pelos multicolores los taparon con gorrillas de propaganda que llevaban una gran visera. La abuela llevaba, además, gafas de sol de aviador, la Cotilla no había encontrado ningunas.

- "Vamos al sitio de más glamour de toda Palma en estos momentos: la entrada de la cárcel" - Está lleno de periodistas y fotógrafos así que pon la tele y luego nos cuentas si hemos salido en pantalla. - "Donde saldremos es en el Hola. ¿Os imagináis la envidia cochina que sentirán las amistades finolis de Andresito? ¡En el Hola, nada menos!" - ¿Y no tenéis miedo de que os reconozcan? - "¡Eso queremos, boba de Coria!" - Pero la Cotilla se mosqueó - ¿A qué te refieres? - A los curas a los que les vacía los cepillos; al viejo que se ha quedado sin bastón; a... - No creo que pase nada por eso... - Pueden llamar a la policía y trincarla. La cárcel está a un paso... jejejejeje - ¡Que mala es tu nieta! - "Decídete ¿vienes o no" - ¿Me traerás comida a la cárcel? - "No. Cuando me case tendré otro estatus y no podré codearme con según quién" - ¡Pues no voy! - "Allá tú. Me marcho que Conchi ya nos estará esperando" - ¿También va ella? -  "Claro. Es la que lleva la música" - ¿Llevará una orquesta? - "Lleva Paquito el Chocolatero en el móvil y pondrá la música cada vez que vea a un político camino de la trena. Le ayudará a hacer el paseillo jejejejejejejeje" - Valdrá la pena porque estos días van muchos.

No he podido convencer a la Cotilla para que se vaya a comer a su casa - No. Allí tendré que fregar los platos... - La abuela ha echo una ensalada de garbanzos. En cuanto la ha visto se ha lanzado a por ella con la avidez de siempre y he aprovechado para ir a buscar a Pascualita. Escondida tras el bol de la ensalada. le he dado un garbanzo, que se ha comido con la misma ansia que la vecina pero ha tardado menos en llenarse. He seguido insistiendo para que comiera hasta que ha tirado el garbanzo hacia atrás y le ha dado a la Cotilla. Luego le he dado otro, y otro y otro hasta que la mujer se ha enfadado y ha puesto el grito en el cielo - ¡¡¡Para ya, leñe. Acabarás sacándome un ojo!!! Pero a mi me había dado la risa y no podía parar. - ¡Coma, coma! - le grité viéndola rodeada de garbanzos - ¡Que cruz tiene tu abuela contigo. Así no vas a casarte nunca! ¡¡¡Paraaaaaaaaaa!!!

Mientras yo me divertía, Pascualita, harta de mi, se llenó la boca con agua de mi vaso y me la tiró a los ojos con su puntería habitual.

- Quién ríe el último, ríe dos veces jajajajajaja ¡Vaya ojo que te ha puesto tu abuelo! jajajaja ¡Si no te aguantan los fantasmas ¿cómo va a hacerlo un marido?

jueves, 25 de julio de 2013

Apenas repuesta de la conmoción que sufrió a consecuencia de los ex políticos corruptos y sin los vapores del chinchón nublandole el entendimiento, a la abuela le dio por pensar y eso, con estos calores, solo puede llevar a poner su cerebro en ebullición. ¿Y quién paga las consecuencias? Pascualita, que para eso es sirena y no tiene nada mejor que hacer.

También está Pepe pero tiene menos mérito porque, al ser una cabeza cortada, lo mismo no oye. En cambio Pascualita aguanta sus monólogos alternándolos con zambullidas en su pila bautismal. Pero me he dado cuenta de que es una pillina, ya que dependiendo de la duración del rollo macabeo que le esté soltando la abuela, cada vez se toma más tiempo para salir a flote ¡No sabe nada el monstruito!

- "El ex President no entra en la cárcel porque tiene buenos padrinos... Y una de dos, o le deben muchos favores, o el ex President tiene mucho dinero ahorrado porque no creo que su abogado trabaje por amor al arte, que los pijos tiene mucho gasto. Visten bien, van a buenos restaurante y cocktelerías, tienen buenos coches y, seguramente pagarán a un logopeda para que les enseñe ese modo de hablar tan característico que tienen todos, empezando por el ¡Ossssssseaa!... ¿No te habías dado cuenta? Pues, hija, en cuanto abrió la boca me dije ¡Un pijo!... ¿No tenéis en el fondo del mar?... E Presi tendrá un cerdito donde guardar las sisas de la compra, aunque será más grande que el mío. Pero fíjate, en un año conseguí ahorrar 130 euros ¡Oye, buenos son!... aunque a él eso no creo que le solvente nada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Otra vez un tren! (Pascualita se lanzó de cabeza al agua y salpicó a la vecina que, como siempre, no supo donde estaba el misterio) - ""¿Qué pasa con el tren?"

Sentadas frente al televisor, impotentes e impactadas por la tragedia que, una y otra vez, machaconamente, se repetía en la pantalla mientras las cifras de muertos iban aumentando poco a poco, bebíamos chinchón sin poder contener las lágrimas. Otra vez los trenes. Otra vez el horror.


miércoles, 24 de julio de 2013

- "¡¡¡Nena ¿son los Santos Inocentes hoy?!!!" - me ha preguntado la abuela a voz en grito desde la cocina. - ¿Con este calor? - "¡¡¡Ya me extrañaba a mí. Los locutores están de cachondeo y como en verano no hay noticias, sueltan la primera parida que se les ocurre!!!" - Luego la oí hablar con Pascualita - "Jajajajajaja ¡Tienen cada cosa! Es entretenida la radio cuando no saben que meter para tener a la audiencia enganchada y sueltan las típicas "serpientes de verano"... ¿Tenéis radio en tu hábitat? ... ¿y qué dicen... glú, glú, glú? jajajaja. Perdona, guapa pero estoy contenta, a pesar de que, de vez en cuando, me viene la idea absurda de que alguien se hizo una tortilla francesa en mi espalda cuando estaba tan quemada. ¡Ya ves tu que tontería! Esto es cosa de la insolación"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿A qué vienen estos gritos? ¿Ya te ha echo una faena tu nieta? - "¿Quién ha gritado? Cada vez estás peor... ¿Has oído las noticias? ¡Son divertídisimas!" - ¿La de Matas y Munar? -
"¡Sí, esas! Vaya imaginación que se gasta ésta gente jajajajaja ¡Que a Matas le han rebajado la pena que le puso el juez de 6 años ¡¡¡a nueve meses!!! ¡Un embarazo jajajajaja!" - Pues no le veo la gracia. - ¡Hija mía, si esa rebaja es mejor que las del Corte Inglés!" - Sí, pero no es una broma. - "¿Cómo que no, boba de Coria?... Se lo preguntaremos a mi nieta" - Pero si es tonta. - "Ya, pero de éstas cosas se entera. ¡Nena! ¿Has oído lo de Matas?" - Este tío ha nacido de pie, abuela ¡Menuda potra! - "¿Quieres decir... quieres... Esto es verdad?... ¡Trae el chinchón que me da el soponcio!"

Para evitar que el soponcio se extendiera a las demás, bebimos con ella. A la tercera copa nos miró fijamente - "¿Estáis de broma?" - Hicimos una cruz con los dedos, juramos que era verdad, los besamos y escupimos. - "¿Entonces, lo de Munar?... ¡Mare de Deeeeeeuuuu!... ¡¡¡¿A la cárcel?!!!... ¿con glamour y todo?... ¡Pellizcádme!... ¡no me duele!... ¡No me lo puedo creer! ... ¡Pon la tele, a ver qué dicen!" - En la pantalla se veía la puerta de la Audiencia llena de fotógrafos y periodistas, curiosos y turistas con cara de extrañeza. Entonces ha salido un coche (camuflado, ha dicho la locutora, que de esto debe saber mucho) con la Munar dentro (camino de la cárcel, ha seguido diciendo la locutora) - "¡¡¡¿A la cárcel?!!!... ¿Ella?... ¿A la ex Presidenta?... Y ahora no podrá ir a peinarse a Llongueras... Ay, ahora me da penita... Tan alta como estaba y el batacazo que se ha dado... Dame otra copita que esto es difícil de tragar... ¿Os dais cuenta? Aunque a trancas y barrancas, la justicia funciona" - Depende a qué santo le enciendas la vela, a lo que parece.

martes, 23 de julio de 2013

La abuela se fue con Andresito a su cita, con la jet set de la isla, a Formentor, con las mismas arrugas de siempre, ni una más, que para eso descansó sus ocho horas sin pensar para nada en su amiga. Y volvió, a media tarde, achicharrada porque cuando fue a comprar crema solar pija y vio el precio, se echó atrás y pensó que lo mejor era hacérsela ella, solo que en vez de crema fue aceite... ¡aceite de oliva con un poco de vinagre, bien agitado!

En cuanto se abrió la puerta de casa me llegó el aroma a ensalada. "¡Aaaaayyyyyyy! que malita estoy y que poquito me quejoooooooo... ¡Agua. Quiero aguaaaaa!... ¡Aquellas pardalas no se han quemadooooo y yo parezco un churrasco, vuelta y vueltaaaaaaa!" - Andresito estaba preocupado - ¿Y si la ingresamos en una clínica? - Haz lo que tengas que hacer, pero no esperes que vaya a cuidarla que con su amiga he tenido suficiente. - Entonces la dejo aquí... es que yo... ejem, ya no estoy para según que trotes... - Claro, es que para éstas cosas no hay pastillitas azules (le dije con retintín y se puso casi tan rojo como la abuela)

Ayudé a desnudar a la abuela para meterla en la bañera pero antes quise hacer un experimento... Fue un repente que me dio y ya puestos, que más le daban cinco minutos, más o menos, fuera del agua fresquita. La tendí en la cama boca abajo. Todo su cuerpo era un gran foco de calor así que la prueba no podía salir mal. Llevé a Pascualita y a Pepe para que no se perdieran el prodigio y los puse sobre el cantarano. Y una vez todo listo prodecí... a batir un huevo y volcarlo sobre aquella piel ardiente ¡y funcionó! Me hice una tortilla a la francesa sin necesidad de aceite porque llevaba tanto puesto que no hizo  falta más.

