viernes, 30 de junio de 2023

La Cotilla cambia de gurú.

 Sonó el teléfono. Era el marido de la abuela, Andresito, y parecía preocupado. - Desde que ha llegado de tu casa mi mujer no para quieta. ¿Qué le has hecho, nena? - Darle buenos consejos pero no los siguió. - Está muy nerviosa y tiene un humor de perros. ¿Seguro que no le has hecho nada?

- En el mercado de Pere Garau le tocaron la cartera... - ¡¿Le robaron?! - He dicho "tocaron" y no le gustó. Dile que te lo cuente y verás que risa.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Anda lo que pasó ayer en el mercado ¡Y me lo he perdido! Por lo visto alguien se lió con el mostrador del marisco... - Fue muy fuerte ¡pa mear y no echar gota! - ¿Estuviste? ¿Lo viste? - Sí, claro... bueno, tampoco es que estuviera en primera fila... - La Cotilla se crecía. - Si llego a estar allí hoy comeríamos langosta... ¿Tú cogiste algo? No sé para qué pregunto. Con solo verte la cara ya sé que no. - Es que, cuando llegué, ya había pasado todo... - ¡Que torpe eres, boba de Coria! Anda, vamos a abrir una lata de albóndigas con tomate para comer hoy. - Caducó ayer... - ¿Y?

Cuando desperté de la siesta, la Cotilla montaba un altar en la salita con tropecientas mil velas, velitas y velones aunque, ésta vez no había foto de su gurú sino de una hermosa centolla. - ¿Y ésto? (pregunté inocentemente) - Nos será más útil dedicarle el altar de los Amigos de lo Ajeno a éstos bichos que al gurú que, al fin y al cabo, no me ha repartido ni un euro de lo que dicen que se llevó. - Vale, pero las velas no se encienden

jueves, 29 de junio de 2023

Al mercado

Mientras Pascualita y yo desayunábamos unas magdalenas que trajo la Cotilla del contenedor del súper, llamó la abuela. - "Un día os dará algo" (dijo) - Pero si solo están un poco caducadas. Lo malo es que, si meto una dentro de la taza de cola cao se lo bebe todo, la jodía. - "¿La Cotilla?" - No, la magdalena.

La abuela quería ir al mercado de Pere Garau ¡con Pascualita! - No es buena idea (le dije) - "¿Yendo conmigo?" - Vale, vale. (cualquiera le lleva la contraria)

Poco después, Geoooorge aparcó el rolls royce en  la parada del bus y se armó la de San Quintín... como siempre.

Tuve una pequeña discusión con la abuela. Ella quería llevar a Pascualita en el broche - Saltará cuando menos te lo pienses. - "Conmigo, no" - Es más seguro el termo de los chinos... - "¡Que no!" -  Y salimos los cuatro camino del mercado.

Caminando entre los puestos de los payeses oi comentarios- ¿Has visto que broche más feo, Virtudes? - Horroroso. Y eso que lo lleva una millonetis. -  Pues tendrá millones pero el gusto, eligiendo joyas, ni lo tiene ni se le espera.

La sirena aguantó la compostura, aferrada al broche cual Nefertiti en su palanquin, hasta llegar a las pescaderías donde, impulsándose con su preciosa cola de sardina, se fue a por los cangrejos azules de uno de los puestos. ¡Menuda escabechina hizo! 

Luego siguió con todo lo que se le puso a tiro: langostas, almejas, bogavantes, cigalas... cualquier cosa que se moviera un poco. Y, por último, saltó a la cabeza del pobre pescadero dejándola monda y lironda antes de que yo pudiera cogerla y saliera por pies

Menos mal que la abuela llevaba la tarjeta Oro.

miércoles, 28 de junio de 2023

Casi la pillan.

La Cotilla ha vuelto de sus trapicheos asfixiada y sudorosa. - ¿Y esa pinta a qué viene? (pregunté por fastidiar) - He tenido que correr. Menos mal que al poco casi choco con Bedulio y me ha salvado la vida.

- Huy, que dramático suena esto. - Es que ya nada es como antes, cuando los curas eran orondos y les costaba trabajo correr. Sin embargo, ahora corren como liebres. - Eso quiere decir que la han pillado "limpiando" los cepillos de una iglesia ¿verdad? jejejejeje

- Que poca caridad cristiana tienen. ¿No ven la edad que tengo? ¿Que soy una pobre pensionista que no llega a fin de mes? - Como ahora los curas, además de hacer deporte también tienen internet, se habran enterado de que tiene usted un piso patera, el del 4º, alquilado a extranjeros ruidosos.

