sábado, 24 de junio de 2023

¡Soy una genia!

Dicen que ya estamos ante la primera ola de calor de éste verano y la hipocondríaca de la sirena se ha puesto a sudar a mares... ¡Un momento! ¿los peces sudan? y si es así ¿el mar no es agua sino sudor a punta pala? ¡Claro! por eso el "agua" del mar es salada... ¡Soy una genia! Acabo de descubrir, yo solita, uno de los grandes misterio de la Humanidad.

Salí al balcón echa un manojo de nervios y grité a los cuatro vientos: ¡¡¡SUECOS, ID PREPARANDO MI PREMIO NOBEL!!!

A uno de los vientos, que estaría dando una cabezada, le molestaron mis gritos y se convirtió en Eco para decirme: - ¡¡¡CIERRA ESA BOCA!!! 

La envidia es muuuuuy mala. ¡Huy si el viento hubiera sido el descubridor de mi hallazgo! ahora estaría en plan huracán de las Azores celebrándolo a lo bestia.

 Pese a que, dentro de muy poco, seré una celebridad, tengo que seguir echando cubitos al agua de Pascualita. - ¡ABUELITOOOOOOOOOOOOOOO! (grité de nuevo) - Mi primer abuelito apareció, ipso facto, envuelto en un sudario lleno de sonrisas y carcajadas. - ¿Te gusta? es en tu honor, nena, por tu descubrimiento. 

Estuve encantada, por supuesto, pero tenía la mosca detrás de la oreja con lo de los cubitos y quise saber que misterio los rodeaba y el abuelito lo destapó: - La Cotilla ha puesto varias bandejas de cubitos con chinchón en el congelador cuando ha llegado del trapicheo ésta madrugada.

Corrí a la despensa: tres botellas de chinchón ¡vacías! ratificaron lo dicho por el abuelito. Y mientras Pascualita entraba en un coma etílico... - ¡Mejor! así descanso un poco (dije tras meterme un cubito en la boca)

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