Mientras estaba en la bañera remugó algo sobre desheredarme, arrancarme la piel a tiras o sacarme los ojos. No le hice ni caso porque estaba más allá que acá. Cuando Pascualita vio el agua se tiró de cabeza. La pobre no sabía que era agua dulce y tuve que emplearme a fondo para cogerla porque se había metido bajo la abuela. Acabamos empapados el cuarto de baño y yo. Toda mi preocupación estaba centrada en la sirena. La pobre estaba medio ahogada cuando me hice con ella y salí corriendo para meterla en la pila bautismal. Resbalé ¡y me pegué un golpe bestial! Ahora llevo un buen cardenal en el... bueno, allí donde la espalda pierde su casto nombre, como dijo alguien.

Cuando volví al baño, renqueando, la abuela flotaba entre dos aguas. Me maravilló que hiciera eso. Era chulo. Hasta que algo me dijo que la cosa no iba bien ¿Se estaba ahogando? ¡Sí. Y ya estaba más allá que acá! Vaya tarde. Finalmente la acosté, me sequé y me senté a tomarme, tranquilamente, unas copitas de chinchón que compartí, gota a gota, con Pascualita.

lunes, 22 de julio de 2013

"Enfermera" a la fuerza.

Hoy no he ido a trabajar porque he tenido que estar tooooodaaaa la mañana en Urgencias. La Cotilla tiene una indigestión de caballo y la abuela ha delegado en mí, a pesar de mi oposición, para acompañarla y no dejarla sola hasta que le den el alta.

- ¿Por qué tengo que ir yo? ¡No he echo nada malo! ¡No me merezco este castigo! - "Vas y se acabó. He quedado con Andresito para ir a la playa, a Formentor, allí estará la flor y nata de la alta sociedad de la isla. Quiere que empiece a alternar con esa gente tan fina. Y como no tenía nada qué ponerme, he ido a la tienda del señor Li a comprárme unos bikinis ¡Mira que preciosos!: de leopardo, de tigre, de cebra y estos triquinis fosfis con lentejuelas, que son el último grito" - Seguro que alguien dará su último grito cuando te vean con ellos y mañana tendréis funeral de alto copete. - "¿Qué sabrás tú de modas? el caso es que no puedo ir con la Cotilla. En cuanto llegue la ambulancia, te subes con ella y estás allí hasta que el médico os eche"

Menudo cante nos dio a los camilleros y a mí. ¡Venga quejarse todo el camino! Y es verdad que parecía estar mal porque tenía la cara verde, la tripa hinchada a punto de explotar y se retorcía tanto en la camilla que se cayó dos veces, la tercera vez ya la dejaron en el suelo. Resultó que tenía un empacho de categoría. No me extraña porque, como había pagado la cena, se lo quería comer todo y ni la abuela ni yo, pudimos probar las langostas ni las ostras. Puso los brazos en derredor y dijo -¡Esto es mío!

Ya no pudo subir a su casa. Se puso malísima y me ha dado una noche de perros. La abuela, al oírla vomitar, cerró la puerta de su dormitorio con llave diciendo que necesitaba dormir sus ocho horas para no tener arrugas en la cara el día de la boda.

Ahora estoy junto a la Cotilla que ronca como si se hubiese tragado una locomotora. Aún tiene fiebre y en su delirio grita: ¡Esa ostra es mía, boba de Coria! - ¡Que fuerte, encima me insulta! Hace un rato pataleaba y decía: ¡Niña, saca el chinchón que viene Bárcenas! - Unas enfermeras se han asomado, mosqueadas, -¿Esta mujer tiene algo que ver con los Pinochos que nos recortan media vida? - ¡No, no, no! - Luego me he arrepentido. Tendría que haber dicho que sí y quizás, ahora, ya no tendría vecina. ¡Que rabia me da ser de espoleta retardada!



domingo, 21 de julio de 2013

Hoy ha pasado algo extraordinario ¡la Cotilla no ha venido a comer!... y la boba de la abuela se ha preocupado - "¿Tú no lo estás?" - ¿Yoooooooooooo? ¿estás de broma? - "¿Y si le ha pasado algo?" - No me extrañaría. Habrá ido a "limpiar" alguno de "sus" cepillos de las iglesias y la habrá atrapado un cura jejejejejeje  y mañana la veremos en el periódico, en la página de sucesos. - "No hagas bromas con eso. La pobre es muy mayor y las está pasando canutas" - ¡Canutas las paso yo cada día cuando la tengo delante a la hora de comer y me deja sin croquetas!

La abuela apenas a probado el chinchón después de comer. Estaba inquieta. Ha cogido a Pascualita y le ha soltado la retahíla de: estoy pasando pena por ella ... ¿qué le habrá pasado? ... ¿Crees que debería llamar a los hospitales?..." - La sirena le prestó atención durante unos minutos y acto seguido, de un salto se colocó junto a Pepe que, por lo menos, no da ninguna tabarra.

Sobre las 7 de la tarde, cuando la abuela se arreglaba para ir a El Funeral, oímos - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - "¡Cotilla! ¿Qué te ha pasado?" - ¡He ido a ver a Rajoy! ¡Que sí, que lo he visto! ¡Y me ha tocado! - "¿Y te has dejado?" -  Con tal de que me suba la pensión, que toque lo que quiera. Me enteré de que venía a una reunión de esas que hacen los políticos y me planté en la puerta del hotel - "¿No te han dicho nada los guardias?" - Sí, pero me he echo la sorda y me han tenido que apartar ellos de allí. ¡No veas como estaban esos guardias!  Me quitaban y me volvía a poner y así hasta que se han cansado. Nunca tantos tíos buenos se habían ocupado de mi. Al final me han dejado por imposible. Y yo he interpretado a la perfección el papel de tonta ¡Ay, que rato más bueno he pasado!

"¿Al final has visto al Pinocho mayor del Reino?" - Me he lanzado a sus brazos llamándole ¡hijo mío! como si hubiese perdido la cabeza. El hombre se ha asustado pero luego me ha dado algo parecido a un débil abrazo y se ha apartado de mi con un ligero tembleque. Se ve que le he impresionado... - No me extraña. Habrá pensado que le atacaba una loca. - Después he salido por pies ¡y mirad todo lo que traigo para una cena de campanillas! - ¿Dónde ha robado éstas cosas tan ricas? - ¡Ya estamos! ¿A qué no cena tu nieta?... Esto lo he comprado y pagado ¡mirad que vino. Y langostas recién cocinadas. Todo es pura delicatesen! - ¿Quiere que me crea el cuento de que lo ha comprado? - ¡Te lo juro!... Lo que he robado es la cartera del Presidente. -"¡Eres la pera, Cotilla!" - Ya sabes que mi ilusión es parecerme, cada día más, al maestro Bárcenas (dijo humildemente) - "¡Niña, saca el chinchón que la ocasión se merece un brindis!"

sábado, 20 de julio de 2013

No hay quién entienda a la abuela. Con el calor que hace hoy, tiene una actividad frenética desde que se ha levantado. Solo de verla, sudo.

Para desayunar hemos tenido ensaimadas - La edad se va notando ¿eh?... hoy no es domingo. - "¿Lo dices por las ensaimadas? ¡Come y disfruta ahora que tienes dientes!"

Ha ido y vuelto del mercado cargada con los avíos de la paella - ¿No serán para hoy? - "Pues sí. Hoy es hoy y mañana Dios dirá. Vendrán a comer nuestros amigos. Todos." - No es tu cumpleaños ni tu santo... ¿qué celebramos? ¿la despedida de soltera? - "Que estamos vivos ¿te parece poco?" - Vivos hemos estado todas las semanas anteriores y no has echo nada de todo ésto. - "Es que se ha ido Paquita y se me han revuelto las tripas. No hay que dejar para mañana lo que podamos hacer hoy" - ¿Y Pascualita? ¿Volverá hoy a su hábitat? - "¿Por qué? Ya estás confundiendo la velocidad con el tocino"

La paella estaba riquísima. Y la abuela espectacular. Se ha vestido como si fuese a ver al Rey: mini vestido de lentejuelas con los colores del arcoiris haciendo juego con su pelo, bien escotado atrás y delante. Zapatos de plataforma con un tacón de vértigo. Adornada con collares, pulseras y pendientes como un muestrario de bisutería fina. Y en su pecho, el broche con Pascualita como mascarón de proa con su pelambrera- alga alemana. Con todo este boato, ha llevado la paella de la cocina al comedor, sin caerse. Ha sido muy aplaudida.

La mesa estaba adornada como en Navidad. Y a su alrededor estaban Andresito, el Médico, Blas el parado, Bedulio el Municipal, el señor Li, la Cotilla (ella comió de pie y cuando le preguntaron por qué, dijo que era por una promesa la jodía) y nosotras dos. Todos íbamos de punta en blanco aunque ninguno igualábamos a la abuela. Andresito babeaba cuando la miraba.

A los postres sacamos el chinchón y brindamos por Paquita. Por su fuerza, su alegría, su valor y su recuerdo.

viernes, 19 de julio de 2013

Estaba loca por llegar a casa y escapar del calor abrasador ¡35º en la Plaza de España! La abuela tiene las persianas cerradas; los cristales abiertos de par en par; un ventilador aquí, otro allá con platos hondos llenos de cubitos de hielo; abanicos hasta en el cuarto de baño. un gazpacho fresquito; el silencio de los conventos, incluso, si me apuran, un espiritual canto gregoriano. Cosas que dan paz y bienestar después de una ducha reconfortante antes de sentarnos a la mesa a comer.