- ¡Calla, lengua larga, que pueden haber puesto micrófonos escondidos por ahí!

Con los nervios se le cayó la bolsa sin fondo que siempre lleva y en la que cabe de todo y montones de velas, velitas y velones, se esparcieron por el suelo. - ¡Ni se le ocurra montar un Altar a los Amigos de los Ajeno!

Mientras recogía "el botín incautado a la Iglesia" me contó que Bedulio tomó al cura perseguidor por un acosador sexual (este hombre cada día está peor de la cabeza) y lo puso en posición de firmes mientras le cantaba las cuarenta.

martes, 27 de junio de 2023

Encima que he hecho un favor...

- ¡Socorro, socorrooooo! - gritaba la cristalera. Un vendaval se había levantado y amenazaba con hacer un estropicio en los cristales si lograba cerrar de golpe la puerta del balcón.

- ¿De dónde ha salido este viento? (pregunté al alimòn) - Nadie contestó porque el vendaval cerraba sus bocas, incluso la inexistente de mi primer abuelito. Por supuesto no esperaba que dijeran nada las bolas de polvo que habían salido volando al primer golpe de viento.

Algo que chocó contra mi estómago me dejó turulata. Pascualita, zarandeada por el huracán, acababa de estrellarse contra mi, lanzada por uno de los vaivenes con que, llegaban y se iban, las ráfagas. 

- Que raro... (me chivó la Neurona, que para eso está) - Boqueando como pez fuera del agua, me acerqué a la ventana de la cocina y desde allí descubrí el "misterio": El árbol de la calle, tan exagerado como siempre, sudaba a mares y para aliviar el calor, usaba sus ramas en plan abanico gigantesco, por eso el viento venía ahora sí, ahora no.

Tuve un repente y ya que estaba en la cocina, llené un cubo de agua y, desde el balcón, baldeé al gigantón vegetal. Inmediatamente se acabó el abaniqueo y el árbol abrió su bocaza para recibir el agua.  En seguida pidió más y más y me tiré media hora trajinando cubos de la cocina al balcón desde donde los vaciaba. Ahora tengo los brazos más largos. Me rasco los pies sin inclinarme.

Bedulio tiró una multa por debajo de mi puerta: ¡por tirar agua a la calle!

lunes, 26 de junio de 2023

Para luego es tarde.

 La llegada del rolls royce, aparcando en la parada del bus, levantó una oleada de pitos y me avisaron que la abuela había llegado. Pero no fue la abuela quién entró en casa esta mañana sino mi bisabuelastra, la Momia.

Estaba elegantísima aunque un poco desfasada del tiempo real en el que estamos: su vestido, de seda natural color de rosa, se lo regaló su madre, hace cien años, para ir a bailar charlestón, muy de moda en aquellos felices Años Veinte, en el Circulo Mallorquín.

- ¿Crees que le gustaré a quien tu sabes, nena? - ¿A mi primer abuelito? ¡Por supuesto!

Ya lo creo que le gustó, aunque también se dio cuenta de que era demasiado joven para ella. 

Cuando lo dijo, todos en casa protestamos con un sonoro: - ¿Y? 

De repente, mi primer abuelito se sintió como un crío ante la mujer de sus sueños y que sabe que es inalcansable para él. La timidez le impedía disfrutar del momento. Así que pensé que no hay nada como un buen rapapolvo para activar las neuronas y lo que haga falta.

- ¿Te parece bonito la comedia que estás haciendo? - El árbol de la calle también quiso decir algo. - Cántale el Rock de la Cárcel al oído. - Los doce comensales de la Santa Cena se unieron a nuestro rapapolvo aunque cuestionando lo dicho por el árbol: - ¿Por qué quiéres que la deje sorda perdida? - No he dicho eso... - Pues un rock and roll cantado al oído con vehemencia, es lo que hace.

La discusión se alargó un rato hasta que Pascualita, dando un salto mortal con doble tirabuzón y entrando en plan bomba en la pila de lavar del comedor, logró que le prestáramos atención. Y no dijo nada, como es su costumbre. Pero el abuelito tradujo.

- Dice que ¡Para luego, es tarde!

No nos quedó más remedio, a los personajes y a mi, que salir al balcón y estar allí, a pleno sol, hasta que la Cristalera, que había cerrado a cal y canto para velar por la intimidad de la pareja, abrió la puerta.



domingo, 25 de junio de 2023

Ronquidos.