Algunas cosas de las que he dicho, sí estaban. Por ejemplo, el hielo delante de los ventiladores... esparcido por el suelo y en lugar de cantos espirituales, de la cocina salía un ¡ay,ay,ay,ay,ay! chirriante que ponía los nervios de punta. Me pareció reconocer la voz de la Cotilla (¡Oh, no!) pensé. Esta loca quiere emular a Camarón de la Isla ¡a ésta horas y con éste calor!. ¿Y en mi casa? ¡¡¡Se va a enterar!!!

Empujé la puerta decidida a imponerme como dueña del piso, pero me desinflé en seguida al ver el espectáculo que apareció ante mí. La Cotilla, apoyada en la mesa de la cocina, llorando a lágrima viva y con la falda levantada más allá de lo que permite la decencia. (¡Pascualita ha echo de las suyas!) volví a pensar pero no vi las marcas de los dientecitos... aunque tampoco miré "el cuadro" con detenimiento.

- "¡Mira lo que le ha pasado a la pobre!" - ¿Se ha tragado un casette de flamenco? - ¡Que desgracia más grande. Ahora tendré que comer de pie! (lloraba la vecina a la que no se le va de la cabeza su afición por la comida por mal que se encuentre) - "Le ha picado una medusa" - ¿Dónde? - "¿Es que no lo ves?" - Me refiero que dónde estaban ella y la medusa. - "Ha ido a la playa con un jijijijij... un ligue" - ¿A la playa con liguero? - ¡No, boba de Coria! con un pretendiente que me ha invitado ¡ayayayayayayayay! Y mira que mala pata he tenido. - ¡Ay, pobre medusa! Que mal lo habrá tenido que pasar chocando contra usted. - Tu nieta es tonta hasta decir basta... ¡ayayayayayyay! - "Eso no ha sido lo peor. Anda, cuéntalo" - Al entrar, una ola, me ha tirado y me ha revolcado y cuando he conseguido levantarme, había perdido el bañador... He pedido auxilio a mi enamorado pero no me oía porque buscaba algo en mi bolso y entonces ¡me ha picado la medusa! - ¿Por qué no han entrado al agua juntos? - Porque le dan miedo las olas grandes. - ¿Y qué buscaba en su bolso? - Supongo que una foto mía para tenerla de recuerdo. - ¿Qué tiempo hace que lo conoce? - El ratito que he esperado el autobús. - ¡Madre de Dios! ¡Este tío está loco! Irse con la primera que encuentra sin pensar que puede ser una criminal en serie jajajajajaja - ¡Pégale un escobazo de mi parte! ¡Que cruz tienes con ésta nieta!

De repente se mascó la tragedia. Pascualita saltó de la pila bautismal a la luna llena del trasero de la vecina. Supongo que intrigada por el interés que despertaba en nosotras . Afortunadamente, la pesqué al vuelo y la puse junto a Pepe, en una repisa pero la jodía no quería perderse nada y una y otra vez saltó sin conseguir nada hasta que dio de lleno en las carnes blancas y fofas de la Cotilla... Ahora nuestra vecina duerme a pierna suelta, tumbada en el sofá, bajo los vapores alcohólicos del chinchón pero, si pensaba que en dos días podría sentarse, cuando se despierte se llevará una desagradable sorpresa.


jueves, 18 de julio de 2013

La abuela ha ido a por chorizos para las lentejas y no había. Se ha mosqueado porque otras veces ha querido comprar carcasas de pollo para hacer caldo y se le habían adelantado los chinos.-  "¡Si que madrugan los jodíos!" - Pero con los chorizos no le había pasado nunca. La gente se los ha llevado para hacer barbacoas delante de las sedes de los Pinochos jajajajajaja ¡Es que somos unos cachondos" - ¿Entonces no comeremos lentejas?

Trajinaba en la cocina sin parar de cantar y reír y entré a ver qué pasaba. ¡Estaba bailando con Pascualita y Pepe, uno en cada mano! La sirena batía palmas y enseñaba sus dientecitos de tiburón (¡que grima da verlos) A Pepe se le veía feliz (todo lo feliz que puede estar una cabeza cortada y reducida)

 ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿A qué vienen esos gritos? - La abuela tiró al aire a Pascualita para que yo la recogiera y me la metiera, rápidamente, en el escote mientras rezaba para que al bicho no le viniera el mal humor repentino.

- "Nadie está gritando" - Parecía que te mataban - "Estaba cantando, boba" - Pues me ha faltado poco para llamar al Municipal y acusar a tu nieta de abuelicidio. - ¡¡¡Abuela. esta no come hoy aquí!!! -

Nos sentamos a la mesa (porque a mi nadie me hace caso) y mientras la abuela iba y venía poniendo la mesa, seguía cantando: " ¡¡¡¿Dónde va tan bonita, Lola, Lolita, la Piconeraaaaaaaaa...?!!!" - ¿Ha bebido? - Está así desde que ha llegado del mercado. - Habrá bebido allí ¿Durará mucho ésta tabarra? - No creo que cante con la boca llena. - ¿Cantar? Mira al fraile Paco, el pobre señala tiempo inseguro y se está empezando a poner la capucha.

No ha sido hasta que hemos tomado el café que la abuela ha callado porque, entre bocado y bocado, soltaba el Lola, Lolitaaaaa. - "Tengo una amiga..." (ha empezado a contar) - ¡Y se llama Lola! (hemos saltado la Cotilla y yo a la vez) - Con los ojos como platos por la sorpresa, ha dicho: - "¿Pero, como...?" - Somos muy listas, abuela. - ¡Vaya! Pensé que tu amiga era yo (la Cotilla está celosa. ¡Bien!) - "Es guapa y más alegre que unas castañuelas" - ¡Así, cualquiera. Yo no me río porque la paga no me da ni para eso. - "Le gustan los gatos" - ¡Quita, quita, que me dan alergia! - Si es usted un cromo. - ¿Pero seré la madrina de tu boda? (lloriqueó) - "¡Claro que sí, mujer!... Lola, Lilitaaaaaaaa..."

miércoles, 17 de julio de 2013

Después del atracón de gambas que se dio ayer el señor Li (es una máquina comiéndolas y ni a la Cotilla le daba tiempo de cogerlas) tendré que hacer horas extras o pedir un aumento de sueldo. ¡La abuela se gastó el dinero del mes! Dichosa Pascualita ¿por qué será tan curiosa?

Le he dicho a la Cotilla que, ni se le ocurra volver por casa con el canario. Pero como ha puesto cara de oír llover, me he chivado a vecino del 1º, que para eso es el dueño del pájaro¡¡¡Avemariapurísimaaaaaaaaa!!! Le he dado veinte veces gracias a Dios por no darme una nieta, que seguramente sería más persona que la tuya. ¡Una Judas, eso es lo que es la melindres ésta! - "¿Qué ha pasadoooo ahoraaaaaaaa?" - ¡Tú ríete lo que quieras pero has criado una alimaña, un alacrán que te clava el aguijón cuando menos te lo esperas. Es una traidora! - La abuela se ha puesto seria y me ha preguntado - "¿Qué le has echo a ésta?" - Nada. Habrá bebido chinchón. - ¿¡Yo. Cuándo he bebido chinchón yo!? - ¿Lo ves, abuela? ¿Ha bebido o no? - ¡Huele mi aliento! - Ni corta ni perezosa, le ha echado el aliento a su amiga. La abuela ha retrocedido como si le hubiese escupido una serpiente - "¡¡¡La boca te huele a muerto!!! ¿Desde cuando no te lavas los dientes?" - Desde... estoooo... desde que me jubilé... Si no llego a fin de mes, cómo voy a comprar pasta para los cuatro dientes que me quedan... Lo importante es que tu nieta ¡me ha delatado! Y me han quitado al canario Bárcenas.

De repente me he sentido como una asesina a la que acaban de capturar. - ¿Por qué me miráis así? - "¿Eres una acusica?" - El pobre vecino buscaba al canario y me ha dado pena... - ¡Mentirosa! Si a ese hombre no lo saludas. - ¡Vale! He pagado gambas a precio de oro por culpa de la Cotilla y tenía que vengarme. - "Visto así..." - ¿Que hice yo? Ganarme 10 euros, honradamente y encima apenas me comí dos gambas porque, anda que no traga el chino. Iba a destajo. - "Eso es verdad" - ¿Le dije a tu abuela que las comprara? - "No, no me lo dijo..." - ¿Por qué trajo el canario a mi casa? - "Eso... ¿por qué lo trajiste?" - ¿Tú de qué lado estás? - "Todavía no lo sé" - ¿Por qué le vendió la gamba gorda al señor Li? - ¡A ti que te importa, boba de Coria! - "Eso es verdad" - ¡Sí que me importa porque es el alma del abuelito! - "Eso también es verdad... aunque ya no me acordaba" - ¡Jopé! Y mira que me lo has dicho veces.

A la Cotilla le dio un soponcio pensando en la posible venganza del alma cabreada. Ni el chinchón parecía calmarla hasta que llamaron a la puerta y apareció el señor Li cargado con bolsas llenas de comida china en agradecimiento a la comida de ayer. - ¡Venga, niña, pon la mesa antes de que el chino se arrepienta y vuelva para quedarse a comer con nosotras!


martes, 16 de julio de 2013

- "¡Pascualita! ¡Pascualitaaaa! ¡¡¡Pascualitaaaaaaaaaaa!" - Abuela, deja de gritar que te oirá todo el barrio. - - Pepe ¿has visto a la sirena?... ¿Dónde estará? ¡¡¡Pascualitaaaaaaaaaaaaa!!!

Llevamos buscándola toda la mañana. Ha desaparecido y ya no sabemos dónde mirar. He llegado a pensar que se la ha llevado una gaviota de las que pasan a menudo sobre la terraza.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Tenéis visita? Ya me lo podríais haber dicho. ¿Es una niña? - "¿Qué niña?" - Pascualita - "¿La has visto?" (le ha preguntado, anhelante la abuela) - Pues no lo sé, como no la conozco. - "¡Hay, Dios mío, que disgustooo" - Ponte a cocinar que eso distrae mucho... Vengo de la tienda del señor Li de ganarme 10 euros. Le he llevado una de aquellas gambas gordas por las que tanto suspira y que tanto asco me dan. He estado a punto de tirarla a la basura pero me he acordado de él y mira, 10 euros al bolsillo. - ¿Dónde estaba la gamba? - En el sitio más raro que os podáis imaginar. Encima de la jaula del canario. - ¿Y cómo ha llegado hasta allí? - ¡Ah! misterio Pero por mí podría venir una cada día. jejejeje. -Que ganas me han dado de retorcerle el pescuezo.