Aún no habían puesto las calles cuando me despertó un fuerte ronquiso, fuerte pero acompasado. Abrí los ojos a la oscuridad mientras estiraba, timidamente, una pierna en la cama para ver si tocaba "algo" Esto era lo principal, después intentaría recordar cómo había ligado y con quién.

Por más que me estiré solo encontré a la soledad de tantas noches y la saludé: - Hola, Sole.. Pero ¿quién roncaba? - ¿Abuelito...? - No recibí respuesta. Afinando más el oído percibí una especie de cloqueo al final del ronquido. - ¿Eres una cigüeña? - La Oscuridad intervino - ¡Nasti de plasti, boba de Coria! Mira que eres obtusa. - ¡Vale, me rindo! (exclamé enfadada y por primera vez, se me ocurrió encender la luz)

Salté de la cama dispuesta a enfrentarme a quien se había atrevido a  interrumpir mi sueño. Fui pasillo adelante hasta el comedor y de allí al balcón donde había concentración de Afectados Por Los Ronquidos Del Arbol De La Calle. O sea: APLRDADLC... se lea ésto como se lea.

Todos los personaje, con el ceño fruncido, se quejaban amargamente: - ¡No podemos dormir, jodío! ¡Despiertaaaaa! - Pero ni caso hizo el Urinario de los perritos. 

Entonces me di cuenta de que faltaba Pascualita. Miré en la pila de lavar del comedor , incluso me atreví a meter la mano en el agua y sacar el barco hundido pero, era evidente, que no estaba.  Seguir buscándola pero pensé en los milenios que tiene y decidí: - ¡Que se busque ella, no te... ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYYYY!!!

- ¡Que mordisco me ha arreado la medio sardina! Tengo el dedo gordo del pie derecho hinchado como un globo aerostático con cesta y todo. Y dueleeeeeee...


 

sábado, 24 de junio de 2023

¡Soy una genia!

Dicen que ya estamos ante la primera ola de calor de éste verano y la hipocondríaca de la sirena se ha puesto a sudar a mares... ¡Un momento! ¿los peces sudan? y si es así ¿el mar no es agua sino sudor a punta pala? ¡Claro! por eso el "agua" del mar es salada... ¡Soy una genia! Acabo de descubrir, yo solita, uno de los grandes misterio de la Humanidad.

Salí al balcón echa un manojo de nervios y grité a los cuatro vientos: ¡¡¡SUECOS, ID PREPARANDO MI PREMIO NOBEL!!!

A uno de los vientos, que estaría dando una cabezada, le molestaron mis gritos y se convirtió en Eco para decirme: - ¡¡¡CIERRA ESA BOCA!!! 

La envidia es muuuuuy mala. ¡Huy si el viento hubiera sido el descubridor de mi hallazgo! ahora estaría en plan huracán de las Azores celebrándolo a lo bestia.

 Pese a que, dentro de muy poco, seré una celebridad, tengo que seguir echando cubitos al agua de Pascualita. - ¡ABUELITOOOOOOOOOOOOOOO! (grité de nuevo) - Mi primer abuelito apareció, ipso facto, envuelto en un sudario lleno de sonrisas y carcajadas. - ¿Te gusta? es en tu honor, nena, por tu descubrimiento. 

Estuve encantada, por supuesto, pero tenía la mosca detrás de la oreja con lo de los cubitos y quise saber que misterio los rodeaba y el abuelito lo destapó: - La Cotilla ha puesto varias bandejas de cubitos con chinchón en el congelador cuando ha llegado del trapicheo ésta madrugada.

Corrí a la despensa: tres botellas de chinchón ¡vacías! ratificaron lo dicho por el abuelito. Y mientras Pascualita entraba en un coma etílico... - ¡Mejor! así descanso un poco (dije tras meterme un cubito en la boca)

viernes, 23 de junio de 2023

Lo que hay que oir...

 La Cotilla, como toda hija de vecino, va cumpliendo años y sumando arruga tras arruga pero, en cuanto a olfato, lo tiene más fino que un sabueso del FBI de película en blanco y negro. ¡Tres platos de paella de marisco se comió la tiparraca! Y no pude guardar ni un grano de arroz en un taper para comerlo otro día.

La abuela pilló a Geoooorge, el mayordomo inglés usando, como agua para el arroz ¡té de la India! Dijo que quería dar a la paella un toque británico. Desde entonces la hace la abuela.