La abuela ha salido corriendo como una loca y media hora después ha vuelto con Pascualita en el bolsillo. Traía el pelo revuelto - "La china que trabaja para el señor Li no quería dejarme entrar en la cocina y menos que me llevara a la sirena y hemos tenido un rifirrafe" - ¿Qué sirena? (ha preguntado la Cotilla) - Quiere decir la gamba, es que la abuela se está volviendo muy finolis . ¿Le has cogido la gamba al chino? ¿Estás loca? Ahora querrá que le devuelva los 10 euros.

Unos minutos después el señor Li llamaba a la puerta de casa echo una furia - ¿Dónde está mi gamba golda? - ¡No pienso devolverle el dinero! ¡Santa Rita, santa Rita, lo que se da no se quita!- ¡¡¡Quel-l mi gamba!!! -
"¿Está hablándome a mí? Aquí no hay ninguna gamba, amigo" - Abuela, no cableal a Li. ¡Yo sabel kun-fu! - "¡Y yo tengo una escoba que da unos escobazos de campeonato!¡ Vaya a la pescadería y déjenos en paz o llamo al Municipal!" - ¡NO! Yo tlael-lo. - Y se fue dando un portazo.

Menudo potaje se había montado por culpa de la curiosidad de la sirena por el pájaro cantor. La abuela salió de nuevo a toda prisa y volvió con unas gambas, las más gordas que encontró en el mercado y las preparó al ajillo. Cuando el chino volvió con el preocupado Municipal, la aptitud agresiva de la abuela se había transformado en amabilidad - "Anda, sentaros todos a la mesa... Perdona la broma que te echo, Li. Verás que ricas están las gambas"

Ahora, después de unas copitas de chinchón, me siento relajada pero ¡menuda mañana hemos pasado!
!

lunes, 15 de julio de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - ¿Usted cuándo duerme? - ¿Con éste calor? cuando veo el Tour. Así que he salido temprano a la calle y me he enterado de una cosa curiosa. - "¿Qué te pasa, Cotilla? ¿Tienes mala conciencia?" - ¿Por qué? - ¡Por cargarse a mi abuelito! - Mira con lo que nos sale ésta ahora. ¡Pues no hace años de eso! Traigo noticias nuevas. Se ha puesto de moda un pajarito.

- La gaviota, como si lo viera. - ¡Que va! este nuevo le ha quitado el sitio. Y es más manejable... más chiquitín y más bonito también. - "¿Nos lo vas a decir o tenemos que echar una instancia al Ministerio de Información" - ¡Jesús! Vaya humos de buena mañana. - "¡Son las 6, 30 de la mañana!" - ¿Tan tarde? - "O tan temprano" - Vamos a desayunar y os lo cuento - ¡Abuela, hechala!

Por supuesto que desayunamos. Es que sino, no nos la quitamos de encima. En cuanto vio a la abuela ir a la cocina, la Cotilla fue a coger algo que había dejado en el rellano de la escalera- ¡Mirad, que bonito. Se llama Bárcenas!

Sobre la mesa de la cocina puso una jaula con un canario dorado. - ¡Canta de maravilla! Ya veréis...Fuuiiiiiii... ¡canta bonito! ... fuuuuiiiiii ... ¡canta Luisito! - Pero el pajarito no dijo ni mú. - Es porque tiene calor. Hay que incentivarlo. Ahora veréis - ¡Y metió la jaula en la pila bautismal! Algo debió ver el canario que no le gustó y asustado, se puso a cantar para que lo sacaran del agua - ¡Oid cómo trina! ¡Qué maravilla! - Pascualita, despertada bruscamente, dio un fuerte coletazo y nos mojó a todas. Luego saltó hasta el frutero y de allí a la jaula donde, el pobre canario, echo una sopa, no paraba de trinar. Antes de que la Cotilla la viera, cogí a la sirena por el penacho pelo-alga con los colores de la bandera alemana y la metí en un cajón. La abuela me atravesó con la mirada pero no podía hacer otra cosa. - "Ya hemos visto al canario, ahora nos vamos a dormir" - De pronto se me encendió una bombilla en el entendimiento - ¡Yo conozco a ese pájaro! Es del vecino del 1º ¿¡Se lo ha robado!? - ¡Que lengua más sucia tiene tu nieta! Lo he cogido porque lo habían abandonado en el balcón. - ¿Abandonado? ¡Si vive allí!... ¿Se ha subido al balcón? - ¡Yo soy una señora!... le he pedido a un borracho que pasaba, que me lo cogiera porque me iba al asilo y se me había olvidado coger el pajarito. - "¿Un borracho? ¡Se podría haber matado!" - Muy buen aspecto no tenía cuando se estrelló sobre la acera... - ¿Le habrá ayudado? - ¡Claro que no!. Tenía que venir a enseñaros al pájarito de moda.

domingo, 14 de julio de 2013

¡Uffffff! que digestión más pesada tengo... Parece que he comido piedras ¡dos platos de piedras! Ya sé que no tendría que haber abusado pero la abuela cocina tan bien... además, no puedo consentir que la Cotilla coma más que yo, que para eso soy la que pago... Ni la sal de frutas que he tomado con medio vasito de chinchón me ayuda.

Encima tengo un sueño que no me tengo pero la sensación de hartazgo no me deja dormir. Y luego dice la abuela que conmigo tiene una cruz ¡ya, ya! ¡Yo sí que la tengo con ella! Es una miedosa. Le dan pánico los dragones, sargantanes o lagartijas y cuando tiene un cerca, pierde los papeles. A mi también me me dan miedo pero no es lo mismo, porque yo no guiso, solo como.

Esta mañana se ha sentado en la terraza a desayunar. Se estaba fresquito y se ha llevado a Pascualita para que disfrutara chapoteando en un barreño de plástico que ha puesto en el suelo, a su lado. Mientras leía el Diario le iba dando trocitos de pan tostado mojados en cola cao. Lo que ha pasado después ha sido culpa de Bárcenas.

Enfrascada en las noticias sobre el ex tesorero del PP, le ha dado el pan a la sirena, sin mirarla... pero una pequeña refriega, que venía del barreño, ha llamado su atención ¡Quién tenía el pan en la boca era un dragón y Pascualita, envidiosa, lo atacaba con sus dientecitos de tiburón dispuestos para partirlo en dos!

La abuela ha gritado, ha saltado, ha tirado la mesa, la silla y todo lo del desayuno, por los suelos. He salido corriendo pensando que la sirena había echo de las suyas y he visto un cuadro dantesco: Pascualita llevaba en la boca el rabo de la lagartija que no paraba de moverse. - ¡Suelta eso, asquerosa! - grité, confiando que el bicho me entendiera pero lo que hizo fue comérselo ¡Aaaaaaaaayyyyyyyyy Es como si estuviera viéndolo de nuevo!

Hemos estado enfermas toda la mañana. A Pascualita la he cogido con un colador ¡que asco! la he metido en su pila bautismal y he tirado el colador a la basura. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Qué ha pasado? - "Ahora no te lo puedo contar ¡Mira, mira, tengo los pelos de punta!" - ¿Ni que hubieseis visto un dragón? - "¡¡¡Calla, calla. Ni lo nombres!!!" - ¿¡No estará aquí!? - la vecina se ha alarmado. - Le ha contado lo que había pasado, sin nombrar a Pascualita - ¿Y quién se ha comido el rabo? - "¿Quién va a ser?... eeeeh... ¡Ay, no lo sé! La cuestión es que se lo han comido" - Hablando de comer... ¿Qué harás hoy? - "No estoy para nada después del susto... Haré lo primero que pille"

¡Potaje de garbanzos con todos su avíos! Solo de verlo se me caían unas gotas de sudor más gordas que una pelota de tenis... Pero estaba tan rico... y ahora estamos pagando las consecuencias. Se nos ha acabado la sal de frutas y le damos al bicarbonato, con chinchón, por supuesto... Todo sea por la salud.

sábado, 13 de julio de 2013

La abuela sigue yendo a la piscina. Dice que la motiva mucho hacer ejercicio y sobre todo, saber que si un día tiene algún percance, siempre habrá un tío bueno a mano, para hacerle el boca a boca. Yo temo que llegue ese momento porque pueden acusarla de pederasta.

La que no lo lleva tan bien es la Cotilla - ¿Si no puedo ir a nadar cómo voy a aprender? - "Hay más piscinas. Por cierto, hoy me he despistado y me he metido en el vestuario de los hombres ¡Fíjate!" - ¿Te han echo algo? - "No les ha dado tiempo porque he salido en seguida. He visto muchos traseros..." - ¡Ay, Señor! - "arrugados." - Vaya.

El calor de estos días tiene a la Cotilla desquiciada - Menos mal que cuando te cases comeremos con aire acondicionado. - "No sabía que los comedores sociales lo tuvieran" -  Hoy, cuando la vecina a venido a comer ha pasado una cosa inquietante. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Que calor, que calor, que calor! Vengo asfixiada. Ni en las iglesias se está fresquito porque las abren para que entren los turistas a hacer gasto y entra el calor. Tendré que quejarme al Obispo porque se están cargando mi negocio. Los extranjeros no echan dinero en los cepillos, compran rosarios y estampas en los tenderetes que ponen los curas ¿Qué dinero saco de allí? ¡Nada! Todo para ellos- "Para eso se ponen los tenderetes" - ¡Pero yo necesito una ayuda porque con la birria de pensión que me da el Gobierno, no me llega ni para pipas. - Pues se lo gastará en vicio porque, mire que se ahorra euros con nosotras. - Ahora no estamos hablando de eso ¡Y déjame, que tengo que refrescarme! - Ni corta ni perezosa, se ha ido al comedor y ha metido la cabeza ¡en la pila bautismal!