Mientras los estómagos hacían la digestión a pasito lento y el sopor nos invadía, la abuela volvió a sacar el tema de la Momia y su ex marido. - "Y digo yo... ¿acaso una señora de ciento y muchos años jijijiji... puede ligar con un chico de cuarenta que fue dado de baja de la vida hace la tira de tiempo?" - ¡No, hija, no! (soltó una satisfecha Cotilla remedando al gran Antonio Ozores)

Ese fue el tema que surgió entre nosotras mientras los ojos se cerraban y entrabamos a disfrutar de la bendita siesta. 

Antes de caer rendida, la abuela lanzó una pregunta al aire; - "¿Y yo... qué sería de mi suegra, en caso de que la ... jijijiji... relación fuera a más...? zzzzzzzzzzzzzzzzzzz

jueves, 22 de junio de 2023

Las barreras van cayendo...

El concierto de pitos que llegaba desde la calle me anunció la llegada del rolls royce de los abuelitos. 

Geoooorge pasó, directamente, de la calle a la cocina donde dejó una cesta llena de cosas ricas para hacer una paella de mariscos, y luego preparó té que la abuela y yo aderezamos con un chorro de chinchón.

Instaladas en la salita, la sirena salió del bolsillo de mi delantal, donde estaba escondida a los ojos del mayordomo inglés, para encontrarse con su amiga del alma: la abuela que, por supuesto, compartió su té con ella.

- "Nena, creo que mi suegra está más allá que acá. Fíjate que me ha pedido permiso para encontrarse, como hombre y mujer, ¡con mi ex, que lleva la tira de años criando malvas!" -  Le habrás dicho que sí... ¿verdad? - "¿Estás tonta? ¡Pues claro que no!. Mi ex no existe. No veas el berrinche que ha cogido. No paraba de llorar"

- Y si tu ex marido existiera, ¿le darías permiso? - "¡Todo el del mundo! ¡como si se lo quiere comer con patatas!" - Hale, pues ¡ya está! (dije al ánima de mi primer abuelito que me miraba, mohíno, subido a la barra de la cortina de la ventana) ¡Ancha es Castilla!

De repente el nuevo sudario de seda amarilla como el oro, se llenó de alegres cascabeles que llenaron el aire de felicidad... aunque de todo esto la abuela no se enteró.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Huele a paella de mariscos! (gritó la Cotilla entrando en tromba en el comedor, sin apenas darnos tiempo a esconder a Pascualita)

miércoles, 21 de junio de 2023

¡OH, NO!

Pascualita ha identificado "abanico enorme" con "salir volando" y en cuanto ve que lo cojo se zambulle rápidamente, hasta el fondo de la pila de lavar, para encerrarse en el barco hundido.

También los comensales de la Santa Cena se han dado cuenta de que algo tiene que ver el abanico con el vendaval. 

El árbol de la calle, en cuanto me ve con él en los brazos, cierra su enorme boca de madera a cal y canto. - No quiero quedarme afónico y perder mi ¿hermosa? voz. (me dijo)

De repente apareció mi primer abuelito columpiándose en la lámpara del comedor como Pinito del Oro en su trapecio. - ¿Se puede saber qué haces? (pregunté) - Ponerme en forma para lo que tiene que venir, nena. Mira mi nuevo sudario ¡rojo como mi sangre! - ¿Perdón? - Vaaaale. No tengo sangre pero la noto como hierve por mi amor verdadero ¡Ardo en deseo de cumplir con ella! -  ¿Con la abuela...? - No, mujer. No ¡¡¡CON LA MOMIA!!!

Ojiplática quedé. - Pero si ya ha pasado de los ciento veinte años... - ¡Lo que importa es el amor, no la edad! (el abuelito estaba lanzado) 

Una idea iluminó mi mente: Pascualita y el abuelito se estaban convirtiendo en almas gemelas. El tiempo y las circunstancias de su estado actúal los hermanaban. Al pasar de persona a un ser espiritual él, y personaje imposible ella, se igualaban y ambos, cada uno en su momento, tenía EL CELO como un perrito cualquiera... ¡Solo me faltaba esto!

martes, 20 de junio de 2023

Ay, que sudores.

Arrastrando los pies y dejando detrás de mi un reguero de sudor, he llegado hasta la tienda de los chinos del señor Li en busca de un ventilador que me consuele del bochorno que hace en Palma. 

Y todo es por culpa del desierto del Sahára que le da por enviar toneladas de arena hacia Europa como si mandara a sus hijos de colonias escolares: - Niños, aprovechad el tiempo y luego me contáis lo que hayáis visto (les recomienda y ellos, obedientes, se quedan ensimismados mirando cualquier cosa que les llame la atención sin pensar que su calor nos ¡ahooooogaAAAAA!)

El señor Li ha sacado un abanico enorme de las profundidades de su almacén. - Este abanico sel muy bueno pala ti que tenel casa pequeñita jijijiji. Tu abanical a delecha e izquielda dos veces y tu casa palecelá el Polo Nolte.

- Tu no complal ventiladol, sel calo y gastal luz. - Además me hizo un buen precio (eso dijo) y aunque el abanico olía a naftalina que echaba para atrás, me lo llevé.

Al llegar a casa lo he probado y ahora estoy reventada ¡como es tan grande pesa lo suyo! Pero ventilar, ventila. No se ve ninguna bola de polvo a la redonda porque han salido volando! igual que los comensales de la Santa Cena. Solo ha quedado en el cuadro el que se ha sujetado más fuerte al marco. 

Pascualita, que se estaba asomando al borde de la pila de lavar, ha volado como un canario hasta lo alto de la lámpara del comedor donde ha chocado contra mi primer abuelito que aparecía en ese momento envuelto en un sudario rompedor de Oscar de la Renta.

Ahora--- ¡hip!... repongo fuerzas con unos chiiiiinchones... ¡hip!...  on the rocks tomados con ... ¡hip! ... cañita...

lunes, 19 de junio de 2023

Asilo Familiar... ¡tururú!

He llamado a la abuela. Después de pasar por el filtro del "doberman" inglés Geoooooge, pude hablar con ella. - Te llamo para pedirte Asilo Familiar, abuelita. - "¿Abuel.ITA? ¿Qué mosca te ha picado?" - Pues que en casa hace mucho calor y en la tuya tenéis aire acondicionado. - "¿Y eso te parece una razón de peso como para creer que puedes allanar mi casa?"

- Por cosas más peregrinas tú me has pedido asilo familiar y... - "¿No tienes ventanas en tu casa, ni puertas que puedas abrir para hacer que corra el aire?" - Sí, pero... - "¡Ni pero ni pera! Comprate un abanico en algún mercadillo y vas que chutas"

¡Y me colgó el teléfono!

- ¡Tenga usted abuelas para esto! - (grité muy enfadada)

Sonó de nuevo el teléfono y recibí una inyección de adrenalina. - Se lo ha pensado mejor (me dije, ilusionada)  ¿Digaméééééééé? - "Ahora mandaré a Geoooorge a recoger a mi chiquirritina bonita. Métela en el termo de los chinos para que no la vea". - Quedé si habla.

- "¡¿Me has oído o te ha dado un aire?!" - ¿Y yo...? (dije lastimeramente? - "¿Te he dicho ya lo del mercadillo y el abanico?" - Sí... - "Pues eso"


 

domingo, 18 de junio de 2023

Quejicas.

El vocerío dio fin a mi siesta- - ¡¿Qué pasa?! (grité saliendo al balcón)

En la acera estaban de gresca entre la escoba del barrendero y el árbol de la calle. - ¡Eres un guarreras! ¡Lo pones todo perdido con tus despojos! ¡Estoy harta de barrer siempre lo mismo: En otoño hojas secas y en junio tiras de piel del tronco! ¡Mira como está mi carro. ¡Lleno de tus miasmas! ¡Hablaré con el alcalde!

- Habla con quien quieras, corasón loco (contestó el árbol, guasón) ¿no ves la sombra que doy? ¡Pues eso es lo que vale, titi!

Los personajes de casa empezaron a tomar partido por uno y por otra porque, en esos momentos, no tenía nada mejor que hacer: El comensal de la Santa Cena de las treinta monedas de plata se encampanó diciendo: - ¡Para eso se te paga, monina! ¡Más de lo que te mereces!

La escoba se quejó amargamente: - Van a cambiarme por un soplador a pilas y tengo la moral por los suelos ¿Cómo voy a alimentar a mis escobillas de blanquear? ¡Si tampoco se blanquea!

Las bolas de polvo no podían ver a la escoba ni en pintura y se pusieron de parte del árbol  de la calle que, entusiasmado al contar con adictos, se puso a cantar el Brindis de la Traviata. Mi primer abuelito estaba a favor del nudismo, supongo que para un ánima el cuerpo no lo es todo.

Yo me encerré a cal y canto en casa hasta que la cristalera se quejó de calor y no tuve más remedio que abrir la puerta del balcón y dejar salir la catarata de sudores que se había formado a mis pies.

sábado, 17 de junio de 2023

Se siente el verano.