La abuela ha corrido a buscar el chinchón para el dolor y yo a buscar el guante de acero para arrancar a la sirena de las carnes de la Cotilla pero, no ha pasado nada. Ha sacado la cabeza chorreando y pidiendo una toalla. Mientras se secaba he inspeccionado la pila y allí no había nadie. La abuela y yo nos hemos quedado en blanco. - "¿Dónde está?" - me ha preguntado con un gesto. Por más que ha mirado, no la he encontrado. La ventana, abierta, me ha echo pensar si Pascualita habría saltado a la calle pero... ¡imposible! ¿Entonces?

Nos hemos sentado a comer, sin hambre nosotras - ¿No estáis bien? Si no lo queréis ya me lo comeré yo y lo que sobre lo guardaré para esta noche... ¿Qué hay de postre?... ¿Tengo que ir yo a buscarlo? ¡Vaya modo de tratar a una invitada! - Desde la cocina, gritó - ¿Saco la sandía? - Y luego gritó más fuerte - ¡¡¡Aaaaaaaayyyyyyyyyyy!!! - ¡Pascualita! - gritamos la abuela y yo. Efectivamente. Allí estaba la sirena, agarrada con fuerza a la nariz de la vecina.

Mientras la Cotilla dormía la mona, con la cara hinchadísima, la abuela y yo mimábamos a Pascualita. Por lo visto, esta mañana, con las prisas por irse a la piscina, la abuela no se dio cuenta de que, al meter la compra en la nevera, la metía también a ella. La pobre se ha constipado con tanto frío pero las gotas de chinchón que le suministra la abuela le están devolviendo su asqueroso color de ahogada.

 

viernes, 12 de julio de 2013

Primer día de piscina.

Cuando las cosas se tuercen es muy difícil enderezarlas. ¡Jopé! A punto hemos estado de librarnos de la Cotilla y al final, no ha podido ser... aunque no desespero.

Cuando fueron a la piscina y vio que la abuela se lanzaba al agua, ella no lo dudó y aunque no se tiró de cabeza, se metió tan tranquila... pensando que hacía pie porque, como muy bien dijo, no había aprendido a nadar. Tuvo el reflejo de engancharse a la pared y allí quedó, aplastada contra ella como una lapa.

En la calle de al lado nadaban unas mujeres mayores ayudadas por churros y tablas. Ahí vio su salvación y cuando quiso pedirle a la abuela que le trajera una de aquellas cosas, su amiga ya estaba en el lado opuesto de la piscina. Sobreponiéndose al miedo, avanzó agarrada a la pared y en cuanto tuvo a una de aquellas bañístas primerizas a mano, le hundió la cabeza en el agua, se quedó con la tabla que llevaba y se alejó del lugar "del crimen" pataleando.

Se armó la marimorena porque la pobre señora había bebido agua y sufrido un ataque de pánico. La abuela, que iba y venía haciendo piscina tras piscina, no se enteraba de nada hasta que se cruzó con su amiga y ésta se colgó de su cuello. Entonces todo fueron patadas, chapoteos, manotazos y agüadillas hasta que el salvavidas saltó a por ellas. Luego tuvo que saltar otro para separar a la Cotilla del primero hasta que le dieron un puñetazo en la barbilla y la dejaron k.o.

- ¡Ay, ay, ay... ¡Que bueno está el jodío! ¡Es mío, es mío! ¡A éste no me lo quitarás! - Asustados ante este delirio, los responsables de la piscina quisieron llamar a una ambulancia pero la abuela no lo permitió - "Se le pasará en seguida. Ya verán... No te lo quito, mujer. Es todo para ti" - Todo esto me lo contó luego la abuela porque yo llegué cuando la Cotilla, milagrosamente, volvía en sí y agarraba del bañador al cachas que estaba a su lado.

La Dirección me preguntó si yo era responsable de ambas y dije que solo respondía por mi abuela... según lo que hubiera echo, que tampoco me gusta a mi comprometerme. Parece que no me creyeron porque me aconsejaron que la Cotilla no volviera a poner los pies allí. Mientras discutíamos, la vecina corría por el borde de la piscina tras el pobre  salvavidas, mientras la abuela se le insinuaba al otro. Entonces la Cotilla resbaló y cayó de cabeza en la parte más profunda... y se quedó en el fondo - ¡Gracias, Dios mío! - dije para mí. Los chicos se miraron entre ellos, dudando si lanzarse al agua o no. Por otro lado, la vieja a la que la vecina le había arrebatado la tabla con malas artes, aplaudía, gritando ¡Castigo de Dios, castigo de Dios! Finalmente, uno de los responsables dijo que la sacaran antes de que llegara Sanidad y les hiciera vaciar y limpiar la piscina. Me sentí fatal.Oportunidades así no pasan todos los días.

Ahora la tengo delante, en la mesa, comiendo un plato de lentejas a dos carrillos, como si no tuviera bastante  con el agua que ha bebido.

jueves, 11 de julio de 2013

Novedad.

¡¡¡Por fin solas!!! Que alivio volver a la normalidad. A mi futura bisabuela le caían unos lagrimones como puños cuando se fue. Su hijo vino a buscarla y le costó sudores llevarla hasta el coche. La mujer se resistía como gato panza arriba - ¡No me separes de mi bisnietaaaaaaaaaa! - Pero, mamá, por Dios ¿no ves que estás dando un espectáculo? Además, esa chica no es nada tuyo. - ¡Pero lo seraaaaaaaaa! ¡Déjameeeeeee! ¡Mal hijo!. - Como las cosas se estaban poniendo feas, me acerqué para consolarla y decirle que iría a visitarla pero que, ahora, tenía que irse. - ¿Vendrás? - Se lo prometo - ¿Y traerás chinchón? - ¡¡¡Mamá!!! ¿Qué le has echo a mi madre? (se encaró Andresito con la abuela) - "Nada que no quisiera. Claro que te traeremos chinchón" - ¡Ni hablar del peluquín! ¿No ves que es muy mayor? - "El que no lo ve eres tú ¡Déjala que disfrute que tiene edad para eso y más!"

A este paso no habrá boda y me sabría mal porque empieza a gustarme ser bisnieta. Esto no puedo decirlo porque la abuela me echaría en cara mi poca cooperación para que ella tenga uno, después del tiempo que hace que  me lo pide.

Ha venido de la compra con una novedad - "Me he apuntado a natación" - ¿Y te dará tiempo de hacer la comida en condiciones? - "A mi me da tiempo a todo, no como a otrasssss" (dijo arrastrando las eses y acusándome con la mirada) - ¿Sabes nadar? - "Cuando era jovencita me enseñó un novio que tuve. Matábamos dos pájaros de un tiro, aprendía a nadar y nos metíamos mano con disimulo. En aquellos años era un arte engañar a las madres, abuelas y carabinas que rondaban al rededor" - ¿Cuántos años tenía el mozo? - "Diez" - ¡¿Y tú?! - "Siete"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estás lista? - ¿La Cotilla también va? - Claro. Para una cosa que aún es gratis para los jubilados, hay que aprovecharlo. - ¿Usted también tenía un novio que la enseñaba a nadar? - ¡Me lo quitó tu abuela! por eso no sé. - No quise preguntar más... Bueno, sí, una cosa muy importante que se me había olvidado y tuve que preguntarlo a la abuela a gritos desde el balcón - ¡¿Has dejado la comida echa?! - No lo puedo jurar pero... creo que me ha echo un corte de mangas.


miércoles, 10 de julio de 2013

El señor Li ha venido cargado de bolsas de su restaurante. Menos mal porque mi comida, además de aburrida, no es muy comestible. Así que le hemos echo una fiesta cuando ha entrado en casa y en un santiamén hemos acabado con sus menús.

Le ha extrañado porque no era mediodía pero, por otro lado, se ha sentido muy alagado con nuestras exclamaciones: - "¡Que bueno!" - ¡Que rico! - ¡Fantástico! - ¡No he comido nada igual! - Quizás por eso se ha decidido a pedirle un "glan favor" a la abuela - Me gustalía pedil algo - "¿Qué puedo hacer por usted?" - Dalme dilección de su suministladol de gambas goldas" - "¿Eh?... Pues, suelo comprarlas en las pescaderías del mercado..." - No, no, no. Esas no... Unas especiales que, a veces, tenel usted en esta casa.

La Momia, que no sabía de qué hablaba y le preguntó a la Cotilla - Este hombre está equivocado. No es una gamba. Yo misma la he visto varias veces ¡y da miedo! (la vecina se santiguó) Es el alma en pena del anterior marido de su futura nuera pero como el señor Li tiene otra cultura, no se entera. Cada vez que la ve se la quiere comer. - ¿A alma en pena? ¡Que horror! - Si, es un horror porque ella se enfada y ataca al primero que pilla, que suele ser a mí (volvió a santiguarse) Pero el chino sigue está empeñado en comérsela.

Esto me dio una idea y fui a por Pascualita. La sirena dormía a pierna suelta entre las algas del fondo, así que me puse el guante de acero y la cogí con brusquedad. Los ojos de pez cobraron vida y me taladraron mientras sus dientes de clavaban con fuerza en el guante de carnicero.

Al entrar en el comedor, la abuela y el señor Li seguían porfiando y estaban a punto de perder las formas. - Yo sel amable y tlael comida y usted no decil lo que yo quelel sabel - "¡Pero si no hay más gambas que las de las pescaderías. Tanto si son gordas como si no. Jopé con el chino, es que no se entera! - ¿Es que sel mistelio? - "¡Qué misterio, ni que narices! ¿Se lo digo en arameo o qué?" - Mi futura nuera sabe arameo (preguntó, maravillada, la Momia) - Arameo y lo que haga falta. ¡No sabe nada, la tía! Se llevan una joya, señora... es mi amiga y no me gustaría perderla ¿verdad que podré venir a comer a su casa algunos días? - ¡Cada vez que quiera! Faltaría más, mujer. - Entonces la Cotilla chilló y me señaló. Todos se volvieron hacia mí - ¡El alma en pena! gritó la vecina, asustada al ver a Pascualita en mi mano. - ¡Gamba golda! dijo el señor Li al tiempo que se avalanzaba sobre mi para cogerla. Entonces se la tiré con fuerza y Pascualita acabó agarrada con los dientes y su rabia, a la naríz del chino ¡Y se armó el jaleo!

Más tarde, mientras el señor Li dormía después de haberse bebido casi una botella de chinchón para calmar el dolor y dejar en el olvido lo que había pasado, nosotras saboreábamos un café y unas copas. Las enfermas ya solo tenían cuento. Es verdad que aún se arrancaban pellejos quemados unas a otras pero ya estaban bien. La Momia sentía tener que dejarnos - Lo he pasado muy bien aquí... ¡Si hasta tenéis un alma en pena! Y yo, con mi dinero, no tengo ninguna. (volviéndose a la abuela la consoló) El mundo está mal repartido, tu deseas un bisnieto y no lo tienes, yo deseo un alma en pena y no lo tengo. Al final todo se reduce en que debemos conformarnos con lo que nos ha tocado en suerte.


martes, 9 de julio de 2013

¡Me ha tocado "la lotería"! Han dado de alta a la abuela y a sus compañeras y ahora están las tres en casa, convalecientes. ¡Me han tomado por el pito del sereno!

He pasado la noche fuera... ay, no sé si contarlo... Vale. He estado con el Médico. No lo digo por dar envidia a nadie... o sí... jejejejeje. La cuestión es que no me apetecía estar sola y le llamé. Ha sido una noche increíble... Él tenía guardia en el hospital, junto con dos enfermeras muy agradables. Afortunadamente, los pacientes no han dado la lata y hemos podido jugar a nuestras anchas... ¡unas partidas de parchís a muerte! y celebrábamos las fichas comidas con una copa del chinchón que llevé yo. Lo que nos hemos reído. He llegado a casa a las 7 de la mañana, con media cogorza y mucho sueño. Por eso no me acordé de que Pascualita había caído detrás del aparador. Pero, cuando me he despertado, ha sido lo primero que me ha venido a la mente.

Me he puesto a cuatro patas buscándola y no la encontraba hasta que me ha dado por mirar bajo las algas de la pila bautismal y allí estaba, tan pancha, durmiendo como un lirón. Y así me han encontrado la abuela y sus amigas que han llegado acompañadas de Andresito.

- ¿Y ésta es la que nos tiene que cuidar? - ha protestado la Cotilla. Me he levantado de un salto. Ha sido más el susto por el comentario de la vecina que por pillarme desprevenida. Ante mi tenía tres momias chamuscadas, con la piel cayéndose a tiras y las pelambreras de colores. ¡Que pesadilla! Hasta Pepe ha rodado por la mesa hasta caer al suelo... A veces creo que ésta cabeza tiene vida propia.

- "Puedes estar contenta. A tu "bisabuela" le hace mucha ilusión que la cuides tú" - Noté un puntito de guasa en la voz de la abuela. He tenido que pedir unos días de vacaciones en el trabajo con todo el dolor de mi corazón y arriesgándome a que me echen a la calle.

Las tres enfermas han sentado sus reales en la salita, frente a la tele que se oye de una parte a otra de la casa porque, aunque no lo reconocen, están sordas como tapias.  Y se parten de risa con el caso de los Papeles de Bárcenas (la Cotilla, al principio, puso mala cara pero como las puyas caen sobre otros, está encantada) - "Jajajajaja ¡Se coge antes a un mentiroso que a un cojo!" - Pero éstos no cojean. - "¡Por eso los están pillando!" - ¡Mirad, mirad! Dicen: yo no he sido, señorita jajajajaja - ¡Niña. que estamos secas! traenos algo de beber... - ¡¿Agua?! - ¡Que cruz tienes con ésta nieta jodía! - Pues a mi me encanta mi bisnieta. - "Que rabia. Llegas la última y encuentras una bisnieta, aunque sea esa. En cambio, yo llevo años pidiendo uno y no hay manera"

lunes, 8 de julio de 2013

Las cosas siguen igual por casa. Los únicos que estamos bien somo Pepe y yo. Me entretengo hablándole. Tiene el inconveniente de no contestar pero así evito discusiones. ¡Ay! se nota que me voy haciendo mayor porque, cada vez, me gusta menos meterme en berengenales.

Ni el agua de su pila bautismal alivia a Pascualita. Le han salido pequeñas ampollas en las quemaduras y ahora, en lugar de parecer una sardina, parece un sapo. ¡Que fea está la jodía! Y yo que creía que ya no podía serlo más. Estaba muy equivocada. Le he echo fotos porque, si se muere, pienso mandarlas a National Geografic para que me den una pasta. ¡Menuda exclusiva mundial!

Al final he ido a la clínica porque me han obligado. La abuela solo pregunta por "eso" He metido la botella de chinchón ("eso") en el bolso y al abrir la puerta para irme me he encontrado con el señor Li. Venía preocupado porque se había enterado de lo de la abuela. A pesar de verme con las llaves en la mano, hizo caso omiso y me empujó para que entráramos. Traía unos remedios chinos - No sel cuento chino. Esto culal quemadulas sol - Mire, señor Li. Si viene con guarradas de bichos momificados y polvo de huesos de sus antepasados, ya puede coger los trastos y marcharse por donde ha venido. - ¡No sel de antepasados! Sel de Mandalín de hace 4.000 años. ¡Y no sel de huesos! son de colita Mandalín. - ¿La tranza esa tan larga que llevaban antes los chinos? - No. Tlenza, no. Colita... ¿entendel? ... ¡Colita!

Mientras hablábamos, llegamos a la cocina donde él quería preparar unos mejunjes ¡Y la vio! - ¡¡¡Oooooooohhhhhhhhhhhhh!!! (dijo y abrió los ojos, todo lo que un chino puede abrirlos) ¡¡¡Sel gamba riquísima!!! - Pascualita, seguía roja como una amapola, tumbada sobre una toalla y envuelta en gasa y con poco poder de reacción, por eso no sacó los dientes de tiburón a pasear cuando el Señor Li (que cuando ve gambas pierde la educación y la vergüenza) la cogió por la cola, abrió la boca y faltó el canto de un duro para que se la tragara con gasa y todo. Menos mal que le di un manotazo al bicho. Salió despedida y cayó tras el aparador. Cosa que no vio el señor Li, que seguía sorprendido de mi actitud. Sin pronunciar palabra señalé el balcón abierto  y él salió como alma que lleva el diablo, a por la gamba que creía caída en la acera.

También yo corrí. Y para no perder tiempo en tonterías, metí la pila bautismal debajo del aparador esperando que la sirena tuviese el raciocinio de meterse dentro. Y bajé de tres en tres los escalones. En la acera encontré al chino buscando, minuciosamente, a "su" gamba. Me escabullí por la esquina.

En la clínica fui recibida con indiferencia hasta que saqué la botella de chinchón. - "Veréis que pronto nos pondremos buenas" - comentó a sus compañeras. Entre los pelos estrafalarios y las caras quemadas,  parecían viejos galápagos centenarios languideciendo en la cama entre ayes... que se trocaron en risas después de unos cuantos lingotazos. Así las dejé, aunque les recomendé que no echaran el aliento a la enfermera.

domingo, 7 de julio de 2013

Un día de playa.

Toda la casa huele a vinagre ¡menuda ensalada me ha tocado! A la abuela no se le ha ocurrido otra cosa que ir a la playa, a la una del mediodía, con Pascualita y la Momia. Se ha llevado una ensaladilla, una bota de vino y una caja de bombones de chocolate. Y aunque me he desgañitado diciéndole que no era el mejor menú para comer bajo un sol abrasador, me ha echo el mismo caso de siempre: ninguno.

Antes de subir al autobús se les ha añadido la Cotilla. Llevaba un taper con gambas cocidas que había recogido del contenedor del súper. Todo el barrio se ha enterado, porque lo ha dicho a voces para que sepamos que ella también come gambas a pesar de la birria de jubilación que le pagan.

Han vuelto a las ocho en un taxi y ahora el taxista me reclama la limpieza de la tapicería o me denunciará al juez Castro y se me va a caer el pelo.

 Rojas como tomates, ardiendo de insolación, con los labios abultados y temblando de frío... y con una salmonelosis que me tiene atufada todo la casa. Andresito y el Médico han venido en cuanto les he llamado... Me parece que a este paso, la abuela no se casa porque tiene a su novio con el alma en vilo a cuanta de su pobre madre, la Momia. Pero la tía es fuerte. A mi me da que los enterrará a todos antes de irse al otro mundo.

Mientras esperamos a la ambulancia, no paro de poner paños mojados en vinagre a las tres. Lo último que me ha dicho la Cotilla es que acompañe el vinagre con tomate, aceite y un poco de pan ¡Ni muriéndose se le va el hambre!. Pero este panorama aún es peor: la sirena está como una gamba a la plancha. Como si le hubiesen dado vuelta y vuelta en la parrilla. Lo malo es que, mientras toda ésta tropa esté en casa, no puedo hacer nada por ella. De momento está envuelta en un paño con vinagre y acostada sobre una toalla en la mesa de la cocina.

El Médico ha dado un respingo cuando la ha visto - ¿Qué es esto? - Una pequeña momia que me han traído de Egipto unos amigos que han estado allí. - ¿Que asco, no? ¿Y que clase de animal es? - Una lombriz de tierra que tiene 4.000 años. - Ya te podrían haber traído algo más bonito. - Que poca sensibilidad tienes con las antigüedades, hijo.