 Nada, que sigue el árbol de la calle practicando el nudismo, como el resto de sus familiares. Y les envidio porque hace calor. 

Mi primer abuelito, que siempre está a la que salta, dice que no tengo porque pasar envidia: - ¡Desnúdate, nena y disfruta de sentir en tu cuerpo el sol y la brisa marina de ésta isla! - No puedo, Bedulio me multaría. - Lo dudo. Amenázale con mi presencia en su casa a la hora de dormir ¡JAJAJAJAJAJA!

Reímos de muy buena gana porque el pobre Municipal le tiene pavor a los espíritus. 

Pascualita se asomó al borde de su pila de lavar del comedor, notó el soplo del calor y se zambulló de nuevo hasta el barco hundido. Tiré media bolsa de cubitos de hielo para refrescar el agua y me lo agradeció dando saltos mortales con doble tirabuzón dejando el suelo lleno de charcos. Con éste bicho hay que tener siempre una fregona cerca.

Desde que se me revolucionó la fregona porque, según ella, trabajaba mucho y no le compensaba, tengo dos. Y procuro alternarlas para que no se deslomen ¿? Además debo decirles lo agradecida que estoy a ambas por no tener que fregar de rodillas. Son muy suspicaces. El cubo dice que las mimo mucho ¡otro que tal baila!

Hoy, para merendar, me apetece un bocadillo de sardinas en aceite pero no me atrevo. Y así estoy desde hace once años, por si en la lata aparece otra sirena ¡No, por favor!

viernes, 16 de junio de 2023

Desnuditos.

En casa ha subido la temperatura ¡muchísimo! Y no porque apriete el calor, que también, si no porque el árbol de la calle ha perdido la compostura y está como su madre lo trajo al mundo: con el culo al aire. 

Pero no solo él sino todos los plataneros de la calle. - ¡Esto es una sinvergonzonería! - Las vecinas claman contra este atentado a la Moral. Es que es muy fuerte ver como van despojándose del traje estrenado el año pasado hasta quedarse todos en cueros.

Pascualita se ha pasado el día en el balcón sin perderse detalle del estriptis vegetal. Los otros árboles aplaudían, gritaban, silvaban... ¡OÉ, OÉOÉOÉÉÉÉÉÉÉ y luego TARIRO, TARIRO, ¡POM!

Las gorrionas estaban avergonzadas: ¡Niños, no miréis! - decían a sus pollitos.

Desde mi teléfono Pepe el jibarizado habló con el responsable de Parques y Jardínes ¿os lo podéis creer? ¡Claro! ¿Por qué no? -.OOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. - La solución fue que dejásemos a los árboles en paz. - Es una preciosa tradición (dijeron). 

- ¡Ponte algo, jodío! - Pero el árbol, que es muy suyo, tenía cerradas sus orejas de madera y  disfrutaba de su desnudez. - ¡Quememos el árbol! (gritó el "nene" del tercero derecha) 

Como una flecha, la sirena subió los dos pisos que la separaban del imbécil, yendo de rama en rama, luego saltó sobre él mordiéndole con saña la nariz.

A punto del coma etílico por beber chinchón con cañita, duerme sin saber que, durante unos días, podrá presumir de una enorme trompa de elefante africano.

 

jueves, 15 de junio de 2023

Las cosas del Adiós.

 El rolls royce de los abuelitos ha aparcado donde más molesta, como siempre:  en la parada del bus y claro, se ha formado el clásico concierto de pitos y anatemas como letra de acompañamiento.

Andresito, la abuela y Geoooorge el mayordomo se apearon del coche sin inmutarse y entraron en casa. Los abuelitos lucían como si fueran a recibir un Oscar ¡Espectaculares! Ella llevaba un tocado de plumas de marabú tan alto que rozó los bajos del sudario modernista, bordado con hilos de mil colores, que llevaba puesto mi primer abuelito situado sobre la lámpara del comedor. - ¿Quién es éste adefesio, nena? (dijo en un despiste) - ¡La abuela, hombre! Menos mal que no te oye.

Mi primer abuelito se hacía cruces: - ¿Va a salir así a la calle? - ¡No lo dudes!