Al final se han ido y espero que se tiren unos días en el hospital. Ya nos veremos cuando vuelvan porque no pienso ir para que me tengan de recadera. La Cotilla y la Momia han discutido a cuenta de uno de los médicos. Las dos querían que las atendiera el guaperas. A la abuela le he visto la intención de sumarse a la petición pero, como estaba Andresito delante, con cara de pocos amigos, lo ha dejado correr.

Esta noche mi casa será como un faro que llama a los ladrones. La tendré abierta de par en par. ¡Menudos aromas! mientras, me pondré cómoda y tomaré las copitas de chinchón que no se han podido tomar la abuela, la Cotilla y la Momia... y si no las quiere, también las gotitas que suele tomar Pascualita. ¡Bendita tranquilidad!

sábado, 6 de julio de 2013

La Momia.

- "¡No puedo salir a la calle por culpa de la dichosa Cotilla! La gente me señala y se ríe" - Será por tu nuevo look. - "¿Qué tiene de malo?... Es por lo que ha ido contando de mí ¡Todo son mentiras!" - Pero si nos lo contaste tú... - "Me gusta exagerar" - ¿Cómo está tu novio? jejejejeje - "Sigue deshinchándose... ¿y esas risitas?"

A media mañana, la abuela se ha ido "a hacer un recado" y se ha llevado a Pascualita en el termo de los chinos., Poco después ha vuelto con la Momia colgada de su brazo. La mujer venía feliz, por eso pensé que su hija estaba mucho mejor - Bueno, eso no lo sé porque siempre ha sido un quejica. Luego iremos a verlo - ¿Aún no ha ido? - No pienso hacerlo mientras me siga dando la risa.

Hay que reconocer que la Cotilla le echa valor a la vida porque, después de la faena que le hizo a la abuela, ha venido a comer - ¿Que tendrá que ver la velocidad con el tocino? ... ¿Que has echo hoy? - "Arroz a la cubana" - ¡Pónme dos platos! - ¡Y a mí otros dos! - saltó la Momia - y cuatro huevos fritos. - Ay, Dios mío, que no le de el patatús en mi casa a ésta mujer... ¿No serán muchos huevos para su edad? - ¿Qué quiere decir tú nieta? ¿Qué soy vieja? ¡Anda y que te den... - "Boba de Coria" (la ayudó mi abuela) - boba de Coria. - Estoy cansada de decirlo (apostilló la Cotilla) ¡que cruz tiene con ella!

Después de haber sido puesta a caldo y de habernos comido hasta el último grano de arroz ¡de prisa por si me quedaba sin! he podido relajarme frente al televisor con el café y el chinchón. Pero entonces la abuela se levantó y volvió con el dichoso broche, con Pascualita y su pelambrera, bandera-alemana, al viento. - "Mira, mamá (la Cotilla y yo abrimos los ojos como platos ¿la abuela llamaba "mamá" a la Momia? jijijijijijiji) ponte este broche en el vestido. Verás que elegante te verá tu hijo" - ¡Ni hablar de llevarse el broche! - y se lo arranqué de las manos - ¡Se queda en casa! - (saltó la Cotilla) ¡Eres una egoísta! Deja que tu bisabuela lo lleve (¿bisabuela?) - ¡He dicho que no! - En el forcejeo, Pascualita salió disparada y fue a caer en la copa de chinchón que la Cotilla acababa de rellenar y que yo le tiré al suelo de un manotazo, con el consiguiente porrazo de la sirena. La cogí y la tiré, desde la puerta del comedor  a la pila bautismal mientras en la salita se había montado un guirigay. De repente sentí pena por Pascualita. La pobre se había llevado unos buenos coscorrones sin tener ninguna culpa. Me acerqué a la pila para ver cómo estaba y en cuanto asomé la cabeza, un chorrito de agua envenenada me entró en el ojo. Y la Momia pudo ver, en vivo y en directo, la danza y los gritos que lo preceden ¡Maldita sirena! Lo único que evitó que vaciara la pila románica por la ventana fueron los aplausos de la Momia y el pellizco que me dio la abuela. Aún no he podido sentarme.

viernes, 5 de julio de 2013

Cosas que pasan.

La abuela está en un ¡Ay! Lleva toda la mañana quejándose, suspirando apesadumbrada y un poco asustada. Y aunque he intentado escuchar la conversación que ha tenido con Pascualita, lo único que he sacado en claro es que no puede contarle según que cosas porque es muy joven.

Siempre da por echo que la sirena es una quince añera pero, cualquiera sabe, ¿quién dice que no tiene 200 años? No sabemos nada de su especie: ni como nacen, ni cuanto viven, nada. Estoy segura de qué sabe más cosas de la vida..., acuática desde luego, que la misma abuela. Así que, gracias a sus remilgos, no me he enterado de lo que puede haberle pasado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Que cosas trae el Diario. Por ejemplo, alguien que fue mucho y ahora no es nada, se queja de que la justicia la trata como hacía la Inquisición. Y una de dos, o llevaba media botella de chinchón en el cuerpo o la han atado al potro, han dado vueltas a la rueda y ahora tiene los brazos y las piernas más largos que antes. O le han puesto un embudo en la boca y la han llenado de agua como un odre, o... - ¡Calle, ya, agonía! ¿Cómo le van a hacer eso? - ¡Oye, ahí lo pone bien claro!... ¿Y lo del otro? jajajajajajajaja ¡pa mear y no echar gota! jajajajajajaja - "No sé dónde le ves la gracia" - ha cortado la abuela - Pero si aún no he dicho nada. - "Pues déjalo correr... ¡Poned la mesa, que es tarde!"

- ¿A qué vienen esas prisas? - "Tengo que hacer un recado" - ¿A que vas al Funeral? ¿Tenéis fiesta de verano? - Algo rato pasaba y no nos lo quería decir. Pero, tanto la Cotilla como yo somos como esas moscas cojoneras que no paran de molestar hasta que logramos nuestro objetivo. Y la abuela cantó:

- "Andresito está ingresado... Habíamos leído lo de la Inquisición y nos pusimos a mil..." - ¡Jopé! - "Decidimos jugar a inquisidores y reos. El reo era él" - ¿No lo habrás quemado en la hoguera? - "Pues no sé que es peor... Se tomó dos partillitas azules... " - ¡Lo ha matado! - "Y lo torturé" - ¡¡¡Abuela!!! - "Cogí una pulsera de oro macizo de su madre y ...se la puse allí..." - ¿Dónde? - "Hice un... ramillete con todo... " - ¿Un ramillete de qué? - "Nos reímos mucho hasta que... hasta que se hinchó, más y más" - ¿De qué habla? -  "Llorábamos de risa, bueno, él, de risa no...  entonces me enfadé por no saber aceptar una broma" - Hiciste bien, ¡mira que enfadarse porque se hinche un globo! - "En la clínica no pudieron hacer nada y vinieron los bomberos" - ¡¡¡¿Qué pintan aquí los bomberos?!!! jajajajajaja ¡Estabais en un tiovivo, como el chiste de Eugenio! - "Desde fuera oía los gritos de Andresito y el ruido de la radial cortando la... dichosa pulsera... ¡Salían chispas!" - ¡Que borrachera tan tonta tiene tu abuela jajajajajajaja! - ¡Para, para, que ya me duele todo de tanto reir! jajajajajajaja.

De repente, la Cotilla se puso seria. - Un momento... Esto es lo que he leído en el Diario... ¿No me digas que eras tú?... y ¡Andresito! jajajajajajaja ¡Me voy! ¡¡¡Esto tengo que contarlo!!! - No pude detenerla, tal como me ordenó la abuela con el expresivo gesto de ¡córtale el cuello! Hay que ver cómo corre la vecina cuando tiene algo sabroso entre manos.

jueves, 4 de julio de 2013

Viaje de aventuras.

Hay un poco de alboroto en casa por las cosas que están ocurriendo en Egipto, que ya me contarán qué tendrán que ver con nosotros pero la abuela está en un sin vivir y continuamente recuerda a Santa Teresa: - "Vivo sin vivir en mí..." - Menos mal que a Pascualita se lo cuenta todo y yo solo tengo que poner la oreja junto a la puerta de la cocina... digo yo de comprarme una de plástico y dejarla allí y así me entero de lo que hablan cuando no estoy. Iré a ver al señor Li para ver si tiene algo así en su tienda.

Mientras desayunaban, la abuela le contaba cosas a la sirena - "Tengo a Andresito medio convencido... Es que, ahora mismo, los viajes son mucho más baratos con el jaleo que tienen montado pero tengo un novio taaaaannnn pusilamine que me pone de los nervios. Por lo visto quiere que hagamos un viaje de Luna de Miel que tenga aventuras como nadar entre tiburones, ¡ya ves tú que tontería! Si cree que voy a meterme en el agua con esos bichos rondando por ahí, lo tiene claro. Que lo haga él, si quiere pero no antes de haber firmado un testamento que me haga heredera universal de todos sus bienes... No me extraña que te comas a los machos de pescado que te traemos, todos están cortados por el mismo patrón ¡¿Pero qué más aventura hay que meterse en medio de una revolución?! ... No, tampoco le acompañaría. Yo iría a ver las pirámides pero, eso sí, llevándome en el sostén el testamento firmado... Ahora que lo pienso... no sé si será una buena idea guardarlo allí porque... si me quieren violar... y según como esté el egipcio... Bueno, ya lo pensaré. ¡Pero no se decide el paniaguado de Andresito! ¿Y sabes por qué? jajajajajajajaja Te vas a reír cuando te lo diga ¡Tiene miedo de que lo violen a él! Ya le he dicho que, en estos casos, lo mejor es llevar los calzoncillos limpios"

No me ha quedado más remedio que entrar a desayunar porque, alguien tiene que ir a trabajar para mantener la casa. Estaba tomando mi cola cao y pan tostado con aceite, cuando algo ha saltado dentro de la taza y me ha puesto perdida. - "¿Qué has hecho, loca? (la "loca" era yo) ¿Cómo se te ocurre poner la leche tan caliente?" - Y mientras hablaba ha tirado el cola cao al fregadero y ha puesto algo entre sus manos. - ¿De qué tengo yo la culpa? ¡Me he quedado sin desayuno y aún no sé porqué! - "¡Has quemado a Pascualita!" - Como una centella, la sirena saltó de su mano y vino a caer junto a la mía que retiré, rápidamente, por precaución . ¡¡¡Esto qué es!!! - grité fuera de mi. Un duende maligno, con el pelo-algas teñido con los colores de la bandera alemana, reptaba hacia mi con la boca abierta de par en par y los dientes de tiburón dispuestos a morder. Me levanté, un segundo antes de que ella saltara sobre mí, por eso se dio un buen morrón contra el suelo. La abuela gritaba - ¡¡¡No se ha matado de milagro!!! ¿Tanto te cuesta que te muerda un poco? ¡Que cruz tengo contigo!

- !Avemariapurísimaaaaaa! ¿Qué te ha echo tu nieta? ¡Jopé! ¿qué tienes ahí? - "Nada. Es la pieza de mi broche..." - ¿Y esa bandera? ¿No me digas que es para hacerle la pelota a la Merkel?... Quien te ha visto y quien te ve? Te vendes a los capitalistas por un plato de lentejas... -  "Con chorizo" - Bueno... visto así... ¿Qué comemos hoy? - "Salchichas de Frankfurt, patatas hervidas y col agria" - ¡Puag! ¿lo dices en serio?... Pues me voy al comedor social a comer como Dios manda. - Allí he ido yo también pero, el café y el chinchón lo hemos tomado en casa mientras ¿mirábamos? el Tour espatarradas en las butacas y dejándonos llevar por el sopor de la siesta.
 

miércoles, 3 de julio de 2013

Cambio de imagen.

Esta mañana, la abuela y la Cotilla, me han dado un susto de muerte. Al llegar a casa, con un hambre canina,  no había nadie, ni Pacualita, pero he dejado de preocuparme (es un decir) cuando he visto que había dejado la comida preparada. No he querido esperarlas porque, más vale pájaro en mano que ciento volando. Es la única manera de poder comer a mis anchas, sin el agobio de la vecina que come más de prisa que yo y suelo quedarme a medias. Tres platos de fabada me he comido... y ahora noto una pesadez en el estómago y mucho calor. No sé de qué será.  

Estaba tan entretenida comiendo y contándole mis cosas a Pepe cuando dos seres salidos del mismísimo Infierno, han entrado en el comedor hablando a gritos. - ¡Vade retro! - he gritado, horrorizada antes de darme cuenta de que eran la abuela y la Cotilla. Venían de la peluquería, de cambiar su imagen me han dicho. La abuela se ha puesto extensiones tipo Bo Derek en la película La mujer 10 y se ha teñido el pelo tan rojo que parece que lleva una llamarada en la cabeza. Las trenzas, cada uno de un color a cual más fosfi, dañan la vista. Le han dejado un flequillo que le cubre toda la frente, tan negro como un cuervo. 

La Cotilla no se ha quedado atrás y la han teñido de verde después que la peluquera le dejase las tijeras a un loco porque lleva trasquilones de cuatro dedos. Y hasta que no me he puesto de pie no he visto que lleva rapado el centro de la cabeza y los pelos de al rededor son como una empalizada amarilla, naranja, rosa y lila. Vamos, que un poco más y me da un corte de digestión.

Mientras comían y se quejaban de que les había dejado poco potaje, he sabido que la peluquería les ha salido gratis porque han echo de modelos y de paso han cogido ideas para el día de la boda - Como te presentes así ante Andresito, echa a correr y no lo vuelves a ver. - "Pues tendrá que ir acostumbrándose a estas moderneces porque su madre, a la que hemos ido a ver, quiere hacerse algo así" - ¡¿La Momia?! - "Sí, hija. A pesar de sus años, mi suegra es una mujer de éste tiempo"

Mientras ellas tomaban el café y yo bicarbonato, llamó Andresito para prohibirle, tajantemente, a la abuela que llevara a su madre a la peluquería. Cuando colgó estaba furiosa - "¿Pero con qué ser antidiluviano voy a casarme yo? ¿Quién es él para prohibir nada? ... Éste aún no sabe cómo me las gasto jejejejeje" - Esa risa no dice nada bueno (dijo la Cotilla levantando una ceja) ¿Brindamos por algo? - "Ya lo creo que brindamos: ¡para que Andresito entre, por fin, en el siglo XXI!" jajajajajajaja... - Miedo me da la abuela.

martes, 2 de julio de 2013

Análisis.

Esta mañana la abuela me ha acompañado al ambulatorio, no sin antes ponerme de vuelta y media porque le tengo pánico a las agujas y tenían que hacerme un análisis de sangre.

Me ha despertado a las 6 de la mañana - ¿Para qué tan pronto? - "Como tienes que ir en ayunas, así no soñarás con comida" - Abuela, no soñaba nada pero ahora no podré parar de pensar en que tengo hambre. - "Eres el espíritu de la contradicción" - Me ha dejado con la palabra en la boca, absolutamente despierta y oliendo al café que acababa de hacerse.

Al entrar en la cocina le he oído hablar con Pascualita - "¡Es una miedosa! Si solo será un pinchacito de nada, ni tú te enterarías... Como va a encontrar novio así... ¿No podrías tu hacer un esfuerzo y no comerte al pez que te traiga? Si no es humano por lo menos será original ¡pero yo quiero un bisnieto!" - Abuela ¿por qué me martirizas? No podrías desayunar cola cao por un día, es que el café huele que alimenta ... No voy a poder aguantar sin comer hasta las ocho. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Mirad lo que traigo para desayunar. Donuts recién cogidos del contenedor que hay en frente del supermercado... Bueno, los recogí ayer noche y pensé en dejarlos para desayunar hoy. Aún están blanditos... ¿Qué le pasa a tu nieta. Se ha tragado un palo? ¡Menuda cara! - ¡Cara la que usted tiene! ¿Es que no sabe que tengo que estar en ayunas hasta que me saquen sangre? - ¡Uy! se me había olvidado... ooooooh, que pena...

La abuela y la Cotilla hicieron un mano a mano y acabaron con los donuts en un abrir y cerrar de ojos, luego me miraron con pena - No me gustaría estar en tu pellejo. - ¿Qué pasa ahora? - "Dentro de poco serás como esas víctimas de los vampiros cuando les chupan la vena y se quedan sin color en la cara..." - Abuelaaaa - Pero lo tuyo es peor porque verás cuánta te sacan. Llenarán tubitos y más tubitos hasta que sientas que las piernas te flojean... - Cotillaaaaaaaa - "Sentiré que no puedas venir a mi boda" - ¿Por qué no voy a ir? - "Si te quedas sin sangre... Eso sí, sabrás si tienes o no, colesterol, o azúcar, o... " - ¡¡¡BASTA!!! Renuncio. Ahora mismo me tomo un café con leche y unas galletas. - "Eso no te lo crees ni tú. Demuestra que eres una mujer echa y derecha  y aguanta el hambre y el miedo como una javata" - ¡He dicho que no voy y no voy! - "¿A qué te arreo un pescozón?" - Voy a ver la tele. - "A éstas horas no dan nada bueno. Y no vayas a dormirte porque se te podría escapar el pipí y también tienes que llevarlo" - Abuela ¿crees que soy tonta? - "Estoy convencida de ello"

Lo peor fue que cuando me tocó el turno de entrar para el análisis. Me desmayé y me di un buen cabezazo contra el suelo. Al volver en sí, la abuela estaba a mi lado, con los ojos arrasados en llanto... de aguantarse la risa delante de las enfermeras ¡Será jodía! Y encima me dio ánimos - "Hala, ahora que estás despierta te harán el trabajito" jejejejejeje... - Y entonces hice mi "número" habitual en esos trances. Me agarré con fuerza a la jamba de la puerta y llorando a lágrima viva, gritaba - ¡¡¡NO, POR FAVOR. NO POR FAVOOOOOOOOORRRRRRRRRRR!!! - Se que es ridículo pero, no lo puedo evitar.

lunes, 1 de julio de 2013

España 1, Alemania 0

La abuela está que no cabe en sí de alegría, a pesar de la bronca que se llevó de Andresito por el mal trato  que (según él) le dio a su amiga Corina ("¡Cómo puedes tener una amiga alemana que, encima, se llama Corina! Es mucha casualidad") replicó la abuela. Ahí le doy la razón. Y menos mal que la señora está fondona y con papada doble que si no se los carga a los dos y ahora tendríamos un problema diplomático entre Alemania y España.

- "Se ve que esta mujer es un pez gordo porque los alemanes han dado marcha atrás con lo de la siesta. Puedes dormir tranquila, Pascualita, que nadie te va a poner una multa" - Reconoce que la trataste mal. - "¿Quieres que lo reconozca? Vale, lo reconozco jejejejeje pero también reconozco que me quede más larga que ancha"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Le he contado al Municipal lo bien que lo pasamos ayer, sobre todo al darle el pescozón a la alemana. Lo que me pude reír! - "¡Ríe, ríe, que gracias a eso, los alemanes han dado marcha atrás y se podrá dormir la siesta como siempre" - ¡Que buenas somos! Lo hemos logrado... ¿te das cuenta? HE ganado a los alemanes. - "¿Perdona? ¿Cómo que le he has ganado?" - Es como cuando gana España en fútbol. Decimos Hemos ganando. - "¿Ah, sí? Pues si quieres ganar ¡¡¡TOMA!!!" - ¡Aaaaaayyyyyyyyyyyyy! ¿A qué viene eso? - "Alguien tiene que llevarse el pescozón que quiso devolvernos la amiga de Andresito" - ¿Por qué no lo hizo? - "Porque " algo"se lo impidió" - ¿El qué? (dijo la Cotilla mientras se rascaba la coronilla) - "Mi broche" - La vecina le echó una mirada y le dio un escalofrío. - ¡Mira que es feo! No me extraña que se asustara. - En aquel mismo momento, la sirena nos dedicaba una sonrisa y era la cosa más fea que ha parido madre.