En ese mismo instante la abuela me contaba el por qué de todo aquello. - "Esta tarde colgaremos la foto de Vladimiro en la Pared de los Finados de El Funeral. Le encantaba el cine americano y el glamour de Hollywood. Su viuda flipa con éste homenaje." - ¿No vas muy estilo Años veinte? - ¡Naturaca, boba de Coria! Justo estamos en esa época pero cien años más tarde. El hombre hasta ha sabido morirse"

Cuando daba media vuelta para marcharse Pascualita me dedicó una de sus horribles sonrisas desde el broche de la abuela: - ¡¿Te la llevas?! - "Para que aprenda cómo se hacen las cosas del Adiós y lo ponga en práctica cuando vuelta a su hábitat"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 14 de junio de 2023

Buenas noches...

Es tal la obsesión de la abuela por tener el dichoso bisnieto que ha terminado por contagiarme sus neuras. Eso debió pasar en el avión porque no es normal ver a una azafata embutida en un traje tres tallas menor que  la suya.

Además, iba pintada como una puerta. Tanto rimel llevaba para "iluminar" su mirada que las pestañas pesaban lo suyo y apenas las levantaba. Con lo sexi que es abanicar con ellas al personal.

Al verme bajar del taxi, el árbol de la calle no pudo esperar a que llegara a casa y preguntó, a voz en grito, si había cumplido su encargo: - ¡Claro! y anda que no tienes parientes en Teruel. Hay más árboles que vecinos. Pensé que no me daría tiempo a saludarlos a todos, así que opté por salir en la tele local a dar éste mensaje: Arboles de Teruel, desde Palma con amor... - ¿Y qué más? - No pude seguir con el saludo porque un segurata de la emisora me sacó de allí por una oreja.

El árbol suspiró. Luego dijo : - ¿Qué tal los Amantes? - ¿De quién? ¿de la abuela? ¿míos? ... - ¡JAJAJAJAJA! ¿TUYOS? JAJAJAJAJA - Luego tarareó, a toda potencia de su enorme garganta de madera, el Brindis de la Traviatta y yo me fui a dormir.

 

martes, 13 de junio de 2023

¿Tendremos futuro...?

Una pizpireta y minifaldera azafata se plantó ante mi mientras yo trataba de cerrar el cinturón de mi asiento del avión que nos traería de vuelta a Mallorca. - ¿Ha sido fructífero el viaje, nena? - dijo una voz inconfundible. - ¡ABUELA!

Resultó que pudo más en ella la curiosidad que el orgullo y haciendo de tripas corazón, le pidió a mi primer abuelito que la trasportara hasta donde estaba yo para ver si me implicaba en "lo del bisnieto"

El ánima de su ex marido abrió unos ojos como platos pero, antes de que le sacara a relucir el "posible empujoncito" que le llevó al Más Allá, la abuela dijo: - No saques ahora el temita que estamos hablando de cosas serias. - ¿Más serias que mi muert...? - ¿No me escuchas cuando te hablo? ¿Acaso lo tuyo es más importante que un bisnieto? . Pero... - ¡Ni pero, ni pera! Se trata de nuestro ascendiente y a la pánfila de tu nieta, que cada vez se te parece más, se le va a pasar el arroz y no tendremos futuro.

Mientras discutían me escabullí encerrándome en el lavabo dispuesta a no moverme de allí hasta llegar a Palma. Pero no tardaron en aporrear la puerta los miedosos de turno. - ¡Abra, tengo que hacer pipí antes de que despeguemos! - ¡Yo también! - ¡Y yo! - ¡Todos nosotros! - ¡¡¡ABRE, EGOISTA DE LOS DEMONIOS!!! - ¡HABER TRAÍDO DODOTIS, COOOOÑE!


 

lunes, 12 de junio de 2023

Teruel.

Pues sí, Teruel existe... aunque faltó poco para que desapareciera del mapa por culpa de los personajes de mi casa que, sin yo enterarme, se habían metido de extranjis en mi maleta.

Con la ilusión que me hacía ir sola y voy y se lo casco a la abuela en un momento de despiste: - Me voy a Teruel. - "Allí están los famosos Amantes, nena. Aprovecha la estancia para que te hagan a mi bisnieto" - Pero si no los conozco... - "¿Y estamos con las  pegas?"

Bedulio, cuando supo que iba a ir a Teruel pidió que le hiciera una foto al torico. - No me hizo gracia tener que jugarme la vida delante de un toro aunque sea chiquitín pero me dijo: - Me harás feliz. - Y me desarmó. 

Los comensales de la Santa Cena se saltaron a la torera la "barrera" del marco del cuadro para colarse en mi equipaje y salir a correr mundo. A ellos se unieron unas cuantas bolas de polvo hartas ya de rodar siempre por las mismas baldosas.

El árbol de la calle me encargó darles recuerdos de su parte a todo cuanto familiar tiene en Teruel. 

 Me llevé en el bolso a Pepe el jibarizado para tener un catalejo a mano por si me cuesta encontrar al dichoso torico.

Como el catalejo va adosado a lo poco que queda de Pepe no hacía más que preguntarle: - ¿Ya has visto al torico? - Harto de oírme, el llavero se enfadó y gritó: - OOOOOOOOOOOOO. - Con paciencia y una caña, dirigí la vista a lo alto de la columna, cegada por el sol y lo que vi fue ¡a Pascualita intentando domar al torito! El pobre tenía todas las de perder.

Lo agarró del rabo y tirando de él, pasó junto a mi como una exhalación para ser la primera en subirse al trenecillo de recorrido turístico. Las segundas fueron las bolas de polvo. A los comensales de la Santa Cena los repescamos por el camino.

viernes, 2 de junio de 2023

Vamos a ver si Teruel existe.

 El cielo se oscureció después de haber lucido el sol toda la mañana, algo que dio pie al árbol de la calle para cantar a pleno pulmón, Las Mañanitas... ¿Nunca se queda ronco un árbol?

Sé que Pascualita lo admira porque come cosas variadas y ricas en minerales, hierro y no sé cuantas cosas más, sin embargo la sirena come el mismo menú todos los días desde que está en casa: comida para peces y tortugas. Podría darle un chuletón de vez en cuando pero, además de desequilibrar mi presupuesto ¿quién me dice que un día me tome a mi por chuletón y tengamos un disgusto?

Iba a salir al balcón cuando la Cristalera se abrió de repente. La cara interna y la externa estaban en plena discusión: - ¡No hay quien aguante al jodío del árbol y tu cerrada a cal y canto! - Que culpa tengo yo de que me tocara estar en el interior... - ¡Algo le prometerías a los cristaleros cuando nos instalaron! - ¡Malpensada! - He dado en el clavo ¿a qué sí? ¡Te conozco, bacalao, aunque vayas disfrazao!

Un violento y súbito vendaval agitó la copa del árbol mientras la casa se lleno de hojas arrancadas que, revoloteando alocadas, buscaban un refugio donde esconderse. Poco después salió el sol y todo quedó en agua de borrajas.

En el agua de la pila de lavar del comedor flotaba un papel al que la sirena no prestaba ninguna atención. Fue el ánima de mi primer abuelito quien dijo: - ¡Cógelo, nena!

Era un billete de avión sin usar.

- ¡Nos vamos! - gritó eufórico mientras daba vueltas al rededor de la lámpara del techo luciendo un sudario con alas de seda roja que le quedaba como un guante. - ¿A dónde? - ¡¡¡A TERUEL!!!


jueves, 1 de junio de 2023

De celebración.

Pascualita está rara. Cualquiera diría que tiene frío. El color de su piel es un compendio de éstos colores: blanca-azulada-verdosa-morada. Un asco, vaya. Y tiembla tan fuerte que he tenido que llenar la pila de lavar del comedor, un montón de veces porque con la tiritona se iba el agua al suelo. He vaciado todas las garrafas de agua de mar. Y tengo a la fregona de morros por lo que ha tenido que trabajar. Me ha dicho que se quejará al Sindicato de Fregonas y Escobas por tratamiento indebido: - ¡No soy una esclava! ¡Tengo mis derechos!

Llamé a la abuela y, como siempre, se puso Geooorge el mayordomo inglés que para eso está: -  Dile a mi abuela que... - Madame decir que no estar in the casa. - ¡GeorgeBrexit, no me empipes o te monto un pollo! 

Se puso la abuela al teléfono - "¿Qué le has dicho a Geoooorge que está llorando?" - Nada. - "Sigue emocionado por la ceremonia y la parafernalia de la coronación de su Rey Carlos..." - Se dice Chaaaaarles, abuela. Queda más inglés. - "Bueno ¿qué quiéres?"

Le expliqué lo que le pasaba a Pascualita. - Manda a Geooooorge con el rolls royce a la playa a llenar garrafas y que las traiga luego a mi casa, porfi. ¿Tienes idea de lo que le pasa a la sirena? - "Pregúntale al SABIONDO de tu primer abuelito" (si la envidia fuera tiña...)

Y, efectivamente, mi primer abuelito puso luz al misterio: - Pascualita conmemora el comienzo de la primera glaciación que ella vivió de pequeña... - ¿La de los dinosaurios? (pregunté) - No, nena, Otra, milenios anterior a la que dices. - ¡JOPE!